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Época: Décima Época

Registro: 2002741

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Libro XVII, Febrero de 2013, Tomo 1

Materia(s): Constitucional

Tesis: 1a./J. 115/2012 (10a.)

Página: 431

DERECHO A LA INVIOLABILIDAD DE LAS COMUNICACIONES PRIVADAS. SU ÁMBITO DE


PROTECCIÓN SE EXTIENDE A LOS DATOS ALMACENADOS EN EL TELÉFONO MÓVIL ASEGURADO A
UNA PERSONA DETENIDA Y SUJETA A INVESTIGACIÓN POR LA POSIBLE COMISIÓN DE UN DELITO.

En términos del artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para
intervenir una comunicación privada se requiere autorización exclusiva de la autoridad judicial
federal, a petición de la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio Público de
la entidad federativa correspondiente, por lo que todas las formas existentes de comunicación y
las que son fruto de la evolución tecnológica deben protegerse por el derecho fundamental a su
inviolabilidad, como sucede con el teléfono móvil en el que se guarda información clasificada
como privada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; de ahí que el
ámbito de protección del derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones privadas se extiende a
los datos almacenados en tal dispositivo, ya sea en forma de texto, audio, imagen o video. Por lo
anterior, no existe razón para restringir ese derecho a cualquier persona por la sola circunstancia
de haber sido detenida y estar sujeta a investigación por la posible comisión de un delito, de
manera que si la autoridad encargada de la investigación, al detenerla, advierte que trae consigo
un teléfono móvil, está facultada para decretar su aseguramiento y solicitar a la autoridad judicial
la intervención de las comunicaciones privadas conforme al citado artículo 16 constitucional; sin
embargo, si se realiza esa actividad sin autorización judicial, cualquier prueba que se extraiga, o
bien, la que derive de ésta, será considerada como ilícita y no tendrá valor jurídico alguno.

Contradicción de tesis 194/2012. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado en
Materias Penal y Administrativa del Décimo Séptimo Circuito y el Cuarto Tribunal Colegiado del
Décimo Octavo Circuito. 10 de octubre de 2012. La votación se dividió en dos partes: mayoría de
cuatro votos por lo que se refiere a la competencia. Disidente: José Ramón Cossío Díaz.
Unanimidad de cinco votos en cuanto al fondo. Ponente: Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario:
Jorge Antonio Medina Gaona.
Tesis de jurisprudencia 115/2012 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha diecisiete de octubre de dos mil doce.

Registro Núm. 41031; Décima Época; Primera Sala; Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta

Libro XVII, Febrero de 2013, Tomo 1, página 426.

DERECHO A LA INVIOLABILIDAD DE LAS COMUNICACIONES PRIVADAS. SU ÁMBITO DE


PROTECCIÓN SE EXTIENDE A LOS DATOS ALMACENADOS EN EL TELÉFONO MÓVIL ASEGURADO A
UNA PERSONA DETENIDA Y SUJETA A INVESTIGACIÓN POR LA POSIBLE COMISIÓN DE UN DELITO.

Voto concurrente que formula el señor Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo en la contradicción
de tesis 194/2012.

1. Antecedentes

En sesión de diez de octubre de dos mil doce, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, por unanimidad de votos de sus integrantes, resolvió la contradicción de tesis 194/2012,
suscitada entre el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Décimo
Séptimo Circuito y el Cuarto Tribunal Colegiado del Décimo Octavo Circuito.

Antinomia jurídica en la cual, el punto de derecho a dilucidar se fijó bajo la siguiente interrogante:

¿Constituye o no una violación a la intervención de comunicaciones privadas, preservada en el


artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el que la autoridad
ministerial o los agentes a su mando revisen, extraigan o utilicen como medio de prueba los
archivos electrónicos almacenados en forma de texto, audio, imagen o video, del teléfono celular
que traía consigo el detenido relacionado con la comisión de un delito?
2. Propuesta de la Sala

A fin de resolver el precitado tópico jurídico, la Primera Sala de este Alto Tribunal emitió el
siguiente criterio:

DERECHO A LA INVIOLABILIDAD DE LAS COMUNICACIONES PRIVADAS. SU ÁMBITO DE


PROTECCIÓN SE EXTIENDE A LOS DATOS ALMACENADOS EN EL TELÉFONO MÓVIL ASEGURADO A
UNA PERSONA DETENIDA Y SUJETA A INVESTIGACIÓN POR LA POSIBLE COMISIÓN DE UN DELITO.-
En términos del artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para
intervenir una comunicación privada se requiere autorización exclusiva de la autoridad judicial
federal, a petición de la autoridad federal que faculte la ley o del titular del Ministerio Público de
la entidad federativa correspondiente, por lo que todas las formas existentes de comunicación y
las que son fruto de la evolución tecnológica deben protegerse por el derecho fundamental a su
inviolabilidad, como sucede con el teléfono móvil en el que se guarda información clasificada
como privada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; de ahí que el
ámbito de protección del derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones privadas se extiende a
los datos almacenados en tal dispositivo, ya sea en forma de texto, audio, imagen o video. Por lo
anterior, no existe razón para restringir ese derecho a cualquier persona por la sola circunstancia
de haber sido detenida y estar sujeta a investigación por la posible comisión de un delito, de
manera que si la autoridad encargada de la investigación, al detenerla, advierte que trae consigo
un teléfono móvil, está facultada para decretar su aseguramiento y solicitar a la autoridad judicial
la intervención de las comunicaciones privadas conforme al citado artículo 16 constitucional; sin
embargo, si se realiza esa actividad sin autorización judicial, cualquier prueba que se extraiga, o
bien, la que derive de ésta, será considerada como ilícita y no tendrá valor jurídico alguno.

3. Opinión del suscrito

En primer lugar, reitero mi conformidad para con el criterio adoptado por los integrantes de la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ya que estimo correcta la solución
jurídica esgrimida en la sentencia que resolvió la presente contradicción de tesis. Sin embargo,
respetuosamente considero que en el presente asunto, era necesario que el Máximo Tribunal del
País de igual manera hubiera incorporado en su estudio el análisis de un importante tópico
relativo a la hipótesis de la "autorización del dueño del celular" a fin de aportar la información
contenida en el mismo, ya sea a la autoridad investigadora, o bien a la judicial. Lo anterior, con
base en las razones jurídicas que expongo a continuación:
En efecto, comparto el sentido y alcance de la tesis jurisprudencial propuesta, ya que a manera de
previsión general, efectivamente nuestro vigente artículo 16 constitucional consagra a favor de
todo gobernado el derecho fundamental de la inviolabilidad de las comunicaciones privadas; por
ende, toda vulneración a la misma, además de ser constitutiva de un delito -bajo determinados
supuestos- igualmente trae aparejada la nulidad de la información obtenida.

Así, tal como acertadamente se plasmó en la sentencia constitucional aprobada -la cual es materia
del presente Voto Concurrente-, todas las formas existentes de comunicación y, por tanto,
aquellas que sean fruto de la evolución tecnológica, deben quedar protegidas por el derecho
fundamental a su inviolabilidad, desde luego, incluida la información contenida en un teléfono
móvil. De ahí que dicho ámbito de protección necesariamente deba extenderse a los datos
almacenados en ese dispositivo, ya sea en forma de texto, audio, imagen o video.

Luego, es evidente que no existe razón jurídica para restringir ese derecho fundamental a una
persona por el solo hecho de estar detenida y sujeta a investigación por la posible comisión de un
delito. En ese supuesto, lógico es que la autoridad ministerial pueda decretar el aseguramiento
sobre dicho dispositivo móvil de comunicación, pero no por ese solo hecho, está facultada para
revisar el contenido del mismo, para lo cual necesariamente deberá contar con autorización de la
autoridad judicial a fin de intervenir/obtener dichas comunicaciones privadas. De manera que si
esa actividad se realiza sin que exista autorización judicial, la misma será considerada como ilícita y
no tendrá valor jurídico alguno.

Sin embargo, el Ministro firmante del presente Voto Concurrente, estima que en el caso concreto,
dada la trascendencia del tópico in examine, era necesario que la Sala analizara de manera integral
y exhaustiva la aplicabilidad de una de las excepciones constitucionalmente previstas para la
protección de las comunicaciones privadas, vinculada directamente con la "autorización del dueño
del celular" a fin de aportar la información contenida en el mismo, ya sea a la autoridad
investigadora o judicial.

