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Hero y Leandro
El poema de Francisco de Quevedo es una versión seria del mito, ésta es después
parodiada por Luis de Góngora donde se burla del amor desenfrenado y pasional que
refleja el poema original. Rebaja al héroe Leandro llamándolo “mancebillo” desde el
primer verso ya que este es un nombre de servidores y de gente de condición inferior.
Quevedo logra poner tres eventos importantes en su poema, la luz con la que Hero
guiaba a Leandro, su lucha en el mar y el final trágico donde ambos mueren. La luz del
farol es ridiculizada por los versos de “cuando el enemigo cielo disparó sus arcabuces”,
este último es un arma de fuego, pasamos de una luz de un farol que simboliza la
esperanza de Leandro para encontrarse con su amada a una luz creada por un arma en el
cielo.
Su lucha con el mar es parodiada para bajar la calidad del héroe al convertir al mar
en un “charco de los atunes” cuando en el poema de Quevedo tenemos que los tritones,
deidades marinas, le admiraban en su trayecto por el prodigioso Mar (en mayúscula esta
última palabra, que simboliza aún más respeto), en Góngora tenemos que no puede
dominar el charco:
Dafne y Apolo
Que simboliza el placer efímero, la espada alude al falo que es cambiando por
placer. Quevedo logra la parodia por medio de referencia a otros amores, como este que
en el mito con confites, pasteles y azumbres fueron lo q u hizo que Marte lograra
conquistar a Venus y así engañara a su esposo, Vulcano.
Menciona después, el mito de Júpiter y Dánae al referir que, si se quiere tener
placer de las mujeres, hay que pagarles, degrada a Dafne convirtiendo la lluvia dorada
Ávila Johnson Ana Perla
Literatura Española III. Siglos de Oro
que sucede en el mito de Dánae, en una lluvia de dinero con la que logró “levantóse las
faldas la doncella por recogerle en lluvia el dinero”, poniendo a la mujer como interesada,
y como una prostituta recibiendo su pago por un encuentro.
Quevedo logra transformar el amor de dos deidades en un intercambio económico
ya que Dafne sólo pretende cobrarle a su pretendiente.
En el último terceto, se menciona una “dueña”, esto puede connotar a una dueña
del prostíbulo del que Dafne formaba parte, esta funciona como mediadora entre ambos
para que al final, Apolo se pueda “servir de ella”.
En este poema, Quevedo logra desfigurar todo el poema de Garcilaso y el mito
original para volverlo una parodia misógina llena de avaricia.
En el poema de “A Dafne huyendo de Apolo” tenemos la persecución de Apolo a
Dafne con fines sexuales. La voz poética le sigue ordenando, lo cual la rebaja a un nivel
inferior de esta.
Nos dice que la persigue un alquimista, alguien que puede convertir la flecha de
plomo que tiene Dafne por cupido en oro en el mito original. Al describir después a Dafne
como “cruda” la pone como un pedazo de carne, comida, objeto sexual y la configura
como un murciélago, porque quiere huir de Apolo, Dios del Sol.
En el segundo cuarteto, verso cuarto, hace referencia a la expresión “dar perro
muerto” que es utilizada cuando no se le paga a una prostituta, de nuevo tenemos que
Quevedo rebaja al personaje femenino, de ninfa a prostituta.
La transformación en laurel de Dafne que nos narra Garcilaso de la Vega, con gran
realeza y hermosura, es parodiada por Quevedo en el último terceto donde Dafne tiene
que convertirse para huir de Apolo y que “el Sol se quedó a escuras” dando a entender
que se quedó son conseguir lo que quería, a Dafne.