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Es aquella parte de la ética profesional que se ocupa de los deberes éticos de los
abogados como servidores del Derecho, de analizar y valorar la ética del abogado
y su actuación en el ejercicio profesional en relación con los principios
deontológicos y su relación con los clientes, colegas y demás implicados en el
proceso
La ética es un conjunto de conocimientos derivados de la investigación de la
conducta humana al tratar de explicar las reglas morales de manera racional,
fundamentada, científica y teórica. Es una reflexión sobre la moral.
La ética es una disciplina que forma parte de la filosofía y tiene como una de sus
tareas la reflexión sobre la particularidad del ser humano de autolimitarse, a pesar
de la libertad absoluta de decisión para actuar de acuerdo a lo que nuestra propia
conciencia nos indica, dando origen a la moral.
1. Concepto de profesión.
En cuanto a su resolución ante un problema que lo pone ante un dilema moral, las
opciones son fallar en contra de la propia conciencia o a favor de ella pero sin
argumentos o valiéndose de argumentos falaces. “En resumidas cuentas, pues, la
disyuntiva del juez estribará en decirse a sí mismo que “la ley es la ley” y no darle
más vueltas o ver en ésta un instrumento para “hacer justicia”, lo que quiere decir
hacer aquello que cree justo en conciencia” “La gravedad y la importancia de la
función judicial se advierten de un modo gráfico en la fuerza que adquiere una
sentencia firme. Sobre la cosa juzgada no se pude volver. El juez tiene por tanto la
capacidad de transformar lo ambiguo en jurídicamente definitivo”.
El Notario tiene sus deberes específicos como es el de proceder con absoluto
apego a la verdad, sin certificar datos falsos y guardando el secreto profesional.
“Cuando se habla de la verdad en la profesión notarial se quiere decir que el
notario no puede mentir, que no puede autorizar la mentira presentada por el
cliente, si el notario sabe que es efectivamente una mentira” El deber moral de no
mentir es parte de la deontología del notario, aun cuando la verdad interesa más al
cliente porque de ella depende la firmeza del acto jurídico.
“El Ministerio Fiscal está obligado a ejercitar la acción penal apenes llegue a
conocimiento de que existen indicios de delito” El Ministerio Público se encuentra
frecuentemente ante dilemas morales, cuando por determinados tipos de delitos
se ve presionado por la opinión pública y por los medios de comunicación para
actuar parcialmente tratando de configurar pruebas que no existen, con testigos
falsos, etc. También es frecuente que se presenten casos con repercusiones
políticas, y el más frecuente es el de los casos en que los propios superiores le
obligan a actuar en contra de su deber moral. Al Fiscal se le presentan situaciones
especiales en las cuales está exento de seguir cierto comportamiento
deontológico, como cuando sufre amenazas para él o su familia por parte de
narcotraficantes, terroristas o grupos fuertes de interés.
DILIGENCIA debe ser diligente debe estar presto a servir a su cliente, poniendo
atención a los asuntos a los que sean encomendados, actuar con esmero dar lo
mejor de si
DERECHO NATURAL.
26 de febrero
Ulpiano Derecho Natural es “el que la naturaleza enseño a todos los animales
García Máynez, nos define el Derecho Natural como “un orden intrínsecamente
justo, que existe al lado o por encima del positivo, la regulación justa de cualquier
situación concreta, presente o venidera, y admite por ende, la variedad, de
contenidos del mismo Derecho, en relación con las condiciones y exigencias,
siempre nuevas, de cada situación especial; sin que lo dicho implique la negación
de una serie de principios supremos, universales y eternos, que valen por si
mismos y deben de servir de inspiración o pauta para la solución de los casos
singulares y la formulación de las normas a éstos aplicables.
Otra definición es la que nos brinda el Diccionario Jurídico Mexicano del Instituto
de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, que
a la letra dice: “Derecho Natural es el conjunto de normas jurídicas que tienen su
fundamento en la naturaleza humana, esto es, de juicios de la razón práctica que
enuncian un deber de justicia”.
