LITERATURA
Paginas de futbol
Lirica y prosa de las patada
Hubo un tiempo en el que la pasion por el fitbol resta-
ba neuronas intelectuales; en que si te gustaba sentarte
Jos sabados frente al televisor para cantar los goles de tu
equipo ya podias considerarte incapacitado para leer a
Cervantes 0 cualquier otro autor que requiriera un mini-
mo esfuerzo, no digamos ya a Joyce o a Bernanos; en
que si querias acudir al estadio debias proveerte del
correspondiente disfaz (istima no poder preguntirselo
aHortelano y Benet). Un tiempo en que hablar de fitbol
y leer periédicas deportivos era sindnimo de indigencia
cultural (todavia hay quienes asi piensan). Lo que no
obstaba para que a muchos escrtores € intelectuales de
postin les gustase el deporte de las patacas por anton
Imasia, para que se escribiera sobre el fitbol y sus com
tornos y para que las figuras de los jugadores ms rep
sentativos reclamasen biografas y panegiicos. Si bies
nunca como hora que, por fin, se ha descubierto que le
de las neuronas va por otro conducto y’ ls editoriles
‘mis atrevidas han encontrado en el ftbo! un nuevo fllon
a explotar Para muestra, un bot6n: Gracias, vieja, bio
grafia de Alfredo Di Stéfano, result ser uno de los libros
ds vendidos en lailtima Feria del Libro.
Eouaroo Atouso cabezas de hombres" ( Criticén, 1, XVI.
J NVENTARON el futbol las mujeres?
Homero dio cuenta ena liada de un
partido femenino en una playa
de Feocia, aunque puede
que no fuera de balom:
pie, sino de badming-
ton ovolebo}, quién
sabe. Tas 2ozobrat
frente a a costa,
Ulises alcanz6 a
nado la orilla y
entonces sus ojos
cexhaustos vieron
unas muchachas
que jugaban ala pe-
fota “despojadas de
‘sus velos”. No era un
Aelitio de néufag, sino
un partido amistoso de la
princesa Nausikaa y sus azafatas.
@Xacid el fatbol asi, como un jueguecito
‘ociaso yviginal No parece probable, Los
antropOlogos remontan lo primeros pun-
tapiés @ un derby entre dos tibus host
Jes, cuando los ganadores deshicieron a
patadas la cabeza de un cacique vencido,
Cuenta Desmond Moris en B deporte rey
{que todavia hoy en Kingston (Inghterra)
se uega en carnaval un partido de fitbol
en memoria del celebrado en 1790, cuan-
cdo tras derrotara las tropas danesas los lu
_garefios patearon la cabeza del capitin ven-
cido. Nuestro Baltasar Gracin narré un
partido entre “dos bandas muy contrarias
on pelotas de viento, tan grandes como
leer Juiic-agosto 2000
ftbol nacid como
pasatiempo de seftoritos
ingleses. Todavia en los afios 20
el sport era cosa de snobs que
Rea ane nIG
Seana an
‘Los mayas jugaban con una pesada pe-
Jota forrada de caucho, pero no podian
clarke pataclas ni tocaria con as
manos. La golpeaban con
Jncadera hasta pasar
porun aro de ped
igoool...! El gol
representaba la
puesta del dios
Solen locasoy
para congracar-
se conla divin
dad el equipo
victorioso deca-
pitabaa uno ova-
trios jugadores del
equipo perdedor. El
sito noha muerto, aun-
que es menos sanguinario.
Lacopa con asts de Champion
‘que alz6 Rail no es mes que una version
metica de la orejuda cabeza del maya ven-
ido. Luego el tofeo se ofrece ala Virgen
dela localiad ya iestaitcrgica acaba en
lafuente de la Cibeles.
Del calcio italiano nos legéa finales del
XVII la palabra bakin (pailone). Hasta en-
‘onces aqui se jugaba con pelota de vien-
to ode borra forrada de cuero. Los juga
ores iban “en cares, con s6lo los patos
que cubrian las partes secretas” (de ahi la
frase quedarse casi en pelotas), segtin Ro-
drigo Caro. Peto ni el ftbol ni el frontén
gustaban a todos. El dramaturgo Ruiz de
‘lareé, quizd por ser enclengue y joro-
118
bado, no entendia tanto esfuerzo por des
trpar una pelota: ‘Sil cuero fuera de v
1no/ no sera desatino/ sacle elalma.a po-
rrazos’. Alonso Quijano hubieraacabado
igual de loco sien vez de libros de eabe-
ler hubiera lei el Marca con la misma
voracidad, pues, al decir del cura, pelotas
ylbros tienen un fin oioso: “Entretener a
algunos que nitienen, nideben, ni pueden
trabajar”. Ylaociosidad es la madre de o-
das os pecados, Noes de extraiar que los
diablos anden peloteando con libros a a
puerta del infierno (El Quijote, 170).
