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PROYECTO DE GRADUACIÒN

Trabajo Final de Grado

Cultura funeraria
Análisis semiótico de la gráfica popular en el cementerio de San Diego.

Wilson Esteban Argoti Vásquez


Entrega 1era. Etapa 25 %
27 de febrero/2015
Licenciatura en diseño
Ensayo
Historia y tendencias

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Introducción

Capítulo 1. Cultura popular: rescate de los valores.


1.1 Cultura Popular, reflexión sobre los cementerios populares.
1.2 La muerte en América Latina.
1.3 Cementerios en Ecuador, expresión del óbito
1.4 Iconografías populares funebres.
1.4.1 Los primeros cementerios en Quito.
1.4.2 Cementerio de San Diego

Capítulo 2. Cosmovisión de la muerte: según otras disciplinas


2.1 Antropología
2.2 Sociología
2.3 Psicología
2.4 Religión

Capítulo 3. Semiótica:
3.1 Semiótica en el Diseño Gráfico
3.2 Antropología visual
3.3 Símbolos, signos e íconos, como elementos del diseño
3.4 Herramientas de análisis semiótico: leyes gestálticas

Capítulo 4. Análisis semiótico de las manifestaciones populares de la muerte.


4.1 Listado de herramientas que seutilizarán
4.2 Herramientas semióticas aplicadas a lápidas
4.2.1 Religiosas
4.2.2 Ilustradas
4.2.3 Tipográficas
4.3 Listado ilustrado de los íconos encontrados.

Capítulo 5. Futuro de la gráfica funeraria


5.1 Símbolos: logos
5.2 Tipografía: fuentes
5.3 Imágenes: Ilustraciones
5.4 Colores: paleta cromática

Conclusiones

Lista referencia bibliográfica

Bibliografía

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La cultura popular funeraria es una investigación de carácter ensayístico; encuadrada en

la categoría de Historia y tendencias, la cultura popular funeraria aborda todas las

acciones y productos humanosque se generanen la forma de representar la muerte; sean

tradiciones, cementerios, etcétera.

El presente Proyecto de Investigación y Desarrollo (PID), se enfoca en los espacios de

inhumación, y particularmente en el cementerio de San Diego, este tema surgió del

proyecto de titulación realizado en el Instituto Metropolitano de Diseño en el 2013, su

producto final, una pieza editorial sobre una investigación de campo, contieneun registro

fotográfico, y una clasificación de los espacios de inhumación dentro del cementerio, esta

investigación sacó a la luz, que en la actualidad con nuevas leyes internas, e influencia

de modas extranjeras; las representaciones culturales se transformaron en una gráfica

estándar, dónde las manifestaciones populares están prohibidas. Se considera como el

núcleo del problema planteado, que cada año las lápidas populares, (espaciosde

inhumación de un tamaño específico, que contienen una inscripción relacionada con el

difunto, contienen una gran cantidad de riqueza visual, porque la normativa general de la

lápida era de diseño libre, y el deudo podía expresar sus sentimientos de pérdida, amor,

dolor, duelo, etcétera, de cualquier manera),están desapareciendo y siendo remplazadas

por tipología estándar, evidenciando una pérdida de los símbolos sociales identitarios, en

la cultura popular quiteña.

El PIDtiene por objetivo general analizar a través de herramientas semióticas los signos,

símbolos e íconos que se encuentran graficados, tallados, impresos en las lápidas del

cementerio de San Diego como una manifestación cultural. Asimismo, los objetivos

específicos son reflexionar sobre la importancia de la cultura popular en la sociedad,

reflexionar sobre el arte fúnebre, analizar el valor cultural que aportan las gráficas a la

sociedad, reflexionar sobre las manifestaciones fúnebres al encontrar signos, símbolos e

íconos en las lápidas, analizar cómo estas representaciones van evolucionando a través

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del tiempo, creando códigos culturales únicos en la sociedad quiteña, analizar los nuevos

modos de representar la muerte como las lápidas virtuales en las redes sociales.

Para conocer el estado del arte se realiza un relevamiento de antecedentes entre los

Proyectos de Graduación (PG) de los alumnos y artículos de profesores, de la Facultad

de Diseño y Comunicación, de la Universidad de Palermo.

Prieto, F. (2006). La No Imagen. Proyecto de Graduación (PG). Facultad de Diseño y

Comunicación. Buenos Aires: Universidad de Palermo. Este PG tiene como objetivo

hacer una aproximación particular dentro de la generalidad del concepto, delimitando sus

estados y apropiando los elementos particulares de la imagen que se pretende estudiar, y

se vincula a este proyecto de Investigación (PI) porque en dicho PG el individuo vendrá a

ser el comunicador visual, y el no lugar, un cementerio. Se podrá analizar la cosmovisión

de la muerte desde el punto de la manifestación gráfica funeraria, el diseñador podrá

apropiarse de los signos fúnebres encontrados en las lápidas.

D' Angelo, Mariela. (2007). La gramática del signo icónico. Proyecto de Graduación (PG).

Facultad de Diseño y Comunicación. Buenos Aires: Universidad de Palermo. Este PG

tiene como propósito conjugar los conceptos y matrices analíticas ofrecidas por las

ciencias de comunicación con un área específica del diseño en comunicación visual: la

transmisión de información por medio de íconos. Se vincula a este proyecto de

Investigación (PI) porque se plantea realizar un análisis de íconos y símbolos en las

manifestaciones populares de la muerte, a través de herramientas semióticas, y este PG,

nos dará una guía sobre que material de investigación podremos usar para el presente

proyecto.

