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PROTECCION CONTRA LA VIOLENCIA FAMILIAR

Época: Décima Época


Registro: 2003450
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XIX, Abril de 2013, Tomo 3
Materia(s): Penal
Tesis: III.2o.P.23 P (10a.)
Página: 2308

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. TRATÁNDOSE DE ESTE DELITO DEBE ATENDERSE AL CONCEPTO DE


"FAMILIA" PREVISTO EN LA NORMA ESPECIALIZADA Y APLICABLE, ES DECIR, A LA LEY DE
PREVENCIÓN Y ATENCIÓN RELATIVA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE JALISCO).

Si bien es verdad que el Código Penal para el Estado de Jalisco no contiene un concepto expreso de
"familia" como sí lo prevé la codificación civil, también lo es que dicha acepción se encuentra
inmersa en el artículo 5 de la Ley para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar de esa
entidad, que esencialmente señala que familia es el conjunto de personas unidas por parentesco,
matrimonio o concubinato, que como célula fundamental de la sociedad es una institución de
interés público y ámbito natural de convivencia, propicio para el entendimiento, comunicación y
desarrollo de los valores necesarios en la formación y perfeccionamiento de la persona y de la
sociedad; en tanto que el Código Civil prevé en su artículo 259, fracción III, que con el matrimonio
se funda legalmente la familia, que es la comunidad establecida naturalmente para la diaria
convivencia. De lo anterior se concluye que tratándose de delitos cometidos contra el orden
familiar, como lo es el de violencia intrafamiliar, debe atenderse a la definición del concepto de
"familia" prevista por la citada Ley de Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar, y no a la
señalada en el Código Civil, al ser aquélla la norma local especializada y aplicable a la materia penal,
que refiere que "familia" es una institución de interés público, que debe entenderse en sentido más
amplio de protección a la integridad física, psicológica o sexual, de algún miembro de la familia
cuando ésta es afectada por otro de sus integrantes.

Amparo directo 148/2012. 20 de septiembre de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: José Luis
González. Secretaria: Angélica Ramos Vaca.
PRINCIPIOS JURIDICOS QUE RIGEN A LA FAMILIA

Época: Décima Época


Registro: 2006167
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 5, Abril de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. CXXXVIII/2014 (10a.)
Página: 795

CÓNYUGES Y CONCUBINOS. AL SER PARTE DE UN GRUPO FAMILIAR ESENCIALMENTE IGUAL,


CUALQUIER DISTINCIÓN JURÍDICA ENTRE ELLOS DEBE SER OBJETIVA, RAZONABLE Y ESTAR
DEBIDAMENTE JUSTIFICADA.

La familia, más que un concepto jurídico constituye uno sociológico, cuya protección debe cubrir
todas sus formas y manifestaciones. De ahí que tanto los cónyuges como los concubinos son parte
de un grupo familiar esencialmente igual, en el que sus integrantes se proporcionan cariño, ayuda,
lealtad y solidaridad. Así, cualquier distinción jurídica entre cónyuges y concubinos deberá ser
objetiva, razonable y estar debidamente justificada, ya que de lo contrario, estaría violando el
derecho fundamental a la igualdad, reconocido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.

Contradicción de tesis 148/2012. Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado en
Materias Administrativa y Civil del Décimo Noveno Circuito, el Segundo Tribunal Colegiado en
Materias Civil y de Trabajo del Vigésimo Primer Circuito y el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Primer Circuito. 11 de julio de 2012. Mayoría de cuatro votos de los Ministros Jorge Mario
Pardo Rebolledo, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Disidente: José Ramón Cossío Díaz, quien reservó su derecho para formular
voto particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretaria: Ana María Ibarra Olguín.

Nota: Esta tesis no constituye jurisprudencia, ya que no resuelve el tema de la contradicción


planteada.

Esta tesis se publicó el viernes 11 de abril de 2014 a las 10:09 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.
Época: Décima Época
Registro: 2000867
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro VIII, Mayo de 2012, Tomo 1
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a. XCV/2012 (10a.)
Página: 1112

PRINCIPIO DE IGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES. EL OTORGAMIENTO DE LA GUARDA Y


CUSTODIA DE UN MENOR DE EDAD NO DEBE ESTAR BASADO EN PREJUICIOS DE GÉNERO.

Tradicionalmente, la justificación de las normas civiles que otorgan preferencia a la madre en el


otorgamiento de la guarda y custodia de los menores de edad se fundamentaba en una idea
preconcebida, bajo la cual, la mujer gozaba de una específica aptitud para cuidar a los hijos. Esta
justificación era acorde con una visión que establecía una clara división de los roles atribuidos al
hombre y a la mujer. El género resultaba un factor determinante en el reparto de funciones y
actividades, lo que conllevaba un claro dominio social del hombre sobre la mujer, la cual se concebía
únicamente como madre y ama de casa que debía permanecer en el hogar y velar por el cuidado y
bienestar de los hijos. Esta idea no es compartida por esta Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación y resulta inadmisible en un ordenamiento jurídico como el nuestro, en el cual
el principio de igualdad entre hombres y mujeres resulta uno de los pilares fundamentales del
sistema democrático. La tendencia clara, en estos tiempos, marca el rumbo hacia una familia en la
que sus miembros fundadores gozan de los mismos derechos y en cuyo seno y funcionamiento han
de participar y cooperar a fin de realizar las tareas de la casa y el cuidado de los hijos. La mujer ha
dejado de ser reducida al papel de ama de casa y, por el contrario, ejerce en plenitud, con libertad
e independencia, la configuración de su vida y su papel en la familia. Esta Primera Sala también se
separa de aquellas justificaciones basadas en que la presunción de ser la madre la más apta y
capacitada para el otorgamiento de la guarda y custodia, tiene sustento en la realidad social y en las
costumbres imperantes dentro del núcleo social nacional. Es un hecho notorio que el
funcionamiento interno de las familias, en cuanto a distribución de roles entre el padre y la madre,
ha evolucionado hacia una mayor participación del padre en la tarea del cuidado de los menores,
convirtiéndose en una figura presente que ha asumido la función cuidadora. Dicha evolución no se
ha generalizado en todas las familias, pero sí puede evidenciarse en muchas de ellas y dicha
dinámica debe tener reflejo en la medida judicial que se adopte sobre la guarda y custodia de los
hijos menores. En clara contraposición con el pasado, en el que el reparto de las tareas de la casa,
incluido el cuidado de los hijos, venía impuesto por la tradición como algo dado, ahora, el reparto
de las funciones familiares ha de ser objeto de discusión, de negociación, de pacto entre los
cónyuges. Si se respeta el marco de la necesaria e insustituible libertad y autonomía de las partes
(los miembros de la pareja), cualquier reparto resulta perfectamente válido, eficaz y merecedor de
protección. En cualquier caso, lo relevante es que no existe una sola realidad en la que la mujer
tenga como función única y primordial, el cuidado de los menores.

Amparo directo en revisión 1573/2011. 7 de marzo de 2012. Cinco votos. Ponente: Arturo Zaldívar
Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.

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