En primer lugar, los cristianos deben tener en cuenta que hay que hablar de Dios y
de la inmortalidad y destino eterno del alma a todos los hombres, sabiendo que
todos pueden y deben conocerlo; si no se reconoce a Dios Creador, falta todo
fundamento para reconocer una moral objetiva y evitar un completo relativismo en
el que, por las pasiones y pecados personales, se va debilitando cada vez más el
influjo de la misma ley natural en cuanto luz en la inteligencia e inclinación de la
voluntad hacia el bien
San Agustín, uno de los padres de la Iglesia, sostenía que la comunidad política
humana sería remplazada en un futuro por la Civitas Dei (La Ciudad de Dios), en
donde reinaría sólo Dios y las leyes humanas quedarían obsoletas.
Nueve siglos después, otro padre de la Iglesia, Santo Tomás, armaría una
concatenación de las leyes:
1. Ley Eterna: Es la razón del gobierno supremo, la divina sabiduría que
rige en todo el cosmos y sólo Dios la conoce en su integridad.
2. Ley Divina: Es una parte de la ley eterna que es revelada por Dios a los
hombres y que podemos conocer, ya que se hallan en las sagradas
escrituras.
3. Ley Natural: La única concepción que tienen los hombres de las
intenciones de Dios. Les da posibilidad de distinguir entre el bien y el
mal, por lo que debe ser la guía de la Ley Humana.
4. Ley Humana: Las leyes promulgadas por los que tienen el cuidado de la
comunidad, pero para que sea ley tiene que estar guiada por la razón.
Nace en el campo de la filosofía jurídica que se desarrolló en los siglos XVIIy XVIII
en la cual se distinguen tres etapas
El hombre nace libre ante las dificultades que emanan de ese estado de
naturaleza, celebra un contrato con sus semejantes para construir una sociedad
en la cual delega parte de sus derechos a cambio de protección estos derechos
que el hombre entrega a la sociedad no pueden ser disminuidos por ella porque
son derechos naturales.
PRIMER PERIODO
PARA TOMAS HOBBES, Para el, el hombre es malo, egoísta y como todos los
hombres son iguales y tienen derecho a todas las cosas se produce un batallar de
todos contra todos.
SEGUNDO PERIODO
TERCER PERIODO
Juan Jacobo Rousseau, encontrar una forma de asociación que defienda y proteja
con la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado y por la cual cada
uno uniéndose a todos, no obedezca si no asimismo y permanezca tan libre como
antes, Rousseau sostiene la pertenencia al Estado bajo las condiciones del
contrato social no destruye la libertad o igualdad originarias del individuo; en
efecto dándose al individuo a todos no se da a nadie y como no hay un asociado
sobre el cual se adquiere el mismo derecho que se cede, se gana la equivalencia
de todo lo que se pierde y mayor fuerza para conservar lo que se tiene.
Hemos aprendido que la escuela del derecho natural significo un cambio profundo
en la vida humana, como en lo político y en lo religioso, principios que son
fundamentales que buscaban rescatar la libertad del hombre, constituir sociedades
como también otorgando sus derechos a cambio de protección, los cuales no
pueden ser disminuidos ni quitados por el hecho de que estos principios son
inmutables, irrenunciables, ya que son derechos naturales que el hombre los
posee por el hecho de ser hombre.
Lo que aprendimos en esta escuela es que contaba con tres periodos, cada
una con importantes autores los cuales sostenían sus distintas teorías, en el
primer periodo las teorías de estos autores es que el derecho natural solo
queda entregado a la prudencia y moderación del gobernante, en la segunda
etapa, es que aquí el derecho natural se acentúa a proteger las garantías
constitucionales más que de guardar el orden aquí importa más la libertad
que la seguridad así sería una estricta vigilancia recíproca y en el último
periodo su teoría consideraba que el derecho natural precisaba de
protección pero creía que ella solo puede otorgarla a la voluntad general del
pueblo.
Para los clásicos la ley natural no es puramente formal, sino que tiene un
contenido. Ese contenido es al que llaman «derecho de gentes»
Parte del orden jurídico formado por el conjunto de principios elaborados por la
razón con fundamento en las inclinaciones innatas de nuestro ser.