Coronel Cisneros, Santiago. (2013). Los aportes del Diseño Gráfico a la comunicación

comercial de la artesanía urbana en el Distrito Metropolitano de Quito. Proyecto de

Graduación (PG). Facultad de Diseño y Comunicación. Buenos Aires: Universidad de

Palermo. Este PG tiene como propósito mostrar que la artesanía es un modo de vida,

forma parte activa de la economía ecuatoriana, guarda además conexión social y cultural

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con la persona que se dedica a esta actividad, el sentido de identidad ecuatoriana se

revaloriza al entender que cada objeto artesanal tiene una carga de identidad, la

artesanía representa lo ecuatoriano desde lo tradicional o desde lo urbano –

contemporáneo. Se vincula a este proyecto de Investigación (PI) porque la pérdida de la

cultura popular en las manifestaciones de la muerte afecta también a los artesanos que

viven de ella, los lapideros, artistas a priori que de la misma forma que un tatuador dibuja

en la piel la idea y concepto que una persona lleva, los maestros artesanos la expresan

en mármol, y este trabajo artesanal no está valorizado.

Mendoza Lizcano, Stella. (2013). El conflicto armado en los graffitis de Bogotá. Proyecto

de Graduación (PG). Facultad de Diseño y Comunicación. Buenos Aires: Universidad de

Palermo. Este PG tiene como propósito mostrar un análisis de graffitis en la zona del

centro de Bogotá, para investigar porque a través de este medio se expresan contenidos

que están relacionados con el conflicto armado. Se vincula a este proyecto de

Investigación (PI) porque el presente proyecto busca analizar la manifestación gráfica en

las lápidas, para ver como a través de este medio se expresan contenidos referentes al

dolor, pérdida y cultura.

Brenes Bido, Ivette. (2007). Semiotropía y retórica de la imagen en el diseño publicitario

dominicano. Proyecto de Graduación (PG). Facultad de Diseño y Comunicación. Buenos

Aires: Universidad de Palermo. Este PG tiene como propósito, estudiar la semiotropía,

según Barthes, es una orientación hacia el signo que contempla específicamente el tema

social en el proceso de aparición y consolidación del mismo, y se vincula a este proyecto

de Investigación (PI) porque el presente proyecto busca estudiar como los signos,

símbolos e iconos encontrados en las lápidas representan a la sociedad, de donde

provienen, qué referente histórico nos muestran y nos definen como sociedad.

Reihs, Nicole. (2012). Semiótica y publicidad. Creación y Producción en Diseño y

Comunicación N%BA49 [ISSN: 1668-5229]. Buenos Aires: Universidad de Palermo.

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Esta publicación tiene como objetivo analizar la importancia de la semiótica con respecto

a la relación entre la teoría y la praxis, y se vincula a este proyecto de Investigación (PI)

porque el presente proyecto busca realizar una relación entre los símbolos en las

manifestaciones de la muerte en la cultura popular y la cosmovisión de un comunicador

visual.

Valdés, Sylvia. (2006). Arte, diseño y hermenéutica. Escritos en la Facultad N BA18

[ISSN: 1669-2306]. Buenos Aires: Universidad de Palermo. Esta publicación tiene como

objetivo explicar La imagen y sus dominios. Su relación con la semiología, con la

sociología y con el psicoanálisis. Imagen e imagen del mundo. Posibles taxonomías de la

imagen: Conicidad, referencialidad, simbolismo del universo visual. Imagen objeto e

imagen mental, y se vincula a este proyecto de Investigación (PI) porque el presente

proyecto busca estudiar como los signos, símbolos e íconos encontrados en las lápidas

representan a la sociedad, qué quieren expresar, qué elementos sociales son

representados en estas manifestaciones.

Atahuapa, Rosa; Luna Chevez, Grace Steffania; Radici, Flavia; Rodríguez Tobar, Marta

Eugenia. (2007). Creación y Producción en Diseño y Comunicación No13 [ISSN: 1668-

5229]. Buenos Aires: Universidad de Palermo. Esta publicación tiene como objetivo

investigar el aporte de los artistas a la cultura popular en los países latinoamericanos,

como Argentina, Perú y El Salvador, y se vincula a este proyecto de Investigación (PI)

porque el proyecto tiene como objetivo analizar la manifestación de la cultura popular en

las representaciones de la muerte, analizar la cosmovisión andina y comparar la gráfica

popular con otros lugares de América Latina.

Con la misma finalidad se releva bibliografía de autores y se comprueba que no hay

muchos textos escritos sobre la temática que se aborda aquí, pero sí sobre el tema en

general.De la lectura de los textos se pueden apreciar algunos conceptos de gran

importancia que van a orientar el sentido general del trabajo y van a conformar el marco

teórico. Del autor Ember Melvin “Para que un pensamiento o una acción puedan ser

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consideradas como rasgos culturales. Deberán ser comunes a un grupo de personas o a

una población”, La representación visual de la muerte; en las lápidas, mausoleo, tumbas,

sarcófagos, etc., de un cementerio, definido como el lugar donde los restos mortuorios

son enterrados, o en algunos casos de no existir un cuerpo, un simbolismo para poder

sobrellevar el dolor. Es un pensamiento y una acción común en la sociedad quiteña, que

viene desde hace varios siglos, y nunca ha sido analizada desde una prospectiva de la

comunicación visual, a través de herramientas semióticas. La muerte y su definición

tienen un papel importante en este análisis, desde la cosmovisión andina hasta lo que

creemos en la actualidad. Son factores que influyen en el momento de realizar una

manifestación visual sobre la pérdida de un ser humano, PhilippeAriés “El pensamiento

de la muerte se asocia a la idea de ruptura del compuesto humano” en la actualidad, y

desde que el cristianismo empezó, la idea del cuerpo y alma, hicieron de la muerte una

pérdida sentimental, lo que se evidencia cuando en todos los funerales, el muerto

siempre fue bueno, los defectos y errores no se recuerdan, solo lo mejor del individuo, en

la mayoría de casos. Estas expresiones de la muerte se representan visualmente en la

gráfica popular funeraria, la investigación de campo se realizó en el cementerio de San

Diego, que más allá de ser patrimonio cultural, es un ícono histórico para la sociedad

quiteña, con el cual nos sentimos identificados, o en la mayoría de los casos sabemos

que existe.