NILA ERA moderna, el ftbol naci6
‘como pasatiempo de seforitos inge-
ses. Todavia en los aftos veinte el sport era
cosa dle esnobs y chicas topolino que en-
contraban en el tenis, el cricket y la nata-
in la excusa para liberar el cuerpo de ro:
pas y dogmas represivos. Eran bello tiem
os paral élite social la vida y la poesia
eran puro juego.
Delajuglara radiofnica de Matas Prats
se pasa Valdano, que es una especie de
"Nebija del fitbol. "Ya no hay juglaria he-
roica,/ ni extremos ‘incisivos’ / ni poetas
que canten et balén./Esla hora del cari
lero y del prosista”, Pero ya el itbol se ha-
cfa proletario, divertia a los obreros de ale
ppargata y ya no se jugaba en un campus,
sino en campas de arrabal. La rebelion de
das masas orteguianas acab6 con el exq-
sito fair play dej6 paso a la Fura racial:
“A mi, Sabino, que lo arrollo”. El futbo-
lista era un miliciano embarrado que se-de fitbol ye f-
guia en la cancha incluso
hecho puré, Surgié
rofo tuvo una patria. Déca
sapareci el bel6n con
bol seh
as evolutivas del b
lompié corresponde
ratios, yen el mismo orlen genérico
que en los siglos medievales. Primero las
jarchas, luego el Cantar de Mio Cid ~que
46 la camiseta de Castilla y goled a los
0s valencianosy luego la prosa. Con
sends géneros
a iveratr
mero el vagido lirico, luego la juglark
diofinica de Mi
Bernabeu
G
iro, lo vio comozigrag
le
«a pasé lo mismo. Pri
jerta Espatial'—
(0s liempas pro-
uento
Marcelinoy
en el 2000, en:
Saicos, a novela
TN 1924 el chileno Juan Parra del
Riego llamé al delantero uruguay
iandin “émbol, bistur, irabuzdn, trom-
musical bajo el espacio”, y en pleno de.
ne “espaachit
y wibora,/campana y banderala". Y
Jutio-Agosto 2000 leerLITERATURA
el olvado poeta Vicente Gaos escribié en
1970 una oda admirable al Gikimo de os in-
sios extemas quel dado el fitbol. Hoy
abundan los “falsos extremos’. En fitbol y
en literatura se busca alcarilero, alo Ro-
berto Carlos y Pérez Revert). Elbrasileno
Jaiinho, “centauro entre un cafaveral de
‘defensas’ era un negrito de alas en los pies
yyazogue en la cintura que caracoleaba co-
mo “jaca en el rjoneo" “Cada vez que mar-
caun gol airznho, el negrto detierno d-
mimutivo/ y pie inverosiml...”
Sinembargo al principio los poetas pres-
taron més atenciéna los porteras que los
goleadores. éPor qué? Vicente Ved se ha
puesto la camiseta de Freud para inter-
pretar la porteria como la casa propia, la
placenta maternal... Rero no Al principio
fue el mito. El poreero de fitbol era otro
Can Cerbero el perro de res cabezas que
guardaba os Infiernos. Patko, “oso rubio
de Hungria’, que dio al Ricing la copa de
Espaia en 1928, era segin Abert “tigrear-
diendo en a hierin’, Salo que elhéroe mi-
tico es, ub specie actualitatis, una figura
patétca:indefensobajo los palas como un
Gisto crucicado, tan vulnerable como et
fusilado del dos de mayo que pint6 Goya.
De abi que el portero de fitbol sea sujeto
de letania eegiaca: “Plath, t/lave rota/
llavedurea...” Miguel Hemndez, queju-
‘26 en La Reparticiora, el equipo desu ba-
trio, eseribid un planto Lolo, portero del
Orihuela CE, muerto tras una esiada con-
tral poste, un plongeon mortal que aio
en el estadio “una granada de
tristeza’, "los penaltis que
también parabas/ace-
chando tu acierto,/
nadie mas que la
red pone trabas,/
la
RMN Mun
siguid en el XX la misma
El mundo es un bal6n
D ESDE que cl mundo es una pelo-
de fitbol, cualquier bribon ha
querido hacerse-con ella, dice con soma
Elias Canetti, Sin embargo, dominar el
balon, lo redondo, lo esferiao, puede ser
‘unbello simulacro de la felicidad. Lo di-
joenverso Gerardo Diego: “Tener un ba-
Jon, Dios mio,/ Qué planeta de fortuna’,
“Aerolito, poma/ blanca, esmalte del
infinito...”
