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10 pistas para
cuadernos
formativos
Elizbarrutiko Gazte Pastoraltzako Ordezkaritza
Delegación Diocesana de Pastoral de Juventud
Vitoria - Gasteiz Noviembre 03 Azaroa
impulsar una pastoral de juventud
10 pistas para

Pedro José Gómez


MISIÓN JOVEN, Nº 318,
julio-agosto de 2003
impulsar una pastoral de juventud
actualizada
Descripción
¿POR DÓNDE VAN LOS TIROS?
En las décadas de los 70 y los 80 la pastoral de juven-
tud cobró un extraordinario protagonismo en la
Iglesia. Fueron años de gran creatividad originada
por los aires renovadores del Concilio Vaticano II y
por la toma de conciencia de que, o la fe se presen-
taba y vivía de otra manera, o la mayor parte de la
juventud española dejaría de acceder a la experiencia
cristiana y de pertenecer a la Iglesia. Se multiplica- an descuidado aspectos importantes del proceso de
ron iniciativas como las Pascuas Juveniles, los cate- transmisión de la fe. Más aún, el ambiente de incon-
cumenados juveniles de confirmación y postconfir- formismo, de búsqueda crítica o utópica, de cuestio-
mación, las convivencias de fin de semana, los cam- namiento existencial de la vida, que fue el sustrato
pos de trabajo, las visitas a Taize, etc. Muchos de sobre el que se diseñaron los planes de pastoral de
quienes hoy participamos como adultos en la vida de las dos últimas décadas, no es el de la actualidad, lo
la Iglesia somos hijos de esa pastoral, que quedó for- que obliga a imaginar otras metodologías para el
mulada con acierto en el documento de la Comisión anuncio de la fe más acordes con la situación actual.
Episcopal de Apostolado Seglar, Jóvenes en la
Iglesia, cristianos en el mundo, publicado en 1992. Por ello, en esta breve reflexión querría mostrar
algunas intuiciones que podrían mejorar la labor
Estos planteamientos dieron un fruto muy positivo, evangelizadora de la Iglesia entre los jóvenes y que
aunque cuantitativamente limitado. Más allá del son fruto, tanto de mi propia experiencia personal,
carácter siempre libre y misterioso de la fe que impi- como de la lectura de documentos recientes de gru-
de imaginar que alguna estrategia evangelizadora pos eclesiales que están buscando nuevos caminos.
tenga que conducir necesariamente a la experiencia Las expresaré en fórmulas polares que no pretenden
religiosa a sus destinatarios, dos causas explican, a reflejar alternativas, sino, más bien, una modifica-
mi parecer, los modestos resultados obtenidos a par- ción de acentos, o la necesidad de complementar
tir de tantos esfuerzos. En primer lugar se minusva- planteamientos que, vistos en perspectiva, han resul-
loró el efecto profundamente erosionador que tiene tado demasiado unilaterales.
para la fe el actual contexto sociocultural, que intro-
duce en un estilo de vida en el que la cuestión reli-
1. Algunos aspectos generales de la cuestión
giosa y los valores evangélicos difícilmente encuen-
tran tierra fértil en la que arraigar y desarrollarse. Antes de entrar en la enumeración de las intuiciones
Por otra parte, durante los años 80 la institución pastorales que se van abriendo camino a partir de la
eclesial inició un viraje tradicionalista que implicó, misma práctica educativa, me parece oportuno
en la práctica, un cuestionamiento del modelo de expresar algunas convicciones que son bastante
Iglesia que la pastoral juvenil renovadora había pro- compartidas entre los responsables de la pastoral de
movido y que ocasionó en muchos jóvenes un senti- juventud.
miento de decepción y desamparo institucional lo • Todos somos conscientes de que existe una crisis
que, a su vez, condujo a un amplio éxodo juvenil. aguda en la transmisión intergeneracional de la fe
En la actualidad, los responsables de impulsar la que ningún tipo de encuentro masivo de jóvenes
pastoral de juventud en parroquias, movimientos y con el Papa puede ocultar y que amenaza la misma
congregaciones religiosas están haciendo un esfuer- supervivencia de la Iglesia si aspira a mantener
zo de replanteamiento motivado por la constatación una presencia social significativa. Esa distancia
de que el mundo juvenil cambia a una velocidad de generacional, conforme se va haciendo mayor,
2 vértigo y de que, algunas opciones del pasado, habí- tiende a perpetuarse por su misma inercia.
