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Contexto:
Barthes va invitado para dar conferencias a Japón (1970 – post 2° GM)
El resultado es este libro que sería una especie de Guía/diario de viaje –
En ese momento el emperador era Hiroito, Imperio era de él ----fue emperador
durante lo lo que conocemos como era Shouwa, por su nombre póstumo.
Acá explico más la relación del budismo zen con la cultura japonesa y con la
literatura japonesa en torno a esos conceptos que nombré arriba.
Acá hago relación con el concepto de “sujeto” para el budismo zen y lo que dice
Barthes en el capítulo.
Menciono al príncipe Shotoku y primera constitución para dar idea general y
relación.
En “Palillos”:
La comida occidental, acumulada, dignificada, hinchada hasta lo majestuoso,
ligada a cualquier operación de prestigio, se orienta siempre hacia lo grueso, lo
grande, lo abundante, lo copioso;
La oriental sigue el movimiento inverso, AUSTERIDAD (Que es sencillo y sin
Acá meto los principios del budismo de austeridad y simpleza, relaciono con
sociedad japonesa.
EL INTERSTICIO
“Bloque de vacío”
“Colección de huecos”
“No es el alimento lo que se compra sino la virginidad de su cocción”
“El alimento no tiene más envoltura que el tiempo que lo ha solidificado”
Técnicas japonesas de ANULACIÓN y EXENCIÓN
Visibilizar la gama de prácticas
Presentar un producto sin sentido final
Signo vacío
PACHINKO
LA ESTACIÓN
El centro de los barrios cuyas calles no tienen nombre también está vacío:
suele ser una estación. Es una señal libre de solemnidad en tanto su destino a
cumplir es funcional, y no una iglesia o un monumento histórico como en
Occidente. Los mercados y las estaciones se comparten como un punto vacío
donde confluyen los usos y placeres de quienes viajan o habitan allí.
LOS PAQUETES
“Meditación semántica”
“El sentido se tergiversa”
Lo que a Occidente le parece “pequeño” de las cosas y las maneras japonesas
es realidad una ilusión o sensación conformada a partir de que todo gesto y
objeto japonés se delimita con precisión por un corte que quita el sentido de la
cosa y esto hace que no sufra posibilidad de tergiversación. Alrededor de la
cosa no hay nada, a los ojos occidentales resulta entonces reducida,
disminuida.
Los envoltorios que recubren los objetos japoneses terminan convirtiéndose en
objetos en sí mismos y retrasan el descubrimiento del objeto que encierran. La
caja representa al signo y encuentra su valor por lo que esconde y también
designa, es así que el objeto envuelto pierde existencia en manos del trabajo
con que fue confeccionado el envoltorio, que guarda el hacer, la confección, en
sí mismo. El objeto, el significado, huye. Encontrar al objeto que está en el
paquete, es decir, el significado que se aloja en el signo, es esfumarlo.
Japón transporta signos vacíos.
Barthes nos cuenta del teatro Bunraku, una representación teatral en el que
unas marionetas de dos metros son movidas por tres personas para representar
una historia que al mismo tiempo es recitada por un orador y acompañada por
una música.
Plantea la diferencia con Occidente, donde toda representación teatral busca
realzar el significado: el actor se aleja de sí mismo para convencer al
público de su personaje. Lo mismo con la escenificación. Todo: las luces, la
puesta en escena, la música, todo es un escenario que está por detrás. Lo que
importa es el actor, que finge ejercer una acción, pero sus actos nunca son más
que gestos.
Este texto es mitad hablado mitad cantado. Así, el Bunraku se vuelve como
un entramado de signos donde todo se pone en función del acto/gesto. La
voz es doblada por un volumen de silencio, donde al mismo tiempo se inscriben
otras escrituras que van construyendo la escena, como la música o los
recitadores. Esto va formando una escritura colectiva y no improvisada, que
va transformando el teatro en un juego combinado: “lo que comienza uno, lo
continúa el otro, sin descanso”.
Reverencias