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LICEO PEDAGÓGICO QUILICHAO

TRABAJO DE:

ESPAÑOL

LIBRO:

LA REBELIÓN DE LA RATAS

AUTOR:

FERNANDO SOTO APARICIO

PRESENTADO POR:

JOSÉ ÁNGEL CHAMORRO A.

PRESENTADO A:

JOAQUÍN SALCEDO G.

GRADO:

DÉCIMO

SANTANDER DE QUILICHAO

AÑO LECTIVO

2019
INTRODUCCION

LA REBELIÓN DE LAS RATAS, es una obra del escritor colombiano nacido en


Soacha, Boyacá el 11 de octubre de 1933 Fernando Soto Aparicio que fue escrita
en el año de 1962, la cual habla de un campesino llamado Rudecindo Cristancho y
la situación de pobreza por la que pasa teniendo una esposa y dos hijos que
mantener, buscando una mejor condición de vida decide viajar hacia el pueblo de
timbalí en donde se enfrenta a muchas adversidades e inconvenientes. Es una
obra en la que se ve reflejado temas a resaltar entre ellas el capitalismo siendo un
sistema político muy importante y destacado, también contando una historia
conmovedora de lucha por la libertad y la equidad entre todos.
RESUMEN DEL LIBRO LA REBELIÒN DE LA RATAS

UNA LUCHA DE MINEROS POR LA LIBERTAD.

Al despertarse lo primero que oyó Rudecindo Cristancho fue el traqueo de los


motores. Abrió lentamente los ojos y examino la choza. Rodeada por la luz fría de
la madrugada parecía más vieja, mas decrepita. El techo estaba formado por
grandes latas planas cubiertas de huecos, tapados algunos con brea. Las paredes
se formaban de diversos elementos: tablas, hierros oxidados, canecas medio
despanzurradas. El piso era de tierra, esa misma amarilla, estéril, inservible, que
cubría ahora la totalidad del valle. La puerta estaba sostenida como casi un
milagro en equilibrio, era casi cóncava. Ya es de día mija, decía Rudecindo, se
quejaba de su dolor en la cintura debido a la posición incómoda en la que durmió.
Tenemos treinta centavos para comprar el pan mijo, decía pastora. Debes ir a la
tienda de don Joseto a comprarlo, ya que la señora candida nos ofreció
aguadepanela para acompañar. Es muy buena mujer afirmo pastora.

Rudecindo tuvo casi que tocar el suelo con las manos para poder salir por la
puertecilla, chueca y deforme como sus propios destinos. Ya afuera, el paisaje
desolado de los alrededores volvió a atemorizarlo. Luego miro el rancho donde
Vivian Candida y su hijo, un niño pálido y con aspecto enfermizo. Parecía un
muñequito de cera a punto de romperse. Rudecindo siendo un hombre pobre,
desgraciado, desamparado, se echó a andar hacia la tienda de joseto. Cristancho
al pasar por donde algunos edificios sentía una rabia incontrolable, al ver a los
extranjeros dentro de estos que eran personas con mayores conocimientos a él.
Pensaba, eran personas que hablaban inglés y para él, personas con estas
cualidades tenían la entrada asegurada al cielo, decían palabras extrañas que
parecían muy difícil de pronunciar y hablar. Al llegar a la tienda de Don Joseto, vio
una vitrina de color oscura, con los vidrios sucios, llenos de polvo, un conjunto de
dulce de diversas clases y botellas desocupadas. Que se le ofrece le pregunto
Joseto a Rudecindo, vengo a ver si me vende unos panecitos. Joseto se inclinó y
metió la mano derecha a la vitrina. Saco tres pequeños, morenos, cubiertos por
una finísima capa de polvo y se los entrego.