Es producto de una larga evolución histórica que sufre distintos procesos y que
pasa de la idea de un derecho derivado de la divinidad a la de un derecho
deducido de la naturaleza humana cuyos postulados o principios pueden
obtenerse por métodos racionales.
Hugo Grocio podría ser llamado con justicia, el legislador de Europa Moderna, en el
mismo sentido que Licurgo, lo fue de Esparta y Cicerón de todos los sistemas
jurídicos en general, ya que fue uno de los mediadores más eficaces que la historia
haya conocido, entre la visión filosófica del mundo y la ciencia del derecho. Por lo
tanto, es el Iniciador de esta Escuela.
El derecho natural de los siglos XVII Y XVIII está marcado por el concepto de que
el Derecho se podría basar en principios superiores, generalmente comprensibles
y obligatorios, por ser accesibles a la razón humana, para posteriormente, a partir
de esos principios, poder derivar, con un procedimiento asimismo razonable,
«more geometrico», sistemas de Derecho completos con muchas reglas
individuales bien organizadas.
Antonio Hernández Gil señala que para la Escuela Histórica cada periodo de la
historia de un pueblo es continuación y desarrollo de las edades pasadas. Cada
edad no se crea arbitrariamente ni tiene vida propia tiene indisoluble comunidad
con el pasado y ha de reconocer en si algo dado ya.
La Escuela Histórica enfatiza el hecho que los conceptos varían a lo largo del
tiempo, Así por ejemplo, podríamos estar refiriéndonos con un término
determinado a una institución jurídica de la edad antigua, edad media, en la
modernidad pero los conceptos detrás de los términos utilizados no
necesariamente se corresponden, se puede seguir utilizando el mismo término
jurídico pero el concepto puede ser totalmente distinto. Este es un punto en el que
se debe tener especial cuidado en la investigación y en la enseñanza del Derecho.
El aspecto negativo es que la evolución del derecho en tanto tiene que darse de
una forma orgánica debe mantener una tendencia a mantener la tradición lo cual
le proporciona un cierto tinte estático y conservador.
El estudio directo de las fuentes es necesario para tener en cuenta tanto para la
investigación como para la enseñanza del derecho
No existe una definición única de la palabra positivismo; todos los autores que la
utilizan le confieren diverso significado. La expresión positivismo designa un
conjunto de corrientes filosóficas y científicas, algunas de las cuales se encuentran
en relativa oposición entre sí. Sin embargo, como dice Abraham Kaplan, puede
distinguirse entre un positivismo del siglo diecinueve y un positivismo del siglo
veinte, a pesar de que ambos tienen como origen común el gran movimiento
cultural del siglo dieciocho conocido como “La Ilustración” o “ El Iluminismo” . La
ilustración consiste en el hecho por el cual el hombre sale de la minoría de edad.
Para caracterizar la peculiaridad histórica de este movimiento cultural debemos
citar las memorables palabras de Immanuel Kant (1724-1804), quien en muchos
aspectos puede ser considerado como uno de los autores que más condicionó el
nacimiento del positivismo filosófico
El término “positivismo” fue utilizado por primera vez por el filósofo francés
Auguste Comte, autor de la obra que inauguró esta corriente de pensamiento,
Curso de filosofía positiva (6 vols., 1830-1842). No obstante, algunos conceptos
positivistas se remontan al filósofo británico David Hume, al francés Claude Henri
de Rouvroy, conde de Saint-Simon, y al alemán Immanuel Kant.
Asimismo, fue uno de los resultados que produjo la Revolución Francesa tras los
cambios políticos, sociales y económicos, que colocaron a los individuos y a las
sociedades como objetos de estudio partiendo de sus experiencias.
Rechaza las nociones a priori y los conceptos o creencias de tipo universal que no
hayan sido comprobados.
El positivismo se basa en que los hechos empíricos son los que fundamentan el
conocimiento.
Promueve como válido el conocimiento de carácter científico respaldado por el
método científico.
El método científico debe ser aplicado tanto a las investigaciones científicas como
humanísticas.
El conocimiento que se obtiene del positivismo debe ser objetivo.
Las pruebas documentadas son las más importantes, no sus interpretaciones.
