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Formas estróficas de la poesía española

Las estrofas se pueden dividir en cuanto al tipo cuantitativo de los versos que las integran:

a) Estrofas isométricas: todos los versos que integran la estrofa tienen el mismo número de sílabas
métricas.
Ejemplo: Hombres necios que acusáis a
a la mujer, sin razón, b
sin ver que sois la ocasión b
de lo mismo que culpáis. a
(SOR JUANA)

b) Estrofas heterométricas: constituidas por dos o más versos de distinto número de sílabas métricas.
Ejemplo:
Y todos cuantos vagan, a
de ti me van mil gracias refiriendo, B
y todos más me llagan, a
y déjame muriendo b
un no sé qué, que quedan balbuciendo B
(SAN JUAN DE LA CRUZ)

FORMAS ESTRÓFICAS

1. De dos versos
a. Pareado. Dos versos que riman entre sí. El pareado forma por sí solo una estrofa, empleado
sobre todo como expresión popular en la formación de refranes y máximas. Pueden ser isométricos o
heterométricos, de rima asonante o consonante.

El que a buen árbol se arrima Todo necio


buena sombra le cobija (REFRÁN) confunde valor y precio (ANTONIO MACHADO)

2. De tres versos
a. Terceto. Tres versos de arte mayor que riman ABA. Generalmente se usa en tercetos
encadenados. Fue introducido en la poesía castellana por Boscán, tomado de la poética italiana (terza
rima) La Comedia de Dante está escrita en tercetos. Es una estrofa muy apropiada para epístolas,
elegías, narraciones, disertaciones, y poesía didáctica en general. Puede haber tercetos independientes:
ABA – CDC – EFE, o ABB – CDD – EFF, e incluso independientes AAA – BBB – CCC

b. Tercerilla. Tercetos de arte menor con rima consonante: Granada, Granada


de tu poderío
ya no queda nada
(VILLAPESA)

c. Soledad. Misma construcción que la tercerilla, pero con rima asonante:


El ojo que ves no es
ojo porque tú lo veas;
es ojo porque te ve. (ANTONIO MACHADO)
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3. De cuatro versos
a. Cuarteto. Cuatro versos de arte mayor que riman ABBA.
Alguna vez me angustia una certeza
y ante mí se estremece mi futuro.
Acechándole está de pronto un muro
del arrabal final en que tropieza. (JORGE GUILLÉN)

b. Serventesio. Cuatro versos de arte mayor que riman ABAB.


Valerosos, enérgicos, tranquilos
caminan sin dudar hacia un futuro
que tramándose está con estos hilos
de un presente en fervor de claroscuro. (JORGE GUILLÉN)

Cuarteto y serventesio comenzaron a utilizarse hasta mediados del siglo XVI. Ni Boscán ni Garcilaso lo
ensayaron como forma independiente.

c. Redondilla. Cuatro versos de arte menor que riman abba.


La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece. (ANTONIO MACHADO)

La redondilla aparece en nuestra literatura desde el siglo xii, aunque no se utiliza como estrofa
independiente sino hasta el xvi. Durante la Edad Media se emplea al principio y al final de poemas
más o menos largos, canciones y decires, o al final de narraciones, como en las moralejas o finales de
los cuentos XVI y LI del Conde Lucanor, en villancicos, cantigas, etc. En la lírica del Barroco se
convirtió en una de las estrofas más corrientes.

d. Cuarteta. Cuatro versos de arte menor que riman abab.


Luz del alma, luz divina,
faro, antorcha, estrella, sol...
Un hombre a tientas camina;
lleva a la espalda un farol. (ANTONIO MACHADO)

e. Cuarteta asonantada o tirana, de carácter popular.


Por una mirada un mundo,
por una sonrisa un cielo,
por un beso, yo no sé
qué te diera por un beso. (GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER)

f. Seguidilla simple. Copla en que los versos primero y tercero son heptasílabos, los segundo y
cuarto pentasílabos. Está atestiguada desde las jarchas de los siglos xi y xii.

Des quand mío Çidiello viénid, com rayo de sol éxid


tan buona albishara, en Wadalachyara.
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—Estrellitas del cielo
son mis quereres, —¡Ay! caballero errante
¿dónde hallaré a mi amante de los cipreses
que vive y muere? una noche de luna
mi alma se ofrece.
—Está muerto en el agua,
niña de nieve, Balada de un día de julio
cubierto de nostalgias (FEDERICO GARCÍA LORCA)
y de claveles.

g. Seguidilla gitana. Los dos primeros versos son hexasílabos; el tercero, de once sílabas (o de
diez), y el cuarto hexasílabo. Los versos segundo y cuarto tienen rima parcial.

