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AUTENTICXS

Crónicas de sexilio de mujeres trans en Colombia

Autora:

Helena María Calle Botero

Tesis de grado para optar por el título de Comunicadora Social

Énfasis en Periodismo

Director:

Juan Carlos Valencia

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE

COMUNICACIÓN SOCIAL

Bogotá D.C, 15 de noviembre de 2016

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ARTÍCULO 23

“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus

trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católicos

y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes bien, se vean

en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.

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Bogotá, 15 de noviembre de 2016

Decana

Marisol Cano Busquets

Facultad de Comunicación y Lenguaje

Pontificia Universidad Javeriana

Estimada decana.

La saludo nuevamente para presentarle el trabajo de grado de la estudiante Helena María Calle

Botero, titulado Auténticxs: crónicas de sexilio de mujeres trans en Colombia.

Este producto consiste en la escritura de dos crónicas periodísticas que desmitifican las

migraciones de mujeres transgénero en Colombia, a la vez que intentan demostrar, en las voces

de las protagonistas, que el prejuicio por su expresión de género fue determinante al momento de

sus desplazamientos. Están acompañadas por una versión radial de las mismas crónicas.

Avalo esta tesis por su esfuerzo y pertinencia.

Cordialmente,

Juan Carlos Valencia

Asesor Trabajo de grado

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Pontificia Universidad
JAVERIANA
-------------------B o g o tá ---------------------

PTG-E-3
Referencia: Formato Resumen del Trabajo de Grado

Formato R e s u m e n del Trabajo de Grado Carrera de Comunicación Social

Este formato tiene por objeto recoger la información pertinente sobre los Trabajos de Grado que
se presentan para sustentación, con el fin de contar con un material de consulta para profesores y
estudiantes. Es indispensable que el Resumen contemple el mayor número de datos posibles en
forma clara y concisa.

Fi c h a t é c n ic a d e l t r a b a jo

Autor (es): Nombres y Apellidos completos en orden alfabético)

Nombre(s): Helena María Apellido(s): Calle Botero

Nombre(s): Apellido(s):

Nombre(s): Apellido(s):

Nombre(s): Apellido(s):

Campo profesional: Periodismo

Asesor del Trabajo


Juan Carlos Valencia

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Título del Trabajo de Grado: Auténticxs: crónicas de sexilio de mujeres trans en Colombia

Tema central: Desplazamiento forzado en Colombia a razón de la identidad de género de


mujeres transgénero

Subtemas afines: Género, migraciones, sexualidad, conflicto armado en Colombia, crónica

Fecha de presentación: Mes: Noviembre Año: 2016 Páginas: 141

II. Re s e ñ a del Tr a b a j o de Gr a d o

1. Objetivo o propósito central del trabajo:

Demostrar cómo las mujeres transgénero han sido desplazadas forzadamente de sus lugares
de origen y/o residencia por su expresión de género y relatar sus experiencias de vida, de
tránsito de género y trayectorias de migración.

2. Contenido (Transcriba el título de cada uno de los capítulos del Trabajo)

1. Migraciones, desplazamiento forzado y exilio

2. Migración, desplazamiento y exilio relacionados con el género

3. Metodología o cómo huir del extractivismo intelectual con herramientas periodísticas

4. Autenticxs, crónicas de sexilio de mujeres trans en Colombia

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5. Conclusiones

3. Autores principales (Breve descripción de los principales autores referenciados)

-Javier Darío Restrepo: periodista y director del consultorio ético de la Fundación


Nuevo Periodismo Iberoamericano.
-Caribe Afirmativo, Colombia Diversa & Fundación Santa María: organizaciones
LGBTI que produjeron el que es por el momento el informe más detallado sobre la
violencia contra sector LGBTI en Colombia (2016).
-Nancy Prada: investigadora principal de los informes “A mí me sacaron volada de
allá: relatos de vida de mujeres trans desplazadas forzosamente hacia Bogotá” y
“Aniquilar la Diferencia” del Centro Nacional de Memoria Histórica.
-Gloria Naranjo: profesora que se ocupa de la relación entre desplazamiento y
ciudadanía
-Cecilia Lanza Lobo: profesora de la Universidad Andina Simón bolívar, en Quito. Su
trabajo se concentra en cómo las crónicas de autores gays ponen en entredicho la
identidad latinoamericana.

4. Conceptos clave (Enuncie de tres a seis conceptos clave que identifiquen el Trabajo).

Transgénero, heteronormatividad, desplazado, crónica

5. Proceso metodológico. (Tipo de trabajo, procedimientos, herramientas empleadas para alcanzar


el objetivo).

Este trabajo consiste en dos crónicas periodísticas, cada una en dos formatos: audio y
escrito. Se emplearon las técnicas de entrevista e investigación documental.

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6. Reseña del Trabajo (Escriba dos o tres párrafos que, a su juicio, sinteticen el Trabajo).

Autenticxs: crónicas de sexilio de mujeres trans en Colombia es el resultado de una


investigación que pretende comprobar a través de dos historias de vida que las razones
para la expulsión de mujeres transgénero desplazadas no es sólo por parte de actores
armados, sino que las reglas de la heteronormatividad son un actor expulsor, no
considerado aun en gran cantidad de estudios migratorios, artículos académicos y de
prensa. Me valgo de antecedentes teóricos respecto a conceptos sobre migración y
género, e incluyo una justificación de la crónica como género ideal para tratar temas de
género en el periodismo.

III. Pr o d u c c i o n e s t é c n ic a s o m u l t im e d ia l e s

1. Formato (Video, material escrito, audio, multimedia).


Audio e impreso

2. Duración audiovisual (minutos):


Número de casetes de vídeo:
Número de disquetes:
Número de fotografías:
Número de diapositivas:

3. Material impreso Tipo: crónica Número de páginas: 141

4. Descripción del contenido


2 crónicas sobre mujeres trans desplazadas forzosamente por razón de su identidad
de género y 2 crónicas radiales, explorando el mismo género periodístico en 3 piezas
en formato .mp3 de máximo 30 minutos.

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Agradecimientos

A mi mamá, Patricia Calle, mujer guerrera, por parirme fuerte, criarme fuerte y amarme igual.

Por regalarme esta vida de la que estoy orgullosa, porque la perseverancia y la pasión son su

legado.

A tía Luz Victoria, que me hizo el regalo inmenso del estudio, junto con mamá, y por eso estaré

eternamente agradecida.

A la familia Calle Botero, porque llevo mis apellidos como una bandera, porque mandaron a la

universidad a toda una generación de primos y primas con su trabajo, amor y paciencia.

A Juan Carlos Valencia, por su confianza con mi despiste y con esta idea, por la paciencia

infinita para guiar este trabajo.

A mis amigas y amigos, que son mi espejo y mi familia escogida para siempre: lealtad a los

leales.

A Alejandra Medina, por dedicarse a editar los audios conmigo, prestarme su casa y sus equipos,

por ser la primera amiga que tuve en la universidad y la que me ayuda a salir.

A Andrea, Dayana y Papuchina, Parces ONG y la Red Comunitaria Trans, por compartir

conmigo sus historias y por luchar con tanta alegría por su justo lugar en el mundo.

A los Pedritos de mi vida, Almodóvar y Lemebel, por mostrarme las delicias de pensar torcido.

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Índice

Introducción

1. Migraciones, desplazamiento forzado y exilio

1.1 Conceptos fundamentales


1.1.1 Migración

1.1.2 Refugiados, asilados y exiliados

1.1.3 El desplazado o apátridas “de facto”

1.2 El mundo en movimiento

1.3 Colombia desplazada

2. Migración, desplazamiento y exilio relacionados con el género

2. 1 Sexo, género, orientación sexual e identidad de género

2.1.2 Lo trans

2.1.2 Lo queer

2.1.3 De lo queer a lo cuir

2.2 Migración y género

2.3 Heteronormatividad y persecución de la disidencia de género

2.4 Movilidad trans en Colombia

2.4.1 Desplazadas por maricas

2.4.2 Ese tal prejuicio

2.4.3 Discursos que justifican la violencia que se repite

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2.4.4 El que pierde es el amor

2.4.5 La información no es suficiente

2.4.5.1 El prejuicio es causa del subregistro de violencia trans

2.4.5.1 La sociedad civil también discrimina a las trans

2.6 Trans por la paz

3. Metodología o cómo huir del extractivismo intelectual con herramientas periodísticas

3.1 Consideraciones éticas

3.2 Métodos de investigación

3.2.1 Observación participativa, etnografia e investigación acción participativa

3.2.2 Investigación documental

3.2.3 Entrevistas

3.3 La crónica como género anfibio

3.4 El trabajo asociado al trabajo de grado

4. Autenticxs, crónicas de sexilio de mujeres trans en Colombia

4.1 “Doña Bladimir y a mucho orgullo, ¿sí ve?”

4.2 Sub oficial Bella Donna

5. Conclusiones

6. Bibliografía

7. Anexos

Anexo 1. Cuadro sinóptico: tipología general de las migraciones

Anexo 2. Derecho de petición enviado a la Personería de Bogotá.

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Anexo 3. Derecho de petición enviado a la Secretaría de Salud, Subgerencia de servicios de

salud Centro Oriente

Anexo 4. Derecho de Petición enviado a la Secretaría Distrital de Salud

Anexo 5. Derecho de Petición enviado a la Secretaría de Integración Social

Anexo 6. Derecho de Petición enviado a la Subdirección para Asuntos LGBT del Distrito.

Anexo 7. Derecho de Petición enviado a la Policía Nacional, Área de derechos Humanos.

Anexo 8. Documento de Consentimiento Informado de Bladimir Morales, firmado el 22 de

octubre de 2016

Anexo 9. Documento de Consentimiento Informado de Andrea Alexandra Fuentes, firmado el 10

de septiembre de 2016

Anexo 10. Acuerdos trans por la paz.

Introducción

Siempre me he preguntado por los otros. Recuerdo que el día en que me volví feminista pude

realmente escuchar, lo que se dice poner atención. Corría el 2009, aún estaba muy polla, estudiando

en un colegio de monjas y me topé con esta palabra y comunidad tan maravillosa que se

convirtieron en parte de mi identidad. En ese mismo año mataron a una chica trans en un barrio

que yo jamás había oído o visitado. Eran mujeres, sin importar que les llamaran por su falso

nombre masculino en las noticias. Estaban matando su activísimo, su feminidad. El nombre de la

difunta es Wanda Fox, y lo he repetido en mi cabeza para no olvidarlo, como un mantra. Me

impresionó tanto su asesinato, el dolor y la solidaridad que despertó a su alrededor. Creo que fue

la primera vez que me propuse investigar algo como periodista, fue la primera vez que sentí la

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pulsión vital de preguntar: “¿Qué pasó?”. Y aquí estoy. Este proyecto de grado reconoce a las

mujeres trans como víctimas particulares de la guerra en Colombia y más aún, víctimas del

machismo. En sus vidas como colombianas, esto desembocó en un “sexilio”, un término acuñado

por el sociólogo puertorriqueño Manolo Guzmán (1977, citado en Mogrovejo, 2015) para hablar

de los inmigrantes que se van de su país porque su identidad de género es perseguida.

Mi anteproyecto planteaba la posibilidad de explorar la categoría de “sexilio” únicamente. Sin

embargo, el contexto colombiano y el momento histórico justifican una mirada interna a las

migraciones por razones de identidad de género dentro del territorio nacional, aunque hay casos

que incluyen tanto desplazamiento como sexilio. Me di cuenta de que eran más representativos los

sexilios internos (o sea, desplazamientos por razón de género) que los exilios transfronterizos por

razones de género.

La pregunta de investigación que guía mi trabajo de grado es:

¿Cómo la identidad de género ha impactado las trayectorias de desplazamiento de personas trans

hacia Bogotá?

El objetivo principal de este proyecto es:

Analizar las trayectorias de migración de la personas transgénero hacia Bogotá a través de 2

crónicas periodísticas para determinar la relación entre migración e identidad de género.

Mis objetivos específicos son:

-Descubrir y describir los motivos que han llevado a las personas transgénero a migrar hacia

Bogotá, analizando si los motivos tienen relación con sus identidades de género.

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-Emplear la crónica como metodología para el periodismo de género basado en la representación

no violenta de la comunidad de mujeres transgénero en Bogotá.

En el capítulo 1 hago una exploración de los conceptos de migración, desplazamiento, exilio, para

tener precisión al emplearlos en el cuerpo del trabajo.

En el capítulo 2 me valgo de la teoría de género, sobre todo de autoras feministas, para explorar

los conceptos que hacen posible comprender con más claridad los problemas y la realidad de las

mujeres trans en Colombia y sus sexilios. Incluyo un apartado sobre Bogotá porque es la ciudad

en la que las mujeres de las crónicas habitan o habitaron, de donde se fueron o a donde llegaron.

También incluyo un breve contexto del lugar de expulsión de las protagonistas para identificar

causas y consecuencias para la población LGBTI en esos espacios que les fueron violentados. La

importancia de esa perspectiva es que los hechos victimizantes suelen suceder en comunidades

que no aceptan la homosexualidad o que son abiertamente homofóbicas (Colombia Diversa, 2011,

p. 138) y si este rechazo tiene que ver con el actor armado que detente el poder, la cultura a la que

pertenece ese espacio y demás.

En el capítulo 3 Me detengo sobre la metodología que usé para este trabajo de grado y busco

justificar por qué la crónica es el género más adecuado para hablar de un tema aparentemente

marginal.

En el capítulo 4 están las crónicas que titulé AUTENTICXS, no por ser verdaderas o mentirosas,

sino porque representan la búsqueda, tan humana, de nosotros mismos. Las dos historias que son

narradas aquí fueron compartidas con absoluta generosidad conmigo. Así, Papuchina cuenta la

historia de toda la homofobia de su pueblo, Puerto Boyacá, a través de la suya propia. Ella es la

única persona transgénero reparada simbólicamente por el Estado, con ella inicia el proceso de

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darnos cuenta de qué hicimos mal como país para que sea válido desplazar, amedrentar y a asesinar

a una persona solo por su expresión de género. La segunda historia la protagoniza La Bella,

Andrea, una mujer trans desplazada más de una vez por razones que combinan clase y género, y

que se vio obligada a ejercer la prostitución en Italia, sexiliada por actores anónimos, y sin embargo

volvió a Colombia para ser Bella y embellecer a la gente. Porque como me dijo la activista trans e

historiadora Laura Weinstein, la guerra es muy macha.

Con respecto a las crónicas, me preocupa ser cisgénero e imponer mi voz sobre las suyas, intenté

que no fuera así. Me preocupa que el lenguaje de la radio y las crónicas escritas no les evite el

riesgo de morir a manos de gente violenta, o de tener que irse de su casa por el prejuicio. Sin

embargo, es importante que tengamos la experiencia de muchas vidas distintas a las nuestras, que

podamos abrirnos a las vidas de los otros sin lástima. Por eso me veo tanto en estas mujeres, que

se preguntaron movidas por una fuerza mayor “¿qué será ser así? Yo quiero ser así”, y bueno,

siento que todo este asunto del periodismo también se trata de eso.

En el capítulo 5 desarrollo conclusiones sobre este proyecto.

Este trabajo de grado, aunque se centra en los testimonios de personas trans que se arriesgan a

contar su historia, sus dolores y sus luchas, no es una afrenta a quienes se esconden, sino un

homenaje a quienes eligen encontrarse, un voto de admiración desde la orilla de los náufragos que

decidimos dedicar la vida a estar felizmente perdidos, para buscar y buscar.

1. Migración, desplazamiento y exilio

Este capítulo le apunta a definir conceptualmente las tipologías de las personas que se ven

involucradas en los movimientos masivos de población que se vienen dando en el mundo,

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especialmente a partir de la Segunda Guerra Mundial, y a ofrecer un contexto sobre esta

dramática situación.

1.1 Conceptos fundamentales

Históricamente la migración ha jugado un papel importante como opción de libertad y

sobrevivencia: del campo a la ciudad, de una zona geográfica a otra, de un país a otro, de un

continente a otro. Las migraciones se dan por razones económicas, familiares, políticas, por

situaciones de guerra, de persecución, de violencia personal o generalizada (Mogrovejo, 2015).

Hay diferentes tipologías para los movimientos de población que se están dando alrededor del

mundo. Para ganar claridad en su análisis quiero definirlos y así poder usar términos precisos en

el marco de este trabajo de grado: migración, exilio, refugiado, asilado, apátrida y

desplazamiento.

1.1.1 Migración:

El nacimiento, la muerte y la migración son los mayores componentes de cambio poblacional1.

Es claro que la movilidad humana afecta todos los aspectos de la vida. Sin embargo, el término

migración es volátil, tanto por el carácter mutante del fenómeno como por los diferentes

abordajes que le han dado los estudios migratorios. Migración es ya un vocablo común -y por

tanto enrevesado, abusado y resignificado-. Según Clarence Sénior, es “un cambio permanente

de residencia”. Esto da cuenta de las “migraciones” en términos temporales, ya que el cambio

espacial debe ser sostenido durante cierto tiempo, sino sería “movilidad espacial”. Torsten

Hagerstrandt2 la define como “cambio de residencia de una comunidad a otra” (citado por Beijer,

1 Birth, death and migration are the major components of population change". Bretell, C & Hollifield, J.
Introduction (2008) En Migration Theory, talking across disciplines. Ed. (p. 6)
2 Citado por Kosinsky y Prothero (1975) The study of migration: People on the move. Methuen: p. 14; citado por
Herrera, 2006, p. 23.

20
1972, p. 20, citado por Herrera, 2006, p. 23), sin tener en cuenta el factor tiempo. Otros la

definen como la transición física de una sociedad a otra. O sea que si no hay un cambio espacial,

involucrando una distancia considerable, un cambio de una sociedad a otra, u obstáculos que

sortear, no hay migración (Herrera, 2006, p. 25). Las Naciones Unidas suelen diferenciar los

tipos de migrantes por dirección: internos -desplazados, nacionales- o externos, -refugiados,

internacionales.

Hay también acepciones que incluyen todo lo anterior, pero que basan su clasificación en los

motivos de migración ya que “La decisión de migrar está condicionada al grado de autonomía

con que esta puede ser llevada a cabo” (Herrera, 2006, p. 14). Así vemos que hay desde

migrantes económicos -que se van a buscar una mejor vida- hasta desplazados y refugiados -

que huyen protegiendo sus vidas-. Podríamos decir que la migración es un movimiento

individual o colectivo, que implica el traslado físico de un área a otra -es decir, el recorrido de

una distancia-un cambio de una sociedad a otra, una disposición o una fuerza mayor que dá

como resultado un traslado físico -es decir, que puede ser voluntaria o forzada- y un motivo que

le lleve de ser “residente” a ser “migrante”. Estos motivos son locales y tienen que ver con los

contextos de los territorios, por tanto la religión, economía, política, clima y demás son variables

ineludibles. (Ver Anexo 71).

De acuerdo con Roberto Herrera en La perspectiva teórica de las migraciones (cap. 4 y 5), hay

dos enfoques sociológicos para entender el fenómeno de la migración: el cambio social y el

desequilibrio funcional.

La primera perspectiva nos indica que la migración es un indicador de la búsqueda de mejores

condiciones de vida. Un exponente importante de esta teoría en Latinoamérica es Gino Germani,

quien sostiene en Sociología de la modernización (1971, p. 49-58) que las migraciones se dan

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por el paso de una sociedad tradicional a una sociedad urbana, y que se deben tener en cuenta

aspectos como la motivación para migrar, las características de los migrantes y las circunstancias

de traslado y la absorción de los migrantes en la nueva sociedad (Herrera, 2006, p. 81). El

modelo del cambio social también implica que se tome en cuenta lo circunstancial, los desajustes

en la sociedad de origen, y también las inseguridades que son inherentes a la migración: no

siempre que uno busca empleo, lo encuentra. No siempre que busca un lugar seguro, lo

encuentra. Esto puede dar pie para otras migraciones de los mismos individuos.

El segundo enfoque es el desequilibrio funcional, o migraciones push-pull. Fue propuesto por

Donald J. Bogue en 1967, y defiende una perspectiva económica de las migraciones porque

sostiene que detrás de la migración hay un desequilibrio económico en los lugares de origen

(push), y que la tendencia al equilibrio atrae a los migrantes hacia sus nuevos destinos (pull)

(citado por Herrera, 2006, p. 110) En especial este enfoque se concentra en variables económicas

y de la fuerza de trabajo. Por ejemplo, explica las coincidencias entre los flujos migratorios y las

nuevas tecnologías, las bonanzas o épocas de crisis agrícolas, la necesidad de fuerza de trabajo

en las ciudades emergentes, los niveles de desarrollo de los países, etc. Este ha sido el enfoque

más usado en la literatura académica sobre el tema de las migraciones, por ejemplo, para

entender cómo se poblaron las regiones de Colombia en las bonanzas del tabaco, la marihuana, el

café y demás.

Otra manera de estudiar las migraciones ha sido a través de sus procesos, en tanto voluntarias o

forzadas, y a través de sus efectos como la formación de grandes grupos marginales, el

nacimiento de tensiones raciales y étnicas, la lucha por los recursos y las formas de disputarlos,

los efectos psicosociales y la ruptura de los afectos-o cohesión social- o sus efectos económicos

en la sociedad y en las personas. Incluso, en la documentación de las migraciones están

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implícitas las costumbres, ideas y creencias de las sociedades de origen, y si esto fuera un caso

de estudio, sería también determinante para entender cómo las sociedades de origen absorben o

rechazan a los migrantes. Las maneras de estudiar las consecuencias de la migración pueden

resumirse en tres enfoques principales: primero, el asimilacionista, que implica la subordinación

de una cultura a otra. El migrante debe adaptarse a esta cultura de llegada, participar activamente

en sus términos y adoptar los valores, costumbres y roles en torno a la sociedad destino en un

proceso de “aculturación” (Germani, 1977, citado por Cubillos, 2015). Esto en cierta medida

niega las múltiples cualidades que aporta el migrante a su nuevo lugar de residencia, las cuáles

suscitan reacciones de miedo y hostilidad por venir de una especie de “enemigo cultural”

(Sartori, 2000, citado por Cubillos, 2015). El segundo enfoque es el integracionista, que carga la

bandera de “ciudadanía para todos”. Sin embargo, ni todos los migrantes son de la misma

categoría ni tampoco los habitantes de los lugares de recepción. Las líneas de clase, la situación

económica del país del que provengan los migrantes hacen que haya ciertas jerarquías y por

tanto, grupos globalmente marginados. Y siempre está la posibilidad de que la cultura migrante

no necesariamente se adapte a la receptora, poniendo así en peligro sistemas de creencias

(Cubillos, 2015, p. 20-24). El tercer enfoque es el modelo multicultural, el mismo que ha

adoptado la Constitución de 1991 en Colombia, y hace referencia especialmente a los grupos

indígenas y a otras minorías étnicas. De acuerdo con Kylmicha (1989) la reivindicación de los

derechos poliétnicos y de representatividad no es excluyente, sino integradora. Este enfoque ha

propuesto políticas precisamente para aquellos migrantes que son marginales, pues no todos lo

son. La idea de integrarlos al “proyecto nacional” no implica su adaptación a la cultura

predominante, sino la adaptación de la cultura dominante a estos nuevos aportes a su realidad

(citado por Cubillos, 2015, 26).

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En esta investigación, me inclino por las perspectiva que propone Gloria Naranjo, la migración

permite que las personas que se mueven traigan consigo nuevas formas de ser y hacer, generan

cambios en sus culturas de salida y llegada3 (Bello, M & Mosquera, C, 1999, p. 456 citado por

Naranjo, 2001) porque

1.1.2 Refugiados, asilados y exiliados

Estos conceptos están marcados por las definiciones que han planteado las Naciones Unidas y

que se han mantenido durante más de 60 años. Permean el lenguaje de los medios de

comunicación, los académicos y los gobiernos. De acuerdo con la Cruz Roja (2010), los

refugiados son personas que han cruzado una frontera internacional porque corren el riesgo de

ser perseguidas o ya han sido perseguidas en sus países de origen. Según Humans Rights Watch

(2016), en 2014, los refugiados eran casi 14.4 millones alrededor del mundo. La protección

jurídica de los refugiados, definida en la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los refugiados,

estipula que esta población reciba el reconocimiento de sus derechos humanos, y si se encuentran

en un Estado que participa en conflicto armado, por el derecho internacional humanitario.

Recientemente Hungría y Grecia han sido receptores de miles de refugiados que huyen de las

guerras de Medio Oriente y del control del Estado Islámico, enfrentándose al mar, muchas veces

sin éxito. Generalmente los gobiernos garantizan los derechos humanos básicos y la seguridad

física de sus ciudadanos, pero cuando las personas se convierten en refugiados esta red de

seguridad desaparece. Las personas que huyen de la guerra o de la persecución a menudo están

en una situación muy vulnerable, y muchas veces no cuentan con la protección de su propio

3 NUBIA BELLO, Marta y MOSQUERA, Claudia. Desplazados, migrantes y excluidos: actores de las dinámicas
urbanas .In: CUBIDES, Fernando y DOMÍNGUEZ, Camilo (Eds). Desplazados, migraciones internas y
reestructuraciones territoriales. Santafé de Bogotá: Observatorio Sociopolítico y Cultural, Centro de Estudios
Sociales, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, 1999, p. 456.

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Estado (Acnur, s.f). Entonces, en primer lugar, ser refugiado implica que haya un conflicto

armado en juego y que el Gobierno del refugiado no lo proteja. Segundo, ser refugiado implica

un estado permanente de emergencia.

