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En las
escrituras, se narra cómo se ordenó al ejército rodear la ciudad, y una vez
Jericó estuvo totalmente rodeada, emanaron un sonido atípico, que estaba
acompañado por el Arca de la Alianza, el cofre del poder absoluto, donde
residía y se guardaba la fuerza de dios (o de los dioses). ¿Cómo pudo el
sonido que salía de los cuernos de carneros, echar abajo los muros de una
ciudad fortificada como Jericó?. ¿Qué tuvo que ver el Arca de la Alianza?.
A principios del siglo XX, se encontraron las ruinas de la ciudad de Jericó, con
una superficie aproximada de tres hectáreas, destacando principalmente una
torre maciza de piedra que medía 9 metros de altura x 8 metros de anchura.
Las murallas tenían una envergadura de 7 metros de ancho. En algunas
zonas, la muralla estaba compuesta de dos muros que discurrían en paralelo,
distantes el uno del otro unos 4 metros. Delante del muro se encontraba un
foso de 3 metros de profundidad x 8 metros de ancho. Esto da una muestra,
del poder que se necesitaba para destruir los muros y entrar en la ciudad.
Pero los shofar, no han sido las únicas armas sónicas de la antigüedad del
que se tenga constancia. En Números 10:1,2. aparecen las instrucciones
divinas dadas a Moisés, para que hiciera dos trompetas de plata. ¿Es
casualidad que sean siempre los dioses, quienes dan instrucciones y
conocimientos tecnológicos y avanzados, a los seres humanos?. La
palabra hebrea chatsotserah, aparece 29 veces en el Antiguo Testamento.
Se ha traducido casi siempre como “trompeta”, excepto en 3 ocasiones, que
aparece como “trompeteros”, y una vez como “bocina”, apareciendo sólo
una vez en singular.
Pero estos shofar, con poderes sónicos, no son los únicos del que tenemos
referencias. En noviembre de 1.922, el arqueólogo americano Howard
Carter,descubrió la tumba de Tutankamón. Entre sus tesoros, se encontraron
dos trompetas, una de plata y otra de bronce.
Analizando el peso de las piedras, el terreno donde están ancladas, las zonas
y canteras de donde fueron transportadas, la precisión con la que están
puestas, y que no exista ningún rastro o prueba de la utilización de cuerdas,
poleas, arrastre, terreno alisado, etc… han llevado a los expertos a
considerar, que quienes realizaron esa construcción, poseían conocimientos
muy avanzados de los Principios de Levitación Acústica, que consiste en
que al incidir en un objeto y bajo determinadas circunstancias, las ondas
acústicas logran mantener ese objeto suspendido en el aire sin necesidad de
contacto alguno. Esta ley que desafía las leyes de la gravedad, se ha
demostrado que es factible, el problema es cómo pudieron hacerlo con
bloques de tantas toneladas.
En la Historia Regnun Britanniae de Geoffroy de Monmouth (año
1.136), se cuenta que Stonehenge, es una creación del Mago Merlín, que
por obra de su magia, transportó las piedras desde Irlanda, gracias a la
utilización de “fuerzas vitales”, que según cuenta la historia, hace referencia
a que Merlín, transportó los menhires de Stonhenge haciendo que estos
volaran. Las leyendas antiguas, son un puente para descubrir lo que
realmente sucedió. Merlín, siempre iba acompañado de una especie de varita
mágica, del que emanaba el poder de los dioses. El poderoso druida,
apuntaba a la piedra, y ésta levitaba.
Las piedras de Stonehenge, provenían de diferentes localizaciones, todas a
mucha distancia de donde se encuentra el monumento. Algunas piedras se
trajeron desde Avenbury (a 20 km de distancia), otras desde los Montes
Prescelly, en País de Gales (a más de 200 km de distancia), otras
desde Mildford Haven (a más de 250 km de distancia), y las piedras azules,
conocidas como “riolitos”, procedían de Irlanda. Cada monolito, pesa más
de 50 toneladas, así que todo el conjunto de Stonehenge, pesa miles de
toneladas. ¿Cómo es posible, que un pueblo del Neolítico, compuesto por
apenas un centenar de individuos, pudieron traer esas inmensas piedras con
los medios primitivos?. Si carecían de los instrumentos necesarios para su
transporte, ¿por qué, además, fueron a buscar esas rocas en localizaciones
tan lejanas?. La única respuesta lógica, es que sí poseían la forma de
transportarlas, y no era a través del arrastre, ni la fuerza de 50 hombres, ni
poniendo troncos en el camino.
Stonehenge es un observatorio astronómico preciso. El anillo de los agujeros
de Aubrey, se relaciona con el ciclo de los eclipses lunares. Distintos ángulos
entre las piedras solitarias, servían para mostrar los solsticios y los
equinoccios, las salidas y las puestas del sol y de la luna.