En el cementerio de San Diego se encuentran varias formas de cómo las personas

representan y representaban a la muerte. De acuerdo con la investigación de campo,

dichas formas con tres: Primero están los mausoleos, obras arquitectónicas de gran

tamaño, donde las personas, mayormente de la época colonial mostraban su nivel socio

económico A; También tenemos las tumbas, que son espacios de inhumación que se

encuentran bajo tierra, éstas son las más simples y sencillas; Por último están las lápidas,

que son espacios de una medida específica, generalmente manufacturados en mármol, y

estos lechos fúnebres son los que serán analizados.

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Para resolver la problemática y desarrollar la propuesta se recurre a una metodología que

consta de diferentes técnicas descriptivas: investigación, análisis e interpretación de

material ya elaborado. Para el análisis de corpus, también se adoptan técnicas

exploratorias: entrevistas a diferentes profesionales para poder tener varias opiniones

sobre las representaciones de la muerte.

En este último tramo de la introducción al PID, y antes de profundizar en el trabajo, es

necesario destacar que el autor considera que el texto realiza un importante aporte a la

disciplina de la comunicación visual, a la sociedad ecuatoriana y al diseño gráfico, esto

resulta de mucho valor para los profesionales y estudiantes de la carrera porque en el

presente PID encontrarán una metodología de análisis semiótico, un listado de signos

símbolos e íconos que representan a una sociedad, y como estos se pueden vincular en

logotipos, ilustraciones, señales, elementos gráficos que de manera inconsciente está

subyugada a la cosmovisión quiteña de la muerte. Describir las manifestaciones

culturales desde la perspectiva de un comunicador visual, es mirar la manifestación de la

muerte, de una manera muy diferente a otros tipos de profesionales, como lo clasifica,

como aprecia el arte, la cultura, la morfología única en las lápidas de San Diego.

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Capitulo 1

1.1 Cultura Popular, reflexión sobre los cementerios populares.

“Cultura popular es la cultura no oficial, la cultura que no formaban parte de la elite, las

clases subordinadas, tal como las definió Gramsci” (Burke [1978], 1976,p.29). Para que

exista una cultura popular o subcultura, debe existir una cultura más general, en este

contexto contra cultura, es aquella que se opone, rechaza, y se diferencia la cultura

dominante. (Blanco et al., 2000). La cultura popular, como su nombre lo indica, proviene

del pueblo, esta clase social, mira de manera diferente la vida, esta población en muchos

de los casos, lo único que tiene que perder, es su vida, la aspiración final del día; es

llevarse algo que comer, pagar un arriendo, en conclusión, sobrevivir. En contraste, sus

eventos sociales, muestran que son gente alegre, unida, colaboradora, solidaria, estas

reuniones culturales, están generalmente vinculadas, con alcohol, baile y comida, este

sector, para el país, se lo considera una carga económica innecesaria, por no aportar al

producto interno bruto. La clase media y alta, miran con vergüenza ajena ante el resto del

mundo, la forma que vive la gente del pueblo, y está siempre buscando distinguir que

aquellas prácticas sociales, no son parte de la cultura general proveniente de las

potencias mundiales. La hegemonía cultural proviene de la globalización, te dice como

vestir, hablar, actuar, entre otras, mientras que la cultura popular, nació en un barrio, en

una localidad, que después fue adquiriendo fuerza, y comenzó a crear su propio lenguaje

icónico, expresiones idiomáticas, y estilo de vida. El pueblo tiene una densidad

demográfica mayor a las otras subdivisiones sociales, si bien, se desea ignorar sus

prácticas culturales, estas no están fuera del desconocimiento público. En cada nación

habrá un elemento de la cultura popular que escapa o se opone a las fuerzas de la

cultura general, en este caso la cultura popular siempre será un elemento de conflicto

para las clases dominantes (Blanco et al., 2000). Por otro parte, la música llamada

popular, por los precios de sus entradas, y la gente que la escucha, comenzaron a tener

composiciones musicales con armonía, ritmo y letras apasionantes, que potenciadas por

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famosos del país, y radios locales, llegaron a ser escuchadas por toda la nación. Estos

elementos que conforman la clase popular, sus rasgos únicos, y formas singulares de

percibir la vida, también se los puede apreciar en su culto a los muertos.

Las lápidas minimalistas, que contienen únicamente los datos del difunto, pertenecen a la

clase media alta y alta, siempre sobria, queriendo aparentar un estilo europeo. Estas se

conjugan con la riqueza cultural de la clase popular, que muestra una gran variedad de

diseños, colores, formas y expresiones peculiares, que comunican su imaginario social

sobre el óbito, desde la llegada del ataúd junto con mariachis; cantautores de origen

mexicano, o con artistas que interpretan las canciones más queridas del difunto,

acompañan su cuerpo al lecho de muerte, los deudos colocan la lápida que comunica al

mundo, su equipo de futbol, su frase célebre, el apodo familiar, etcétera, y muchas veces

alado de esta, una botella de su licor favorito, siempre el más económico para su viaje al

más allá. Estas expresionesmayormente talladas a mano, tienen un espacio no menor de

cincuenta por sesenta centímetros cuadrados. Lo interesante de estas prácticas

funerarias, son los íconos que se encuentran en ellas, todos parecidos, todos diferentes,

siempre hay algo que descubrir, una ilustración para entender esto, sería una

competencia de diseñadores, queriendo mostrar una pieza gráfica mejor que la otra, se

observan flores artificiales, muñecos en tercera dimensión, imágenes talladas, fotografías

del difunto, elementos que inconscientemente la ciudadanía ecuatoriana se apropio en

algún punto de la historia, el imaginario social sobre la muerte están mayormente

presente en los símbolos religiosos, los cristos: blancos, morenos, negros, la mayoría

mirando hacia abajo en señal de duelo, la otra parte mirando al cielo en señal de ruego,

las manos juntas para la oración, las manos elevadas para dar bendición, cruces con una

manta en la parte derecha, ángeles transportando el alma del difunto, escaleras que nos

dan a entender el camino hasta el cielo, corazones alrededor del nombre del difunto, que

representan todos sus hijos y familiares cercanos, los rostros perfectamente tallados a

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mano, por los seudo artistas del mármol, siempre con una sonrisa, expresan toda la

riqueza cultural, que la clase popular muestra en su concepto de muerte.