Comparativamente con los desplazados internos, los refugiados gozan de un marco de

legislación internacional definido en la Convención sobre el Estatuto de Refugiados de 1951, uno

de los instrumentos internacionales más longevos, que protege a los refugiados, les otorga

derechos de asociación, de propiedad intelectual, al trabajo por cuenta propia, a la educación

pública, al documento de identidad y sobre todo, al non refoulement, o a la no devolución. Este

es el principio que aplica, por ejemplo, en las costas de Miami con inmigrantes cubanos: si pisan

la playa, la “migra” no los puede devolver a Cuba. También esta convención menciona en su

artículo 2, que todo refugiado debe acatar las leyes y medidas para el mantenimiento del orden

público. Esta medida aunque parece obvia, ha sido objeto de la vasta producción de estudios

migratorios que, a partir de la segunda guerra mundial -y de la suscripción de esta Convención-

empezaron a documentar la movilidad humana.

El asilado es, en cierta medida, la siguiente etapa jurídica de ser un refugiado. Cuando el país de

acogida decide, después de una solicitud formal y de acuerdo a sus propias políticas migratorias,

aceptar a un refugiado dentro de su estructura (esto es otorgarle la ciudadanía, derechos y

deberes de un natural nacional) este se convierte en asilado. Además de ser una etapa post­

refugio, el asilo es una búsqueda de reconocimiento político dentro del país receptor y tiene su

propia legislación en la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954. Se otorga asilo ante la

persecución política o ideológica en el país de origen, cuando la vida o la libertad del individuo

en cuestión están en peligro (art. 2 y 11). Todo país de recepción del asilado tiene derecho a

conceder asilo pero no está obligado a otorgarlo y está en derecho de expulsar o rechazar la

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entrada del solicitante, pero no puede hacerlo volver a su país de origen, contrario al caso de los

refugiados y el non refoulement. “La protección ofrecida por la Convención sobre Asilo

Territorial de 1954 expresamente está sujeta a la mera conveniencia del estado de asilo, exige

persecución y no temor fundado de ésta, tiene carácter interestatal antes que declaratorio de

derechos humanos, y está muy lejos de otorgar a las personas formalmente reconocidas como

asilados un elenco de derechos políticos, económicos y culturales comparable con el estatuto

internacional del refugiado a tenor de la Convención de 1951” (Unidad Legal Regional del

Acnur, s. f). Un asilado tiene tres opciones: repatriación voluntaria, reasentamiento o integración

voluntaria. Por lo general, en la aplicación para asilo dentro de los territorios de acogida o en la

frontera, debe probar que la o el sujeto está imposibilitado de retornar a su país de origen debido

al miedo por persecución basado en: pasada persecución, miedo a futura persecución o evidencia

de un patrón o práctica de persecución de similares situaciones. El miedo de persecución

fundado puede estar basado en raza, religión, nacionalidad o pertenencia a un grupo particular u

opinión política (Mogrovejo, 2015).

Por otra parte, el exilio es un término más amplio, y generalmente remite a motivos políticos,

(RAE, 2016) que no solo se limitan a lo individual, sino que incluyen naciones enteras, como

Armenia (1078-1376); o generaciones enteras, como los exiliados republicanos de la Guerra

Civil Española y la fuga de grandes intelectuales como Rafael Alberti o Max Aub. José Gaos,

escritor español exiliado en México, acuñó el término transtierro para referirse a una experiencia

de continuidad entre su patria de exilio y su patria de asilo, como pasar una planta de una matera

a otra (Valero, 2013). Esta categoría es, además de una metáfora anímica y cultural, un punto de

encuentro en el lenguaje -una frontera- entre exilio y asilo. Exilio podría compararse con el

término “expatriado”, alguien fuera de su nación. Cabe mencionar -por el tema que nos ocupa-

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que ni la Convención de 1951 para los Refugiados, ni la Convención sobre Asilo Territorial de

1954 incluyen la persecución por razones de género, ni el temor fundado por la misma razón en

su repertorio de motivos. Históricamente, el exilio ha significado una opción de supervivencia

que puede ser una elección propia o una condición impuesta por el agente que detenta el poder

nacional -un gobierno o una junta militar- para guardar la vida o libertad de alguien: se va, lo

encarcelan o le matan. El exilio es también un lugar, el espacio geográfico o el “afuera de”, a

donde llega el exiliado y donde hace su vida, sin poder volver con peligro de cárcel o muerte.

Si una persona en su país de origen ha sido perseguida y presenta serios daños físiológicos, ha

sido víctima de coerción, violaciones, amenazas, arrestos, torturas, etc., realizados por acción del

estado o manipulados por el estado o por particulares que el estado no ha podido controlar, puede

ser sujeto de solicitud de asilo político (Mogrovejo, 2015) y convertirse en exiliada.

1.1.3 El desplazado o apátridas “de facto”

Un desplazamiento es el cambio de posición de un cuerpo. En términos de migración, es un

éxodo forzado, un movimiento humano que implica razones ajenas a la voluntad de quienes se

movilizan. El enfoque jurídico ha sido importante a la hora de clasificar el concepto de

desplazamiento, sobre todo porque ha generado políticas públicas, acuerdos internacionales y

protocolos para el manejo de este fenómeno que aumenta exponencialmente en países como

Siria, Palestina, Sudán del Sur y Colombia en la actualidad; y los Balcanes, Alemania y Francia

en el siglo XX.

De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), “los desplazados internos

son los individuos o grupos de personas que han sido forzados a huir de sus hogares para escapar

27
del conflicto armado, la violencia generalizada, los abusos de los derechos humanos o los

desastres naturales o provocados por el ser humano” (s. f).

El destierro, huida, expulsión, desalojo o exilio ha sido trascendental para la reconfiguración

geopolítica del mundo. A partir de la Primera Guerra Mundial se crean diversas organizaciones

internacionales para la atención y protección de los desplazados. En 1949 se suscriben los

Convenios de Ginebra y en 1951 se establece el Acnur.

Tan solo hasta 1977 se firma el protocolo complementario de los Acuerdos de Ginebra, en el que

no se incluye el desplazamiento forzado entre el apartado sobre las garantías fundamentales para

las personas que no participan en las hostilidades, que incluye la toma de rehenes, tratos

humillantes, etc (Defensoría del Pueblo, 2003, p. 21) En 1998 se suscriben los Principios

Rectores de Desplazamientos Internos, que define “desplazado interno” como “personas o

grupos de personas que se han visto forzadas u obligadas a escapar o huir de su hogar o de su

lugar de residencia habitual, en particular como resultado o para evitar los efectos de un conflicto

armado, de situaciones de violencia generalizada, de violaciones de los derechos humanos o de

catástrofes naturales o provocadas por el ser humano, y que no han cruzado una frontera estatal

internacionalmente reconocida” (Acnur, 1998, párr. 2). De hecho, la única diferencia con el

término “refugiado” es cuestión de fronteras nacionales: los refugiados cruzan las fronteras para

buscar asilo en otros países, y los desplazados (o IDP, “Internally Displaced People”)

permanecen fuera de sus lugares de origen pero dentro del territorio nacional (Acnur, 1998).

Podrían reunirse bajo el término “desarraigados”. Los Principios Rectores del Desplazamiento

Interno protegen a los desplazados contra la desaparición, el homicidio, la humillación, los

ataques a sus campamentos, las minas antipersonal, entre otros, y comprometen a los Estados al

respeto por la vida, la dignidad, la ayuda humanitaria, etc.

28
La debilidad de los Principios Rectores es que no constituyen un documento legalmente

vinculante, comparable a un tratado o a un convenio. Y aunque su estructura se encuentra basada

en el Derecho Internacional Humanitario, al no tener ese carácter formal deja al libre albedrío de

los estados la adopción de sus recomendaciones (Defensoría del Pueblo, 2003, p. 57)

En Colombia, desplazado es:

toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio nacional, abandonando

su localidad de residencia o actividades económicas habituales, toda vez que su vida,

integridad física, seguridad o libertad personales han sido vulneradas o se encuentran

directamente amenazadas, dadas las siguientes situaciones: conflicto armado interno,

disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los

derechos humanos, infracciones al derecho internacional humanitario u otras

circunstancias emanadas de las situaciones anteriores que puedan alterar, o alteren,

drásticamente el orden público (Artículo 1. Ley 387/97)

De acuerdo a lo anterior, el desplazamiento forzado es expresión de masivas violaciones al

derecho internacional y a los derechos humanos. Sin embargo, no es solo un problema

coyuntural de tendencias migratorias: a los desplazados por la guerra, se le suman los

desplazados por la pobreza, los excluidos por el sistema, los desplazados por el desempleo,

desplazados por la estigmatización, etc. (Rojas, 2000, p. 29)4

Más allá de la interpretación jurídica que ha servido al interés de proteger a los desplazados

forzados dentro del territorio nacional, es un fenómeno que le sucede a la gente, y es importante

4 Jorge E. Rojas Rodríguez, Director de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento CODHES
(2000).

29
complejizar en ese grupo amorfo y lejano de personas. En Colombia particularmente, la variedad

de las causas de desplazamiento (control social, tierras, razones de estrategia militar, prevención

de violencia, miedo, etc) hace que no sea posible establecer una identidad preexistente de los

desplazados. Es decir, no pertenecen a ningún estrato social, región, raza, etnia, partido político,

creencia religiosa o ideológica que sirva como elemento trasversal a todos los casos (Uribe de

Hincapie, M. 2000, p. 23). En vez de una identidad de partida, se les endilga una identidad

“imputada” en sus nuevos lugares de emplazamiento-lo que también dificulta el análisis de qué

es un desplazado-: que es informante del Ejército, de la guerrilla; o damnificados o bandidos. De

acuerdo con Maria Teresa Uribe de Hincapié, estas “pertenencias imputadas” contribuyen a la

pérdida de sentido de los desplazados -ya que no saben quién les agrede, ni porque les endilgan

ideas de pobreza o peligrosidad- y los afectados por el desplazamiento pasan de ser víctimas de

la guerra a ser parte de ella, responsables de su trágico destino. Sin embargo, las heridas morales,

despojos y arraigos que son comunes a las historias de desplazamiento pueden ser el lugar para la

creación de nuevas identidades, para el reconocimiento de los desplazados como ciudadanos

(2000, p. 28). Desplazamiento es también la potencial construcción de una identidad como

sujetos políticos.

En este último punto, las definiciones jurídicas que mencioné anteriormente se quedan cortas,

pues además de una serie de vejaciones a los derechos humanos, el desplazamiento es la

privación del derecho a “tener derechos”, a la pertenencia:

“En términos de Hannah Arendt, los desplazados podrían equipararse a la condición de

apátridas pero no “de jure”, como los judíos y otras minorías que fueron despojados de su

ciudadanía de sus respectivas naciones por leyes y decretos, sino serían apátridas “de

facto” (de hecho), que pertenecen a la comunidad nacional y al corpus políticos, pero son

30
tratados como extranjeros, aparecen como seres incómodos, sobrantes y superfluos,

minusválidos sociales” (Uribe de Hincapié, 2000, p. 27).

No son expulsados por decreto, pero son desconocidos. Maria Teresa Uribe de Hincapié, les

llama liminales, en los límites, las fronteras, los bordes, las zonas grises (1998, p. 20) En Los

Orígenes del Totalitarismo, Arendt describe a los desarraigados como aquellos que “una vez

expulsados de sus lugares de residencia, quedaron sin abrigo; una vez que abandonaron su estado

se tornaron en apátridas; una vez que se vieron privados de los derechos humanos carecieron de

todo derecho y se convirtieron en la escoria de la tierra” (Arendt, 1974, p. 343, citado por Uribe

de Hincapié, 2000). Este análisis deriva de la reconfiguración de las fronteras nacionales tras la

Segunda Guerra Mundial y de cómo pueblos -como los judíos-quedaron repartidos por toda

Europa y fuera de ella al huir del exterminio provocado por el fascismo. Estos pueblos dispersos

o diaspóricos se caracterizaban por ser una minoría en búsqueda de un reconocimiento

(infructuoso) dentro de sus nuevos Estados. Para Arendt, “la condición de apátrida se hizo

posible por la paradójica situación de los Estados modernos que asociaban los derechos humanos

con los derechos de nacionalidad y ciudadanía” (1974, p. 375). Es decir, se le endilgaban los

derechos humanos a la pertenencia a la Nación y no como algo a priori de los humanos, como

una dignidad que llevamos dentro (Uribe de Hincapié, 2000, p. 53-55).

El drama de apátridas y desplazados es la pérdida del hogar (no sólo su vivienda, sino su entorno

doméstico, sus costumbres); pérdida de la protección de su gobierno y el estar fuera de la ley, de

la comunidad, “sólo la pérdida de la comunidad misma le arroja de la humanidad”, dice Arendt

(1974, p. 376). Sin embargo, la diferencia entre desplazados y apátridas, además de verse a la luz

situacional de Colombia del siglo XXI y Europa de mitades del Siglo XX, es que se es apátrida

como condición jurídica, proviene de un acto soberano y solemne de un Estado que los expulsa

31
de su territorio o los encierra en otro, lo que implica que la expulsión sea transfronteriza. En

nuestro caso, los desplazados no pierden sus derechos nacionales, ni su ciudadanía, ni se

desplazan entre fronteras -en su mayoría- sino que su expulsión está basada en una disputa por

el orden, “porque el orden político del estado al que pertenece no rige en su territorio y debe salir

para salvar la vida, porque la ley institucional es ineficaz para proteger sus derechos y para

sancionar a quienes los violen; por eso serían apátridas “de facto”, y su expulsión sería el

resultado del acto soberano de un poder alternativo” (Uribe de Hincapié, 2000, p. 55-58).

Según las categorías propuestas por Hannah Arendt, los desplazados colombianos son apátridas

de facto. Que puedan encontrar un lugar dentro del territorio nacional se dificulta ante la

complejidad del mundo urbano para el que no están preparados, o por la falta de relaciones

previas que ayuden a tejer nuevas en las ciudades. Los desplazados en Colombia, a diferencia de

los apátridas “de juro” que menciona Arendt en Los orígenes del totalitarismo, no tienen rasgos

en común más allá de ser víctimas de las heridas y pérdidas que implica el desplazamiento

(2000, pg. 63; Naranjo, 2001).

La literatura que habla sobre desplazamientos de población hace énfasis por un lado en el hecho

victimizante, y por el otro en la identidad del sujeto migrante como intento de caracterizar esta

masa de desplazados: “Una manera de definir la identidad es considerarla como un conjunto de

características, factores, saberes y poderes que no solo determinan la existencia social, sino

también el funcionamiento coherente de un sujeto, los que en el ámbito de la cultura lo inscriben

y distinguen”. (Kulawik, 2012). Desde otra perspectiva, más performativa,

Es un proceso, no un estado, de elaboración subjetiva que permite que cada individuo construya

una versión (es) de sí mismo (que define roles y atributos), a partir de la relación con los otros,

32
quienes a su vez dicen y otorgan. Otra manera de definirla es como “un sentimiento que se

desarrolla basado en los vínculos con otros” (Gingberg, 1984. Pg. 156, citado por Bello, p. 300).

Y es que los desplazamientos no sólo implican un cambio geográfico de lugar, sino también una

construcción identitaria. Cornejo Polar considera que el desplazamiento migratorio duplica (o

más) el territorio del sujeto y le ofrece o lo condena a hablar desde más de un lugar. Es un

discurso doble o múltiplemente situado. (1998, p.841) No es ni la idealización de un pasado

mejor ni la ciudad como lugar de recepción hostil -o al revés-. Los desplazados han sido

históricamente marcados como marginados o bandidos que avivan sentimientos encontrados de

miedo y condescendencia, pero también activan movimientos para dotarles de básicos como

comida, vestido y techo. Sin embargo, hay que saber que cada persona que se desplaza carga su

biografía y esto incide en sus nuevos territorios de llegada. Cargan a cuestas su región, los

recuerdos de la violencia, dietas, crianza, imaginarios, fiestas, tradiciones y expresiones que son

origen de las tensiones, transformaciones e hibridaciones que se tejen en los barrios populares,

periféricos y estigmatizados de las grandes ciudades como Bogotá, aportando nuevos elementos

a la vida cotidiana (Naranjo, 2001).

Morin aporta la “noción de crisis” para abordar el desplazamiento como fenómeno. Las crisis

implican incertidumbre y un bloqueo en las capacidades de existencia normales, pero esto, a su

vez, activa ciertas realidades inhibidas. (Morin, 1995 citado por Osorio, 2001, p. 186) Con esta

propuesta quiere reconocer las subjetividades que mutan y que hacen parte de este fenómeno, y

propone tres dimensiones de análisis: la territorialidad, la identidad y el patrimonio social. El

territorio es un marco espacial de interacciones sociales que tiene distintos significados. Si para

un campesino es una tierra con la que tiene una conexión espiritual o económica, para un agente

armado puede ser una ventaja o desventaja estratégica. Si bien es cierto que el desplazamiento

33
genera discontinuidades, la vida sigue su propia trayectoria, y hay movilidad forzada en medio

de la persecución y el dolor que implica irse, el desplazamiento puede considerarse “un

mecanismo de sobrevivencia, de resistencia y de acomodación frente a la dinámica de la guerra”

(Osorio, 2001, p. 189-191). La gente desplazada teje otro tipo de relaciones antecedidas por sus

trayectorias vitales previas. Por otro lado y respecto al desplazamiento como posibilidad

identitaria, la guerra impone sus propios marcos que redefinen el tejido social en función de los

grupos armados, de manera cada vez más polarizante. La situación (los recursos materiales con

los que cuenta para sobrevivir); la posición (su ubicación social respecto a otros no desplazados)

y la condición (estereotipos, estigmas e imaginarios) construyen nuevas identidades en la

emergencia de un desplazamiento forzado interno (2001, p. 193-194). La identidad de

desplazado (que varía entre el género, la raza, el actor que lo expulsó, la procedencia regional,

etc) hacen insuficientes las categorías jurídicas globales como los Principios Rectores del

Desplazamiento Interno (2001, p. 199) La crisis dan nueva forma a asociaciones, relaciones,

identidades y poderes que desbordan los imaginarios de “desplazado” en esa falsa línea, tan

delgada, entre pobre y delincuente. Es decir que más allá de los héroes marginales, o al

victimización, habríamos de entender cómo se conquistan territorios e identidades5.

Alejándonos de la triste anécdota del arraigo y el desarraigo o la nostalgia de la tierra y poniendo

en común lo que sostiene Naranjo, los desplazados y migrantes son claves para construir las

ciudades porque ponen en evidencia la diferencia y la heterogeneidad: “Al azar de los

encuentros, de los viajes, de las catástrofes, de los miedos, de las presiones, de los bombardeos y

5 En ese trasegar, se va buscando, conquistando e imponiendo la territorialización en los espacios más marginales e
impensados. Así encontramos la invasión de oficinas, que implica un territorio de paso y resistencia. El alojarse
donde vecinos o familiares, para compartir territorios precarios. Los inquilinatos en ciudades, que los mantiene en
itinerancia constante ante la falta de dinero para el arriendo. Las invasiones, los cambuches, como estrategias
temporales y a la vez indefinidas, que de la improvisación van pasando a la permanencia. (Osorio, 2001, p. 191)

34
órdenes de desalojo, la ciudad hace posible que las poblaciones y por tanto las culturas -aisladas

hasta entonces- entren en contacto; integran entonces unos segmentos de culturas extrañas, sin

necesidad de transformarse de arriba abajo” (2001, párr. 29). Más que la nostalgia de una tierra

lejana (campesina) como contraparte de la vida urbana, más allá de reproducir el binomio

campo-ciudad; bueno-malo; tradición-modernidad, lo que suceden son nuevas expresiones que

coexisten en pobladores en “plena metamorfosis”, nuevas identidades que no necesariamente son

historias de desvalidos, sino que en el momento en que eligen quedarse o irse de la ciudad,

proponen maneras de habitarla en un proceso de inclusión y exclusión, de ser colonizado y de

colonizar, de participar y ser expulsado. (2001, cap. 3). A través del desplazamiento son posibles

nuevos sujetos en permanente recomposición, y la ciudad hace posible esos encuentros

improbables entre culturas aisladas hasta entonces:

Sujetos en tránsito a pobladores urbanos, portadores de habilidades y destrezas y con

capacidad para nuevos aprendizajes de la modernidad urbana. Ellos viene a manifestarse

en sus posibilidades para producir o, mejor, coproducir procesos de urbanización;

economías informales; culturas populares y organizaciones comunitarias de diverso tipo

(Naranjo, 2001, cap. 3)

El desplazamiento es también posibilidad. Volver la mirada a la heterogeneidad, a la diversidad,

es también volver a mirar hacia aquellos lugares de frontera, hacia la vida cotidiana, cargada

siempre de nuevas reivindicaciones y luchas, de nuevos actores y estrategias que se entremezclan

con otros para crear una mixtura particular entre lo viejo y lo nuevo, entre lo tradicional y lo

moderno. (op. cit, citando a Barbero, 1987, p. 124-132).

1.2 El mundo en movimiento:

35
En 2015, el número de migrantes en el mundo fue el más alto que se haya registrado en la

historia de la humanidad, superando incluso a los de la Segunda Guerra Mundial: 244 millones

de personas llegaron a otro territorio que no fuera su país de origen y han estado allí al menos

por un año, de acuerdo con el informe Global Migration Trends Factsheet (Global Migration

Data Analysis Centre, 2015). Los migrantes aumentaron en 12 millones de personas con respecto

al 2013 y llegaron sobre todo a Europa y Norte América. (ibidem, 2015, pg 5). O sea que 1 de

cada 7 personas en el mundo es migrante6, la mitad de ellas residentes en 10 países: Estados

Unidos (46.6 millones); Alemania (12 millones); Rusia (11.9 millones); Arabia Saudita (10.2

millones); Gran Bretaña y los Emiratos árabes (8.1 millones); Canadá y Francia (7.8 millones

cada uno); Australia (6.7 millones) y España (5.8 millones). Existen múltiples motivos para

migrar: económicos, para refugiarse de la guerra, de una catástrofe natural, en búsqueda de asilo

político, etc. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, algunos migrantes cruzan las

fronteras en búsqueda de mejores oportunidades económicas y sociales (Acnur, 2016). Otros se

ven forzados por crisis en sus países de origen. Y sin embargo, cruzar fronteras internacionales

no fue la única razón para que el 2015 fuera, literalmente, el año más movido de la historia.

Según el mismo informe, para el final de 2014, 59.5 millones de personas fueron desplazadas

forzosamente de sus lugares de origen por persecución, conflicto, violencia generalizada o

violaciones a los derechos humanos. Tratemos de aterrizar esta cifra que se ha cuadriplicado en

los últimos 4 años: es como si todos los colombianos y los guatemaltecos de repente se vieran

forzados a salir de sus países por razones ajenas a su voluntad y quedara un pedazo de tierra

dolido y triste. La cifra total se divide así: 15.1 millones de refugiados (la mitad huyen de la

Guerra Civil en Siria hacia Turquía, Líbano y Jordania); 1 millón de personas buscando asilo

6 Este dato fue pronunciado por William Lacy Swing, director de la Organización Internacional para las Migraciones,
el 3 de diciembre de 2015 en Bangkok (EFE, 2015).

36
(casi 500.000 más que en 2014); 19.3 millones de personas desplazadas por desastres naturales

en más de 100 países y 38 millones de personas desplazadas por el conflicto que no salieron de

su país, es decir, desplazados internos. La gran mayoría de estos desplazamientos se dieron en

Siria, 7.6 millones de personas. De acuerdo con el secretario general de las Naciones Unidas Ban

ki Moon, las migraciones son parte de la historia de la humanidad pero se han acrecentado

recientemente, y sin embargo, las cifras oficiales que presentamos son conservadoras. (Unfpa,

2015). Paul Adams, periodista de la BBC va más allá: calcula en 740 millones los desplazados

internos y aun así considera que esta es una cifra conservadora pues es difícil llevar la cuenta de

los miles de campesinos chinos que migran a las ciudades todos los años. (BBC, 2015). Sea cual

sea la causa de la migración, el desplazamiento o el exilio, siempre hay una historia de violencia

detrás del movimiento de la población mundial y todos estos desplazamientos tienen

consecuencias tanto dentro de los sujetos que se desplazan, como en los lugares que dejan y a los

que llegan.

1.3 Colombia desplazada

En Colombia, los múltiples conflictos han dejado más de un millón de personas muertas,

centenares de miles de refugiados, destrucción del medio ambiente, orfandad, reproducción de la

violencia, miedo y más consecuencias de la barbarie, que apenas si podemos imaginar quienes

estamos en la cómoda poltrona de la clase media universitaria. Este trabajo de grado quiere

explorar esa dramática situación enfocándose en un tipo específico de desplazados y migrantes,

los que han sido perseguidos por su identidad de género.

Los elementos clave del fenómeno del desplazamiento en Colombia son su magnitud y su

heterogeneidad. Desafortunadamente, Colombia continúa en la lista de países con mayor

cantidad de desplazados internos. Según el Observatorio sobre el Desplazamiento Interno del

37
Consejo Noruego para Refugiados (Acnur, 2016) a finales de 2015 había 40,8 millones de

personas desplazadas internamente por el conflicto armados en todo el planeta -2,8 millones más

que en 2014. Casi la mitad están en Siria, Colombia, Irak, Sudán y Yemen. De 8.131.269

víctimas que aparecen en el Registro Único de Víctimas, 6.883.513 son desplazadas. O sea que si

todas las personas que huyeron de sus casas fueran a parar al Estadio El Campin, necesitaríamos

141 estadios igualitos para hacerlos caber. El desplazamiento forzado ha sido el hecho

victimizante por excelencia de la guerra que Colombia ha sufrido durante 52 años.