Según Comte, la humanidad pasa por tres fases o etapas de conocimiento, cada
una de ellas superior a la anterior, que son: el conocimiento religioso, el filosófico y
el científico. Las formas de conocimiento religioso y filosófico (a las que se refiere
como teológico y metafísico, respectivamente) se ven superadas por el
conocimiento positivo o científico, por lo que, una vez alcanzado éste, no tiene
sentido ni justificación mantener las anteriores formas de conocimiento.
POSITIVISMO JURIDICO
EL POSITIVISMO ANALÍTICO.
EL POSITIVISMO ANALÍTICO
Cabe destacar, por otra parte, que estas dos grandes corrientes se encuentran
presentes, a veces, en las diferentes etapas del pensamiento de algunos filósofos,
como v.gr. L. Wittgenstein y G.H. von Wright. En el campo de la ética, la filosofía
analítica produjo diversos resultados según las diversas tradiciones que la
dividieron; así, la modalidad cientificista-empirista desembocó en un decidido no
cognitivismo ético, con la defensa a ultranza del valor argumentativo de la “ley de
Hume” y la reducción de todo estudio racional posible en el ámbito moral al de la
“meta-ética”, es decir, al del análisis lógico de lenguaje moral llevado a cabo en
clave radicalmente empirista; los modelos más acabados de esta orientación del
pensamiento fueron el emotivismo de Ayer y Stevenson y el prescriptivismo de
Hare. Por su parte, la orientación “oxfordiana”, volcada hacia el análisis del
lenguaje ordinario y al estudio de sus “juegos”, produjo resultados de diverso tipo,
pero en general más abiertos a la consideración de cuestiones de contenido y
menos dogmáticos en cuanto a los supuestos filosóficos del análisis. Un modelo
paradigmático de este tipo de estudios lo constituyen, entre otras obras,
TheVarieties of Goodness, de Georg Henrik von Wright16 y TheVirtues, de Peter
Geach. Por su parte, la concepción analítica del derecho o “positivismo analítico”,
se enmarca a sí misma en la tradición de la semántica empirista desarrollada por
Bentham y Austin y puede ser caracterizada principalmente por las siguientes
notas: i) distinción tajante entre el derecho y la moral; ii) reducción del
conocimiento y, en especial, de la ciencia jurídica, al análisis del lenguaje jurídico-
positivo; y iii) empirismo noético y semántico, con sus consecuencias de radical
escepticismo moral. En esta orientación corresponde mencionar a UbertoScarpelli,
John Mackie y Eugenio Bulygin. Por otra parte, pero centrándose en el estudio del
lenguaje corriente y siguiendo el legado del “segundo” Wittgenstein, debe
enumerarse a Herbert Hart, Genaro Carrió y el “primer” Carlos Nino. Pero lo
importante y verdaderamente decisivo en esta corriente - como en todo
positivismo - radica en la decidida exclusión de la problemática de la justicia de las
consideraciones que se conceptúa como estrictamente jurídicas. “Para que el
positivismo jurídico y político no sea sólo un simple mito - escribe Höffe - es
necesario que estos teóricos del derecho desarrollen un concepto del derecho y
del Estado que no deje ningún lugar a la justicia. Sólo esta teoría del derecho es
propiamente positivista”. En un reciente volumen colectivo, un grupo de
pensadores enmarcados en el positivismo analítico, desarrollan in extenso la
doctrina de la separación conceptual del derecho con respecto a cualquier
consideración ética objetiva, en especial en materia de justicia; “el orden jurídico y
el orden moral - escribe Ulises Schmill - son distintos, con características
estructurales diversas. Pueden ser considerados como dos órdenes entre los
cuales hay, formalmente hablando, solución de continuidad, i.e., un abismo
infranqueable. El jurista no emite juicios de carácter moral qua jurista, como el
moralista no lo hace [con los de carácter jurídico] en tanto permanezca dentro de
los límites de su disciplina (...): este es uno de los postulados centrales del
positivismo jurídico”. Ahora bien, esta separación tajante entre el orden jurídico y
las exigencias éticas de justicia, aceptada por una buena mayoría de los
académicos a comienzos del siglo XX, comenzó a deteriorarse en la segunda
posguerra, para finalmente colapsar en la década de los 70. Este colapso del
positivismo llegó a ser aceptado aún por sus mismos defensores, uno de los
cuales, NorbertHoerster, pudo afirmar que “desde hace por lo menos cincuenta
años es casi de buen tono, en la filosofía jurídica alemana, rechazar y hasta
condenar el positivismo jurídico”; y en el ámbito intelectual anglosajón, Ronald
Dworkin sostuvo tajantemente que “el punto de vista del positivismo legalista es
equivocado y, en definitiva, profundamente corruptor de la idea y del imperio del
derecho”. Las causas de ese colapso son múltiples y de muy diverso orden, en
especial de carácter ético-político, jurídico-institucional y epistémico-filosófico.
