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Geologia V
Geologia V
de agentes externos (como el viento o el agua) o por la fricción continua de otros cuerpos.
La erosión corresponde al desgaste del suelo por la acción del agua, del viento o la acción humana.
Cuando se arrastran las partículas que componen la capa fértil del suelo, el terreno deja de ser
apto para sostener la vida vegetal. Adicionalmente, las prácticas agropecuarias inadecuadas
favorecen la erosión o pérdida del suelo, al facilitar la acción del viento y el agua.
EROSIÓN HÍDRICA corresponde al desgaste del suelo a causa del flujo de agua. Este tipo de
erosión puede ser pluvial o fluvial y la erosión causada por el oleaje.
La erosión pluvial corresponde al efecto erosivo del agua de lluvia. Una gota de agua es
aproximadamente 1.000 veces más grande que una partícula de suelo. Por lo tanto, la fuerza del
impacto de una sola gota de lluvia es suficiente para dispersar y arrastrar las partículas de suelo
que encuentre a su paso.
La erosión fluvial es producida por las aguas continentales. Los ríos y corrientes subterráneas
desgastan con su paso los materiales de la superficie terrestre. Parte del suelo es arrastrada en
dirección al mar, depositándose estos materiales en diversos lugares y modelando el paisaje.
La erosión por el oleaje es producto, mayormente, de la acción de las olas del mar. El impacto del
agua sumado a la abrasión de partículas, sedimentos, arena y piedras transportadas en el vaivén
de las olas, van desgastando las orillas.
Este efecto es más notable en costas más rocosas donde la fuerza de las olas va comiendo
progresivamente las paredes de piedra de los acantilados, mostrando el lecho de roca. Gracias a
esta acción, existen formaciones rocosas como los arcos costeros.
Son muchos los procesos que pueden contribuir a crear un suelo particular, algunos de estos son:
la deposición eólica, sedimentación en cursos de agua, meteorización y deposición de material
orgánico.
De un modo simplificado puede decirse que las etapas implicadas en la formación del suelo son las
siguientes:
«Instalación de los seres vivos sobre ese sustrato inorgánico». Esta es la fase más significativa,
ya que con sus procesos vitales y metabólicos, continúan la meteorización de los minerales,
iniciada por mecanismos inorgánicos. Además, los restos vegetales y animales a través de la
fermentación y la putrefacción enriquecen ese sustrato.
«Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire intersticiales». Inicialmente, se
da la alteración de factores físicos y químicos de las rocas, realizada, fundamentalmente, por
la acción geológica del agua y otros agentes geológicos externos, y posteriormente por la
influencia de los seres vivos, que es fundamental en este proceso de formación. Se desarrolla
así una estructura en niveles superpuestos, conocida como el perfil de un suelo, y una
composición química y biológica definida. Las características locales de los sistemas implicados
(litología y relieve, clima y biota) y sus interacciones dan lugar a los diferentes tipos de suelo.
Los procesos de alteración mecánica y meteorización química de las rocas, determinan la
formación de un manto de alteración o aluvión que, cuando por la acción de los mecanismos
de transporte de laderas, es desplazado de su posición de origen, se denomina coluvión. Sobre
los materiales del coluvión, puede desarrollarse lo que comúnmente se conoce como suelo; el
suelo es el resultado de la dinámica física, química y biológica de los materiales alterados del
coluvión, originándose en su seno una diferenciación vertical en niveles horizontales u
horizontes. En estos procesos, los de carácter biológico y bioquímico llegan a adquirir una gran
importancia, ya sea por la descomposición de los productos vegetales y su metabolismo, por
los microorganismos y los animales zapadores.
Por movimientos en masa se entiende el desplazamiento del terreno que constituye una ladera o
un talud, hacia el exterior del mismo y en sentido descendente causados por exceso de agua en el
terreno y por efecto de la fuerza de gravedad.
