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Manual de

resiliencia
Antes, durante y después
de un desastre

Comité de Ayuda a Desastres y Emergencias Nacionales A.C. CADENA

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Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre
Comité de Ayuda a Desastres y Emergencias Nacionales A.C. CADENA

Colaboradores CADENA
Dra. Joanne Joloy Del Moral/Resiliencia y plan familiar; Fenómenos perturbadores.
/Búsqueda y Rescate; Atención primaria de un evento adverso con búsqueda y rescate; Introducción al sistema
comando de incidentes; Traslados o arrastres; Uso de cuerdas, nudos y anclajes.
Elie Saleh Mann/Búsqueda y Rescate; Atención primaria de un evento adverso con búsqueda y rescate; Introducción
al sistema comando de incidentes; Traslados o arrastres; Uso de cuerdas, nudos y anclajes.
Iván Rodarte Monjaras/Primeros auxilios básicos; Miscelánea.
Ruth Laventman Fraind y Tania Charabati Duek/ Primeros Auxilios Psicológicos.

ISBN: en trámite
1ª edición: enero 2017
© 2017 Comité de Ayuda a Desastres y Emergencias Nacionales A.C. CADENA

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, como tampoco su
incorporación a un sistema informático ni su transmisión, en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico,
mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de CADENA A.C. La infracción de estos
derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

Comité de Ayuda a Desastres y Emergencias Nacionales A.C. CADENA


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código postal 52760
Teléfono: (+52 55) 6718 66 22
cadena@cadena.ngo
http://cadena.ngo/

Producción Editorial
Asociación Mexicana de Profesionales de la Edicion AC (PEAC). www.peac.org.mx
Edición, corrección, diseño de portada y editorial, diagramación, ilustración, cuidado editorial/Ana Lilia Arias, Jorge
Amaya, Atzelbi Hernández, Ismael Hernández, Miriam Granados, César Palavicini.
Índice

PRÓLOGO 13
Resiliencia y plan familiar 14
Resiliencia 14
Damnificado 14
Plan familiar de protección civil 15
Guía de documentos importantes que deben salvaguardarse
durante un desastre
Guía de despensa de emergencia
Guía para la caja de primeros auxilios
Guía para la caja de herramientas
Guía para ropa y abrigo
Etapa de prevención de un desastre (antes) 16
Etapa de prevención de un desastre (durante) 16
Etapa de restablecimiento de un desastre (después) 16

Sismo 18
Etapa de prevención (antes) 18
Etapa de atención (durante) 18
Etapa de restablecimiento (después) 18

Incendio 19
Etapa de prevención (antes) 19
Etapa de atención (durante) 19
Etapa de restablecimiento (después) 20

Inundaciones 20
Etapa de prevención (antes) 20
Etapa de atención (durante) 21

Fenómenos perturbadores
riesgosos para la comunidad 22
Tipos de riesgo 22
Riesgo 22
Riesgo aceptable
Riesgo de desastre

4 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Componentes del riesgo 23
Amenaza 23
Vulnerabilidad 23
Factores de vulnerabilidad
Capacidad

Desastre 24
Emergencia 25
Catástrofe 26

Tipos y características de los fenómenos perturbadores 26


Fenómeno perturbador 26
Fenómenos hidrometeorológicos 26
Fenómenos geológicos 26
Fenómenos químico–tecnológicos 27
Fenómenos sanitarios–ecológicos 27
Fenómenos socio–organizativos 27

Búsqueda y rescate 28
Operación de rescate 28
Categoría de víctimas 29
Víctimas fuera del área afectada
Víctimas conscientes dentro del área afectada
Víctimas inconscientes dentro del área afectada
Tipos de rescate 29
Rescate acuático
Rescate de montaña
Rescate en estructuras colapsadas
Rescate urbano
Rescate vertical

Protocolo de búsqueda y rescate USAR ASR1 31


Niveles ASR 32
ASR1. Evaluación general de grandes áreas
Work sites
ASR2. Evaluación de sector
Marcaje del work site
Marcaje de víctimas 35
Sistema de marcaje rápido en zonas reconocidas

Clasificación del equipo de protección personal 35


Casco de seguridad
Lentes de seguridad
Protectores auditivos
Otros productos
Características mínimas generales

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 5


Atención primaria de un evento adverso
con búsqueda y rescate 38
1. Obtención de datos 38
2. Confirmación de datos obtenidos 38
3. Análisis de riesgos 39
4. Análisis de daños 39
5. Determinación de peligros 40
6. Comunicación 40
Códigos de comunicación
Medios de comunicación
7. Delimitación del perímetro de seguridad 41
8. Protección de la integridad física de los afectados 41
9. Resguardo de los bienes y el entorno 42
10. Atención de las personas lesionadas 42
11. Solicitud de la atención requerida para los afectados 43
12. Transferencia de la responsabilidad de atención de los elementos
involucrados 43

Introducción al Sistema Comando de Incidentes 44


Tipos de emergencia 45
Emergencias cotidianas 45
Emergencias mayores 45
Incidentes masivos 45

Organigrama y funciones 46
Comandancia de incidentes 46
Personal de la Comandancia 46
Oficial de información pública
Oficial de seguridad
Oficial de enlace
Personal general 47
Sección de operaciones
Sección de planificación
Sección de logística
Sección de administración y finanzas

Instalaciones comunes en un incidente 49


Puesto de comando 49
Área de espera 49
Área de concentración de víctimas 49
Base 50
Campamento 50
Helibase 51
Helipunto 51

6 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Supervisores y fuerza de tarea 51
Supervisores 51
Fuerza de tarea 52

Sistema Nacional de Protección Civil 52


Consejo Nacional de Protección Civil 53
Estructura
Mecánica de operación
Comité Nacional de Emergencias 54
Centro Nacional de Comunicaciones 55
Participación social y grupos voluntarios 55

Traslados o arrastres 56
Métodos de traslado o arrastre 57
Método mecánico 57
Camillas improvisadas
Camilla marina
Camilla media cervical
Camilla militar
Camilla pediátrica
Camilla rígida
Carro camilla
Métodos manuales 58
Arrastre de bombero
Arrastre de cangrejo
Arrastre de metralla
Arrastre con manta
Levantamiento de cuna o en brazos
Métodos improvisados 60
Silla de pulsadores
Con un elemento en cada uno

Uso de cuerdas, nudos y anclajes 62


Cuerdas 62
Resistencia de las cuerdas 63
Tipos de cuerda 63
Cuerdas naturales o vegetales
Cuerdas de producto animal
Cuerdas artificiales
Recomendaciones importantes 64

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 7


Nudos 65
Clasificación de nudos 65
Nudos personales
Nudos especiales
Nudos auxiliares
Arneses 68
Mosquetones de seguridad 69
Ocho de rescate 69

Anclajes 70
Anclajes naturales
Anclajes artificiales
Anclajes estructurales
Anclajes provisionales o transportables

Primeros auxilios básicos 72


Evaluación primaria 72
Llamar a la ambulancia 72
Técnica ABC 73
Reanimación cardiopulmonar (RCP) 73
Compresiones

Evaluación secundaria 74
Historial clínico 75
Claves para anotar en el historial del paciente
Signos vitales 75
Parámetros normales
Rastros de peligro
Medición
Revisión de cabeza a pies 76
Cabeza
Cara
Pupilas
Cuello
Tórax
Abdomen
Pelvis (caderas)
Extremidades (piernas)
Espalda
Escala de coma de Glasgow 78

8 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Principales emergencias 78
Reanimación respiratoria (cuando hay pulso pero no respira) 78
Ventilación en bebés (de 1 día a 1 año)
Ventilación en niños (de 2 a 8 años)
Ventilación en adultos (de 9 años en adelante)
Reanimación cardiopulmonar (cuando no hay ni pulso ni respiración) 79
Reanimación en bebés (de 1 día a 1 año)
Reanimación en niños (de 2 a 8 años)
Reanimación en adultos (de 9 años en adelante)
Atragantamiento (Heimlich) 81
Atragantamiento en bebés (de 1 día a 1 año)
Atragantamiento en niños (de 2 a 8 años) y adultos (de 9 años
en adelante)

Ataque cardiaco 82
Síntomas
¿Qué hacer?

Hemorragias 82
Hemorragia externa 82
Hemorragia interna 83
Shock hipovolémico 83
Síntomas de shock compensado
¿Qué hacer?
Síntomas de shock descompensado
Síntomas de shock irreversible
Apoplejía 84
Síntomas
¿Qué hacer?

Quemaduras 85
Primer grado 85
¿Qué hacer?
Segundo grado 85
¿Qué hacer?
Tercer grado 86
¿Qué hacer?
Quemaduras con sustancias químicas 86
¿Qué hacer?
Quemaduras por electrocución 86
¿Qué hacer?

Diabetes 87
Coma diabético 87
Síntomas
¿Qué hacer?

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 9


Epilepsia 88
Pequeño mal 88
Gran mal 88
Estado epiléptico 88
¿Qué hacer?

Ataques convulsivos por temperatura 89


¿Qué hacer?

Traumatismo 89
Traumatismo cráneo encefálico (TCE) 89
¿Cómo se diagnostica? 90
Niveles de TCE 90

Esguince 91
Síntomas
¿Qué hacer?

Luxación 91
Síntomas
¿Qué hacer?

Fractura 92
Síntomas
¿Qué hacer si la fractura ocurre en una extremidad?

Traumatismo en columna 92
Síntomas
¿Qué hacer?

Traumatismo en pelvis 93
Síntomas
¿Qué hacer?

Miscelánea 94
Aspirador de regresiones 94

Cánulas 94
Cánula de Berman 95
Cánula de Guedel 95
Cánula nasofaríngea 95

Inyecciones 95
Normas generales
Método

10 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Inyección intramuscular 96
Inyección intradérmica 96
Inyección intravenosa 96
Punzocat
Venoclísis
Ligadura
Corbata
¿Cómo se hace?

Oxigenoterapia 97
Collarin 97

Primeros auxilios psicológicos 98


Aportes paralelos al soporte psicológico 98
Componentes básicos 99
Establecer contacto con la persona afectada
Analizar el problema y determinar soluciones
Darle seguimiento al caso

Lo que no se debe hacer 100


La técnica del acercamiento 101
Ambiente 101
Contextualización
Evaluación del ambiente
Selección del paciente
Evaluación previa
Contacto 102
Establecimiento de la relación
Aspectos no verbales
Distanciamiento psicológico
Evaluación 103
Exploración inicial
Identificación de problemas
Estilo de afrontamiento
Restablecimiento emocional 103
Comprensión de la crisis 104
Activación y orientación 104
Recuperación del funcionamiento 105
Seguimiento 105

Salud mental 106


Estrés 107
Estrés postraumático 107

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 11


Muerte 108
Duelo 108

Crisis 109
Crisis circunstancial 110
Estado de crisis 110
Intervención en crisis 111
Fases de la intervención en crisis 111
Evento precipitante
Respuesta desorganizada
Fase de explosión
Fase de estabilización
Fase de adaptación

Algunas reacciones de las personas afectadas 113


Reacciones cognitivas 114
Reacciones emocionales 115

Atención a los rescatistas 116


Técnica de briefing (informe) 117
Técnica de debriefing (interrogatorio) 117
Reglas 118
Fases 118
Previa a la reunión
Introducción
Evidencias
Pensamientos y cogniciones
Síntomas
Enseñanza
Reingreso

Técnica de defusing (desactivación) 119

Ejercicios de activación y desmovilización 120


De activación 120
De desmovilización 121
Formato

Glosario 122
Fuentes de consulta 134

12 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Prólogo
En la actualidad nos enfrentamos a riesgos que ponen en peligro nuestra inte-
gridad física y psicológica, e incluso la propia vida. No obstante, es posible con-
trolarlos cuando se toman buenas decisiones; como no conducir un automóvil
cuando se han ingerido bebidas alcohólicas.
Pero, además, hay otras situaciones que quedan fuera de nuestro control de-
bido a que son ocasionadas por la naturaleza (tierra, aire, agua o alteraciones
climatológicas) y pueden afectar una o varias zonas del planeta, lo que pone en
riesgo no sólo a una persona sino a miles.
Esta es la razón por la que CADENA A. C. elaboró este manual: para dar a
conocer las normas y conocimientos básicos de cómo actuar antes, durante y
después de un desastre natural, con la finalidad de contribuir al conocimiento
preventivo y disminuir la mayor cantidad de daños posibles.
De aquí a que exhortemos a los lectores de este manual, a aplicar los conoci-
mientos adquiridos y promover, entre sus conocidos, la importancia de conocer
toda la información aquí expuesta con la finalidad de evitar que una catástrofe
los rebase.
Únete, involucra a tu familia y ayúdanos a salvar la vida de miles de personas.
Únete y sé parte de esta CADENA de favores en los que podrás aportar tu gra-
nito de arena para esa playa de seguridad que tanto necesita nuestro planeta.

Dra. Joanne Joloy Del Moral

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 13


Resiliencia y plan familiar

Resiliencia

La palabra resiliencia se refiere a la capacidad que tenemos todos para resistir y


sobreponernos al impacto de amenazas, tragedias o cualquier tipo de dolores
emocionales.
Cuando una persona o grupo de personas son capaces de adaptarse a nuevas
circunstancias, luego de haber pasado por un momento difícil en su vida, se dice
que su nivel de resiliencia es adecuado; lo que quiere decir que está en condicio-
nes de superar los contratiempos e incluso salir de ellos fortalecido.
En general el concepto de resiliencia está profundamente relacionado con la
entereza.

Damnificado

La palabra damnificado se refiere a la persona o familia que ha sufrido un daño


a causa de un desastre con graves consecuencias colectivas; como un incendio,
un terremoto o una inundación.
Por lo regular, antes del desastre las personas afectadas tenían una vida nor-
mal, pero al enfrentarse a un suceso inesperado, su capacidad para resolver los
problemas se altera y limita por el estrés de la situación.
De aquí que el término incluya también a la capacidad que las personas afec-
tadas tienen para sobrevivir, haciendo acopio de fuerza y aumentando su resi-
liencia para adaptarse con el tiempo.

14 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Resiliencia y plan familiar

Plan familiar de protección civil

Un plan familiar de protección civil es el conjunto de actividades que los integran-


tes de una familia o una comunidad deben llevar a cabo antes, durante y después
de que suceda una situación de desastre.
Pero también es importante que antes de elaborarlo consideren las capacida-
des que cada uno de los miembros de la familia o la comunidad posee; así como
también las actividades que desempeñan.
Disponer de un plan familiar de protección civil nos ayuda a garantizar que
nosotros y nuestros familiares podrán estar seguros y a salvo después de un de-
sastre de cualquier tipo: sismo, huracán o incendio, por ejemplo.

Guía de documentos importantes que deben


salvaguardarse durante un desastre
• actas de nacimiento, de matrimonio o de defunción
• certificados escolares, diplomas
• pólizas de seguros
• cartilla del servicio militar
• títulos y cédulas
• cartillas de salud
• pasaportes
• credenciales
• contratos
• escrituras
• facturas

Guía de despensa de emergencia


• latas de atún, frijoles, sardinas, verduras y todo tipo de alimentos no perecederos
• leche en polvo
• sopas deshidratadas
• cerillos (en bolsa de plástico)
• botellas de agua
• chocolates y galletas
• productos de aseo personal
• velas

Guía para la caja de primeros auxilios


• abatelenguas
• algodón
• gasa autoadherente
• cinta micropore para fijar gasas y vendas
• vendas adhesivas básicas para cubrir heridas menores
• compresas de material absorbente para cubrir heridas mayores
• compresa frío-caliente reutilizable (preferiblemente de 38 a 40 cm.) para con-
trolar dolor agudo o severo. También son efectivas para dolores musculares
y tensión muscular

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 15


Resiliencia y plan familiar

• vendas elásticas para cubrir heridas mayores o dar firmeza a lesiones internas
• tabletas de ácido acetilsalicílico 500 mg.
• tabletas de paracetamol 500 mg.
• antihistamínicos paras reacciones alérgicas
• isodine
• antidiarreico (en pastillas o líquido)
• termómetro

Guía para la caja de herramientas


• linterna de mano con pilas de repuesto
• pinzas, desarmador (plano y de cruz), martillo y cinta aislante
• radio AM-FM portátil con pilas de repuesto
• extintor
• números de emergencia dentro de una bolsa de plástico o enmicados

Guía para ropa y abrigo


• impermeables
• abrigos, suéteres, chamarras y sudaderas
• cobijas
• botas

Etapa de prevención de un desastre (antes)

Prevenir significa actuar antes de que ocurra algo negativo con la intención de
evitarlo. Para ello es importante tener presente que además del riesgo de sismos
y huracanes, también suelen ocurrir incendios y otras contingencias en los hoga-
res, por lo que todos debemos estar preparados.
Durante esta etapa, conocida como de prevención, cada miembro de una
familia o una comunidad debe efectuar las siguientes actividades con la finalidad
de preservar su propia seguridad y la de los demás.

• Localizar la Unidad de Protección Civil de su localidad.


• Conocer el atlas de riesgos de la zona donde vive.
• Identificar los sitios de menor riesgo.
• Averiguar dónde se localizan los refugios temporales más cercanos, así
como los medios de comunicación a los que puedan tener acceso para dar
avisos de emergencia.

16 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Resiliencia y plan familiar

• Investigar qué clase de ayuda pueden obtener en caso de emergencia


y cómo pueden conseguirla.
• Organizarse en grupos operativos de voluntarios o brigadas comunitarias
y vecinales de protección civil.
• Solicitarle a la Unidad de Protección Civil de su comunidad que los capacite
ante los diferentes riesgos de su localidad.
• Promover en su familia o comunidad que todos los miembros participen
en las brigadas vecinales, lo mismo que en los planes y programas de
protección civil.
• Buscar soluciones para trasladar a los niños, enfermos y familiares con
discapacidad o de edad avanzada hacia lugares de resguardo.
• Guardar los documentos personales en una bolsa de plástico para protegerlos
del agua y poder llevarlos en caso de emergencia.
• Disponer de un paquete de comunicación, alumbrado y seguridad de
emergencia.
• Preparar una mochila de emergencia con alimentos y utensilios.
• Preparar un botiquín de primeros auxilios.
• Tener a la mano los números de emergencia.
• Informar a cada miembro de la familia o comunidad los sitios de repliegue,
las rutas de evacuación y el punto al que deben dirigirse en caso de emer-
gencia o desastre.
• Asignar las actividades que cada miembro de la familia o comunidad debe
cumplir para garantizar la seguridad del grupo.

Etapa de prevención de un desastre (durante)

Cuando el suceso ya ha ocurrido y se encuentran durante el momento de emer-


gencia, es importante tomar en cuenta las siguientes consideraciones:

• Actuar con serenidad, tranquilizar a las personas con quienes se esté reu-
nido y ejecutar las acciones previstas en el plan familiar o laboral de protección
civil que se practican en cada simulacro.
• Dirigirse a los sitios de reunión previamente establecidos en los simulacros
• Utilizar el teléfono únicamente en caso de emergencia.
• Aprovechar los medios de comunicación para mantenerse informados de la
situación de emergencia por la que se está pasando, lo mismo que las reco-
mendaciones hechas por las autoridades para buscar la manera de cumplirlas.

Etapa de restablecimiento de un desastre (después)

• Mantenerse informados a través de los medios de comunicación acerca de


las recomendaciones que den las autoridades.
• Reportar de inmediato los incendios o fugas de gas o de agua en caso de
que los haya.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 17


Resiliencia y plan familiar

Sismo

Etapa de prevención (antes)

• Consultar al personal técnico para la construcción, revisión o reparación del


inmueble.
• Mantener en buen estado las instalaciones de gas, agua y electricidad.
• Ubicar los lugares de mayor y menor riesgo en los inmuebles.
• Ubicar las salidas principales, de emergencia y comprobar que siempre
estén libres de obstáculos.

Etapa de atención (durante)

• Suspender la actividad que se esté llevando a cabo para cerrar las llaves de
gas, ya que cualquier rotura a causa del sismo puede ocasionar un incendio
y agravar la situación de manera considerable.
• Ubicarse en los lugares de menor riesgo.
• Alejarse de los muebles y objetos que puedan caer, desprenderse o romperse
• No utilizar los elevadores ni apresurarse a salir ya que no siempre es lo más
seguro.
• Si se está en la calle o se transporta en un automóvil o servicio público,
solicitarle al conductor que se detenga y se estacione en un lugar abierto y
amplio.

Etapa de restablecimiento (después)

• Asegurarse que las llaves de gas estén cerradas, bajar el interruptor eléc-
trico principal y no encender cerillos o cualquier otra fuente de incendio,
hasta haber atestiguado que no hay peligro y se han restablecido los
servicios.

18 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Resiliencia y plan familiar

• Cerciorarse de que no haya lesionados, incendios o fugas de cualquier tipo.


• No utilizar los elevadores y ser cuidadoso con las escaleras.
• Revisar los daños del inmueble y, en caso de que sean graves, salir a la bre-
vedad del lugar; sin precipitarse para evitar los accidentes que suelen ocurrir
por la desesperación.
• Aplicar el plan de Protección Civil mencionado al principio.
• Tener cuidado de no tocar o pisar cables caídos o sueltos.
• Limpiar los líquidos derramados o escombros que resulten peligrosos.
• Tomar en cuenta que, por lo general, suele haber réplicas después de un
sismo de alta magnitud; aunque son menos fuertes, pueden ocasionar
derrumbes en las construcciones ya dañadas.

Incendio

Etapa de prevención (antes)

• Revisar periódicamente y mantener en buen estado las instalaciones eléc-


tricas y de gas, lo mismo que las lámparas, los aparatos y los motores
eléctricos, tapas de contactos y apagadores, entre otros.
• Evitar que se conecten varios aparatos en un mismo contacto o extensión
• Nunca mojar una clavija ni instalación eléctrica.
• No almacenar sustancias inflamables.
• Antes de dejar la casa sola, revisar que los aparatos eléctricos estén desconec-
tados o apagados, las llaves de la estufa cerradas y los pilotos encendidos.
• No permitir que los niños jueguen con los cerillos, encendedores u objetos
inflamables como los juegos pirotécnicos.
• No pedirles a los niños que cuiden objetos calientes.
• No colocar alambres o monedas en los fusibles del interruptor.
• En caso de fuga de gas, no encender ni apagar las luces y ventilar al máximo
las habitaciones.
• Procurar tener uno o más extintores en lugares visibles y accesibles.

Etapa de atención (durante)

• Dar la voz de alarma inmediata si percibe


fuego, calor o humo y localizar el extintor
más cercano para tratar de apagar el fuego.
• No intentar apagar el fuego con agua, si su
causa se debe a un cortocircuito o cualquier
falla eléctrica.
• Desconectar el interruptor general de la ener-
gía eléctrica y cerrar la llave del gas.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 19


Resiliencia y plan familiar

• Apagar con sal, con polvo para hornear o con bicarbonato el fuego que
ocurre en la cocina a causa de acumulaciones de aceite o de grasa.
• Cerrar las puertas y ventanas para evitar que el fuego se extienda.
• Ayudar a los niños, ancianos y personas con capacidades diferentes a salir
del inmueble.
• No perder el tiempo buscando objetos personales.
• Dirigirse a la puerta de salida más alejada del fuego.
• Antes de abrir cualquier puerta, revisar si su superficie o la chapa no están
calientes.
• No utilizar el elevador durante un incendio.
• Desplazarse a rastras procurando taparse la nariz y la boca con un trapo
húmedo cuando hay gases y humo denso.
• No correr si la ropa que lleva puesta se incendia: en ese caso es conveniente
tirarse al piso y rodar lentamente si es posible, cubriéndose con una manta
o cortina.

Etapa de restablecimiento (después)

• Tener cuidado de no permanecer en el área del incendio, ya que el fuego


puede reavivarse.
• No entrar al área del incendio aunque le sea necesario, hasta que los espe-
cialistas no le aseguren que ya no existen riesgos.
• Desechar alimentos, bebidas y medicinas que hayan estado expuestas al
calor, humo o tizne del fuego.
• No volver a congelar los alimentos que se hayan descongelado.

Inundaciones

Etapa de prevención (antes)

• Tener presente que las inundaciones pueden sur-


gir por lluvias torrenciales o desbordamientos de
ríos, ruptura de bordes, diques o presas, operacio-
nes incorrectas en la compostura de una presa, o
por mareas de tormenta en caso de ciclones.
• Considerar que las zonas con mayor riesgo de
inundación son las áreas bajas y planas, más cer-
canas a un río, al mar o a las aguas debajo de una
presa y cañada.
• Recordar que, en ocasiones, el agua de una inun-
dación puede arrastrar con mucha fuerza piedras,
lodo, troncos de árboles y otros escombros.

20 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Resiliencia y plan familiar

• No construir en las riberas ni cause de ríos aunque estén secos.


• Memorizar las rutas hacia los lugares altos de la zona donde vive.
• Si hay riesgo de inundación, desconectar los servicios de luz, de agua y
de gas.

Etapa de atención (durante)

En caso de que se evacue la zona o que se tenga que dejar la casa debido a la
inundación:

• Desconectar los servicios de luz .


• Asegurarse que la casa esté bien cerrada.
• Acudir lo más pronto posible al refugio temporal más cercano y atender las
recomendaciones de las autoridades de Protección Civil.
• Tener cuidado con los deslaves y deslizamientos de tierra.
• Alejarse de construcciones, árboles piedras y basura.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 21


Fenómenos perturbadores
riesgosos para la comunidad

AMENAZA VULNERABILIDAD
Inundación Falta de
organización
RIESGO
Pérdida de vidas.
Pérdida de
cultivos

CAPACIDAD
Albergues, centro de salud

Tipos de riesgo

Riesgo

La palabra riesgo es una palabra que usaban los árabes para referirse a «lo que
depara la providencia». Y casi siempre lo que depara la providencia solemos pen-
sarlo como un posible daño o accidente; por eso la palabra riesgo tiende a utili-
zarse como sinónimo de peligro.
No obstante, ambos términos son diferentes: mientras el peligro es una causa
del riesgo; el riesgo se anticipa a un posible daño. Es decir, el riesgo no es más
que una amenaza de un posible daño.
Un riesgo refleja la vulnerabilidad humana, ante nosotros mismos y ante la na-
turaleza; pero al mismo tiempo muestra la capacidad que cada persona o grupo
de personas tiene para hacerle frente a la amenaza.