• La Iglesia debe, por consiguiente, afrontar el • El dato que llama la atención más claramente en
anuncio de la Buena Noticia a los jóvenes con la actitud de los jóvenes hacia lo religiosos es el
enormes dosis de creatividad, ensayando formas desinterés. Se encuentra muy vinculado a una
nuevas de presencia y testimonio en los mundos cierta instalación en la superficialidad, en la
juveniles que son múltiples y que se encuentran a intrascendencia, en la preocupación por las peque-
notable distancia cultural y generacional del grue- ñas cuestiones cotidianas, en la evasión respecto a
so de la comunidad eclesial. Pero no parece que se las situaciones que pueden hacer que nos interro-
esté apoyando institucionalmente a quienes bus- guemos sobre la vida con radicalidad. La cultura
can lo nuevo. de la gran evasión acalla los interrogantes que de
• Al mismo tiempo, predomina entre nosotros una forma tradicional suponían un anclaje experien-
sensación de desconcierto. Sabemos que algo no cial para la propuesta religiosa. Si faltan las pre-
funciona; que las iniciativas que antes convocaban guntas es inútil o incluso contraproducente pre-
ya no lo hacen, que faltan puntos de enganche sentar el Evangelio como respuesta.
entre las necesidades y búsquedas de los jóvenes y • En segundo lugar me parece Noragabe gabiltzan irudi-
nuestra oferta del Evangelio. Por ello, tenemos obvio que entre los jóvenes pena indartuz doa gure
que compartir nuestras búsquedas desde la perple- triunfan los sucedáneos no artean. Badakigu zeozer
jidad. Resuena la pregunta de Hechos 2,37: religiosos de salvación: «la ez dabilela ondo; lehenago
«Hermanos, ¿qué debemos hacer?» vida es una sucesión de arraskastatsu ziren deial-
• Existe una notable contradicción entre el tono pequeños momentos de pla- diak gaur hutsalak direla;
abierto, crítico, animoso, creativo, personalista, cer» dice con precisión filo- gazteen beharrizanak eta
comunitario de muchos discursos y documentos sófica un anuncio televisivo bilaketak bide batetik doa-
oficiales sobre los jóvenes y la práctica mucho más de Kit Kat. Y así, «estrujar la zela eta guk egiten dugun
encorsetada de la mayoría las instituciones ecle- vida», «disfrutar lo posible»,
Ebanjelioaren eskaintza
siales. Los jóvenes son muy sensibles a esta discre- «tener emociones intensas»,
beste nonbaitetik; gainera
pancia y no desean estar en un ámbito en el que no «estar a gusto», «pasarlo
ez dugu lotura errazik
se encuentren a gusto. bien» o «acceder a un alto
ikusten. Horregatik elka-
nivel de consumo» y todo
• Dado que el cambio permanente forma parte irre- ello «sin comerse mucho el rren artean aztertu behar
versible del mundo en que vivimos, en adelante, coco» son opciones que se ditugu gure zalantzak eta
no podemos aspirar a tener unas formulaciones encuentran sumamente bilaketak.
acabadas, completas y coherentes de los procesos extendidas en el entorno juvenil. Estos plantea-
pastorales. Hay que renovar continuamente las mientos sitúan la vida a notable distancia de la con-
mediaciones de la experiencia cristiana (cantos, cepción evangélica en lo que ésta tiene de opción
gestos, lenguaje, métodos, narraciones, testimo- por la profundidad y por la entrega.
nios, símbolos, actividades, etc), para que el anun-
cio del Evangelio pueda ser significativo y la adhe- • Otra nota distintiva de la situación actual radica
sión a Jesucristo plausible en cada momento y en en la búsqueda individualista de propuestas prácti-
cada contexto. cas de vida, realizada desde una actitud centrada
en las propias necesidades y caracterizada por el
• Al mismo tiempo, la meta de toda la labor pastoral escepticismo ante las grandes causas que se ali-
seguirá siendo siempre la misma: hacer posible, menta de la multitud de ofertas de sentido que
para aquellos jóvenes que libremente lo deseen, el ofrece el supermercado de nuestra sociedad (aun-
encuentro con Jesús de Nazaret, para que puedan que la propuesta consumista se lleve la palma) y
acceder a la relación de fe con el Padre y para que del recelo ante los grupos que pueden mermar la
el Espíritu configure sus vidas de modo que, inser- libertad o introducir en una dinámica de exigen-
tos en la comunidad cristiana, lleguen a ser difuso- cia. Desde esta perspectiva, la pretensión globali-
res del amor de Dios que se dirige hacia todos los zadora, comprometida y comunitaria de la fe cris-
seres humanos y en particular a los más pobres. tiana, encuentra resisitencias en la sensibilidad
Por otra parte, también va llegándose a un consenso juvenil mayoritaria.
