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Registro: 2002741
Materia(s): Constitucional
Página: 431
En términos del artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para
intervenir una comunicación privada se requiere autorización exclusiva de la autoridad judicial
federal, a petición de la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio Público de
la entidad federativa correspondiente, por lo que todas las formas existentes de comunicación y
las que son fruto de la evolución tecnológica deben protegerse por el derecho fundamental a su
inviolabilidad, como sucede con el teléfono móvil en el que se guarda información clasificada
como privada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; de ahí que el
ámbito de protección del derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones privadas se extiende a
los datos almacenados en tal dispositivo, ya sea en forma de texto, audio, imagen o video. Por lo
anterior, no existe razón para restringir ese derecho a cualquier persona por la sola circunstancia
de haber sido detenida y estar sujeta a investigación por la posible comisión de un delito, de
manera que si la autoridad encargada de la investigación, al detenerla, advierte que trae consigo
un teléfono móvil, está facultada para decretar su aseguramiento y solicitar a la autoridad judicial
la intervención de las comunicaciones privadas conforme al citado artículo 16 constitucional; sin
embargo, si se realiza esa actividad sin autorización judicial, cualquier prueba que se extraiga, o
bien, la que derive de ésta, será considerada como ilícita y no tendrá valor jurídico alguno.
Contradicción de tesis 194/2012. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado en
Materias Penal y Administrativa del Décimo Séptimo Circuito y el Cuarto Tribunal Colegiado del
Décimo Octavo Circuito. 10 de octubre de 2012. La votación se dividió en dos partes: mayoría de
cuatro votos por lo que se refiere a la competencia. Disidente: José Ramón Cossío Díaz.
Unanimidad de cinco votos en cuanto al fondo. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario:
Jorge Antonio Medina Gaona.
Tesis de jurisprudencia 115/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha diecisiete de octubre de dos mil doce.
Registro Núm. 41031; Décima Época; Primera Sala; Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta
Voto concurrente que formula el señor Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo en la contradicción
de tesis 194/2012.
1. Antecedentes
En sesión de diez de octubre de dos mil doce, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, por unanimidad de votos de sus integrantes, resolvió la contradicción de tesis 194/2012,
suscitada entre el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Décimo
Séptimo Circuito y el Cuarto Tribunal Colegiado del Décimo Octavo Circuito.
Antinomia jurídica en la cual, el punto de derecho a dilucidar se fijó bajo la siguiente interrogante:
A fin de resolver el precitado tópico jurídico, la Primera Sala de este Alto Tribunal emitió el
siguiente criterio:
En primer lugar, reitero mi conformidad para con el criterio adoptado por los integrantes de la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya que estimo correcta la solución
jurídica esgrimida en la sentencia que resolvió la presente contradicción de tesis. Sin embargo,
respetuosamente considero que en el presente asunto, era necesario que el Máximo Tribunal del
País de igual manera hubiera incorporado en su estudio el análisis de un importante tópico
relativo a la hipótesis de la "autorización del dueño del celular" a fin de aportar la información
contenida en el mismo, ya sea a la autoridad investigadora, o bien a la judicial. Lo anterior, con
base en las razones jurídicas que expongo a continuación:
En efecto, comparto el sentido y alcance de la tesis jurisprudencial propuesta, ya que a manera de
previsión general, efectivamente nuestro vigente artículo 16 constitucional consagra a favor de
todo gobernado el derecho fundamental de la inviolabilidad de las comunicaciones privadas; por
ende, toda vulneración a la misma, además de ser constitutiva de un delito -bajo determinados
supuestos- igualmente trae aparejada la nulidad de la información obtenida.
Así, tal como acertadamente se plasmó en la sentencia constitucional aprobada -la cual es materia
del presente Voto Concurrente-, todas las formas existentes de comunicación y, por tanto,
aquellas que sean fruto de la evolución tecnológica, deben quedar protegidas por el derecho
fundamental a su inviolabilidad, desde luego, incluida la información contenida en un teléfono
móvil. De ahí que dicho ámbito de protección necesariamente deba extenderse a los datos
almacenados en ese dispositivo, ya sea en forma de texto, audio, imagen o video.
Luego, es evidente que no existe razón jurídica para restringir ese derecho fundamental a una
persona por el solo hecho de estar detenida y sujeta a investigación por la posible comisión de un
delito. En ese supuesto, lógico es que la autoridad ministerial pueda decretar el aseguramiento
sobre dicho dispositivo móvil de comunicación, pero no por ese solo hecho, está facultada para
revisar el contenido del mismo, para lo cual necesariamente deberá contar con autorización de la
autoridad judicial a fin de intervenir/obtener dichas comunicaciones privadas. De manera que si
esa actividad se realiza sin que exista autorización judicial, la misma será considerada como ilícita y
no tendrá valor jurídico alguno.