Cuando una comunidad está bien organizada, con casas y edificios bien construidos, planes
de evacuación y sistemas de alerta, al enfrentarse a cualquier tipo de riesgo (por ejemplo un
sismo), los daños que pueden padecer son mínimos; en comparación con los que sufrirán
quienes carecen de sistemas de alerta y buenas construcciones.

22 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Fenómenos perturbadores riesgosos para la comunidad

Riesgo aceptable
Cuando la comunidad conoce el daño que puede generarse por determinado
tipo de fenómeno y se prepara para ello, se dice que el nivel de riesgo que en-
frentará es aceptable.
La tolerancia que tiene la comunidad ante un riesgo aceptable depende del
análisis costo-beneficio o costo-oportunidad que de él hagan. Esto quiere decir
que antes de que se presente el evento, calculan el costo de los daños que puede
causar el desastre natural y toda la comunidad se prepara para hacerle frente una
vez que ha pasado el suceso.

En la comunidad X se calcula que cada año los costos por inundación y bloqueo de tuberías
ascienden a $70 000 (setenta mil pesos), por lo que desde que elaboran el presupuesto
municipal consideran esa cantidad para que –una vez llegado el momento– dispongan
del dinero para hacerle frente a este hecho recurrente. A esto se le conoce como riesgo
aceptable.

Riesgo de desastre
Cuando los daños que se producen por un desastre rebasan la capacidad de res-
puesta de la comunidad o exceden el riesgo aceptable, porque no les es posible
volver a la normalidad una vez concluido el evento, es el momento de definir
los riesgos del desastre. Para ello deben tomarse en cuenta diferentes aspectos.

Componentes del riesgo

Amenaza

Una amenaza es un gesto, una expresión o una acción que anticipa un posible
daño; advierte sobre un riesgo: un fenómeno natural, una sustancia dañina o
alguna actividad o condición humana que resulte peligrosa y pueda ocasionar
lesiones, afectaciones a la salud e incluso la muerte de una o varias personas o
animales.

La amenaza de una inundación, un terremoto, un incendio, una helada, una plaga o una
revuelta social, por ejemplo, puede causar daños a la propiedad, pérdida de medios de
sustento y de servicios, trastornos sociales y económicos o daños ambientales.

Una amenaza siempre es un factor externo del riesgo.

Vulnerabilidad

La palabra vulnerabilidad se refiere a la susceptibilidad que tiene una persona o


grupo social de ser lastimado o herido, ya sea física o moralmente. Una persona
vulnerable es aquella que, por distintos motivos, no ha desarrollada esta capaci-
dad y por lo tanto se encuentran en situación de riesgo.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 23


Fenómenos perturbadores riesgosos para la comunidad

La vulnerabilidad también se aplica a la capacidad de prevención y resisten-


cia, individual o social, que permite sobreponerse a un impacto. Se trata de un
factor interno del riesgo.

Las características y circunstancias de una comunidad, un sistema o un bien que las hace
susceptibles a los efectos dañinos de una amenaza son causa de vulnerabilidad; por ejem-
plo la falta de organización comunitaria, de recursos o de información sobre desastres.
También cuando la población está aislada vive en condiciones vulnerables.

Factores de vulnerabilidad
Los factores de vulnerabilidad dependen del suceso de que se trate; pero en ge-
neral suelen ser la ausencia de:

• medios de subsistencia.
• bienestar (físico, emocional, económico, laboral).
• autoprotección.
• protección social.
• gobernanza.

Capacidad
La capacidad se entiende como la combinación de todas las fortalezas, atributos
y recursos que posee una persona, una comunidad, o una organización para
conseguir sus objetivos. Son los conocimientos o herramientas naturales que per-
miten completar con éxito una tarea.

El nivel de capacidad que una comunidad tiene para enfrentar un riesgo depende de sus
sistemas de alerta temprana, sus planes de acción o de evacuación, los refugios temporales
de que dispongan, las despensas de comida de emergencia que recolectan con tiempo, por
ejemplo.

Desastre

Un desastre es un hecho natural o provocado por el ser humano que


afecta negativamente la vida, el sustento o la industria de una perso-
na o una sociedad, a tal grado que altera de manera significativa su
cotidianidad.
Según la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y
la Media Luna Roja, el desastre se refiere a:

aquella situación de emergencia que en muchos casos altera súbitamente todas


las condiciones de la vida cotidiana sumiendo a la población en el desamparo,
poniéndola en la necesidad de recibir auxilio, alimentos, prendas de vestir, alber-
gues, asistencia médico-social y otras formas de ayuda para atender las diversas
necesidades de la vida.

24 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Fenómenos perturbadores riesgosos para la comunidad

Para el Sistema Nacional de Protección Civil, un desastre se define como un:

acontecimiento determinado en tiempo y espacio por causa del cual la población o una
parte de ella sufre un daño severo o pérdidas humanas o materiales; de tal manera que la
estructura social se desajusta y se impide el cumplimiento normal de las actividades de la
comunidad, afectándose su funcionamiento vital.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), un desastre se refiere a:

un evento repentino, natural o provocado por el hombre que rebasa la capacidad de res-
puesta instalada en la comunidad afectada.

Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud define al desastre como:

un fenómeno que ocasiona alteraciones en las personas, la economía, los sistemas sociales
y el medio ambiente; derivado de la naturaleza o generado por la actividad humana o la
combinación de ambos.

Emergencia

Una emergencia es un suceso adverso que se presenta por


el impacto de un desastre y se sale de control, ya que se ve
amenazada la vida de las personas o su integridad física.
Pueden producirse muertes, lesiones, destrucción y
pérdidas materiales, lo mismo que provocar todo tipo de
sufrimiento humano. Por lo mismo esta situación extraor-
dinaria demanda acciones de respuesta que en principio
pueden proveerse con los recursos disponibles por la co-
munidad.
No obstante, por lo general se sobrecargan los recur-
sos locales y se tornan insuficientes, al grado de quedar
amenazadas la seguridad y el funcionamiento normal de
la comunidad.
Una emergencia puede producirse por:

• Un evento natural (terremoto, erupción volcánica, huracán, deslave, se-


quías, otros).
• Un accidente tecnológico (la explosión en una industria, una fuga de gas o
de sustancias tóxicas).
• Un hecho provocado por errores humanos (conflicto armado, ataque terro-
rista, accidentes).

Una situación de emergencia puede provocar en la persona un estado temporal


de confusión emocional y desorganización, al grado de afectar su vida diaria e
influir en sus patrones de vida.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 25


Fenómenos perturbadores riesgosos para la comunidad

Catástrofe

Una catástrofe es la afectación que produce un desastre masivo con consecuencias


destructivas y abarca una gran extensión, por lo que supone un alto nivel de
esfuerzo humano, material y de coordinación con los sistemas de respuesta
institucionales para superarla.

Tipos y características de los fenómenos perturbadores

Fenómeno perturbador

Un fenómeno perturbador es un acontecimien-


to provocado por la naturaleza o el ser humano
que impacta negativamente en el sistema social
y el hábitat produciendo cualquier tipo de ries-
go, emergencia o desastre.

Fenómenos hidrometeorológicos

Los fenómenos hidrometeorológicos son suce-


sos naturales causados por un exceso o escasez de agua, bien puede ser en
estado líquido o sólido (como el granizo o la nieve).
Un fenómeno hidrometeorológico se genera por una acción violenta de los
agentes atmosféricos, como el aire y los cambios de temperatura, que a su vez
genera bruscos cambios en el clima.

Algunos de los fenómenos hidrometeorológicos más comunes son la lluvia, la llovizna, la


nieve, el granizo, la niebla, la neblina, los huracanes, las tormentas tropicales o la sequía,
por ejemplo.

Fenómenos geológicos

Los fenómenos geológicos son ma-


nifestaciones naturales recurrentes
que tienen su origen en la dinámica
interna y externa de las capas con-
céntricas de la tierra, donde se libera
de distintas formas la energía; por lo
regular mediante sacudidas violentas
que crean inestabilidad en los suelos.

A esta categoría pertenecen los sismos, los terremotos, las erupciones volcánicas, los
tsunamis y los maremotos.

26 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Fenómenos perturbadores riesgosos para la comunidad

Fenómenos químico–tecnológicos

Los fenómenos químico–tecnológicos son eventos


que se generan por la reacción violenta de diferen-
tes sustancias químicas a causa de su inestabilidad
cuando interactúan de manera intermolecular o
nuclear. Se encuentran íntimamente ligados al
desarrollo industrial, tecnológico y al uso de diversas
formas de energía.

Por lo regular los fenómenos químico–tecnológicos


comprenden sucesos destructivos como incendios,
explosiones, fugas tóxicas o radiaciones.

Fenómenos sanitarios–ecológicos

Los fenómenos sanitarios–ecológicos son cala-


midades que se generan por la acción patóge-
na de agentes biológicos capaces de atacar a
la población, a los animales y a las cosechas; al
grado de causarles la muerte o la alteración de
su salud.

Las epidemias o plagas constituyen un desastre sanitario


en las que se incluye la contaminación del aire, el suelo
y los alimentos.

Fenómenos socio–organizativos

Los fenómenos socio–organizativos son adver-


sidades que se generan por causa de errores
humanos o acciones premeditadas que sue-
len ocurrir durante grandes concentraciones o
movimientos masivos de la población.

Algunos de estos fenómenos son las marchas, las


manifestaciones violentas, las guerras civiles, el
terrorismo y los eventos masivos como las festi-
vidades deportivas, musicales o mítines políticos,
entre otros.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 27


Búsqueda
y rescate

La palabra búsqueda hace referencia al verbo buscar; es decir, a la acción de


hacer lo necesario para conseguir un objetivo. Como por ejemplo ir por una per-
sona para llevarla a alguna parte o hacer algo para provocar ciertas reacciones
en ella.
En lo que a nosotros nos ocupa, se conoce como búsqueda y rescate a la ope-
ración que se lleva a cabo en situaciones de emergencia; o dicho de otra manera,
búsqueda y rescate es la acción de localizar, regresar a su cotidianidad y prestar
asistencia a la o las personas que se encuentren en una situación de peligro por
causa de un evento adverso.

Operación de rescate

Se denomina operación de rescate a los procedimientos, las técnicas y las manio-


bras que se llevan a cabo para recuperar personas, animales u objetos materiales
en sitios de difícil acceso.

La búsqueda y el rescate se utilizan cuando, por ejemplo, hay personas o animales atrapa-
dos, heridos o desaparecidos y sus vidas corren peligro. También puede haber rescate de
cuerpos con personas fallecidas durante un evento adverso.

28 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Búsqueda y rescate

Algunas causas en las que se requiere operación de rescate son:

• Estructuras colapsadas.
• Incendios.
• Espacios confinados.
• Accidentes vehiculares masivos.
• Inundaciones.
• Deslizamientos.
• Situaciones especiales.

Categoría de víctimas

Por lo regular, este tipo de emergencias provoca un gran número de víctimas que
deben atenderse con rapidez y no siempre se cuenta con los recursos sanitarios
suficientes para ello, por lo que es fundamental aplicar un procedimiento de
clasificación rápida de los afectados con la finalidad de distribuir los recursos y
actuar de inmediato.

Víctimas fuera del área afectada


Con todo y que las víctimas pudieran encontrarse fuera del área afectada, luego
de haber logrado salir por su propio pie o con ayuda de otros, es probable que se
encuentren lesionadas físicamente o en un estado psicológico inadecuado. Esto
significa que necesitan ser atendidos.

Víctimas conscientes dentro del área afectada


Cuando las víctimas tratan de salir por ellas mismas significa que están conscientes y
saben lo que está pasando, sólo que la situación en la que se encuentran no les per-
mite ponerse fuera de peligro. En este caso es claro también que requieren ayuda.

Víctimas inconscientes dentro del área afectada


Cuando las víctimas se encuentran dentro del área afectada pero están incons-
cientes, con todo y que puedan o no reaccionar a estímulos dolorosos, igualmente
requieren ayuda ya que están con vida.

Tipos de rescate

En una situación de emergencia no sólo las víctimas se clasi-


fican sino también las labores de rescate; en este caso según
el ambiente donde se desarrollan. Los principales tipos de
rescate son:

Rescate acuático
El rescate acuático implica el conjunto de conocimientos,
normas y destrezas empleados para proporcionar la efectiva

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 29


Búsqueda y rescate

vigilancia, protección y atención de las personas que acuden a las áreas acuáticas
deportivas y de recreación, y se encuentran ante una situación de peligro que
amenaza su vida.
El salvamento acuático consta de tres aspectos: la seguridad acuática, el sal-
vamento preventivo y el rescate acuático.

La seguridad acuática se integra de normas y regulaciones de seguridad (visibles


o no) con el objetivo de que la conducta de los usuarios se lleve a cabo conforme
a lo establecido por ellas.

El salvamento preventivo consiste en anticipar las situaciones de riesgo para mi-


tigar el hecho; se basa en las normas específicamente creadas y en los letreros o
señales que tienen como objetivo llamar la atención.

El rescate acuático es cuando los rescatistas entran al agua durante la situación


de riesgo, con la finalidad de acercarse a la persona en condición de peligro,
tomarla tal como lo marca la norma, sacarla del medio acuático y brindarle los
primeros auxilios hasta que llegue la asistencia médica o pueda ser trasladada a
un centro hospitalario de atención.
Un aspecto importante que debe tomarse en cuenta es que si una persona
entra en el agua para rescatar a otra, debe tener una capacitación semejante a
la de un técnico de rescate.

Rescate de montaña
Los grupos de rescate e intervención en
montaña son unidades especialmente for-
madas para efectuar labores de rescate en
zonas de montaña o con alto grado de difi-
cultad orográfica o climatológica.
Estos grupos se preparan física y técni-
camente para aprender a utilizar los medios
técnicos más adecuados en lugares monta-
ñosos con meteorología adversa, o en cavi-
dades subterráneas, por ejemplo.
Su función se concentra en:

• Prestar auxilio a las personas acciden-


tadas, perdidas o aisladas en zonas de
montaña o lugares de difícil acceso.
• Garantizar la seguridad y el cumpli-
miento de la legislación vigente en
esas zonas de actuación.
• Realizar servicios de vigilancia, preven-
ción y mantenimiento del orden públi-
co en pistas de esquí o en competicio-
nes deportivas de montaña.

30 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Búsqueda y rescate

Rescate en estructuras colapsadas


La búsqueda y el rescate en estructuras colapsadas es más conocida por sus siglas
tomadas del inglés, BREC, remitiéndonos a la capacitación que sigue la mayoría
de los rescatistas de las unidades de emergencia en todos los países del mundo.
Esta capacitación consiste en conocer las técnicas y destrezas que permiten
buscar, ubicar, estabilizar y extraer víctimas atrapadas en estructuras colapsadas.
Para ello el personal de rescate en formación aprende a utilizar los procedimien-
tos más adecuados y seguros, tanto para él como para la víctima.
La operación BREC se refiere a la acción de búsqueda y rescate que se de-
sarrolla en espacios destinados para uso humano; no obstante, debido a un
fenómeno natural o humano pueden sufrir daños considerables e incluso llegar a
estar en riego de producirse su destrucción parcial o total, y como consecuencia,
haber personas atrapadas en sus escombros.
Visto así, las operaciones BREC son las actividades más peligrosas de los pro-
cesos de rescate, ya que los especialistas se exponen a peligros sobre los cuales
no tienen control; como la réplica de un sismo, por ejemplo.

Rescate urbano
La búsqueda y el rescate urbano, conocido por sus siglas en inglés
(US&R), consiste en localizar, rescatar y estabilizar en un nivel de
primera atención a las víctimas atrapadas en espacios confina-
dos, estructuras colapsadas, accidentes de transportación, minas
o trincheras.

Rescate vertical
El rescate vertical es el conjunto de procedimientos que se siguen
para localizar, tener acceso, estabilizar y retirar a una víctima en
una situación de peligro en el que hay de por medio un obstáculo vertical; como
los acantilados, los grandes edificios, las torres, los espacios confinados o los
pozos, por ejemplo.

Protocolo de búsqueda y rescate USAR ASR1

Los niveles de evaluación, búsqueda y rescate, más conocidos por las siglas ASR
(Assestment Search and Rescue o) son un concepto creado por Insarag: red de
organizaciones y países propensos a desastres pero con capacidad de respuesta.
El objetivo de estos niveles es identificar y definir con claridad todo tipo de tra-
bajos efectuados por los equipos de rescate durante una catástrofe USAR: del
inglés Urban Search and Rescue (búsqueda y rescate urbano).
Los niveles ASR parten de la primera evaluación de la zona afectada, apenas
ocurrida la emergencia, hasta los últimos trabajos de desescombro para la recu-
peración de cadáveres.
Es importante que todos los implicados en el entorno USAR tengan claro cuál
es el alcance de cada uno de estos niveles y cuál es el significado real de expre-
siones; cada vez más utilizadas por los equipos de rescate.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 31


Búsqueda y rescate

Niveles ASR

Los niveles ASR son:

• Nivel ASR1. Evaluación general de grandes áreas.


• Nivel ASR2. Evaluación de sector.
• Nivel ASR3. Búsqueda y rescate ligera.
• Nivel ASR4. Búsqueda y rescate completa.
• Nivel ASR5. Búsqueda y recuperación completa.

Cada uno de los niveles se combina en función de las circunstancias; es decir,


mientras haya áreas donde puedan realizarse (ASR3), o que todavía estén en fase
de reconocimiento (ASR2), o bien que estén por sectorizarse (ASR1) pero a las
que no habrá acudido ningún equipo de rescate.

ASR1. Evaluación general de grandes áreas


La evaluación ASR1 es la primera evaluación del evento ocurrido, lo más pronto
posible después de la catástrofe.
El objetivo de la ASR1 consiste en determinar con rapidez el alcance y la mag-
nitud de los daños, ya que de eso dependen las necesidades (equipos de rescate,
apoyos sanitarios y albergue de damnificados, por mencionar algunos) y se de-
sarrolla un plan de acción.

El plan de acción debe incluir:


• la sectorización de la zona.
• el establecimiento de los niveles de importancia.
• los riesgos generales.
• la zona donde podrá instalarse la base de operaciones.

La sectorización se marca en cada uno de los sectores escribiendo una letra en


orden alfabético. A esa letra se le puede añadir una breve descripción; por ejem-
plo: Sector C Alcalá Oeste.
La sectorización de un área afectada se delimita por calles y manzanas,
aunque también pueden utilizarse elementos geográficos como ríos, barrancos
u otros.

Work sites
Con la intención de disponer de una eficiente coordinación, es esencial denomi-
nar e identificar cada lugar en el que se estén efectuando las operaciones USAR.
Por lo mismo, una vez que se ha determinado que una zona será convertida
en work site (lugar de trabajo), se procede a asignársele una denominación;
como work site ID, por ejemplo.
En caso de que se use el nombre de la calle y el número del edificio, puede
emplearse una combinación alfanumérica siguiendo este protocolo:

32 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Búsqueda y rescate

• La primera letra corresponde al sector en el que se encuentre el work site.


• Conforme vayan abriéndose más work sites se le va añadiendo un número
secuencial separado con un guión.
• Cuando hay varios equipos trabajando en un mismo sector, con la finalidad
de evitar duplicidades, el Centro de Coordinación de Operaciones en el Sitio
(OSOCC, por su nombre en inglés) determina cuáles son los números que
usará cada equipo.

Por ejemplo: equipo 1, del 1 al 20, equipo 2, del 21 al 40 y así sucesivamente.

Puede darse el caso que en work sites grandes surjan nuevas localizaciones
con víctimas, por lo que pueden considerárseles como work sites. Además, para
mejorar la coordinación es útil identificarlos de forma independiente.
Esos nuevos puntos se identifican luego de haber tipificado el primer work
sites añadiéndole una nueva letra; por ejemplo: A2a, A2b, etcétera.
El ASR1 únicamente podrá rescatar víctimas ubicadas en la superficie y capa-
ces de salir con la menor ayuda posible.
Si bien es cierto que el objetivo de las brigadas de búsqueda y rescate es
salvaguardar la vida, el propósito del ASR1 se enfoca en localizar los espacios y
marcarlos con la intención de que las siguientes brigadas tengan mayor eficacia
y control de los rescates: sin perder el tiempo en las áreas en las que no hay
víctimas.

ASR2 evaluación de sector

El nivel ASR2 tiene como objetivo evaluar un sector determinado; es decir, loca-
lizar e identificar work sites en esa zona a fin de enviar los recursos adecuados.
Con frecuencia ésta es la primera acción sobre el terreno y se efectúa luego de
la sectorización del ASR1.
La finalidad que se persigue en el nivel ASR2 es aprovechar el tiempo y al per-
sonal disponible; es decir, evitar que los primeros rescatadores USAR que lleguen
al lugar trabajen en el primer colapso que se encuentren y procedan a reconocer
la zona o el sector asignado, buscando posibles work sites y clasificándolos.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 33


Búsqueda y rescate

El reconocimiento ASR2 debe ser rápido y metódico, pero sobre todo flexible
para adaptarse a cada situación, conforme al personal disponible, al tamaño de
la zona y a la cantidad de edificios dañados (posibles work sites).
Lo que quiere decir que el ASR2 es una evaluación rápida, ya que se concentra
en tomar los datos más indispensables, las fotografías de la estructura dañada y
recabar la información básica entrevistando a los testigos locales con la intención
de otorgarle una categoría al work site.
Pero todavía puede ser más metódico si incluye equipos de búsqueda canina
y técnicas para un mejor reconocimiento. El equilibrio entre rapidez y meticulosi-
dad es decisión del jefe del equipo USAR y depende de las circunstancias.
Otro de los objetivos del ASR2 es localizar work sites que tengan la posibilidad
de encontrar víctimas vivas dentro del sector asignado.
En concreto, los aspectos que se toman en cuenta para determinar la impor-
tancia de la emergencia son cuatro y la mayoría parte de una pregunta:

• ¿Hay víctimas vivas? Si no las hay, eso quiere decir que no es work site.
• ¿Las víctimas están confirmadas?
• ¿La estructura colapsada tiene huecos de vida?
• Valorar el tiempo y los recursos necesarios para el rescate.

Marcaje del work site


El sistema de marcaje work site se basa en la simplificación, con la idea de hacer
más fácil su uso por parte de los intervinientes.
Las marcas se efectúan en la parte externa de la estructura: en su punto de
acceso y en un lugar que ofrezca la mayor visibilidad; el color que se utiliza es el
naranja. Para asegurar la alta visibilidad deben seguirse las siguientes directrices:

• Dibujar un cuadro de 1.2 x 1.0 m (aproximadamente).


• Agregarle una flecha para confirmar la exacta localización o entrada.

Anotar dentro del cuadro:

• la denominación del work site (tamaño de letra de 40 cm).


• el nombre del equipo USAR (tamaño de letra de 10 cm).
• el nivel ASR realizado y la fecha (tamaño de letra 10 cm).

Escribir fuera de la caja:

• los riesgos del work site en la parte superior; por ejemplo, asbesto, gas,
etcétera.
• la categoría en la parte inferior.
• Actualizar, en la medida en la que se vaya obteniendo información sobre las
víctimas; tanto desaparecidas como rescatadas (vivas y muertas). En caso
de que haya más datos relevantes se agregan.
• Pintar una raya horizontal por el centro del cuadro cuando las labores de
rescate se den por finalizadas.

34 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Búsqueda y rescate

Marcaje de víctimas

El marcaje de víctimas se hace con una pintura espe-


cial de alta visibilidad que contraste con el terreno;
su tamaño debe ser de 50 cm aproximadamente y se
sigue el siguiente código

V Al localizar víctimas potenciales (vivas o muer-


tas) sin confirmar.
Flecha opcional para aclarar la situación exacta
de la víctima.

Debajo de la letra V

L Si se confirma la víctima viva (número de víctimas).


D Si se confirma la víctima muerta (número de víctimas).
En caso de que se rescataran víctimas, se actualiza el marcaje; cuando todas
las líneas L o D están tachadas, eso significa que todas las víctimas (las conocidas)
han sido rescatadas.

Sistema de marcaje rápido en zonas reconocidas


La red Insarag estableció un nuevo sistema de marcaje para aquellos lugares ya
reconocidos y sin víctimas, o en su defecto con personas fallecidas. Por lo regu-
lar, este sistema se utiliza para puntos de pequeño tamaño, como automóviles o
pequeñas estructuras, por ejemplo.
Una vez reconocido el punto y cuando ya se tenga la certeza de que no hay
víctimas (vivas o fallecidas), se pinta una letra C (de clean, limpio) en color de alta
visibilidad, de unos 20 cm, encerrada por un rombo del mismo color.
Cuando se haya reconocido el punto y únicamente haya víctimas fallecidas, se
pinta la letra D (de deceased, fallecido) en color de alta visibilidad, de unos 20 cm
y se encierra con un rombo del mismo color.
Debajo de este marcaje se anota el nombre del equipo y la fecha.

Clasificación del equipo de protección personal

El equipo de protección personal (EPP) es todo lo que se destina para que el per-
sonal de rescate lo lleve puesto o sujetado, con la intención de que le sirva como
protección contra el o los riesgos que pudieran amenazar su seguridad o su salud
durante el trabajo de rescate.
Los equipos de protección individual se utilizan cuando los riesgos no pueden
ni evitarse ni limitarse por medios técnicos de protección colectiva, como tampo-
co por medidas, métodos o procedimientos de organización del trabajo.
El EPP se clasifica en función de la protección que le otorga al rescatista. Las
provisiones más importantes son:

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 35


Búsqueda y rescate

Casco de seguridad
El objetivo del casco de seguridad es proteger la cabeza de
los rescatistas de todo tipo de peligros y golpes mecánicos,
como riesgos de la naturaleza, accidentes térmicos o eventos
eléctricos.
Los principales elementos de un casco son:

• armazón
• arnés
• banda de contorno de cabeza
• banda de nuca
• barbiquejo

Las condiciones que debe cumplir un casco para reducir


eficazmente las consecuencias destructivas de los golpes en
la cabeza son:

• Distribuir la presión aplicada al cráneo sobre la mayor superficie posible


(absorción de impactos).
• Desviar adecuadamente los objetos que caigan de manera lisa y redondeada.
• Disipar y dispersar la posible energía que se trasmita en un golpe, de modo
que no pase por completo a la cabeza y al cuello.