Desde la disputa por territorios ancestrales de indígenas y afrodescendientes hasta la expulsión

de habitantes rurales hacia las ciudades, el fenómeno del desplazamiento está arraigado en la

historia de Colombia. De acuerdo con el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica,

“Una nación desplazada” (2013), el desplazamiento forzado era considerado un efecto colateral

del conflicto armado y por eso no se veía traducido en políticas públicas de atención o en un

registro certero: “el desplazamiento pasó sin reconocimiento alguno, sin una definición jurídica,

sin que fuese tipificado como delito, y sin mecanismos ni formas institucionales de interpretarlo,

entenderlo, atenderlo y repararlo” (2013, p. 41). Sólo hasta 2011 pudimos aproximarnos a una

cifra gracias al Registro Único de Víctimas que, si bien es el más confiable, puede ser

incompleto.

El desplazamiento forzado en Colombia ha sido un fenómeno extendido, y sin embargo los

registros de antiguos desplazamientos no existen o son muy inexactos. Desde comienzos del

Siglo XIX hemos estado en alguna guerra nacional o regional, como la de Antioquia en 1829 o la

que se emprendió contra Perú en 1830. Incluso, la Guerra de los Mil Días (1899-1902), que

estuvo marcada por la poca preparación (de armas, de estrategia militar) y que es antesala de la

época de la Violencia y la matanza entre rojos y azules, dejó 80.000 muertos, un país debilitado,

38
y una Panamá menos. Estas guerras, más la explotación de chinchona -o quina- en la cordillera

de los Andes, bota caucana, territorios del actual Magdalena, Santanderes y Vichada; de

Caucho, en el Amazonas, y el ascenso del negocio del tabaco en Ambalema, Mariquita,

Santander y Valle del Cauca) (Sastoque, 2011) lograron que la población se desplazara buscando

aprovechar esta bonanza para trabajar y escapando hacia otros lugares, colonizando

departamentos como Tolima, Caldas, Cauca y el Magdalena, reconfigurando la organización del

país. (Defensoría del Pueblo, 2003, p. 23).

La época de La Violencia (1948 y 1958) y los odios partidistas entre liberales y conservadores

dejaron un saldo desconocido de ganado a la deriva, tierras abandonadas y torturas. Aunque no

hay un registro fiable de la época de La Violencia, se calcula que más de 200.000 personas

fueron asesinadas y casi dos millones de personas llegaron como “refugiados políticos” a las

ciudades capitales. (Oquist, 1978, citado por CNMH, 2013). Caldas, Cauca, Tolima y Valle del

Cauca fueron declaradas como “zonas de violencia” y el gobierno de Alberto Lleras Camargo

creó un Tribunal de Conciliación y Equidad en 1960 para repartir la propiedad de la tierra y

reparar daños económicos. Un año después desaparece y entra en vigencia la Reforma Social

Agraria, “que se aprueba dentro de un contexto internacional en donde el gobierno

norteamericano había diseñado una estrategia de contención de los movimientos sociales y

agrarios de la región -que culminaron en la revolución cubana- conocida como la Alianza para

el progreso” (Fajardo, 2012). En este escenario nacen el ELN y las FARC, en 1964, luego del

ataque militar del Ejército a la “República de Marquetalia”, que también generó

desplazamientos.

“Durante el cuarto y último periodo del Frente Nacional se produce una crisis de gobernabilidad.

El gobierno conservador de Misael Pastrana Borrero (1970-1974), cuya elección fue

39
deslegitimada debido a un supuesto fraude electoral en las elecciones presidenciales del 19 de

abril de 1970, creó el escenario propicio para el surgimiento de una segunda generación de

grupos guerrilleros. A raíz de la deslegitimada elección presidencial, se conformó el Movimiento

19 de abril (M-19), con presencia armada en las ciudades”. (CNMH, 2013; p. 52). Además de

esta crisis de gobernabilidad, en los setenta el boom marimbero transforma el uso de la tierra

para rutas de transporte y cultivo de marihuana, coca y amapola. Aquí la migración se generó

como reacción a la expropiación de territorios por parte de actores armados (el ejército que

incautaba, la pelea de narcotraficantes en disputa por el territorio o los actores armados que se

lucraron con el negocio) o por búsqueda de opciones económicas.

Este escenario fue preludio de la llegada de los paramilitares -por ejemplo con la creación de

Muerte a Secuestradores (MAS) en 1981- y el boom del narcotráfico de los ochenta, que

financiaron grupos armados en la Sierra Nevada de Santa Marta, Urabá y luego Córdoba y

Antioquia y sembraron el terror por todo el país. Mientras el gobierno de Julio Cesar Turbay

(1978-1982) propuso una fuerte avanzada militar bajo el Estatuto de Seguridad, Belisario

Betancur (1982-1986) mantuvo la “guerra contra el narcotráfico” y abrió diálogos de paz con las

guerrillas de las FARC, Quintín Lame, M-19, el Partido Revolucionario de los Trabajadores,

Patria Libre, etc. En 1987, el senador César Gaviria reconoció en el Congreso a la existencia de

128 grupos paramilitares, ayudados por la “privatización de la lucha armada”, es decir, el apoyo

civil -ideológico y financiero- a la contrainsurgencia. La arbitrariedad y sevicia de las medidas

“contrainsurgentes” dejó una estela de cuando menos, 75.284 personas desplazadas entre 1985 y

1988 (RUV, 2016). El subregistro es tal que según el mismo informe, a corte de 2014 estaban

reportados 65.597 desplazados en el mismo periodo de tiempo; mientras que el CODHES decía

que son 227.000 desplazados. ¡6 veces más que el RUV!

40
Así las cosas, “los grupos paramilitares evolucionaron desde movimientos de autodefensa de

propietarios locales hasta convertirse en empresas armadas de conquista territorial, interesadas en

dominar territorios y poblaciones locales, depredar los presupuestos, usufructuar los negocios de

narcotráfico, el contrabando y la apropiación forzada de la tierra” (Reyes, Amaya y Pedraza,

2010; p 4, citado por CNMH, 2013; p 68). Paralelamente, los avances de negociación de paz con

las FARC por parte del gobierno de Andrés Pastrana fallaron, y en 2002 el gobierno de Alvaro

Uribe Vélez (2002-2010) emprende la “lucha antiterrorista” basada en su política de Seguridad

Democrática. Este gobierno fue particularmente nefasto para el desplazamiento forzado:

3.592.678 personas, casi la mitad de los desplazados registrados en el Registro Único de

Víctimas -que registra solo los hechos victimizantes que sucedieron a partir de 1985-, se dieron

en esos 8 años.

La política pública impulsada por el Gobierno Nacional atendía a la población desplazada en

estado de emergencia y por tanto no se enfocaba en prevenir las causas estructurales que los

desplazaron. “En los escenarios de consolidación territorial se produjeron nuevos

desplazamientos debido a la inseguridad alimentaria y falta de acompañamiento de proyectos

productivos alternativos, de una parte y por el aumento de las capturas y judicializaciones”

(CNMH, 2013, pg 98). La Ley 387 de 1997 en su Artículo 2°, afirma que los desplazados tienen

derecho a solicitar y recibir ayuda internacional; gozarán de derechos civiles; no serán

discriminados; serán reunificados con su familia y regresarán a su lugar de origen. La ley 387 de

1997 sobre atención integral al desplazamiento forzado, fue un logro muy significativo para

atender el fenómeno, sin embargo, su cumplimiento no ha sido suficiente. Por esta razón en el

año 2004 la Corte Constitucional declaro “el Estado de cosas inconstitucionales” en materia de

política pública sobre el desplazamiento por medio de la sentencia T-025 de 2004, que reconoció

41
como inconstitucional la situación de los casi 5 millones y medio de colombianos desplazados

por la violencia, y llevó a la creación de la Agencia Presidencial para la Acción Social en 2005 y

un nuevo Plan Nacional para atender a la población desplazada.

A pesar de avances anteriores y de los más de 17.000 millones de pesos destinados para atender a

las víctimas de desplazamiento entre 2000 y 2013 (op. cit. p. 29), las causas estructurales del

desplazamiento siguen allí. Los procesos de desmovilización de los paramilitares dejaron como

resultado las llamadas Bacrim y apenas en 2012 la Corte Constitucional reconoció a las víctimas

de estos grupos en el Registro Único de Víctimas. Y todo lo anterior para mencionar que las

causas del desplazamiento persisten, no solo en los lugares de expulsión sino también en los de

recepción haciendo que la gente sea desplazada más de una vez. Ya no “están” desplazados,

como en un estado pasajero, sino que lo son, en permanente peregrinaje7.

Resumiendo lo dicho hasta ahora y de acuerdo con Gloria Naranjo, el desplazamiento forzado

interno en Colombia:

“es un eje de la larga duración que no se reduce a una coyuntura especial de agudización del

conflicto armado interno; en segundo lugar, se inscribe en una confrontación armada multipolar

y con presencia diferencial en las regiones, contrario a lo que ocurre en la mayoría de los países

hoy afectados por éxodos forzados; en tercer lugar, las víctimas del desplazamiento son diversas,

es decir, no pertenecen a una etnia, a una religión, a una clase o a un grupo social específico.

Estas especificidades contribuyen a hacer del desplazamiento interno forzado en Colombia algo

7 Para más información consultar el Capítulo I del informe "Una Nación desplazada" del Centro Nacional de
Memoria Histórica.

42
muy complejo y profundamente heterogéneo, difícil de aprehender y de medir presentando

rasgos que facilitan su invisibilización” (2001).

Así que la violencia política, la sevicia, el arrasamiento de pueblos, la alta concentración de la

tierra en pocas manos, la corrupción de las entidades estatales, las dificultades geográficas y la

perpetuidad de la guerra han hecho del desplazamiento forzado un fenómeno constante, común y

paradójicamente invisibilizado por muchas entidades del estado, los medios de comunicación y

los análisis demográficos. El desplazamiento en Colombia es un fenómeno tan generalizado que

no es solo consecuencia de guerra, sino estrategia de guerra, pues la efectividad del horror ha

servido a intereses económicos, políticos y demás. Lo anterior demuestra las tesis de Gloria

Naranjo (2001): “los fenómenos del desplazamiento en Colombia son extensivos y recurrentes;

implicaron la urbanización del país y la fundación de barrios y colonias porque “su rumbo o

itineraria se orienta hacia lugares en los que puedan mimetizarse o diluirse donde las grandes

ciudades son una alternativa” (párr. 8-12). Los desplazados se encaminan hacia donde tengan

relaciones pasadas de lealtad, amistad o colaboración para buscar protección o seguridad; en las

últimas décadas el desplazamiento tomó forma de catástrofe humanitaria y por eso mismo las

ONG sacaron el concepto de la misma lista de agravios como el homicidio, secuestro, tomas de

poblaciones, etc; hay abandonos definitivos de poblaciones o retornos azarosos; combina éxodos

masivos en menos medida que los familiares o individuales; y la multiplicidad de los actores del

conflicto y las dinámicas bélicas, de las regiones, y dinámicas bélicas complejizan el estudio del

fenómeno, sobre todo la caracterización del inmenso continente de desplazados y las razones del

43
éxodo que se cruzan con coyunturas regionales, motivaciones políticas o económicas, etc8 (2001,

párr. 8-20).

Parte de la masa de desplazados en la ciudad de Bogotá está conformada por personas trans, que

han sido históricamente amedrentadas en el marco de la guerra en Colombia y que solo hasta

ahora, gracias a varias oenegés y las redes sociales, han atraído la atención que merecen como

víctimas del conflicto armado.

Al enfocarse en el tema del género, este trabajo quiere acercarse a la interrelación entre el

transito geográfico y el identitario en la comunidad trans.

2. Migración, desplazamiento y exilio relacionados con el género

Entre abril y octubre de 1980, más de 125.000 cubanos salen exiliados por el puerto de Mariel

hacia los Estados Unidos. Estos barcos cargados de “indeseables” (nombrados así tanto por el

presidente cubano Fidel Castro como por el presidente estadounidense Jimmy Carter) incluían un

número indefinido de homosexuales perseguidos por su identidad de género y orientación sexual.

Entre los numerosos pasajeros estaba el escritor anti-castrista Reinaldo Arenas, y la famosa drag

queen Adela Vásquez. Cada uno de ellos construyó relatos de la persecución y posterior exilio:

Antes de que anochezca (1992) y Sexilio (2004), respectivamente. Este es solo un ejemplo de la

8 "En el grupo de personas que conforman el contingente de desplazados, se encuentran víctimas de todos los
actores del conflicto lo que hace difícil identificar el grupo responsable y las razones esgrimidas por los actores
armados para desplazarlos. Guerrillas y paramilitares, así como las fuerzas estatales participan en porcentajes
diferenciales como agentes causantes del desplazamiento, pero también existen expresiones privadas que se
entremezclan con las dinámicas de la guerra pública utilizando tácticas similares con el objetivo de liquidar deudas,
saldar venganzas personales o para lograr beneficios económicos particulares (...) Las causas del desplazamiento
forzado también son diversas: las presiones por la tierra, los intereses que van surgiendo en torno a los
megaproyectos del estado o la lucha por el control sobre zonas ricas en metales preciosos y productos energéticos
o por territorios donde se cultiven plantas alucinógenas y en general, toda una gama de intereses particulares
imbricados y confundidos con los asuntos de la guerra pública sin que sea posible establecer una línea diferencial
entre lo político - militar y lo individual privado". Gloria Naranjo (2011) citando a Amnistía Internacional. En busca
de un refugio. Colombia. ¿Qué debemos hacer para seguir viviendo?: Los desplazados internos de Colombia
desposeídos y exiliados en su propia tierra. Madrid: Octubre de 1997.

44
violencia y el desplazamiento a la que se ha sometido a la población LGBTI de todo el mundo,

pero también de la historia que resulta del exilio.

Estudios recientes demuestran como los conflictos internos se ensañan particularmente con las

mujeres y la población LGBTI. Hay una lamentable epidemia de feminicidios y crímenes de odio

asociados al género en múltiples lugares del mundo, causando también migraciones,

desplazamientos y exilios. (Feminicidio refiere a un término legal que se refiere a un homicidio

por “el hecho de ser mujer”. En Colombia se tipificó como delito a través de la ley 1761 de 2015

(ley Rosa Elvira Cely), tras la violación, empalamiento y homicidio de Rosa Elvira Cely en el

Parque Nacional a manos de uno de sus compañeros de estudio. El 8 de Junio, la Sala Plena de la

Corte Constitucional ratificó la ley y avaló la ponencia de la magistrada Gloria Stella Ortíz que

exigía extender las condenas a feminicidas y la cobertura para ataques por motivos de identidad

de género, incluyendo así a mujeres trans. Crimen de odio, por otro lado, se define así: “La

criminalidad por prejuicio son delitos violentos contra personas o cosas, que lleva a cabo un

autor, que tiene como trasfondo el sentimiento de una pertenencia grupal y que va dirigido contra

un miembro de otro grupo que pertenece a otra nacionalidad, raza, religión, orientación sexual y

otras diferentes formas de vida” (Millán de Benavides, 2006, p. 80) El movimiento por los

derechos civiles de los negros inauguró el concepto de hate crime, luego se unieron grupos

feministas y de diversidad sexual (op cit. 2006, p. 20).

Esta temática viene siendo abordada por investigadoras y activistas feministas desde hace

tiempo, como Rita Segato, Katherine Fobear, Gloria Anzaldúa, Lionel Cantú, Norma Mogrovejo,

etc. En la academia anglosajona existe ya un campo de estudio conocido como los Queer

Migration Studies y en nuestro contexto se habla de “sexilio”. La migración, el exilio y el

desplazamiento por razones de identidad de género u orientación sexual son comunes a las

45
historias de migraciones, no sólo por causa de la guerra, sino por fenómenos políticos como la

penalización de la homosexualidad -como en Uganda-, o el ser testigo de una violencia hacia

una persona de las mismas características -como en Honduras, donde han asesinado 186

homosexuales entre 2006 y 2012- , o por el entorno familiar que rechaza la desviación de la

norma heterosexual, o para buscar el trabajo que se les ha negado por razón de identidad u

orientación sexual, o simplemente para buscar la libertad (Mogrovejo, 2015).

Hay personas en todo el mundo con identidades de género no normativas que han sido

desplazadas por las razones conocidas: problemas de tierras, masacres, pobreza generalizada.

Pero nadie construye su identidad sobre un solo pilar, y el reto narrativo que han asumido

escritores (migrantes o no) como Jaime Manrique Ardila, Gabo o Jorge Franco es complejizar las

identidades de los sujetos migrantes a partir de su lejanía geográfica con el lugar de origen y su

nueva cercanía con esa cultura, o el rechazo a sus tradiciones. Lo mismo han hecho escritores

como Luis Rafael Sánchez o Pedro Lemebel con las identidades trans y homosexuales

trastocando o travistiendo modelos estéticos uniformes, homogéneos y obedientes a una idea de

lo gay como lo enfermo y lo heterosexual-masculino como lo ideal o normal. (Lanza Lobo,

2004). Sin embargo, como explica Camila Esguerra para el caso de lesbianas migrantes

internacionales:

“Considero que la heterosexualidad obligatoria -concebida como una institución política y

económica y no como un régimen que solo alude a la orientación del deseo (Rich, 1984) - es uno

de los factores que influyen en la decisión de estas mujeres de emigrar o de permanecer en el

país de acogida y que pocas veces ha sido tenido en cuenta en el análisis de las migraciones,

46
sobre todo cuando se da por sentado que las migraciones actuales son un fenómeno con una sola

causa atribuible a cuestiones meramente económicas” (Esguerra, 2014, p. 140).

Una revisión de las cifras confirma el panorama terrible de los efectos más graves de la

heterosexualidad obligatoria. De acuerdo con Transgender Europe, han sido reportados 1573

asesinatos de personas trans entre enero de 2008 y diciembre de 2015 en todo el mundo, de los

cuales 1573 ocurrieron en Latinoamérica (1,573 killings in 23 countries in Central and South

America, which account for 78% of the globally reported murders; 179 killings in 16 Asian

countries; 137 killings in North America; 112 killings in 16 European countries; 10 killings have

been reported in 4 African countries; and 5 killings in 4 countries in Oceania). Es decir que 8 de

cada 10 homicidios de personas trans en el mundo sucedieron en América Latina. En Colombia

fueron 105 las personas trans asesinadas en ese periodo de tiempo. El informe de Colombia

Diversa, Caribe Afirmativo y Fundación Santa María es devastador: 2015 fue el año que registró

más transfeminicidios, feminicidios y homicidios: 110 asesinatos, 32 eran chicas trans (2016, p.

35) Esta violencia homicida se da tanto en el campo como en los barrios de las ciudades. Además

del homicidio, la amenaza, el desplazamiento y la tortura son parte de las violencias hacia la

población trans en el marco del conflicto armado colombiano, con la diferencia de que muchas

veces estos hechos se repiten en sus nuevos lugares de origen, haciendo que se desplacen más de

una vez.

En esta investigación me concentro en el desplazamiento forzado que ha sufrido la comunidad

trans, que atraviesa la historia nacional como en cualquier otro caso y tiene particularidades de

una población históricamente perseguida como la LGBT.

El caso de los movimientos de población motivados por la discriminación de género hacia

población gay, homosexual, lesbiana y transgénero es un campo de estudio relativamente nuevo

47
en Colombia. Como señala Prada (2015, p. 110), aunque se ha escrito mucho sobre los sistemas

de género en los conflictos armados (los papeles de mujeres y hombres, la violación sistemática

de mujeres y niñas, etc.) se asocia “género” exclusivamente con “mujer”. La variable género en

estos estudios se concentra en las afectaciones a las mujeres, pero no a los sujetos mujeres, o a

las mujeres no biológicas como las transgénero.

Esta falta de atención también se ha dado en el terreno de la legislación estatal y solo hasta el

2011 se creó el llamado enfoque diferencial adoptado en la Ley 1448, conocida como la Ley de

Víctimas, la cual reconoce en su artículo 13 que las personas LGBTI fueron y son víctimas del

conflicto armado en maneras particulares, junto con niños, niñas y adolescentes, personas

mayores, indígenas y afrodescendientes y personas en situación de discapacidad y desplazados

internos, y que por tanto requieren atención diferencial, prioritaria y digna en correspondencia

con su particular vulnerabilidad. En el caso de las personas con personas con identidades de

género diversas y orientaciones sexuales no hegemónicas, el Estado -en cabeza de la Unidad de

Víctimas- reconoce que las violencias hacia este grupo son “violencias por prejuicio”, y las

divide así:

-Discriminación sistémica en el entorno, que hace referencia a la preexistencia de la

discriminación.

-Normatización y aniquilamiento en el marco del conflicto armado, que hace referencia a cómo

la discriminación acumulada se suma a las violencias en el marco del conflicto armado, las

cuales tienen por objeto subordinar, normatizar, “corregir”, aleccionar y ejemplarizar.

48
-Violencia institucional, refiere la inacción, barreras o acción dañosa por parte de servidoras y

servidores para con las personas con orientaciones sexuales e identidades de género no

hegemónicas. (UAV, s. f)

Las investigaciones sobre la violencia y el desplazamiento de las personas con identidades de

género no normativas han sido asumido por organizaciones sin ánimo de lucro como la

Fundación Santa María en Cali, Parces en Bogotá, Caribe Afirmativo en el norte del país y

Colombia Diversa, gracias al esfuerzo de investigadoras como Nancy Prada y Nikita Vargas,

Amy Ritterbusch, la Red Comunitaria Trans y muchos más. Se han producido informes recientes

como el del Centro Nacional de Memoria Histórica, “Aniquilar la diferencia” (2015); o el de

Nancy Prada, “A mí me sacaron volada de allá” (2012), o los informes de Colombia Diversa

sobre violencia a la población LGBTI desde 2006 a 2016. Sin embargo, estas investigaciones

hasta hace muy poco se concentraban en personas lesbianas y gays, obviando el amplio espectro

de identidades posibles y lamentablemente, perseguidas en el marco del conflicto y en la

cotidianidad. Bien sea por parte de actores armados, actores estatales o sociedad civil, las

personas LGBTI, y sobre todo las personas trans, son víctimas de violencia por prejuicio tanto al

ser desplazadas y al momento de llegar a su nuevo lugar de recepción. La violencia por prejuicio

no es exclusiva en el marco de la guerra, sino que está inscrita en las comunidades de las que

hacían parte las mujeres trans desplazadas al momento de ser desplazadas y que se replica en sus

nuevos lugares de residencia. Así lo reconocen los informes: Cuerpos excluídos, rostros de

impunidad (Colombia Diversa & Caribe Afirmativo & Fundación Santa María, 2016, p. 131);

Cuando la guerra se va, la vida toma su lugar (Colombia Diversa, 2013-2014, p. 27); Mobilites

at gunpoint: the geographies of (im)mobility of transgender sex workers in Colombia

(Ritterbusch, 2016) y otros.

49
Los relatos que me propongo realizar en este trabajo de grado exploran los desplazamientos de

mujeres trans para -en palabras de Liliana Ramírez- “dar espacio a otro tipo de subjetividad”

(2008, p. 48) y así acercarme a un debate sobre la identidad de género y su relación con el

desplazamiento forzado en la vida de sus protagonistas.

¿Pero, por qué las personas con identidades de género no normativas son perseguidas en nuestro

tiempo? Abordaré este tema en la próxima sección.

2.1 Sexo, género, orientación sexual e identidad de género

Toda etiqueta humana es artificial.

Coral Herrera en “Más allá de las etiquetas ” (2011).

La Asociación Norteamericana de Psicología (2015) dice que el sexo está típicamente asignado

al nacer, incluso desde el ultrasonido, y se refiere al estatus biológico de la persona. La

apariencia de sus genitales, los cromosomas y hormonas predominantes y su aparato reproductor

interno lo clasifican como hombre o mujer. Con este código binario (femenino-

masculino/hombre-mujer) se asocian costumbres, tareas, nombres, comportamientos,

expectativas, privilegios y desventajas. El concepto de sexo biológico, fijo e inmutable, fue

cuestionado por la filósofa francesa Simone de Beauvoir en su famosa frase mencionada en El

segundo sexo: “Una no nace mujer, una llega a serlo”. Gayle Rubin (1977) propuso el concepto

de sistema sexo-género, que separa modelos de comportamiento propios de una estructura social

particular que jerarquiza a las personas y sus relaciones por el mero hecho biológico de la

diferencia sexual (Herrera, p. 89). La acepción de “sexo” como categoría, como herramienta de

50
medición demográfica o como destino divisorio10 fue aceptada hasta que surgió el “género”

como concepto que rompe con el determinismo biológico de “sexo”. El género entiende los

comportamientos de y las relaciones entre hombres y mujeres como construcciones culturales,

que marcan los destinos de las personas. La frase de Beauvoir es muy diciente en este sentido:

una no nace mujer (es decir, no se determina por su sexo biológico), llega a serlo (es decir, hay

ciertas características, comportamientos, tabúes, mitos, etiquetas, expectativas que una vez

alcanzados, le hacen mujer ante los ojos de sus pares en un contexto particular). Esta ruptura

entre “sexo” y “género” puso sobre la mesa las características culturales de aprendizaje que

hacen a las mujeres y hombres, haciendo entonces evidente que la desigualdad entre hombres y

mujeres no era natural o dado, sino que era una construcción social y que, como señala la

antropóloga Sherry Ortner, las diferencias biológicas solo significan algo con base en su contexto

(citado por Montecino. 1977, p. 18). Los valores que cada cultura le otorga a lo femenino y lo

masculino son los que determinan los géneros de hombre y mujer. En sus investigaciones Ortner

se dio cuenta de que la constante entre varias culturas era la desigualdad entre hombres y

mujeres, y se lo atribuyó a la desvalorización de la naturaleza, tradicionalmente asociada con la

mujer o lo femenino. Según Otner, sería la misma naturaleza -el útero, capaz de crear vida y la

obligación de cuidar crías- lo que somete a las mujeres frente a los hombres, que están más lejos

de la vida doméstica y más cerca de la vida pública y política, es decir, son los guardianes de la

cultura, a su vez entendida como superior sobre la naturaleza (op. cit, 1977, p. 19) Sexo es lo que

10 En este punto es preciso nombrar que grandes filósofos europeos como Nietzche, Kierkegaard y Rousseau
explicaron en su momento las diferencias ontológicas entre hombres y mujeres. Coral Herrera (p. 89) cita a Hegel
en Fenomenología del espíritu: <<El destino de las mujeres es la familia, el destino de los varones es el Estado. Ese
destino no puede contradecirse; el sexo es un destino público para los varones y privado para las mujeres, y los
intentos de estas de subvertir tal orden son la ruina de las comunidades>>. Sin entrar en discusiones sobre
misoginia u odio a las mujeres, la cita demuestra que esta división era un tema de discusión, una clara división del
trabajo y un pilar de comunidad.