Al regresar a la casa Candida ya estaba levantada, se escuchaba dentro de su


casa un llanto uniforme y mecánico, era Necosu hijo. Rudecindo saludo a Candida
y ella como la buena mujer que había demostrado ser hasta entonces le devolvió
el saludo además de darle el consejo de conseguir una caneca con restos de
alquitrán para tapar los huecos que tenía la casa de ellos. Rudencido Cristancho
se alejó lentamente de ella al recibir este consejo, sentía los ojos de Candida fijos
en su espalda, ya pasando este momento de miradas fijas entrego los panecillos a
Pastora para que se alimentaran ella y sus hijos, en ese momentos el hambre le
cosquilleo el estómago y sintió nauseas. Trago saliva, con fuerza, para alejar la
sensación de mareo que lo poseía, se pasó la mano derecha por la frente. Oyó,
lejano, el ruido de la máquinas y miro a la montaña, y pensaba uno y otro vez; la
riqueza tan grande que se almacena bajo los arbustos bajo unos dos metros de
tierra, el trabajaría en la pintada como obrero golpeando las rocas con el filo de
las piqueta. Pensó con miedo en los túneles largos, en esos corredores negros a
donde tendría que meterse a ganar para el pan de cada día, de él y el de su
esposa e hijos en esos momentos se hacía muchas preguntas entre ellas ¿Quién
lo trajo a la tierra?, ¿Qué manos trabajaron para el de niño? ¿De dónde vino él?,
ponía el ejemplo de Candida, una mujer que no era fea y en los ojos tenía una
chispa atrayente. Recordó a Pastora con su mejillas y senos flojos, su vientre
hinchado sus piernas descarnadas. En el momento de ese análisis, recibió el
llamado de Pastora para que bajara a desayunar lo de casi todos los días:
aguadepanela sin pan, sola caliente, pasándole por la garganta como una brasa

Terminaron de desayunar y en esos momentos Candida, llego a la casa de


Pastora, ofreciéndole el lavar ropa para los místeres del pueblo en donde afirmaba
que pagaban muy bien, Pastora acepto pero a la vez Rudecindo se preocupa de
que Pastora fuese hacer mucha fuerza y le causara algún problema en el
embarazo, sin embrago Candida lo consolaba un poco diciéndole que mientras el
consiguiera trabajo se necesitaba ayudar en todo lo que fuese posible. En la tarde
Pastora regreso del pueblo con un cargamento de ropa feliz y contenta con la
buena nueva a su esposo diciéndole que le pagaban cinco pesos por cada motón
de ropa , Rudecindo sorprendido por el pago le pregunto en donde lavaría toda
esa ropa, entonces Candida les ofreció ir a una quebrada cerca del pueblo.
Emprendieron la marcha hacia la quebrada, iban todos incluyendo a Candida y a
su pequeño hijo. Pastora caminaba del brazo de Rudecindo, quien trataba de
protegerla y ayudarla en caso de algún inconveniente con su embarazo.

Oyeron claro y cristalino el ruido de la quebrada y se sentaron a lavar toda la ropa


Candida, Pastora y Mariena, en cuanto a Pacho y Rudecindo se pusieron a
pescar pidiendo Pacho un anzuelo a su padre para proceder con su prometido.
Extrajo Rudecindo de su bolsillo el anzuelo, pero con el problema de que hacía
falta todavía una piola; hasta que Pacho recordó que tenía uno una que era la de
su trompo, al ya tener todos los materiales para pescar Rudecindo ato de un
extremo de la cuerda un garfio metálico en donde colgaba un grillo y del otro una
vara para pescar, se ubicaron en un pozo que parecía muy profundo y allí
esperaron hasta que el pez picara, mientras tanta Pastora desataba el paquete de
ropa y lo extendía en el pasto para luego clasificarla. Ella y Candida se acercaron
a las orilla de la quebrada y comenzaron a lavar. Pacho y Rudecindo seguían
esperando a que una sardina callera en el anzuelo, al pasar un tiempo
determinado Candida le dijo a pastora que iría hacia la casa a traer harina, sal y
cebolla aprovechando el suave cantar de los pájaros y el clima tan esplendido
para hacer la sopa. Cuando Rudecindo la oyó no pudo evitar mirar, el movimiento
rítmico de sus caderas y de sus hombros, no pudo evitar recordar a Pastora
cuando la conoció, en otras palabras se encontraba en medio de una lluvia de
recuerdos y opiniones acerca de Candida, decidió no observarla más para no
incomodarla y como por arte de magia sintió un tirón en su vara y la alzo con
fuerza, pero desafortunadamente el anzuelo estaba vacío. El grillo había
desaparecido, su hijo le recriminaba el haber dejado escapar el grillo. Rudecindo
un poco apenado le ordeno que consiguiera otro grillo afirmándole que esta vez no
se le escaparía el pez. Caía la tarde y todos estaban preocupados porque
candida no llegaba, y el que más lo demostraba era Rudecindo de cierto modo
meneaba la cabeza tiraba del anzuelo con cólera y lo lanzaba de nuevo pero esta
vez mas lejos y tal parece que todo ese estruendo trajo buena suerte pues pacho
grito de un momento a otro ¡lo pescamos! ¡Lo pescamos! ¡Es grandísimo papá
parece una trucha! No paraba de gritar y gritar de emoción, cuando lo sacaron
decidieron colocarlo en el pasto sobre una saeta plana adornada. Era una sardina
exageradamente grande.