En un cementerio, no existe un muerto malo, las mejores cualidades de un individuo se

encuentran ahí, cuando se analiza el dicho popular, tienes que morir para que todos te

alaben, se vuelve lógico. Toda esta riqueza, se encuentran en los nichos, espacios de

inhumación más abundantes en el cementerio de San Diego, se encuentran ubicados en

los lados laterales del campo santo, alejados del centro donde están localizados los

mausoleos, separando así los niveles socio económico de la sociedad quiteña actual.

En la necrópolis, para un comunicador visual, clasificar los nichos, de una manera

sociológica, antropológica o científica, está fuera de su competencia, la herramienta que

posee, es la metodología de la observación, es ahí cuando distingue los recién llegados,

los más queridos, los olvidados, los comerciales, por ejemplo: los recién llegados, tienen

que ver con aquellas lápidas que muestran la fecha de defunción con el año actual, y el

mármol pulido y brillante, los más queridos, son aquellos espacios fúnebres que

contienen gran cantidad de flores, recuerdos, nuevas fotografías, y su fecha de defunción

ya es de varios años a tras, los olvidados, que a pesar de estar adornados por flores

artificiales, se puede observar las fotografías dañadas por el tiempo, las cartas de sus

hijos con fecha de 5 años atrás, la estética sucia, y vieja de la lápida que nadie recuerda,

la telaraña que sigue creciendo, o en el peor de los casos la notificación de la

administración; de que el nicho va a ser exhumado por olvido, generalmente;

dependiendo de la administración, tiene hasta 5 años para renovar el pago, o que los

huesos sean exhumados, los comerciales, espacios de la muerte vacíos, con una lápida

fabricada en concreto; que dice en letra esténcil, disponible. Los nichos son la forma de

maximizar el espacio comercial de una necrópolis, uno sobre otro, uno al lado de otro, la

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diferencia más grande entre un difunto y otro, es la gráfica de la lápida, el material, los

epitafios.No existe un orden en el cementerio en cuanto a fechas de defunción, los nichos

van y vienen, los difuntos ahí solo son difuntos que no comparten ningúna clases social o

parentesco.

2.2 La muerte en América Latina.

Para las comunidades andinas, la muerte es considerada como parte de la vida. Es decir,

la muerte no constituye una tragedia en la vida de los andinos, más bien, la muerte es

como una conclusión, cumplimiento y culminación de una etapa de la vida, esto se debe

mayormente a sus creencias religiosas, al ser un continente mayormente católico y con

creencias en la divinidad; la terminación de la vida es el comienzo de otra, después de

morir está el cielo, o el infierno. (Alvares, 2002).

La identidad de un país existe; cuando un grupo de personas tienen en común, un

imaginario social que los identifica, que los vuelve únicos, que produce orgullo, vergüenza,

alegrías, tristezas, un lugar donde son socialmente aceptados, le tiene cariño, amor, y

respeto en la mayoría de los casos, es el lugar donde los lazos de amistad se forman, es

el lugar que llaman hogar, donde las tradiciones, lenguaje, idiosincrasia, cultura,

demografía, los identifica como nación ante el mundo. Así pues, este también está

influenciado por las características sociales, económicas, demográficas, el sincretismo

generado desde la colonización de los españoles a Sudamérica, la influencia de la

religión católica; mezclada con los ritos paganos ancestrales, construyen la identidad

cultural de un país, y también pueden ser visibles en una región, como Latinoamérica. La

muerte genera muchas discusiones con tendencias filosóficas, religiosas, y culturales que

están con nosotros desde los orígenes mismos de la historia, el culto a los muertos es

algo característico de la humanidad y cada cultura tiene su forma de expresarlo, y esta

forma de mirar la terminación de la vida, es un símbolo, que representa de una u otra

forma a una cultura y la diferencia de otra.

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Todas las culturas, desde el inicio de la historia, las personas dan culto a sus muertos,

estas tradiciones y costumbres, pasaron de familia en familia, hablando sobre la

cosmovisión latina de la muerte, refiere a todo concepto particular que rodea a la

defunción de una persona, ya sean rituales, cementerios, lápidas, tradiciones, imaginario

social, demografía, etc. El óbito como concepto puede ser visto de diferentes maneras,

para la bio medicina “la muerte es la pérdida irreversible de la capacidad y del

conocimiento de la conciencia que provee los atributos esenciales del ser humano y que

integran en el funcionamiento del organismo como un todo” (Aries, 2005:31). Así pues, la

muerte para la ciencia es algo tan simple como la ausencia de vida, cuando el individuo

deja de respirar y sus funciones biológicas terminan, por otro lado cuando se refiere a la

conciencia humana, la definición serian todas las características, rasgos, y fragilidad del

individuo; su capacidad de crear, razonar, pensar, generar conocimiento, que de manera

irreversible dejan de estar presentes en un cuerpo sin vida. La conciencia,capacidad

única en los seres humanos, es la que ha generado; varios debates de que sucede con

ella cuando una persona muere. Este tema al ser una experiencia desconocida, del que

ningún individuo ha regresadoa generar un conocimiento, lo único que se tiene son

especulaciones, y a partir de esto se han creado teorías e hipótesis, donde se pretende

explicar hacia dónde nos dirigimos después de morir.

Según la religión cristiano católica, la muerte, es el encuentro con su creador, es el lugar

dónde todas las respuestas van a ser respondidas, el lugar donde encontrarán descanso,

para los practicantes de esta religión, el morir es lo mejor que les podría pasar. También

existe el otro porcentaje; los no creyentes: los ateos, agnósticos, y paganos que aún

conservan sus ritos, tradiciones y creencias, donde miran a la muerte con una diferente

cosmovisión, “América es un continente muy rico y diverso en prácticas funerarias, unas

tienen que ver con prácticas pre hispánica, otras con procedencia occidental cristiana y

otras con influencia africana. Etc.” (Alvares, 2002:21). Los ateos son aquellos que niegan

la existencia de dios, los agnósticos, creen que existe un dios, pero no le dan importancia,

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y los paganos son todos aquellos que tienen una diferente cosmovisión a la religión

cristiano católica. Las prácticas funerarias, los ritos y las tradiciones normalmente

necesitan un lugar y un espacio donde se realizan, dichos rituales, son conocidos ahora

como los cementerios, y es ahí donde generalmente se realizan las inhumaciones.

