El Derecho para el feminismo es ambiguo y controversial: por

Introducción
un lado es una herramienta poderosa para mejorar la condi-
ción femenina, por otro es una de las expresiones más radicales
y peligrosas de la cultura masculina.

Alejandra Facci

En estos últimos años, diversos movimientos de
mujeres se han levantado a nivel mundial contra
la violencia que sufrimos en razón de nuestro
género. Específicamente en nuestro país, dichos
movimientos van desde la lucha por la erradica-
ción de esta violencia, comprendiendo también
que como mujeres cargamos con las labores más
precarias de la sociedad: somos nosotras quienes
generalmente realizamos las tareas domésticas,
tenemos los trabajos con menor remuneración y
condiciones laborales, nos hacemos cargo de las y
los niños, así como de los y las ancianas; y cuan-
do envejecemos, tenemos las peores pensiones en
nuestra jubilación.
Somos conscientes de que el Derecho, muchas
veces, ampara y reproduce dichas manifestacio-
nes del patriarcado, y la falta de acceso a una de-
fensa jurídica efectiva nos privan de poder vivir
una vida
digna. Sin embargo, también sabemos que des-
de el lugar en el que nos encontramos, tenemos
el deber de contribuir en la búsqueda y creación
de instancias que sirvan para la construcción de
aquel mundo con el que soñamos. Por ello, nues-
tra intención es aportar con el acercamiento
a todas al mundo jurídico que, en ocasiones, se
presenta como distante y complejo, desde una
mirada crítica a nuestra regulación actual.

Todas estas formas de violencia se amparan en un
sistema de dominación denominado patriarcado,
el cual mantiene a las mujeres y los cuerpos feme-
ninos en una condición desmejorada con respecto
al resto de las personas, donde la violencia que se
comete contra nosotras es vista como algo nor-
mal, y nuestros cuerpos como objetos.
En este contexto nace nuestro proyecto, desde un
grupo de estudiantes y egresadas de Derecho que
buscamos aportar desde nuestros saberes a la
defensa de nuestras compañeras que hoy sufren
ladiscriminación y desigualdad social, además de
las distintas formas en que se expresa la violencia
de
género. Nos motiva la convicción y anhelo de la
construcción de una sociedad donde aquello no
tenga cabida.
“Se va enredando,
enredando.
Como en el muro la hiedra.
Y va brotando, brotando.
Como el musguito en la
piedra”.
Finalmente, el nombre de nuestro proyecto “De-
fensoría Feminista “La Hiedra””, surge desde la
comprensión de que sólo nuestra fuerza colectiva
puede tejer nuevas formas de justicia para noso-
tras.
Tal como las hiedras se entrelazan para crecer
sobre los muros, nosotras entrelazamos nuestras
fuerzas para enfrentarlos, aquellos muros que nos
han relegado a ser ciudadanas de segunda catego-
ría, amarradas a la precarización de nuestro vivir.
Esperamos profundamente que este manual de
“nuestra hiedra” pueda ser un aporte a que mu-
chas otras se levanten y comiencen a entrelazar.
La sororidad es nuestra más fuerte arma de lucha.

6 7
 Capítulo 1
Mujer Migrante