Así que, un reducido pueblo perdido del Neolítico, consiguió transportar
toneladas de roca, y una vez en el lugar preciso, las posicionaron de forma
perfecta para la observación del cielo. Por supuesto, esto no es cosa del
azar, sino de un conocimiento muy avanzado en astronomía, en coordenadas
de la Tierra, y en saber exactamente qué tipo de piedras se necesitan, su
tamaño exacto, de ahí que procedan de diferentes partes.
El peso máximo que habían conseguido levantar con la grúa especial, fue en
una central nuclear, levantando pesos de entre 100 y 150 toneladas. Estos
expertos, al ser preguntados por bloques de más de 200 toneladas, como las
que se usaron en el interior de la Gran Pirámide y en el Valle de los Reyes,
mostraron su asombro y escepticismo, dudando de los primitivos métodos
propuestos por los egiptólogos. Así que ya no digamos, por piedras como las
de Baalbek, que pesan más de 1.000 toneladas.
Edward Leedskalnin, fue un escultor que construyó con sus propios
medios, el monumento conocido como Castillo de Coral, en Florida.
También se le conoce por sus inusuales teorías acerca del
magnetismo. Trabajando solo y de noche, Leedskalnin extrajo y
esculpió alrededor de 1.000.000 Kg (1.100 toneladas) de coral en
dicho monumento.
Unos niños afirmaron una vez, que vieron como Leedskalnin, transportaba
unos enormes bloques de piedra que levitaban literalmente en el aire,
como globos de helio. Este dato, junto al generador magnético que inventó,
ha originado a un grupo de personas que opinan que Edward conocía el
secreto de las pirámides, y que se valió de la manipulación de los campos
magnéticos terrestres para magnetizar las piedras y atraerlas sin esfuerzo
hasta su ubicación.
Edward levantó piedras emulando el sistema de construcción de las
pirámides y de Stonehenge. Es evidente que dominaba los principios del
magnetismo como Nikola Tesla, y de la dinámica de la Ley Telúrica y el
sonido, al “estilo ancestral”. ¿Quién le transmitió esos conocimientos?. El
lugar donde está edificado todo el complejo del Castillo de Coral, no está
elegido al azar, sino que está asentado en un lugar específicamente elegido
(20 puntos vórtex de inversión magnética), donde las fuerzas telúricas que
por allí discurren, ayudan a redirigir la fuerza de la gravedad a través de la
física hiperdimensional.
Este área del sur de Florida, es considerado parte del Triángulo de Las
Bermudas, siendo un levitador dimagnético de gran alcance, y se ha
comprobado que la distancia entre el lugar del actual asentamiento del
Castillo de Coral y el Polo Norte, tenían la posición y los armónicos ideales
para la manipulación de la antigravedad.
Esta puerta de piedra está tan perfectamente equilibrada, que puede ser
abierta con facilidad con un solo dedo. Los ingenieros, con ayuda del láser e
informática avanzada, aún no han conseguido duplicar esta hazaña de
ingeniería. Y esto ocurrió, cuando hace algunos años, los rodamientos de la
rueda se atascaron por desgaste. Para alzar la puerta de 9 toneladas, se
necesitó llevar al complejo una gigantesca grúa hidráulica de 600 c.v. de
fuerza, y poder cambiar los rodamientos. Al levantar la roca, se descubrió
una segunda roca en forma de tarta, sobre la cual descansaba el bloque
principal y cuya existencia se desconocía. Esta segunda piedra, estaba tan
perfectamente encastrada, que fue imposible extraerla sin romper el corte
horizontal de la misma. Los investigadores la hicieron analizar, y los
resultados arrojaron que era de una composición totalmente
desconocida y que no era originaria del planeta Tierra.
Esta construcción, es considerada por muchos la Octava Maravilla del
Mundo, o el Stonehenge moderno, por sus proporciones megalíticas y por
emular su sistema de construcción, basado en la combinación de fuerzas
telúricas y magnéticas y la condensación de las vibraciones del sonido para
anular el poder de la gravedad. Edward inventó el Generador Magnético,
con el que supuestamente hacía levitar los bloques de piedra, y aseguró que
este invento, solucionaría todos los problemas energéticos del planeta.
¿No es más sencillo interpretar los relatos de los textos antiguos, así como
las leyendas, las historias de nuestros antepasados, donde todos, sin
excepción, en el comienzo de sus tiempos, hablan de dioses que bajaron de
los cielos, que tenían poderes sobrenaturales, que se mezclaron con la
especie homínida, y que les ayudaron a levantar aquellas ciudades
mastodónticas?.
¿No es más sencillo aceptar que los eslabones perdidos, que hallazgos que
van contra aquello que creemos conocer, que la evolución tan rápida del
homo sapiens, que las extinciones masivas de los seres que dominaban el
planeta, no fueron obra del azar, sino de seres que necesitan que, por algún
motivo que desconocemos, nuestra especie evolucione rápidamente por
algún propósito que nos será desvelado en un futuro?.
Buscar una respuesta sencilla a un problema complejo, es un
camino tan escarpado y escabroso, que una vez resuelto, nos parece
que la complejidad no residía en el problema, sino en la sencillez de
su resolución. (Jorge Palazón 19/04/2012).
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