respecto a las principales dificultades que tiene que • Por último, parece clara la creciente distancia que
afrontar hoy en día la pastoral de juventud. Son se da entre la mayor parte de la juventud y la
desafíos que han sido ampliamente estudiados por Iglesia. Ésta empieza por la lejanía geográfica (la
sociólogos y pastoralistas en los últimos años y que mayor parte de los jóvenes no pisa por ningún
muestran el incremente de la indiferencia religiosa espacio eclesial), pero continúa con la distancia
en nuestro país. Los menciono de forma muy resu- generacional, estética, ambiental, organizativa,
mida para que sirvan de trasfondo a las propuestas moral y hasta de lenguaje. La experiencia cristiana
posteriores: y los conocimientos básicos sobre religión son aje- 3
nos a una mayoría de los jóvenes que, en el futuro,
tendrán que realizar una iniciación a la vida cris-
tiana desde cero, si se incorporan a la Iglesia.
Desgraciadamente existe una gran escasez de
modelos de referencia de jóvenes adultos que
muestre en que consiste hoy ser cristianos y su
enorme valor.

2. Diez propuestas pastorales concretas


1.- De socializar en la normalidad a proponer lo
alternativo.
Hasta hace pocos años, ser cristiano era lo normal
en nuestro país y los procesos de socialización reli-
giosa introducían a niños, adolescentes y jóvenes en
una cosmovisión compartida por la sociedad de
forma natural. De hecho, la profesión de fe se daba
por supuesta en la «gente de orden» y la sociedad
sancionaba positivamente la religiosidad, penalizan-
do la increencia. Esto ya no es así y, en consecuen-
cia, la pastoral de juventud habrá de concebirse
como la propuesta que la comunidad cristiana hace
a los jóvenes para que opten por un tipo de vida a los jóvenes van a perder buena parte de su poten-
alternativa que nace de una experiencia, la de la fe, cialidad por varios motivos. En primer lugar porque
que también va siendo minoritaria. Por consiguien- los agentes mencionados han perdido dinamismo
te, la propuesta de Jesús, más que ser respuesta a evangelizador (familia, parroquia, movimientos de
una actitud de búsqueda, habrá de ser provocación e ocio, colegios) pero, sobre todo, porque los jóvenes
interrogante dirigido a unos jóvenes que, aparente- son mucho más individualistas que en el pasado, se
mente, se encuentran a gusto con su situación, pero muestran crecientemente reacios a participar en
que también manifiestan una notable desorienta- grupos estructurados y disponen de una amplísima
ción vital cuando se expresan desde cierta profundi- oferta de ocio consumista no educativo que, a corto
dad. De ahí que sea necesario insistir en la novedad plazo, se presenta como más atractivo, entretenido y
del Evangelio, en su potencialidad para otorgar una menos exigente. Por todo ello, aunque sea preciso
dicha y un sentido a la vida insuperables, pero reco- mantener o potenciar las iniciativas tradicionales,
nociendo, al mismo tiempo, que su acogida va a cada vez resultará más necesario que los miembros
situar al cristiano a contracorriente de algunos valo- de la comunidad cristiana, a través de todo tipo de
res socialmente dominantes: creyendo en un clima actividades, puedan acercarse a cada adolescente o
religiosamente indiferente; cooperando y compar- joven en su situación personal, para intentar crear,
tiendo en un entorno que prima la competencia y la con cada uno de ellos, algún tipo de relación perso-
mejora del bienestar económico; invitado a la comu- nal significativa basada en la escucha, el diálogo y el
nidad en un clima individualista; llamado a compro- afecto. El agente de pastoral deberá atender al
meterse con los demás en lugar de a cultivar la indi- momento vital de cada joven para encontrar, en cada
ferencia o el aislamiento, etc. La pastoral de juven- caso, una palabra oportuna que llegue a su corazón.
