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1. PERCEPCIÓN Y SENSACIÓN
Del latín perceptio, acción de recoger, conocimiento;
de percipere -de per y capere-, apoderarse de algo, percibir;
la perceptio del latín traduce la καταλεψις (katálepsis) del griego.
Pero cada mecanismo sensorial 1 tiene un límite de mínimo y de máximo llamado umbral
de la sensación. Ésta es una noción psicofisiológica útil para estudiar cuantitativamente las
sensaciones que tienen límites en la intensidad y la cantidad del estímulo. Los umbrales
absolutos son los que indican la cantidad mínima de estímulo (umbral inferior) necesaria para
que exista sensación y la cantidad máxima (umbral superior) por encima de la cual no hay
respuesta del organismo ni datos diferenciales que indican la cantidad de variación o
incremento de intensidad necesarios para que se produzca una alteración perceptible en la
sensación.
En ese límite hay una zona en que existe la percepción pero no la conciencia, como ya
lo habían planteado Sócrates, Demócrito, Aristóteles y Leibniz. Es la percepción subliminal que
designa los registros basados en estímulos que no traspasan el nivel del umbral de la
conciencia por ser débiles, o por desarrollarse en un tiempo corto.
Todos los factores influyen y colaboran en la constitución del objeto instalados en los
centros nerviosos:
• todas las impresiones sensoriales,
• los recuerdos de la memoria,
• la experiencia anterior,
• los conceptos previos,
• el aprendizaje que sirve para el reconocimiento del objeto,
• las leyes estructurales de la percepción o de la configuración de la forma, denominadas
leyes de la Gestalt,
• el enfoque subjetivo,
• sus expectativas, y
• los condicionamientos sociales y culturales.
Los órganos sensoriales de los seres humanos y otros animales son especializados,
reciben el estímulo en los órganos sensoriales y lo transmiten a través de las vías neuronales
hasta el sistema nervioso central, donde se procesa y genera una respuesta hacia el medio
interno o externo. Los sentidos suponen la existencia de receptores sensoriales.
1
Dice Kant en la Crítica de la Razón Pura: “...toda sensación -y, por tanto, toda realidad en la esfera del
fenómeno, por pequeña que sea- tiene un grado, es decir, una magnitud intensiva capaz de ser reducida.
Entre realidad y negación hay una cadena continua de realidades y de posibles percepciones más
pequeñas. Todo color, el rojo, por ejemplo, posee un grado que, por insignificante que sea, nunca es el
más pequeño.”
El cerebro está compuesto por neuronas (células que forman el tejido nervioso), con
destacadas prolongaciones que se disponen de forma intrincada y cuya disposición y morfología
lo hacen diferente del resto de las estructuras nerviosas. Es, sin duda, la estructura más compleja
del organismo. Junto con el cerebelo y el tronco cerebral forma el encéfalo, que se prolonga en la
médula espinal.
2
La parte visible -para nosotros- de la luz activa materias primas como dióxido de carbono, aguas y sales,
produciendo la fotosíntesis en las formas vegetales que sirven de alimento a los animales, que fueron
desarrollando órganos receptores de radiación electromagnética restringida a gamas limitadas de longitudes
de ondas. La energía atrapada por fotopigmentos se convierte en señales eléctricas que portan información
para que el organismo vivo se oriente hacia una fuente de luz.
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Percepción y lenguaje
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Charles Scott Sherrington (1857-1952), científico británico, Premio Nobel de Fisiología y Medicina por sus
trascendentales aportaciones a la comprensión de las funciones del sistema nervioso central.
en Coplas de mi país.
José Tcherkaski y Piero
Algunos de los sentidos más evidentes serán descriptos a continuación en forma somera
con el objeto de señalar sus límites aproximados y el modo en que interactúan. El objetivo al
señalarlos es poder discernir la importancia de la percepción y la necesidad de que
desarrollemos, según el interés de cada uno, pequeños proyectos de exploración sensorial.
“Concierto barroco”.
Alejo Carpentier.
1.3.1.1 Tacto
Es uno de los llamados cinco sentidos tradicionales de los seres humanos y los
animales.