1.3 Cementerios del Ecuador, la expresión del óbito.

“La fundación de los pueblos de los muertos, los cementerios, es la ocupación del suelo,

a veces imprevista, que hace el primer difunto que necesariamente ocurre entre los

fundadores del pueblo.” (Andrade, 2003:187). En un terreno deshabitado, cuando varios

individuos deciden colocar su hogar, delimitar sus terrenos, y empezar a vivir de los

recursos naturales que en tal existen, en ese momento fundan un pueblo, los primeros en

llegar son los primeros en morir, ya sea por vejez, por enfermedad, o algún accidente que

afecte su vida, el Reino de Quito; por su parte, no fue diferente, y cuando comenzó a ser

una sociedad, los cementerios o los espacios para la inhumación fueron creados.

El apareciendo de los espacios de los muertos cercanos a las ciudades de los vivos es
según Morín, uno de los rasgos distintivos de la humanidad: Este acto fundacional
determina el parecimiento de una geografía de las prácticas funerarias, las cuales
determinan el aparecimiento de los espacios de sepultura, como espacios geográficos
de orden simbólico, nunca indiferentes. De hecho se han debatido entre la
santificación y el rechazo. Las prácticas que relacionan el acto mortuorio con la
inmortalidad determinan el surgimiento de espacios sagrados, mientras que lo que la
relaciona a la enfermedad determina el aparecimiento de espacios lejanos. (Morín,
1970:22).

Los cementerios públicos y privados, tienen un mensaje simbólico para las personas que

siguen vivas, el hecho de enterrar a un ser querido, según la psicología ayuda en la parte

del duelo, los espacios de inhumación son lugares necesarios para recordar, visitar,

extrañar, la importancia de tener un espacio dedicado a la memoria de los muertos, ya

sean en criptas, tumbas, iglesias, camposantos, columbarios, etcétera, son elementos

que están intrínsecamente presentes en toda cultura. Morín describe que estas prácticas

están entre santificación y rechazo, y clarifica esta idea al diferenciar entre los espacios

sagrados y los espacios lejanos, los espacios sagrados en la cosmovisión de la

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perpetuidad del alma, empiezan con los cementerios que se encuentran debajo de las

iglesias o cerca de ellas, los terrenos celestiales,lugar donde el alma de un individuo

reposa junto a Dios, y éste; antes de la reforma se transformó en un negocio rentable

para la iglesia católica, mientras que los espacios lejanos, habla de salubridad, el ser

humano al morir comienza a pudrirse y esta putrefacción biológica trae consigo

enfermedades, en la actualidad existen métodos para enterrar cuerpos de forma segura,

de manera hermética para que los olores no salgan, la historia habla que en las

inundaciones, los cuerpos mal enterrados salían de sus tumbas, y las ratas que comían la

carne putrefacta infectaban a la gente. En la actualidad, las personas entienden que los

muertos no volverán a la vida, no desde la perspectiva científica, lógicamente el óbito es

una cuestión de tiempo, la necesidad de un lugar donde los huesos serán colocados, es

una necesidad de cada asentamiento humano. Los cementerios empezaron con la

muerte de los fundadores del pueblo, este lugar donde fueron destinados a ser

enterrados, cuando la ciudad crece, el pueblo de los muertos queda dentro de la urbe,su

carácter simbólico que lo relacionan con lo sagrado, con el temor y la fantasía es parte de

la identidad de un pueblo; aunque resulten no ser tan antiguos como se piensan, estos

son un reflejo del mundo de los vivos, donde se pueden ver gran parte de las tensiones

ideológicas y divisiones sociales, propias de cada individuo.

Los primeros entierros en Ecuador, fueron de forma precaria e insalubre, pero al ser la

iglesia la que regía y dominada después de la conquista española, es obvio pensar que

los primeros entierros estuvieron bajo su administración. “La presencia de la iglesia

Católica como gran administrador de la vida influyo notablemente en la manera de

entender la vida y la muerte en los territorios de la Real Audiencia de Quito.”(Andrade,

2003:89). La iglesia católica que administró la muerte hasta el siglo XIX, antes que los

primeros cementerios de orden público y de diferente administración aparecieran,el

catolicismo influyo en las creencias de la gente, el enterrar a sus seres queridos en

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tumbas a las que ellas llamaban lugares de reposo sagrado, o donde considere la iglesia

católica como un lugar santo, eran parte de su doctrina de salvación, así las criptas

debajo de las iglesias fueron los primeros cementerios en Quito, en la actualidad se

encuentran personas, que ingenuamente fueron convencidas de cambiar sus terrenos;

por un pedazo de tierra en la iglesia, asegurando que la misma les proporciona un

pedazo de cielo, la salvación eterna, con firma y sello del obispo encargado. La iglesia

católica en Ecuador, tiene la mayor cantidad de propiedad privada, que se distribuye en

colegios, iglesias, orfanatos, cementerios, etcétera, la mayoría de estos fueron

ingenuamente donados, y muy pocos adquiridos.

“Cosa de 25 años, desde 1534, duró esta costumbre de enterrar cadáveres de


españoles junto a la primera iglesia. Hasta que por los años de 1560 a 1562, el primer
Obispo de Quito, García Díaz Arias, comenzó la construcción de la iglesia Catedral,
que tuvo una gran demanda por parte de los principales españoles, conquistadores y
fundadores, para obtener sitios en las bases de la Catedral para construir bóvedas
individuales” (Andrade, 2003:187).