tud que no deje clara la necesidad de optar todos los Naturalmente, este planteamiento evangelizador es
días por el Evangelio y que no cultive una espiritua- mucho más difícil de llevar a cabo que el basado en
lidad de la resistencia cultural dialogante (ni inge- acciones estandarizadas, pero recordemos que es,
nua, ni sectaria), tendrá poco futuro. precisamente, el que caracterizaba a Jesús de
Nazaret. Él era capaz de salir al encuentro de la
2.- De las convocatorias estandarizadas al gente, en sus circunstancias únicas, para invitar a
encuentro personal situado cada uno realizar un itinerario personal e intransfe-
La acción pastoral de la Iglesia ha dependido en el rible que, partiendo de sus necesidades inmediatas
pasado de mecanismos y formas de convocatoria pudiera situarlas en el horizonte del reinado de Dios.
bastante estructurados: socialización familiar, pro- Este enfoque hoy se convierte en necesidad, cuando
puestas de ocio educativo, catequesis presacramen- no podemos hablar de una juventud homogénea
tales, actividades vinculadas a los colegios religiosos, ante los religioso y, por tanto, de un solo tipo de con-
etc. En el futuro, estas vías de acercamiento masivo vocatoria.
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3.- De la prioridad de la acción al cuidado de la mentado, sino el que surge del contacto vivo con
contemplación y el afecto experiencias fuertes de la vida que obligan a que nos
Buena parte la pastoral de juventud, particularmen- la planteemos con profundidad (sufrimiento, belle-
te en su fase misionera o de convocatoria ha descan- za, intimidad, injusticia, libertad, amor, soledad,
sado en la realización de actividades y «movidas» pluralismo cultural, etc.) y el encuentro con creyen-
varias: teatro, dinámicas, juegos, talleres, campa- tes apasionados por el Evangelio y que encarnan éste
mentos, música, voluntariados... Todas estas accio- en actitudes y opciones concretas. Dado que la socie-
nes, de enorme valor pedagógico, van a seguir sien- dad del bienestar material y la diversión permanen-
do imprescindibles. Sin embargo, una mirada aten- te anestesia nuestra capacidad para percibir el carác-
ta a nuestra praxis no puede dejar de reconocer que, ter radicalmente misterioso de la realidad y de la
en muchos jóvenes que han estado mucho tiempo vida, es preciso que la pastoral de juventud sea capaz
con nosotros «no ha pasado nada por dentro», por de provocar los interrogantes que abren al ser
mucho que se hayan divertido o aunque hayan humano a la dimensión religiosa: ¿quién soy yo?
hablado hasta la saciedad en las reuniones. Si nues- ¿qué valor tienen la vida y el mundo? ¿dónde encon-
tros encuentros o actividades no logran que los cha- trar la felicidad? ¿cómo orientar mi existencia? ¿qué
vales entren en la profundidad de su vida y lleguen a me cabe esperar? ¿quiénes son los otros para mí?
perforar la realidad (haciendo que se atrevan a pasar ¿qué tipo de sociedad merece la pena? ¿dónde pon-
por la cabeza y por el corazón sus inquietudes) todas dré mi confianza? ¿merece la pena vivir? ¿cómo?...
nuestras acciones serán como «bronce que resuena
y campana que toca» (1ª Cor. 13, 1). No es nada fácil 5.- De la transmisión de conocimientos a la comu-
animar hoy en día a los jóvenes a la reflexión, al aná- nicación de una vivencia
lisis de nuestro mundo, a la comunicación profunda La catequesis tradicional ha tenido un carácter emi-
de vivencias, al silencio o a la contemplación, por- nentemente intelectual, porque presuponía la nor-
que todo a su alrededor estimula en sentido contra- malidad social de la experiencia religiosa y tenía por
rio. Pero si ellos no acuden a la cita de la interiori- preocupación fundamental su clarificación, profun-
dad, en la que el Espíritu de Dios les está esperando, dización y sistematización. El agente de pastoral
será imposible acompañar cierta apertura a la tras- necesitaba sobre todo una formación teológica bási-
cendencia y llevar a cabo la propuesta cristiana, que ca y unos materiales en los que los contenidos de la
es oferta de profundidad, amor y plenitud que se fe cristiana estuvieran bien formulados y resultaran
dirige a alguien que decide ser sujeto y protagonista asequibles al destinatario. En adelante, vamos a
de su existencia y no mero esclavo de estímulos necesitar sobre todo a personas
externos. Y si el ambiente suscita poca apertura a la jóvenes y adultas con una inten- Gazteek ez dute batere
trascendencia tendremos nosotros que pasar tam- sa experiencia creyente que pue- erraza gogoeta egitea edo
bién de la educación implícita de la fe a la invitación dan narrar en primera persona gure munduaren egoera
explícita a descubrirla. Nuestra meta no puede con- su historia de fe; el tipo de rela- aztertzea, edo barne bizi-
sistir en ofrecer un barniz de valores evangélicos, ción de amor y confianza que pen sakonak adieraztea,
sino también el acontecimiento que los suscita y mantienen con el Dios de Jesús. edo isiltasunean edo kon-
sostiene. Y, aunque la fe no se «contagia» tenplazioan irautea. Are
de forma automática (existen, gaitzago egingo zaigu gaz-
4.- De los procesos deductivos a los inductivos con además de la sagrada libertad de teak horietara bultzatzea,
«terapias de choque» los jóvenes, sus «anticuerpos»
gazteen inguruko eragile
Los catecumenados diseñados en los años 80 y 90 ante el Evangelio y, a veces, hasta
gehienek aurkako
intentaban acompañar al joven desde la adolescencia se encuentran «vacunados» con-
bultzada egiten dutelako.