51
Gayle Rubin menciona en su ensayo The traffic in Women: “el material crudo que la cultura

transforma en género” (1975, pg. 165, citado por Corber & Valocchi, 2003, p. 8). Entonces

género, además de ser una serie de aprendizajes, es una categoría que sirve para la creación y

sostenimiento de sistemas de desigualdad. Otra manera de conceptualizar el género es con una

perspectiva marxista, que también entiende género como una construcción social pero a partir de

la división sexual del trabajo y no de la representación cultural. Este enfoque introduce la

variable de clase para estudiar las relaciones entre hombres y mujeres y sitúa el causal de la

subordinación femenina en la repartición de la propiedad privada y en el nacimiento del

capitalismo (Montecino, 1977, p. 20). Incluso, Michel Foucault en “Historia de la sexualidad”

alertó sobre el sexo y la sexualidad, antes entendida como una cuestión privada del deseo, natural

y obvia, pero que es en verdad un constructo cultural según los intereses políticos de la clase

dominante. (Maqueira, 2000, citado por Herrera, p. 27) Es decir que bajo el concepto de género

(hombre o mujer, y todo lo que implica) hay dinámicas de poder que se mantienen en el tiempo y

favorecen o no a ciertos grupos. Estas nociones han sido ampliamente criticadas y debatidas,

sobre todo por grupos feministas, pero dejan claro que las sociedades proponen ciertas

características para los géneros hombre/mujer y que precisamente por eso no se puede hablar de

una mujer o un hombre, pues varían entre culturas y no sólo eso, lo hacen entre individuos (op.

cit, p. 22). Este concepto cultural de género introducido en los sesenta es revolucionado en los

noventa por la filósofa judía y lesbiana Judith Butler -comenzando por su libro El género en

disputa (1990)- y el concepto “performance de género”. Según Coral Herrera el concepto de

performance empezó con el autor J.L Austin en 1953 en el libro How to do things with words:

“cada vez que se emite un enunciado se realizan a la vez acciones o cosas por medio de las

palabras” (2011, p. 281- 282). Los enunciados performativos serían los que crean la realidad que

52
describen. Para el filósofo francés Jaques Derrida, la efectividad de este performance para crear

esa realidad deriva de una autoridad previa, “de una repetición regulada de un enunciado al que

históricamente se le ha otorgado la capacidad de crear realidad” (Herrera, p. 282). El

performance es entonces un dispositivo de poder que se transmite a partir de estos enunciados de

realidad (como en las películas western, los colores azul y rosado, los dichos populares como los

hombres no lloran y demás). Los enunciados de género que aparentemente describen esa

realidad reproducen una convención social, una verdad. Todo esto para llegar al género en

términos de performance que propone Butler: “el género no es sustancial o esencial, sino un

efecto evocativo del lenguaje, de las construcciones de masculinidad y feminidad que no da

cuenta de otras prácticas sexuales y otras identidades” (Butler, J, (1990); citada por Casares,M

(2003); citado por Herrera, 2011, p. 284). Como explica la periodista Leticia Sabsay (s. f):

La performatividad del género no es un hecho aislado de su contexto social, es una

práctica social, una reiteración continuada y constante en la que la normativa de género se

negocia. En la performatividad del género, el sujeto no es el dueño de su género, y no

realiza simplemente la “performance” que más le satisface, sino que se ve obligado a

“actuar” el género en función de una normativa genérica que promueve y legitima o

sanciona y excluye. En esta tensión, la actuación del género que una deviene es el efecto

de una negociación con esta normativa (2009, párr. 4).

Entonces un sujeto es producto del discurso, de lo que se dice y lo que dice de él mismo. La

categoría de género reconoce que las identidades son una actuación. Los performance son parte

de un discurso heteronormativo que pronuncia las categorías “mujer” y “hombre” para fijar las

normas y roles que cada actor debe interpretar, y sobre todo la jerarquía y valor que otorga cada

rol. Pierre Bourdieu nos aporta para entender este fenómeno de la jerarquía entre géneros

53
(dominación masculina sobre sumisión femenina) al relacionarla con la inferioridad de fortaleza

física de las mujeres respecto a los hombres, la supuesta inferioridad moral de las mujeres, la

dualidad entre la santa y la puta, etc. Estas ideas nacen de la violencia simbólica, ejercida a

través del conocimiento, de la comunicación y las narrativas. (Herrera, 2011, p. 94). Lo más

peligroso de esta violencia es que es naturalizada y puede tener consecuencias tangibles desde la

violencia física (por ejemplo golpizas a homosexuales en Chile11 o a inmigrantes en Inglaterra12)

hasta la muerte de personas por su identidades (el reciente feminicidio de Lucía, la adolescente

argentina asesinada, y posteriores comentarios sobre su vestimenta o sus costumbres son prueba

de esta violencia)13. Estas violencias inscritas en el día a día tambien afectan las identidades que

fluyen entre estas fronteras binarias trazadas por el discurso, como las lesbianas, homosexuales,

intersexuados, transexuales, incluso asexuales y célibes. El desdibujamiento de las fronteras

entre géneros da pie para considerar nuevas identidades y orientaciones que no hacen parte del

discurso heteronormado criticado por la teoría queer.

2.1.1 Lo trans

La categoría transgénero14, de particular interés para este trabajo está relacionada con la

identidad de género que asume una persona que fue asignada “hombre” o “mujer” al nacer y que

sin embargo elige adoptar características femeninas o masculinas, aparentemente opuestas a su

“sexo biológico”. Es decir que si es asignado al nacer como hombre porque tiene genitales

11 "Entre 15 y 20 personas se abalanzaron sobre F.P.B. y comenzaron a golpearlo con pies, puños y objetos
contundentes en reiteradas oportunidades. En medio de ello, lo insultaron con ofensas del tipo 'maricón
asqueroso' y 'fleto de mierda'. Véase Hermanos gay denuncian brutal golpiza de pandilla en Lo Prado
12 En enero pasado, se reveló que la empresa de alimentos Clearsprings Ready Homes, contratada por el Ministerio
del Interior británico, obligaba a los refugiados a llevar una pulsera roja, bajo el argumento de que sin ella no
podrían recibir comida. Véase Aumentan crímenes de odio en Inglaterra tras el Brexit
13 Adolescente fue drogada, violada y empalada, en un caso que estremece al país y que renovó el reclamo contra
la violencia machista. Véase La violación y muerte de una joven de 16 años que indigna a Argentina
14 Me refiero a personas transgénero, transexual, drag queen, drag King, femme, lesbiana butch y otrxs.

54
masculinos pero se identifica como una mujer, es una mujer transgénero; si es asignada como

mujer por la apariencia femenina de sus genitales pero se identifica como un hombre, es un

hombre trans. La contraparte de lo transgénero sería lo cisgénero, que es la correspondencia de la

identidad de género de mujer y hombre con la asignación sexual. Judith Butler, retomando la

idea anterior de la contraposición entre sexo/género, afirma que “"mujer" no necesariamente es

la construcción cultural del cuerpo femenino, y "hombre" tampoco interpreta por necesidad

cuerpos masculinos” (Butler, 1994, citada por Ruiz, 2002, p. 7). Es decir que los cuerpos pueden

alojar o interpretar muchos géneros diferentes. (Ruiz, 2002, p. 7) El término transgénero fue

acuñado por el doctor H. Benjamín en 1953. Un año antes fue la cirugía de Christine Jorgensen,

famosa por ser la primera persona en someterse a un cambio de sexo en los Estados Unidos (en

1952). Cuenta Rosalía Rodríguez Alemán que el doctor C. Hamburger, quien realizó la

operación, recibió 465 cartas de hombres y mujeres que solicitaban un cambio de sexo. Es decir

que antes del concepto ya existían “transgéneros” (2002, p. 242). Desde las mixha en Oaxaca,

México, hasta la misma Juana de Arco (1412-1431) que vestía como hombre y que fue ejecutada

por la Inquisición por esa razón, entre otras. Desde Lili Elbe aka, “La chica danesa” hasta las

hijras en India -varones con rituales femeninos- (Herrera, 2011, p. 22) o las two spirited people

de los pueblos originarios de Norte América la trasgresión de los límites, el desafío de la etiqueta

identitaria ha sido parte de la historia de la humanidad y ha persistido a pesar de ser

marginalizada y perseguida en los últimos siglos en Occidente y las zonas que colonizó. Esta

trasgresión tiene que ver con la identidad de género tanto como con la orientación sexual. Ambas

son claramente definidas en los Principios de Yogyakarta: la orientación sexual se refiere a la

capacidad de cada persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual por

personas de un género diferente al suyo, o de su mismo género, o de más de un género, así como

55
a la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con estas personas. La identidad de género

se refiere a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente

profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del

nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que podría involucrar la modificación de

la apariencia o la función corporal a través de medios médicos, quirúrgicos o de otra índole,

siempre que la misma sea libremente escogida) y otras expresiones de género, incluyendo la

vestimenta, el modo de hablar y los modales, etc.

Esto refuerza en cierta medida lo planteado por Butler: que hombre o mujer no son identidades

naturales, son categorías políticas, y por tanto son susceptibles de desbaratarse o ser subvertidas.

Toda etiqueta humana es artificial. De acuerdo con la profesora Andrea García,

los términos “transexuales”, “travestis” y “trans” son denominaciones que empleamos en

nuestros procesos cotidianos de construcción de identidad y en las formas de auto

reconocimiento quienes transitamos de lo masculino a lo femenino y quienes de distintas

maneras intervenimos nuestros cuerpos para lograr la imagen de género femenina con la

cual nos identificamos. En este sentido se tratan más de categorías prácticas de

reconocimiento, que de categorías rígidas para el análisis científico o de taxonomías que

surgen exclusivamente de las instituciones de poder que patologizan, definen y clasifican

la diferencia. Categorías prácticas que se acercan a aquello que Judith Halberstam,

retomando a Eve Kosofsky Sedgwick (autora de Epistemología del Closet, obra capital de

la teoría queer), denomina como “taxonomías inmediatas”, “clasificaciones del deseo, del

físico y de la subjetividad”, que se realizan “con el fin de intervenir en el proceso

hegemónico de nombrar y de definir. Las taxonomías inmediatas son categorías que

56
usamos a diario para interpretar nuestro mundo y que funcionan tan bien que en realidad

no las reconocemos” (Halberstam, 2008, p. 31, citado por García, 2010, p. 7).

Se entiende que ninguno de nosotros es totalmente hombre o totalmente mujer, que intentarlo es

frustrante, opresivo y fútil.

Otra observación sobre esta categoría es que es elegida a voluntad. No sólo implica iniciar un

tránsito entre géneros (que implica en la mayoría de los casos hormonarse, cambiar la ropa,

tramitar documentos de identidad, etc) sino reconocerse como persona transgénero ante sus

pares. Sin embargo esta es sólo una identidad más que puede o no ser asumida por quienes

nosotros pensaríamos como trans. Un ejemplo es la historia de Anita, a quien David Valentine

entrevista en Imagining Trasgender. Ella se reconoce como drag queen, como hombre y como

gay, no como transgénero ni transexual (2007, p. 115). O Jade, que se identifica como una

lesbiana butch, o una mujer masculina que piensa como hombre pero no como un hombre trans

(2007, p. 122).

Lo “trans” ha sido criticado ampliamente por reafirmar las categorías binarias de lo

femenino/masculino y reproducir el modelo patriarcal siendo una categoría retrograda, como en

el libro de Janice Raymond, Transsexual Empire (1979, citado por Valentine, 2007, p. 149). Lo

trans es una frontera en sí mismo, arropa un amplio rango de identidades, que no siempre son

una caricatura de lo femenino o lo masculino, sino que es una de tantas maneras de identificarse

o comportarse que varían a lo largo de la experiencia vital de un sujeto. Es pertinente resaltar que

el término médico para referirse a la identidad trans es “disforia de género”. El Manual de

Diagnóstico y Estadísticas de los Trastornos Mentales de la Asociación de Psiquiatría de

Estados Unidos (DSM-5) “utiliza el término “disforia de género” para clasificar a las personas

57
que sufren angustia clínica importante debido a la incongruencia de género” (WMA, s. f) Sin

entrar en detalles o discusiones, este término es usado sobre todo ante la inminencia de una

intervención quirúrgica para una reasignación de sexo. De acuerdo con Rosalía Rodríguez

Alemán, “semejante dictadura del cuerpo aniquila los deseos, considera cualquier "transgresión

de la norma" como una aberración o una desviación” (2002, p. 240). A pesar del enfoque

médico, el sistema sexo / género que propone Judith Butler ilustra este tránsito constante entre

géneros que engloba la categoría trans: “Anne Fausto-Sterling sugiere la idea de lo que llama

"the sexual continuum" que ilustra con la banda de Möbius. En 1993 la autora provocó un

verdadero escándalo al proponer reemplazar el sistema de dos sexos por otro que comprendía

cinco o seis: hombres, mujeres, herms, merms y ferms” (Graciela Brodsky, 2002, citada por

Ruiz, 2002).

Finalmente,

“podríamos pensar que lo que Butler propone como salida al carácter fijo de la identidad

de género es, a partir de la enseñanza de Lacan, un conjunto de identificaciones que

pueden coexistir en un mismo sujeto y que provienen de la diferencia entre lo que se debe

a lo imaginario, a lo simbólico y a lo real de la sexuación. Y que, por otra parte, de la

inercia de un discurso que destituye la diferencia sexual entre hombre y mujer aparece, en

el campo de la ciencia, la idea de un continuum, sostenido en el ADN y no por la

descripción exterior de las diferencias entre las anatomías (Ruiz, 2002)

Por eso ser trans es una identidad de género tanto como ser mujer, hombre y demás.

2.1.2 Lo queer

58
A finales del siglo XIX en Estados Unidos y el Reino Unido, se usaba la palabra queer

peyorativamente para hablar de lo “raro”. Era usada para referirse a los homosexuales (a falta del

término “tercer género” que entró en desuso después de la Segunda Guerra Mundial). Aquellos

“raros” son colectivos de personas que no encajan en modelos de belleza, estilos de vida,

performances cotidianas o ideologías políticas (Herrera, 2011, 271). Narra Beatriz Preciado

(2010) que en los 90, una nueva generación de movimientos identitarios empezó a pensar el

sujeto político “feminista” y el “homosexual”, sobre todo en Estados Unidos. Los estudios de

mujeres, los estudios de género y los estudios gay y lesbianos encontraron un punto común en el

rechazo al sujeto inamovible del feminismo -y por tanto, cohesionador del movimiento-: la

mujer. Y es que había una sola, LA mujer blanca, desexualizada y clase media. De aquel

desdibujamiento de las identidades fijas y completas como posibilidad para trasgredir el

binarismo entre hombre-mujer y para cruzar la sexualidad con otras variables de poder como

raza, clase y mercado, nace lo queer:

A diferencia de las políticas “feministas” u “homosexuales”, la política de la multitud

queer no se basa en una identidad natural (hombre/mujer), ni en una definición basada en

las prácticas (heterosexuales/homosexuales) sino en una multiplicidad de cuerpos que se

alzan contra los regímenes que les construyen como “normales” o “anormales”: son las

drag-kings, las bolleras lobo, las mujeres barbudas, los trans-maricas sin polla, los

discapacitados-ciborg... Lo que está en juego es cómo resistir o cómo reconvertir las

formas de subjetivación sexopolíticas. Esta reapropiación de los discursos de producción

de poder/saber sobre el sexo es una conmoción epistemológica”. (Preciado, 2010)

Lo queer no solo se preguntó por la categoría de mujer. También subvierte la categoría

homosexual bajo la afirmación de que no hay un solo tipo de sujeto gay (afeminado, tipo efebo,

59
con capacidad adquisitiva para darse ese “buen gusto”15) sino que lo homosexual “no es una

categoría estable o autónoma sino un comodín para estabilizar la heterosexualidad como su

opuesto en un sistema binario. La homosexualidad le permite a la heterosexualidad estar sin

marca, funcionar como la norma social de la que la homosexualidad se desvía, “no es una norma

estable o una categoría atónoma, sino un suplemento que estabiliza la heterosexualidad porque

funciona como su opuesto binario. La homosexualidad permite a la heterosexualidad pasar sin

marca, como la norma social de la que se desvía el homosexualismo (Corber & Valocchi, 2003,

p. 3). El verdadero quiebre de paradigma logrado por las teorías queer no es sólo el rechazo al

binarismo de femenino/masculino; naturaleza/cultura; homosexual/heterosexual y demás, sino el

rechazo a una noción de identidad que es inamovible, unificada y coherente. Lo queer entiende a

los sujetos y a la categorías de sexo, género y sexualidad más como una emergencia del lenguaje

(lesbiana, gay, etc), como una etiqueta provisional. Contra el concepto clásico de género, que

distinguía lo normal a lo anómalo, lo queer afirma que todas las identidades sociales son

igualmente anómalas. Defiende una identidad de género como un aquí y ahora que fluctúa, no

unas categorías incontaminables (Trujillo Barbadillo, 2005, citado por Herrera, 2011, 273).

La teoría queer fue y es una emergencia de estas identidades por ser reconocidas no en la lógica

binaria que proponen las categorías de hombre y mujer, sino en otras muchas posibles

identidades e incluso no-identidades, puntos de fuga de la cárcel de la identidad. De esta fuga

surgen perspectivas como la de gender fluid, transgénero, intersex y demás.

15 Oscar Guasch (2000) opina que la homosexualidad ya no es trasgresora, que se ha convertido en una subcultura
del sistema capitalista, asociada con el ocio. Ser gay, sobre todo en clases medias y altas, es ahora un signo de
distinción. Aunque sigue siendo difícil fuera de lo urbano o la vida privada (citado por Herrera, s. f, párr. 6-7).

60
Es importante recalcar que los estudios queer hacen particular énfasis en lo trans y lo intersex en

conexión con otros aspectos de la vida como la clase, raza, región y nación ya que la sexualidad

o la identidad de género no son la única trama sobre la cual una persona se identifica y porque

“proveen descripciones gráficas del poder institucional y discursivo que se requiere para

mantener las orientaciones normativas de sexo, género y sexualidad” (Corber &Valocchi, 2003,

p. 9).

2.1.3 Lo cuir

El 1 de marzo de 2010, Carlos Monsiváis publicó su último ensayo, Homofobia. Allí hace un

recuento sobre la historia del colectivo LGBTI y la vulneración de la iglesia hacia las personas

de preferencias sexuales diversas, y dice:

“El término cunde con rapidez al necesitarse la expresión que unifique la discriminación

física, laboral, social, psicológica y delincuencial, lanzada contra los gays, algo no

cubierto por las voces denigratorias (puto, joto, fag, queer, etcétera). Lo persuasivo y lo

avasallador del vocablo expresa un inequívoco avance social. Ya hay quienes consideran

social y culturalmente negativa la discriminación de personas sobre la base de sus

preferencias sexuales. Pronto, no hay discrepancias serias sobre las ventajas de la palabra,

y la prueba es la prontitud con que la derecha la utiliza, aunque uno sospeche que cuando

dicen “no soy homofóbico”, creen estar diciendo: “No soy homosexual” (2010, cap. VI,

párr. 2).

Dos meses después Monsiváis moriría en un hospital del D.F. Su último texto nos sirve para

preguntarnos sobre el aporte de las teorías queer a los estudios latinoamericanos y a la

comprensión de nuestro continente con respecto a las personas queer, o mejor dicho, cuir. El

61
término queer llega al sur del continente más como categoría académica importada que como

necesidad de los movimientos políticos de lesbianas. Su uso en Latinoamérica es sui generis y no

tiene traducción al español, y para el caso de la palabra queer es especialmente problemático,

pues en inglés traduce algo así como “raro”, y es de uso peyorativo. El poder subversivo de

autodefinirse queer en un contexto anglo es apropiarse de ese insulto (algo así como sí, soy

marica, ¿y qué?) y aquella experiencia inicial de ser rechazado o malogrado por la palabra queer

es una experiencia angloparlante. Queer pierde todo su poder en un contexto hispanoparlante.

(David Codóva, p. 22, citado por Mogrovejo, 2010, p. 237). Empíricamente, lo queer ha sido

traducido en Latinoamérica como “diversidad sexual”, esto incluye a lesbianas, gays,

transexuales, bisexuales, travestis, incluso heterosexuales. Para algunas autoras y teóricas

lesbofeministas como Norma Mogrovejo, Yuderkys Espinosa y Ochy Curiel, diversidad sexual

responde a una agenda de intereses del Estado para que las llamadas minorías sexuales hicieran

parte de la relación entre economía y desarrollo. Y la categoría pone el énfasis en el género,

comúnmente aislándola o desconectándola de las de clase, raza o edad. Los estados se han

enfocado en derechos que han permitido que las personas vivan vidas más dignas (derecho a la

igualdad, leyes antidiscriminatorias, despenalización de la homosexualidad) pero lo han hecho

más por las lógicas de la economía mundial. El ideal ético y jurídico de la igualdad, que era

buscar el reconocimiento como ciudadanos y sujetos políticos frente al Estado permitió que se

inscribiera la “agenda gay” en ciertos partidos políticos, pero lo ha hecho en muchos lugares con

un objetivo de integración al sistema y como reproducción de un modelo heterosexual

(Mogrovejo, 2010, pg. 240-242).

La urgencia que pone de manifiesto Mogrovejo es pensarnos el “sujeto transformador”, o sea

aquel sujeto rompedor de fronteras, trasgresor de espacios, revolucionario, bien sea cuir, o

62
lesbiana latina, etc. Lo queer al modo anglosajón, por creer que toda identidad fija refuerza la

dominación, propone una política antiidentitaria que es subversiva perse. En Latinoamérica, un

lugar difuso, lleno de manchas invisibles y de discursos acallados, no es viable una política que

neutralice el lenguaje ni las identidades. Así lo explica Norma Mogrovejo:

Pensar en clave cuir en un contexto latinoamericano es una forma de neutralizar los

problemas de clase, sexo y raza, es asumir que la interpretación occidental es capaz de

hacernos creer sobre los beneficios de una realidad de ficción, cuando América Latina

tiene las y los mejores literatos de realismo mágico. (Mogrovejo, 2010, p. 246).

Este problema de género se siente casi como aquella frase de Gabo: “El mundo era tan reciente,

que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo”

(García Márquez, 1967, p. 9). Esto nos plantea un problema, ¿cómo narrarnos ahora que se

agotaron los modelos importados? Esta es la pregunta que se hace Paola Arboleda en “Ser o estar

queer en Latinoamérica”, si las feministas norteamericanas y europeas de los sesenta y setenta

‘revelaron’ que lo personal es político, los y las intelectuales LGBT latinoamericanos/as

acentúan una relación inversa: “lo político lo permea todo, lo determina todo, lo limita todo”

(Arboleda, 2010, p. 113). Continúa Arboleda diciendo que las narraciones de personajes como

Pedro Lemebel o los ensayos de Carlos Monsiváis, o novelas como El beso de la mujer araña de

Manuel Puig y muchos más, articulan su escritura frente a las realidades latinoamericanas como

dictaduras, guerras, masacres, competencia neoliberal, modelos comunistas, regímenes y muros

entre países (op. cit., p. 114). Ante los modelos unívocos de masculinidad (incluso la

homosexual) o los devenires mayoritarios que son pasivos ante la opresión (es decir los

privilegiados, que en Latinoamérica son abrumante minoría) las narraciones “no cuir sino

maricas, bolleras” y bien sudacas se alzan con sus discursos plurales como el continente mismo

63
(op. cit, p 121). Precisamente a estos discursos, que como ya dije, construyen realidad porque

son performáticos, les falta eso, según Arboleda: “o como lo expresa la poeta argentina Diana

Bellesi, “el secreto latido de un cuerpo específicamente colonizado en medio de un mundo social

que lo determina [...] la voz de los vencidos, o de quienes nunca alcanzaron siquiera enunciado

alguno en la categorización de los vencedores” (Bellesi, 1996: 9-10; citado por Arboleda, 2010,

p. 121). Como señala Marcia Ochoa, el diálogo está colgando entre lo cuir como una categoría

que agrupa todas las identidades posibles y que homogeniza en una palabra vacía, o en una

categoría para las múltiples posibilidades: “Si vamos a usar lo queer que sea perversa y

críticamente” (2010, p. 255). Por lo tanto, aunque en este trabajo de grado hago relación entre el

desplazamiento y el género como causa dominante, no quiero olvidar como esa característica

está ligada con otros sistemas de discriminación habituales del contexto latinoamericano

relacionados con raza, clase y edad. En las historias que inspiran las crónicas que resultaron de

este trabajo de grado se evidencia como esas subalternizaciones se refuerzan.