Los movimientos en masa son procesos esencialmente gravitatorios, por los cuales una parte de la
masa del terreno se desplaza a una cota inferior de la original sin que medie ostensiblemente
medio de transporte alguno, siendo tan solo necesario que las fuerzas estabilizadoras sean
superadas por las desestabilizadoras. Este tipo de procesos gravitatorios se interrelacionan
mutuamente con las precipitaciones altas, de tal forma que frecuentemente las lluvias torrenciales
son causantes y/o precursoras de los movimientos en masa, ya que aumentan las fuerzas
desestabilizadoras y reducen la resistencia del suelo al deslizamiento.
Por lo general los movimientos masales toman nombres diversos (deslizamientos, derrumbes,
coladas de barro, solifluxión, hundimientos desprendimientos y desplomes), los cuales dependen
del grado de saturación del terreno, velocidad del desplazamiento, profundidad de la masa
desplazada y grado y longitud de la pendiente del terreno.
a) Vuelcos: es la rotación hacia delante y hacia el exterior de una ladera, de una masa del
suelo o roca alrededor de un eje situado por debajo de su centro de gravedad. Las
fuerzas desestabilizadoras son la gravedad y las fuerzas ejercidas por el terreno
adyacente o por fluidos en las grietas.
b) Vuelcos por flexión: tiene lugar cuando las discontinuidades del macizo forman
columnas semicontinuas en voladizo, con la posibilidad de flexionarse hacia adelante
por descarga hasta romperse por flexión.
c) Desplomes: se produce en bordes de acantilados rocosos o de materiales areno-
arcillosos compactados, donde la masa movida cae inicialmente con un movimiento de
giro apoyado en la base inferior y posteriormente un movimiento vertical de colapso,
al deshacerse el apoyo de dicha zona.
Desplazamiento en masa:
a) Deslizamientos: son movimientos ladera abajo de masas de suelo o roca sobre una o
varias superficies de rotura, o zonas relativamente delgadas con intensa deformación
de corte, en los que se preserva a grandes rasgos la forma de masa desplazada. Las
superficies pueden coincidir con planos estructurales (deslizamientos traslacionales de
rocas o de capas delgadas de suelo), o son inducidas (deslizamientos rotacionales en
suelos y/o materiales intermedios).
Deslizamientos rotacionales: el terreno en movimiento experimenta un giro a lo largo
de una superficie de rotura curvilínea y cóncava, y según un eje situado por encima del
centro de gravedad de la masa deslizada. Este tipo de deslizamientos suele producirse
en suelos cohesivos homogéneos y en macizos intensamente diaclasados. En
materiales arcillosos y, sobretodo, si hay presencia de agua, la parte baja deslizante
puede evolucionar hacia un deslizamiento de tierras
Deslizamientos traslacionales: las masas se desplazan a lo largo de una superficie de
rotura plana u ondulada, pudiendo deslizar posteriormente sobre la superficie del
terreno original y proseguir si la inclinación es suficientemente fuerte. Los
componentes de la masa desplazada se mueven inicialmente con la misma velocidad y
trayectorias paralelas, pudiendo fragmentarse o disgregarse si posteriormente
aumenta su velocidad, derivando en un flujo más que en deslizamiento.
b) Reptamientos: movimiento de tipo viscoso sumamente lento (unos pocos centímetros
por año), asociado a una deformación continua de terrenos no consolidados o
relativamente sueltos, sin rotura o falla del mismo a lo largo de superficies de corte.
Afecta principalmente a los depósitos y a los suelos residuales, pero puede
presentarse también en rocas. En el caso de suelos, abarca generalmente grandes
extensiones y es difícil de controlar; se asocia con zonas deforestadas o intervenidas
de manera inadecuada. Frecuentemente presenta terracetas debidas a pisadas del
ganado, lo cual favorece posteriormente otros procesos.
c) Propagación lateral: el caso más común corresponde al desplazamiento horizontal de
masas duras por flujo plástico o licuación del material subyacente más blando.
d) Escurrimiento: se designa de esta manera al colapso o derrumbe de masas secas o
húmedas expuestas en excavaciones viales o semejantes, que se desplazan de manera
viscosa, por lo general poco tiempo después del corte.
e) Subsidencia: aunque no se trata de un movimiento que afecte la cara libre de un talud
o ladera, es más común de lo que parece. Se trata de desplazamientos verticales del
terreno, asociados a remoción o consolidación del material subyacente, por causas
diversas.