En efecto, no debemos olvidar que conforme a un moderno constitucionalismo mexicano, este


Alto Tribunal ha precisado que no existen derechos absolutos o irrestrictos, lo cual, aplica
perfectamente en materia de protección a las comunicaciones privadas, ya que por disposición
expresa del propio artículo 16 constitucional, dicha inviolabilidad -reitero, como regla general- es
siempre relativa, toda vez que al respecto existen dos importantes excepciones, a saber:

a) La autorización exclusiva por parte de la autoridad judicial federal, a petición de la autoridad


federal que faculte la ley o del titular del Ministerio Público de la entidad federativa
correspondiente, a fin de intervenir las comunicaciones privadas de un particular; y,
b) Producto de la reciente y novedosa reforma de junio de dos mil ocho, la aportación de
comunicaciones privadas a cargo del propio particular que participó en ellas.

Respecto de la primera hipótesis (autorización judicial), la sentencia que fuera unánimemente


aprobada por la señora y los señores Ministros integrantes de la Sala, en mayor o menor medida
se ocupó de la misma; sin embargo, es en lo relativo a la segunda excepción constitucionalmente
prevista (aportación del propio particular que intervino en la misma), en donde respetuosamente
considero que era necesario que el Máximo Tribunal del País se hubiera encargado del estudio de
la misma, a fin de "flexibilizar" el criterio adoptado en el tema de la investigación de delitos, para
de esta forma, hacerlo concordante con el texto de la propia Carta Magna y con el sentido de
diversos precedentes emitidos por este Supremo Tribunal.

Esto es, la segunda excepción constitucionalmente prevista a fin de obtener válidamente


información constitutiva de "comunicaciones privadas", se encuentra plasmada en el artículo 16,
párrafo décimo segundo, constitucional que ad literam establece:

"Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará penalmente cualquier acto que
atente contra la libertad y privacía de las mismas, excepto cuando sean aportadas de forma
voluntaria por alguno de los particulares que participen en ellas. El Juez valorará el alcance de
éstas, siempre y cuando contengan información relacionada con la comisión de un delito. En
ningún caso se admitirán comunicaciones que violen el deber de confidencialidad que establezca
la ley."

Luego, de la simple lectura de dicho precepto fundamental, claramente puede advertirse que en
tratándose de "información relacionada con la comisión de un delito", el propio legislador
Constituyente autorizó a que el particular que participó/intervino en dicha comunicación, pueda
aportarla ante la autoridad ministerial o judicial, sin que esta pueda tildarse de ilegal al no haber
sido precedida de una orden judicial expresa.

Dicha previsión especial constitucional -entendida como una válida excepción al principio general
de "inviolabilidad de las comunicaciones"- incluso, se encuentra plasmada en nuestro
ordenamiento adjetivo penal, específicamente en el artículo 278 Bis del Código Federal de
Procedimientos Penales (reformado el veintitrés de enero de dos mil nueve), que textualmente
establece:

"Capítulo VIII Bis


"Comunicaciones privadas entre particulares

"Artículo 278 Bis. Las comunicaciones entre particulares podrán ser aportadas voluntariamente a
la averiguación previa o al proceso penal, cuando hayan sido obtenidas directamente por alguno
de los participantes en la misma.

"El tribunal recibirá las grabaciones o video filmaciones presentadas como prueba por las partes y
las agregará al expediente.

"Las comunicaciones que obtenga alguno de los participantes con el apoyo de la autoridad,
también podrán ser aportadas a la averiguación o al proceso, siempre que conste de manera
fehaciente la solicitud previa de apoyo del particular a la autoridad. De ser necesario, la prueba se
perfeccionará con las testimoniales o periciales conducentes.

"En ningún caso el Ministerio Público o el Juez admitirán comunicaciones que violen el deber de
confidencialidad que establezca la ley, ni la autoridad prestará el apoyo a que se refiere el párrafo
anterior cuando se viole dicho deber.