Lentes de seguridad
Las gafas o lentejuelos de seguridad, más conocidas como goggles, se utilizan
para proteger el área que rodea el ojo con la finalidad de evitar que las partículas,
el agua o productos químicos la dañen o se introduzcan en los ojos.

Protectores auditivos
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS),
el oído humano está capacitado para soportar hasta 55 de-
cibeles (db) sin alterar la salud; sin embargo, en las zonas
industriales se permite exponer a los trabajadores hasta 68
decibeles.
Cuando se superan estos rangos de decibeles durante un
tiempo prolongado, puede afectarse la salud y empiezan a
aparecer trastornos como estrés, insomnio, falta de atención,
irritabilidad nerviosa o disminución auditiva.
Para proteger los oídos y evitarles un daño se acostumbran
los protectores auditivos, diseñados para atenuar los sonidos
y reducir los efectos del ruido en la audición.

36 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Búsqueda y rescate

Otros productos
En el mercado pueden encontrarse:

• Mascarillas para filtrar partículas, gases y vapores (protección respiratoria).


• Chalecos térmicos y overoles para distintos usos (protección corporal).
• Botas de uso rudo y guantes de diversos tamaños (protección a las ex-
tremidades).
• Uniformes especiales para las actividades de búsqueda y rescate en estruc-
turas colapsadas (BREC) y USAR liviano a fin de mantener la temperatura
corporal, permitir la transpiración y secarse rápidamente en caso de que se
mojen, por ejemplo.

Características mínimas generales


Si agrupáramos las cualidades que debe reunir un equipo de protección perso-
nal (EPP) y además agregáramos otros relativos a la construcción, la durabi-
lidad y la apariencia, tendríamos los siguientes requisitos esenciales:

• Brindar protección adecuada contra los riesgos a los que se expondrá el


rescatista.
• No restringir los movimientos del rescatista ni el ritmo de la tarea o trabajo
que efectúe.
• Proporcionar un control máximo con un peso mínimo para que la parte más
adecuada del cuerpo la soporte sin problema.
• Haber sido fabricado de acuerdo con las normas establecidas para el traba-
jo al que se destina.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 37


Atención primaria de
un evento adverso con
búsqueda y rescate

1. Obtención de datos

Al recibir un llamado de emergencia lo primero que se debe hacer es obtener la


mayor cantidad de datos posibles, con la finalidad de saber con qué recursos se
cuenta y si es necesario solicitar unidades de emergencia.
Entre más información se obtenga siempre será más claro el panorama; por
ello, lo mínimo que se debe obtener es:

• La fuente del informante y saber si la persona afectada se encuentra en el lugar.


• La hora probable del evento.
• La ubicación exacta, incluyendo las referencias más cercanas.
• La causa que propició el evento.
• La magnitud del evento.
• La mayor información posible de los elementos involucrados.

2. Confirmación de datos obtenidos

Siempre que se recibe un llamado de auxilio debe despacharse una unidad de


primer contacto; en la mayoría de los casos esa unidad se conforma por los cuer-
pos de seguridad pública y se envía para confirmar los hechos y corroborar su
magnitud, a fin de no destinar unidades y equipos innecesarios.

38 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Atención primaria de un evento adverso con búsqueda y rescate

Por lo mismo, al llegar al lugar la unidad de primer contacto deberá:

• Confirmar que la llamada era real.


• Mantenerse en un lugar de menor riesgo con respecto al área del peligro.
• Identificarse con la persona afectada o que se encuentre a cargo, propor-
cionando su nombre, el de su corporación y su cargo de procedencia.
• Revisar que los datos recabados correspondan al evento.

3. Análisis de riesgos

Al llegar al lugar donde ocurre un evento adverso es normal que la mirada se


dirija al accidente, sin prestar atención a lo que ocurre alrededor; por eso es im-
portante insistir en que debe observarse todo lo que está sucediendo alrededor
y hacer un análisis de los riesgos. Una herramienta muy útil para ello es el truco
de memoria 6A.
Memoria 6A
Arriba
Abajo
A un lado (izquierda)
Al otro (derecha)
Al frente
Atrás

Con esta herramienta de nemotécnica es posible determinar los peligros y los


riesgos latentes, ya que se evalúa el escenario completo y al mismo tiempo se
perciben posibles accidentes que pudieran suscitarse.
Esto significa:

• Revisar las condiciones físicas de los edificios aledaños.


• Verificar sus instalaciones, los equipos, la maquinaria y los materiales que
pudieran estar en riesgo.
• Examina el medio ambiente y sus potenciales riesgos ante la eventual situación.

4. Análisis de daños

Los daños se analizan justo cuando entran en ope-


ración las brigadas o grupos de rescate; para ello
hay que:

• Contabilizar a las personas involucradas en el


incidente, incluyendo niños, jóvenes, adultos,
adultos mayores y animales.
• Describir el grado de lesión de las personas
afectadas.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 39


Atención primaria de un evento adverso con búsqueda y rescate

• Registrar y contar los decesos.


• Revisar los desperfectos en bienes, edificios, instalaciones, equipos maqui-
naria y materiales con daños.
• Describir los deterioros al medio ambiente involucrados en el evento adverso.

5. Determinación de peligros

La magnitud de un peligro latente se determina analizando todo lo que pudiera


representar un riesgo para la vida (humana o animal) o para las pertenencias
de un individuo o de una comunidad, dentro de un determinado rango de la
superficie terrestre, ya que los actos inseguros son los causantes del 96% de los
accidentes.

Tener una herramienta en mal estado es una condición insegura; pero utilizar esa herra-
mienta es una acción todavía más insegura. Al revés, una acción insegura también puede
convertirse en una condición insegura.
Por ejemplo, dejar un extintor bajo llave es una acción insegura que convierte un área en
una condición insegura por falta de equipo necesario.

Algunas causas de riesgo son:

• El desgaste natural que tienen los equipos y materiales por el tiempo de uso.
• Las herramientas en mal estado.
• El diseño no adecuado de las instalaciones o de los equipos.
• El mantenimiento no adecuado de las instalaciones o equipos.
• Las normas no adecuadas de trabajo.

6. Comunicación

La comunicación, en el tema que nos ocupa, es la activi-


dad que permite intercambiar números de contactos para la
atención de emergencias o la notificación del evento adverso
evaluado.
Por eso es importante tener en cuenta que debe pro-
porcionarse la mayor cantidad de información con el menor
número de palabras.

Códigos de comunicación
Para lograr que nuestra comunicación sea corta y precisa
se han desarrollado diversas claves o códigos, que cada or-
ganización incorpora según sus necesidades y preferencias.
Los más conocidos son los códigos de radio Código 10 y
Código Q.

40 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Atención primaria de un evento adverso con búsqueda y rescate

Medios de comunicación
Los medios de comunicación más usados para las búsquedas y rescates son los
teléfonos fijo y móvil, y todo tipo de radio que tenga una base y requiera corriente
directa (generalmente de 12 volts, banda civil, VHF, UHF, troncal y tetra).

7. Delimitación del perímetro de seguridad

Cuando se atiende un evento adverso se crea un perímetro de seguridad en


función de la magnitud de que se trate; para ello deben delimitarse tres áreas:

• Zona caliente (roja): área del evento.


• Zona tibia (amarilla): área de tránsito, con riesgo menor, pero riesgo al fin.
• Zona fría (verde): área segura.

La zona de alto riesgo se señaliza y se les indica a las personas cuáles son la
zona de transición y las rutas de tránsito.

8. Protección de la integridad física de los afectados

Para proteger la integridad física de las personas afectadas se les clasifica confor-
me a los criterios del triage de urgencias, que consiste en:

• Clasificar a los pacientes por color:


Rojo, cuando su estado es grave (requiere atención inmediata)
Amarillo, cuando su situación no es grave (puede estar en espera)
Verde, cuando no requiere ser trasladado
Negro, cuando ya han fallecido
• Solicitarles a las personas involucradas y no afectadas que abandonen el área.
• Informarles cuál es el punto de reunión, previamente señalizado en un
lugar libre de riesgo.
• Auxiliar a aquellas personas que tengan dificultad para abandonar el lugar.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 41


Atención primaria de un evento adverso con búsqueda y rescate

9. Resguardo de los bienes y el entorno

Las medidas establecidas para salvaguardar los bienes y el entorno se llevan a cabo:

• Ejecutando estrategias de protección para los bienes del entorno.


• Restringiendo el acceso de las personas al área del evento adverso.
• Realizando rondas de vigilancia en la zona afectada.
• Solicitando apoyo a las entidades de seguridad correspondientes para la
vigilancia del evento adverso.
• Notificándoles a las instancias correspondientes todo lo relacionado con el
evento adverso por medio del radio teléfono, con la intención de que pro-
cedan a vigilar el lugar
• Notificándoles a las instancias correspondientes por medio del radio teléfono,
el tipo de afectación y peligro para que aseguren los bienes.

10. Atención de las personas lesionadas

Antes de encargarse de las personas lesionadas debe:

1. Determinarse el grado de cuidado que requieren, según las lesiones y posi-


bilidades de supervivencia que cada una presente.

2. Utilizar los recursos materiales y humanos disponibles para la atención ini-


cial en el lugar de la escena; según las necesidades de los involucrados.

3. Proporcionar los primeros auxilios conforme al tipo de lesión, mientras llega


la atención especializada.

42 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Atención primaria de un evento adverso con búsqueda y rescate

11. Solicitud de la atención requerida para los afectados

Para solicitar la atención que las personas afectadas requieren se utilizan los me-
dios de comunicación disponibles en el lugar. Para ello debe considerarse:

• La valoración realizada con antelación.


• Las necesidades precisas para la atención.
• Si los peligros identificados requieren atención local o ayuda externa.
• Los servicios y equipos necesarios para la atención del evento adverso.

12. Transferencia de la responsabilidad de atención a las


personas involucradas

Con la finalidad de agilizar el cuidado de las personas afectadas por la emergen-


cia, es indispensable transferir las responsabilidades de los involucrados; para ello
hay que:

• Informarles a todos quienes participan sobre la situación prevaleciente, se-


gún la competencia que les corresponda.
• Describirles los aspectos generales del evento.
• Aclararles todas las dudas que pudieran tener en cuanto a la información
proporcionada.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 43


Introducción al Sistema
Comando de Incidentes

El Sistema Comando de Incidentes (SCI) es una herramienta de trabajo que sirve


para manejar, controlar y coordinar todo tipo de emergencias; tiene la carac-
terística que se puede aplicar a cualquier tamaño de incidente y expandirse o
contraerse en función de la situación que lo requiera.
Esta cualidad de expandirse o contraerse permite que el SCI establezca las
reglas y procedimientos más adecuados para administrar y coordinar de forma
eficiente las emergencias; lo mismo los recursos físicos que los materiales.
El Sistema comienza cuando la unidad de primera respuesta llega al lugar: a
esta unidad se le conoce como Comandancia de Incidentes (CI).
El objetivo de la Comandancia es hacer la primera evaluación de la escena,
con el propósito de elaborar un plan de acción y saber cuáles son los apoyos
físicos y materiales que se requieren para solicitarlos; además de expandir el SCI
si es necesario.
El Plan de Acción del Incidente (PAI) incluye los objetivos que deben seguirse
para asegurar una atención de calidad; puede ser oral o escrito. Las siguientes
preguntas sirven como guía para formular un plan de acción adecuado.

• ¿Qué necesitamos hacer?


• ¿Quién es responsable de hacerlo?
• ¿Qué recursos necesitamos?
• ¿Cómo nos comunicamos y como lo comunicamos?

44 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

Tipos de emergencia

En particular el SCI reconoce tres tipos de emergencia: las cotidianas, las mayores
y las conocidas como incidentes masivos.

Emergencias cotidianas

Las emergencias cotidianas son las situaciones adversas en


las que se involucran los bienes, el entorno y en ocasiones
la vida o integridad física de una o varias personas.

Algunas emergencias cotidianas son los accidentes automovilísti-


cos, las caídas de altura a suelo firme, los atragantamientos o las
reacciones alérgicas severas (anafilácticas), por ejemplo.

Emergencias mayores

Las emergencias mayores son situaciones adversas en las


que se involucran los bienes, el entorno y la integridad
física e incluso la vida de una o varias personas en gran
escala.
Por lo regular las emergencias mayores se deben a fac-
tores socio-organizativos, geológicos, atmosféricos, hidro-
meteorológicos o sanitario-ecológicos.

Por ejemplo, los desastres naturales, los incendios forestales, los


incendios industriales, los incendios estructurales o los descarri-
lamientos de trenes, entre otros.

Incidentes masivos

Los incidentes masivos son sucesos planeados en


los que participa una gran cantidad de personas.

Algunos incidentes masivos son los conciertos, los


centros de convención, los incidentes sociales y las
protestas públicas.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 45


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

Organigrama y funciones

Comandancia de Incidentes

Conforme reduce su alcance de control, el comandante de incidentes delega


funciones, pero no responsabilidades. Las actividades que a él le corresponde
desempeñar consisten en:

• Velar por la seguridad pública y por la de su personal.


• Evaluar las necesidades del incidente y determinar los objetivos operacionales.
• Analizar la situación actualizada.
• Desarrollar y ejecutar el plan de acción del incidente.
• Determinar si el incidente requiere contracción o expansión del comando.
• Desarrollar una estructura organizativa apropiada, manteniendo el alcance
de control y vigilancia de los recursos.
• Coordinar las acciones de las instituciones que se incorporan al sistema en
la escena del incidente.
• Responsabilizarse tanto del incidente como de su administración.
• Analizar la información con la finalidad de proceder a la toma de decisiones.
• Autorizar la información que se divulgará por los medios de comunicación.
• Definir las secciones requeridas y, en caso de no necesitar a alguna persona
en una determinada sección, asumir la responsabilidad de esa sección.
• Responsabilizarse de la documentación, el control de gastos y la elabora-
ción del informe final.

Personal de la Comandancia

Para llevar a cabo sus actividades, la Comandancia de In-


cidentes se integra por un oficial de información pública,
un oficial de seguridad y un oficial de enlace.

Oficial de información pública


El oficial de información pública asesora al comandante
de incidentes acerca de cómo brindar la información;
asimismo:

• Procesa las solicitudes de información.


• Prepara los comunicados para los medios de prensa,
instituciones y público en general.
• Obtiene e informa todo lo relacionado con la
sección de planeación, la comunidad y los medios.

46 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

Oficial de seguridad
El oficial de seguridad asesora al comandante de incidentes en temas relacionado
con la seguridad, pero también:

• Trabaja en conjunto con la sección de operaciones para asegurar la seguridad


del personal de campo.
• Es el responsable de la seguridad del personal.

Oficial de enlace
El oficial de enlace asiste al comandante de incidentes como contacto de los
representantes de las diversas instituciones, además de:

• Reunirse con las organizaciones de apoyo con el objeto de aclararles sus


dudas.
• Fungir como contacto en el lugar de los hechos, en particular con las insti-
tuciones asignadas al incidente.

Personal general

Además del personal de la Comandancia, el resto del personal que integra el Sis-
tema Comando de Incidentes está adscrito en cuatro secciones: de operaciones,
de planificación, de logística, y de administración y finanzas.

Sección de operaciones
El jefe de la sección de operaciones es el responsable de ejecutar las acciones de
respuesta; para ello se le han otorgado los siguientes compromisos:

• Representar al personal operativo.


• Encargarse de la comunicación vertical entre el puesto de mando y el
personal operativo.
• Suplir al comandante para elaborar los objetivos de respuesta al incidente.
• Ejecutar el Plan de Acción del Incidente (PAI).
• Gestionar los recursos necesarios.
• Encargarse de la seguridad del personal.
• Inspeccionar a los supervisores.
• Representar a la seguridad perimetral.
• Informarle al CI sobre la situación y el estado de los recursos en las operaciones.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 47


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

Sección de planificación
La sección de planificación es la encargada de prever las necesidades requeridas
según la gravedad del incidente; además de recolectar, evaluar, difundir y usar la
información que se genere durante el desarrollo del incidente, así como llevar un
control de los recursos.
Para cumplir con estas funciones, el jefe de la sección tiene las siguientes
obligaciones:

• Planear las acciones que deben seguirse y presentarlas al CI con la finalidad


de tomar decisiones.
• Elaborar el Plan de Acción del Incidente (PAI).
• Reportarle al comandante del incidente.
• Proyectar posibles situaciones de emergencia que pudieran presentarse en
relación con el incidente.

Sección de logística
En la sección de logística se efectúan las siguientes actividades:

• Se solicita el recurso tanto físico como material para el incidente.


• Se mantiene inventariado todo el equipo de que dispone el SCI, tanto en
uso como almacenado.
• Se responsabiliza del montaje de las áreas que se requieran; es decir, desti-
nará todos los recursos humanos y materiales que le soliciten para atender
el incidente, incluido el personal que operará los equipamientos.
• Dispone los suministros de hidratación, alimentación, descanso y servicios
para cubrir las necesidades fisiológicas del personal que intervenga en la
situación de emergencia; sobre todo cuando es de larga duración.

Sección de administración y finanzas


La sección de administración y finanzas es la responsable de:

• Llevar la contabilidad de los costos del incidente.


• Justificar, controlar y registrar todos los gastos que se ocasionen durante la
situación de emergencia.
• Mantener al día la documentación requerida para gestionar los reembolsos.

48 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

Instalaciones comunes en un incidente

Al llegar a la escena, el primer responsable con capacidad operativa identifica y


determina si es necesario establecer una o varias de las siguientes instalaciones.

Puesto de comando

El puesto de comando (PC) es el lugar, fijo o móvil, donde se ejerce la función de


mando. Lo establece el comandante del incidente cuando la situación lo exige;
sea por la complejidad del suceso, por la cantidad de recursos que deberá admi-
nistrar para controlarlo o por su duración.
Cuando es posible y no se compromete la seguridad, el PC se ubica en línea
visual con el incidente. En el puesto de comando se instalan el comandante del
incidente, los oficiales del personal de comando y los jefes de sección.
La señal de puesto de comando consiste en un rectángulo de fondo naranja
con las letras PC de color negro.

Área de espera

El área de espera (E) es el lugar donde se concentran los recursos disponibles


mientras esperan sus asignaciones.
Como es natural, en la medida en la que un incidente crece aumentan los
recursos recursos adicionales que se requieren; para evitar problemas por la con-
centración masiva de recursos en el lugar de la escena, y para administrarlos de
forma efectiva, el comandante del incidente (CI) establece las áreas de espera
que considere necesarias.
Implementar un área de espera es una tarea que depende de cómo se con-
forme la estructura del SCI. Por lo regular se establece cerca de la escena y ahí
permanecen los recursos hasta que sean asignados.
La señal que identifica al área de espera es un círculo con fondo amarillo y la
letra E de color negro en su interior.

Área de concentración de víctimas

El área de concentración de víctimas (ACV) es el lugar don-


de se reúnen, estabilizan y transportan a las víctimas de un
incidente.
Con todo y que no se trata de instalaciones oficiales, las
ACV son de gran utilidad cuando ocurren incidentes que
provocan un número de víctimas que exceden la capacidad
de atención.
Desde el primer momento en que llega la noticia de un
incidente y se confirma que hay víctimas, desde ese preciso

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 49


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

momento se empieza a instalar un ACV ya que el tiempo puede ser crítico para
atender esa emergencia. Por este motivo, el lugar seleccionado debe ser:

• Un sector seguro, libre de amenazas.


• Cerca de la escena.
• Sin que el viento y el declive del terreno pongan en riesgo al personal y a
los heridos.
• Accesible para los vehículos de transporte (ambulancias, camiones, helicóp-
teros y demás).
• Fácil de ampliarse en caso necesario.
• Aislado del público e idealmente fuera de su vista.
• Preparado para un flujo eficiente, tanto de víctimas como de personal médico.

Base

La base del SCI es el lugar donde se coordinan y administran las funciones


logísticas, por lo mismo está bajo la responsabilidad de esta sección. Es el co-
mandante (CI) el que establece la base cuando el incidente:

• Cubre una gran área.


• Continuará por un tiempo largo (lo que significa que se requerirá una gran
cantidad de recursos y deberá rotarse por turnos al personal asignado.

Cuando el comandante del incidente establece una base, designa a una


persona encargada de la base para que opere la unidad de instalaciones de la
sección de logística.
Si la sección de logística no es activada, el encargado de la base se lo reporta
directamente al CI o a quien haya sido designado por él.
La señal que identifica la base es un círculo de fondo amarillo con una letra B
de color negro en su interior.

Campamento

Un campamento por lo regular se forma de diversas tiendas equipadas


con camas, cocina e instalaciones sanitarias para proporcionarle aloja-
miento, alimentación e higiene al personal del SCI.
Suele estar separado de la base y localizarse a manera de satélite,
desde donde apoya las operaciones y provee mantenimiento menor y
servicio a los equipos.
Con la finalidad de cumplir con los cambiantes requerimientos ope-
racionales, los campamentos están puestos de tal forma que puedan
ser reubicados con facilidad.
La señal de campamento consiste en un círculo de fondo amarillo
con la letra C de color negro.

50 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

Helibase

El helibase es el lugar de estacionamiento, reabastecimiento, mantenimiento y


equipamiento de helicópteros.
La señal del helibase es un círculo de fondo amarillo con la letra H de
color negro.

Helipunto

El helipunto es el lugar que ha sido dispuesto para que los helicópteros aterricen,
despeguen, carguen y descarguen tanto personal como equipo y materiales.
En ocasiones, las características del incidente hacen que se requiera más de
un helipunto. Su señal distintiva es un círculo con fondo amarillo, la letra H y un
número para indicar el helipunto de que se trate: tanto la letra como el número
son de color negro.

Supervisores y fuerza de tarea

Todos los recursos que interactúan en el Sistema de Comando de Incidentes de-


ben cumplir las siguientes funciones:

• Acudir al lugar del evento siempre y cuando hayan sido despachados.


• Pasar al área de registro para esperar asignación acorde a los establecidos
por el Comandante de Incidente.
• Llevar un listado de los recursos materiales actualizados, así como del per-
sonal que interviene en la emergencia; con medios de contacto y sus capa-
cidades.

Supervisores

La función de los supervisores fundamentalmente


abarca dos actividades: comunicar y monitorear
los recursos.
La comunicación que los supervisores pro-
porcionan son las instrucciones que el puesto de
mando les da para que la transmitan a sus líderes
de fuerzas de tarea y al contrario: la información
que obtenga de ellos se le comunica al puesto de
mando.
En cuanto al monitoreo de los recursos, esto
quiere decir que se registra y reporta cualquier
cambio de sus recursos conforme ocurran.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 51


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

Fuerza de tarea

La fuerza de tarea o equipo de intervención es el conjunto de recursos de una


misma clase y un mismo tipo, con un solo líder que opera en un mismo lugar. En
otras palabras: cualquier combinación y número de recursos simples, de diferente
clase o tipo, constituido para cubrir una necesidad operativa particular.

Una fuerza de tarea puede estar integrada por tres equipos caninos de drogas, cinco uni-
dades de patrulla y tres ambulancias. También puede ser un equipo BREC, una brigada de
remoción de escombros y una ambulancia.

La fuerza de tarea debe estar compuesta por un mínimo de tres y un máximo


de ocho elementos capacitados en diferentes funciones de rescate. De ellos, uno
es el líder del grupo y es el que tiene comunicación con su supervisor y con los
demás integrantes.

Sistema Nacional de Protección Civil

El 6 de mayo de 1986 se publicó el decreto por el que se crea el Sistema Nacional


de Protección Civil (Sinaproc), con la finalidad de fortalecer y coordinar la función
que cada persona, institución y autoridad tiene en la prevención de desastres y
atención de emergencias; además de promover la cultura de la prevención como
una práctica ciudadana.
El Sinaproc está integrado por:

• Las dependencias y entidades de la administración pública federal.


• Los sistemas de protección civil de las entidades federativas, sus municipios
y las delegaciones.
• Los cuerpos de bomberos.
• Los grupos voluntarios, vecinales y organizaciones de la sociedad civil.
• Los representantes de los sectores privado y social.
• Los medios de comunicación.
• Los centros de investigación, educación y desarrollo tecnológico.

52 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

Consejo Nacional de Protección Civil

El Consejo Nacional de Protección Civil es un órgano consultivo del gobierno


federal mexicano en materia de planeación para la protección civil, encabezado
por el presidente de México para cumplir con las siguientes funciones:

• Fungir como órgano de consulta y coordinación en las acciones del gobier-


no federal, para convocar, concretar, inducir e integrar las actividades de los
participantes e interesados en la materia a fin de garantizar la consecución
del objetivo del Sistema Nacional.
• Fomentar la participación comprometida y corresponsable en todos los sec-
tores de la sociedad, formulación y ejecución de los programas que satisfa-
gan las necesidades en materia de protección civil en el territorio nacional.
• Convocar, coordinar y armonizar la participación de las entidades federa-
tivas, municipios y de los diversos grupos sociales organizados en las loca-
lidades, con la finalidad de definir y ejecutar las acciones que convengan
realizar en materia de protección civil.
• Fijar, mediante la Secretaría de Relaciones Exteriores, los criterios que debe-
rán cumplirse en los acuerdos internacionales en materia de protección civil,
así como los modos y formas de cooperación con otros países.
• Promover el estudio, la investigación y la capacitación en materia de protec-
ción civil, identificando los problemas y tendencias para proponer las nor-
mas y programas que permitan la solución, así como ampliar el conocimien-
to sobre los elementos básicos de protección civil y fortalecer su estructura.
• Promover la generación, el desarrollo y la consolidación de una educación
nacional de protección civil.
• Gestionar en las autoridades correspondientes la incorporación de la mate-
ria de protección civil en los sistemas educativos.
• Emitir la declaratoria de ayuda internacional.
• Determinar la recepción de ayuda internacional, aun cuando la magnitud de
la emergencia no haya sobrepasado del todo las capacidades nacionales.
• Evaluar anualmente el cumplimiento de los objetivos del programa nacional
y las atribuciones afines que le encomiende el titular del ejecutivo federal.

