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BIOGRAFIA: Jodorowsky

Rubén Parraga

Alejandro Jodorowsky Prullansky -de padres inmigrantes rusos- nació en Chile en 1929 en
Tocopilla (un pueblo que se encuentra en el paralelo 22, a lo que Jodorowsky deduce: el tarot
tiene 22 arcanos mayores). En los años 40-50 hubo cierto movimiento cultural en Chile formado
por el joven Jodorowsky, José Donoso (escritor con dos adaptaciones al cine de su novela
”Coronación“, la más moderna dirigida por Silvio Caiozzi, que también ha adaptado ”La luna en
el espejo” y la reciente ”Cachimba“, Arturo Ripstein quien se metió en Donoso con ”El lugar sin
límites”), Jorge Edwards (premio Nacional de Literatura en 1994) y Enrique Lihn (del que
destaca su obra poética y ensayística). Jodorowsky se dedicó a hacer revolucionarios "actos
poéticos" con sus compañeros de la Generación del 50, "Nosotros con el flaco Lihn, que ahora
es gordo, hacíamos funciones de marionetas. Una vez hicimos una obra de Valle Inclán y con
lo que nos pagaron arrendábamos una victoria (carruaje) y nos fuimos corriendo detrás.
Cuando nos topábamos con una fuente la atravesábamos por la mitad y seguíamos corriendo
detrás de la victoria. Hacer una cosa así ahora quizás nos costaría estatuas con discursos".
(1990: 31-33).

Creó mimos y obras de teatro experimental en la universidad, pero no se sentía a gusto con las
posibilidades de enseñanza chilenas y, en 1953, se marchó a México a aprender alquimia y
tarot.

Allí, formó, en 1962, el ”Movimiento pánico“, junto a Fernando Arrabal, vinculado al cine, como
actor, guionista (Fando y Lis de Jodorowsky) y director (The emperor of Per, 1982, y Viva la
Muerte, 1971, prototípo de ese anarco-surrealismo intelectual que practicaba); y Roland Topor
(autor del guión de la excelente Marquis, 1989, de Henri Xhonneux y del clásico de animación
de 1973 El planeta salvaje de René Laloux, incluso aparecía como actor, interpretando a
Renfield, en el Nosferatu de Werner Herzog. El "Movimiento Pánico", fue concebido en alusión
al dios Pan, el cual se manifiesta a través de tres elementos básicos: terror, humor y
simultaneidad. "Entonces queríamos reírnos de la filosofía francesa, tan seria, aunque ahora,
tal como está el mundo, deberíamos reírnos de la filosofía mundial, que no ha servido de
nada", sostiene el propio Jodorowsky. Equivalente a pluralidad-ubicuidad, el Movimiento Pánico
es una intensa búsqueda por trascender la sociedad aristotélica y dejar un legado que impulse
a la humanidad a una nueva perspectiva. "El pánico es la crítica de la razón pura, es la pandilla
sin leyes y sin mando, es la explosión de 'pan' (todo), es el respeto irrespetuoso al dios Pan, es
el himno al talento... loco, es el antimovimiento, es el rechazo a la 'seriedad', es el canto a la
falta de ambigüedad... Es el arte de vivir (que tiene en cuenta la confusión y el azar), es el
principio de indeterminación con la memoria de por medio... Y todo lo contrario", explica
Fernando Arrabal.

Francia es su tercera parada. Ya hacía guiones de comics antes, desde 1966 -”Aníbal 5” o
”Fábulas pánicas”-, pero en 1975 conoció a Jean Giraud (el autor de ”El garaje hermético”;
guionista de ”Les maîtres du temps” de, otra vez, René Laloux; diseñador en Hollywood de
”Alien“, ”Willow“, ”The abyss“; autor del diseño de producción de ”Tron” y del vestuario de
”Blade Runner“; y participante en el films ”Heavy Metal” de Gerard Potterton y Jimmy T.
Murakami), alias Moebius, y crearon ”El Incal“, serie que mezcla oníricamente la novela negra
con la metafísica, También tuvo mucho éxito ”Alef Thau” sobre un niño sin brazos ni piernas y
su iniciación a los viajes astrales en particular y la liberación de su cuerpo físico en general (la
consecución de El Hombre Sin Realidad). Con Moebius planearía su inconclusa adaptación de
”Dune” de Frank Herbert, y daría cuerpo al personaje de John Deefol (”El Incal”) en otras
novelas gráficas. Su carrera en el comic, con o sin Moebius es extensísima.
Su Carrera Fílmica Jodorowsky hizo su debut como director cinematográfico con una
adaptación del cuento corto ” Las cabezas trocadas ” de Thomas Mann, mucha ambición,
cuando con 28 años (1957) decidió ponerse al frente de este mediometraje olvidado, incluso en
su filmografía oficial, pero con un tono muy jodorowskiano, -unos jóvenes hindú deciden
intercambiar sus cabezas porque una chica está enamorada del cuerpo de uno y de la mente
del otro-.