"No se viola el deber de confidencialidad cuando se cuente con el consentimiento expreso de la


persona con quien se guarda dicho deber.

"Las empresas concesionarias y permisionarias del servicio de telecomunicaciones o de Internet,


estarán obligadas a colaborar con las autoridades para la obtención de dichas pruebas cuando así
lo soliciten. Cualquier omisión o desacato a esta disposición será sancionada por la autoridad, en
los términos del artículo 178 del Código Penal Federal.

"Carecen de todo valor las comunicaciones que sean obtenidas y aportadas en contravención a las
disposiciones señaladas en este código."

De esta forma, respetuosamente considero que en el caso concreto, era necesario que este Alto
Tribunal se hubiera hecho cargo del estudio en torno al supuesto de cuando un particular que
intervino en la comunicación privada relacionada con un delito, decide aportarla
"voluntariamente" ante la autoridad ministerial o judicial, a fin de dilucidar si la misma, conforme
al texto de la propia Constitución, así como de la normativa penal secundaria, puede estimarse o
no afectada de nulidad o ilicitud al no haber sido precedida de una autorización judicial expresa
para dicho efecto. Sobre el particular, estimo que dicha hipótesis normativa sí era aplicable al caso
sometido a la potestad decidora de esta Sala, ya que si el propio inculpado "de manera voluntaria"
decidiera aportar la información resguardada en su celular, se reitera, ya sea a la autoridad
ministerial o judicial, la misma detentaría eficacia probatoria en sus términos, siempre y cuando se
encuentre vinculada con la probable comisión de un ilícito.

Estimo que la anterior consideración, por analogía, encuentra sustento en los siguientes criterios
interpretativos sustentados por este Alto Tribunal:

"DERECHO A LA INVIOLABILIDAD DE LAS COMUNICACIONES PRIVADAS. SE IMPONE SÓLO FRENTE


A TERCEROS AJENOS A LA COMUNICACIÓN.-La reserva de las comunicaciones, prevista en el
artículo 16, párrafos decimosegundo y decimotercero, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, se impone sólo frente a terceros ajenos a la comunicación. De tal forma que el
levantamiento del secreto por uno de los participantes en la comunicación no se considera una
violación a este derecho fundamental. Lo anterior no resulta óbice para que, en su caso, se
configure una violación al derecho a la intimidad dependiendo del contenido concreto de la
conversación divulgada.

"Amparo directo en revisión 1621/2010. 15 de junio de 2011. Cinco votos. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González."

"COMUNICACIONES PRIVADAS. NO SE VULNERA EL DERECHO FUNDAMENTAL A SU


INVIOLABILIDAD CUANDO LOS PROPIOS INTERLOCUTORES REVELAN EL CONTENIDO DE UNA
COMUNICACIÓN EN LA QUE PARTICIPARON Y DE LA CUAL PUEDE DERIVAR EL DESPLIEGUE DE UNA
CONDUCTA DELICTIVA (INTERPRETACIÓN DE LOS PÁRRAFOS NOVENO Y DÉCIMO DEL ARTÍCULO 16
DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS VIGENTE HASTA EL 18 DE
JUNIO DE 2008).-Conforme al citado precepto constitucional, el derecho público subjetivo y, por
tanto, fundamental de la inviolabilidad de las comunicaciones privadas es relativo, en tanto que la
autoridad judicial federal puede autorizar su intervención, mediante el cumplimiento de
determinados requisitos. Ahora bien, la intervención a que alude dicha norma se dirige a los
sujetos que no llevan a cabo la comunicación respectiva, es decir, a quienes no son comunicantes
o interlocutores, pues una vez colmados los requisitos legales para efectuar la intervención
relativa, sólo la autoridad judicial federal puede autorizarla, a petición de la autoridad federal
facultada por la ley o del titular del Ministerio Público de la entidad federativa correspondiente.
De manera que si el indicado derecho fundamental es oponible tanto a las autoridades como a los
individuos, resulta evidente que no se vulnera cuando los propios interlocutores revelan el
contenido de una comunicación de la que puede desprenderse el despliegue de una conducta
delictiva. Esto es, lo que prohíben los párrafos noveno y décimo del artículo 16 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, vigente antes de la reforma publicada en el Diario Oficial
de la Federación el 18 de junio de 2008, es que un tercero ajeno a los comunicantes o
interlocutores, sin observar los términos y las condiciones establecidas en el orden normativo,
intervenga las comunicaciones privadas, pero no que dichos interlocutores revelen el contenido de
la comunicación que sostuvieron con otros, de cuya información se advierta algún evento o
conducta penalmente relevantes, por lo que en estos casos los resultados de tales intervenciones
pueden tener valor probatorio en juicio.