Estructura
El Consejo Nacional de protección civil está conformado, además de por el presi-
dente de la república, por los titulares de las siguientes dependencias:

• Secretaría de Gobernación
• Secretaría de Relaciones Exteriores
• Secretaría de Hacienda y Crédito Público
• Secretaría de la Defensa Nacional y de Marina
• Secretaría de Economía
• Secretaría Desarrollo Social
• Secretaría de Seguridad Pública
• Secretaría de Comunicaciones y Transportes

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 53


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

• Secretaría del Trabajo y Previsión Social


• Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales
• Secretaría de Energía
• Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural
• Secretaría de Pesca y Alimentación
• Secretaría de Educación Pública
• Secretaría de Salud
• Secretaría de Turismo
• Secretaría de la Reforma Agraria
• Procuraduría General de la República
• Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia
• Gobernadores de los estados y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México

Asimismo, los suplentes designados por cada titular: los subsecretarios de


las Secretarías, el secretario general de Gobierno (en representación del jefe de
Gobierno de la Ciudad de México) y el coordinador general de Protección Civil,
en sustitución del secretario de Gobernación.

Mecánica de operación
Las sesiones del Consejo Nacional serán convocadas por el secretario ejecutivo,
los representantes de los organismos, las entidades y las agrupaciones de carác-
ter público, privado y social; así como por los sectores académico y profesional
de los medios masivos de comunicación.
En cada una de las entidades federativas se creará y funcionará un consejo
consultivo para planear y coordinar las acciones en los sectores público, privado
y social en el ámbito de su competencia.
Los consejos en las entidades federativas se organizarán de manera similar al
Consejo Nacional y tendrán las funciones relativas para coordinar los fines de la
protección civil.
En cada uno de los municipios y las delegaciones de la Ciudad de México se
creará un consejo similar a los de las entidades federativas y tendrán las funciones
relativas para planear y coordinar las acciones afines de la protección civil.

Comité Nacional de Emergencias

El Comité Nacional de Emergencias (CNE) es el órgano encargado de coordinar


las acciones y tomar las decisiones en situaciones de emergencia y desastre, oca-
sionada por la presencia de fenómenos perturbadores que pongan en riesgo a la

CNE
población, a sus bienes y al entorno.
El CNE está constituido por el presidente de la república y en su representa-
ción por el secretario de Gobernación, por los titulares de las dependencias de la
administración pública federal y por sus representantes. El rango de todos ellos
será semejante al del director general.

54 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Introducción al Sistema Comando de Incidentes

Las funciones del Comité son:

• Analizar la situación de emergencia que afecte al país, evaluar el alcance


del impacto y formular las recomendaciones necesarias para proteger a la
población, sus bienes y el entorno.
• Proveer los medios materiales y financieros necesarios para las acciones de
auxilio, recuperación y reconstrucción.
• Vigilar el cumplimiento de las acciones acordadas y darle seguimiento a la
situación hasta que haya sido superada.
• Emitir boletines y comunicados a los medios de comunicación y al público
en general.

Centro Nacional de Comunicaciones

El Centro Nacional de Comunicaciones (Cenacom) es el órgano responsable de


recibir, concretar, procesar y distribuir la información que generan los integrantes
del Sistema Nacional de Protección Civil.

Participación social y grupos voluntarios

Para el Sistema Nacional de Protección Civil, la participación social es la respuesta


organizada, solidaria, espontánea y temporal de los grupos e individuos de la
sociedad civil en acciones de prevención, auxilio y apoyo a la población.
Los grupos voluntarios con registro vigente ante las autoridades de Pro-
tección Civil pueden participar de forma directa, activa y organizada en los
subprogramas de:

Prevención: acudiendo a las reuniones de prevención que convoque la


autoridad estatal, municipal o delegacional de protección civil en acciones
preventivas y disminución de la vulnerabilidad; tales como capacitación,
difusión, promoción de la cultura de protección civil y análisis de riesgo,
entre otros.

Auxilio: participando de manera ordenada y bajo la coordinación de las


autoridades de protección civil en los centros de operación municipales, de-
legacionales y entidades federativas en el desarrollo de tareas específicas de
su competencia para el apoyo de la atención de emergencias o desastres.

Recuperación de los grupos voluntarios registrados en su especialidad,


mediante convocatoria expresa de la autoridad; para lo cual participa-
rán en los programas o subprogramas de reconstrucción de acuerdo a
sus capacidades.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 55


Traslados o arrastres

Con la finalidad de transportar a un lugar seguro o servicio de emergencia a


una o varias personas sin agravarles las lesiones, se han desarrollado diferentes
técnicas manuales y mecánicas que se emplean según el tipo de emergencia de
que se trate.
Independientemente de la situación de que se trate, de manera general debe
cumplirse lo siguiente:

• Utilizar siempre equipo de protección personal (EPP).


• Evitar apoyarse en la columna para hacer los movimientos requeridos; en su
lugar hacer fuerza con los brazos y las piernas.
• Usar el calzado reglamentario: botas con agujetas, sin casquillo y con suela
antiderrapante.
• No sujetar nunca a los heridos por la ropa, los relojes, las alhajas, el cintu-
rón o cualquier otro accesorio.
• Procurar no correr con el lesionado, a menos que fuera necesario.
• Todos los movimientos que se efectúen deben hacer de acuerdo a la lesión
y a los padecimientos de la persona herida, lo mismo que a la situación en
la que se encuentren; como por ejemplo:
- Si está consciente o inconsciente.
- Si coopera parcial o totalmente.

56 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Traslados o arrastres

Métodos de traslado o arrastre

El traslado de una persona lesionada puede hacerse por cualquiera de estos tres
métodos: manuales, mecánicos o improvisados.

Método mecánico

El método mecánico que se utiliza para el traslado de heridos básicamente se


refiere al uso de camillas; tales como:

Camillas improvisadas
Las camillas improvisadas son muy variables ya que se usan cuando no se dispone
de otros medios; por lo mismo puede utilizarse cualquier material resistente del que
se disponga: todo depende de la inventiva y agilidad mental de quien la improvise.

Camilla marina
Se trata de una camilla plegable fabricada con tubos de aluminio reforzado y una
lona resistente de color azul con ocho espacios para que el personal de rescate y
urgencias médicas sujete firmemente al herido.

Camilla media cervical


La camilla media cervical se utiliza para inmovilizar pacientes con lesión de la
columna cervical o para respiración cardiopulmonar (RCP).

Camilla militar
La camilla militar es una camilla plegable, de peso ligero y, como se dobla en seg-
mentos, ocupa poco más de medio metro cuando está doblada pero confortable
para el herido.

Camilla pediátrica
La camilla pediátrica es muy semejante a la rígida, salvo el tamaño
y los vivos colores que suelen utilizarse para animar al infante.

Camilla rígida
La camilla rígida también es conocida como tabla o férulas cervi-
codorsolumbosacrocoxigea porque garantiza una correcta inmo-
vilización y transporte del paciente, incluso con posibles lesiones
vertebrales. En caso de ser necesario, el paciente puede ser aten-
dido directamente en la camilla.

Carro camilla
Por lo regular el carro camilla lo utilizan en las ambulancias y en los
hospitales, para facilitar y asegurar el transporte. Está hecho con
ruedas y un dispositivo de fijación que permite atar al paciente.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 57


Traslados o arrastres

Métodos manuales

Los métodos manuales se acostumbran para empujar o arrastrar por el suelo a


una persona lesionada, sin levantarla. Deben emplearse cuando el lesionado está
inconsciente y es preciso evacuarlo de un área insegura con toda rapidez.

Arrastre de bombero
El arrastre de bombero se utiliza para rescatar lesionados durante un incendio.
Por lo regular, el humo y los vapores fuertes que se producen en un incendio
tienden a subir, ubicándose en la parte superior de los cuartos y pasillos; por ello
el transporte debe hacerse arrastrándose por el suelo.
Se coloca la víctima boca arriba y se les atan las muñecas de sus manos con un
pañuelo, correa o algún otro objeto. El socorrista se coloca sobre la víctima y pasa
las manos del lesionado por encima de su cabeza, para que quede colgando; a
continuación se moviliza gateando y arrastrando a la víctima hacia un lugar seguro.

Arrastre de cangrejo
El arrastre de cangrejo es muy útil cuando no hay más que un solo rescatista y
el paciente se encuentra inconsciente en un lugar cerrado. El rescatista coloca
las axilas del lesionado sobre sus piernas para arrastrarlo hacia atrás usando las
manos y los pies de manera alternativa.

58 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Traslados o arrastres

Arrastre de metralla
El arrastre de metralla lo realizan dos personas en lugares bajos. Cada una mete
un brazo por debajo de la axila de la víctima y unen las manos por la parte de la
nuca de ella; ambas avanzan y al mismo tiempo jalan al herido.

Arrastre con manta


El arrastre con manta, sábana o cobija se usa cuando no se dispone de una cami-
lla y la distancia que debe recorrerse no es larga. Se necesitan entre tres y cinco
rescatistas para levantar al enfermo o lesionado; no debe usarse si se sospecha
de lesiones en la columna vertebral.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 59


Traslados o arrastres

Levantamiento de cuna o en brazos


El levantamiento de cuna o en brazos se acostumbra cuando la víctima no
está consciente y tampoco presenta ninguna fractura; su peso debe ser me-
nor que el del rescatista.

Métodos improvisados

En ocasiones, la situación o las condiciones de una víctima o lesionado no


permiten el uso de camillas; en esos casos deben improvisarse los métodos de
transporte. Uno de ellos es la silla formada por los rescatistas.

Silla de pulsadores
La silla de pulsadores se acostumbra para trasladar a una persona consciente
dentro de un lugar reducido que no permite las maniobras con camillas. Antes
que otra cosa debe verificarse si la silla puede soportar el peso del herido.

60 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Traslados o arrastres

A continuación, uno de los rescatistas se coloca en la espalda de la silla y el


otro al frente, viendo al lesionado de preferencia.

Con un elemento en cada uno


Este método se utiliza para personas fracturadas a punto de perder el cono-
cimiento. Se coloca un socorrista de cada lado con la finalidad de asegurar el
traslado de la víctima.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 61


Uso de cuerdas, nudos
y anclajes

Saber utilizar las cuerdas, los nudos y los anclajes es un conocimiento esencial para
el rescate urbano, ya que permite intervenir en sitios profundos o altos de manera
adecuada en las labores de aproximación, evacuación y rescate de víctimas.

Cuerdas

La cuerda es un conjunto de hilos de material flexible, trenzados o tejidos, que


forman un solo cuerpo. Hay una gran variedad de cuerdas, todo depende de su
diámetro y su extensión; para identificarlas es preciso conocer las partes que la
componen: cuerpo, mena, alma y forro.
El cuerpo es la extensión longitudinal de la cuerda; la mena, su diámetro o
grosor; el alma, los pequeños filamentos entrelazados que la constituyen para
darle forma; y el forro, la envoltura externa con la que se le identifica: también se
le conoce como camisa o kernmantlel.
Si bien el uso que se le dará a la cuerda depende del material del que se haya
fabricado y de su grosor, en general se destinan para uso personal, deportivo o
de rescate.

62 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Uso de cuerdas, nudos y anclajes

Clasificación de las cuerdas por su uso

Uso Grosor

Personal 9 mm

Cordadas, rappel, tirolesa 11 mm

Rescate, cordadas, rappel, tirolesa 11 a 13 mm

Resistencia de las cuerdas

La variedad de resistencia y nivel de tensión que poseen las cuerdas es muy am-
plio, no obstante tienen un límite de peso por centímetro cuadrado; ese límite
determina su ruptura, por lo tanto es importante saber cuánto peso es capaz de
sostener cada cuerda para no exponerla a su máximo punto de tensión y evitar
accidentes por esta causa.
Por sus características y alta resistencia, las cuerdas de perlón son las más uti-
lizadas; pero también porque su envoltura externa y sus colores contrastantes le
añaden ventajas extras para identificarlas a distancia. En las cuerdas de perlón es
en las que más se aprecia el alma y el forro.

Clasificación de las cuerdas por su tipo


Material Mena Resistencia Peso

Nylon 9 mm 2016 kg 359.63 gcm

Perlón 9 mm 576 0 kg 581.10 gcm

Nylon 11 mm 3916.8 kg 664.11 gcm

Perlón 11 mm 6336 kg 650.28 gcm

Perlón 13 mm 6940 kg 720.14 gcm

Perlón 19 mm 7588 kg 930.72 gcm

Dacron 13 mm 3640 kg 376.80 gcm

Dacron 19 mm 5849 kg 536.21 gcm

Tipos de cuerda

Son diversos los tipos de cuerdas que pueden encontrarse en el mercado, todo
depende del material con el que hayan sido fabricadas: con fibras vegetales, con
fibras de origen animal o con materiales artificiales.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 63


Uso de cuerdas, nudos y anclajes

Cuerdas naturales o vegetales


Las cuerdas naturales o vegetales tienen la característica de que se
tensan, lo que hace que su peso aumente y se limite su resistencia.
Las cuerdas de fibra vegetal son fácil de identificar por sus filamen-
tos discontinuos y retorcidos que aumentan la fricción y cohesión
entre ellos, haciendo que en apariencia también se incremente su
resistencia; aunque en los hechos se ha demostrado que no es así.
Concretamente las cuerdas de algodón se caracterizan por su
alto límite de seguridad y resistencia, debido al diámetro y bajo peso
que poseen, en comparación con las cuerdas de sisal: reconocidas
por su poca elasticidad y pesadez para maniobrar cuando están
mojadas.

Cuerdas de producto animal


Las cuerdas fabricadas con piel (cuero) de animal se caracterizan
por su resistencia a la tensión, uniformemente acelerada.

Cuerdas artificiales
Las cuerdas sintéticas o artificiales están fabricadas a base de pro-
ductos obtenidos por medios químicos; tanto de origen orgánico
(vegetales, caucho o resina) como inorgánico (hidrocarburos o
petróleo).
Uno de los principales problemas de las cuerdas artificiales es
que si se exponen al calor, después de un tiempo ven reducida su
resistencia.
Una de las cuerdas más recomendables para el rescate urbano
son las de perlón, fabricadas con propileno (similar al nylon), ya que
su cuerpo o alma presenta un tejido recubierto por una cobertura
que preserva el interior.

Recomendaciones importantes

• Enrolle las cuerdas de manera adecuada.


• No las almacene en el mismo lugar donde acopia solventes como gasolina,
aceite, thiner, aguarrás, ácidos o cualquier otra sustancia tóxica.
• No guarde las cuerdas de nylon o perlón en la acción directa de la luz solar.
• No coloque las cuerdas cerca de radiadores o aparatos que generen calor.
• No pise ni arrastre la cuerda para evitarle daños internos.
• Mantenga la cuerda seca; si se mojó durante su uso, espere a que se seque
antes de guardarla.
• No cargue la cuerda con ningún peso por tiempo prolongado.
• No cuelgue la cuerda con clavos.
• Evite guardar la cuerda con nudos o puntos torcidos.
• No use la cuerda para remolcar vehículos.
• Revise la cuerda antes y después de cada actividad.

64 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Uso de cuerdas, nudos y anclajes

Nudos

Un nudo es un hilo, lazo o cuerda que se entrelaza por sus extremos y cuanto
más se estira por uno o ambos extremos, más apretado queda; de modo que
con dificultad se pueda soltar por sí solo.
Los nudos utilizados en acciones de rescate deben reunir las siguientes
características:

• Ser sencillo en su manufactura.


• No estar cruzado o encimado.
• Ser lo suficientemente firme que nunca pueda deshacerse por sí solo.
• No ser corredizo.
• Ser fácil de deshacer por el rescatador.

Clasificación de nudos

En el rescate urbano los nudos son diferentes a los utilizados en la montaña o en


el excursionismo; se clasifican según el servicio que proporcionan: por su utilidad
o por la forma como se aplican. De ahí que se identifiquen tres tipos esenciales
de nudos: personales, especiales y auxiliares.

Nudos personales
Los nudos personales son aquellos que tienen contacto directo con nuestro
cuerpo; los más utilizados son:

As de guía: nudo sencillo, no corredizo, con la principal característica de


que puede usarse cualquier parte de la cuerda para encordarnos a ella; en
la mitad o en los extremos.

Nudo llano (también llamado cuadrado o marinero): tiene la función de


unir dos cuerdas del mismo diámetro y con las mismas características; se
recomienda rematarlo con un nudo de control.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 65


Uso de cuerdas, nudos y anclajes

Ojo de pájaro (también llamado nudo de guías): es un nudo rápido y sen-


cillo que se emplea para unir o asegurar a alguien en una línea en cualquier
parte de ella.

Nudos especiales
Los nudos especiales se denominan así porque se usan para colocar una cuerda
fija o un pasamano, efectuar un descenso o unir dos cuerdas iguales o diferentes
en un rescate. Pueden ser de dos tipos:

Nudo de pescador: permite unir dos cuerdas de igual mena, tanto moja-
das como secas; es un nudo fácil de hacer y deshacer.

Nudo de margarita: se usa para acortar o reforzar una cuerda sin necesi-
dad de seccionarla (cortarla).

Nudos auxiliares
Los nudos auxiliares son los más importantes para las maniobras de rescate, ya
que su utilidad es muy amplia; aunque lo más común es que se utilicen para ase-
gurar, bloquear o detener algo. Los más conocidos son los siguientes:

66 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Uso de cuerdas, nudos y anclajes

Nudo estribo o leñador: es un punto de apoyo muy útil y seguro; sobre


todo si se combina con el nudo presilla de alondra, muy utilizado para as-
cender o descender por una cuerda fija.

Nudo ocho: llamado así porque su forma es semejante al número ocho;


se caracteriza por su doble recorrido de la cuerda. Además de ser un nudo
sencillo, brinda seguridad al rescatista ya que equilibra su esfuerzo a lo lar-
go del recorrido.

Nudo simple o de seguridad: sirve para asegurar los nudos.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 67


Uso de cuerdas, nudos y anclajes

Nudo ballestrinque: se caracteriza por su rapidez y sencillez de manu-


factura, contrarias a la dificultad para que se deshaga; por lo mismo es
muy utilizado en un encamillado, para asegurar los pies o las manos del
lesionado.

Nudo presilla de alondra: es muy útil para sujetar un tronco a una cuerda
de forma temporal, siempre y cuando se consiga una fuerte presión sobre
él; también puede utilizarse para atar la soga a un gancho o a una argolla.
Se trata de un nudo simple con un tronco o gancho atravesado.

Arneses

Los arneses son un conjunto de cintas planas o tubulares que se fabrican con
hilos espirales para hacerlos resistentes al desgaste. Pueden ajustarse a las dife-
rentes partes del cuerpo como la cintura, la región dorsal o las piernas; terminan
con ojales o asas donde se sujetan mosquetones para asegurarse a un punto de
anclaje o cuerda.

68 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Uso de cuerdas, nudos y anclajes

Mosquetones de seguridad

Un mosquetón de seguridad es un utensilio de acero o de aleaciones ligeras de


aluminio, adaptado a diversas formas; se trata de un equipo delicado ya que el
usuario deposita en él su integridad física o la de otra persona.
Hay diferentes tipos de mosquetones, pero en general se dividen en los que
tienen o no seguro de apertura. Los mosquetones de seguridad se incluyen en
el primer tipo: los que poseen cierre de seguridad para evitar que se abran de
manera involuntaria.
Suelen utilizarse para las prácticas de responsabilidad, como reuniones,
autoaseguramientos, cuerdas fijas y demás.
La resistencia de los mosquetones de seguridad se mide en kilonewtons (kn),
no en kilogramos. El newton es una medida de fuerza equivalente a la fuerza
que habría que ejercerse con un kilogramo de masa para acelerar un metro de
distancia.

Identificación de los mosquetones


Sigla Característica
N Resisten más de 900 kn abiertos
L Resisten 600 kn abiertos
K Se usan en vías ferrarias
H o HMS Únicos para el uso de nudos dinámicos por su amplia curvatura
y planos en el lado de la cuerda, para que el nudo dinámico
actúe igual en todo su recorrido.

Ocho de rescate

El ocho de rescate es un dispositivo generalmen-


te fabricado en aluminio, con la característica de
que, para disminuir su peso, se compone de una
pieza formada por dos aros de distinto diámetro
unidos por un cuerpo central.
El círculo de mayor diámetro del ocho de
rescate sirve para pasar la cuerda que rodea el
dispositivo y permitir la fricción en el cuerpo cen-
tral; el círculo de menor diámetro se usa para
pasar un mosquetón y unir el ocho con un arnés.
El principio fundamental de este dispositivo
se basa en la fricción que la cuerda produce a
su paso por el ocho, lo que permite controlar la
velocidad del descenso.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 69


Uso de cuerdas, nudos y anclajes

Es importante tomar en cuenta que estos sistemas no se bloquean de manera


automática al usarlos, por lo mismo es necesario tomar todas las precauciones
posibles antes de utilizarlos; además, de preferencia deben utilizarse guantes
para mejorar el agarre de la cuerda.

Anclajes

El anclaje es la técnica que permite fijar, asegurar y anclar lo mismo cuerdas,


cintas, cables o sogas a una pared o un rizo, por ejemplo, con el fin de efectuar
ascensos y descensos de cargas.
Para hacer los anclajes se utiliza una gran variedad de anclas o puntos de
apoyo, como estacas, postes, árboles, vehículos o cimientos, por señalar algunos.
Los anclajes se llevan a cabo utilizando los nudos as de guía y nudo ocho,
con argolla.

Anclajes naturales
Los anclajes naturales son aquellos que el medio ambiente ofrece para colocar,
fijar y asegurar estructuras donde se permita ascender o descender.

Anclajes naturales son los árboles, arbustos, rocas, columnas de hielo, paredes rocosas y
montículos, entre otros.

Es importante usar con prudencia este tipo de anclajes, ya que es difícil eva-
luar su resistencia, soporte y duración.

Anclajes artificiales
Los anclajes artificiales están diseñados para colocar, fijar y asegurar estructuras
donde sea posible ascender o descender.

70 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Uso de cuerdas, nudos y anclajes

Anclajes estructurales
Los anclajes estructurales se usan para fijarlos en superficies verticales, horizonta-
les e inclinadas; como paredes, columnas o dinteles, por ejemplo.

Anclajes provisionales o transportables


Los anclajes provisionales, también llamados transportables, tienen la caracterís-
tica de que se pueden fijar y retirar sin dificultad.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 71


Primeros auxilios básicos

Cuando ocurre una emergencia deben llevarse a cabo determinados princi-


pios de acción. Estos principios suelen agruparse en dos niveles: primarios y
secundarios.

Evaluación primaria

Independientemente del riesgo de que se trate, al presentarse una situación de


emergencia lo primero que se debe hacer es evaluar la escena y determinar la
seguridad del lugar.
Una vez que se tiene la certeza de que la persona afectada se encuentra en un
lugar seguro se procede a aplicarle los primeros auxilios.

Llamar a la ambulancia

Llamar a una ambulancia es una habilidad muy útil cuando se está en un estado
de emergencia, por eso es muy importante mantener la calma y dar la informa-
ción precisa, como la siguiente:

• Nombre de quien habla.


• Ubicación exacta.

72 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

• Explicar lo que sucedió.


• Informar si hay víctimas y, en caso de que así sea, decir cuántas y cuál es la
causa.
• Notificar si se está teniendo ayuda o no.

Técnica ABC

Se llama técnica ABC porque cada una de las letras indica la acción que debe
seguirse.

Abrir las vías (el lugar por donde pasa el aire)


Buscar la respiración
Circulación
Concretamente la técnica consiste en:

1. Abrir las vías levantando la cara del afectado desde la barbilla para levantar
la lengua, ya que suele estorbar.

2. Buscar la respiración aplicando la técnica VES (ver, escuchar y sentir si sale aire).
Escuche y vea durante cinco segundos si el tórax se mueve.
En caso de que no haya respiración, aplique dos respiraciones grandes
seguidas.
En adultos la frecuencia debe ser de 12 a 20 veces por minuto.

3. Buscar el pulso en el cuello para confirmar si lo hay o no.


Coloque dos o tres dedos junto a la manzana de Adán durante 10 segundos.
Cuando la persona tiene pulso pero no respira, tome en cuenta que el ce-
rebro puede resistir hasta seis minutos sin oxígeno.
Cuando la persona empiece a respirar, gírela hacia un lado.

Reanimación cardiopulmonar (RCP)

Las siglas RCP se refieren a la reanimación cardiopulmonar


y únicamente se aplica cuando la persona no tiene pulso y
tampoco respira.

Compresiones
La técnica de respiración cardiopulmonar consiste en efec-
tuar una serie de opresiones sobre el esternón del afectado.
Antes de comenzar es importante reconocer el rango de
edad de la persona afectada.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 73


Primeros auxilios básicos

• Si es un bebé (de días de nacido hasta un año) se comprime el esternón con


dos dedos.
• Si es un niño o niña de entre dos y ocho años se comprime un área de 2.5
a 3.5 centímetros del esternón con una mano.
• Si es una persona de más de nueve años se comprime un área de 3.5 a 5
centímetros del esternón con ambas manos.

Las opresiones se realizan de la siguiente manera y en el siguiente orden:

1. Coloque dos dedos en la zona de compresión: sobre el esternón (en el


triángulo debajo de los huesos).

2. Encima apoye la palma de la otra mano.

3. Presione la mano de los dos dedos estirando los brazos y apretando la


apófisis xifoides con el peso del cuerpo.

