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Karl Marx

El terrorismo y el diálogo »

El ser humano y la estupidez


¿Una constante en la humanidad? · DialBit
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Hegel entendía la historia de la humanidad como el


desenvolvimiento de la razón, de modo que los diferentes hechos
históricos serían una muestra de cómo la razón va ocupando cada vez un lugar más
amplio en la vida del hombre. De ahí, precisamente, la tesis del fin de la historia,
que coincidiría con la realización de la razón. A primera vista, estaríamos
desterrando la posibilidad de que la estupidez juegue un papel importante en el
transcurso de la vida humana. Sin embargo, si lo enfocamos desde un punto de vista
dialéctico (imprescindible en Hegel), la estupidez (como antítesis o negación de la
racionalidad) tiene un lugar específico en la historia y en la vida humana. La
estupidez sería, desde este punto de vista, el motor que empuja a la razón a
desarrollar toda su fuerza. Se pueden poner incluso varios ejemplos actuales…

El problema de los ejemplos es que siempre aparecerá una dimensión valorativa. Así
que, sin pretender ofender a nadie, podemos fijarnos en la realidad que nos rodea.
¿Quiénes son los modelos de la sociedad? Si nos fijamos en el circo televisivo,
podemos encontrar que ahí sí que triunfa la estupidez. Y más estúpido aún es el
típico argumento que suele escucharse: vivimos en democracia y, si tantos millones
de personas ven tal programa se convierte automáticamente en algo bueno.
Estúpidos los que salen, estúpidos los que convierten esos programas en un “modo de
vida”, y estúpidos los que los defienden. Adortunadamente su estupidez siempre es
una motivación extra a leer, charlar, o salir a dar un paseo.

Pero no quiero convertir la anotación en una simple crítica a la televisión y quiero


sugerir un ejemplo menos frívolo. Fijémonos, por ejemplo, en la economía, donde
impera la “estupidez” del máximo beneficio, responsable directo de la lamentable
situación global. Sólo una especie con un alto grado de estupidez sería capaz de
desarrollar modelos de comportamiento, cuyas consecuencias son la explotación
directa de sus semejantes. Nosotros lo hacemos, e incluso premiamos a los que
“mejor” lo hacen: son los empresarios del año, o los banqueros del siglo. Se pasan de
listos, y nos convierten a todos en tontos al seguirles el juego, sea al hacer la compra
o al hipotecar nuestra vida diaria por un lugar donde vivir.

Sin embargo, no creo que la estupidez sea el motor del mundo, o la principal fuerza
de la historia. Prefiero pensar, con Hegel, que el mundo va funcionando a pesar de la
estupidez. La estupidez puede ser precisamente la palanca que empuje a la razón.
Aunque sólo sea por quedar bien con sus electores, el gobierno americano empieza a
mirar a la ONU, o aunque vivamos el imperio de McDonald´s y Coca Cola, hay nuevos
enfoques económicos (como el de Amartya Sen) que tratan de superar la injusta
estupidez neoliberal. La estupidez habla por los codos, pero puede que no tenga la
última palabra.

http://www.boulesis.com/boule/el-ser-humano-y-la-estupidez/

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