"Amparo en revisión 481/2008. 10 de septiembre de 2008. Cinco votos. Ponente: Juan N. Silva
Meza. Secretario: Jaime Flores Cruz."

Consecuentemente, sólo a través de la realización de dicho estudio amplio y exhaustivo, era


posible empatar el espíritu garantista imbuido en nuestro Texto Constitucional, con las propias
previsiones (excepciones) que en materia de política criminal el legislador Constituyente insertó en
la Carta Magna para eficientar el combate al delito y de esta forma evitar la impunidad. Motivos
los anteriores que me han llevado a formular el presente Voto Concurrente.

Nota: Las tesis aisiladas citadas en este voto, aparecen publicadas con las claves 1a. CLIV/2011 y
1a. XCV/2008 en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXIV,
agosto de 2011, página 220 y Tomo XXVIII, octubre de 2008, página 414, respectivamente.

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Época: Décima Época

Registro: 2013524

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 38, Enero de 2017, Tomo IV

Materia(s): Penal

Tesis: I.2o.P.49 P (10a.)

Página: 2609

PRUEBA ELECTRÓNICA O DIGITAL EN EL PROCESO PENAL. LAS EVIDENCIAS PROVENIENTES DE UNA


COMUNICACIÓN PRIVADA LLEVADA A CABO EN UNA RED SOCIAL, VÍA MENSAJERÍA SINCRÓNICA
(CHAT), PARA QUE TENGAN EFICACIA PROBATORIA DEBEN SATISFACER COMO ESTÁNDAR
MÍNIMO, HABER SIDO OBTENIDAS LÍCITAMENTE Y QUE SU RECOLECCIÓN CONSTE EN UNA
CADENA DE CUSTODIA.

El derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones privadas, previsto en el artículo 16 de la


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se extiende a las llevadas a cabo mediante
cualquier medio o artificio técnico desarrollado a la luz de las nuevas tecnologías, desde el correo
o telégrafo, pasando por el teléfono alámbrico y móvil, hasta las comunicaciones que se producen
mediante sistemas de correo electrónico, mensajería sincrónica (chat), en tiempo real o
instantánea asincrónica, intercambio de archivos en línea y redes sociales. En consecuencia, para
que su aportación a un proceso penal pueda ser eficaz, la comunicación debe allegarse
lícitamente, mediante autorización judicial para su intervención o a través del levantamiento del
secreto por uno de sus participantes pues, de lo contrario, sería una prueba ilícita, por haber sido
obtenida mediante violación a derechos fundamentales, con su consecuente nulidad y exclusión
valorativa. De igual forma, dada la naturaleza de los medios electrónicos, generalmente
intangibles hasta en tanto son reproducidos en una pantalla o impresos, fácilmente susceptibles
de manipulación y alteración, ello exige que para constatar la veracidad de su origen y contenido,
en su recolección sea necesaria la existencia de los registros condignos que a guisa de cadena de
custodia, satisfagan el principio de mismidad que ésta persigue, o sea, que el contenido que obra
en la fuente digital sea el mismo que se aporta al proceso. Así, de no reunirse los requisitos
mínimos enunciados, los indicios que eventualmente se puedan generar, no tendrían eficacia
probatoria en el proceso penal, ya sea por la ilicitud de su obtención o por la falta de fiabilidad en
ésta.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 97/2016. 11 de agosto de 2016. Unanimidad de votos. Ponente: Alejandro Gómez
Sánchez. Secretario: Fernando Emmanuelle Ortiz Sánchez.

Esta tesis se publicó el viernes 20 de enero de 2017 a las 10:21 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

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