Pensamiento mío
¿adónde te vas?
No vayas a casa de quien tú solías,
que no pués entrar.

Las que se publican


no son grandes penas.
Las que se callan y se llevan dentro
son las verdaderas.
(MANUEL MACHADO)

h. Estrofa sáfica. Originaria de Italia, trata de imitar los metros clásicos. Aparece en España en
el s. xvi. Tres endecasílabos sáficos y un pentasílabo con acento en la primera sílaba (adónico). En un
principio, la estrofa no tenía rima; a partir del Neoclasicismo solían rimar el primero y el tercer
endecasílabos.

Si tú de mis ansias el amor supiste,


Tú, que las quejas de mi voz llevaste,
oye, no temas, y a mi ninfa dile
dile que muero.
(E. M. VILLEGAS)

i. Tetrásforo monorrimo alejandrino o Cuaderna vía. Siglos xiii y xiv. Gonzalo de Berceo,
Poema de Fernán González, Libro de Alexandre, Libro de Buen Amor.

Vistie a los desnudos, apacie a los famnientos,


acogie los romeos que vinien fridolentos,
daba a los errados buenos castigamientos
que se penitenciasen de todos fallamientos (BERCEO)

4. De cinco versos
a. Quintilla. Estrofa de cinco versos octosílabos. La condición es que no haya tres versos
seguidos con la misma rima y que los últimos no formen pareado: ababa, abaab, abbab, aabab, aabba.
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Parece que se formó con el modelo de la redondilla añadiéndole un verso. Aparece en España en el
siglo xv pero sin vida independiente. En teatro se usó mucho, combinándola con redondillas.

Los vallados y los hoyos, Ya se juntaban en corros,


en las viñas igualados ovejas, perros, cachorros,
de nieve estaban cuajados, buscando defensas hartas,
pareciendo los arroyos el rico en ropas de martas
lazos de plata en los prados. y el pobre en toscos aforros.

El Isidro (Lope de Vega)

b. Quinteto. Cinco versos de arte mayor. Fue una ampliación de la quintilla y por lo tanto tiene
sus mismos tipos de rima. Aparece en el Neoclasicismo y se cultiva hasta el Modernismo.

Desierto está el jardín... De su tardanza


no adivino el motivo... El tiempo avanza...
Duda tenaz, no turbes mi reposo.
Comienza a vacilar mi confianza...
El miedo me hace ser supersticioso. (RICARDO GIL).

c. Lira. Combinación de dos endecasílabos (segundo y quinto versos) y tres heptasílabos, cuya
rima es aBabB. Parece que esta estrofa fue idea de Bernardo de Tasso e introducida en España por
Garcilaso. Alcanzó arraigo gracias a Fray Luis de León y San Juan de la Cruz.

Si de mi baja lira
tanto pudiera el son, que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento,
y la furia del mar en movimiento.

5. De seis versos

a. Sexteto-lira. Heptasílabos y endecasílabos alternados. aBaBcC. También pueden estar


distribuidos simétricamente: abCabC. La utilizaron San Juan de la Cruz y Fray Luis de León, este
último en las traducciones de Horacio; por ejemplo O navis:

¿Tornarás por ventura


a ser de nuevas olas, nao, llevada
a probar la ventura
del mar, que tanto tienes ya probada?
¡Oh! Que es gran desconcierto.
¡Oh! Toma ya seguro, estable puerto.

b. Sexta rima. Estrofa de procedencia italiana formada por seis endecasílabos, cuya rima es
ABABCC (también ABBACC; AABCCB). Ejemplo de Nicolás Fernández de Moratín:
Mas no le falta con quietud segura los anchos campos, lagos de agua pura;
de varios bienes rica y sana vida; la cueva, la floresta divertida,
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las presas, el balar de los ganados los apacibles sueños no inquietados.

c. Sextilla. Estrofa de versos de arte menor, con varias combinaciones de rima: aabaab, abcabc,
ababab, etc. La más conocida es la de pie quebrado o estrofa manriqueña.

6. De siete versos.

a. Séptima. De poco uso en español. Siete versos de arte mayor, cuya única condición es que no
haya tres versos juntos con la misma rima total.

Yo siento ahora que en mi ser se agita —


grandiosa inspiración, cual fuego hirviente A
que se resuelve en el profundo seno —
de combusto volcán, y rudamente A
a las rocas conmueve. Se levanta B
y se eleva mi ardiente fantasía —
en alas de lo ideal y mi voz canta B
(Rubén Darío).

b. Seguidilla compuesta. De arte menor. Semejante a la seguidilla simple, pero con tres versos
más y combinando heptasílabos y pentasílabos de la siguiente manera: 7-5-7-5-5-7-5.