2.2 Migración y género

Uno de los aportes más interesantes de los estudios queer son los queer migration studies, que se

ocupan de la relación entre las disidencias de género y la movilidad transnacional, no solo

porque la identidad de género ha probado ser un causal de exilio en muchos países del mundo,

sino porque entender las políticas sexuales (legales, culturales, sociales) de naciones que, de una

u otra manera, desestabilizan o reagrupan ciertas identidades es también entender la manera en

que se construyen esas identidades sexuales y de género a través de territorios,regiones, familias,

naciones, etc. El mismo concepto de identidad es debatido. Luis Sánchez Ayala, en Migración,

diáspora e identidad la experiencia puertorriqueña (2013) menciona que un argumento común es

que la identidad es la conciencia de uno mismo (Gregory, 1955; Pile y Thrift, 1955; Said, 1978,

64
citados por Sánchez, p. 1); o que para construir identidad es necesario establecer opuestos,

definiendo primero lo otro y luego nos definimos como no lo otro (Cornell y Hartmann, 1998)

citados por Sánchez, p. 1) Las diferencias proveen las bases para los reclamos de identidad, ya

que los grupos aspiran a un cambio en la estructura de poder existente para su ventaja, mientras

que los que están en el poder resisten a esos cambios (Hopper, 1993, citado por Sánchez, p. 5).

Aquellos que ocupan posiciones de poder tienen frecuentemente el poder de definir(...) Cuando

hay cambios de poder, las identidades son refutadas, negociadas, producidas y reproducidas en

lugares concretos (...) Entonces el territorio se convierte en parte de la identidad, con lugares y

espacios que toman significados históricos en la creación de los discursos identitarios ( Sánchez,

p. 5) Un territorio original en el que las identidades son asignadas (y rechazadas por las personas

que lo habitan) y otro lugar de recepción, en donde son afirmadas, en este caso, “ser trans” o

“ser mujer”.

Al abordar la sexualidad de los mexicanos migrantes, Lionel Cantú describe cómo las políticas

sexuales de Estados Unidos, además de un aparato económico discriminatorio para los hombres

gays en México, pueden ser variables que estos consideran en el momento de migrar, tanto los

mexicanos gays que están fuera o adentro del “clóset”. No importa si el hombre se reconoce

como gay ante la sociedad: la estigmatización y los efectos tangibles le afectan por igual en su

decisión de migrar: “la sexualidad entendida como una dimensión de poder, de relaciones

intricadas en una economía política, moldea los procesos migratorios” (Cantú, 2009, p. 169),

aunque no son los únicos factores: las comunidades construídas “del otro lado”, su status social,

el idioma son también barreras o alicientes para migrar (op. cit, 167). Adoptar un enfoque queer

en los estudios migratorios es incluir esta amplia gama de identidades sexuales como razones y

consecuencias de la migración, es explorar ese grupo diverso de migrantes y considerar la

65
sexualidad como una dimensión de poder vital en estos procesos de movilidad bien sea

transnacional (lo que les haría refugiados, exiliados o asilados) o de movilidad interna (lo que les

haría desplazados internos). Por ejemplo, los queer migration studies son abundantes en Canadá,

que en 1991 se convirtió en el primer país en garantizar el estatus de refugiado con base en

orientación sexual, identidad de género y VIH positivo (Fobear, 2014, p. 52, citado en Fobear,

2015, p. 106). Sin embargo, “el sistema migratorio actual limita la inmigración con base en

ingresos, educación y experiencia profesional. Esto es respaldado por asuntos raciales, de clase y

género, mientras solo los individuos que son económica y socialmente privilegiados califican

para obtener la residencia y patrocinio de sus familias. Mujeres, personas trans, minorías

sexuales, minorías étnicas y e individuos de clases trabajadoras deben sobrepasar grandes

obstáculos para poder inmigrar, mientras se les dan menos oportunidades para construir recursos

sociales, experiencia, educación y capital económico” (Fobear, 2014, p. 106).

Para pedir asilo en Canadá se debe relatar oralmente las razones para el requerimiento, “los

solicitantes están bajo intenso escrutinio por alguna inconsistencia en sus historias. Una fecha

confundida o una narración inconsistente pueden ser suficientes para rechazar el caso como ‘no

creíble’” (Colaiacovo, 2013, citado por Fobear, 2015, p. 105). A estos obstáculos se les suman

los prejuicios de los funcionarios que oyen sus historias y les niegan el estado de refugiados por

no parecer lo suficientemente gay o por considerar que su miedo a la persecución no tiene

fundamentos, dejando a un lado las diferencias entre culturas de lo que significa ser gay, por

ejemplo. (Fobear, 2015, p. 107). Algo similar sucede en Colombia, pues el prejuicio es también

causal de violencias: el prejuicio es un actor expulsor en esta guerra.

2.3 Heteronormatividad y persecución de la disidencia de género

66
“Si el sexo se toma demasiado en serio no ocurre lo mismo con la persecución sexual. Hay un

mal trato sistemático a individuos y comunidades por razones de sus gustos o conductas

eróticas. Hay penas graves por pertenecer a las distintas castas sexuales profesionales. Se niega

la sexualidad de los jóvenes, la sexualidad adulta se trata a menudo como si fuese una variedad

de residuo nuclear, y la representación gráfica del sexo ocurre en un fango de rodeos legales y

sociales. Ciertas poblaciones aguantan lo más pesado del actual sistema de poder erótico, pero

su persecución sirve de esqueleto a un sistema que afecta a todos”.

(Gayle Rubin, 1989, p. 57)

Desde Juana de Arco hasta los two spirits de las comunidades originarias de Norte América, la

trasgresión de los límites, el desafío de la etiqueta identitaria ha sido parte de la historia de la

humanidad y ha persistido a pesar de ser especialmente marginalizada y perseguida por ciertas

comunidades. A pesar de que hoy tenemos todas estas casillas enmarcadas en lo LGBTIQ,

todavía nos enfrentamos a la cuestión política de las identidades sexuales estigmatizadas como

parafilias por el discurso médico y legal (Lauretis, 1992, citado por Mogrovejo, 2010, p. 235).

En el caso de las migraciones internas,

el análisis que se hace de la migración, termina por despolitizarse y no complejizarse de

manera suficiente. En este punto es importante señalar que en los países de origen opera

un régimen hegemónico que es el sistema género moderno colonial (Lugones, 2007) que

se caracteriza por ordenar el género y la sexualidad a partir de las operaciones coloniales

sobre cuatro premisas principales: el binarismo de género, el dimorfismo sexual, el

androcentrismo y la heterosexualidad como norma, lo que termina por exceptuar otros

67
sistemas sexo género que pueden pervivir y convivir de manera simultánea y que no

cumplen con todas estas reglas estructurantes (Esguerra, 2014, párr. 8)

La heteronormatividad no es una institución delimitable tan fácilmente, no es una entidad estatal

ni una política pública y sin embargo, se enmarca en estos planos para reproducir el sistema

binario de sexo-género que es hegemónico y que para subsistir debe rechazar formas

ambivalentes de identidad, pues como expliqué anteriormente, lo heterosexual depende de lo

homosexual para mantener su posición de “equilibrio” y privilegio en contraposición a lo raro, lo

otro. Esta hegemonía es, según Antonio Gramsci, un poder sutil, inestable que se da cuando la

clase social dominante obliga a los subordinados o minoritarios a someterse a sus intereses a

través de ideologías como la ciencia, la medicina, los medios de comunicación, etc. (Antonio

Gramsci, ([1968] 2003) citado por Curiel, O, 2010, p. 22). En este sentido, “heteronormativo” es

una serie de prácticas que promueven las identidades heterosexuales como mayoritarias y

patologizan o normalizan (a través de ideologías) aquellas identidades que no se comportan de

manera “correcta”, de acuerdo al supuesto acuerdo común. La dependencia de la mujer como

sujeto frente a su contraparte masculina (sobre todo a la hora de entender que “mujer” es

“reproductora” y por tanto necesita un macho que la identifique, que la haga mujer) es la primera

pista de lo que Carla Lonzi (1971, citada por Curiel, p. 24) llamó el carácter político de la

heterosexualidad. Explica Ochy Curiel sobre la heteronorma:

Estos conceptos se producen como leyes generales, como interpretaciones totalizadoras

que se asumen universales y ahistóricas. Mujer, hombre, historia, cultura, ley, sexo... son

conceptos implícitos en la heterosexualidad que tiene en su base la diferencia entre los

sexos como si fuesen dogmas que definen las relaciones humanas, así como la producción

misma de los conceptos. Desde estas lógicas, incluso la homosexualidad no puede ser

68
otra cosa que la heterosexualidad, pues para Wittig la sociedad heterosexual necesita de

lo diferente, que le hace otro económica, lingüística, política y simbólicamente. Es una

necesidad ontológica. Y esta diferencia no sólo define a las mujeres, las lesbianas, sino a

todos los grupos oprimidos, pues la diferencia que los constituye se construye desde un

lugar de poder y dominación, por tanto es un acto normativo (2010, p. 30).

Entonces, si la heteronormatividad es un orden económico, político e ideológico que construye

identidades sociales, es tanto causa como consecuencia de posibles desplazamientos de personas

cuyas identidades no-heternormativas amenazan al régimen o a la “normalidad”. Camila

Esguerra reconoce que “la heterosexualidad obligatoria -concebida como una institución política

y económica y no como un régimen que solo alude a la orientación del deseo (Rich, 1984) - es

uno de los factores que influyen en la decisión de estas mujeres de emigrar o de permanecer en el

país de acogida” (2014, párr. 7).

Lo mismo aplica para las mujeres trans, cuyos cuerpos feminizados han sido objeto de violencia

no solo por la trasgresión de las fronteras de género fijadas por la heteronorma -y la

desestabilización inminente que supone- sino también por su renuncia a una supuesta

superioridad masculina que les corresponde por “derecho de nacimiento”. La fluidez de género

desordena las clasificaciones y jerarquías de poder de un contexto, tanto en términos de género

como de clase. Relativiza lo que otros dan por natural o sagrado, lo muestra como artificial,

impuesto, frágil o modificable, y por eso la disidencia sexual es vista en tantos contextos como

una amenaza que se puede propagar, y que por ello debe ser controlada, neutralizada o

exterminada. Por estas razones, el género se convierte en una causa para la persecución y el

desplazamiento.

2.4 Movilidad trans en Colombia

69
“Cuesta mucho ser auténtica, señora. Y en estas cosas no hay que ser rácana, porque una es

más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma”.

La agrado en Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar.

“La policía descubre a un hombre que viste traje de mujer”, decía la nota del periódico Progreso

en 1912, en el Medellín. “Al interrogarla dijo llamarse Rosa Emilia Restrepo y protestó y se negó

a ponerse el vestido que correspondía a su sexo, porque su madre siempre la vistió como mujer

desde niña. El detenido tiene facciones finas; es blanco, imberbe, usa cabello como de mujer,

pelo recortado y dijo ser de Entrerríos, Antioquia” (Revista Progreso citado por Londoño, 2009,

p. 50) Al encerrarla (no por ser mujer-hombre, sino por supuesto robo) el famoso fotógrafo

judicial paisa Benjamín de la Calle le toma una foto, o mejor dicho dos: una a Rosa Emilia

Restrepo, otra a Roberto Durán.

(Mujer-hombre. Archivo Biblioteca Pública Piloto de Medellín, 1912)

70
Esta constituye una de las primeras memorias de la fotografía con fines judiciales en Colombia.

El mismo de la Calle tomó diez años después el primer retrato a una persona transgénero,

Alfonso Echavarría, en Caldas. La tituló El excluido (Londoño, 2009, p. 50)

(Archivo Biblioteca Piloto de Medellín, 1927)

Las personas transgénero no caben en las categorías binarias de mujer y hombre, las desbordan al

identificarse con un género que, según el régimen heteronormativo, no les corresponde.

Esta condición, este deseo, este performance, esta elección han sido silenciosos protagonistas de

la historia colombiana. Las fotos de Benjamín de la Calle nos demuestran que lo trans siempre ha

estado allí, a pesar de que las grandes narrativas nacionales no lo hayan mencionado, y aun así se

cuela, como en las fotos, para recordarnos que existe. No puedo determinar aquí cómo el

conflicto ha afectado las maneras en que la sociedad colombiana se comporta con las personas

transgénero. Lo que sí puedo decir es que las personas transgénero han sido testigos y víctimas

71
directas del conflicto armado y la homofobia cotidiana que caracteriza la historia de este país,

invisibilizadxs por el escándalo de su identidad que rebosa las formas conocidas y permitidas de

estar en el mundo. Hay una parte de la masa heterogénea que son los desplazados de este país, y

son las personas LGTBI, y mucho más invisibilizadas, las personas trans que han sido

desplazadas por la violencia no solo de las armas, si no de los prejuicios que las hacen posibles.

Victimizarles es innecesario y sería reducirles a su dolor: sus desplazamientos también

desembocan en ciertas libertades que antes no tenían, en ciertas amistades o encuentros

imposibles, en el encuentro con otros cuyas identidades son similares. Pero, ¿Es hasta ahora que

nos venimos a dar cuenta de que las voces trans también hacen parte de la cifra gris de

desplazados en este país?

La línea de exploración de las experiencias GLBTQ en la diáspora y las migraciones internas son

poco estudiadas. Jesús Jambona (2010) menciona -dentro de las narrativas cuir

latinoamericanas- la presencia aparentemente inocente de los amantes peruanos de Pedro

Lemebel, o los amantes mexicanos de Fernando Vallejo (p. 213). Jambrina se pregunta por estas

identidades de género migrantes:

tal vez es hora de hablar de aquellos sujetos LGLBTQ que no forman parte de las clases

“vivas” de las sociedades latinoamericanas, aquellas que pueden pagarse el viaje a

Europa (...) ¿Cómo se reconfigura la dignidad de estas personas en tales contextos?

Particular interés deberíamos prestar a Centroamérica y México, donde la batalla por la

identidad cultural a veces se manifiesta de forma extremadamente agresiva contra los

individuos de orientación sexual diferente. (2010, p. 214).

72
Según una de las directivas de Parces ONG y profesora de la Escuela de Gobierno de la

Universidad de los Andes, Amy Ritterbusch, se han encontrado casos de desplazamiento forzado

de mujeres trans en 20 municipios correspondientes a 12 departamentos del país solo en el Barrio

Santafé de Bogotá. La violencia sufrida en razón a la identidad de género es ejercida por grupos

armados ilegales y también legales (2016) y continúa manifestándose en los lugares de

recepción. Así fue expresado en la presentación parcial del informe “Ni aquí, ni allá: Las

geografías emocionales de las trabajadoras sexuales transgénero, víctimas del conflicto armado”

(Agosto de 2016, Universidad de los Andes, Bogotá). Las amenazas, los asesinatos, los

desplazamientos y la discriminación se repiten tanto por parte de la sociedad civil, como de los

agentes armados y de las instituciones, tanto en medios de comunicación como en instituciones

de salud, en los barrios, en sus familias, en las universidades, en los colegios.

En esta sección trataré de explicar desde una perspectiva académica por qué las personas

transgénero -mujeres trans específicamente- han sido víctimas del conflicto armado con la

particularidad que implica que hayan sido expulsadas de sus territorios por razón de su identidad

de género, y que hayan llegado a ciudades como Bogotá a continuar construyendo sus

identidades de género en un ambiente aparentemente más abierto, pero sin duda, todavía

transfóbico. En el caso de las personas “trans” (un grupo heterogéneo y colmado de

subjetividades) no son solo agentes armados los actores expulsores. En muchos casos son sus

vecinos, familiares o amigos quienes les expulsan. La constante entonces no está en los actores

expulsores, sino en las violencias por prejuicio que se repiten en los lugares de origen y

recepción, haciendo que tengan más de un desplazamiento.

2.4.1 Desplazadas por maricas

73
De acuerdo con la Unidad de Víctimas, hay 2.302 víctimas LGBTI entre las 8.230.860 que ha

dejado un país en guerra. De esas 2.302 víctimas LGBTI, 1.642 son de desplazamiento forzado.

También se reportaron 106 amenazas y 103 homicidios. Las amenazas, el desplazamiento y el

homicido son las tres violencias generalizadas reportadas en el marco del conflicto armado. Sin

embargo, los actores armados no son los únicos agresores: familias, instituciones educativas y

vecinos de la comunidad en la que viven son también causantes del desplazamiento. Esto está

consignado en el informe de 2008-2009 de Colombia Diversa: “la condición de desplazado no se

adquiere únicamente cuando las personas se ven forzadas a abandonar sus hogares por las

acciones del conflicto armado interno; cuenta también el ejercicio de la violencia generalizada y

las violaciones masivas de derechos humanos, según el Congreso de la República (Artículo 1, ley

387 de 1997)”. Entonces, aunque no entre en la definición de desplazado, muchas de las

violencias cotidianas contra personas LGBTI por sus identidades de género y orientaciones

sexuales, bien sea de agentes expresamente violentos -como los armados y la Policía- o los no

violentos -como la familia y las instituciones educativas- llevan una parte de responsabilidad en

el desplazamiento (2010, p. 132). Dentro de esa cifra de seguro habrá personas LGBTI que se

desplazaron con sus familias por razones de tierras, no por razones de género. Aunque no

sabemos cuáles son, sí podemos decir a partir de los testimonios consignados a lo largo de

Aniquilar la diferencia (2015) o A mí me sacaron volada de allá (2012), la identidad de género

es justificación para la expulsión de las personas trans.

La violencia de género en el marco de conflicto armado no es un fenómeno nuevo ni aislado. En

Colombia, como señala el informe de Amnistía Internacional Cuerpos marcados, crímenes

silenciados, de 2004, “los grupos guerrilleros y los paramilitares apoyados por el ejército han

intentado controlar los aspectos más íntimos de la vida de las mujeres [...] Estas normas se basan

74
en estereotipos de género muy arraigados culturalmente, y por tanto también las lesbianas, los

gays y los presuntos portadores del VIH o enfermos de sida son objeto de la violencia de

paramilitares y guerrillas [...] La impunidad de los ‘crímenes de odio homofóbico’ exacerba esta

violencia homofóbica” (Amnistía Internacional, 2004, p. 2, citada por Prada et. al, 2012, p. 110).

El control territorial que ejercen los armados pasa por lo social, tanto en las comunidades a las

que llegan como dentro de sus propias organizaciones. Sucede con los supuestos “informantes de

la guerrilla”, aquellas historias que oímos sobre los discursos justificatorios para asesinar algún

campesino, o lo vemos cuando el modelo autoritario se impone en lo militar. Por ejemplo, “Las

Autodefensas Unidas de Colombia ven con sospecha la diversidad o la existencia de formas

locales y diferentes de existir” (Romero, 2003, 65, citado por Cortés, 2014, p. 60). Lo femenino

es lo débil, lo compasivo, lo subalterno que no encaja con ser un guerrero fuerte, valiente. (op.

cit. p. 61). Así, lo femenino es debilidad, no es macho, y los hombres que tengan características

femeninas no son hombres de verdad (Zarkoff, 2001, p. 77, citado por Cortés, 2014, p. 62). Esto

se replica tanto dentro de sus organizaciones como fuera de ellas. Los mismos actores armados

se han encargado de dejar claro, en los territorios bajo su dominio, que la vida de las personas

con orientaciones sexuales o identidades de género diversas no será respetada. Como dice

Valeria, una mujer trans entrevistada en A mí me sacaron volada de allá:

No, no puedo [volver], por lo que allá tengo muchos retenes y todo y no.. .la bajan a una

del bus y todo, de allá bajaron una vez a una pareja de lesbianas así y las picaron. Las

pusieron a hacer el hueco, ¡nosotros vimos! ‘Que miren pa’ que no crean que es mentira’

y las pusieron a hacer el hueco primero y luego ellas se cubrieron así con la camisa y pa,

pa, pa, las mataron ahí y luego las taparon. las bajan del bus y bajan a la gente, vengan

miren pa’ que vean que no es mentira” (Prada et al., 2012, p. 115). Es castigado,

75
expulsado o asesinado por un código de ética que niega la feminización a través de actos

violentos. Después del testimonio de Valeria, ¿quién no se va después de eso? ¿Quién se

revela como lo que es? ¿Quién vuelve a casa? Esto es muy preocupante porque la libertad

de expresión se ve coartada al tener que esconder las identidades de género, o sea

“enclosetarse” en los lugares de recepción, silenciarse (Caribe Afirmativo, Colombia

Diversa & Fundación Santa María, 2016, p. 131; Prada et al. 2012, p. 120).

2.4.2 Ese tal prejuicio

En el caso de las personas trans, la identidad de género es algo más visible que la de lesbianas o

gays, y cuando esa identidad entra en lo público y se convierte en la razón por la cual las

desplazaron, empiezan a sentir vergüenza y miedo en sus sitios de acogida.

¿Qué posibles razones existen en Colombia para el desplazamiento de las mujeres trans? La

subalterización de la feminidad para la construcción de una imagen contrapuesta

hipermasculinizada; el miedo a lo diferente o los discursos justificatorios. ¿Hay más razones o

explicaciones?Muchas veces ni ellas mismas saben por qué las desplazaron, muchas veces los

armados solo siguen órdenes. Esta bruma ante los motivos del desplazamiento es una de las

razones por las cuales hay un gran subregistro de violencia por prejuicio. Es preocupante por

ejemplo que los panfletos que circulan sigan relacionando crimen (o lo que se entiende como

crimen, como las drogas) con la homosexualidad, o la violación de menores16. Las amenazas

suelen mencionar a trabajadoras sexuales, expendedores de droga, sapos, ladrones, etc. Un

panfleto firmado por las Águilas Negras, Bloque Capital D.C en febrero de 2014 en colegios de

16 Un ejemplo es la investigación de Patricia Madariaga sobre paramilitarismo en el Urabá que incluye este
testimonio: "a veces cuando han pillado a alguien metiendo vicio lo visten de marica, le ponen falda y pelo y todo y
un letrero que dice: "Yo soy un marica, un marihuanero". (Madariaga. 2006, p. 50, citado por Cortés, 2014, p. 64).

76
Kennedy, Bosa, Usme y Ciudad Bolívar, decía: “A los que están torcidos los vamos a enderezar

a punta de plomo y cuchillo, o están con nosotros o desaparecen gonorreas. Se acabaron

estudiantes comunistas, homosexuales, ratas, viciosos y violadores. Llegamos para quedarnos, no

hay Petro que valga” (Radio Santafé, 2014). Esto sería violencia por prejuicio, y como dice

Marcela Sánchez, directora de Colombia Diversa, “nos importa el tema de prejuicio porque el

perpetrador o victimario no es responsable sólo individualmente, sino que está justamente

motivado por estas ideas de discriminación, de estigmatización” (Vice Colombia, 2016). Las

amenazas siembran temor, desplazan. La mayoría de los responsables de las amenazas que

desplazan son o fueron parte de grupos paramilitares -aunque no siempre se firman-, y han

aumentado un 50% desde 2014, porque se registraron 47 amenazas. En Bolívar: 9.

Cundinamarca, Sucre: 5 cada uno. Atlántico, Antioquia: 4 cada uno. Magdalena y Valle del

Cauca: 3. Bogotá, Quindío, Córdoba y Norte de Santander: 2 cada uno. Santander, Casanare,

Cesar, Guajira, Tolima y Vichada: 1 cada uno, aunque el informe no especifica cuantas fueron

hacia personas trans (op. cit, 2015, p. 106).

Pero la existencia de prejuicios patriarcales no es suficiente para comprender qué pasa con las

violencias ejercidas sobre personas trans. Si el “prejuicio” que se manifiesta en amenazas,

discursos, términos peyorativos como marica, disfrazada hacen posible la violencia, el

desplazamiento no se produce solo debido a juicios a priori, sino también para “limpiar” los

territorios de supuestos criminales o indeseables (CNMH, 2014, p. 26) separando así la

ciudadanía “buena” de la “mala” (Caribe Afirmativo, Colombia Diversa & Fundación Santa

María 2016, p. 111). Es decir, no es porque no sepan quienes son, sino porque saben

exactamente quienes son, como en el caso de los 9 líderes sociales elegebeté asesinados el año

pasado, o con el asesinato de Wanda Fox, una transgénero, trabajadora sexual y activista del

77
Barrio Santafé a quien le dispararon desde un taxi en 2009 (ibidem). Al menos 800 personas

LGBTI fueron asesinadas en Colombia entre 2006 y 2014. La mayoría de crímenes de odio (es

decir, por prejuicio) a esa comunidad corresponde a las mujeres trans. Entre 2013 y 2014 fueron

30 homicidios a personas trans en el país17 y en 2015, 32 mujeres trans, cuyo promedio de edad

era 28 años, fueron asesinadas (op. cit, 2016, p. 35). Según Julian(a) Salamanca, “esto es

poquito, si te dicen 2, son 200. Si matan trans todos los días y a nadie le importa” (Salamanca, J,

comunicación personal, 20 de octubre de 2016).

Esta línea entre la guerra y la heteronormatividad es difícil de dibujar. Aunque la violencia

contra las personas LGBTI aumenta en territorios en disputa (Colombia Diversa, 2015, p. 105;

CNMH, 2014, p. 70) no es fácil decir que todos los desplazamientos son por prejuicio o por

control territorial, y una de las razones es que la sociedad civil también ha jugado su parte en los

desplazamientos. No son solo los grupos armados sino también las familias, vecinos, colegios,

instituciones religiosas y amigos que actúan como expulsores de personas trans, tanto en sus

territorios de origen como en los de llegada.

2.4.3 El discurso que justifica y la violencia circular

La experiencia de una mujer trans desplazada por la guerrilla de las FARC en el Huila dice:

“pensaban que uno siendo gay iba a dañar a todo el barrio, que era como lo peor. Según la Iglesia

yo era como una maldición o que estaba poseído, entonces era horrible, por eso nunca iba a la

iglesia y tenía pocos amigos por eso”18 (CNMH, 2014, p. 85).

18Xiomara, mujer trans, 28 años, entrevista, 24 de noviembre de 2014 realizada por el centro
Nacional de Memoria Histórica (2015).
78
Otro ejemplo de esta situación es el caso de Camila, una mujer trans víctima de desplazamiento

que la ONG Pares en Acción-Reacción Contra la Exclusión Social (Parces) acompañó a retornar

a su lugar de origen en La Virginia, Risaralda, de donde fue desplazada hace 18 años.