La gran mayoría de la población de la Real Audiencia de Quito, no podía acceder a las

criptas o los altares de los templos católicos, los esclavos, los indígenas, los mestizos, no

tenían los recursos económicos; o la suficiente influencia familiar para poder ser

enterrados en las criptas religiosas, el anonimato en sus entierros, era una característica

de su clase social. Su individualidad no era reconocida para los colonos, los cuales no

daban importancia alguna el grabar su nombre. En contraste, los fundadores de la ciudad,

los españoles que trajeron consigo la religión católica, era una necesidad para el reposo

de su alma, ser enterrados en espacios sagrados, colocando sus nombres para que

quizá; sean proclamados santos, por haber traído una religión sangrienta para los

indígenas esclavizados.

El cementerio es un patrimonio que se tiene, se disfruta, sufre mutaciones y evoluciona

con el paso del tiempo, es un espacio propio donde se ven las identidades de nuestro

pueblo. (Pedersen, 2007). Los cementerios de la urbe son un símbolo de prestigio para

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las clases sociedades altas, en la epoca de la colonia, un gran ejemplo, es el cementerio

de Recoleta en Argentina, que se encuentre en el centro de Buenos Aires, y es un lugar

turístico muy concurrido. Ecuador por su parte, tiene al cementerio de San Diego, a

finales del siglo XIX, fue uno de los primeros que vio la influencia europea en las clases

dominantes para la construcción de grandes mausoleos, la mayoría de estos, familiares,

exclusivo para personas con los mismos lazos sanguíneos, otras fosas ideológicas,

donde el parentesco familiar no era necesario, muchas de estas obras arquitectónicas

funerarias fueron hechas por grandes artistas y escultores de la época, un ejemplo

relevante para la sociedad quiteña, fue el escultor Peña Durini, usando modelos europeos,

mayormente italianos y algunas obras propias; creó varias piezas de arte únicas, que se

contrastan con los espacios de inhumación de las tumbas populares. “Pero aquel tiempo

habría de pasar, y aquella obsesión de la élites por perpetuarse de manera tan pomposa

tras la muerte, a través de tales monumentos conmemorativos y por consiguiente de

invertir parte de sus fortunas en mausoleos fue decayendo”. (Pedersen, 2008:5). La

aparición de los parques de la soledad, parques de recuerdos, y otras denominaciones,

hicieron que estas formas de expresar la muerte de una persona fueran desapareciendo,

formas más económicas para dar culto a los muertos empezaron a surgir, la clase media

podía acceder a estos espacios de inhumación, y la gente de clase dominante empezó a

darle menos importancia al óbito, y empezó a utilizar estos parques de soledad, como un

recurso más económico de expresar sus sentimientos de perdida, por otro lado, la clase

humilde, se vio en la necesidad de encontrar en estos cementerios, el uso de las partes

más lejanas del centro de la necrópolis, las paredes exteriores, son los lugares más

económicos para poder dar culto a los muertos.

1.4 Iconografías populares funebres.

Los cementerios populares, en el Distrito Metropolitano de Quito, no se refieren a una

administración pública, hablamos de cementerio popular, al lugar donde las

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manifestaciones de la muerte del pueblo se encuentran, en una administración

privada.Siendo mayoritariamente anónima, la creación popular alcanza niveles de

imaginación y de creatividad que carece las obras de producción industrial típica de las

grandes necrópolis. (Pedersen, 2008), al no ser obras que busquen ser artísticamente

originales, sino una expresión de los sentimientos del deudo, hacen de estas obras

manuales, expresionesúnicas, que revelen el lenguaje icónico implícito de la sociedad,

esto pues, al encontrar varias obras similares; de diferentes artistas lapidarios, revelan el

imaginario social en términos de la muerte.

Siendo las primeras tumbas de carácter religioso, ahora las creaciones populares van

desde grafitis en las lápidas, símbolos de su equipo favorito, figuras de Walt Disney y

objetos de toda índole, que dan un contraste diferente a las lapidas populares.

La convivencia de las iconográficas eruditas con las populares, lo urbano con lo


profano, son algunos de las formas que se muestran en los cementerios populares el
sentido de la expresividad es absoluto como en conjunto y sus singularidades, todas
son sorpresas, ya que en la utilización de materiales, y la intervención de color, la
imaginación no suele tener límites en cuanto a los lenguajes formales (Pedersen,
2008:10).

Las iconografías populares, refieren a las creaciones del pueblo, la forma de expresar el

dolor y la pérdida de un ser querido es algo que se ve reflejada en el arte. Las

expresiones no religiosas, las lápidas con tipografía formal, las creaciones populares, las

lápidas estandarizadas, los íconos religiosos, son contrastes de la cultura quiteña, cada

expresión es diferente a la otra, una muestra es el material que se emplea, el más

utilizado es el mármol, aunque existen singularidades, algunos elementos son hechos

con madera, forjaduras en hierro y vidrio, concreto, entre otros. Estas obras, aún cuando

tienen rasgos parecidos, el tallado del artista fúnebre, la tipografía empleada, los detalles

usados, vuelven singulares laslápidas colocadas en el lugar donde reposan los cuerpos,

un ejemplo curioso, es observar en la tumbas infantiles de todas las clases sociales, el

contenido de los diseños coloridos, las intervenciones con stikers infantiles, caricaturas

naif pintadas por los deudos, que adornan el lugar donde fue enterrado el niño.

  18  
“La alta tasa de mortalidad infantil de muchas de las sociedades que conforman
Latinoamérica, en especial de las marginadas, sigue y seguirá siendo un patrimonio
popular que supone la incorporación de tumbas de niños como parte principal de los
cementerios”. (Pedersen, 2008:12).