En todos los casos se efectúan cuatro series de 15 compresiones y nunca debe


dejarse sola a la persona.
Las compresiones se suspenden cuando ocurre alguna de las siguientes
situaciones:

• Por cansancio.
• Cuando hay un relevo.
• Cuando llega la ambulancia.
• Cuando el paciente reacciona.

Evaluación secundaria

Una vez eliminadas las lesiones que pueden causar la muerte, la segunda eva-
luación facilita el establecimiento de prioridades. Por lo regular se lleva a cabo
dentro de la ambulancia, sin importar si la persona está consciente o inconsciente.
La evaluación secundaria consta de cuatro etapas: historial clínico, toma de
signos vitales, revisión de cabeza a pies y reevaluación.

Historial clínico

Para elaborar el historial clínico deben hacerse preguntas como las siguientes:

• ¿Qué le duele?
• ¿Qué le pasó?
• ¿Dónde está el dolor?
• ¿Es alérgico a algún medicamento?
• ¿Qué medicamentos toma?

74 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

• ¿Está operado?
• ¿A qué hora fue su última ingesta de alimentos?
• ¿Vomitó?
• ¿Qué estaba haciendo?

Claves para anotar en el historial del paciente


Con la finalidad de agilizar las anotaciones en el historial del paciente, se acostumbra
emplear las siguientes letras para referirse a las situaciones que les corresponden.

S: Síntomas
A: Alergias
M: Medicamentos
P: Padecimientos
L: La última comida
E: Eventos previos

Signos vitales

Los signos vitales son las funciones corporales más básicas del ser humano.
Generalmente suelen medirse para valorar el estado de salud de una persona.
Los signos vitales se componen de cuatro elementos:

• Temperatura
• Pulso (frecuencia cardiaca)
• Tensión arterial
• Frecuencia respiratoria

Parámetros normales
Los signos vitales varían según el rango de edad que se posea. Por lo regular los
menores de edad tienen un mayor nivel de frecuencias cardiaca y respiratoria,
como se observa en el siguiente cuadro:

Edad Temperatura Tensión arterial Frecuencia cardiaca Frecuencia respiratoria


normal (latidos por minuto) normal (respiraciones
por minuto)

Neonato 36 a 37.6 grados centígrados inferior a 90/55 mmHg 110-160 30-50


0-5 meses 36 a 37.6 grados centígrados inferior a 90/55 mmHg 90-190 25-45
6-12 meses 36 a 37.6 grados centígrados inferior a 90/55 mmHg 80-140 20-40
1-3 años 35 a 37 grados centígrados 140/90 mmHg 80-130 20-35
3-5 años 35 a 37 grados centígrados 140/90 mmHg 80-120 20-30
6-10 años 35 a 37 grados centígrados 140/90 mmHg 70-110 15-30
11-14 años 35 a 37 grados centígrados 140/90 mmHg 60-105 12-20
15+ años 35 a 37 grados centígrados 140/90 mmHg 60-100 12-19

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 75


Primeros auxilios básicos

Rastros de peligro
• Si la respiración de un adulto es menor a 8 o más de 24.
• Cuando la presión arterial es de 130/90 o más, o de 100/80 o menos.
• Si la presión es de 80/40 indica que hay baja de azúcar.

Medición
El pulso o frecuencia cardiaca se mide con estetoscopio o tocando la muñeca de
la persona con los dedos índice y medio: se cuentan las pulsaciones durante 15
segundos y se multiplican por cuatro.
El cuerpo humano tiene una bomba (corazón), un sistema de tubería (venas y
arterias) y agua (sangre); para saber si todo funciona correctamente se verifica la
presión arterial y se mide en milímetros de mercurio.
La primera cantidad mide la sístole, o sea la presión con la que sale la sangre (cuan-
do se contrae); la segunda cantidad mide la diástole, que es cuando se dilata.
La presión arterial se toma con un baumanómetro y un estetoscopio. Las man-
gueras del baumanómetro se colocan en el pliegue del brazo y el estetoscopio en
el lugar donde se sienta el pulso del brazo.
El baumanómetro debe inflarse aproximadamente 20 mm o más, hasta que
no se oiga el pulso. Cuando la aguja regresa y se escuche el primer pulso, es el
primer valor que se considera; el último pulso es el segundo valor que se anota.

Revisión de cabeza a pies

Luego de haberse tomado los signos vitales, se procede a valorar a la persona


afectada comenzando por la cabeza y terminando en los pies. Entre las pautas
generales que deben seguirse destacan:

Cabeza
• Al revisar la cabeza hay que identificar si es grande, chica o deforme.
• Revisar si hay sangrados o hundimientos.
• Verificar si hay sangrado del oído o moretones detrás de él.

Cara
Para corroborar el estado de la cara, hay que revisar la frente, las meji-
llas, la barbilla, la mandíbula, los ojos, los pómulos, la boca, la nariz (si
está chueca o rota), si hay raspones y cuál es el estado de la lengua y
los dientes, entre otros detalles que puedan observarse a simple vista.

Pupilas
Observar el tamaño de las pupilas permite descartar:

• anisocoria (tamaños distintos)


• pupilas mióticas (chicas)
• pupilas midriáticas (grandes)

76 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

Cuello
Los problemas en el cuello pueden reflejar:

• fracturas óseas (huesos).


• afectación en la tráquea (bebida).
• alteración en el esófago (comida).
• problema en las carótidas (venas).

Tórax
Al inspeccionar el tórax se revisa si hay deformidad, heridas, raspones o alguna
otra alteración; para ello:

• Se hacen palpaciones con la intención de sentir los huesos del hombro


(clavículas).
• Se tocan las costillas con las manos abiertas.
• Se auscultan los huesos debajo de la clavícula (arriba de la axila y debajo del
hombro) con el estetoscopio.

Abdomen
Para explorar el abdomen se empieza tocando desde el punto más lejano al
dolor hasta el punto donde la persona manifiesta la molestia. Con la finalidad
de asegurar que la valoración sea completa, se sigue un orden establecido por
cuadrantes:

• CSD (cuadrante superior derecho): hígado, vesícula, páncreas, intestinos.


• CSI (cuadrante superior izquierdo): estómago, páncreas, bazo, intestinos.
• CID (cuadrante inferior derecho): vejiga, ovarios, útero, intestinos.
• CII (cuadrante inferior izquierdo): vejiga, ovarios, útero, intestinos.

Pelvis (caderas)
Para identificar si la persona tiene algún problema en la pelvis:

• Se toman los huesos de las caderas y se aprietan hacia


adentro y hacia afuera: si se escucha algún sonido o se
siente que algo se mueve, la cadera está rota.

Extremidades (brazos y piernas)


La exploración de las extremidades ayuda a identificar si hay heridas, roturas o
hemorragias.
Además de inspeccionar de lo más lejos a lo más cerca al tronco corporal, se
verifica el pulso, la sensibilidad y la movilidad de cada extremidad.

Espalda
Se pasa la mano abierta por toda la espalda.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 77


Primeros auxilios básicos

Escala de coma de Glasgow

La escala de coma de Glasgow es una escala diseñada para evaluar el nivel de


consciencia de los seres humanos. Lo más común es que se use para determinar
el estado de conciencia para las víctimas de traumatismo craneoencefálico (TCE).

Apertura ocular Respuesta motora


Espontánea 4 Espontánea 6
Orden verbal 3 Dolor localizado 5
Se abren por dolor 2 Retira al dolor 4
No responde 1 Flexión anormal 3
Daño cerebral 2
Respuesta verbal No responde 1
Espontánea 5
Respuesta confusa 4 Puntuación
Incoherencias 3 14 - 15 Normal
Sonidos incomprensibles 2 8 - 13 Delicado
No responde 1 3 - 7 Crítico

Principales emergencias

Reanimación respiratoria
(cuando hay pulso pero no respira)

La Asociación Americana para Personal Brigadista excluyó de su programa de


enseñanza las técnicas de ventilación, ya que sólo el personal profesional o de
alto entrenamiento puede aplicarlas. En el protocolo, únicamente se les adiestra
en RCP.
Pese a que las medidas de reanimación respiratoria se aplican según el rango
de edad de la persona afectada, en todos los casos debe evaluarse primero la
escena y, en caso necesario, pedir auxilio.
Luego de haber comprobado que el lugar es seguro, debe preguntársele al
afectado si se encuentra bien. En caso de que esté inconsciente, se ejecuta la
técnica B (buscar la respiración) hasta escuchar un par de respiros, y se toma el
pulso (paso C, circulación).

Ventilación en bebés (de 1 día a 1 año)


Pregúntele al bebé si está bien y déle golpecitos en los pies. Si está inconsciente,
abra las vías y manténgale la cabeza recta con relación al cuerpo, colocando una
mano en su frente. Compruebe que el lóbulo de la oreja se dirige al hombro
(posición neutral).

78 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

Busque la respiración durante cinco segundos mediante la técnica VES (ver, es-
cuchar y sentir si sale aire). Sople dos veces con el aire que quepa en las mejillas,
echando el aire en la nariz y la boca al mismo tiempo. Abra mucho la boca.
Tome el pulso braquial debajo del bíceps, apretando con los dedos índice y
medio durante 10 segundos. Llame a la ambulancia.
Comience la reanimación con una ventilación cada tres segundos durante 20
ocasiones.

Cuente 1, 1 y sople; 1, 2 y sople; 1, 3 y sople… así hasta llegar al número 20 y ejecute las
técnicas B y C.

Ventilación en niños (de 2 a 8 años)


Si la persona esta inconsciente emplee la posición neutral plus para
abrir las vías respiratorias, de manera moderada.
Sóplele a medio pulmón cada tres segundos y espere dos segundos
antes de repetirlo. Puede volver a hacerlo hasta 20 veces.

Cuente 1 y 2 y sople; 2, 2 y sople; 3, 2 y sople… continúe hasta el número 20


y ejecute de nuevo la técnica BC.

Ventilación en adultos (de 9 años en adelante)


Si el paciente tiene pulso pero no respira (apnea) dele respiración de dos
segundos y descanse cinco segundos antes de repetirlo.
Evalúe al paciente cada minuto (reanimación cardiovascular).
Espere tres segundos y sople dos veces no más de 12 veces hasta llegar al minuto.

Cuente 1, 2, 1 y sople; 1, 2, 2 y sople; 1, 2, 3 y sople... así hasta llegar al 12 y efectuar las


técnicas B y C.

Reanimación cardiopulmonar
(cuando no hay ni pulso ni respiración)

Reanimación en bebés (de 1 día a 1 año)


Los bebés pueden tener paros cardiorrespiratorios por lesiones o por falta de
oxígeno. Si es el caso:

• Ejecute la técnica ABC


• Oprima cinco veces en medio de los pezones y haga una ventilación 20 veces.
• Verifique si se reanudó la respiración y se le siente el pulso.

Cuente 1, 2, 3, 4, 1 y sople; 1, 2, 3, 4, 2 y sople; 1, 2, 3, 4, 3 y sople… así hasta llegar al


número 20 antes de verificar la respiración y el pulso del bebé.

Suele ocurrir que a algunos bebés se les olvida respirar casi siempre por la
noche: a eso se le conoce como muerte súbita o muerte de cuna.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 79


Primeros auxilios básicos

Reanimación en niños (de 2 a 8 años)


• Ejecute la técnica ABC.
• Verifique si el pequeño está respirando y si tiene pulso.
• Presione en la zona de comprensión (arriba del triángulo donde se unen los
huesos) a una profundidad de entre 2.5 y 3.5 centímetros.
• Aplique RCP utilizando el ciclo 5 × 1 × 20; es decir, en 20 ocasiones sople
cinco veces antes de verificar la técnica BC y empezar de nuevo. Puede ha-
cerlo una sola persona o turnarse con otra.
Si cuenta con un relevo, la primera persona que atienda al pequeño debe
realizar AB y solicitar la ambulancia; mientras su relevo coloca las manos
entre B y C para hacer las compresiones y luego verificar C. Inmediatamente
empieza de nuevo la primera persona.

Cuente 1, 2, 3, 4, 1 y sople; 1, 2, 3, 4, 2 y sople; 1, 2, 3, 4, 3 y sople… así hasta el número


20 antes de tomar el pulso y la respiración juntos durante 10 segundos.

Reanimación en adultos (de 9 años en adelante)


• Ejecute la técnica ABC.
• Verifique si la persona respira y si tiene pulso.
• Realice 15 compresiones y dos soplos en cuatro ocasiones para completar
el ciclo (60 compresiones). Después de ese lapso verifique de nuevo B y C.
• Oprima cinco veces y sople una vez en 12 ocasiones (ciclo 5 x 1 x 12).

También puede emplearse el ciclo 15 × 2 × 4 (15 compresiones y un soplido,


repetido cuatro veces). Cuando una persona empieza una técnica y el agotamiento
hace que otra tenga que relevarla, antes de hacerlo debe evaluarse si cambia de un
ciclo a otro o continúa con el que se empezó.
Eso sí, la primera persona debe realizar
AB y solicitar la ambulancia, mientras su
relevo coloca las manos entre B y C para
hacer las compresiones antes de verificar C
y empezar de nuevo.

Cuente 1, 2, 3, 4, 1 y sople; 1, 2, 3, 4, 2 y sople; 1,


2, 3, 4, 3 y sople… así hasta el número 12 antes
de tomar el pulso y la respiración juntos durante
10 segundos.

Si al preguntarle a la persona cómo se


encuentra responde que bien, no se aplican
las técnicas A (abrir las vías) y B (buscar la
respiración) sino únicamente la C (determi-
nar si tiene pulso).

80 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

Atragantamiento (Heimlich)

Un atragantamiento ocurre cuando se obs-


truyen las vías de respiración. Antes de cual-
quier cosa evalúe la escena y pida auxilio si es
necesario.

Atragantamiento en bebés
(de 1 día a 1 año)
• Pregúntele al bebé si está bien y dele
golpecitos en los pies. Si responde poco
o tose con dificultad significa que está
atragantado.
• Cargue al bebé boca arriba tomándolo
de la nuca con una mano y colocando
los piecitos sobre su pecho: la idea es
que el cuerpo del pequeño descanse so-
bre el brazo de usted.
• Dele cinco pequeños golpes en la es-
palda, entre las axilas, con el talón de la mano.
• Coloque los dedos de la otra mano en la mandíbula del bebé para voltearlo
boca abajo; repose los piecitos del pequeño en el bíceps de usted.
• Busque el punto medio entre los pezones del menor (un dedo abajo) y pre-
sione con los dedos rectos en medio de ellos; aproximadamente entre 1.5 y
2.5 centímetros.
• No realice barrido o limpieza a ciegas.
• Revise de nuevo.
• Si los soplos no entran, vuelva a intentarlo.
• Empiece de nuevo.
• Si encuentra el objeto y le es posible verlo, sáquelo. No olvide que casi siem-
pre donde hay un objeto, hay dos.

Atragantamiento en niños (de 2 a 8 años) y adultos


(de 9 años en adelante)
• Antes de ejecutar la técnica AB, pregúntele a la persona si está atragantada.
• Si la persona está de pie pídale que abra las piernas y las manos.
• Colóquese detrás de la persona y ponga el puño derecho arriba de su
ombligo; con la otra mano presione muy fuerte las dos manos hacia
adentro.
• Si la persona tiene mucho sobrepeso o está acostado, presione cinco veces
arriba del ombligo.
• Con la técnica B haga cinco compresiones e intente sacar el objeto de la
boca abriendo la vía y metiendo el dedo para sacarlo.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 81


Primeros auxilios básicos

Ataque cardiaco

Un infarto, ataque cardiaco o ataque al corazón sobre-


viene cuando de pronto se obstruye el flujo de sangre
con oxígeno que llega a una parte del músculo cardia-
co, pero el corazón no puede obtener ese oxígeno. Si
el flujo de sangre no se restablece rápidamente, esa
parte del músculo cardiaco empieza a morir.

Síntomas
• Dolor en el pecho.
• Sudor.
• Náuseas.
• Falta de aliento.

¿Qué hacer?
• Reconocer qué tiene la persona y entrar en acción.
• Evitar que se mueva mucho.
• Llamar a la ambulancia.

Hemorragias

Con la palabra hemorragia se nombrar la salida de la sangre cuando se rompen los


vasos sanguíneos fuera del sistema cardiovascular. Hay dos tipos de hemorragias:

• Externa, cuando se corta la piel.


• Interna: cuando se rompen los vasos sanguíneos.

Si la sangre gotea desde un vaso sanguíneo pero no sale del cuerpo, se trata de una he-
morragia interna

Aunque también hay hemorragia cuando la sangre sale del cuerpo a través de
un orificio natural, como las fosas nasales, la boca o la vagina.

Hemorragia externa

Para ayudar a una persona que sufre una hemorragia ex-


terna:

• Quite primero la causa; es decir, detenga el sangrado.


• Use guantes, tapabocas y lentes.
• Ejerza presión directa sobre la herida durante cinco se-
gundos con cualquier tela limpia: esto permite coagular la
sangre para que se forme una costra.

82 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

• Aplique una venda de presión cuando no puede presionar en la herida.


• Coloque a la persona afectada en posición antishock con la finalidad de
que la herida esté arriba del corazón. Para esto levante las piernas del heri-
do aproximadamente 30 centímetros.
• Presione el bíceps o cualquier arteria principal, entre el corazón y la herida.

Hemorragia interna

Una hemorragia interna, por razones obvias, no es fácil detectar; sin embargo es
importante poder identificar cuando la persona está sufriendo una hemorragia
cerebral, ya que debe actuarse de inmediato pues se encuentra ante una emer-
gencia y hay que actuar con prontitud para llevarla de inmediato al hospital.

Cuando hay hemorragia cerebral la sangre sale por las orejas o por la nariz, o se le oscure-
cen los párpados dando la impresión de tener ojos de mapache.

Una hemorragia interna puede deberse a causas externas como un accidente


automovilístico o una herida de bala o de arma blanca.
Algunas enfermedades también pueden dar lugar a una hemorragia interna
debido a que se rompen los vasos sanguíneos como resultado de la presión arte-
rial alta, por varices esofágicas o úlceras pépticas.

Shock hipovolémico

Una persona puede caer en estado de shock cuando padece una pérdida grave
de sangre o de líquido y ello hace que el corazón disminuya su capacidad de
bombeo; como consecuencia se reduce la facultad de respiración.
Este tipo de shock se conoce como shock hipovolémico y es una afección de
emergencia porque puede hacer que muchos órganos dejen de funcionar. Las
causas pueden ser:

• Una herida.
• Otra lesión.
• Sangrado interno, como en el tracto gastrointestinal.

La primera fase del estado de emergencia se conoce como shock compensado y


ocurre cuando el organismo intenta preservar la función de sus órganos vitales.

Síntomas de shock compensado


Se sabe que una persona está pasando por un estado de shock compensado
cuando su pulso y su respiración se aceleran, está muy nervioso, su piel está pá-
lida y su temperatura es fría y húmeda.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 83


Primeros auxilios básicos

¿Qué hacer?
• Coloque a la persona en posición de Trendelemburg (con la cabeza más
baja que los pies) para que la sangre circule más fácilmente hacia el cora-
zón. No lo haga si se trata de una embarazada o cuando hay trauma en
pelvis, columna o fémur.
• Mantenga la temperatura de la persona afectada.

Síntomas de shock descompensado


Cuando los mecanismos de compensación del cuerpo humano se ven sobre-
pasados, la persona afectada entra en una segunda fase conocida como shock
descompensado. Los signos son muy semejantes a los de la primera fase, pero
con mayor intensidad:

• El corazón de la persona ya no compensa.


• Su pulso y su respiración están muy acelerados.
• Su estado nervioso está muy alterado.
• Su temperatura es fría y húmeda.

Síntomas de shock irreversible


Si el shock no se corrige, las posibilidades de que sobreviva el paciente se redu-
cen y entra en una fase irreversible donde la resucitación es difícil. Entra en lo que
se conoce como etapa final o fase terminal.
Los síntomas del shock irreversible se manifiestan con:

• Pulso muy lento.


• Respiración rápida y lenta hasta que la persona fallece.

Apoplejía

La apoplejía ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se in-


terrumpe a causa de alguna de estas dos posibles afecciones:

• Por la hemorragia dentro de un órgano.


• Por un coágulo de sangre que tapona un vaso sanguí-
neo que se dirige hacia un determinado órgano.
• La apoplejía suprarrenal es un sangrado dentro de las glán-
dulas suprarrenales; la apoplejía hipofisaria es un san-
grado dentro de la hipófisis.

Síntomas
Los síntomas que caracterizan una apoplejía son:

• Presión alta.
• Fuerte dolor de cabeza.

84 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

• Parálisis de la mitad de la cara (hemiplejia).


• Comportamiento raro hasta perder la conciencia.

¿Qué hacer?
Cuando el paciente pierde la conciencia, es muy importante hablarle por su nombre.

• Si le escucha, arrópelo para mantener su temperatura corporal.


• Trasládelo a un hospital.
• Oxigénelo.

Quemaduras

La quemadura es una lesión que sufre la piel a causa


del sol, del fuego o de alguna sustancia corrosiva o
cáustica provocando una súbita deshidratación en el
tejido. Las quemaduras se clasifican en tres grados,
según su profundidad.

Primer grado
Una quemadura de primer grado es cuando se
daña la epidermis o primera capa de la piel.

• La persona siente dolor en la zona afectada.


• La piel está roja e hinchada (lo que conocemos como llaga o ámpula).
• La temperatura en la zona afectada es alta.

¿Qué hacer?
Ante una quemadura de primer grado lo primero que debe hacerse es aplicar
abundante agua fresca en chorro.

Segundo grado

Cuando además de la primera capa de la piel se afecta la dermis (segunda capa),


se trata de una quemadura de segundo grado.
Al igual que en la quemadura de primer grado, hay dolor, la piel está roja con
llagas o ámpulas y su temperatura es alta.

¿Qué hacer?
En este caso se aplica el chorro de agua con moderación, para no romper las
ámpulas.
Si las ámpulas ya reventaron, cúbralas con un paño húmedo.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 85


Primeros auxilios básicos

Tercer grado

En la quemadura de tercer grado no sólo se han dañado la primera y segunda


capas de la piel, sino también la tercera; es decir, el tejido graso ha sido afectado.
Como se queman los nervios, la persona no siente dolor y el aspecto de la
piel puede hacerse negro (como si fuera carbón) o blanco (como cera derretida).
En las quemaduras de tercer grado no se forman ámpulas o llagas, pero la
temperatura sí es muy elevada.

Qué hacer
• Mida la extensión de la quemadura. Cuando las quemaduras de tercer gra-
do abarcan más de 1% de la superficie corporal son muy peligrosas. La for-
ma de medirlas es con la mano, porque ésta representa el 1% del cuerpo.
• Cubra la piel con gasas húmedas para evitar infecciones.
• Aplique solución salina, fisiológica o con cloruro de sodio.
• Vigile que no se produzca un shock por falta de agua.
• Cuide que la persona no tenga dolor.

Quemaduras con sustancias químicas

Mientras la sustancia química que provocó la quemadura siga en contacto con la


piel seguirá afectándola, por eso:

Qué hacer
• Bañe al paciente con mucha agua por lo menos durante 15 minutos.
• Si la sustancia entra al ojo, enjuáguelo abundantemente de inmediato y
tape ambos ojos.

Quemaduras por electrocución


La quemadura por electrocución se conoce como quemadura de entrada y de
salida, refiriéndose al camino por donde pasó la corriente y lo quemó: por ejemplo,
de manos a pies.

86 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

Qué hacer
• Coloque al individuo en una zona segura y corte la corriente.
• Aplique la técnica ABC.

Diabetes

La diabetes es una enfermedad en la


que los niveles de glucosa (azúcar) de la
sangre están muy altos y puede causar
trastornos crónicos.
De manera natural el cuerpo humano
produce una hormona llamada insulina,
que ayuda a que la glucosa entre a las
células para suministrarles energía.

Coma diabético

Cuando una persona tiene demasiada o muy poca azúcar en la sangre y su or-
ganismo no alcanza a producir la suficiente insulina para bajarla o aumentarla,
puede sufrir un coma diabético y poner en peligro su vida.

Síntomas
Los síntomas de un coma diabético pueden manifestarse de forma leve y progre-
sar con mucha rapidez hasta perder la conciencia. Algunos de esos síntomas son:

• Dolor de cabeza.
• Ansiedad.
• Nerviosismo o irritabilidad.
• Mal olor.
• Mareos, naúseas y probable vomito.
• Debilidad.
• Hambre intensa.
• Lenguaje confuso y desorientación.
• Palidez.
• Temblores.
• Palpitaciones.
• Sudoración fría.

¿Qué hacer?
• Busque atención médica de inmediato.
• Si está seguro que se trata de una falta de azúcar en la sangre (shock insu-
línico), proporciónele al paciente un vaso con líquido que contenga azúcar
y llévelo al hospital.
• Adminístrele glucosa en gel o en pastillas que se colocan debajo de la lengua.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 87


Primeros auxilios básicos

Epilepsia

La epilepsia es una enfermedad neurológica causada por un desajuste de ori-


gen no determinado. Se manifiesta por movimientos convulsivos, involuntarios y
bruscos que van desde muy simples hasta muy complejos.

Pequeño mal

Cuando la epilepsia es de nivel simple, la crisis convulsiva puede preverse ya que


la persona es capaz de presentirlo.
En este caso la persona afectada por el pequeño mal no convulsiona, única-
mente se siente aletargada y sabe lo que está pasando ya que está semiconscien-
te. La crisis no dura más de 10 segundos.

Gran mal

Cuando la persona padece un mayor grado de epilepsia se dice que sufre del
gran mal. Al igual que en el pequeño mal, en éste el paciente también presiente
las crisis, pero con la diferencia de que sí convulsiona y pierde la conciencia.
La crisis no dura más de 20 segundos y, al superarla, el paciente no recuerda
lo que sucedió.

Estado epiléptico

Cuando la persona padece el mayor grado de epilepsia no presiente las crisis,


convulsiona y pierde por completo la conciencia.
La crisis convulsiva se presenta con movimientos bruscos y no dura más de
un minuto. Al superarla, no recuerda nada y tarda aproximadamente 10 minutos
para recuperarse.