hasta su transición a la condición adulta, en itinera- tra el mismo), sí resulta necesa-
rios de educación en la fe que poseían una estructu- ria para su transmisión la mediación del testimonio
ra interna lógica: la fase de búsqueda inicial iba de personas creyentes. La reflexión teórica sobre el
seguida por una de formación teológica que culmi- cristianismo, que sigue siendo imprescindible y más
naba, finalmente, en la opción o el compromiso cre- en una sociedad que se aproxima al «analfabetismo
yente. Buena parte de la metodología se basaba en la religioso funcional», vendrá después de que los jóve-
lectura, la reflexión y el debate en reuniones de gru- nes se hayan topado con la densidad de su propia
pos en los que se abordaban, sucesivamente, los dis- vida y con la experiencia sincera de algunos creyen-
tintos temas básicos de la fe cristiana. Sigo siendo tes. Porque la fe, antes de ninguna consideración
partidario de estos largos procesos, porque el entor- teórica, es un acontecimiento salvador en la vida de
no social apenas acompaña a quienes quieren ini- personas concretas. De ahí se desprende que la ver-
ciarse en la vida cristiana pero, a mi parecer, el acce- dadera formación de agentes de pastoral de juventud
so a la fe que hoy puede ser mayoritario no es aquel consiste, sobre todo, en ayudar a que se produzca su
que se deriva de una camino de reflexión muy docu- propia conversión. Naturalmente, es más fácil for- 5
mar personas que tengan conocimientos religiosos 7 - Del acento en lo moral a la recuperación del
que suscitar el testimonio de unos jóvenes para que lenguaje simbólico
lo ofrezcan a otros. Pero aquí se encuentra un reto Al haber situado la iniciación cristiana en el ámbito
obvio para el inmediato futuro. de lo doctrinal o de lo ético, hemos desvirtuado el
significado profundo de la fe cristiana que es, ante
6.- De la formación teológica a la iniciación a todo, un regalo que nos llega de fuera, una oferta de
experiencias fundamentales amor, un ofrecimiento de salvación de parte de Dios.
En el ambiente de hace pocos años, resultaba de Las dimensiones de trascendencia y gratuidad de la
vital importancia contestar con argumentos a las fe han quedado relegadas en el pasado y nuestro cris-
objeciones a la fe que realizaban las personas agnós- tianismo ha quedado reducido a activismo, ideología
ticas y ateas. El esfuerzo que hemos realizado duran- o camino de autorrealización. Sólo el lenguaje sim-
te mucho tiempo ha permitido presentar la fe de un bólico es capaz de ponernos en contacto con el mis-
modo no alienante y purificar la imagen de Jesús terio de amor que sostiene todo lo creado y que los
para acercarla al rostro reflejado por los distintos discípulos de Jesús hemos aprendido a llamar Padre.