El pensamiento colectivo sobre un niño muerto para la sociedad quiteña, es el viaje de

retorno de un ángel al cielo. Gutiérrez afirma que un niño muerto no tiene que ser ni

rezado o llorado, porque tiene garantizado el cielo, es colocado generalmente en un cajón

blanco, algunas veces es enterrado en el cementerio o enfrente de la vivienda familiar, la

pérdida de un hijo, es psicológicamente devastador para los padres, la continuidad de

nuestra existencia se ven reflejadas en la descendencia que dejamos, el apellido familiar,

las posesiones materiales que tenemos, son elementos que heredamos al nacer, y

cuando este es interrumpido, todo el dolor, toda la planificación de los padres, se

manifiesta en los epitafios tan singulares de las tumbas, y en las gráficas que ellos

mismos elaboran. Para Birte Padersen, fotógrafa internacional, en su entrevista de video

para el Comercio, periódico ecuatoriano de gran prestigio, expresa:

El arte funerario es la expresión de un sin número de personas, anónimas que quieren


honrar a sus difuntos, yo creo que la expresión si es arte, pero no sabría decir si la
intención es hacer una obra de arte, o en el caso de que sea esta la intención es una
expresión de arte que no es para el mercado, es solamente para este ser querido que
se ha muerto.” Padersen, Birte(2012), disponible(www.elcomercio.com/cultura/Arte-
funerario_3_788351168.html [video]. Quito: Arte Funerario.)

El arte funerario, no es una expresión artística, es comunicación gráfica y textual, el

deudo comunica sus sentimientos de perdida, de dolor, expresa sus sentimientos, y esto

lo vemos en la lápida, nos informala clase social de donde proviene, su equipo favorito, y

varios elementos más que muestran la singularidad del individuo. “La aparición de los

cementerios, como el culto a los muertos, en su memoria individual más que colectiva,

refiriéndonos a un nicho, lapida, o momento fúnebre se extiende justamente cuando la

ilustración proclama la salida de los muertos de los templos”. (Zaldumbide 2011:23). El

cementerio de la ciudad es tan viejo como el primer deceso ocurrido en la urbe, toda

defunción requiere un sepulcro, ya sea individual, en que amigos y parientes se empeñan

  19  
en hallar un espacio final para sus huesos, en principio las iglesias de la colonia, tenían

fosas comunes, donde se enterraban varios cuerpos, no necesariamente ligados por

lazos familiares, pero lógicamente unidos con la ideología de la perpetuidad del alma, sus

nombres eran escritos en libros, pero sus restos corporales eran confundidos con otros,

cuando el sacerdote era cambiado de una localidad a otra, generalmente estos registros

se perdían, los cementerios extramuros nacen, cuando la ilustración llega a la sociedad

quiteña, la muerte se vincula con enfermedades, y la necesidad de tener un lugar

especifico para el culto a los muertos fuera de los espacios urbanos se vuelve lógico.

Los cementerios en espacios sagrados, eran únicamente para las clases adineradas en

la sociedad colonial quiteña, este tipo de discriminación produjo conflictos, no había lugar

donde enterrar difuntos españoles nacidos en América, los llamados criollos, que no eran

ricos ni nobles, también apareció una nueva clase social que iba surgiendo de una

manera impensada y con una nueva personalidad, esta era la de los mestizos resultante

del cruce de los españoles con las indias. (Andrade, 2003). La discriminación que sufrían

los criollos, los mestizos y los indígenas, fue una de las razones detonantes para la

independencia de América Latina contra España.

1.4.1 Los primeros cementerios en Quito.

Se creó el primer cementerio extramuros, el mejor lugar fue la quebrada de Ullanguanga

– huayco a la salida de la ciudad de frente al panecillo, en el centro de la urbe, muy

accesible al tránsito de los cortejos fúnebres, y con bendición católica se fundó el

cementerio general con el nombre de campo santo. (Andrade, 2003). En la actualidad

este lugar fue rellenado con piedras, tierra y basura, no existe un registro que afirme que

los cuerpos fueron exhumados, después que el relleno finalizo, fue construida una calle

que forma parte del centro histórico de Quito.

Iglesias como la Merced en 1545 acogió a los cuerpos de los primeros conquistadores,
En 1546 alrededor de 300 soldados españoles que parecieron en la batalla de Iñaquito

  20  
fueron enterrados en los potreros del rey (Parque del Ejido). En 1565, una vez fundado
el hospital de Santa misericordia y en la actualidad el museo de la ciudad, se creó otro
camposanto. En 1580, monjas y civiles fueron sepultados en el monasterio de las
Conceptas. En 1617, Santo Domingo destina otro espacio para cementerio, esta vez
bajo la capilla del Rosario. En 1653 la casa de Mariana de Jesús es modificada para
convertirla en convento donde varias personas serian sepultadas, en 1828 se creó El
Tejar. (Sociedad Funeraria Memorias, 2011: 11)

El primer cementerio protestante fue creado por el presidente García Moreno, hombre por

demás severo en materias de catolicismo y enteramente desafectado por quienes no

profesaban su religión. Se presentaron ante el un grupo de científicos que estaban en

una expedición en los Andes Ecuatorianos, con un recorrido parecido al de Francisco de

Orellana hizo en el siglo XVI. Los científicos viajaron a Quito por Guayaquil, que en aquel

tiempo se lo conocía como el “hueco pestífero del Pacífico” y fue ahí donde se enfermó el

coronel que era parte de la tripulación y falleció prematuramente en Quito a una semana

de haber llegado, sus compañeros, en búsqueda de un lugar para enterrar su cuerpo,

fueron hasta el cementerio del Tejar, el único donde se podían enterrar extranjeros y

fueron detenidos por los frailes que administraban el campo santo que informaron sobre

las políticas de no enterrar a personas protestantes o con otra religión, con esta

información fueron a la plaza grande a pedir al presidente que les ayude, en tal

emergencia.El presidente García Moreno, ordeno que en las afueras de la ciudad, en el

descenso al segundo plano del Ejido o flanco sur del actual parque, donde existía una

fosa para enterrar a los animales, reos, excomulgados, y fusilados, los expedicionarios

científicos presididos por Mr. James Orton, pudieron enterrar a su compañero protestante,

convirtiéndose en el primer cementerio protestante. (Andrade, 2003). Los no creyentes

de la religión católica, morían en el anonimato, de igual manera aquellos que se oponían

a ella, los reos eran quienes quebrantaban los mandamientos bíblicos, los excomulgados

fueron aquellos que se oponían a los sacerdotes y a cualquier autoridad religiosa,

rebelarse contra un ministro católico, era oponerse contra el mismo Dios, este tipo de

rebeldía era penada con la muerte. La administración católica, influyo en gran manera la

vida de la sociedad quiteña, en la actualidad, el Instituto Nacional de Estadísticas y

  21  
Censos afirma que el ochenta por ciento de la sociedad ecuatoriana se denomina católica,

esta religión está inmersa en nuestra sociedad, esta tiene gran influencia en la cultura, de

manera lamentable la gente que profesa estas creencias, no tienen idea las bases de su

religión, los dogmas y sacramentos que rigen profesar su fe,solo tienen la etiqueta

religiosa, que nos fue impuesta en la conquista española.