¿Qué hacer?
• Procure evitar, en la medida de lo posible, que la persona caiga al suelo de
manera brusca.
• Recueste a la persona colocando una chamarra, un suéter o cualquier pren-
da debajo de su cabeza.

88 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

• Aflójele sus prendas: zapatos, cuello de camisa, cinturón y todo lo que le


obstruya.
• NO introduzca nada dentro de la boca del paciente. Si se está mordiendo la
lengua, colóquele algún objeto no duro.
• Cuide que no se duerma.

Ataques convulsivos por temperatura

Los ataques convulsivos son impulsos desordenados que


ocurren por un desorden en el cerebro. Una de las causas
puede ser por temperatura y los síntomas se manifiestan
con:

• Mareo.
• Dolor de cabeza.
• Sudor.
• Escalofríos.

¿Qué hacer?
• Busque un área segura y tranquilice a la persona afectada.
• Aplique compresas frías en la frente del paciente si la
causa es por temperatura muy alta; de ser necesario y si
es posible, métalo a una tina de agua fría.
• Al superar la crisis el paciente queda muy cansado, por
lo que procure proporcionarle comida.

Traumatismo

Un traumatismo es una lesión corporal originada por un accidente, que incluso


puede poner en riesgo la vida de la persona por complicaciones secundarias;
como un paro respiratorio, por ejemplo.
Hay dos clases de trauma:

• Cerrado: cuando no existe perforación (aplastamiento, golpe o torcedura).


• Penetrante: cuando la penetración daña los tejidos (al músculo o al hueso).

Traumatismo cráneo encefálico (TCE)

Un traumatismo en el cráneo y en la cara es especialmente importante ya que,


según el impacto que se haya recibido, puede afectarse al sistema nervioso cen-
tral (localizado dentro de la cavidad craneal) y destruir las neuronas cerebrales al
grado de causar la muerte de la persona accidentada.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 89


Primeros auxilios básicos

Después de un traumatismo craneal es posible encon-


trarse ante:

• Una herida simple de la cara o la cabeza.


• Una fractura craneal.
• Signos de afectación cerebral.
• Varias de ellas en conjunto.

Cuando ocurre un traumatismo craneal debe sospechar-


se la posibilidad de que se haya lesionado también la colum-
na vertebral.
La zona craneal cuenta con una gran presencia de vasos
sanguíneos en la zona, de tal manera que las heridas son
muy sangrantes, por lo que el primer tratamiento de estas
lesiones es detener la hemorragia.

¿Cómo se diagnostica?

Los traumatismos de la cara son particularmente importantes porque pueden


alterar la función respiratoria y los propios sentidos (oído, vista, gusto, olfato).
Para identificar el tipo y grado de traumatismo cráneo encefálico se hace una
revisión de cabeza a pies.

• Coloque una gasa mojada en el oído y observe si, en medio de la sangre,


hay una gota tipo gel. Esto le permite saber si hay o no hemorragia o líquido
(cefalorraquídeo).
• Verifique si en la parte posterior del oído hay moretones.
• Fíjese si hay signo de mapache, es decir, si alrededor de los ojos la piel se ha
vuelto morada.
• Verifique el tamaño y la normalidad de las pupilas (que ambas estén del
mismo tamaño) para descartar un daño mayor.
• Descarte hemorragia por nariz.
• Confirme que no haya fracturas.
• Atienda el ritmo de la respiración (que no esté alterada).
• Compruebe el estado de consciencia.

Niveles de TCE

Con la finalidad de facilitar la toma de decisiones clínicas, el TCE se clasifica se-


gún la alteración del nivel de conciencia estimada conforme a la Escala de coma
Glasgow.

90 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

Esguince

Un esguince es la lesión que sufren los ligamentos o articulaciones a causa de


una distensión, un estiramiento excesivo, una torsión o una rasgadura; se le co-
noce también como torcedura o distensión ligamentosa.
El esguince se origina cuando la región articular se ve afectada por un movi-
miento brusco o cuando se le exige demasiado a una articulación (movimiento anti-
natural); también puede deberse a causa de una caída o por algún golpe en la zona.

Síntomas
Los esguinces suelen ir acompañados de:
• Hematoma (morado, o moretón).
• Inflamación.
• Dolor intenso que impide mover la parte lesionada.

¿Qué hacer?
Inmovilizar la parte afectada sin mover al paciente.

Luxación

Una luxación ocurre cuando se separan los huesos de la articulación; también se


le conoce como desarticulación o dislocación y puede dañar a los ligamentos y
hasta los nervios. La separación puede deberse a un fuerte trauma que separa
los extremos de dos huesos conectados.
La luxación puede ser total o parcial. No siempre es fácil diferenciar entre un
hueso dislocado y un hueso fracturado.
Las articulaciones que más suelen verse afectadas son:

• El tobillo (la más común porque puede producirse sin que se haya padecido
ningún golpe).
• El hombro.
• La cadera.
• La rodilla.
• Del fémur a la tibia.

Síntomas
• Dolor agudo.
• Aumento de volumen.
• Deformidad.

¿Qué hacer?
• Inmovilizar la parte afectada sin mover al paciente.
• Elevar la zona.
• Aplicar frío sin moverlo y no de forma directa durante 10 segundos.
• Trasladar al paciente a un centro hospitalario.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 91


Primeros auxilios básicos

Fracturas

Una fractura es la ruptura de hueso o discontinuidad del tejido óseo;


en otras palabras, es la pérdida de la sustancia ósea o cartilaginosa
provocada por un golpe o una fuerza externa que supera la elasti-
cidad del hueso.
La fractura puede ser desde una rotura amplia y evidente del
hueso, hasta una lesión muy pequeña e incluso microscópica. Se-
gún el hueso afectado es el nombre que se le da a la fractura.

Síntomas
Aunque es difícil diferenciar entre una fractura y una dislocación, los signos y
síntomas más comunes son:

• Dolor extremo.
• Imposibilidad o anormalidad del movimiento.
• Deformación.
• Hinchazón en la zona.
• Hemorragia interna.

¿Qué hacer si la factura ocurre en una extremidad?


• Pare la hemorragia, si la hay.
• Roce la parte afectada y pregúntele a la persona qué siente.
• Agregue fuerza a la opresión y confirme si la piel se vuelve roja. Repita la
opresión sin dejar pasar mucho tiempo.
• Tome el pulso para verificar la circulación sanguínea.
• Inmovilice (entablille) la parte afectada sin mover al paciente.
• Trasládalo a un centro hospitalario.

Traumatismo en columna

La zona más frecuentemente afectada por un traumatis-


mo en la columna vertebral es la localizada en la parte
dorso-lumbar (de las costillas a un poco debajo de la
cintura). Ocupa 60% de las fracturas.

Síntomas
• Dolor tanto en reposo como en movimiento.
• Contracción muscular.
• Impotencia funcional (puede incluso llegar a parali-
zar las extremidades).
• Debilidad.
• Deformidad.
• Pérdida de sensibilidad.
• Hormigueo.

92 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios básicos

• Hinchazón.
• Moretón y crepitación (ruido de huesos) en algunos casos.
• Erección de pene (priapismo).

¿Qué hacer?
• Abra la vía aérea y colóquele un collarín a la persona accidentada.
• Oxigene al paciente.
• Controle la hemorragia y el estado de shock.
• Practíquele un examen neurológico apoyándose en la Escala de coma Glasgow.
• Exponga la lesión e inmovilícela.
• Afirme al paciente sobre una camilla rígida.
• Asegúrese de efectuar un traslado seguro (no rápido).

Traumatismo en pelvis

Los traumatismos pelvianos son frecuentes


por atropellos, volcaduras o caídas de altura,
por ejemplo.
Las lesiones en los sistemas genital, uri-
nario y digestivo también pueden provocar
fracturas pelvianas como consecuencia de
graves hemorragias; incluso en algunos ca-
sos severos induce a un shock hipovolémico.

Síntomas
• Presión arterial baja (hipotensión).
• Frecuencia cardiaca acelerada (taquicardia).
• Palidez y anemia aguda.
• Compás abierto.
• Pies en signo de corista (hacia dentro) o pudor (hacia afuera).
• Pérdida del control de esfínteres (la persona está defecada u orinada).
• Dolor intenso.
• Priapismo (erección).
• Ruido en los huesos crepitación.

¿Qué hacer?
• Aplique la técnica ABCDEFG
• No toque nunca el compás.
• Levante al paciente en forma de Y.
• Observe la longitud de los miembros y su rotación.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 93


Miscelánea

Aspirador de regresiones

El aspirador de regresiones puede ser manual o eléctrico; si tiene mascarilla se


quita para utilizarlo dentro de la boca de la persona afectada por cualquiera de
los dos lados de la cánula, durante no más de cinco segundos.

Cánulas

Las cánulas suplen la inclinación de la cabeza y la elevación de la barbilla, debido


a que forma un conducto directo de boca y faringe; por eso se conocen como
orofaringeas.
Para colocarlas es necesario que la persona:

• Esté inconsciente.
• Tenga ausencia de reflejo nervioso.

Se introduce al paladar y se gira 180 grados hasta abajo.


Cuando se está ante una situación de emergencia causada por trauma y no se
cuenta con cánulas, se coloca un pulgar en el pómulo, con los dedos índice y
medio de las dos manos en la curvatura del maxilar inferior (a lado de la barbilla).

94 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Miscelánea

Cánula de Berman

La cánula de Berman se usa para abrir vías cuando hay equipo, con el inconve-
niente de que es traumática y puede dañar el paladar. Se mide desde el óvulo del
oído hasta la comisura del labio.

Cánula de Guedel

La cánula de Guedel también sirve para abrir vías cuando hay equipo; pero a
diferencia de la de Berman, es flexible y no daña el paladar.

Cánula nasofaríngea

La cánula nasofaríngea es atraumática y se utiliza en personas conscientes y con


reflejo nervioso. Se mete en la nariz, se gira ligeramente 180 grados y hasta abajo.

Inyecciones

La inyección es un procedimiento mediante el cual se administra un fármaco por


medio de una jeringa; puede ser de tres tipos:

• En músculo (intramuscular).
• En epidermis (intradérmica).
• En vena (intravenosa).

Normas generales
• Se utiliza material estéril y vigente.
• No debe tener alteraciones en la envoltura.
• El material se usa una sola vez.
• Se lavan las manos antes de aplicar la inyección.
• Asegurarse de usar guantes siempre.

Método
• Seleccionar el área donde se aplicará la inyección.
• Limpiar el área para la inyección con un algodón empapado con isodine o
con alcohol.
• La limpieza se hace hacia afuera y luego se dobla el algodón para no
revolver microbios.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 95


Miscelánea

Inyección intramuscular

La inyección intramuscular se usa para administrar fármacos. Puede aplicarse en


el glúteo, en el muslo o en la parte externa del hombro (en el músculo deltoides).

• Se aplica en un grado de 80 a 90 metiendo con fuerza la aguja.


• Se aspira 1 cm. aproximadamente y, si sale sangre, se introduce más y
lentamente se administra el medicamento.
• Si se hacen burbujas al aspirar, se quitan.

Inyección intradérmica

La inyección intradérmica se usa principalmente para aplicar vacunas, insulina,


anticonceptivo y para coser. Al igual que con la inyección intramuscular, puede
aplicarse en el hombro (deltoides), en el muslo o en los glúteos.
Las medidas de seguridad son las mismas que en los otros tipos de inyección,
y se aplica en un grado de 10 a 20.

Inyección intravenosa

Lo más común es que la inyección intravenosa se aplique en la vena del brazo


para canalizar (administrar) alguna solución por la vena. El equipo para canalizar
consta de:

Punzocat
Compuesto por un catéter (la parte que queda dentro) y una aguja (la que per-
fora). Se clasifican por número y por color: entre mayor sea el número menor es
el diámetro que se requiere para las venas. Las agujas que más se usan son de
color rojo, verde y azul.

Venoclisis
La venoclisis es donde se une al punzocat y el suero: hay micro, normo y macro-
goteros. Los normogoteros son los que más se utilizan.

Ligadura
Es la liga con la que se aprieta el brazo.

Corbata
Es la tela con la que se pega el catéter y
la venoclísis al brazo.

96 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Miscelánea

¿Cómo se hace?
• Antes que otra cosa se purga el suero y la venoclísis, sacándole el suero y el
aire que tenga dentro.
• Se busca la vena, de la mano hacia arriba, pero nunca en la flexión del brazo.
• Se mete la aguja por la vena en un ángulo de 10 a 20 por la vena más gran-
de y prominente.
• Al introducirla levemente, la aguja se llena de sangre y en ese momento se
saca un poco para no perforar de más, asegurándose de que únicamente
quede el catéter.
• Se introduce el catéter hasta adentro y nuevamente se llena de sangre, sólo
que ahora es la parte transparente.
• Se saca la aguja apretando la vena.
• Se coloca la venoclísis y se conecta al catéter.
• Se espera a que chorree y se pegan el catéter y la venoclísis a la piel con las
corbatas.

Oxigenoterapia

La oxigenoterapia consiste en administrar oxígeno en con-


centraciones mayores a las que se encuentran en aire del am-
biente, con la intención de tratar o prevenir los síntomas y las
manifestaciones de la falta de oxígeno en la sangre (hipoxia).
Se utiliza en todo tipo de pacientes, sobre todo traumá-
ticos y patológicos crónicos (con asma, por infarto, con apo-
plejía, diabéticos o con enfermedades de la presión arterial).
Para administrar oxígeno se requieren diversos dispositivos:

• Mascarillas
• Puntos nasales
• Humidificadores
• Nebulizadores
• Manómetros.

Collarín

El collarín es un aparato ortopédico de forma circular que se coloca alrededor del


cuello para inmovilizar las vértebras cervicales. Puede ser rígido o suave (de es-
ponja); su uso depende del problema que presente el paciente y le diagnostique
el médico.
Es importante que se utilice por el tiempo prescrito, ya que su abuso puede
debilitar los músculos del cuello.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 97


Primeros auxilios
psicológicos

La primera ayuda que se les presta a las personas en estado de emergencia, sin
daño físico pero sí emocional (como miedo, tristeza, angustia o dolor), son los
primeros auxilios psicológicos.
Éstos consisten en ayudar de forma inmediata a las personas, con la finalidad de
atenuar los conflictos emocionales que les ha causado alguna situación traumática;
para ello se utilizan técnicas simples, basadas en métodos o teorías psicológicas.
Por lo regular esa primera atención la proporciona un rescatista con cono-
cimientos de intervención en crisis; pero, si la persona en situación de víctima
amerita un segundo examen, debe remitírsele a un profesional en salud mental.
Con todo, la mayor dificultad para dar los primeros auxilios psicológicos de-
pende de las reacciones emocionales que la persona afectada pueda tener.

Aportes paralelos al soporte psicológico

De manera paralela a la técnica del acercamiento, las personas que brindan pri-
meros auxilios psicológicos sin ser especialistas en salud mental, tienen la posi-
bilidad de:

• Garantizarle aspectos básicos de mantenimiento (alimentación, servicio sa-


nitario e incluso un lugar adecuado para dormir si fuera necesario) a la
persona afectada.

98 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios psicológicos

• Tomar medidas para que tenga un espacio personal.


• Facilitar para que la víctima tenga el contacto personal normalizado (por
ejemplo durante sus conversaciones).
• Averiguar si padece enfermedades físicas.
• Ayudar a la persona para que restablezca relaciones con la familia y amigos.
• Animarla para que retome el funcionamiento cotidiano de su vida.
• Organizar y hacer planes para que la víctima resuelva problemas prácticos
provocados por la situación.
• Ayudarla para que recupere sus roles normales.
• Facilitarle el duelo en caso de que haya padecido pérdidas personales o familiares.
• Ayudarla a controlar sus reacciones de estrés.
• Entrenar a los cuidadores cercanos (familiares) para que continúen las
labores de cuidado.
• Evaluar si el paciente requiere de atención profesional (psicólogo o psiquiatra).

Componentes básicos

Antes de proporcionar los primeros auxilios psicológicos, es preciso considerar los


siguientes aspectos:

Establecer contacto con la persona afectada


• Invite a la persona a hablar. Establezca contacto con ella y ofrezca asistirla.
Recuerde que debe haber empatía entre ambos.
• Si es posible retire a la persona de la situación de tensión.
• Evite que el afectado se exponga a visiones, sonidos y olores que la alteren.
• Proteja a la persona de los curiosos y de los medios de comunicación.
• Provea a la víctima de comida y bebida adecuada.
• Si en algún momento debe dejar a la persona afectada, haga que alguien
más se quede con ella.
• Pregúntele con cautela qué fue lo que paso y cómo se siente. Permítale (sólo
si quiere) que hable sobre sus experiencias, preocupaciones, sentimientos.
• Escuche cómo sucedieron los hechos y preste especial atención a los senti-
mientos de la persona.
• Explore con el afectado qué significa la crisis para él, y por qué cree que
pasó. Evalúe sus sentimientos y necesidades.
• Muestre interés en todo lo que le comente.
• Antes de abrazarla o tomarle la mano, pídale permiso para hacerlo: algunas
personas no se sienten cómodas con este tipo de contacto. Considere que
lo menos deseable es incomodar a quien se le está brindado ayuda.
• Mantenga contacto visual y haga contacto físico (terapia de contacto) con
la persona afectada: dele una palmadita en el hombro, abrácela, sostenga
su mano o cualquier otra muestra de cariño.
• Explíquele a la persona afectada que la reacción que está teniendo es nor-
mal, y que la mayoría de las personas se recuperan ante las reacciones de
tensión.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 99


Primeros auxilios psicológicos

Analizar el problema y determinar soluciones


• No preguntar ni pedir detalles de lo que acaba de pasar.
• Indague qué es lo que la persona ha intentado hacer hasta ese momento.
• Analice con ella las posibles soluciones que pudiera tener su problema y
aliéntela para que utilice sus propias habilidades para tratarlos.
• Si es necesario, motive a la persona para que tome decisiones.
• Propóngale nuevas y posibles soluciones.
• Ejecute la acción: ayude a la persona a hacer algo concreto para manejar
la crisis; de preferencia que sean acciones fáciles. Lo importante es dar el
mejor paso, según la situación.
• Restaure a la persona para su funcionamiento independiente, o asístala con
mucho cuidado.
• Despídase atentamente cuando termine la intervención, aclarándole si es
posible lo que pasará a continuación y deslindándose poco a poco.

Darle seguimiento al caso


• Uno de los servicios más importantes que un rescatista puede dar son los
datos de los recursos disponibles en la comunidad; y si puede ser su enlace
o apoyo para llegar a ellos, todavía más. Datos como dónde encontrar:
- Enfermeras que puedan asistirlos en casa
- Cooperativas de alimentos
- Círculos sociales
- Agencias de bienestar social.
• Restablezca las redes de apoyo y procure mantener el contacto en un tiempo
posterior.
• Dependiendo del caso, considere que puede referir a la persona a un pro-
fesional en salud mental.
• Algunas veces, cuando una persona está pasando por una crisis, se siente
estancada e incapaz de progresar. Quizá sólo necesita un estímulo para
actuar o tomar la decisión que le ayudará a comenzar de nuevo el proceso
de adaptación.
• Apoyar a una persona afectada emocio-
nalmente no quiere decir que el rescatis-
ta tome las decisiones por ella: muchas
veces las víctimas son capaces de tomar
sus propias decisiones, lo único que ne-
cesitan es sentirse respaldadas.

Lo que no se debe hacer

El deseo de brindar una buena atención


puede llevar al rescatista a cometer erro-
res y con ello afectar de forma negativa
la intervención. Para evitarlo, considere lo
siguiente:

100 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios psicológicos

• Por contar usted su propia historia, no ignore los


hechos y sentimientos de la persona en crisis.
• No juzgue ni tome partido.
• No pierda de vista las dimensiones del problema:
observe detenidamente el contexto completo de
las circunstancias para no dejar obstáculos inex-
plorados.
• No intente resolver todo a la primera.
• No tema asumir las responsabilidades cuando sea
necesario.
• No deje detalles al aire ni suponga que la persona
continuará con el plan bajo su propia responsabilidad.

La técnica del acercamiento

El brigadista que brinda los primeros auxilios psicológicos puede seguir la técnica
del acercamiento con mayor o menor énfasis; lo importante es tomar en cuenta
que cada caso requiere siempre de un acercamiento distinto, según las necesida-
des y circunstancias individuales.
Las etapas que componen la técnica del acercamiento son ocho: ambiente,
contacto, evaluación, restablecimiento emocional, comprensión de la crisis, ac-
tivación, recuperación del funcionamiento y seguimiento.

Ambiente

El ambiente es la primera fase de la técnica del acercamiento; es el momento


en el que se establece el contacto del rescatista con la situación de crisis. Tiene
cuatro momentos: contextualización, evaluación del ambiente, selección del
paciente y evaluación previa.

Contextualización
Contextualizar es conocer lo ocurrido, identificar la magnitud de los hechos, fa-
miliarizarse con la situación antes de establecer contacto con la víctima y hacer
una primera valoración.

Evaluación del ambiente


Evaluar el ambiente significa determinar las necesidades inmediatas y las redes de
apoyo que han sido activadas hasta ese momento. Cuando se evalúa el ambiente
se establecen las estrategias de atención individual y grupal.

Selección del paciente


Para seleccionar un paciente (o grupo) el rescatista primero debe establecer un
orden jerárquico de intervención, basándose en el nivel de vulnerabilidad o gra-

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 101


Primeros auxilios psicológicos

vedad más inmediata de las víctimas. Es importante que el rescatista se sienta


cómodo con el paciente al que va a atender, considerando que también puede
haber excepciones; como cuando la persona se encuentra en estado de grave-
dad y no es posible trabajar con ella.

Por ejemplo, cuando una persona está en estado catatónico no está en condiciones de re-
cibir primeros auxilios psicológicos; en ese caso es mejor retirarla a un lugar seguro donde
pueda relajarse.

Evaluación previa
La evaluación previa del paciente o intervención de primera mano ocurre luego
de que se ha seleccionado al paciente.
Es el momento en el que el rescatista determina el grado de afectación física y
emocional de la víctima, lo mismo que la potencial peligrosidad que representa la
situación tanto para él como para los demás afectados; como ataques de pánico,
reacciones de agresividad, confusión o desorientación, por ejemplo.

Contacto

La segunda fase de la técnica del acercamiento es el contacto que el brigadista


establece con la persona afectada; para ello se toman en cuenta cuatro mo-
mentos: aspectos no verbales, establecimiento de la relación, distanciamiento
psicológico y preguntas clave.

Establecimiento de la relación
La relación con la persona afectada se establece, antes que nada, respetándola a
ella y a la situación en la que se encuentra. Aceptarla con todas sus característi-
cas, sin juicios y sin buscar responsabilidades, es el primer paso para entablar una
relación. Una forma es intentar consolarla y tranquilizarla con dulzura.

Aspectos no verbales
Transmitirle cercanía a la víctima es algo muy importante y se logra, además de
con las palabras, con aspectos no verbales como la proximidad física; por ejem-
plo, sentarse junto al paciente y siempre respetando el espacio personal..
Para establecer un contacto no verbal adecuado es preciso poner atención a
las expresiones gestuales de la víctima, ya que por lo regular reflejan la situación
emocional por la que está pasando.

Distanciamiento psicológico
Con la finalidad de ayudar a la persona para que salga de la situación de crisis en
la que se encuentra, el rescatista puede proponerle que vaya a pasear, a tomar
un café o a comer algo que le guste.
El objetivo es buscar la manera de que la persona afectada se distancie psico-
lógicamente del problema, y ayudarla a que encuentre un ambiente adecuado
para que pueda empezar a abordar lo sucedido.

102 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios psicológicos

Evaluación

Una vez establecido el contacto, el rescatista evalúa al paciente en crisis con la fina-
lidad de saber si la situación sale de su capacidad y debe remitirlo al profesional
en salud mental. Esta fase se compone de tres momentos: exploración inicial,
identificación de problemas y estilo de afrontamiento.

Exploración inicial
La exploración inicial consiste en llevar a cabo un examen del estado mental del
paciente; por ejemplo, conocer su orientación espacio-temporal.

Identificación de problemas
Para identificar el problema el rescatista debe averiguar:

• No preguntar sobre lo sucedido, a menos que la persona quiera hablar sobre


ello. Es importante no hacer que vuelva a vivir lo que causó su crisis.
• Cuál es el estado emocional en el que se encuentra el afectado (si tiene
crisis convulsivas, ira, embotamiento o ataques de pánico, por ejemplo).
• Cuál es el procesamiento cognitivo de la situación (interpretaciones, atribu-
ciones, negación, culpa).

Estilo de afrontamiento
El afrontamiento son los esfuerzos que se hacen para afrontar o hacerle frente a
los conflictos que exceden los recursos de la persona.
El estilo de afrontamiento es la forma personal que cada persona tiene para
identificar las habilidades básicas de resistencia que tiene el afectado, con la
finalidad de promoverlas para apoyarlo.
En otras palabras, el estilo de afrontamiento es distinguir los recursos
personales del afectado y el apoyo social con el que cuenta y también la manera
como procesa la información; por ejemplo si existe autocontrol o evitación.

Restablecimiento emocional

La fase de restablecimiento emocional es la etapa en la que se facilita la


comunicación emocional con la persona afectada y se reestablece su capacidad
adaptativa y de reacción.
En este momento el brigadista debe abordar la situación de la siguiente manera:

• Facilitar la expresión emocional con preguntas como:


• ¿Quieres hablar?
• ¿Cómo te sientes?
• Emplear la estrategia del escucha activo, y estar atento a la posible aparición
de una crisis.
• Usar técnicas de desactivación o activación fisiológica como respiración,
relajación y control de la tensión muscular; según el estado emocional y las
necesidades del caso.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 103


Primeros auxilios psicológicos

Comprensión de la crisis

Comprender la crisis permite ayudar a la persona afectada para que enfrente


su situación y adquiera conciencia de su estado. Esto se consigue atendiendo lo
siguiente:

• Informar al paciente sobre los problemas y efectos del estrés (síntomas).