En las sierras de Soria,


azul y nieve,
leñador es mi amante
de pinos verdes.
¡Quién fuera el águila
para ver a mi dueño
cortando ramas!
(Antonio Machado)

7. De ocho versos
a. Coplas de arte mayor. También se llama Copla de Juan de Mena, porque la usó en su
Laberinto de Fortuna. Es procedente, a través de Galicia, de la tradición provenzal. Los versos son
generalmente dodecasílabos, con la siguiente combinación de rima: ABBAACCA.

Assí lamentaua la pía matrona


al fijo querido que muerto tú viste,
faziéndole encima semblante de triste,
segund al que pare faze la leona;
pues donde podría pensar la persona
los daños que causa la triste demanda
de la discordia el reyno que anda,
donde non gana ninguno corona
(Juan de Mena).
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b. Octava real. También se llama octava rima, como en italiano. Su rima es ABABABCC. En
España fue introducida por Boscán. La usaron también Alonso de Ercilla en La Araucana, Góngora en
Fábula de Polifemo y Galetea, Villamediana en Faetón. También existe una Octava italiana u octava
aguda, cuyos cuarto y octavo versos son agudos y pueden ser de siete en vez de ocho sílabas.

Guarnición tosca de este escollo duro


troncos robustos son, a cuya greña
menos luz debe, menos aire puro
la caverna profunda, que la peña;
caliginoso lecho, el seno obscuro
ser la negra noche nos enseña
infame turba de nocturnas aves,
gimiendo tristes y volando graves.
(Góngora)

c. Octavilla. Durante la Edad Media, la redondilla no tuvo vida independiente, pero la duplicación
de una o la combinación de dos dio origen a estrofas de uso frecuente en cancioneros del siglo xv. La
combinación de rimas varía, pero suele ser abbacddc; ababbccb.

La mayor cuita que haber


puede ningún amador
es membrarse del placer
en el tiempo del dolor;
e ya sea que el ardor
del fuego nos atormenta,
mayor dolor nos aumenta
esta tristeza y langor.
(Marqués de Santillana)

8. De diez versos
a. Copla real. La quintilla no tuvo vida independiente en la Edad Media. A veces se juntaban
dos quintillas y se obtenía una copla real modernamente llamada falsa décima. Su esquema es:
abaabcdccd.

¡Oh altíssima cordura


a do todo el bien consiste,
yo llena de hermosura
de tu divina apostura
razón digna me heziste;
yo soy diuina en el cielo
porque de ti soy mandada;
yo soy de tan alto vuelo;
yo soy la que en este suelo
jamás me conturba nada!

Paso de la razón y la fama (Juan de Timoneda)


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b. Décima. Inventada por Vicente Espinel en el siglo xvi, quien presentó esta estrofa en varias
composiciones de su libro Diversas rimas (1591). Octosílabos. Su estructura es de dos redondillas
unidas por dos versos de enlace que repiten los versos último y primero de cada una: abba-ac-cddc.
Generalmente, el tema de la estrofa se plantea en los cuatro primeros versos. Luego del cuarto verso
hay una pausa y la idea se completa en los siguientes versos.

Suele decirme la gente Sueña el rico en su riqueza,


que en parte sabe mi mal, que más cuidados le ofrece;
que la causa principal sueña el pobre que padece
se me ve escrita en la frente; su miseria y su pobreza;
y aunque hago de valiente, sueña el que a medrar empieza,
luego mi lengua desliza sueña el que afana y pretende;
por lo que dora y matiza; sueña el que agravia y ofende;
que lo que el pecho no gasta y en el mundo, en conclusión,
ningún disimulo basta todos sueñan lo que son
a cubrirlo con ceniza. (Espinel) aunque ninguno lo entiende. (Calderón)

c. Ovillejo. Muy popular en los siglos xvi y xvii. Tres pareados (octosílabo—trisílabo o
tetrasílabo) y una redondilla. Su esquema es a8a4b8b4c8c4—c8d8d8c8. El primero que se conoce es el de
Cardenio en el capítulo XXVII del Quijote.
¿Quién menoscaba mis bienes?
Desdenes.
Y ¿quién aumenta mis duelos?
Celos.
Y ¿quién prueba mi paciencia?
Ausencia.
De este modo, en mi dolencia
ningún remedio se alcanza,
pues me matan la esperanza
desdenes, celos y ausencia.

Bibliografía: Antonio Quilis, Métrica española, Ariel, Barcelona, 2001.

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