relatos del Nuevo Testamento. Pensábamos que las La alabanza, la adoración, la acogida y la entrega; lo
imágenes y las palabras podían hacer a Jesús atracti- más intimo y profundo de la experiencia religiosa
vo para muchos jóvenes. Siendo esto cierto, hoy cristiana; aquella relación que es su origen, alimen-
somos más conscientes de que la adhesión o el to y meta, únicamente puede realizarse introducién-
rechazo de Jesús se juega no en el terreno de la ideas dose en la dinámica de lo simbólico, pues de Dios no
sino en el de su seguimiento efectivo. Dicho de otro tenemos ni podemos tener una experiencia empírica
modo, la verdad del Evangelio se verifica en la praxis e inmediata. La vida de la Iglesia se ha empobrecido
de la vida cristiana en un doble sentido: quien profe- en riqueza y creatividad simbólica, cuando los jóve-
sa el Evangelio pero no lo vive no es verdaderamen- nes son muy sensibles a esta dimensión si se desa-
te cristiano pero, además, sólo quien experimenta la rrollan con cuidado y calidad expresiva. También es
vida cristiana puede verificar, en si mismo, que Jesús cierto que la mentalidad superficial, pragmática y
es realmente el camino, la verdad y la vida. Todos frenéticamente audiovisual que nos envuelve, recla-
hemos empezado a ser cristianos porque nos atraía ma una labor pedagógica que desarrolle en los jóve-
la persona de Jesús, sus palabras, sus valores, sus nes una sensibilidad para acercarse al símbolo desde
actitudes, sus acciones. Pero nos ratificamos como una actitud contemplativa de sosiego, acogida y pro-
tales porque comprobamos, tras la conversión, que fundidad que trascienda la actitud que busca sólo el
esta experiencia de fe, amor y esperanza es la única entretenimiento, las sensaciones o, directamente, el
capaz de llenar de dicha y sentido nuestro corazón. espectáculo. No son lo mismo diversión y fiesta y, a
En consecuencia, una buena metodología pastoral lo mejor, la búsqueda denodada de la primera en los
consistirá en hacer posible que los jóvenes degusten entornos juveniles es expresión de que, muchas
las experiencias básicas de la vida cristiana (orar, veces, faltan motivos para celebrar la segunda. En
compartir, discernir, celebrar, comprometerse) en cualquier caso, me queda la convicción de que sin
contacto con quienes viven con cierta calidad estas un vehículo expresivo adecuado es muy difícil culti-
dimensiones de la fe. Una vez más, la reflexión ocu- var la dimensión religiosa.
pará un lugar posterior a la experiencia y ayudará a
clarificar su sentido y su riqueza. Sólo saboreando la 8.- De la exclusividad grupal al hincapié en la per-
verdad, la bondad y la belleza que habitan en la ora- sonalización
ción, en la austeridad solidaria o en el servicio se cae Creo que ya va siendo un lugar común el acento pas-
en la cuenta de que Jesús tenía razón, incluso cuan- toral en la personalización. Esto es, en ayudar a los
do propone el difícil camino de la cruz y de la entre- jóvenes a que vayan tomando poco a poco la vida en
ga como precio inevitable del amor y de la vida. sus manos para que descubran en ella el paso del
Señor y sus invitaciones. Detrás de esta convicción
se encuentra la experiencia de que muchísimos cha-
vales que frecuentaron nuestros grupos durante
años, fueron realizando un proceso interior ajeno
por completo al proceso formal del grupo. Por ello,
grupos juveniles que parecían consolidados, refleja-
ban, todo lo más, lo que ocurría en aquellos de sus
miembros más protagonistas. Resulta imprescindi-
ble descubrir y vivir la fe en comunidad. Esta reali-
dad se impone cada vez con más intensidad. Es pre-
ciso, ciertamente, diseñar catecumenados articula-
6 dos y sistemáticos de iniciación cristiana. Pero ello
10.- De la pastoral del invernadero eclesial y
social a la del oasis
Termino este decálogo de buenas intenciones propo-
niendo la superación de otro lastre pastoral. Todos
hemos sido testigos de tantos y tantos grupos de
jóvenes como, aparentando en su Confirmación un
entusiasmo propio de los primeros discípulos el día
no obsta para que, el objetivo educativo fundamen- de Pentecostés, se diluían como el azúcar en la leche
tal radique en que el Evangelio vaya diciendo algo a ante cualquier cambio de circunstancias (el veraneo,
la vida real de cada joven concreto en sus situacio- el paso del colegio al instituto o de éste a la univer-
nes particulares que no tienen por qué coincidir con sidad, o del estudio al trabajo, o de la soltería a la
las del promedio del grupo, ni acontecer cuando pareja, o a causa de un cambio de catequista o de
«toca el tema». En realidad, «personalización» no es cura, etc.). Todo ello pone de manifiesto tres cosas:
un sinónimo de «individualización». La oración en que en muchos casos no se había llegado a producir
grupo, la revisión de vida, la reflexión en común, la una opción de fe verdaderamente personal, un
comunicación de problemas, situaciones y senti- encuentro profundo con Jesús (y que otras circuns-
mientos, el discernimiento comunitario, la partici- tancias o intereses, por otra parte absolutamente
pación en Eucaristías abiertas, las convivencias, etc., normales, determinaban la pertenencia al grupo);
son otras tantas formas comunitarias de personali- que todos necesitamos estructuras comunitarias de
zar la fe. Lo decisivo es que, en la dinámica pedagó- apoyo para perseverar como cristianos; y que no
gica, cada persona se sienta interpelada por Jesús habíamos generado una espiritualidad de la presen-
que le dirige una palabra única. cia en el mundo extraeclesial que es, precisamente,
el espacio en el que los cristianos debemos vivir la fe.