A través del tacto (del lat. tactus, -us, deriv. de tángere), se percibe la textura de las
sustancias, objetos, etc. Como se dice en el cuadro anterior, Sherrington lo divide en tacto y
presión, a los que llama receptores cutáneos. En la piel hay terminaciones nerviosas
especializadas que se llaman receptores del tacto y pueden ser de dos tipos: corpúsculos de
Meisner y discos de Merkel. Estos receptores se estimulan ante una deformación mecánica de
la piel y transportan las sensaciones hacia el cerebro a través de fibras nerviosas. Existe una
forma compleja de receptor del tacto en la cual los terminales forman nódulos diminutos o
bulbos terminales; a este tipo pertenecen los corpúsculos de Paccini, sensibles a la presión,
que se encuentran, por ejemplo, en las yemas de los dedos. Al contacto de la mano es sencillo
reconocer la diferencia entre las superficies lisas, rugosas, ásperas, blandas o duras. A esa
clasificación que reconoce la cualidad de la superficie se la llama textura táctil. El recuerdo de
esta sensación -desde lo visual- de las superficies y las apariencias imitativas, lo llamamos
textura visual.
1.3.1.2 Temperatura
El cuerpo de los seres vivos tiene temperatura propia. Se llama temperatura corporal, y es
la medida del grado de calor del organismo en animales de sangre fría y caliente. El
mantenimiento de la temperatura corporal de los animales se llama metabolismo y es un
conjunto de procesos mediante los cuales se transforman los alimentos en proteínas, hidratos de
carbono y grasas, y se libera energía en forma de calor. El músculo activo metaboliza los
alimentos más rápido y libera más calor que si está en reposo, porque la actividad física eleva la
temperatura corporal. En la especie humana, la temperatura se considera normal entre 36,4 y
37,2 ºC. Si la temperatura corporal es excesiva, la actividad celular se resiente y las propias
células pueden resultar dañadas; si es baja, disminuye el ritmo de metabolización de los
alimentos. Ésos son los umbrales de percepción de la temperatura corporal, que se regula por
medio de la irradiación del calor por la piel y por la evaporación del agua. Son fenómenos
controlados de forma involuntaria por el cerebro. La temperatura es una pura sensación debido a
la conductividad térmica del material. Como el ritmo metabólico disminuye cuando baja la
temperatura exterior, los animales de sangre fría se vuelven torpes cuando las temperaturas son
bajas. Para evitar una temperatura corporal excesiva, buscan durante el día los lugares frescos y
oscuros.
Si en una habitación hay objetos de madera y metal, notaremos al tocarlos que el último es
más frío que el anterior por la sensación debida a la conductividad térmica del material. El metal
conduce bien la temperatura de nuestra mano y "nos quita calor", dándonos la sensación de frío. Al
tocar madera (o plástico, o tela), que son malos conductores del calor, "nos quitan" poco calor de la
mano, como para calentar un espesor pequeño de material, que como no conduce el calor, nos da
la sensación de que todo el objeto es caliente. Con el trozo de metal, hasta que no sube la
temperatura de todo el objeto no podemos obtener la sensación de caliente. Cuando tocamos dos
elementos de la misma temperatura pero de distinto material, la sensación de frío nos puede dar
una idea sobre la conductividad térmica del material, lo que implica reconocer lo bien o mal que el
material conduce el calor.
