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2/11/2018 Al bote pronto

Al bote pronto
30/10/2018 04:18

José Woldenberg

El domingo escribí sobre otro asunto. Pero el lunes en la mañana me


entero de los resultados de la llamada consulta y de la reacción de
los organizadores y decido escribir estas notas al “bote pronto”. Me
refiero solo al procedimiento. Por desgracia lo que parece un juego
no lo es.

1. La votación realizada entre el 25 y 28 de octubre puede ser


denominada como se quiera menos consulta. La consulta está
regulada por la Constitución y la ley y el ejercicio realizado no
cumplió con ninguna de esas condicionesnormativas.

2. Habrá quien diga que mejor eso a nada. Pues no. La única garantía
que tenemos los ciudadanos de que nuestras autoridades no actúen
de manera discrecional, arbitraria o facciosa, es precisamente la ley.
Son las normas las que establecen lo que pueden hacer y las
condiciones para ello.

3. Se dirá entonces que los organizadores no son aún gobierno y


que por ello no están obligados a cumplir –como si fueran gobierno-
con el marco constitucional y legal. Y en efecto así es. Pero faltando
apenas un mes para su ascensión como tal, la única manera de leer
el ejercicio es como una fórmula para hacer a un lado las
obligaciones normativas.

4. La “consulta” no contó con ninguno de los mecanismos de


seguridad con la que se realizan en México las elecciones. Ni listas
de electores, ni funcionarios de casilla sorteados y capacitados, ni
vigilancia por parte de representantes de ambas opciones, ni
posibilidades de inspección, ni tinta indeleble para evitar el doble voto
y sígale usted. Por lo que sus resultados pueden ser creídos o no.
Actos de fe.

5. La “consulta” refleja de manera mucho más inexacta que una


encuesta la “voluntad popular”. La segunda se construye con una
muestra representativa de la población, la “consulta” está
sesgada desde el origen. Ni remotamente se puede afirmar que
“representa” la opinión de la sociedad.

6. El pueblo se hizo chiquito. Según los propios organizadores votó


GUARDAR
un poquito más del uno por ciento de los electores registrados en
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2/11/2018 Al bote pronto

el parón. Es decir, 99 de cada 100 no participaron. Ello porque en


muchas poblaciones –se anunció desde el inicio- no se instalaron
casillas (se excluyó a parte del pueblo) y los otros porque simple y
llanamente le dieron la espalda al ejercicio.

7. Como siempre sucede, el pueblo que compareció votó dividido


(70-30). Lo digo solamente para subrayar lo obvio: el pueblo no es un
bloque ni un monolito. Se trata de un conjunto diverso, plural, con
intereses, marcos ideológicos, sensibilidades, visiones y reacciones
desiguales y distintas. Eso que cualquiera puede constatar es el piso
sobre el cual se edifican sistemas democráticos que intentan forjar
condiciones para la reproducción, convivencia y competencia de esa
pluralidad.

8. Por el contrario, la utilización del “pueblo” como si fueraportador


de una sola voluntad, una sola voz, un solo interés, es lo que ayer y
hoy “permite” a algunos hablar en su nombrey desconocer como
interlocutores legítimos a quienes disienten de su voluntad. Lo
cual no suele presagiar nada bueno.

9. No puede ser considerado como un ejercicio de democracia


directa porque careció de un marco normativo, porque no ofreció
garantías de imparcialidad en su organización ni de equidad entre
las opciones contendientes,excluyó a millones y sus promotores
siguen siendo un grupo de particulares que, bien a bien, pueden
hacer con los resultados lo que quieran. Y otra vez, si así se entiende
la consulta al pueblo, lo que tendremos serán “consultas” para que el
pueblo diga lo que su pastor guste y mande.

10. México ha construido instituciones en diversos campos.


Muchas son débiles, funcionan de manera inapropiada y tienen
carencias. Otras, por el contrario, llevan a cabo tareas estratégicas, lo
hacen con esmero y cumplen su función. Sostienen y ofrecen cauce a
buena parte de la vida social y sin duda son superiores a los deseos y
afanes de una o más personas, por más bien intencionadas que sean.
Temo a la desinstitucionalización del país, al reino del capricho.

Profesor de la UNAM

GUARDAR

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