La discriminación y la transfobia hicieron que estas mujeres abandonaran sus sueños de

una vida digna y en paz. Debieron huir de un territorio lleno de machismo que no toma

en cuenta la diversidad en la sociedad. Fueron sacadas de sus viviendas, no se les

permitió siquiera llevar consigo sus documentos de identidad, lo cual las expuso a más

problemas, ya que llegaron a Bogotá, la capital del país, sin identificación; una ciudad

donde la policía exige los documentos de identidad para cualquier trámite. Sin

identificación debieron sortear barreras para acceder a salud, trabajo o cualquier

programa social; incluso para beneficiarse de los programas de reparación para víctimas

del conflicto armado (Andrea Correa “La Coqueta”, 2016), párr. 2).

La experiencia fue positiva. Juliana abrazó a su familia, a su mamá, a su hermana a quien no veía

hace muchísimos años. Cuenta Julian(a) Salamanca, director(a) de la organización en una

entrevista personal realizada el 20 de octubre en las oficinas de Parces, que a los dos días de estar

en la Virginia, la familia le dijo al equipo de Parces: “ustedes la trajeron, ustedes se la llevan. La

tristeza fue infinita, ella estaba preparada para quedarse en su casa y no la dejaron”. Ahondar en

las razones de la familia para no aceptar que Camila volviera a su territorio seria predisponerse a

juzgarles. Aceptaron su identidad de género -le llamaron hija, hermana, Camila- pero más allá

de eso, “esto fue un segundo desplazamiento, el golpe emocional es durísimo, quien sabe cuándo

se recupere”, dijo Julian(a).

Sobre estos retornos, Julian(a), que también es mujer trans, me contó cómo les chiflaron en

Yotoco, Buevantura, acompañando otro retorno. Tuvo que volver al hotel, masculinizar su ropa,

79
y volver a salir. “Esta era la misma gente que nos echaba, nos gritaba cosas horribles, igual uno

va haciendo callito. Pero por ejemplo, el discurso de Marco Fidel Ramírez o de Ordóñez -

Alejandro- tiene una repercusión en nuestras vidas, porque nos está dando miedo que un súper

fanático nos haga algo y por eso muchas chicas optan por no salir de sus barrios”.

En sus nuevos lugares de recepción, las mismas razones que las desplazan (prejuicio, la

búsqueda de la identidad que deben opacar por su seguridad, amenazas, etc.) las encierran en

barrios de tolerancia. Esa es la violencia circular en la que están encerradas. Gayle Rubin lo

plantea así:

La migración sexual crea reservas concentradas de compañeros, amigos y asociados

potenciales. Permite a los individuos crear redes de adultos con características de

parentesco donde pueden vivir. Pero son muchas las barreras que deben vencer los

emigrantes sexuales. Según el prejuicio más extendido en los medios de comunicación y

en la ideología popular, los mundos sexuales marginales son tristes y peligrosos. Son

retratados como empobrecidos, desagradables y habitados por psicópatas y delincuentes.

Los nuevos emigrantes deben estar lo bastante motivados como para resistir el impacto de

tales imágenes desalentadoras (1989, p. 37).

Este continuum de pobreza es descrito así por Julian(a): “te sacan de tu casa, tu familia misma

por tu identidad, te vas sin educación y por tanto, no consigues trabajo, entonces te dedicas al

trabajo sexual, que no te vuelve millonaria, y a veces estoy mal emocionante por las hormonas.

También hay clientes que dicen cómpreme una de perico, una de bazuco, si nos cogen pues para

la cárcel”. Estas violencias que son múltiples pero que se originan en la heteronormatividad

hacen del desplazamiento de personas trans un caso muy particular, y analizando sus trayectorias

80
se puede ver cómo estas violencias heteronormativas permean todos los aspectos de sus vidas

(CNMH, 2015, p. 97). Inevitablemente, su identidad de género marca sus vidas trasversalmente

2.4.4 El que pierde es el amor

Aunque se pierdan vínculos en los lugares de origen, también se crean “familias trans” en los

espacios que comparten. De acuerdo con Julian(a), “están todas en las mismas cuatro cuadras

durante años, claro que hacen redes de apoyo”, que alternan entre la solidaridad y la

competencia. Ejemplo de esto es el testimonio de Papuchina, que me recibió en su casa en Altos

de Cazucá un sábado en la noche, supuestamente un día clave para ser trabajadora sexual, pero

no iba a ejercer ese día en el Santafé “porque me rayé con otra travesti, por allá no voy”.

Normalmente son las mujeres trans más veteranas quienes ayudan a las recién llegadas (Prada et

al., 2012, p. 128). Daniela Maldonado Salamanca, directora de la Red Comunitaria Trans, me

dijo en una entrevista que ella había podido encontrarse, “ser libre, tener mi novio, ser feliz. Ser

trans y ser trabajadora sexual me dieron eso, porque en Ibagué yo no podía”. Pero con la

independencia también hay soledad. La familia lejana, a veces con los puentes quemados, es una

de las razones para que las mujeres hayan vivido solas la experiencia de desplazamiento, y para

que haya mujeres trans asesinadas, sin que nadie denuncie o reclame sus cuerpos (Prada et. al.,

2012, p. 123).

También puede ser complicado dentro de las ciudades cuando encuentran el amor en pareja, y

aquí entra la última consideración: todo este asunto hay que considerarlo a la luz de la clase a la

que pertenecen las mujeres trans desplazadas, como sugiere Hernando Gómez, asesor de la

delegación del gobierno en el proceso de Paz:19 “Las clases populares viven modalidades de

19 En entrevista personal con Hernando Gómez, asesor de la delegación del gobierno en el Acuerdo de Paz de La
Habana el 24 de octubre de 2016 en el Barrio Chapinero Alto, Bogotá.

81
patriarcado más duras, por un mayor sometimiento de las mujeres y la exclusión de conductas

individuales de hombres (y mujeres) que pongan en entredicho el modelo bipolar hombre-mujer

biológicos” (op. cit, 2012, p. 20). Por eso puede que reproduzcan modelos que las feministas

consideramos violentos en sus relaciones amorosas, o modelos de feminidad oprimidos, pero

que solo les corresponde a ellas juzgar.

2.4.5 La información no es suficiente

A lo largo de esta investigación pude corroborar la denuncia de Colombia Diversa en sus

informes desde 2009 a 2016: hay subregistro de las violencias ejercidas contra personas LGBTI,

tanto en el marco del conflicto armado como de violencia sexual, homicidio por prejuicio,

crímenes de odio y otras (Colomia Diversa, 2016, p. 59; CNMH, 2014, p. 43). Se ha avanzado en

ciertas cosas. Marcela Sánchez, directora de Colombia Diversa, contaba en la presentación del

informe “Cuerpos excluídos, rostros de impunidad (2016)”que al solicitar datos sobre violencia

por prejuicio a personas LGBTI, en Medicina Legal no sabía responder esta pregunta. Para el

informe de este año, Medicina Legal entregó cifras desagregadas por género, edad, orientación

sexual e incluso ocupación de la víctima20(lo que permitiría hacer un análisis más serio

incluyendo la variable de clase social). A pesar de este avance, no hay información suficiente por

parte del estado para caracterizar a las víctimas de desplazamiento que pertenecen a la población

LGBTI.

La Ley 1448 reconoce que las lesbianas, gays, bisexuales y trans son víctimas del conflicto y

demanda al Registro Único de Víctimas incluir esta sigla como variable. Esto les permite acceder

a las mismas ayudas que cualquier víctima de desplazamiento. Para hacerlo, declaran el hecho

20 Presentación del informe "Cuerpos excluidos, rostros de impunidad", el 13 de octubre de 2016 en Bogotá.

82
ante un funcionario del ministerio público -Personería municipal, Defensoría del Pueblo o

Procuraduría-. Luego de 60 días hábiles, la Unidad Administrativa Especial de Atención y

Reparación a las Víctimas (UARIV) y sólo esta entidad decide si se incluye o no el hecho en el

Registro Único de Víctimas (RUV). Si es así, empieza una etapa de atención humanitaria de

emergencia que es diferente al resto de hechos victimizantes, gracias al carácter urgente del

desplazamiento. Incluye un mercado, cobijas, alojamiento temporal. Se entrega por un año y

luego se entrega ayuda humanitaria de transición: el ICBF se encarga de alimentación y la UAV

del alojamiento. Vinculan a las víctimas de desplazamiento a procesos de rehabilitación

económica y psicológica, y los dejan de atender cuando ya estén más estables financiera y

psicológicamente. En la práctica esta ruta de atención se complica mucho en el caso de las

personas transgénero.

2.4.5.1 El prejuicio es causa del subregistro

Vicky Cogua, abogada asesora de la Alcaldía de Gustavo Petro, dirigió la atención a las víctimas

en la ciudad de Bogotá y se concentró particularmente en las mujeres trans. Me contó que un

primer obstáculo son los funcionarios:

En la Alcaldía nos dimos cuenta de que los sistemas de caracterización de las víctimas no

incluían variables por identidades de género u orientaciones sexuales diversas. Cuando se

intenta que los funcionarios suban la información, digamos, por muchas razones, o

porque les da vergüenza, por el afán de la atención, o recogían la información de esa

variable sino que asignaban ellos caprichosamente la información, entonces el último

informe arrojaba que el 90% de la población victima en Bogotá es bisexual21.

21 Vicky Cogua. Abogada. En entrevista personal el 14 de septiembre de 2016 en el barrio La Macarena, Bogotá.

83
Esa práctica truncó la información, pero no solo eso. De acuerdo con Vicky, muchos

funcionarios “objetaban conciencia” a la hora de atender personas con identidades y

orientaciones diversas, cosa que es ilegal. Solicité información a la Defensoría y a la

Procuraduría sobre cuantos funcionarios públicos han sido sancionados por esta situación, pero a

la fecha no he recibido respuesta. “Otra situación compleja es que por cuestiones religiosas

empezaban a predicar, intentar convertirlos, exorcizarlos, sacarles los espíritus, al momento de la

atención. Tuve contacto con una mujer que aguantó todo el sermón y denuncio y decidió no

volver al centro de atención” (Cogua, V. comunicación personal. 14 de septiembre de 2016). En

otras ocasiones les aconsejan no manifestar su identidad de género, es decir, irse hacia orillas

heteronormativas, como dejarse crecer el pelo en el caso de una mujer o vestir como hombre en

el caso de una mujer trans. Como las personas deben ir a los centros por la ayuda humanitaria, es

muy grave que sean maltratados, porque si no vuelven están en un riesgo tremendo, y aunque

estén incluidos en las escalofriantes cifras del RUV, no acceden a la ayuda humanitaria de

emergencia. La Corte Constitucional en el auto 337 de 2016 (el seguimiento a la sentencia T-

025/2004 que denunció la grave situación de derechos humanos de los desplazados en Colombia)

reconoce que hay gran cantidad de desplazados en situación de indigencia, sobre todo ciertos

ocupantes de tierras que llaman segundos ocupantes (2016, p. 90) y cito:

Conforme a las encuestas de la UARIV y de la CGR, los ingresos que se generan en un

hogar de personas desplazadas no son suficientes para superar la línea de pobreza

extrema o de indigencia para entre el 33% y 35.5% de la población desplazada, de tal

forma que sólo entre un 67% y 64.5% de esta población, respectivamente, ha superado

84
esta línea(...) La CSPPDF22 sostiene que, de acuerdo con las cifras disponibles, se puede

calcular que “el 82,9% de los indigentes del país son población desplazada (2016, p. 151).

Por otro lado, Vicky lleva casos privados de lideresas trans que denuncian que las hicieron

declarar los hechos victimizantes con un policía presente al lado del funcionario. Según ella, “los

funcionarios creen que están previniendo el abuso del derecho bajo la creencia de que la gente se

aprovecha para acceder a subsidios, entonces ponen al policía para evitar que los que son

migrantes económicos mientan, y así las ven muchos” (Cogua, V. Comunicación personal. 14 de

septiembre de 2016). Esto viola la ley no solo por la presencia del Policía, sino porque coarta el

testimonio y no protege el habeas data al que tienen derecho los desplazados y desplazadas. Eso

estipula el auto 011 de 2009 de la Corte Constitucional (citado por Colombia Diversa, 2011, p.

133).

En ese orden de ideas, otra causa del subregistro es que la gente opta por no manifestar su

orientación o identidad de género por miedo a lo que diga el funcionario, por temor al manejo

que le puedan dar a esa información o por las personas que están cerca al momento de la

declaración, pues en ciudades los cubículos sí permiten la privacidad, pero en ciertas zonas del

país son algo improvisados, poco privados y puede haber conocidos cerca (Papuchina, entrevista

personal el 22 de octubre de 2016 en Altos de Cazucá, Soacha, Cundinamarca; Caribe

Afirmativo, Colombia Diversa & Fundación Santa María, 2016, p. 136). En 2012 se incluyó la

casilla LGBTI en el formulario para la toma de la declaración, pero según el investigador José

Fernando Serrano, el diligenciamiento es irregular porque muchas personas ocultan

22 Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre Desplazamiento Forzado.

85
esa información por vergüenza, por seguridad o por experiencias previas en las que han

sido maltratadas cuando la han hecho pública ante otras entidades (...) También se llena

la casilla a criterio del funcionario y son frecuentes los casos en que las personas

encargadas de recibir la declaración se niegan a hacerlo (especialmente ocurre con

personas trans) (Serrano, 2013, p. 41; Colombia Diversa, 2011, p. 137).

Este testimonio confirma lo que me contó Vicky.

Otra de las causas del subregistro es la misma sigle LGBTI. Alanis Bello dice que “decir que

somos una comunidad es una ficción inventada a partir de la categoría LGBTI. Es un hecho que

no compartimos referentes comunes culturales, políticos ni económicos” (2013, párr. 15). Lo

mismo para el sentido de comunidad que se asocia con lo LGBTI, pues sería una mentira pensar

que por ejemplo, comparten prácticas culturales, gastronómicas, económicas, etc. Dentro de la

sigla -que sirve como referente político- se agrupan muchas diversidades. Por otro lado, los

problemas de lesbianas, gays y bisexuales (por ejemplo, el derecho a ser reconocidos como

familias, el derecho a reproducirse y/o adoptar y demás) no tienen mucho que ver con los

problemas de personas trans (derecho a la salud, al cambio de nombre y sexo en documentos de

identidad, a portar el uniforme escolar o de trabajo que corresponda). A la hora de hacer el

registro en la Unidad de Víctimas, se complica más aún. El principio de enfoque diferencial de la

Ley 1448 (art. 28 y art 13.) reconocen a las orientaciones e identidades diversas como víctimas y

obligan a tomar medidas, lo que resulta en la categoría LGBTI para registrar hechos

victimizantes. Según la Unidad de Víctimas, en Colombia hay 7.936.566 víctimas registradas, de

las cuales 2.302 son LGBTI. Los hechos más denunciados son el desplazamiento forzado (1.642

desplazados), las amenazas (352), los homicidios (103) y la violencia sexual (106). Las

principales zonas donde se declaran son Antioquia (491), Bogotá (203), Bolívar (116), Córdoba

86
(98) y Valle (96). La casilla LGBTI está separada de la de género. Así, al consultar estas cifras,

aparecen “hombres”, “mujeres” “LGBTI” y “No informa”. ¿Cuántas de las víctimas bisexuales

eran mujeres, cuantas hombres? ¿Cuántas de esos 1642 desplazados eran mujeres trans u

hombres trans, cuantas lesbianas? Es complicado saber bajo esa manera de recolección de

información. Además del subregistro por miedo o vergüenza, por discriminación de funcionarios

públicos, se suma la pérdida de información por el diseño mismo de la política pública que

confunde identidad de género (transexualidad e intersexualidad, mujer y hombre) con orientación

sexual (lesbianismo, homosexualidad y bisexualismo).

2.4.5.2 La sociedad civil también discrimina a las trans

No son solo los funcionarios directamente involucrados sino muchas otras personas con las que

interactúan las víctimas quienes propician un ambiente poco agradable para las mujeres trans en

los lugares de declaración . A veces los vigilantes de las oficinas no las dejan entrar, y “si las

dejan entrar, se enfrentan al cuchicheo o a comentarios malintencionados”, dice Vicky. La

complementa perfectamente Julian(a) Salamanca: “muchas de las chicas que deben ir hasta la

Defensoría prefieren no hacerlo para no enfrentarse a miradas, o a que las agredan, o a tener que

fingir la voz en Transmilenio para que no se dé cuenta nadie, y así”. También ocurre que “al

llegar a los lugares de recepción tienen una red colaborativa que les evita demandar ayuda

institucional y pasan a ser casos fantasmas” (Hincapié, 2001, p. 35). Es decir, puede que no

necesiten la ayuda del Estado.

Tambien hay que decir, que según Julian(a) hay funcionarias de la Defensoría que están yendo

hasta el barrio Santafé directamente a tomar la declaración de mujeres trans, para evitarles tantas

dificultades, lo que es positivo para ellas.

87
Por último, documentar estas violencias es muy complejo por su dificultad para probar que se

trata deviolencia por prejuicio o por voluntad de expulsar. En el caso de Andrea, por ejemplo, la

golpearon en su peluquería, sin haberle enviado panfletos. Los panfletos que alguna vez vio no

los guardó.

2.4.65 Trans por la paz

El 2 de octubre una mayoría de colombianos votaron por no refrendar los acuerdos de paz que

presentó el gobierno para dar fin a 52 años de conflicto armado. El margen fue de tan solo

57.000 votos entre SÍ y NO. Este proceso fue el único en el mundo en contar con una

subcomisión de género que reconoció que las mujeres han sido víctimas especiales de esta guerra

pues sus cuerpos se convirtieron en campos de batalla. Entre muchas cosas, el acuerdo incluía la

palabra género 114 veces e incluía a las personas LGBTI. En medio de las campañas del SÍ y el

NO, el Procurador Alejandro Ordóñez introdujo el término “ideología de género”, que sembró el

pánico en sectores religiosos porque creían que se estaba negociando el concepto de familia

(hombre y mujer) en los acuerdos de la Habana, que en la Constitución de 1991 dice así en su

artículo 42: “La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos

naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o

por la voluntad responsable de conformarla. El Estado y la sociedad garantizan la protección

integral de la familia”. El pastor Héctor Pardo, de la Iglesia Tabernáculo de la Fe sugirió que

estaban en peligro la propiedad privada, reemplazada por el modelo económico de Venezuela, el

derecho a educar a los hijos y la imposición de las ideas de "identidad de género diversa" y

"orientación sexual diversa" (Revista Semana, 2016). Para comprender el impacto de estas

posiciones, traigo a cuenta a Gayle Rubin quien explicó que

88
los pánicos morales raramente alivian problema real alguno, pues sus objetivos son

quimeras insignificantes. Se alimentan de la estructura discursiva preexistente, que

inventa víctimas para poder justificar el tratamiento de los "vicios" como crímenes. La

criminalización de conductas inocuas tales como la homosexualidad, la prostitución, la

obscenidad o el uso de drogas con fines recreativos se racionalizan mostrando tales

conductas como amenazas a la salud y a la seguridad, a las mujeres y niños, a la

seguridad nacional, a la familia o a la civilización misma. Se han construido grandes y

poderosos edificios sobre la base de tales fantasmas (s. f, p. 40).

La subcomisión de género fue solo integrada por dos personas elegebeté, Mauricio Albarracín y

Wilson Castañeda, que son hombres gays, no hubo representación para las personas trans.

Julian(a) Salamanca y Laura Weinstein -activistas trans- opinaron:

Si llegan a pasar el acuerdo sin nosotras, no lo dejamos pasar. Lo bueno es que tuvimos

una visibilización increíble. A mí me encantó lo de la ideología de género porque es una

desinformación increíble, y las que salimos a construir eso somos trans. A nosotras nos

afecta la violencia policial, institucional, laboral y de salud. Pero no hay ninguna

coalición trans que nos represente, ni una figura, estamos dispersas. No hay otra manera

de visibilizar a las 3 trans muertas en una sola semana, solo así.

Ante la poca representación, la Fundación GAAT (Fundación Grupo de Acción y Apoyo a

Personas Trans) organizó en el Centro Comunitario LGBT de Teusaquillo el evento Acuerdos

Trans por la Paz en el que analizaron los acuerdos de La Habana a la luz de su perspectiva trans.

Laura Weinstein lo resumía bien:

89
pareciera que los temas de la paz no son temas que las personas trans debiéramos tratar.

Pareciera que no somos una voz viable y legítima para hablar de la paz, Esto rompe

paradigmas porque las personas trans hemos sido considerados y consideradas personas

con falta de criterio. Que seamos las multiplicadoras del acuerdo, y en perspectiva de

género porque, definitivamente, la guerra es muy macha23.

Las propuestas planteadas en ese evento me parecen relevantes para este trabajo de grado ya que

ilustran una dimensión reflexiva y propositiva que trasciende la denuncia y la victimización con

las que se abordan comúnmente los temas trans. En el Anexo 10 incluyo un breve recuento a

sabiendas de que lo que plantearon no es representativo de toda la población trans.

En el siguiente capítulo explicaré la metodología empleada para realizar este trabajo de grado y

los productos que propongo como resultado de la investigación.

2. Metodología o cómo huir del extractivismo intelectual con herramientas

periodísticas

Este trabajo de grado le apuesta a emplear herramientas del periodismo para documentar y

analizar los tránsitos geográficos e identitarios de personas trans en Colombia, pero quiere

hacerlo de una manera que tome distancia de las prácticas de victimización y extractivismo

intelectual, tan habituales en el periodismo contemporáneo e incluso en la academia.

3.1 Consideraciones éticas

Es necesario pensar con detenimiento cómo narrar las historias de personas con identidades de

género no normativas que han sido obligadas a salir de sus lugares de origen y convertidas en

23 Introducción al evento "Acuerdos Trans por la Paz" en el centro Comunitario LGBT Sebastián Romero el 7 de
septiembre de 2016, por Laura Weinstein, directora de la Fundación GAAT.

90
víctimas directas o indirectas de la guerra en Colombia. ¿Cómo incluir en esas narraciones las

historias que no están marcadas por la guerra? ¿A quién le hablo? ¿A quién me debo? ¿Cómo me

acerco a las “fuentes”? ¿Para qué sirve esto que escribo?

De acuerdo con Kovach y Ronsenstiel,“la primera obligación del periodismo es la verdad; debe

su lealtad a los ciudadanos; su esencia es la disciplina de la verificación; debe mantener su

independencia con respecto a aquellos de quienes informa; debe ejercer un control independiente

del poder” (2003, p.16). El cuarto punto, la independencia con respecto a aquellos de quienes se

informa, me plantea una pregunta ética/periodística frente a una población a todas luces

vulnerable como la comunidad trans de Bogotá, que apenas empieza a ser reconocida como

víctima del conflicto armado , o que apenas empieza a reconocerse como parte de la población.

Hay un renovado intento de algunos medios como El Espectador por contar sus historias de vida

sin amarillismo o salidas morales. Y también se está dando por fín una serie de cambios en las

políticas públicas, como el Decreto 1227 de 2015, que permite a las personas trans cambiar de

¿Cuál es la utilidad política de mi trabajo? ¿Hasta dónde puedo como periodista hacer algo por la

gente que entrevisto? A la comunidad trans, que vive desplazada en ciertos barrios de Bogotá,

que no vive más allá de los 35 años porque mueren de enfermedad o les asesinan y que son seres

humanos complejos cuyas identidades no solo corresponden a su transgenerismo, ¿de qué les

sirve que yo cuente su trayectoria de movilidad, su historia de vida?

¿A la verdad y a los ciudadanos como proponen Kovach y Ronenstiel? ¿Me limito a señalar las

preguntas que implica el tratar de recoger las historias de violencia y dolor de una población

vulnerable, invisibilizada por la ciudad, el gobierno y la ciudadanía (a la que en teoría nos

debemos? Hacerse esta pregunta es un paso para incluir a las poblaciones vulnerables en el

concepto de ciudadanía.

91
Respecto a la verdad, Restrepo admite que “la verdad sí es el compromiso central, pero no es el

único y lo demás también importa” (2004, p.71). La más famosa línea del más famoso libro de

Janet Malcom, El periodista y el asesino (1990, p. 9) reza así: “cualquier periodista que no sea lo

suficientemente estúpido o egocéntrico para darse cuenta de lo que sucede, sabe que lo que hace

es moralmente indefensible”. El periodista que Malcom cuestiona, Joe MacGinnis, es

indefendible, pues había dudado de la inocencia de su fuente, un presunto asesino que le dejó

entrar a su vida. MacGinnis no le compartió sus dudas para no minar su confianza. El periodista

dijo a sus lectores toda la verdad que encontró en lo que escribió, pero tergiversó la versión de sí

mismo ante su fuente. El mismo dice en su famoso libro Visión fatal (1983) que “El único

control de la fuente sobre el periodista es decirle NO desde el comienzo. Si usted no quiere que

se escriba sobre usted o sobre sus datos, diga NO y el periodista se irá” (citado por Restrepo,

2004, p. 55). Si es medianamente bueno, ¡claro que no se irá! Sabrá, insistirá y al final tendrá un

buen producto, investigado y sustentado. Todo eso está muy bien, el problema es que esta

insistencia frente a “la obligación de comunicar a los ciudadanos la realidad para que tomen

decisiones más informadas” (Kovach & Rosenstiel, 2003, p. 28) deja en el aire el dilema ético

del periodista frente a las fuentes, hoy relegado a una serie de textos protocolarios y de

indicaciones para entrevistar personas, escoger la información, dividirla, compactarla y hacerla

comprensible.

La pregunta del periodista por su oficio es un ejercicio constante y necesario en la metodología

de cualquier investigación periodística. En palabras de Javier Darío Restrepo, “la técnica y la

ética son indisolubles en el periodismo” (2004, pg. 23).