Haremos a continuación algunas breves referencias a cada una de ellas.
Afirma Kelsen que el derecho o la llamada ciencia del derecho, pertenece a las
CIENCIAS DEL ESPÍRITU, tan diferente de las CIENCIAS DE LA NATURALEZA,
como la biología, física, química, etc. En el mundo distinguimos tres órdenes
diversos: El primero es el orden de las NORMAS, que es de naturaleza ideal,
espiritual; el segundo es el orden de las CONDUCTAS, que tiene una naturaleza
física; y el tercero es el orden de los VALORES, cuya naturaleza es axiológica.
“...es decir, la teoría jurídica para ser verdaderamente ciencia debe prescindir por
igual de los conceptos sociológicos, psicológicos, biológicos, etc. (distinción entre
ser y deber ser) y de los conceptos éticos, políticos, etc. (distinción entre deber ser
lógico y deber ser axiológico).”4
Dice Kelsen que no podemos equiparar jamás al derecho con la justicia, porque la
justicia pertenece a un orden social también ABSOLUTO, un orden que logra
perfectamente su objetivo en cuanto satisface a todos. Señala Kelsen que
psicológicamente, el anhelo de justicia es el eterno anhelo del hombre. “...Ese
eterno anhelo del hombre por la felicidad, que como ser individual no puede
encontrar y, por lo tanto, busca en la sociedad. Llámese justicia a la felicidad
social. La justicia significa un valor absoluto y su contenido no puede de ninguna
manera ser determinado por la Teoría pura del derecho”6.
Desde siglos el hombre busca en vano la solución a sus problemas o sea busca la
justicia. Pero la justicia pertenece a un orden superior y diverso frente al
DERECHO POSITIVO o al Derecho de Normas. La justicia está más allá de toda
experiencia, similar a la idea platónica del mundo de las ideas. Ese mundo
suprasensible donde estaban las ideas perfectas de las cosas, el toposuranos,
donde se supone estaba también la justicia.
O más allá de los fenómenos del que hablaba Kant y que en consecuencia no se
podría conocer “la cosa en sí”. Recuérdese a Kant cuando dice que nosotros no
podemos conocer las cosas como son en sí mismas, sino que conocemos
solamente como se nos presentan, es decir el mundo de los fenómenos. Y que en
consecuencia nunca podremos conocer la cosa en sí, el noúmeno, sino sólo el
mundo de los fenómenos. En el caso de Kelsen, el noúmeno sería la justicia, lo
inalcanzable. Refuerza este su pensamiento cuando dice: “Desde el punto de vista
del conocimiento racional sólo hay intereses, y por tanto conflicto de intereses,
cuya solución es dada por un orden de intereses que, o bien satisface un interés
contra el otro y a costa del otro, o bien instituye una compensación, un
compromiso entre intereses contrapuestos. Por vía del conocimiento racional no
puede fundarse que sólo uno de los órdenes tenga valor absoluto, es decir, que
sea el “justo” o “lo justo”. Si se diera una justicia en el sentido en que suele
invocarse su existencia, cuando se quiere que prevalezcan ciertos intereses
respecto de otros, fuera entonces por completo superfluo el derecho positivo y de
todo inconcebible su existencia. Ante la presencia de un orden social
absolutamente bueno, resultante de la naturaleza, de la razón, o de la voluntad
divina, la actividad del legislador estatal sería la insensata tentativa de una
iluminación artificial a la luz solar”7.
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