Con alegría y emoción decían, ya tenemos algo para el almuerzo, ahora según
Rudecindo solo le faltaba que llegara Candida sana y salva. Sus deseos se
convirtieron en realidad, pues Pastora llego con el cabello alborotado y unas gotas
de sudor en su rostro. Traía consigo una olla llena de mazamorra, y una talega de
papel, llego con la explicación y el argumento que se había encontrado al diablo y
disculpándose por la demora, todos estaban satisfechos porque habían tenido un
día espectacular y comerían muy bien. Toda la familia de Rudecindo le agradecía
a Candida por su generosidad y por todo lo que habían hecho por ellos desde que
llegaron a Tìmbali.

No conforme con toda la comida que ya tenían Rudecindo y Pacho buscaron otro
anzuelo y decidieron seguir pescando, y como si fuera poco otra vez pescaron otra
sardina, incluso más grande que la primera y complementaron lo que había sido
un día privilegiado para ellos. Rudecindo se encargó personalmente de abrirles el
vientre a las sardinas con un cuchillo y pudieron comer en paz y alegres. Al
regresar todos a casa a Pastora se le ocurrió la idea de ir a la iglesia al día
siguiente, todos estaban de acuerdo debido a que estaban muy separados de
Dios y quedaron en ese plan para el día siguiente. Ya siendo de mañana
Rudecindo y su familia se dirigieron hacia la iglesia, decididos a escuchar la
palabra de Dios. Al llegar se sentaron en una banca totalmente desocupada,
observaba detalladamente todo movimiento que hacían en la iglesia entre ellos,
cuando encendieron algunas luces de la iglesia, cuando colocaron los libros en el
sitio, además de lo que ellos tenían que hacer, como arrodillarse en el momento
en que el cura apareciera, para que comenzara la misa. Frente a Rudecindo se
encontraban sentados en las bancas dos borrachos. No decían nada. Sus ojos se
cerraban, inclinaban la cabeza sobre el pecho y de pronto la levantaban,
asustados, y fingían escuchar pero luego la borrachera los dominaba y caían
somnolientos, en la otra banca se encontraba una mujer que se había quedado
dormida con el seno desnudo, en fin le llamaba la atención todo lo que veía. Se
dio cuenta de que no estaba prestando atención a la misa y por eso fijo su
atención en el altar, cuando el padre había terminado de leer el evangelio. Se
aclaró la garganta y hablo. Dirigiéndose a todos los borrachos que no lo
escuchaban y a la mujer que dormía profundamente. Sus palabras eran las
siguientes: “la pobreza, llevada con resignación, es una virtud grata a los ojos del
altísimo. Muchos de vosotros hermanos míos, os desesperéis por vuestro destino.
Pero recordad que cuando Dios vino a la tierra para redimirnos, no llego entre las
sedas y las comodidades, entre los ricos y los potentados. Soportad
pacientemente vuestra pobreza y bendecid a Dios, porque os ha dado el mismo
camino que siguió Cristo en la tierra; y porque en el cielo, después de la muerte de
nuestros cuerpos, por esa resignación, por esa virtud de la pobreza,
encontraremos al Padre que nos abrirá sus brazos para recibirnos y albergarnos
en ellos por toda la eternidad”. Para Rudecindo el padre hablaba con mucha
sabiduría y certeza ya que la pobreza para él, estaba calificada como una virtud.
Y el cielo quedaba más allá de la tierra. Volviendo de la iglesia hacia su casa
Rudecindo estaba con mucha ilusión de que llegara el día siguiente por que iba a
madrugar a conseguir trabajo en la compañía carbonera de oriente.

Rudecindo Cristancho levantado ya a las siete de la mañana, llego a su destino (la


compañía carbonera de oriente), vio una larga fila de hombres que buscaban lo
mismo que él, trabajo, y el primero de ellos estaba en una ventanilla, decidió hacer
la fila, mientras esperaba su turno, pensaba en su familia en que ya pudiera
sacarlos de esa situación tan mala en la que estaban. En menos de lo que
cantaba un gallo llego a la ventanilla la chica que estaba atendiendo a todo aquel
que pasaba por ahí le pregunto qué es lo que hacía ahí. Rudecindo le respondió:
he venido a buscar trabajo en esta empresa como obrero, el entro en la oficina
donde un hombre rubio y alto los atendía.