Sin embargo resulta extraño, ¿quién se ocupa de las fuentes, de la gente con la que tratamos? El

carácter protocolario de los textos sobre “cómo tratar a una fuente” o “cómo hablar con la gente”

92
es preocupante a la luz de un nuevo momento histórico. Pensar la metodología de nuestro trabajo

como periodistas es importante, y de nuestro compromiso con los ciudadanos, con todos, sin

paternalismos o lágrimas de condescendencia o indiferencia: “un periodista no puede ser un

testigo impasible, debe tener eso que en psicología se llama empatia” (op.cit p.19). Entonces sí,

se informa para los ciudadanos, pero las fuentes no dejan de hacer parte de esa masa multiforme.

Recuerdo que Leila Guerrero dijo en la Feria del Libro de Bogotá de 2015 que “el periodismo va

a cambiar cuando empecemos a tratar a nuestras fuentes como seres humanos”, es decir, cuando

entendamos que el oficio es un compromiso ciudadano, para que los ciudadanos vivan mejor.

Creo que esto se resuelve con la utilidad política del periodismo en una democracia. Martín

Caparros habla sobre esta importancia vital de hacer ver, y la futilidad del asunto: “Las palabras

de un intelectual nunca cambian el mundo, pero para él sólo cabe pronunciarlas como si sus

palabras fueran a cambiar el mundo. Si no, ¿para qué? Si no, ¿cómo?” (Confabulario, 2016, párr.

18). Exactamente esa es la apuesta, contar para hacer ver a otros, para conectar puntos dispersos

en el mundo a través de la mirada, observación, vigilancia y atención. Esta habilidad es lo que -

en un curioso juego sensorial- llamamos olfato periodístico.

Sin entrar en mayor discusión, hay herramientas que ofrece el periodismo -que a su vez beben de

las ciencias sociales- para hacer un mejor trabajo, más útil, para formar ciudadanos que decidan

mejor y para ampliar ese espectro de ciudadanía con las definiciones de periodista que da Javier

Darío Restrepo: “quien descentraliza la cultura, la economía y la política; activa la capacidad de

la gente para analizar, criticar y proponer; el notario de la historia diaria de la sociedad” (2004, p.

25)

93
Además de este documento de respaldo, le apuesto a producir 3 crónicas radiales, a la manera de

Pedro Lemebel en su programa “Cancionero” de Radio Tierra, en donde narraba en la radio

pública lo que escribía, para que todo el mundo pudiese conocer las historias.

3.2 Métodos de investigación

Ya mencionada la ética, pasamos a las técnicas que voy a emplear en este trabajo de grado:

3.2.1 Observación participativa, etnografía e investigación acción participativa

Uno de los grandes retos del periodismo en la era digital parece ser la superación de la pasividad

del periodista en su escritorio o lo que se llamó el ‘f ly on the wall journalism’, que consiste en la

observación pasiva de una situación y la invisibilización del periodista para recolectar

información sin necesidad de entrevistas u otra herramientas más que la observación. La

reportera Alma Guillermoprieto cuenta que, en su primera vez como reportera cubriendo la

guerra civil de Nicaragua y sin nada de dinero o experiencia, se alió por pura casualidad con una

fotógrafa del New York Times que le ofreció cama y la guió a los lugares donde iba a tomar

fotos. Así, mientras los otros periodistas almorzaban con fuentes burocráticas, ellas estaban en

medio de la acción. Y todo porque un fotógrafo debe estar allí. Se requiere su presencia para

tomar la foto. (Alma Guillermo Prieto, 2015) Este tipo de observación se asemeja a la que

propone Robert Cappa en su célebre frase “si la foto no es buena es porque no estás lo

suficientemente cerca” y es la que se propone para esta investigación. Así, la cercanía no es sólo

espacial sino participativa como técnica por la cual se llega a conocer una persona que te abre las

puertas de su vida. Sabemos que hay personas que no las abren, por tanto el curso de esta

investigación se hace mano a mano con quienes protagonizan la historia y tratando de configurar

la verdad del mundo que habitan con su propio relato.

94
Esta propuesta de observación participativa de la vida del otro la hizo el periodista Roberto

Herrscher en el conversatorio “El periodista y el antropólogo: puntos de encuentro” (2014),

invitando a explorar la etnografía como método de investigación periodístico. La etnografía

puede ser considerada como empírica o mera descripción que exige del investigador objetividad

para describir la realidad tal como la ve. Otros defienden la descripción etnográfica sin teorías o

prejuicios del investigador para “conocer el mundo tal como lo conocen los sujetos que lo

experimentan cotidianamente”, es decir, describir desde la subjetividad de los sujetos.

(Rockwell, s,f). La autora invita a retomar la teoría pues entiende que la etnografía es una

metodología que recoge la materia prima y la discrimina, organiza y analiza paralelamente desde

la teoría. El trabajo teórico proporciona entonces las categorías necesarias para tornar

nuevamente observables los indicios preliminares, para “abrir la mirada”. (Rockwell, s. f).

Aplicándolo al periodismo y a este proyecto, la mirada que mencionan Rockwell y Herrscher

estaría entrelazada en los conceptos de la teoría de género y en su reflejo en la realidad más

próxima de los seres humanos que protagonizan esta historia:

transgéneros/transexuales/travestis/queer/dragqueens-kings en Bogotá.

“Cuenta Gioconda Belli que Galeano andaba siempre con su libretita anotando historias de aquí

y allí, amó el periodismo por ser la herramienta que le dio una mirada distinta del mundo, como

lo decía: ‘Le agradezco al periodismo que me haya sacado de la contemplación de los laberintos

de mi propio ombligo’” (El Espectador, 2015) La observación y esta metodología de recolección

y organización de la información es ante todo una propuesta ética, un compromiso.

Aquí, compromiso encuentra un problema semántico que valdría la pena revisar. Según Fals

Borda, los franceses emplean engagement y compromiso para lo que en español conocemos

como compromiso. El primero -proveniente de Jean Paul Sartre- refiere a la acción o actitud del

95
intelectual que, al tomar conciencia de su pertenencia a la sociedad y al mundo de su tiempo,

renuncia a una posición de simple espectador y coloca su pensamiento o su arte al servicio de

una causa. El segundo concepto, compromiso, implica transigir, hacer concesiones, arreglos,

arbitrajes, entregas o claudicaciones. Es el “compromiso-pacto”. Este compromiso satreriano es

un imposible periodístico, renunciaría a la independencia que le es vital para cumplir sus

objetivos. Pero sin este compromiso-pacto hay un peligro: el extractivismo intelectual. Entrar en

confianza con una fuente y luego fallarle, no solo publicando off the record’s, sino dejando de

lado la consecuencia del “acto periodístico” (Malcom, 1990).

La propuesta de esta tesis es precisamente, usar las herramientas del periodismo que describen

Kovach y Ronsenstiel (2003, p. 109) para plasmar la urgencia de contar las historias de personas

trans en el género que encarna las fronteras geográficas, sexuales y narrativas: la crónica

periodística.

3.2.2 Investigación documental

En este trabajo fue necesario realizar un diagnóstico sobre la situación de las personas trans en

Bogotá alrededor de cuatro temas: estado de los derechos sexuales y de identidad de género,

acceso al trabajo, educación y seguridad. Frente a las fuentes primarias y sus historias de vida,

cotejar con las secundarias como recortes de prensa, informes de organizaciones como Colombia

Diversa, Caribe Afirmativo, Parces ONG, Red Comunitaria Trans, Museo Q, Red Comunitaria

LGBT Bosa, Los Mártires y Teusaquillo/Chapinero; Red Entre Tránsitos; Red LGBT Ciudad

Bolívar; Madona y sus divas, Fundación GAAT; Centro Nacional de Memoria Histórica, y otros.

Ante el sub registro de crímenes contra personas trans (en general contra personas LGBTI) solo

queda el lugar a duda y los documentos institucionales de diagnóstico de la situación trans como

el de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (2015); “Aniquilar la diferencia” (CNMH,

96
2015); “Cuando la guerra se va, el amor toma su lugar” (Colombia Diversa, Informe de

Violencias contra personas LGBTI en Colombia, 2013-2014,2015) y “A mí me sacaron volada

de allá” (Nancy Prada, 2012).

Sin embargo, de acuerdo con Tatiana Cáceres, profesora de cátedra en la Universidad EAN, la

mayoría de estas situaciones de migración por orientación sexual o identidad de género están

descritas en la literatura. En ese orden de ideas, Pedro Lemebel (La esquina es mi corazón);

Reinaldo Arenas (Antes de que anochezca) o Jaime Manrique Ardila (Luna latina en Manhattan)

son ejemplos de literatura acronicada -¿o periodismo literarizado?- y son cuando menos prueba

de que la relación entre migración, identidad de género y violencia es de vieja data en el

continente latinoamericano.

3.2.3 Entrevistas.

Julio Villanueva Chang dice:

(...) el género de la entrevista oral suele ser, con cierto tipo de preguntas, un modo muy

propenso al error de explicarse a sí mismo. En ese sentido, el trabajo de editor con un

cronista consiste en aprender a escuchar no sólo lo que dice, sino lo que ha querido decir

y nunca dijo la persona que entrevista. No es transcribir al pie de la letra lo que dicen,

sino sobre todo entender y traducir qué han querido decir. Sin embargo, es raro encontrar

un cronista al que le preocupe esa diferencia. En general, una mayoría de periodistas trata

a una persona como un asunto técnico: has dejado de ser una persona para convertirte en

una entrevista. (Página 12, 2015).

La entrevista en este caso no será abordada como género sino como herramienta base de

conversación semiestructurada. El periodista que es intermediario entre la información y el

97
público no se puede convertir en un eco vacío para que sus entrevistados digan lo que se les

antoje, sino que debe mediar entre lo que sus fuentes comunican y lo que comunican otros.

(Martín-Barbero, 1991, pg. 136). Así, la entrevista se convierte en conversaciones que ponen a

prueba todo el tiempo el oficio de respetar al otro, la escucha y la observación.

Jorge Halperín (1995), citado por Lipcovich (pg. 3) , dice que la entrevista “funciona con las

reglas del diálogo privado pero está construida para el ámbito de lo público”. Así hay tres

personajes mientras sucede una entrevista: el periodista, el entrevistado y los terceros, el público.

Esto supone que la ‘privacidad’ de la entrevista será rota en el momento en que se publique, pues

en un futuro, muchos oídos estarán en la conversación que se lleva a cabo. Entonces ¿por qué un

entrevistado confiere información a un periodista? Esa pregunta remite de nuevo a la

responsabilidad y a la autoridad profesional (Lipcovich, 2005, p. 112) como cualquier oficio. No

hay que pensar que la frase ‘soy periodista’ abrirá más puertas de las que cerrará. García

Márquez, quien gustaba de la reportería rasa decía que el miedo del entrevistado no es al

entrevistador, sino al Otro (íbidem) a los otros, porque no controla las palabras del entrevistador

ni lo que absorberá el otro. Entonces la autoridad profesional y personal -pues sinceramente las

fronteras de lo público y privadas se cruzan todo el tiempo- no está en hacer transcripciones

fieles de lo dicho o en intentar despojar de miedo a nuestro entrevistado, sino en conjugar de la

mejor manera posible - es decir, la más honesta- lo dicho con otras informaciones, sin pasividad

y con agresividad. Si se hace bien, se genera un vínculo con nuestra persona entrevistada que no

es de complacencia sino de confianza.

Todo esto porque la entrevista parece ser un espacio ideal para la construcción de perfiles por su

carácter revelador y quebradizo.

3.3. La crónica como género anfibio

98
La crónica es una propuesta necesaria y congruente frente a un trabajo como este pues se ocupa

de fronteras geográficas, identitarias y narrativas.

En primer lugar, porque desestabiliza. “El periodismo de actualidad mira al poder. El que no es

rico o famoso o rico y famoso o tetona o futbolista tiene, para salir en los papeles, la única

opción de la catástrofe: distintas formas de la muerte”(Caparrós, 2007). Concentrar la mirada

sobre lo evidente que es invisible a los ojos, parafraseando a El Principito, escrito por Antoine de

Saint-Exupéry, es una revolución en la narración, en lo que consume la ciudadanía, en lo que

hace un periodista/cronista/literato. De acuerdo con Cecilia Lanza Lobo, la crónica es un género

al margen de las instituciones del periodismo y la literatura, y eso mismo le ha permitido asumir

la vida como relato. Por eso mismo, es capaz de dar cuenta de las identidades contemporáneas

constituidas hoy en el espacio mediático. Es un desplazamiento tanto de los límites del periodista

-y de su mirada- como de la literatura y el periodismo mismos. (Lanza Lobo, 2004, pg. 9) El

poder entonces de la crónica radica en su propia frontera inaprensible, a la que es desobediente

por antonomasia. El concepto de “asumir la vida como relato” es la capacidad de condensar la

cotidianidad callejera para aproximarse a terrenos recientes, diferentes, múltiples (2004, pg. 14),

y poder narrar las muchas realidades de la inaprensible ciudad. No se trata de conciliar, sino de

enfrentar el caos del mundo que encuentra cabida en un sistema particular de narración como la

crónica.

Caparros bien dice, “la crónica será marginal o no será. Nuestro trabajo, estos días, todos los

días, consiste en saber qué significa marginal y llevarlo a la práctica” (El Economista, 2012).

Primero, porque la frontera es el lugar para enfrentar la incertidumbre de las formas de vida que

se caen a pedazos, como el Estado, la iglesia, el amor, el sexo, el género, la certeza. Y por otro

lado, esa marginalidad confusa es “una sociología de la caricia, un saber erótico que ama el

99
mundo que describe porque está alejado del deber ser de los ideales dominantes de la razón

instrumental; es un saber que propone subvertir el orden de las verdades establecidas, aclarando

sin embargo que la subversión más profunda no consiste en decir lo que choca con la opinión, la

ley o la Policía, sino en inventar un discurso paradójico” (Barthes, citado por Lobos, pg. 25).

Solo esta duda frente al mundo la hacen una forma narrativa idónea para el periodismo, que

juega con la mirada, la belleza y la duda por igual.

Y como todo relato, construye sentido. Por eso “la vida como relato”, porque en tanto escritura

polifónica, al construir nuestras representaciones, la crónica produce sentido y nos podemos ver

en el discurso, nos reconocemos en el relato, construimos nuestra identidad, nos asumimos como

personajes del macro relato de la vida. Se amplían las fronteras hasta las del otro, de repente se

expande el imaginario del mundo y la propia identidad se ve en entredicho. Incluso es retadora

para literatos y periodistas que los sitúa incómodamente en una especie de zona de distención

entre oficios. Los literatos -volcados a las salas de redacción- reclamaban la estética y el

abordaje sensible del mundo, y los periodistas la objetividad y los hechos. De repente llega el

cronista, se contamina de todo lo anterior y cambia el juego.

El aporte de la crónica no se agota a laboratorio de práctica de escritura para modernistas, sino

que es ella misma una escritura encontrada. La escritura como instrumento capaz de aprehender

la compleja realidad y de ampliar el horizonte (Lobo, 2004, pg. 28). Ejemplo de esto es el

testimonio de Pedro Lemebel, cronista y marginal, artista, hombre gay, pobre, latino, en una

entrevista su primera publicación, el libro de crónicas La esquina es mi corazón: “Creo que pasé

a la crónica en la urgencia periodística de la militancia. Fue un gesto político, hacer grafitti en el

diario, ‘cuentar’, sacar cuentas sobre una realidad ausente, sumergida por el cambiante acontecer

100
de la paranoia urbana”. (Pedro Lemebel en Blanco F., 2004, p. 151 citado por Maricruz, G.,

2012).

Esta es otra de las razones por las cuales la crónica bastarda, marginal, plebeya, callejera,

desviada, popular, oral, contaminada, travestida es el género borderline (¿o borderland?) por

antonomasia: por bien sudaca, “y es (quizás por eso) un anacronismo. La crónica era el modo de

contar de una época en que no había otras”. (Caparrós, 2007). La palabra que nace para incluir o

excluir relatos, se ancla en la duda que constituye la identidad latinoamericana. Desde los

grandes representantes sudacas del género, como Jose Martí, Ruben Darío, Pedro Lemebel,

Garcilaso de la Vega y otros tantos nombrados en el desorden que implica mi propia subjetividad

y jerarquía, hasta los cronistas modernos como Leila Guerriero, Pedro Lemebel, Alberto Salcedo

o Martín Caparrós echan mano de esta frontera para abordar el problema de las identidades.

ambién por bella es necesaria:

Si hay una justificación teórica (y hasta moral) para el hecho de usar todos los recursos

que la narrativa ofrece, sería esa: que con esos recursos se pone en evidencia que no hay

máquina, que siempre hay un sujeto que mira y que cuenta. Que hace literatura. Que

literaturiza. (Caparrós, 2008).

Es aquí donde la utilidad política de la crónica entra en juego: “las identidades no solo habitan

los medios de comunicación instituidos, sino que los relatos silenciosos como la crónica son

portadores de los sentidos que van configurando las identidades de la ciudad contemporánea”

(Lanza Lobo, 2004, pg. 43).

Caparrós dice que un cronista “mira, piensa, conecta para encontrar (en lo común) lo que merece

ser contado. Y trata de descubrir a su vez en ese hecho lo común: lo que puede sintetizar el

101
mundo. La pequeña historia que puede contar tantas. La gota que es el prisma de otras tantas”.

(2007). Entonces, la crónica como género reclama y pervierte el discurso que homogeniza y

uniforma, expande -por ejemplo el discurso nacional- y abre un camino hacia la participación a

través del reconocimiento de lo otro. Por eso su esencia es marginal, para oír y ver lo otro, no

solo “dándole voz a los que no la tienen” sino dotando de sentido a esa voz para los otros,

haciendo de puente, desplazando el centro. Siguiendo la frase de Arthur Rimbaud, “Nos

equivocamos al decir: yo pienso. Deberíamos decir << me piensan». ¡Yo es otro!” (1871;

Rosario Castellanos en clase de Cátedra Cortázar, Universidad Javeriana, 2015). Eso.

Aquí están 2 crónicas sobre sexilio, una manera de referirnos a las expulsiones y normas

espaciales marcadas por las expresiones de género de estas identidades marginales que han

estado presentes en la guerra y la paz, en el campo y en la ciudad, siempre a la periferia del relato

nacional, porque con la utilidad política de la crónica hay una retribución, un compromiso

ineludible por la justicia social, por quiero saber quién es ese otro que “yo es”.

4. AUTENTICXS

Crónicas de sexilio de mujeres transgénero en Colombia

4.1 “Doña Bladimir y a mucho orgullo, ¿sí ve?”

Papuchina significa cariñito, casi escrito como un suspiro helado, de esos que llegaron con los

médicos extranjeros que atendían partos en Puerto Boyacá, Boyacá, hace 34 años. El nombre de

Papuchina es Bladimir. Cuando era bebé, fue bautizado como un papuchinito, una cosita de lo

linda. Luego le llamaban Papuchino, y cuando creció y se hizo mujer, pues Papuchina. Siempre

fue así.

102
Nos encontramos en la guarapería de su barrio, Santo Domingo, en Altos de Cazucá, Soacha. Al

lado de la tiendita, unos niños alientan a tres perros a agarrarse a mordiscos. Los hombres juegan

tejo, con algo de éxito, y salen rancheras a todo volumen de la guarapería. Es sábado en la noche

en Altos de Cazucá y la gente está prendida.

A la Papuchina la recordaba encaramada en un par de tacones azul rey, con una falda larga hasta

los tobillos, con las uñas y los ojos maquillados de dorado, pero esta vez viste más tranquila, con

una sudadera y tenis, aunque no deja las extensiones rubias en casa. Trabaja en el barrio Santafé,

más o menos a una hora larga desde Cazucá en el Transmilenio que toma muy tarde en la noche

y que la regresa de nuevo muy temprano en la mañana. Hoy que es un buen día de trabajo, elige

quedarse en casa.

-“Hoy no fui porque tuve problemas con una marica de allá del Santafé que también ejerce y no,

qué pereza”.

Bladimir se sienta con las piernas cruzadas, y abre la boca para empezar su historia así, rotunda

como es ella:

-“Yo de Puerto Boyacá salí fue huyendo”.

Así podrían comenzar las más de 40.000 historias de desplazamiento que fueron a parar en el

municipio de Soacha, según la Alcaldía de Bogotá. Pero la historia de Bladimir es particular: ella

es la primera mujer trans en ser reparada simbólicamente por el estado colombiano, es el hito

entre las sentencias a favor de la violencia que ha sufrido el sector LGBT a manos de actores

armados. Es la única, de verdad, la única mujer trans que asistió a las audiencias de Justicia y

Paz que tuvieron lugar en 2014, en la biblioteca del pueblo de Puerto Boyacá en la que los

paramilitares del Magdalena Medio pidieron perdón a las víctimas. Unas 600 personas se

103
reunieron a escuchar cómo alias Botalón y otros diez postulados a la Ley de Justicia y Paz

contaban lo que había pasado en Puerto Boyacá, sintiendo la ausencia de esas otras 600 personas

que se esfumaron en el transcurso de dos décadas

En la década de los 80, cuando la Papuchina vino al mundo, Puerto Boyacá era la cuna del

paramilitarismo en Colombia, más exactamente “la capital antisubversiva de Colombia”, como

rezaba, orgulloso, un letreo gigantesco a la entrada del pueblo. En 1977 los ganaderos del

Magdalena Medio y ciertas regiones de Antioquia compraron ocho escopetas, una para cada

contrarrevolucionario. “Los Escopeteros”, les llamaban. Muy al viejo estilo bandolero de las

longevas guerras de este país. Para 1978 ya eran 25 escopeteros, y lentamente fueron armando a

la población hasta que la estructura paisa de Puerto Triunfo, Antioquia, se juntó con la de Puerto

Boyacá, Boyacá. Además de dedicarse a la contrainsurgencia, brindaban asesoría legal,

prestaban servicios de urgencias y hasta tenían escuelas de arte gráfico. Cuando la guerrilla

secuestró a El Viejo, un comerciante de Puerto Boyacá, padre de Henry Pérez, éste acudió a

Ramón Isaza, conocidísimo paramilitar, y se hicieron socios.

En medio de la turbulencia de la época nació el Papuchinito, en 1982. En ese entonces Henry

Pérez y mandaba la parada en Puerto Boyacá, él, un abanderado de las Autodefensas Unidas de

Colombia, ganadero y mártir del movimiento anti comunista. Tanto será que cuando lo mataron,

en 1991, había recibido la Medalla al Mérito Cívico Pablo Guarín, que otorga el concejo

municipal de Puerto Boyacá a sus ciudadanos más ilustres. Pablo Guarín era el anterior

comandante de las Autodefensas del Magdalena Medio, honorable ex congresista y hombre

asesinado por las FARC en 1987 en medio de la lucha por esta región disputada a sangre y

fuego.

104
Al morir Henry, la comandancia la asumió Arnubio Triana Mahecha, un señor del pueblo que

muchos conocían, vecino de la gente, a quien llamaban Botalón. Dice Papuchina que la

persecución a los gays, lesbianas y transexuales del pueblo comenzó con él.

“Ese ya confesó todo, todo lo que hizo. Pero aunque yo me desplacé a los 16, nosotras ya

sufríamos malos tratos por parte de ellos. Si no que ya a lo último decidieron fue acabar con la

vida de nosotros, se llevaron a cuatro amigas mías por maricas. Y maricas, porque acá en Bogotá

dicen disque hombres gay, pero allá en mi pueblo marica es el gay, marica es la travesti, marica

es la travesti. Todos maricas, y así nos decían.. .¡porque nos gusta la maricada”.

Según Bladimir, vivir en Puerto Boyacá y ser una <<marica>> se parecía más a estar en una

frontera entre afuera y adentro, o a estar huyendo y encerrada al tiempo.

Desde papuchinito recogía muñecas que le presaban sus amigas y las escondía para que no se las

quitaran. Jugar con muñecas, con el destino de hombrecito que le habían asignado al nacer,

estaba muy mal visto. “Una vecina se dio cuenta de mis muñecas y ahí yo aproveché y salí del

clóset. Me maquillaba y así salía a la calle, por eso los paras me hacían correr tanto. Alguna vez,

mi abuelita me regaló un par de zapatos muy bonitos, ¡y en la carrera se me salieron de los pies!

Pero yo corrí, corrí, corrí, corrí, corría además mejor a pie limpio. Lo único que quería era mi

vida”.

Para ese entonces tenía 14 años. Sabía lo que quería ser, y también sabía lo que podía costarle.

Los mismos que la persiguieron esa noche la fueron a buscar al billar al otro día. Cuenta ella que

su abuelita, la que la crío, con sus 70 años encima, defendió a su muchacho a punta de cuchillo

de cocina y evitó que se la llevaran, “porque si uno se montaba en esa moto, no volvía”.

Si no tendría el destino de tantos y tantas, flotando en el río Magdalena.

105
Después de ese episodio la abuelita no dio más.: “Ella me quería mucho, pero en la época de ella

no se veían los travestís, entonces me fui a vivir con mi amiga Armando, la finadita Mamma

Mía, que cantineaba por ahí en el pueblo. Usaba la ropa apretada, así como yo, y a lo último

tenía el cabello ya largo, y eso que era crespa. No hacíamos sino divertirnos. Nos íbamos una

gallada grande pa’l río Magdalena a echar baño y si nos daba frío lo único que hacíamos era

fumar cigarrillo Caribe, que se veía en esa época. Yo no sé porque nos decían que éramos unas

viciosas, nosotras nada de eso”.

En las audiencias de Justicia y Paz en donde participó Botalón, confesó que había asesinado a

‘esos’ hombres por ser expendedores de drogas o ladrones. El problema con esa confesión es que

ningún hombre, ni ningún vicioso. Botalón se refiere a Papuchina y a sus amigas, La Gitana,

Vicky y Mamma Mía. Y decía que eran viciosas porque una de las estrategias que usaban para

justificar los asesinatos de las maricas del pueblo era decir que eran expendedoras de droga. Los

panfletos que pasaban debajo de las puertas o las visitas que hacían a las casas siempre incluían

en el mismo mensaje a los homosexuales, a los vendedores y consumidores de droga y a los

ladrones.