• Orientarlo con estrategias para controlar y afrontar las reacciones normales
en situaciones excepcionales.
• Proporcionar datos específicos sobre el suceso actual para que entienda lo
que pasó.
• Promover una narración adaptativa (corregir errores, sesgos, falsas atribu-
ciones, ideas irracionales y demás).
• Informar acerca de la situación actual (heridos, salvamento y todo lo que se
pueda).
• Responder a todo lo que le pregunten, sin dar demasiados detalles.

Activación y orientación

La sexta fase de la técnica del acercamiento consiste en activar y orientar a la


persona afectada hacia la acción. Para ello es conveniente:

• Recuperar el nivel de procesamiento cognitivo: esto significa animar a la


persona para que retome sus actividades y regrese a su situación anterior a
los hechos.
• Hacer, junto con el afectado, un plan de acción en el que se discutan
objetivos y posibles acciones para recuperar su vida normal. Es el momento
de buscar la manera de que la persona afectada explote sus propios recursos
y estrategias.
• Planificar contratos verbales personales para que cumpla con el plan.

104 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Primeros auxilios psicológicos

Recuperación del funcionamiento

Con la recuperación del funcionamiento se busca que la persona afectada recobre


su actividad normal. Para conseguirlo debe hacerse hincapié en los siguientes
puntos:

• Planificar las tareas y actividades próximas.


• Promover el funcionamiento independiente.
• Cuando la condición emocional de la persona afectada se encuentra dete-
riorada, tomar las precauciones para que siempre esté con algún familiar o
amigo.
• Estudiar la posible derivación o traslado.
• Informarle si debe ser hospitalizado.
• Planificar el alojamiento (hogar, familiares, hospitales, hoteles, entre otros).
• Planificar actividades para el hogar.

Seguimiento

Además de la intervención inmediata, conviene plantearse un seguimiento a


corto y mediano plazo (un mes) para que la persona afectada sienta continuidad
en la atención recibida.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 105


Salud mental

La salud mental es un concepto que refleja el estado de equilibrio emocional,


psicológico y social de una persona. Tener salud no sólo significa no tener enfer-
medad, sino gozar de un estado de bienestar que permita el completo desarrollo
de las capacidades físicas, intelectuales, sociales y emocionales.
En pocas palabras, la salud mental afecta la forma como pensamos, sentimos
e interactuamos; por eso tiene que ver con:

• La manera como cada quien se siente con uno mismo.


• Cómo se siente una persona con relación a las demás.
• Cómo se enfrenta cada quien a los problemas de su vida.
• En general, cuando una persona goza de buena salud mental:
- Piensa por ella misma y toma sus propias decisiones.
- Está preparada para enfrentar los problemas de la vida diaria.
- Es auténtica y siempre actúa igual con todas las personas con las que se
relaciona.
- Se mantiene alejada de todo lo que pueda dañarle física y psicológicamente.
- Participa en las actividades de su comunidad.

106 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Salud mental

Al igual que el cuerpo físico, la salud mental también puede verse afectada y
enfermar. Algunos factores que alteran las emociones son los desastres, el estrés,
la muerte y las crisis causadas por diversa índole.
Como de los desastres ya hablamos en las primeras páginas de este manual,
ahora nos referiremos al resto de los factores.

Estrés

El estrés es un término que proviene del inglés y tiene el sentido de tensión o en-
fermedad. Al cansancio físico o mental que afecta a una persona cuando tiene
exigencias (por ella misma o por otros) para tener un rendimiento muy superior
a lo normal, se le conoce como estrés.
Con la finalidad de hacerle frente a la situación que le provoca estrés y acu-
mular la suficiente energía para poder seguir adelante, la persona afectada hace
que sus defensas (mentales y físicas) funcionen más de lo normal. Esto provoca
diversos trastornos físicos y mentales.
Algunos de esos signos y síntomas son:

• Pulso rápido y respiración acelerada.


• Molestia e incomodidad por todo.
• Disposición inmediata para pelear.
• Angustia y deseos de huir de la situación.
• Distintas enfermedades provocadas por la disminución de su sistema inmune.
• Reducción de su habilidad para pensar con claridad. Confusión.
• Depresión o ansiedad.
• Falta de concentración.
• Llantos.
• Tensión muscular.
• Fatiga.
• Dolores de cabeza.

Estrés postraumático

El estrés postraumático es un trastorno que


surge después de vivir o presenciar una situa-
ción amenazante o catastrófica que intimida o
atemoriza a la población.
La característica principal del síndrome de
estrés postraumático (SEPT) es la aparición
de síntomas que se p`resentan luego de haber
padecido un acontecimiento extremadamente
traumático, al grado que puede significar un
daño físico o catastrófico para la persona. Algu-
nos de esos síntomas son:

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 107


Salud mental

• Recuerdos y sueños angustiosos y recurrentes, relacionados con los sucesos


traumáticos.
• Reacciones en las que la persona siente o actúa como si se repitieran los
sucesos traumáticos.
• Malestar psicológico intenso o prolongado cuando se expone a situaciones
que simbolizan o se parecen a algún aspecto de los sucesos traumáticos.
• Reacciones fisiológicas intensas cuando se expone a situaciones que simbo-
lizan o se parecen a algún aspecto de los sucesos traumáticos.
• Aturdimiento de la capacidad para reaccionar hacia el mundo exterior o de
participar en él.

Muerte

Una de las situaciones más estresantes y causantes de traumas psicológicos es la


muerte. Casi por regla general la muerte está presente en todos los desastres; por
ello, tratar el tema resulta esencial para los primeros auxilios psicológicos, ya que
los rescatistas tendrán que trabajar con familias de fallecidos.
Además, en los últimos años el tema de la muerte (real o simulada) ha estado
muy cerca de las nuevas generaciones; incluso se ha visto un incremento de
muertes en hogares o ciudades debido a la violencia.
A pesar de las evidencias, lo más común es que se tienda a negar el tema.
Y es que cada persona tiene sus propias interpretaciones, inhibiciones y miedos
ante la muerte.

Duelo

Es de esperarse que después de la muerte


se presente la tristeza, el sufrimiento y la
aflicción. El duelo es un tiempo en el que
la persona asimila lo sucedido, entiende lo
que pasó, lo supera y empieza a reconstruir
su vida.
En ese tiempo las personas se enfrentan
a muchos sentimientos; es un proceso nor-
mal que no debe apresurarse ni tratar de
eliminarse, pero mucho menos considerarlo
como una enfermedad.
El momento más crítico del duelo se evi-
dencia con una mezcla de tristeza, angustia,
miedo e ira; llega a sentirse un dolor emocio-
nal muy intenso e incluso una desesperación
extrema. Después de un tiempo viene el ali-
vio progresivo y concluye con expresiones
de confianza y esperanza.

108 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Salud mental

Etapas del duelo

• Negación
• Coraje, ira
• Negociación
• Depresión
• Aceptación
• Dolor, desesperación extrema.

Crisis

Una crisis es un cambio brusco o una


modificación importante en el desarrollo de
algún suceso que amenaza a la persona con
alterar su estabilidad emocional.
Cualquier tragedia o trauma puede desatar
una crisis; ésta puede ser personal, familiar
o comunitaria e ir de menor a mayor grado.
Según el grado del trauma y de la crisis
que padezca, la persona presenta diversas
reacciones psicosociales y emocionales.
Además de representar un peligro, la cri-
sis también puede ser una oportunidad para
que quien la padezca, se fortalezca física,
emocional o en algún otro aspecto.
Cuando la crisis simboliza un peligro, manifiesta las reacciones disfuncionales
de una persona ante la tragedia. Cuando es una oportunidad, refleja su
crecimiento personal porque contribuye a fortalecer sus lazos familiares o la
solidaridad comunitaria que puede surgir ante una situación adversa.
Pero no por exponerse a un evento de crisis ya por eso se produce un estado de
confusión emocional; no: todo depende de cómo las personas afectadas valoran
la situación y cuáles son las habilidades emocionales que tienen para afrontarla y
aceptar una ruptura con su línea vital.
El proceso para salir de la crisis a veces puede ser traumático y requerir de un alto
grado de resiliencia para que la persona pueda poner en funcionamiento sus facultades.
Antes de pasar al siguiente aspecto, es importante aclarar que una crisis no es
una emergencia. Esta última es una situación de amenaza repentina que necesita
atenderse de manera inmediata: como cuando la vida de una persona está en
peligro debido a un accidente, un intento de suicidio o un acto de violencia.
Al contrario, una crisis es un conjunto de circunstancias o situaciones que
no pueden resolverse con los mismos recursos con los que se resuelven los
problemas comunes.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 109


Salud mental

Crisis circunstancial

Todos sabemos que en la vida de un ser humano suelen presentarse diversos


momentos que nos llevan a un estado de crisis; sólo que no todas las crisis tienen
que ver con los aspectos naturales de la vida de un individuo.
Lo cierto es que la mayoría de las crisis son impredecibles; es el caso de una
inundación, un accidente de tránsito, una enfermedad terminal, la muerte de un
ser querido o cuando alguien es tomado como rehén bajo amenaza de muerte.
Este tipo de eventos se denominan crisis circunstancial, porque dependen del
acontecimiento o la circunstancia de que se trate, y lo más común es que aparezcan
en cualquier momento. Las crisis circunstanciales se caracterizan porque:

• Aparecen de golpe, de manera repentina.


• No pueden anticiparse ya que surgen de manera inesperada.
• Son urgentes pues amenazan el bienestar físico o psicológico de la persona
o de una comunidad.
• La manera como uno se reorganiza después de una crisis circunstancial es el
resultado del crecimiento o retroceso que haya tenido.

Algunas crisis circunstanciales afectan a muchas personas al mismo tiempo;


por eso se dice que son masivas, como una situación de desastre, por ejemplo.

Estado de crisis

Un estado de crisis es el momento de trastorno y desorganización emocional,


cognitiva y conductual que vive una persona o comunidad, luego de haber pade-
cido la situación que los llevó a ello.
El estado de crisis se resume en cuatro características esenciales:

• Cuando la persona o la comunidad


se encuentran en un estado temporal
de desequilibrio emocional y tienen
dificultad para lidiar con él.
• Cuando la estabilidad normal (tanto
en lo biológico, como psicológico,
cognoscitivo, conductual, interpersonal
y social) se encuentra perturbada y las
emociones son fluctuantes.
• Cuando la situación se convierte en
un desastre abrumador. También se
puede entrar en crisis por un evento
previsto.
• Cuando el pasado, presente y futuro
son confusos y ello predispone,
precipita o perpetúa la crisis.

110 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Salud mental

Intervención en crisis

La intervención en crisis son los primeros auxilios emocionales que se le dan a


una persona o a toda una comunidad de manera inmediata, luego del desastre
u evento traumático, con la finalidad de lograr su recuperación y restaurar su
equilibrio.
La primera intervención suele brindarla el personal de rescate, sin especialización
en salud mental. Puede darse de manera individual o grupal y su tamaño
depende de las necesidades del momento y las habilidades del rescatista.
Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la intervención en
crisis puede ser especializada o profesional para emergencias psiquiátricas. Lo
importante es:

• Detener el proceso agudo de descompensación psicológica que padece la


víctima, aliviando sus manifestaciones sintomáticas y sufrimiento.
• Estabilizar al afectado y protegerlo de estrés adicional, reduciendo los sen-
timientos de anormalidad o enfermedad.
• Evitarle complicaciones adicionales.
• Restaurar sus funciones psíquicas y readaptarla a las nuevas condiciones,
tan rápido como sea posible.
• Prevenir o mitigar el impacto de estrés postraumático.
• Facilitar u orientar la asistencia profesional a mediano o largo plazo, si fuera
necesario.

Fases de la intervención en crisis

Evento precipitante
La primera fase de intervención en caso de crisis se presenta cuando ocurre un
evento precipitante inusual, no anticipado, y produce mucho estrés porque se
percibe como algo amenazante o abrumador.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 111


Salud mental

Es común que en un primer momento la angustia de la persona afectada la


lleve a un estado de shock que la protege de impresiones abrumadoras e incon-
trolables, pero al mismo tiempo la incapacita para reaccionar de forma razonada.
Esta fase puede durar uno o varios días. En ese tiempo la persona reacciona
emocionalmente o mantiene alterado su sentido de realidad durante más tiem-
po; incluso puede negar lo sucedido.

Esto no me pudo haber pasado a mí


No puedo creer que sea cierto

La víctima también puede enfocarse


en lo que pudo haber hecho diferente
para cambiar lo sucedido. En esta situa-
ción puede mostrar situaciones extremas.

Respuesta desorganizada
En la segunda fase los afectados comien-
zan a mostrar signos de aflicción y se vuel-
ven desorganizados.
Esta situación aumenta en la medida en
la que los comportamientos, las habilidades
y los recursos que utilizaban antes del hecho ahora les fallan para resolver la crisis.
En esta fase la persona angustiada trata de reestablecer el significado de su
existencia; para ello revive una y otra vez lo que realmente sucedió.

¿Por qué me pasó a mí?


Si sólo hubiera...

Fase de explosión
En la tercera fase los involucrados pierden el control de sus pensamientos, senti-
mientos y comportamientos; al grado que pueden exhibir conductas inapropia-
das o destructivas.
Algunas veces sus explicaciones son absurdas y otras muy razonables y enten-
dibles. En general las reacciones emocionales varían de un extremo a otro duran-
te semanas; esto significa que la persona afectada está cargada de sentimientos
y pensamientos contradictorios.
Todas estas reacciones disminuyen con apoyo emocional.

Fase de estabilización
En la cuarta fase la persona comienza a calmarse, conforme se va sintiendo apo-
yada por los recursos alternos que ha encontrado.
Es un momento muy importante para que la persona recobre su salud mental,
ya que está muy vulnerable y puede explotar de nuevo si se siente amenazada.
Los problemas ya se han hecho más entendibles para la persona afectada por
la crisis; se da cuenta de lo que ha pasado y acepta que no es capaz de cambiar
el suceso.

112 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Salud mental

Es necesario buscar formas para sacarla por completo de la crisis, porque aún
guarda en la memoria lo sucedido; aunque las reacciones ya no son tan extremas.

Fase de adaptación
La quinta fase es la de adaptación, cuando fi-
nalmente la persona se tranquiliza y vuelve a
tomar el control de sus acciones. Lo importan-
te de esta fase es que la persona angustiada ya
puede concentrarse en otras cosas, además
del suceso que le causó la crisis.
En la fase de adaptación la persona pien-
sa en su futuro y muestra interés por socia-
lizar; incluso acepta que algunas experiencias
son duras e incontrolables. La mayoría alcan-
za esta fase tarde o temprano, con todo y
que a veces tarda años.
Elementos que facilitan llegar a la etapa
de adaptación:

• Terapia.
• Ayuda emocional.
• Hablar del tema.
• Reelaborar la crisis.
• Establecer apertura para el futuro.

Algunas reacciones de las personas afectadas

Cada persona tiene una particular manera de expresar su sufrimiento: algunas lo


hacen por medio de las palabras, otras con el silencio, y otras más con sus actos.
En su acción cotidiana el rescatista puede constatar los distintos tipos de compor-
tamiento que traducen el dolor psíquico.
Sea cual sea la forma que elijan, lo importante es saber que las personas siem-
pre buscan la manera de expresar sus sentimientos: dolor, miedo, enojo, tristeza,
desesperación o cualquier otra emoción, comprensibles ante la vivencia anormal
que acaban de padecer.
Las palabras, el silencio y los actos del afectado marcan la forma de proceder
de un rescatista. La mayoría de las veces la persona en crisis necesita que se le
escuche, otras veces que se le oriente y otras más la sola presencia es suficiente.
Por eso es necesario aprender a observar los gestos y la cara de la persona
afectada: para identificar reacciones que revelen la información que se necesita
antes de iniciar una conversación formal.
Identificar satisfactoriamente esas reacciones, permitirá establecer una buena co-
municación y con ello ganarse la confianza de la persona.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 113


Salud mental

Las reacciones más comunes son:

• Fatiga, cansancio.
• Ritmo cardiaco acelerado.
• Actitud agresiva; incluso puede llegar a los golpes.
• Sudor o hiperventilación o ambos.
• Falta o exceso de apetito.
• Se incrementa la atención a percepciones hipersensoriales.
• Siente que se le cierra la garganta o le duele el pecho o el estómago.
• Empeoran sus condiciones crónicas, como diabetes, presión alta, otra.

Reacciones cognitivas

Como el término cognitivo se refiere al conocimiento, las reacciones cognitivas no


pueden verse porque se trata de los pensamientos que surgen como reacción al
estrés; por ejemplo:

• Confusión y desorientación.
• Dificultad para tomar decisiones.
• Cuestionamiento a creencias espirituales.
• Sueños y pesadillas recurrentes.
• Preocupación por el desastre.
• Pensamientos desordenados.
• Problemas para concentrarse o recordar cosas.
• Preocupación por detalles insignificantes.
• Pasividad.
• Aislamiento del ambiente sin deseo de involucrarse.

Para ayudar a la persona afectada, antes que nada se debe poner atención a
todas sus reacciones, escuchar empáticamente y permitirle que exprese y hable lo
suficiente (catarsis) de cómo se siente y qué es lo que sucedió, sin forzarla.

114 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Salud mental

Reacciones emocionales

Las reacciones emocionales tampoco son visibles para los demás, porque son los
sentimientos que surgen como reacción al estrés. En este caso se trata de:

• Depresión, tristeza.
• Culpabilidad y duda de sí mismo.
• En niños, regresiones.
• Irritabilidad, enojo, resentimiento.
• Cambios impredecibles de humor.
• Ansiedad, miedo.
• Problemas para dormir.
• Desesperación, desesperanza.
• Llorar con facilidad.
• Sentimientos de insignificancia.
• Aislamiento social.
• Impulsividad.
• Distanciamiento emocional.
• Olvidos.
• Hipervigilancia y reacciones de sobresalto.
• Nivel de actividad excesivo.
• Baja autoestima.
• Incremento de conflictos con la familia y amigos.
• Dependencia.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 115


Atención a los rescatistas

Los rescatistas y demás personas que auxilian a las víctimas por desastres y en
situación de emergencia viven experiencias impactantes que con frecuencia re-
percuten en sus vidas; a menos que reciban ayuda a tiempo.
El dolor y la impotencia son sentimientos comunes en el ser humano, pero se
agravan cuando constantemente se viven experiencias ante el sufrimiento ajeno:
es el caso de los rescatistas, por eso debe brindárseles atención emocional y
cuidar su entorno.
En este apartado presentaremos algunas estrategias de intervención psicológica
orientadas a estos rescatistas, con la finalidad de evitarles estrés y desgaste físico
y emocional.
Precisamente, la sobrecarga de trabajo y el exceso de tensión nerviosa gene-
ran uno de los padecimientos más comunes entre los rescatistas: el síndrome de
burnout (agotamiento), también conocido como síndrome de desgaste ocupacional
(SDO), entre otros muchos términos.
Se trata de un conjunto de síntomas que no le permiten al rescatista mostrar
empatía y apoyar a la persona afectada. Cuando el brigadista padece el síndrome
de burnout, su labor no es la adecuada y puede, incluso, intensificar los senti-
mientos de impotencia de la persona angustiada, ya que tiene estrés en su orga-
nismo y afecta en su parte emocional e interpesonal; presentando fatiga crónica,
ineficiencia y negación de lo ocurrido.

116 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Atención a los rescatistas

Técnica de briefing (informe)

La técnica de briefing o informe también se lleva a cabo en una reunión, sólo que
aquí se les prepara antes de que entren en acción los integrantes de los equipos
que brindan primeros auxilios psicológicos.
Con esta técnica se procura darles la mayor cantidad de detalles sobre lo
acontecido, las dificultades y las carencias a las que se enfrentarán; así como cuá-
les serán los recursos materiales y humanos que tendrán a su disposición.
El objetivo es preparar emocionalmente a los rescatistas para amortiguar en
lo posible el enfrentamiento que tendrán con la realidad de la emergencia. Esto
permite evitarles sentimientos de frustración.

Técnica de debriefing (interrogatorio)

El debriefing o interrogatorio es una forma de aproximarse al manejo de estrés


luego de haber estado presente en un incidente crítico. Es una técnica de des-
ahogo para relajar la tensión generada por el acontecimiento.
Al permitirle al rescatista ventilar sus sentimientos, sin juzgar sus pensamien-
tos sino atendiendo la manera cómo reaccionó y lo que sintió con el evento, la
técnica de debriefing acelera el proceso de recuperación emocional.
Se recomienda cuando el rescatista muestra signos de aflicción y desajuste grave
durante la emergencia. En un caso así resulta apropiado propiciar un acercamien-
to de entre 10 y 15 minutos con un psicólogo; de no ser posible, con los mismos
compañeros del equipo de trabajo, capacitados en primeros auxilios psicológicos.
La técnica de debriefing puede trabajarse de manera individual o en grupo, con
un máximo de 20 personas; el tiempo de las sesiones también depende de las
condiciones en las que se trabaje: a partir de 45 minutos y no más de tres horas.
El lugar debe ser cómodo, libre de distracciones y de interrupciones. Si se or-
ganiza en grupo, debe ser lo suficientemente amplio como para acomodar a todos
los participantes en círculo, sentados y sin interferencia visual.

Beneficios:

• Alivia la carga de estrés.


• Genera un espacio para expresar de forma
segura los sentimientos.
• Favorece el apoyo intragrupal.
• Anticipa problemas y previene secuelas
psicopatológicas.
• Normaliza a cada persona.
• Detecta a los más afectados.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 117


Atención a los rescatistas

Reglas

Antes de poner en práctica la técnica de debriefing se recomienda explicarles a los


asistentes cuáles serán las reglas con las que trabajarán, y responder todas sus
dudas con la mayor claridad posible.
Algunas de las reglas sugeridas son:

• Esta reunión es estrictamente confidencial.


• Nadie abandona el grupo.
• Si es necesario que alguien haga uso de los sanitarios, deberá comprome-
terse a regresar con prontitud.
• Nadie conversa con otro.
• Únicamente pueden comentar acerca de cómo se están sintiendo o cuáles
son las reacciones que experimentaron.
• No necesitan decir nada que los comprometa legalmente.
• Todos somos iguales aquí. En este lugar no hay jerarquías.
• Aquí no vamos analizar nada de lo que ocurrió.
• Nada de lo que se diga aquí es para juzgar a nadie.
• Miren a su alrededor y, si ven a alguien que no debe estar aquí, háganlo
saber antes de que comencemos.
• Siéntanse libres de hacer todas las preguntas que quieran.
• Dejar hablar, sin interrupciones y con respeto.

Fases

La técnica de debriefing consta de siete fases: previa a la reunión, de introduc-


ción, de evidencias, de pensamientos y cogniciones, de síntomas, de enseñanza y
de reingreso.

Previa a la reunión
El propósito de la primera fase de la técnica de debriefing es dar a conocer las
reglas de la reunión.

Introducción
La segunda fase consiste en introducir a los rescatistas a la técnica, explicándoles
el objetivo de la reunión.
Entre otras cosas se les informa que están ahí para ayudarlos a que aprendan
a manejar algunos de los pensamientos y reacciones que pudieran estar experi-
mentando. También se les dice que más adelante les mostrarán cómo pueden
ayudarse a sí mismos.

Evidencias
La tercera fase está destinada a reunir evidencias; por eso se le solicita al grupo
que expliquen cuál era el rol que estaban desempeñando al momento de la crisis.

118 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Atención a los rescatistas

Pensamientos y cogniciones
En la cuarta fase se expresan los primeros recuerdos que los rescatistas tienen
sobre el incidente, por eso se denomina de pensamientos y cogniciones.
Se les solicita que compartan sus pensamientos y todo lo que se relacione con
lo acontecido, además de decir lo que pensaron al respecto.

Síntomas
La quinta fase es la relativa a los síntomas; es decir, el momento donde se explican
tanto los síntomas físicos como emocionales y conductuales.
Aquí se exponen los cambios que pudieran estar ocurriendo en sus vidas, lue-
go del incidente.

Enseñanza
La sexta fase es la de enseñanza; en ella se dan a conocer las características del
estrés postraumático.
Es el momento de explicar que los síntomas que padecen quienes han sufrido
algún suceso traumático después de un tiempo, no son malos: son síntomas es-
perados en personas que pasan por circunstancias similares.

Reingreso
La última fase de la técnica de debriefing ocurre al terminar la sesión; después de
que se han expresado las emociones y los sentimientos.
Por estar todo a flor de piel, es necesario dedicar un tiempo de tránsito
para hablar sobre los planes que cada quien tiene para sobrevivir. Según sus
propósitos se sabrá si están listos para reintegrarse a la rutina diaria del hogar
y la familia.
Es el momento de aclarar las dudas, contestar preguntas adicionales y dar
oportunidad para que digan lo que no pudieron expresar en su momento.
Puede concluirse con una frase como la siguiente:

Esperamos que los conocimientos brindados con esta técnica les sirvan
para su vida diaria y sigan ayudando a otros seres humanos en momentos
difíciles. Recuerden que el mundo está en constante cambio y no sabemos
cuándo estaremos ante una crisis.

Técnica de defusing (desactivación)

La técnica de defusing o desactivación se aplica después del in-


cidente o cuando lo solicite la persona responsable del equipo
de rescate; incluso puede emplearse cuando el personal ya haya
regresado a sus labores.
El propósito de la técnica consiste en ofrecer información y so-
porte emocional a los rescatistas que brindan los primeros auxilios
psicológicos, permitiéndoles ventilar sus sentimientos.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 119


Atención a los rescatistas

De esta manera se estabiliza emocionalmente a los integrantes del equipo


antes de que regresen a sus hogares o continúen en el servicio.
La técnica de defusing también puede ser un auxiliar para determinar cuándo es
necesario aplicar la técnica de debriefing.