1.3.1.3 Audición
Se divide en tres zonas: externa, media e interna. La mayor parte del oído interno está
rodeada por el hueso temporal. El oído externo es la parte del aparato auditivo que se
encuentra en posición lateral al tímpano o membrana timpánica. Comprende la oreja o pabellón
auricular o auditivo (lóbulo externo del oído) y el conducto auditivo. El oído medio se encuentra
situado en la cavidad timpánica, cuya cara externa está formada por el tímpano y por el
mecanismo responsable de la conducción de las ondas sonoras hacia el oído interno. Hay una
cadena formada por tres huesos pequeños y móviles que atraviesan el oído medio, llamados
martillo, yunque y estribo. Los tres conectan acústicamente el tímpano con el oído interno, que
contiene un líquido. El oído interno, o laberinto, se encuentra en el interior del hueso temporal,
que contiene los órganos auditivos y del equilibrio, que están inervados por los filamentos del
nervio auditivo. Está separado del oído medio por la fenestra ovalis, o ventana oval. El oído
interno consiste en una serie de canales membranosos alojados en una parte densa del hueso
temporal, y está dividido en: cóclea (en griego, ‘caracol óseo’), vestíbulo y tres canales
semicirculares. Las ondas sonoras son transmitidas a través del canal auditivo externo hacia el
tímpano, en el que se produce una vibración. El movimiento de la endolinfa que se produce al
vibrar la cóclea, estimula el movimiento de un grupo de proyecciones finas, similares a cabellos,
denominadas células pilosas que constituyen el órgano de Corti.
Las células pilosas transmiten señales directamente al nervio auditivo, que lleva la
información al cerebro, que codifica la información sobre el sonido para que pueda ser
interpretada por los centros correspondientes del cerebro. El rango máximo de audición en el
hombre incluye frecuencias de sonido desde 16 hasta 28.000 ciclos por segundo. El menor
cambio de tono que puede ser captado por el oído varía en función del tono y del volumen. Los
oídos humanos más sensibles son capaces de detectar cambios en la frecuencia de vibración
(tono) que correspondan al 0,03% de la frecuencia original, en el rango comprendido entre 500
y 8.000 vibraciones por segundo. El oído es menos sensible a los cambios de frecuencia si se
trata de sonidos de frecuencia o de intensidad bajas. La sensibilidad del oído a la intensidad del
sonido (volumen) también varía con la frecuencia. Esta sensibilidad es menor cuando se
reducen los niveles de intensidad de sonido. Las diferencias en la sensibilidad a los sonidos
fuertes causan varios fenómenos importantes. Los tonos muy altos producen tonos diferentes
en el oído, que no están presentes en el tono original. Es probable que estos tonos subjetivos
estén producidos por imperfecciones en la función natural del oído medio. Las discordancias de
la tonalidad que producen los incrementos grandes de la intensidad de sonido son
consecuencia de los tonos subjetivos que se producen en el oído. La intensidad de un tono
puro también afecta a su entonación. Este efecto sólo se percibe en tonos puros.
1.3.1.4 Equilibrio
Sherrington clasificó el equilibrio entre los mecanismos que desarrollan la percepción del
propio cuerpo subdividiéndolos en estiramiento muscular, tensión muscular, cinestesia y posición
de la cabeza. El registro del equilibrio está dividido en muchos centros: el oído profundo, las
terminaciones sensoriales en las coyunturas, los músculos y las articulaciones. El centro de
información de los receptores de tensión de los músculos está poco extendido en el cerebro, y la
conducción del equilibrio y de los movimientos está instalada en el cerebelo.
En el oído los canales semicirculares y el vestíbulo están relacionados con el sentido del
equilibrio y forman parte de las vías kinestésicas (del griego κινεμαστοσ, kinemastos:
movimiento). En estos canales hay pelos similares a los del órgano de Corti, que detectan los
cambios de posición de la cabeza. Sobre las células pilosas del vestíbulo se encuentran unos
cristales de carbonato de calcio conocidos en lenguaje técnico como otolitos. Cuando la cabeza
está inclinada, los otolitos cambian de posición y los pelos que se encuentran debajo responden al
cambio de presión. Los ojos y ciertas células sensoriales de la piel y de tejidos internos, también
ayudan a mantener el equilibrio; pero cuando el laberinto del oído está dañado o destruido, se
producen problemas de equilibrio.
La parte kinestésica del sentido mecánico, con sus terminaciones sensoriales en las
coyunturas de los miembros, los músculos y especialmente en las articulaciones y sus
alrededores, está provista de abundantes estructuras que acompañan la contracción y la
relajación. Las terminales están íntimamente relacionadas con las vías táctiles y emplean las
mismas vías de llegada a la corteza.
Sin luz podemos anular la función visual y aun así tendremos conciencia de nuestros
movimientos y reconocernos al tacto.