Espero alrededor de media hora para que luego la misma muchacha entrara a la
oficina para traducir las palabras que decía el jefe de personal ya que no hablaba
español. Al instante entro el jefe de personal y la reunión no se tardó más de
quince minutos solamente le hicieron dos simples preguntas, como se llamaba y
que trabajo le gustaría, al final de la entrevista lo mandaron como obrero en la
mina de la pintada afirmándole que ganaría cuatro pesos con cincuenta centavos
al día. Al llegar a su casa las reacciones de su familia son las mejores lo felicitan y
abrazan.

Cuando llego a la mina al otro día, siendo su primer día de trabajo conoció a un
minero llamado paco espinel, quien le contaba de todas las barbaries que habían
pasado en esa mina antes de que el llegara, entre ellas los cuatro mineros que se
encontraba sepultados en cualquier parte de esa mina por un derrumbe que hubo
no hace mucho tiempo. Conoció al capataz de esa mina un hombre que al
principio no parecía tan cuchilla, sin embargo las apariencias engañan y esto fue
lo que sucedió pues después de un tiempo determinado se empezó a comportar
de manera intolerante y explotadora, si un obrero caía desmayado no permitía
siquiera que lo ayudaran a levantarse. Fue un día duro para Rudecindo al llegar a
su casa el único consuelo que tenía era el que por lo menos llegaba con sus
primeros cuatro pesos en el bolsillo. La noche estaba tranquila no se oía ni el
zumbido de una mosca, hasta que se percibió un olor a humo. Se figuraba que era
un vecino que andaba quemando basura o algo por el estiro, eso pensaba
Rudecindo hasta que oyó el grito de Candida, su casa se estaba incendiando tan
rápidamente como si hubiera pasado un huracán. Rudecindo Cristancho y su
familia apagaron el fuego a punta de cube tasos de agua, cuando ya había pasado
la conmoción Candida se encontraba herida y lastimada no podía siquiera
moverse, entonces Rudecindo y su familia decidieron albergar a ella y a su hijo en
su casa mientras se recuperaba.

Rudencindo, con el pasar del tiempo había caído en cuenta que el salario que
ganaba no alcanzaría para los gastos de toda su familia, además de que se
mataba nueve horas diarias para un salario tan miserable como este. Las cosas
empezaron a andar mal y ahora casi no había dinero para el alimento de toda su
familia, se llegó a un punto extremo de que Pacho el hijo menor de Rudecindo
robo para ayudarle a su papá con los gastos, además Don Joseto el de la tienda
había resultado ser un viejo pervertido que acosaba a la hija de Rudecindo
además de diablo la persona acusado de quemar la casa de Candida ,por esta
razón Mariena no volvió más a la tienda y salía lo menos posible, pacho no podía
soportar estos hechos estaba tan enojado que al ver una escena de estas le clavo
un puñal a al diablo en la pierna que lo llevaron hasta la cárcel. Por este hecho
Pastora y Rudecindo tuvieron que hablar con el alcalde de Tìmbali para que lo
dejara en libertad. Las tragedias invadieron a esta familia al otro día de que
ocurriera esta suceso Pastora sufrió un terrible accidente que la llevo a perder él
bebe que estaba esperando debido a una caída que tuvo.
Rudecindo quedo totalmente herido por la pérdida de su hijo estaba cansado de
todas estas tragedias que azotaron a su familia y de que el no ganara el dienro
suficiente, entonces decidió realizar una huelga o una rebelión con sus
compañeros mineros, para acabar con la conocida explotación hombre a hombre
Tuvieron una pelea muy sangrienta en donde se perdieron muchas vidas entre
ellas lastimosamente la de Rudecindo un hombre recordado por que hizo hasta lo
imposible para que hubiera equidad en este mundo y se acabara las injusticias.
OPINIÓN PERSONAL

Este libro desde mi punto de vista critico me dejo muchas enseñanzas y


reflexiones, entre ellas el amor que los padres nos tienen a los hijos, a pesar de
los regaños y los gritos que nos dan siempre va a existir ese cariño de ellos hacia
nosotros, un libro que va dirigido al público familiar y destacándose por la justicia
y la equidad que el autor quiere dejar como mensaje a todos los lectores. En fin
este libro me inspiro mucho para crear una frase con un gran mensaje que es “la
libertad y la igualad son las únicas armas que Dios nos dio para enfrentar este
vida”
BIBLIOGRAFIA

Aparicio Soto, Fernando (1962): la rebelión de las ratas. Colombia: panamericana.

(En línea). (2019) (consultado el 25 de marzo del 2019) disponible


en<https://www.monografias.com.

Biografía De Fernando Soto Aparicio. Disponible en<https://es.wikipedia.org

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