9.- De la institución que regula y controla al espa- Esta espiritualidad debe enseñar a discernir, con
cio de crecimiento fraternal esperanza pero sin ingenuidad, como mantener en
Los cambios que el conjunto de la comunidad ecle- la sociedad un estilo de vida servicial, testimonial y
sial debería asumir para poder hacer frente al reto de muchas veces contracultural. Jesús no separó a sus
la pastoral renovada son demasiado amplios para discípulos del mundo, sino que les envió para que
incluirlos en esta reflexión. No obstante, desearía difundieran la vida que habían recibido. Para esto ha
incidir en uno. Los jóvenes, en adelante, no van a de preparar la pastoral de juventud. Evitando, al
venir a la Iglesia por rutina, por tradición, por abu- mismo tiempo, otro de nuestros errores del pasado:
rrimiento, por obligación o por miedo. Van a venir que los grupos juveniles se aíslen tanto del resto de
porque les de la gana. Esto es, porque el ambiente, la comunidad adulta que a la postre acaben siendo
las relaciones, las actividades, la organización y la como “okupas” en la Iglesia; con una indumentaria,
imagen de nuestras comunidades eclesiales les inte- lenguaje y símbolos tan ajenos a los del resto que sea
resen y les enriquezcan. No es fácil que deseen vin- imposible el mutuo enriquecimiento.
cularse a un grupo de gente mayor, que usa un len-
guaje raro, que tiene unas estructuras que perciben 3. Conclusión
rígidas, unas actividades poco divertidas y unas pro- A la postre pienso que para renovar nuestra pastoral
puestas exigentes. Menos aún si perciben represión, juvenil no necesitamos estrategias pedagógicas
autoritarismo o discriminación (pecados reales de sofisticadas, especializadas y costosas, sino dos
nuestra Iglesia) La única forma en la que los jóvenes requisitos, eso sí, imprescindibles:
pueden sentirse interesados por la Iglesia es descu-
• Una experiencia gozosa de nuestra propia fe, que
briendo en ella un espacio en el que se experimen-
sea capaz de llenar nuestra existencia de amor,
tan realidades que no se experimentan en ningún
sentido, esperanza y pasión, al tiempo que inspire
otro lugar y que dotan de calidad, fecundidad y ple-
opciones y actitudes que generen vida a nuestro
nitud a la vida: la experiencia del encuentro con
alrededor. Esto es, un tipo de vida que, por su
Dios, la experiencia de la fraternidad y la experiencia
intensidad y calidad, pueda provocar interrogantes
del compromiso solidario y transformador. Si la
e interés en nuestro entorno.
Iglesia abandona su pretensión de controlar o encor-
setar la vida de sus miembros y se dedica a alimen- • Más fe en nosotros, con lo que ello significa de
tar y estimular su capacidad de creer, de amar y de valentía, entusiasmo, coraje y creatividad y tam-
esperar, será mucho más atractiva para los jóvenes. bién en Dios que está presente en el mundo y en
Y esta vivencia eclesial reclama, necesariamente, todo ser humano y que puede, en cualquier
seguir cultivando la creación de pequeñas comuni- momento, invitar a su amistad. Nuestra mediación
dades cristianas insertas en unidades pastorales mas es necesaria pero, a la postre el reinado de Dios (a
amplias (parroquias, movimientos, etc). Dios gracias) no está en nuestras manos. 7
Gazteen Berriak
Al servicio de los jóvenes

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