1.3.1.5 Dolor
ser responsables de la sensación aguda del dolor; y las fibras C, que transmiten los impulsos
de forma más lenta, pueden producir la sensación molesta de dolor. En la médula espinal, los
mensajes de los nociceptores pueden ser modulados por otros nervios espinales que aumentan
o, con más frecuencia, disminuyen la intensidad del estímulo doloroso. Después, el impulso
llega a diferentes partes del cerebro. Algunas áreas del cerebro determinan cuál es la
localización y la causa del dolor, mientras que otras integran la información sensitiva con el
estado global del organismo, produciendo la sensación emocional que se denominada dolor. A
mediados de la década de 1970, algunos científicos demostraron que muchas fibras que
inhiben la transmisión del dolor en la médula espinal liberan un neurotransmisor denominado
encefalina. Algunas áreas del cerebro que procesan los mensajes de dolor producen una
sustancia química relacionada llamada endorfina. Aunque no está clara la función exacta de
estas dos sustancias en la percepción del dolor, se la estudia buscando mejorar el tratamiento
del dolor.
La naturaleza compleja del dolor está ilustrada por anécdotas como la de los personas
con heridas graves que no sienten el dolor, o la de aquellos que sienten dolor en un miembro
que tienen amputado. El componente emocional del dolor queda testimoniado por los términos
que se emplean de forma habitual para describir su naturaleza.
Actúa por contacto de sustancias solubles con la lengua. El ser humano es capaz de
percibir un abanico amplio de sabores como respuesta a la combinación de varios estímulos,
entre ellos textura, temperatura, olor y gusto. Considerado de forma aislada, el sentido del
gusto sólo percibe cuatro sabores básicos:
• dulce,
• salado,
• ácido y
• amargo,
cada uno de ellos detectado por un tipo especial de papilas gustativas.
Las casi 10.000 papilas gustativas que tiene el ser humano están distribuidas de forma
desigual en la cara superior de la lengua, donde forman manchas sensibles a clases
determinadas de compuestos químicos que inducen las sensaciones del gusto. Por lo general,
las papilas sensibles a los sabores dulce y salado se concentran en la punta de la lengua, las
sensibles al ácido ocupan los lados y las sensibles al amargo están en la parte posterior.
Cuando un receptor es estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos
nerviosos al cerebro. La frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del
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Percepción y lenguaje
sabor; es probable que el tipo de sabor quede registrado por el tipo de células que hayan
respondido al estímulo. Pero es evidente que las alteraciones del sistema hepático y digestivo
también condicionan la lectura que se hace de los sabores, los olores, la temperatura y la
visión.
1.3.2.2 Olfato
Es el sentido que percibe los olores. La nariz, equipada con nervios olfativos, es el
principal órgano del olfato.
Las sensaciones olfatorias son difíciles de describir y de clasificar. Sin embargo, se han
realizado clasificaciones fijándose en los elementos químicos asociados a los olores de las
sustancias. Algunas investigaciones indican la existencia de siete olores primarios:
• alcanfor,
• almizcle,
• flores,
• menta,
• éter (líquidos para limpieza en seco, por ejemplo),
• acre (avinagrado) y
• putrefacto.
Estos olores corresponden a siete tipos de receptores existentes en las células de la
mucosa olfatoria. Las investigaciones sobre el olfato señalan que las sustancias con olores
similares tienen moléculas del mismo tipo. Estudios recientes indican que la forma de las
moléculas que originan los olores determina la naturaleza del olor de esas moléculas o
sustancias. Se piensa que estas moléculas se combinan con células específicas de la nariz, o
con compuestos químicos que están dentro de esas células.
1.3.3.1 Visión.
Solemos creer que para combatir las sombras se requiere más luz,
pero al intensificar las luces sólo se logra intensificar la sombra.
Sólo la oscuridad mata las sombras, esto es lo intolerable.”
Luisa Valenzuela
en “Cambio de Armas”
Es la facultad por la que -a través de los ojos, órgano visual- se percibe el mundo
exterior, es decir se incorpora información a la distancia con una gran precisión.
