Está en la página 1de 4

Alvarez Ramírez, María Fernanda

Kamenetskaia Kotseruba, Sofía


Historiografía lingüística española e hispanoamericana

Sobre Pasado y Presente de las Lenguas Indígenas de México de Leonardo Manrique C.

Antes de hablar acerca de este documento me parece importante destacar la fecha de su

publicación, el año de 1990, es decir, han pasado más de 25 años desde su aparición y no ha

perdido validez, hablando no solamente del carácter informativo, sino que tal y como lo indica el

nombre del texto, se enfoca en el presente y el pasado de las lenguas indígenas, así que agregar

información nueva acerca de lo referente podría resultar beneficioso.

Estudiar alguna lengua (tomando en cuenta también cierto nivel de análisis) ha sido

distinto conforme el paso del tiempo, pues puede facilitarse gracias a las variadas herramientas

disciplinarias que tenemos actualmente o volverse más complicado si tomamos en cuenta el

factor de la pérdida o el deterioro de las antes mencionadas, aunque estos últimos años se ha

buscado recuperar distintas familias lingüísticas, por ejemplo, la escritora Yásnaya Aguilar

menciona que “en Oaxaca la lucha frontal por el rescate de las lenguas indígenas es de la

sociedad civil y no del gobierno estatal.” 1

Como menciona Manrique en el apartado de Cómo se conoce el pasado de las lenguas

históricas, tiene mayor dificultad tratar de analizar una lengua desde un momento más lejano,

pues el margen en la diferencia de interpretación resulta abismal incluso cuando las técnicas de la

1Pérez, Jorge. En 100 años se perderá “la mitad de 6 mil lenguas indígenas en el mundo.” La Jornada.
Recuperado de https://www.jornada.com.mx/ (20 de febrero de 2019).
lingüística histórica permiten realizar un trabajo partiendo de los cambios fonológicos,

sustituciones, sucesión de formas gramaticales, influencias de unas lenguas sobre otras o de

formas dialectales entre si 2 así que resulta imprescindible categorizar los resultados de las

investigaciones en dos categorías distintas: la historia de los grupos lingüísticos y las lenguas

actuales,

Si dividimos la historia de las lenguas indígenas por periodos hay que delimitar

correctamente cada uno de ellos, no solo por el contenido que pueda llegar a existir dentro de

ellos, sino para lograr una contextualización específica. El autor decide agrupar estas épocas y

resaltar lo más importante de cada jornada, así que cuando inicia en el apartado de los cazadores

y los recolectores prehistóricos podemos rescatar el concepto de protolengua y de donde vienen

las lenguas que se consideran como antecesoras de “los idiomas que hoy se hablan en Sudamerica

[…] y los protoidiomas antepasados de varias de las familias lingüísticas del México actual

seguramente ocupaban territorios de lo que hoy son Canadá y los Estados Unidos, en lo que ahora

es México existirían solamente los antepasados de algunas de las familias de más antiguas raíces,

tal vez de la otopame, de la oaxaqueña, de la chinanteca y de la mangueña, todavía poco

diferenciadas dentro del gran fílum otomangue,” 3 esto creo un par de subfamilias que se cree

podrían estar activas actualmente.

Después de este primer periodo nos encontramos con los inicios de las culturas

mesoamericanas. El asentamiento de los pobladores trajo como resultado el establecimiento de

distintas familias lingüísticas en lugares particulares, algunas como la oaxaqueña y la mixe se

2 Manrique, Leonardo. pp. 392


3 Idem. pp. 394

2
compartían entre si, “sin embargo, las lenguas componentes de esas familias (lenguas antiguas,

antecesoras de las actuales) parecen haber sufrido algunos reacomodos, según lo atestigua el

contraste entre sus distancias lingüísticas y sus distancias geográficas actuales.” 4 Una vez

ocurrido este lapso, surge el apogeo del clásico y como siempre ocurre, viene acompañado de

una crisis (nombrada del epiclásico) y la época postclásica. Sabemos que para la conquista y la

Colonia, “al arribo de los españoles había tres lenguas francas: el maya en la península de

Yucatán, el tarasco en el Reino de Michoacán y el mexicano o náhuatl […] en el resto de

Mesoamérica.” 5

Otro de los datos que obtenemos es que el mayor deterioro de surge a partir de la guerra

por la independencia, pues el castellano era necesario para la “correcta” comunicación, que en

este caso corresponde solamente a poderse comprender unos a otros sin necesidad de confusión.

Ya que la República aún no estaba centralizada, no existía gran marginación hacia otras personas

por hablar otra lengua. Sin embargo, poco después se les comenzó a reconocer como inferiores,

causando un desplazamiento social que también se ve reflejado en la lengua, “de este tiempo

viene la costumbre de llamar dialectos a los idiomas nativos; durante la Colonia se les llamaba

lenguas,”6 y por ende comienza a tener una connotación despectiva, es hasta que llega Zapata,

hablante de náhuatl, a comenzar el movimiento de Revolución, y a diferencia de la

Independencia, incluye a los hablantes de distintos dialectos de las lenguas, gracias a esto nacen

varias dependencias que se encargan de incorporar adecuadamente a estas personas.

4 Idem. pp. 396


5 pp. 400
6 pp. 403

3
Respecto al presente de las lenguas indígenas hay varios puntos que toca Manrique y aún

son válidos. Si bien es importante la inclusión, esta debe realizarse correctamente para que no

caiga dentro del estándar de “inclusión por cuota” como actualmente sucede con la de género.

Los hablantes de distintas lenguas no solo son cifras, estos existen y necesitan ser visibilizados

pues su existencia (mas no su importancia, pensemos en el Yorùbá, que rebasa al número de

hablantes de sueco, noruego y danés sumados) depende de ellos, del número de hablantes que

existen.

También podría gustarte