Once años después, en el seno del Movimiento Pánico, se llevó a cabo la que es su obra
maestra de los primeros años. En Fando y Lis, 1968 (el año es tremendamente decisivo), con
un guión firmado junto a Fernando Arrabal, intenta mostrar, por medio de una pareja mutante.
la hipocresía reinante en el mundo, sobre todo en referencia a las relaciones de pareja. Cómo
la apariencia de comunicación es en realidad un espejo unidireccional; cómo el querer y el no
querer son un mismo trazo negro en la piel. Imágenes impactantemente surrealistas y
sentimientos complejos y reales rubrican el debut oficial de Jodorowsky en la dirección.

El Topo fue su segunda película; el relativo éxito de Fando y lis, le había dado la oportunidad
de ponerse tras las cámaras sólo dos años después. El género elegido era un género que se
había ido diluyendo en cine de baja calidad desde los años 50, era el western, que aún tenía
mucho que dar. Cargado de su hijo y de un simbolismo y una imaginación que nos remiten al
surrealismo más visceral (un extraño mundo entre surrealismo y realismo), El Topo intenta
hacerse un altar en medio del rudo oeste americano. Todos los tópicos del western al servicio
de las inquietudes estéticas y metafísicas de Jodorowsky: homosexualidad, masacres, religión
o enanismo.

Y en 1973, llegó la tercera entrega de la filmografía de Jodorowsky, el chamán de ontología


mística nos sumergía en un cuento a imagen y semejanza de las ideas de trascendencia que le
vagaban por la cabeza. De nuevo el éxito de su anterior film le daba fuerza. (El Topo fue
presentada en Nueva York por John Lennon que puso a Jodorowsky de moda entre el
ambiente hippie desencantado de finales de los 60 y principios de los 70).

En La montaña sagrada, su imaginería visual y conceptual se pone al servicio de la que


probablemente sea su película más pretenciosa (si acaso no lo son todas en su justa medida) y
desfasada. Como anécdota decir que George Harrison se interesó en el papel de ladrón, pero
como condición se debía eliminar la escena en la que se ve el ano de éste mientras se limpia el
culo, Jodorowsky se negó y el ex-beatle no participó en el film.

En Tusk, 1980, Jodorowsky volvía al cine, y volvía también a la India, ese país que tanto le ha
fascinado, con esta historia de destinos cruzados (entre una niña inglesa y un elefante indio,
Tusk) tan en la línea de pensamiento de Jodorowsky, la predestinación, las señales que no se
ven a simple vista, esa estructura de la realidad a la que sólo se llega por medio de una
iluminación, de una experiencia mística (también es puntual identificar los semblantes de
Jodorowsky y del antropólogo Carlos Castaneda). La crítica vapuleó la película (supongo que,
en realidad, con criterio, pero es que no dejaba de ser un pedazo de Jodorowsky, y ¿quién
tiene derecho a censurar eso?), y su actividad como director se vio forzada a un descanso que
probablemente le hizo más bien que mal.

En 1989, la crítica se volvió a poner de parte del chileno cuando éste estrenó Santa Sangre.
Por medio de los flash back de un joven encerrado en un hospital mental, Jodorowsky nos lleva
de viaje por su alucinería meta espacial, pero de una manera mucho más clara que sus
predecesoras, más lineal y menos intimista. Se funde el circo y la Iglesia (los padres de Fénix
eran lanzador de cuchillos él y sacerdotisa ella), aparecen las amputaciones y las taras, pero
con un ritmo, tal vez, demasiado lento. Un viaje más al universo de Jodorowsky entre drogas y
bailes, entre sangre y bilis.

Para terminar su filmografía (aunque tiene un par de proyectos ndos. En 1990 estrenó ”El
ladrón de arco iris“, nada menos que con Omar Shariff, Peter en cartera desde hace años),
Jodorowsky se enfrascó en una historia de dos vagabu O’Toole y Christopher Lee, con la
producción de Alexander Salkin y presupuesto para lo que fuese. Desde luego la historia de
estos dos marginales que buscan el pote lleno de monedas que hay al principio del Arco iris no
cuajó mucho, y es que Jodorowsky no es un director de presupuestos holgados!, es un director
de ideas, si todo es correcto técnicamente flaquean sus ideas, no muy acordes con que te
gastes 100 millones de dólares en algo inútil.
Espero que vuelva, espero que vuelva de la mano de una producción suya, con su familia (que
aunque no son grandes actores, si que son los suyos) y sus ideas, con su imaginería que no
comparto y hasta con la que si, misticismo trascendental e imaginería mental, una pieza
angular de lo que es el cine y el arte. Una pieza distinta y, por ello, única y genial.

Fuente: http://www.cineblog.net
Adaptado por Bocado Filmes
Fuente alterna: Revista Bandido 1990 Nº 20, páginas 31-33
http://www.clubcultura.com
http://www.geocities.com/bufoland/dibujant/jodorow1.htm

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