Muchos organismos simples como el trilobite, un antepasado del bicho bolita de hace
entre 408.500.000 años y 362.500.000 años, han tenido órganos receptores de luz capaces de
reaccionar ante determinados movimientos y sombras, pero la visión a la que nos vamos a
referir supone la formación de imágenes en el cerebro.
Los ojos de los distintos organismos proporcionan imágenes de diversa claridad: nos
referiremos acá a la visión en humanos y en animales con ojos de análoga complejidad. Desde
La luz contiene ondas luminosas que inciden sobre la retina del ojo dentro de ciertos
parámetros: si estas ondas son superiores o inferiores a determinados límites, no producen
4
impresión visual. El color depende de la longitud o longitudes de las ondas luminosas
incidentes, que pueden ser simples o compuestas, y del estado del propio ojo. La luminosidad
aparente de un objeto depende de la amplitud de las ondas que lo alumbran. Una parte variable
de las ondas es absorbida y otra parte es reflejada por el objeto. Esa parte de la luz que llega a
los ojos del espectador es la que genera la ilusión del color. El reconocimiento de cada objeto
es consecuencia de percibir por medio del contraste los bordes que cierran la forma. La
experiencia nos indica, en consecuencia, la percepción del espacio. Las pequeñas diferencias
de luminosidad guardan una relación casi constante con la intensidad total del objeto iluminado.
Es lo que en pintura se llama color local; la variación está compuesta por la luz, el claroscuro y
la sombra. Al reconocer la identidad de lo que ve, simultáneamente se reconocen los aspectos
visuales de la textura recordando (completando) la calidad táctil, a la que en esta situación
5
llamamos textura visual. La imagen (foto, pintura, dibujo, etc.) es sólo un mapa de colores y
matices que vemos desde los contrastes sobre el que desarrollamos una lectura. Si la retina
fuera observada por otra persona, el observador vería que la imagen del objeto formada en ella
es una imagen invertida. Cualquier incremento en la magnitud de la imagen retiniana suele
6
estar asociado con la proximidad del objeto . Cuando este mismo efecto se consigue mediante
lentes, aun cuando la distancia real se incremente, el objeto parece aproximarse. Esta
proximidad aparente es resultado de un razonamiento inconsciente. La mente asigna a
cualquier objeto una talla determinada o conocida.
Los seres humanos y otros animales son capaces de enfocar los dos ojos sobre un
objeto, lo que permite una visión estereoscópica, fundamental para percibir la profundidad
4
Ver “El color es luz”
5
Ver más adelante
6
Ver “Indicadores de espacio”
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Percepción y lenguaje
(figura 2). El principio de la visión estereoscópica puede describirse como un proceso visual
relacionado con el uso de un estereoscopio, el cual muestra una imagen desde dos ángulos
ligeramente diferentes, que los ojos funden en una imagen tridimensional única.
En ningún caso cada sistema es puro y siempre contiene referencias, datos, elementos
que surgen de la información provista por el otro canal. Cuando escuchamos el canto de un
pájaro (con su tono, melodía y silencio) formará parte del ordenamiento de los sonidos, la
imagen del pájaro (con su forma, textura y colores) se integrará al campo visual. La imagen en
movimiento del pájaro reclamará el sonido que le acompañe con mas fuerza que la que el
sonido provocará para recordar a la imagen. El sonido del 3º movimiento Presto del concierto El
verano de las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi con melodías que imitan el canto de los
pájaros, podemos embelezarnos con el sonido sin necesitar visualizar una imagen descripta.
Cuando vemos la textura de un objeto podemos especular sobre su cualidad recuperando de
nuestra memoria la experiencia de la mano en contacto con la superficie semejante. Esto se
explica porque, aunque los modos de registros de la información son tres y los órganos de
incorporación son varios, la codificación es una. Los matices se multiplican con la maduración
de los órganos de percepción, la clasificación de los conocimientos, la articulación de éstos y el
ejercicio que provee el uso acumulado del lenguaje a lo largo de la historia. En ese sentido
podemos decir que existe un aprendizaje perceptual y que el modo en que se lo expresa es
diferente en distintos momentos de la evolución, desde la infancia y la adolescencia a la
adultez. Desde la búsqueda del control motriz hasta el garabato controlado con nombre, del
descubrimiento de la vinculación entre la representación y la realidad hasta la elaboración de
esquemas cada vez más variados por la acumulación de información y reinventar los modos de
ubicación espacial, todos los niños recorren las mismas etapas evolutivas que conforman el
proceso de búsqueda de la expresión visual durante la infancia.