Sin embargo, el Ministro firmante del presente Voto Concurrente, estima que en el caso concreto,
dada la trascendencia del tópico in examine, era necesario que la Sala analizara de manera integral
y exhaustiva la aplicabilidad de una de las excepciones constitucionalmente previstas para la
protección de las comunicaciones privadas, vinculada directamente con la "autorización del dueño
del celular" a fin de aportar la información contenida en el mismo, ya sea a la autoridad
investigadora o judicial.
"Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará penalmente cualquier acto que
atente contra la libertad y privacía de las mismas, excepto cuando sean aportadas de forma
voluntaria por alguno de los particulares que participen en ellas. El Juez valorará el alcance de
éstas, siempre y cuando contengan información relacionada con la comisión de un delito. En
ningún caso se admitirán comunicaciones que violen el deber de confidencialidad que establezca
la ley."
Luego, de la simple lectura de dicho precepto fundamental, claramente puede advertirse que en
tratándose de "información relacionada con la comisión de un delito", el propio legislador
Constituyente autorizó a que el particular que participó/intervino en dicha comunicación, pueda
aportarla ante la autoridad ministerial o judicial, sin que esta pueda tildarse de ilegal al no haber
sido precedida de una orden judicial expresa.
Dicha previsión especial constitucional -entendida como una válida excepción al principio general
de "inviolabilidad de las comunicaciones"- incluso, se encuentra plasmada en nuestro
ordenamiento adjetivo penal, específicamente en el artículo 278 Bis del Código Federal de
Procedimientos Penales (reformado el veintitrés de enero de dos mil nueve), que textualmente
establece:
"Artículo 278 Bis. Las comunicaciones entre particulares podrán ser aportadas voluntariamente a
la averiguación previa o al proceso penal, cuando hayan sido obtenidas directamente por alguno
de los participantes en la misma.
"El tribunal recibirá las grabaciones o video filmaciones presentadas como prueba por las partes y
las agregará al expediente.
"Las comunicaciones que obtenga alguno de los participantes con el apoyo de la autoridad,
también podrán ser aportadas a la averiguación o al proceso, siempre que conste de manera
fehaciente la solicitud previa de apoyo del particular a la autoridad. De ser necesario, la prueba se
perfeccionará con las testimoniales o periciales conducentes.
"En ningún caso el Ministerio Público o el Juez admitirán comunicaciones que violen el deber de
confidencialidad que establezca la ley, ni la autoridad prestará el apoyo a que se refiere el párrafo
anterior cuando se viole dicho deber.
"Carecen de todo valor las comunicaciones que sean obtenidas y aportadas en contravención a las
disposiciones señaladas en este código."
De esta forma, respetuosamente considero que en el caso concreto, era necesario que este Alto
Tribunal se hubiera hecho cargo del estudio en torno al supuesto de cuando un particular que
intervino en la comunicación privada relacionada con un delito, decide aportarla
"voluntariamente" ante la autoridad ministerial o judicial, a fin de dilucidar si la misma, conforme
al texto de la propia Constitución, así como de la normativa penal secundaria, puede estimarse o
no afectada de nulidad o ilicitud al no haber sido precedida de una autorización judicial expresa
para dicho efecto. Sobre el particular, estimo que dicha hipótesis normativa sí era aplicable al caso
sometido a la potestad decidora de esta Sala, ya que si el propio inculpado "de manera voluntaria"
decidiera aportar la información resguardada en su celular, se reitera, ya sea a la autoridad
ministerial o judicial, la misma detentaría eficacia probatoria en sus términos, siempre y cuando se
encuentre vinculada con la probable comisión de un ilícito.
Estimo que la anterior consideración, por analogía, encuentra sustento en los siguientes criterios
interpretativos sustentados por este Alto Tribunal:
"Amparo directo en revisión 1621/2010. 15 de junio de 2011. Cinco votos. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González."
"Amparo en revisión 481/2008. 10 de septiembre de 2008. Cinco votos. Ponente: Juan N. Silva
Meza. Secretario: Jaime Flores Cruz."
Nota: Las tesis aisiladas citadas en este voto, aparecen publicadas con las claves 1a. CLIV/2011 y
1a. XCV/2008 en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXIV,
agosto de 2011, página 220 y Tomo XXVIII, octubre de 2008, página 414, respectivamente.
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Registro: 2013524
Materia(s): Penal
Página: 2609
Amparo directo 97/2016. 11 de agosto de 2016. Unanimidad de votos. Ponente: Alejandro Gómez
Sánchez. Secretario: Fernando Emmanuelle Ortiz Sánchez.
Esta tesis se publicó el viernes 20 de enero de 2017 a las 10:21 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.