*Con el bal6n hicieron bellas/ metafo-
ras los poetas de vanguardia. Los exis-
tencialisas, en cambio,/lo miraron co-
‘mo simbolo del destino/ que rueda: la
pelota, como la vida,/siempre se desin-
fla/al final”.
Pero équién domina un bal6n? Algunos
poetas uguetones han hecho malabares
metafdticos con él. Para Ramon de Bas-
terralapelotaes “cara poma, blanco gi-
bulomensajero’, y para Luis Hernandez
nada menos que un “aerolito, esmalte
del infinito”iiricas vaseinas!
En verdad, la pelota, como diria Carlos
Bousofo, ¢ un simbolo polisémico. Que
Ja fortuna juega ala pelotacon los hom-
bres, nos lo advertia Quevedo. Vivir es
pelotearla miserable vida... aiadia Lo-
pe de Vega. El hombre es un balon que
‘mada invencibe, y el testarizo de Marce-
lino fue la vietora dela Division Azul con-
trae contubemio comunista. Entonces la
transmision radiofénica de un
partido de fitbol no dife-
rfa del arte juglaresco.
Por de pronto todo
héroe en el campo
recibfa unepiteto
pore re ha épico. Si ay
ocuekde: MMCMUMCUCISUEMICE NII es bus hors
jado, mueto”, ji naci6”, Zarra era
CUCM ACR (CMC ‘el gto de Do
URANTE in”, Di Stéfano
el perodo WAMU EMICRN DOI “sex ub y
pico del fitbol, a
mejor literatura ba-
Jompédica fue oral. Con
Franco, el fitbol fue la me-
jor metifora de laHistoria de Es-
patia. El Real Madrid campeaba en Euro-
pa como los tercios del duque de Alb, El
Cerrojo de algunos equipos recordaba la
resistencia numantina, El gol alos ingle
ses en Maracand fue un revancha de laAr-
manos de prosistas
Genito “la galerna
del Cantébrico”. El
apodo del héroe servia
para reaizar una cualidad y
protegerlo del olvido. Hl futbo-
lista queen los setenta se inventaba un pa
ppAasturiano para jugar como oriundo en
spat venia con un sobrenombre étnico
temerario que tanto setvia para entu-
siasmara los hinchas locales como para
ret... “como aquello que escapa alas
leyesvitales”, deca el escrtor francés
Jean Giraudoux. Ylos dioses nos tratan
1 patadas, segin Plauto: dis nos quasi
plas habent, Claro que en este pim-
‘pampiin los maridos las pagan con sus
‘amadas esposas. En una comedialopesca
tuna dama se queja de que los hombres
Ja traten no solo como a un trap, sino
como una pelota de frontén: “pues Vo-
otros 0s holgais/y yo los golpes reci-
bo" Pero sociologfacll margen, ecce ho-
‘mo; un puto balon, Albert Camus, que
fue futbolista mucho antes que Premio
Nobel, relacion6 la pelota con la fatali-
ac: “viene de donde uno la espera’, Y
al final, penalty yexpulsin Sila vidaes
como tuna pelota, siempre se desinfla
alfa Fi.
Para sobreponerme a estas téticasre-
flexiones y a mi unamuniano dolor
—me duele el Sporting’, ahora mis-
‘me apago el ordenata,escancio un cl-
lin de sidra y me arrellano ante el te-
levisor para ver el Espaitaugostavia,
Lapelota (ya vida) en un sillénball.
Yadecia Lope de Vega que: “La pelota
esun gran juego/jugado desde una si-
lla/ sin menearse”. 2
acojonar alos contrarios: Lobo Diarte, Ma-
tador Kempes, Cholo Sotil, Panadero
Diez, Magico Gonzilez... El ultimo juga-
dor éon apodo fue el Buitre, pero era ya
hhumano, un caballero de la futbolera, una
especie de Amadis de Gaula. Acabado el
verso épico, leg’ la novela moderna
Latelevisin en colorhizo innecesario el
epiteto memorable, La imagen acabé con
el romance epicolitico. De Matias Prats pa-
samos a Valdano, que es una especie de
Nebrija o de Menénde Pidal de fatbol.
Aunque los ocutores deportes gritan hoy
tanto como ayer, son incapaces de crear
‘un metéfora y de inventar un mote subli-
me. iQué miseria nominativa! Te lees la ai
neacibn de un equipo de ftbol y parece
‘que estés pasando lista en un colegio del
Opus o en una clase de a ESO: Sergi, Abe-
latdo, Alfonso, Rail, Iker Casillas... EL
‘maestro de esos colegiales es racial y man-
chego, tiene un nombre sacado del Qui-
Joe: Camacho, Pero no lo duden: estamos,
‘yaen tiempos de la novela, “esa epopeya
destronada”. Ysino, echen un vistazo a las
novedades editoriales. ()