2. LENGUAJE Y SIGNO
Fiscal. (Furioso.)- Basta, no diga una palabra más, no lo aguanto más. Ya el jurado tiene suficiente
elementos de sobra para opinar, ya el jurado ha visto la catadura moral de este individuo que pretende
disimular sus horribles crímenes con situaciones incoherentes, con hechos absurdos, con palabras y
palabras y palabras como si todas las palabras del mundo pudieran justificar un solo crimen. Por eso,
señores del jurado, voy a pedir la pena de muerte para el acusado, porque ya lo dijo el gran jurista que
fue…
Felipe. - ¿Me permite una palabra?
Fiscal.- No.
Felipe.- Gracias, pero esa la tengo. ¿Otra no tiene?
Fiscal.- ¿Otra qué?
Felipe.- Otra palabra, usted dijo que tenía palabras, palabras y palabras para justificar no sé qué crimen,
¿porqué no me da alguna?
Fiscal. (Indignado)- Yo no dije eso, yo dije que usted tenía palabras, palabras y palabras…
Felipe.- ¿Quién, yo?
Fiscal.- ¡¡Noo, yo!!
Felipe.- Si. Eso fue lo que oí, por eso le pedí una palabra de regalo, alguna palabra grande y linda…
¿Quién, yo?
Dalmiro Sáenz
2.1 Lenguaje
7
Edward Sapir. El lenguaje. FCE, México. 1966.
8
Noam Chomsky. Lingüística cartesian. Madrid. Gredos, 1969.
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Percepción y lenguaje
• sonidos,
• combinaciones de sonidos para formar palabras y
• combinaciones de palabras para formar frases y oraciones.
En el plano fonemático se analizan los sonidos; en el morfemático se describen las
combinaciones de sonidos en unidades con significado (los morfemas y sus combinaciones para
formar palabras), y en el sintagmático el enfoque se centra en las combinaciones de palabras. Si
entendemos el lenguaje como un medio de expresión y de comunicación, hay que incluir el
estudio de los sonidos, los gestos, las representaciones visuales y musicales y a los animales
que poseen también un lenguaje. Pero la comunicación humana es diferente de la animal en
siete aspectos:
1) posee diversos sistemas independientes aunque interrelacionados (el oral, el gestual, visual,
musical, teatral)
5) se emplea con fines especiales (detrás de lo que se comunica hay una intención)
2.1.2 Signo
La ciencia de los signos que surge de las investigaciones del filósofo estadounidense C.
S. Pierce y el lingüista suizo Ferdinand de Saussure es la semiología o semiótica. Desarrollaron
sus teorías desde la distinción fundamental dentro del signo entre significante y significado, es
decir, entre la forma del signo y lo que representa.
9
Ian Hacking. ¿Por qué el lenguaje importa a la filosofía? Sudamericana. Bs. As. 1975.
10
Calíbrese, Omar. El lenguaje del arte. Paidós. 1981.
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Percepción y lenguaje
BIBLIOGRAFÍA
Lowenfeld, Víctor. El desarrollo de la capacidad creadora. Ed. Kapelusz. Bs. As. 1961.
T PRECONCEPTO
químico R
Olfato A
Gusto N
S
M
I S C
S E O
electromagnético Vista S L D L
I E I E
O C F N
sistemas G
N C I U
Audición I C A
N Ó A J
Tacto E N C E
mecánico U
Dolor I
R Ó
Temperatura O N
Equilibrio N
A CONDICIONAMIENTO
L CULTURAL
PERCEPCIÓN
COMUNICACIÓN
LENGUAJE