Cada parroquia de la ciudad de Quito tenía su cementerio inmediatamente anexo a la


iglesia parroquial respectiva, donde debían ser enterradas de forma obligatoria los
cadáveres de esa iglesia. Así, San Sebastián, San Marcos, San Roque, Santa Bárbara
y San Blas. Los cementerios muy poblados, de las parroquias, se enterraban en el
cementerio del Tejar, y los cadáveres de los enfermos que morían en los hospitales,
se los sepultaba en la quebrada de Jerusalén, así ocurrían las cosas relativas a los
servicios mortuorios en Quito, hasta el año 1872, fecha que se inauguró el cementerio
no público, sino de carácter puramente particular, creado por obra conjunta de la
Hermandad de Beneficencia Funeraria, dependiente de los padres Dominicos, padres
franciscanos, para sepultar allí sus socios o hermanos fallecidos. Este cementerio
estaba situado a la plazuela del convento de San Diego por cuya razón recibió el
nombre popular y no oficial de “Cementerio de San Diego” pero su nombre original fue
“Cementerio o Panteón de las Hermandades Funerarias (Andrade, 2003:192)

Los cementerios en el Distrito Metropolitano de Quito, fueron evolucionando, dejando los

cementerios en las iglesias, pero no fuera de su administración, en la actualidad existen

veinte y dos cementerios, tres de ellos pertenecen a la Sociedad Funeraria Nacional, y el

único en el país que fue declarado patrimonio cultural de la humanidad, “Carlos Espinoza,

jefe de servicios de la Sociedad Funeraria Nacional, indicó que solo en Quito ellos

ofrecen asistencia al 45% de muertes. ”El telégrafo (2011) visible en:

(http://www.telegrafo.com.ec/noticias/quito/item/los-cementerios-de-la-capital-historia-

tradicion-y-leyenda.html)

1.4.2 Cementerio de San Diego

El cementerio de San Diego, es el único en el país declarado patrimonio cultural de la

humanidad, es el más relevante de todos los cementerios de Quito y Ecuador, en el se

encuentran todas las clases sociales, que contrastan en un mismo lugar, desde los

majestuoso mausoleos, hasta los nichos colocados en las paredes para la gente más

humilde, esta necrópolis fue el primer paso de la modernidad Quiteña, siendo la primera

  22  
entidad privada que administrara la muerte junto con la iglesia. A pesar de estar

conectada a la orden dominicana, la fundación de este camposanto fue una respuesta a

las difíciles condiciones de enterramiento y administración en la sociedad quiteña del

siglo XIX; la sociedad quiteña, tenía la urgencia de un espacio para enterrar a sus

muertos, en la actualidad, esta entidad es privada, sin ninguna vinculación con el

catolicismo. (Marín, 2003). “De tal forma el 8 de junio de 1851, el Padre prior de los

dominicos, fray Mariano Rodríguez, reunió en la iglesia de Santo Domingo a un grupo de

23 personas [...] declaró instalada o fundada una Hermandad de Beneficencia Funeraria,

la cual mediante el aporte de veinte centavos mensuales que pagarían los que se asocien

como suscriptores administrará servicios mortuorios” (Marín, 2003 :193).

La planificación del camposanto estuvo a cargo de los arquitectos Juan Pablo Safiz y
Thomas Reed. La apertura al público y la bendición del cementerio fue el 2l de abril de
1871. Es así que desde 1872 la ciudad contó con un espacio de inhumación general,
pero no público, al menos en sus inicios ya que se lo constituyó, principalmente para
uso de los socios de la Hermandad Funeraria Dominica. (Moya y Peralta, 2007)

En 1888 la hermandad se desvincula de la orden de Santo Domingo, y pasa a ser una

entidad privada no religiosa llamada Sociedad Funeraria Nacional que hasta hoy en día

existe, esta tiene en su administración a 3 grandes cementerios, que contrastan

modernidad y cultura. “El cementerio patrimonial San Diego, es un referente cultural de

lo que creemos y somos, una ciudad de contrastes, que lleva más de 140 años en

funcionamiento, alberga a varios personajes importantes de nuestra historia ciudadana.”

Funeraria Nacional (2011), disponible

(http://www.funerarianacional.com/index.php?page=sandiego), esta entidad privada, no

permite realizar fotografías, o hacer visitas turísticas, como en otros cementerios con sus

características, afortunadamente para la siguiente investigación; fue permitido realizar un

registro fotográfico de todo el cementerio, de esta manera se mantendrá, al menos en

fotografías, la riqueza de la cultura popular quiteña, el cementerio al ser de carácter

privado, puede poder normativas en su institución, una de ellas, es empezar a utilizar

plantillas estándar en todo el cementerio, esta norma, impide que la gente exprese

  23  
libremente sus sentimientos y que la cultura popular se pierda, otros afectados, son los

maestros lapideros, que ven con desagrado no poder extresar el arte que el deudo

solicita, aunque por otro lado, realizar lápidas estandar, afirman no es dificil realizar. El

cementerio popular, deberia ser considerado un patrimonio cultural quiteño, que al no

cuidarlo, respetarlo y tomar en cuenta sus manifestaciones, este se perdera, y la cultura

funeraria, de colocar lápidas frias, minimalistas, con un estilo europeo marcado, serán el

legado que tendrán las siguientes generaciones, como el imaginario social de la muerte.

  24  
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