Ejercicios de activación
y desmovilización

Es importante advertirle a la persona que está brindado primeros auxilios que ella
también puede sufrir o presentar alguno de los síntomas mencionados, ya que
al igual que las víctimas, también se encuentra expuesta a situaciones de estrés.
Ésta es la razón por la que es preciso tener cuidado y procurar la salud mental
del equipo de trabajo por encima de todo. Para conseguirlo hay una serie de
ejercicios que ayudan a desmovilizar y activar las emociones.

De activación

Los ejercicios de activación se usan con grupos pequeños de personas que traba-
jan juntas y han sido expuestas a un evento traumático.
Es recomendable que las reuniones se hagan lo más pronto posible después
del evento; puede ser alrededor de ocho horas después.
El grupo adecuado es de entre seis y ocho personas.
Su duración mínima debe ser de 20 minutos y no más de una hora.
El lugar donde se lleve a cabo debe ser confortable, libre de distracciones,
silencioso, privado y lejos de la escena del incidente.
Los objetivos de los ejercicios de activación son:

• Proveer información sobre el incidente y las reacciones del personal involu-


crado.
• Suministrar datos sobre las reacciones de tensión.
• Manejar el estrés y los servicios de apoyo disponibles.
• Darles una oportunidad a los rescatistas para descansar y comer antes de
regresar a sus deberes.
• Mitigar el impacto del incidente.
• Reducir la intensidad de las reacciones de un evento traumático.
• Fortalecer la red social del grupo.
• Reducir sentimientos de singularidad.
• Establecer las expectativas positivas sobre el futuro.
• Establecer una evaluación preliminar del bienestar del personal después del
incidente.
• Determinar la necesidad de servicios de seguimiento.

120 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Atención a los rescatistas

De desmovilización

Los ejercicios de desmovilización son recomendables después de que el personal


ha sido liberado de su tarea activa en un incidente traumático y a gran escala; por
lo regular se aprovecha un breve periodo de descanso.
Se recomienda disponer de dos cuartos grandes para:

• Desarrollar las sesiones informativas en grupos pequeños de trabajo.


• Proporcionar comida y descanso.

Se reúne al personal durante 10 o 15 minutos para darles todo tipo de infor-


mación que pueda ayudarles a entender y manejar las posibles reacciones de
tensión.
Se les dan entre 20 y 30 minutos para comer y descansar antes de regresar a
sus actividades.

Formato
Introducción del presentador.
Breve descripción del concepto desmovilización.
Explicación sobre las reglas del ejercicio de desmovilización:

• Que el tiempo estimado será de entre 10 y 15 minutos.


• Que el conocimiento que se adquiera será potencialmente beneficioso.
• Cuál es la naturaleza y el curso de las posibles reacciones de estrés que
pueden surgir a partir de la exposición al evento traumático.
• Que los síntomas de estrés son normales bajo las circunstancias en las que
se encuentran.
• Cuáles son los signos y síntomas cognitivos, físicos, emocionales y de
comportamiento del estrés.
• Cuáles son los servicios de seguimiento
que estarán disponibles.
• Invitarlos para que externen sus pre-
guntas o comentarios.

Se distribuyen folletos sobre reacciones


de estrés y técnicas de manejo de estrés.
Se informa sobre el personal de mayor
experiencia y el retorno del personal a las
tareas normales.
Se confirma la disponibilidad de los miem-
bros de la unidad de soporte psicológico, en
cuanto termine la desmovilización.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 121


Glosario
Aburrimiento
Insatisfacción que siente una persona en determinados momentos de su vida;
mientras se siente invadida por el aburrimiento, todo le parece insulso y sin sentido.

Accidente
Suceso imprevisto que altera la marcha normal o prevista de las cosas; sobre todo
cuando daña a una persona o un lugar.

Actitud
Predisposición de la persona para responder de forma determinada ante un estí-
mulo, luego de haberlo evaluado positiva o negativamente.

Adaptación
Estado en el que la persona establece una relación de equilibrio, sin conflictos,
con su ambiente social.

Adrenalina
Hormona que segregan las glándulas suprarrenales; su función consiste en
aumentar la presión arterial y la frecuencia del ritmo cardiaco.

Afectividad
Conjunto de emociones y sentimientos positivos que un individuo experimenta a
lo largo de su vida hacia personas, animales o situaciones.

Afectivo
Perteneciente o relativo al afecto.

Afecto
Inclinación emocional hacia alguien o algo mediante la expresión positiva de sus
sentimientos. También puede ser la ayuda o cooperación social para la supervi-
vencia; por eso se dice que el afecto es esencial en la vida de todo ser humano.

Afiliación
Procedimiento por el que una persona ingresa a una institución, obra social o
causa, entre otros, y como consecuencia obtiene una constancia de pertenencia.
Se usa también como mecanismo de defensa ante una amenaza externa o interna;
en ese caso la persona se afilia en busca de ayuda o apoyo.

Agitación
Intranquilidad, desasosiego, perturbación o excitación extrema que sufre una
persona por un estado desagradable de activación cerebral (emoción o excita-
ción); puede sentirse irritable o confundida durante días, meses o años, incluso.

122 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Glosario

Agresividad
Tendencia a actuar o a responder de forma violenta; también se utiliza para referir-
se al brío, la pujanza y la decisión para emprender algo y enfrentar las dificultades.

Aislamiento afectivo
Mecanismo de defensa por el que una persona separa las ideas y sentimientos
de los hechos reales, con la finalidad de enfrentarse a conflictos o amenazas
internas. Es una forma de abstraerse de la realidad inmediata.

Ambiente
La palabra, cuyo significado es «que rodea», se utiliza para nombrar el entorno
de las personas. Son las condiciones o circunstancias físicas, humanas, sociales o
culturales que rodean a las personas, animales o cosas.

Ambivalencia
Conflicto que se produce cuando una persona se siente atraída y repelida al
mismo tiempo por una persona, un deseo o una situación; puede ser de manera
positiva o negativa.

Amenaza
Peligro latente originado por un hecho o acontecimiento que aún no sucede.
Puede ser a causa de un fenómeno natural o provocado por el ser humano, pero
puede poner en riesgo la vida de las personas, interrumpir la actividad social y
económica o degradar el ambiente natural.

Amnesia
Pérdida parcial o total de la memoria. Puede deberse a alguna alteración emocio-
nal, orgánica o a la combinación de ambas.

Angustia
Aflicción o congoja; temor ante un peligro concreto o sin causa aparente. La sensación
puede estar acompañada por temblores, taquicardia, sudoración excesiva o falta de aire.

Ansiedad
Agitación, angustia, inquietud o temor que acompaña a muchas enfermedades y
no permite el sosiego de quien la padece. Miedo anticipado a padecer un daño o
desgracia futuros, casi siempre se asocia a un sentimiento de temor o a síntomas
somáticos de tensión.

Antidepresivo
Fármaco que eleva el tono del ánimo; se usa para combatir la depresión.

Apatía
Desidia, desgano, indiferencia, falta de ánimo. Cuando la apatía aparece única-
mente en casos específicos (hacia un individuo, una tarea o una situación), suele
tratarse de una respuesta ante el estrés.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 123


Glosario

Aprendizaje
Adquisición de conocimientos, habilidades, valores y actitudes que llevan a un cam-
bio permanente de la conducta mediante el estudio, la enseñanza o la experiencia.

ASR o Evaluación, búsqueda y rescate


Las siglas ASR se refieren a su significado en inglés (Assestment Search and Res-
cue), que quiere decir «evaluación, búsqueda y rescate»; su objetivo es identificar
y definir los tipos de trabajo que hacen los equipos de rescate durante una catás-
trofe. Se clasifica en cinco niveles:

ASR 1: nivel en el que se evalúan por primera vez las consecuencias de la


catástrofe o emergencia, inmediatamente después de que ocurrieron. Se
limita a valorar el estado de las víctimas que están en la superficie y pueden
salir del estado de crisis con la menor ayuda posible.

ASR 2: segundo nivel de evaluación de la catástrofe o emergencia. Se restrin-


ge a un sector determinado, como localizar e identificar los lugares adecuados
en la zona para saber adónde enviar posteriormente los recursos adecuados.

ASR 3: tercer nivel de evaluación de la catástrofe o emergencia en el que se


llevan a cabo el rescate y la búsqueda ligeros.

ASR 4: cuarto nivel de evaluación de la catástrofe o emergencia en el que


se efectúan el rescate y la búsqueda completos.

ASR 5: quinto nivel de evaluación de la catástrofe o emergencia donde se


consuman la búsqueda y recuperación completas.

Atención
Capacidad para centrarse, cuidar, ocuparse de alguien o de algo de manera per-
sistente. Cuando se trata de un trastorno de la atención puede manifestarse con
distracciones frecuentes o dificultad para cumplir las tareas o concentrarse en el trabajo.

Autoestima
Opinión que la persona tiene de sí misma y de sus capacidades; generalmente
es un pensamiento positivo que contribuye a enfrentar retos, sentimientos,
actuaciones y valoraciones hacia su propia persona: la autoestima elevada aporta
equilibrio personal; la baja autoestima provoca vulnerabilidad emocional.

Bloqueo
Incapacidad para expresar afectos o emociones; se caracteriza por un estado de estupor.

Capacidad
Combinación de las fortalezas y recursos de que dispone una persona, comunidad
u organización para reducir el nivel de riesgo o los efectos de un desastre, o bien
para conseguir los objetivos planeados.

124 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Glosario

Catarsis
Capacidad de eliminar los recuerdos que perturban el equilibrio nervioso de una
persona después de vivir un hecho traumático.

Catástrofe
Desastre masivo con consecuencias destructivas que abarcan una gran extensión
y requiere de mucho esfuerzo humano y capacidad de coordinación, lo mismo
que numerosos recursos materiales.

Cognición
Capacidad que permite desarrollar conocimientos intelectuales; gracias a ella las
personas asimilan y procesan datos, los valoran y organizan a partir de la experien-
cia, la percepción u otras vías.

Conducta
Modo que tiene una persona para comportarse en diversos ámbitos de su vida,
o para reaccionar ante las situaciones externas.

Conducta anormal
Comportamiento inadaptado de una persona debido a que viola las normas
sociales y constituye una amenaza; habitualmente es motivo de aflicción y
ansiedad para el individuo o para los demás.

Conducta normal
Cumple, participa, construye y alcanza en lo individual y en lo social el bien
común y las normas adecuadas de convivencia.

Crisis
Problema, conflicto o situación delicada y de peligro o de escasez; se caracteriza
por la incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares con los mis-
mos métodos con los que antes los había solucionado. También tiene el sentido
de oportunidad.

Crisis de angustia
Aparición repentina de ansiedad en su máxima intensidad; generalmente se pre-
senta de modo inesperado, sin síntomas previos de aviso. Suele acompañarse de
miedo a perder el control, a volverse loco o a morir; junto con síntomas corporales
de pánico, como náuseas, mareo, palidez, palpitaciones, respiración acelerada,
sensación de ahogo, desmayo o aturdimiento, manos y pies fríos, sudoración y
sensación de entumecimiento u hormigueo.

Cuerda
Conjunto de hilos de material flexible, trenzados o tejidos que forman un solo
cuerpo más o menos grueso, largo y flexible; se emplea para hacer ataduras o
sujetar cosas.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 125


Glosario

Cuerda auxiliar
Cuerda pequeña en longitud y muy delgada; sirve para elaborar una silla o arnés
de rescate.

Culpa
Experiencia dolorosa que deriva de una sensación más o menos consciente de
haber transgredido las normas éticas personales o sociales.

Desastre
Interrupción seria del funcionamiento normal de una comunidad, causante de sig-
nificativas pérdidas humanas, materiales, económicas o ambientales; suelen
exceder la capacidad de la sociedad afectada para hacerle frente a la situación,
utilizando sus propios recursos.

Desorientación
Confusión de una persona; puede ser temporal (desconoce la hora del día, la
fecha o la estación en la que se encuentra), de lugar (ignora dónde se encuentra)
o de personas (no sabe quién es o con quién está).

Despersonalización
Sensación de tener el cuerpo y la mente separados, como si estuviera soñando.
Alteración de la percepción o experiencia de uno mismo.

Emergencia
Accidente o suceso que sobreviene de forma imprevista, con frecuencia se debe
a los estragos que dejan los desastres y demanda respuesta que pueden solucio-
narse con los recursos localmente disponibles.

Emergencia mayor
Situación adversa en la que se involucran los bienes, el entorno y la vida o la
integridad física de una o varias personas en gran escala; puede deberse a factores
geológicos, socio-organizativos, hidrometeorológicos, sanitario-ecológicos
o atmosféricos.

Emoción
Alteración del ánimo que produce un sentimiento intenso (de alegría o de tristeza)
a causa de un hecho, una idea o un recuerdo; suele ir acompañada de cambios
fisiológicos y endócrinos.

Empatía
Capacidad de percibir los sentimientos de los semejantes. Habilidad de una persona
para comprender el universo emocional de otra.

EPP
Siglas de Equipo de Protección Personal. El EPP se utiliza para proteger a los em-
pleados de lesiones o enfermedades que puedan resultar del contacto con peligros

126 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Glosario

químicos, radiológicos, físicos, eléctricos, mecánicos u otros en sus lugares de


trabajo.

Estado de ánimo
Actitud o disposición emocional generalizada y persistente que influye en la per-
cepción que tiene del mundo una persona; es su forma de ser, de permanecer,
de estar. Puede ser un estado de depresión, de alegría, de cólera o de ansiedad.

Estrés
Estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento superior
al normal; suele provocar diversos trastornos físicos y mentales.

Estupor
Asombro o sorpresa exagerada que le impide a una persona hablar o reaccionar
a un estímulo externo.

Euforia
Sensación de bienestar y alegría excesiva; con frecuencia es resultado de la adminis-
tración de medicamentos o drogas.

Factor externo de riesgo


Fenómeno natural, sustancia, actividad humana o condición peligrosa capaz de
ocasionar muerte, lesiones u otros impactos a la salud de una persona o comunidad;
también puede provocar daños a la propiedad, pérdida de medios de sustento o
de servicios, trastornos sociales y económicos o ambientales.

Fenómeno geológico
Movimiento violento de la corteza terrestre que causa inestabilidad en el subsuelo;
puede ser sismo, terremoto, erupción volcánica, tsunami o maremoto.

Fenómeno hidrometeorológico
Acción violenta de los agentes atmosféricos como el aire y los cambios de tempe-
ratura, capaz de generar cambios bruscos en el clima; se manifiesta con ausencia
o exceso de agua (de forma líquida o sólida): como lluvia, llovizna, nieve, granizo,
niebla, neblina, huracanes, tormentas tropicales o sequías.

Fenómeno perturbador
Acontecimiento provocado por la naturaleza o el ser humano que impacta
de manera negativa al sistema social y al hábitat; provoca riesgos, emergencias
o desastres.

Fenómeno químico–tecnológico
Situación que se genera por la reacción violenta de sustancias químicas, inesta-
bles por su interacción molecular o nuclear. Suele ligarse al desarrollo industrial,
tecnológico o del uso de diversas formas de energía; provoca incendios, explo-
siones, fugas tóxicas o radiaciones.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 127


Glosario

Fenómeno sanitario–ecológico
Calamidad que se genera por la acción patógena de agentes biológicos; ataca a
la población, a los animales y a las cosechas causando la muerte o la alteración
de su salud. Las epidemias o plagas constituyen un desastre sanitario; como la
contaminación del aire, del suelo y de los alimentos.

Fenómeno socio–organizativo
Adversidad causada por errores humanos premeditados, muy común en las
grandes concentraciones o movimientos masivos de población.

Fobia
Aversión o miedo irracional, obsesivo y angustioso hacia determinada situación,
cosa o persona. Quien sufre algún tipo de fobia presenta cuadros de ansiedad
y estrés.

Frustración
Sentimiento desagradable que se produce cuando las expectativas de una persona
no son satisfechas. Fracaso de una esperanza o deseo.

Grupo
Conjunto de personas que persiguen un fin común: como la familia, un partido
político o un equipo deportivo.

Grupo de terapia
Técnicas psicoterapéuticas que aplica un especialista a una o varias personas con
la finalidad de ayudarlas para mejorar las habilidades que les permiten afrontar los
problemas que se les presentan en la vida.

Impasibilidad del ánimo


Indiferencia, falta de emoción, incapacidad para sufrir ante situaciones que, de
manera normal, deberían suscitar emociones o intereses.

Inadaptación social
Incapacidad que manifiesta una persona para adaptarse a una situación determi-
nada dentro del entorno donde vive y se desarrolla. La persona inadaptada social
manifiesta un comportamiento conflictivo con las pautas sociales imperantes.

Incidente
Suceso que se produce en el transcurso de un asunto o en un relato y repercute
en él alterándolo o interrumpiéndolo.

Incoherencia
Falta de congruencia o conexión en las cosas que se dicen o hacen. Absurdo,
contradicción o dicho sin sentido entre varias ideas, acciones o cosas.

128 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Glosario

Inconsciencia
Estado que vive una persona cuando pierde el conocimiento y con ello la capa-
cidad de percibir y darse cuenta de lo que la rodea; puede ser muy profundo,
como el estado de coma. También se refiere a la persona que obra de forma
irreflexiva e imprudente, o que no mide las consecuencias de sus actos ni el
riesgo que comportan.

Inconsciente
Se refiere a lo no consciente e involuntario de una acción o persona, lo mismo
que a la irreflexión e insensatez que puede presentar un individuo en un
determinado momento.

Insomnio
Dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido.

Línea
Cuerda tendida, anclada y preparada para iniciar maniobras de descenso en la
aproximación de la víctima.

Memoria
Función del cerebro que permite codificar, almacenar y recuperar la información del
pasado y evocar cuanto se ha vivido. En términos prácticos la memoria (recuerdos)
es la expresión de que ha ocurrido un aprendizaje.

Miedo
Reacción emotiva que tiene el estado de conciencia frente a un evento reconocido
como un peligro.

Mitigación
Esfuerzo o conjunto de medidas para reducir la pérdida de vida y de propiedad,
atenuando el impacto de los desastres causados por un evento de tipo geológi-
co (sismo o tsunami), hidrológico (inundación o sequía), sanitario o fortuito
(incendio).

Motivación
Motivo, causa o razón que impulsa a una persona a actuar o a realizar algo y a
mantener firme su conducta hasta lograrlo. Los motivos pueden ser de carácter
fisiológico (hambre o sueño) o sociales: como los valores, las normas y las
instituciones sociales.

Negación
Mecanismo de defensa por el que se rechazan aspectos desagradables de la
realidad. Cuando la capacidad para captar la realidad está afectada, es una
negación psicótica.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 129


Glosario

Nerviosismo
Desequilibrio leve del sistema nervioso con trastornos psíquicos de cierta inten-
sidad (como irritabilidad o falta de atención) y trastornos orgánicos (intranqui-
lidad motora).

Odio
Emoción reactiva ante una persona o vivencia que hiere o amenaza.

Olvido
Incapacidad para recordar.

Pánico
Episodio agudo de ansiedad, caracterizado por un miedo intenso e irracional.

Peligro
Fenómeno o acontecimiento de cierta magnitud que afecta de manera negativa
a las personas, a sus animales, a sus propiedades o a todos a la vez.

Pensamiento
Actividad mental de razonamiento, abstracción o generalización, con la finalidad
de resolver algún problema, tomar una decisión o representar la realidad.

Percepción
Función de los sentidos para recibir y procesar la información que llega del exte-
rior, con la intención de organizarla y dotarla de significado.

Persona
Ser vivo, hombre o mujer, con poder de raciocinio y sensibilidad; posee conciencia
de sí misma, cuenta con su propia identidad y es capaz de vivir en sociedad.

Personalidad
Conjunto de características físicas, genéticas y sociales que diferencian a un indi-
viduo y lo distinguen de otro para hacerlo único respecto de los demás; rasgos
distintivos de un individuo. Modo específico de actuar y de pensar.

Pesadilla
Sueños con carácter terrorífico y angustiante que carecen de significado patoló-
gico si no son muy intensos o repetitivos.

Preparación
Actividades y medidas que se hacen antes o se dejan listas para su uso posterior,
con la finalidad de asegurar una respuesta eficaz ante el impacto de amenazas; in-
cluye la emisión oportuna y efectiva de sistemas de alerta temprana, lo mismo que
la evacuación temporal de la población y de las propiedades del área amenazada.

130 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Glosario

Prevención
Preparación y disposición anticipada para evitar o minimizar un riesgo o un
desastre. La inversión en medidas preventivas se justifica en áreas afectadas por
desastres frecuentes; la conciencia y educación pública, relacionadas con
la reducción del riesgo de desastres, contribuyen a cambiar la actitud y los
comportamientos sociales, así como a promover una cultura de la prevención.

Psicología
Ciencia que estudia la actividad psíquica y la conducta de personas y animales;
analiza las tres dimensiones de los procesos mentales: cognitiva, afectiva y conduc-
tual. Capacidad para captar los sentimientos de los demás y saber tratarlos.

Psicoterapeuta
Persona que se dedica profesionalmente a la aplicación de la psicoterapia.

Psicoterapia
Proceso de reeducación que lleva a cabo un profesional de la salud (psicote-
rapeuta) con la intención de ayudar a una persona a tener cambios positivos
en su comportamiento, su salud psíquica y física o su adaptación al entorno
o a su identidad.

Psique
Dinámica mental y contenido del pensamiento del individuo. Conjunto de actos y
funciones de la mente.

Psiquiatría
Rama de la medicina que estudia las enfermedades de la psique (mente).

Reconstrucción
Acción y efecto de reconstruir, volver a producir determinadas circunstancias o
regresar a la memoria recuerdos o ideas mediante estímulos conectados a acon-
tecimientos del pasado.

Recuerdo
Imagen del pasado (objetos, personajes o experiencias vividas) que se conserva
en la memoria. Reproducir algo vivido o aprendido antes.

Resiliencia
Capacidad, entereza de una persona o grupo de personas para resistir o recu-
perarse de amenazas, tragedias o periodos de dolor emocional; en ocasiones las
circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encon-
traban latentes y la persona desconocía.

Respuesta
Reacción ante un estímulo; puede expresarse mediante cambios mecánicos, físicos,
químicos o de otra naturaleza.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 131


Glosario

Riesgo
«Lo que depara la providencia», proximidad, contingencia de un posible
daño o peligro. Situación de vulnerabilidad o amenaza de que ocurra un
evento, cuyas consecuencias negativas puedan acarrear daños sociales, am-
bientales o económicos en un lugar dado y durante un tiempo de exposición
determinada.

Riesgo aceptable
Daño conocido por la comunidad antes de que suceda y para cuya amenaza
se preparó calculando el costo de los daños que podría causar el desastre
natural esperado.

Riesgo de desastre
Análisis y evaluación de los daños producidos por un desastre, cuyos estra-
gos rebasó la capacidad de respuesta de la comunidad impidiéndole volver
a la normalidad.

Sensación
Proceso por el que los órganos de los sentidos convierten los estímulos del mundo
exterior en datos elementales o materia prima de la experiencia; impresión que
se produce en la mente por medio de los sentidos. Predicción o presentimiento
de que algo sucederá en el futuro.

Sentimiento
Estado del ánimo que se produce por causas alegres, felices, dolorosas o tristes; lo
opuesto a la inteligencia o razón. Intuición o presentimiento confuso e irracional.

Síndrome de Burnout
Resultado de un estado de estrés laboral crónico que afecta todos los ámbitos de
la vida. Surge cuando una situación laboral sobrepasa al individuo reduciendo su
capacidad de aceptación.

Síntoma
Señal, indicio de una cosa que está sucediendo o va a suceder; manifestación de
un estado patológico, revela la existencia de una enfermedad.

Socialización
Proceso por el que un individuo desarrolla cualidades esenciales para su plena
afirmación en la sociedad en la que vive.

Subconsciente
Conjunto de procesos mentales o estrato de la personalidad que desarrolla una
actividad independiente de la voluntad del individuo. A menudo sus manifes-
taciones están dotadas de mayor carga y tensión que las conscientes, y afloran
mediante complejos mecanismos de proyección o en forma de sueños.

132 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Glosario

Sueño
Periodo en el que las actividades y preocupaciones de la vida están ausentes de
la conciencia, y el cuerpo y la mente están sumergidos en un estado de tranquilidad.
Sucesos e imágenes que se representan al dormir, con funciones restauradoras al
reelaborar los distintos datos que se almacenan en la memoria. Acto de dormir
o deseo de hacerlo.

Temperamento
Aspecto espontáneo de la personalidad de un individuo; procede de la combi-
nación de disposiciones características emanadas de sus apetitos, emociones y
estados de ánimo.

Trauma psíquico
Choque emocional que deja huella en la psique (mente).

Voluntad
Facultad psíquica que tiene el individuo para elegir si realiza o no un determinado
acto; depende del deseo y la intención de hacer real un acto concreto.

Vulnerabilidad
Persona o grupo social susceptible de ser lastimado o herido, física o moralmen-
te. Características y circunstancias de una comunidad o sistema que los hacen
susceptibles, vulnerables, a los efectos dañinos de una amenaza.

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 133


Fuentes de consulta
Catálogo Nacional de Incidentes y Emergencias

Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales


(Conocer)

Emergency Management Institute (Instituto de Gestión de Emergencias), EMI

Federal Emergency Management Agency (Agencia Federal para el Manejo de


Emergencias), FEMA

Guía Práctica Sobre Riesgos Químicos

Homeland Security (Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Uni-


dos), DHS

International Search and Rescue Advisory Group (Grupo Consultivo Internacional


de Búsqueda y Salvamento), Insarag

Ley General del Sistema de Protección Civil

Ley del Sistema de Protección Civil de la Ciudad de México

Ley del Sistema de Protección Civil del Estado de México

Organización de las Naciones Unidas (ONU)

Organización Mundial de la Salud (OMS)

United States Aid (Ayuda de Estados Unidos), Usaid

134 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Notas

Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre 135


Notas

136 Manual de resiliencia. Antes, durante y después de un desastre


Manual de resiliencia

Antes, durante y después


de un desastre

Comité de Ayuda a Desastres


y Emergencias Nacionales A.C.
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CADENA AI.indd 2 10/23/17 15:50

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