“Yo no maté a nadie por ser gay”, dijo Botalón en la audiencia.

La mamá de la Mamma mía, doña Rosa Helena Rodríguez, se paró, muy seria, y le dijo:

“Cuando les pregunté la primera vez hace unos años me reconocieron en la cara que le dieron un

tiro, que lo desmembraron y lo tiraron al río, pero no fueron capaces de decirme que todo pasó

porque era gay”.

106
Es complicado probar que perseguían a la Papuchina por ser travesti. Es complicado probar que

mataron a La Vicky, a la Gitana y a la Mamma Mía por ser gays, maricas, por desbordar la

norma de género que tanto retaba la masculinidad guerrera, poderosa, de los machos del pueblo.

Si la Fiscalía investigaba, podía descartar el caso como un ajuste de cuentas entre traficantes de

droga, o peor, como un crimen pasional. Y si sus cuerpos son encontrados, las entierran y

registran con sus nombres masculinos, así que nunca sabremos cuántas personas transgénero se

ha llevado la guerra en este pueblo, o en cualquier otro. Solo a través de la memoria de personas

como Papuchina -e incluso Botalón- es que podemos hacer un estimado. Según Colombia

Diversa, una organización por los derechos LGBTI, en Colombia siguen asesinado gente, “por

marica”: de 110 homicidios, 33 eran personas trans. Estos registros los empezaron a documentar

desde 2006, y poco a poco se han ido sumando otras organizaciones para poder dimensionar a

cuantos se ha bajado el prejuicio en este país.

***

Estamos hablando del año 1999, cuando el paramilitarismo en Puerto Boyacá era la ley sin

discusión, y la palabra de Botalón era la última. Papuchina tenía 15 años cuando salió por

primera vez de Boyacá. Venía a conocer a su mamá, en Bogotá, y a dejar de correrle un poco a

los paras. Bladimir dice que cuando polla era muy bonita, y yo le creo.

“La piel es tierna”, dice. “Yo parecía una niña, y ellos nos confundían a mí y a mi Mamma con

mujeres. Y cuando esos hombres iban a preguntarlo a uno, que cómo se llamaba esa niña tan

divina, y uno: Bladimir, le decían ‘ay marica si-se-tantas”, porque claro, ¡estaban pispiando era a

un muchacho! Los muy machos trataban de lo peor”, recuerda.

107
Esta cultura macha es la que la sacó de su pueblo. A fin de cuentas eran casi unas niñas,

inofensivas por lo demás, traviesas si mucho. Pero imperdonablemente travestís. Las noticias que

hablan de Papuchina le llaman “la última sobreviviente”, por algo que Vicky Cogua, abogada

defensora de los derechos de las mujeres trans llamó “genocidio trans”. Es que no solo apagaban

sus vidas, sino que las encerraban en el clóset: o cambia, o se va, o se muere. Acabar con lo trans

no es solo asesinar a mujeres transgénero, sino instaurar el miedo para que nadie haga un tránsito

sin pensarlo dos veces: el deseo o la vida. La ley paramilitar no solo controló el territorio, la

economía del pueblo. También las normas sociales eran dictadas por ellos, y donde manta

capitán no manda marinero. El barco de la identidad naufragó estrepitosamente.

“Me vestí una vez para las fiestas de mi pueblo, y el Negro Germán, el comandante de esa época,

me dijo: ‘se cambia porque se parece a mi mujer’. Y sí, la blusita cuello tortuga, el pelo mono

largo, flaquita, el jean, todo parecido. Una amiga me había dicho que tenía un pantalón hermoso

para prestarme, ¡y sí me quedaba hermoso! Y qué pesar, me tocó irme a mi casa a cambiarme”.

Esa era la palabra de Botalón, el santo señor del pueblo.

Cuando la Papuchina tenía 16 años ya la habían amenazado tres veces con sacarla del pueblo.

Ella se iba unos días a casa de su mamá pero volvía por la noche como a la semana, “se hacía la

loca”. Incluso a Mamma Mía también la habían amenazado de muerte, pero no hizo mucho caso.

Su hermanito de 13 años también fue amenazado, y su mamá, doña Rosa Helena Rodríguez,

representante de las víctimas en el pueblo, lo mandó a vivir a Bogotá. “Esa gente confesó todo lo

que le hicieron a mi hijo, pero decían que vendía vicio y nunca aceptaron que me lo mataron fue

por gay”, dijo a Verdad Abierta en 2015.

Se iba del pueblo, y volvía silenciosa por la noche. Y remontaba la calle con su maquillaje y su

elegancia de maraca. Pero en 2001, la salida de Papuchina fue cada vez más definitiva.

108
Un paramilitar al que le decían “La Mosca” fue a buscarla a su casa. Lo que sigue parece casi de

película:

“Mi abuelita me escondió en un tanque y a mí me tocó como una tortuguita, con la nariz por

fuera a esperar a que se fueran, que por marica boletosa, les oía decir”. Le dieron 12 horas para

salir del pueblo y la arrastraron hasta la Y, el famoso lugar a la entrada del pueblo donde decía

“Tierra de Prosperidad: Bienvenidos a Puerto Boyacá, capital antisubversiva de Colombia” y

donde hoy hay una valla que Botalón puso pidiendo perdón a las víctimas. El paramilitar que le

disparó, “La Mosca”, erró el tiro, y cuando se fue se colgó de una mula y se vino para Altos de

Cazucá, en Bogotá, a vender rosas y subsistir como mejor pudiera siendo menor de edad.

Mamma Mía, que también vivía en el azare de Puerto Boyacá contra los gays, lesbianas y

travestis, llegó a Bogotá poco después a vivir con Bladimir, sin que nadie le dijera que se fuera

del pueblo, pero sabiendo que debía cambiar, salir o morir.

“Cuando seguíamos en Puerto ella me decía: ‘No, yo no tengo porqué irme de acá, yo trabajo, yo

soy honrada’. Le dije: ‘Mami, mire, ellos ya nos llevan ganas, y después de que digan algo, no

descansan hasta desparecerlo a uno’. Y así fue como la mataron al final a ella”.

Mamma Mía se aburrió muy rápido del frío y se devolvió para Puerto Boyacá ese mismo año. Un

13 de enero de 2002, asesinaron a Jorge Armando Cabanzo, Mamma Mía, mientras estaba

cantiniando en el pueblo. Papuchina seguía en Bogotá cuando se enteró, y aun así se devolvió

para Puerto Boyacá, “por pura nostalgia”, dice.

Esta vez tampoco corrió con suerte. Heriberto Solano Rubio, “la Mosca”, fue a buscarla hasta la

casa de su abuela y comenzó a disparar sobre la cama. Hizo tres tiros. “Como mi abuelita lavaba

ropa, eso me terminó salvando, porque había un bulto grandote sobre la cama, y ahí me escondí,

109
me hice la privada y me salvé como en las películas que yo veía de ciencia ficción”. Volvió a

Bogotá, arrendó una pieza en Santo Domingo, en Altos de Cazucá, y así hasta el sol de hoy.

A sus amigas las fueron matando poco a poco. A Vicky y La Gitana las desaparecieron en un

sitio que se llama Los transformadores, anteriormente el basurero municipal de Puerto Boyacá.

La Vicky tenía 14 años cuando la mataron. La Papuchina se enteró a oídas en Bogotá por boca

de los paisanos de su pueblo. Su abuela ya murió y no tiene muchas amigas, así que ha perdido

un poco la conexión con su tierra.

“Lo que ellos no saben es que dejaron a una viva. Les hice pagar lo que le hicieron a mis amigas,

que las asesinaron indiscriminadamente. Pero como la maricona se les pintaba el pelo, se les

coloreaba y se les peluqueaba como un macho, pues no sabían”. Lo que busca no es venganza, es

verdad, reparación simbólica e indemnización. Eso es todo.

A veces vuelve a Puerto Boyacá y se queda 8, máximo 15 días, y se la pasa sola. “Si voy a donde

mis amigas y me preguntan que por qué no volví, que por qué no les hablo en la calle... ¡pues pa’

no boletearlas!

En Bogotá no vive mal. Ve películas en un televisor que tiene en la piza que arrienda a $180.000,

trabaja cuando quiere, cuando tiene plata se da sus gustos, no sabe leer muy bien pero tiene todas

las denuncias encarpetadas, las de la Personería de Soacha, las de la Fiscalía, su certificado de

víctima -que le sirve como un carnet de salud, según su experiencia- “y siempre he sido muy

digna”.

A Bladimir la deben indemnizar por 100 millones de pesos entre tortura y desplazamiento

forzado. Cuando interpuso sus denuncias ante la Fiscalía, le pusieron “Doña Bladimira”. “Y no,

mi nombre es Bladimir, el que me puso mi mamá y mi papá, ese es mi nombre y no me lo

110
cambio nunca”. Además, teme que si se cambia el nombre no le den la indemnización que le

corresponde y pierda su oportunidad de transformar su cuerpo como quiere: poniéndose senos,

comprando unas extensiones más largas, hormonándose “a lo bien”. Mientras no reciba ese

dinero, seguirá construyéndose “a lo artesanal”, a veces ensanchándose los pezones con Vacanol,

o tomando pastillas anticonceptivas. “Truquitos por ahí”, me dice.

En la memoria transparente de Papuchina se entrevee un pedacito de país, un trozo marica y

orgulloso de la historia patria, de la guerra tan macha que borró a sus amigas, pero a ella no.

Dejaron a una viva, y ella resiste.

4.2 Sub-oficial Bella donna

A unos minutos de la plaza Principal de Girardot, y bajo el sol sofocante de las dos de la tarde,

una señora de metro 90 -sin tacones-, rubia y de labios pintados de rojo se asoma buscándome

entre la gente que tampoco puede evitar verla.

-Busque un punto rojo, esa soy yo.

Es fácil, muy fácil verla.

La Bella habla despacio y ronco con el acento inconfundible guajiro. Andrea es una mujer trans,

esto significa que el género que le asignaron al nacer es masculino, pero ella decidió vivir su vida

como mujer. Pero ser mujer transgénero en Colombia es muy complicado. La violencia contra

este grupo en particular es muy grave, tanto los actores armados y la Policía como sus vecinos y

familiares las han desplazado, perseguido, amenazado. Andrea tiene ya 59 años y un curtido

callo contra todo, dice. Apenas si despega la mano puesta delicadamente sobre la rodilla cuando

se sienta a conversar en uno de los dos sillones rojos que decoran su peluquería, “la Bella”

también se llama. Y en dos horas seguidas de charla, cuenta:

111
“Mi nombre es Andrea Alexandra Fuentes Mesa, soy de Maicao, La Guajira, vengo de un hogar

formado por 7 personas, mi papá, mi mamá y cinco hermanos. Cuatro varones y una hembra...

genética, ¿no? Yo soy el último de toda la camada, como se dice. No éramos estrato 6, más bien

vivíamos en una casita de bahareque, como las que construyen en la Guajira desde hace como

cien años con palos de caña, amarres y pajas, las casas sencillas, las del pueblo. Mi papá era

guajiro, y mi mamá era de la costa, de Fundación, Magdalena. Yo soy una mescolanza de razas

costeñas.

Mi papá era estudiado, abogado, pero el problema del alcohol limitaba el cuidado que tenía que

tener con su familia, la descuidaba por estar tomando, pasaba ocho, nueve días tomando, y

llegaba era a maltratarnos a nosotros, a mi mamá, a mis hermanos. A mí me daba era por el

problema de mi homosexualidad. Como vivíamos en un barrio de invasión, popular que llaman,

había mucho monte todavía, y cuando llegaba por las noches, corra pa’l monte los hermanos y

yo. Eso era con mi papá, que como allá premian es el machismo, lo varonil, era muy difícil para

la población LGBT, ¿me entiende?

Yo nací en el 59’, en medio de las guerras entre familias que había en La Guajira, sobre todo los

Cárdenas y los Valdeblánquez, que se daban machete y plomo hasta quedar secos. En ese

entonces había mucha pobreza en mi casa porque todo se lo bebía mi papá. Fue gracias a mi

mamá, que fue una mujer que se preocupó por la educación de sus hijos que salimos adelante, y

trabajando todos. Yo trabajo prácticamente desde los 7 años. Nos tocaba rebuscarnos en Maicao,

y como allá hay tantos almacenes de turcos recogíamos el cartón, el vidrio y lo vendíamos. Salía

del colegio de curitas y luego recoja y recoja. Como podía, mi mamá nos compraba la ropa, unos

pantalones más feos que daban en la iglesia.

112
Teniendo 14 años a mi papá casi lo mata otra familia, y cogió a mi mamá y nos fuimos hasta

Valledupar a un barrio que se llama Primero de Mayo, que también es popular y quedaba bien

distante del centro. La situación no cambió en nada, mi papá tomando y nosotros corriéndole al

rejo, lo único es que salimos de una casa de bahareque hacia una casita de dos piezas, ya de zinc

y cemento. Ah, pero yo siempre supe quién era yo, a pesar de todo eso, sobre todo de esos

pantalones tan inmundos.

Cuando terminé el bachillerato en el año 79, yo me la pasaba en el centro de Valledupar,

trabajando en heladerías, restaurantes y por la noche rumbeando con mis amigas, como todos los

adolescentes, pero en esas me cogió el Ejército en una batida -que era muy normal en esa época-

y a prestar servicio, mija. Y como yo no tenía libreta porque la que tenía era de aplazamiento por

ser estudiante, pues me llevaron

Eso fue un 7 de mayo del 79, cuanto tenía yo 20 años. Ahí me llevan al Batallón La Popa, en

Valledupar. Me hicieron firmar unos papeles y avisarle a mi mamá que no volvía, y luego me

trasladaron para el Batallón Ricaurte, que es de Infantería, en Bucaramanga, Santander. Era el

Batallón de la Quinta Brigada. Presto mi servicio y como yo era muy juiciosa, no tenía sanciones

de nada -antes puras felicitaciones- me ofrecen hacer el curso de suboficial para quedarme en el

Ejército. En esa época pagaban como un salario mínimo de hoy, imagínese un pelaito como yo,

qué platal pa’l pobre, y les acepté. Ah, pero nunca dejé de lado mi personalidad, yo nunca lo

oculté lo que yo era, ¿sí? Yo me quiero como soy y me acepto como soy, yo quiero es quererme

yo, y el resto no me importa. Pero sí, me gustaba el Ejército, y el uniforme así, limpio, y el rifle,

y la plata, y los muchachos también me gustaban.

De Bucaramanga me mandaron a la escuela de artillería como suboficial, y ascendí en 1980, salí

trasladada a un batallón del Magdalena Medio y ahí sí me tocaron todos los enfrentamientos

113
duros. En esa época estaba el Negro Acacio y Karina la Guerrillera, cuando la guerrilla era muy

poderosa. Con todos esos me di yo. Desde el 80’ hasta 85’ presté servicio en orden público en el

Magdalena Medio. En esa época ni los periodistas sacaban mucho, lo que se sabía era de la

capital, ¿pero los municipios? Eso no se daba conocer. Fue una época de combate dura, porque la

guerra eran sanguinaria, y a los suboficiales les hacían de todo y lo dejaban por ahí botados para

que uno lo encontrara. Era horrible. También nosotros sentíamos miedo por las tomas

guerrilleras que veían y que veíamos en las noticias, que ni Bogotá se salvaba. Ya en 1985, que

fue el mismo año de lo del Palacio y lo de Armero, me pasan para Yondó, Antioquia. Cuando no

estaba de servicio cogía para mi apartamento, que quedaba cerquita pero no tan cerquita de la

base, donde tenía vestidos, pelucas, tacones, aretes, y como en esa época no había cirugía, o

bueno, no había plata para cirugías, nos armábamos el cuerpo con espuma y medias, y salía a

rumbear 10, 11 de la noche. Incluso me quedaba tan bien armado el cuerpo que tomaba con los

mismos compañeros y ni se daban cuenta de que era yo.

Como la base quedaba en toda la entrada de Yondó, a todo mundo le tocaba pasar cerca, que para

ir al parque, que a la casa, que para entrar o salir del pueblo. Y ajá, el comandante este que como

todos se creía el dueño del mundo cercó ese batallón de pura paranoia, cada una de sus cuatro

esquinas. Y yo me le rebelé porque a ver, es un perímetro urbano y tocaba dar un vueltón pa’

entrar, y qué injusto con la gente. El viejo este me cogió entre ojos y me incriminó con otros 5

soldados para acusarme de que me habían visto, que había estado con ellos, que me veían cosas

raras, pues claro, me veían mis modales. Es que yo durante mi tiempo del Ejército vivía una

doble vida. En el día era suboficial, y el fin de semana ya era Andrea o Alexandra.

Me llevaron ante un tribunal disciplinario y los 5 soldados juraron y re juraron que yo, y que yo,

y como yo ya sabía que eso estaba perdido, esperé mi baja tranquilita, me la dieron ese mismo

114
año y me dije, “la vida continúa, cariño”. Pero qué rabia igual. Yo sí me travestía, pero no había

tocado a ninguno de ellos. Me sacaron fue por gay, no más.

Tenía como 26 años apenas, y volví a tomar mi rumbo en lo que me había graduado, en la

peluquería, y ahí sí comencé mi transición ya de lleno, a dejarme crecer el pelo, a salir con mis

vestidos todo el tiempo, ya era toda una señorita.

Cuando llegué acá a Girardot, como un año después, en el 86’, la ciudad no me recibe muy bien,

sobre todo por mi hermana. Yo venía con mi pelo a la cintura y me lo hizo cortar estilo militar

para dejarme quedar ahí con ella, entonces me puse a trabajar y me le fui rapidito y me volví a

dejar crecer el pelo. Y cómo habrá sido la pelea por el pelo que desde ese año yo no le conozco

la casa a mi hermana, y eso que vive aquí mismo en Girardot. Es que somos guajiras, nos duele

lo que nos hacen y nos resentimos, es algo que va dentro, entonces no perdonamos. Una ofensa

es una ofensa y no es para pedir disculpas. Yo por eso no la visito ni le pregunto por los hijos,

porque son igualitos a ella, amarrrrrrrrrrrrrgaos.

Como aquí no había trabajo bueno en esa época me fui para El Espinal, Tolima. En esa época por

allá también había mucha guerrilla. Yo creía que me iba a ir mejor porque ya no era militar, sino

peluquera. Pero mentiras que me encontré dificultades y humillaciones, me encontré con una

barrera de parte de la población, porque tengo buena empatía y caigo bien, pero a veces esta vida

le disgusta a la gente. Entonces me tocó salirme de una peluquería a otra y así duré vagando

como un año, a veces que no me querían contratar por no ser seria, o sea por ser una travesti. Ahí

sí, cariño, como dice el dicho, “nadie me echa cuento de pasar trabajo y aguantar hambre”, me

las conozco todas.

115
En esas una señora me dice que quiere montar una peluquería en El Guamo, y allá voy a dar yo.

Me daba 50% en efectivo y la otra mitad en comida y dormida.

Yo fui la primera travesti que llega al municipio de El Guamo, apenas estrenaditos los noventa.

Lo que había allá era puros gay tapado. Yo soy la que abre esa puerta porque llego con mis

vestidos, maquillada como un pavo real, con aretes grandotes y como soy de la Costa, entonces

siempre uno lleva lo tropical encima. Me acuerdo que llegué un Lunes Santo al pueblo, y la

gente dejaba de ir a la iglesia por ir a verme a mí, ¡el disfrazado! A mí me dio igual porque nunca

me he complicado la vida, si hablan de mí a mí me resbala, yo me quiero soy yo, si yo voy por la

calle, el que no me quiera ver, que voltee la cara para otro lado, pero yo voy feliz y soy feliz, eso

es lo importante.

Aunque yo tomaba bastante porque le había cogido gusto a la rumba, duré 15 días juiciosa por

miedo al pueblo, porque la gente me decía que daban mucho machete. Ahí yo salía normal como

travesti, conseguía las hormonas en las droguerías, me hacía amiga de las que atendían y ellas

mismas me inyectaban. No crea, es que meterse hormonas es muy fácil, esas drogas son fáciles

de conseguir, son las mismas de planificar. Le hacían salir el busto a uno, le anchaban las

caderas, le ponía la piel bonita, le crecía el cabello, todo iba a cambiando. Uno va buscando lo

que uno quiere y en este campo la sociedad tiene poco conocimiento, no se han dado la

oportunidad de preguntarnos qué es un gay, qué es un travesti, qué es un transformista, qué es un

transgénero, qué es un intersex, entonces la gente confunde todo y no sabe cómo es la transición

de esa persona.

Como ya vi que no volaba machete como pensaba vuelvo a coger la costumbre del ron, el

aguardiente, la cerveza y la rumba. Como la señora abusó de mi confianza y yo necesitaba el

pago que no estaba llegando, reuní una platica -a pesar de que tomaba-- y decidí retirarme de esa

116
peluquería. Me conseguí una habitación en una calle que va hacia Ortega, Tolima. La calle era

destapada y la pieza era de bahareque, pero yo me dije “aquí tengo que subsistir”. Arrendé la

pieza, me conseguí 9 ladrillos, una señora me prestó unas tablas, le eché una sábana encima e

hice los muebles. Una amiga de una cantina me prestó una mesa cantinera y otra me prestó un

espejo. En esa época se utilizaba la laca, entonces iba a Drogas La Rebaja, compraba un cojín de

laca y lo rendía con mitad de agua para que durara. Esa fue la mega peluquería que puse, lo más

in del pueblo.

Por supuesto que en ese sitio no me era tan rentable la peluquería, con la mala suerte de que

mandé a hacer el aviso -porque siempre me han llamado La Bella- y el señor que hizo el aviso le

puso fue Peluquería Yudis porque el viejo se equivocó. Me tocó re-hacerle el aviso con un tarro

de pintura y le puse “Bella”, y ahí la gente ya comenzó a ir. Eso fue en el 89.

Cuando no tenía para el almuerzo me acostaba a dormir. Póngale que un corte lo cobraba a

$3.000 y el almuerzo me costaba $4000, y quedaba debiendo en el restaurante hasta que hubiera

con qué pagar. Si había, almorzaba y sino no, pues no. Una amiga me vendió una estufa pa’ dejar

de fiar en el restaurante, pero el tanque de gasolina estaba roto y se me prendía esa estufa, la

comida me quedaba llena de gasolina, la pasta que tanto me gustaba quedaba pasada de gasolina.

Pero bueno, igual se comía. Mejor eso que nada.

Luego me pasé a otro local más cerquita del centro de Guamo, y ahí duré 4 años, hasta que en el

año 99’ llegaron los paramilitares a esa zona que siempre había sido medio tranquila, con

guerrilla, pero tranquila. Eso fueron los del Bloque Tolima que se arranchaban por todo el

Guamo y son los que trajeron la corrupción extrema a estas alcaldías.

117
Ese año es que empezó la cacería de brujas. La gente que los distinguía “le daban dedo” a los

demás, o sea, señalaban a la gente que había que correr del pueblo, y dentro de ese grupo

desafortunadamente caí yo.

Una vez yo trabajando, me meten un panfleto por debajo de la puerta. En esa época yo tenía una

peluquería grandísima, era prácticamente una distribuidora de belleza, ya había crecido bastante,

y yo que no, que no me voy porque yo no le debo nada a nadie.

A la vuelta de 4 meses, yo estoy en la peluquería viendo televisión sentada cuando veo 4 tipos en

dos motos, que se bajan y entran a la peluquería. En esa época ya tenía el pelo largo, ‘magínese,

habían pasado ya 10 años yo allá en El Guamo. Yo me paro a atenderlos y me hago al lado de la

silla de peluquero, como es costumbre. El primer tipo se me mete a la derecha y los otros a la

izquierda. El de la derecha me toma por el pelo y me lleva hacia atrás de la peluquería, a un

cuartico cuchitril, los otros tres tipos se van detrás y el primero me sostiene, mientras que los

otros tres me comienzan a dar golpes. ¡Y duro! Me dijeron que por qué no me había ido, que me

tenía que ir del pueblo. Me trataban mal, me decían que jijuetantas. Me golpearon la cara, la

barriga, por la espalda, patadas, de todo. Me trataron de mil maneras. No sé cuánto tiempo me

habrán golpeado porque a uno el tiempo se le hace eterno, pero me dieron bastante.

No sé si me querían sacar porque había sido militar o por ser población LGBT, en ningún

momento me expresaron porqué tenía que irme del pueblo, solo que tenía que irme. En esas, el

tipo que estaba a la izquierda se corrió hacia atrás y el que me tenía por el pelo me bajó fuerte la

cabeza hacia abajo hasta que sentí el cachazo de la pistola 9 m.m. El tipo me dijo: “Escuche lo

118
que le voy a decir, se tiene que ir, aquí no lo queremos ver, si no se va lo matamos”. Cuando

sentí fue el totazo no más. No sé cuánto tiempo transcurrió, no sé nada.

Yo quedé en el suelo ahí cuando alguien o unas amigas entraron, me encontraron tirada en suelo,

y me llevaron al puesto de salud a que me cogieran puntos.

Así comenzó el calvario.

Esa noche me resguardé en el muro que daba contra la pared y la puerta, esperando a que

amaneciera pa’ poderme ir. Cogí la ropa y plata que tenía, dejé todo tirado, y me fui para Bogotá

al barrio Diana Turbay, donde tenía amigas y donde me conseguí un trabajo con doña Isabelita,

una señora que fue un ángel conmigo.

Llevaba como 2 meses con ella, olvidando todo lo que había pasado en esa peluquería de Tolima,

cuando una tarde, estando sola, entra un tipo y se me viene encima a preguntarme que hacía yo

ahí.

“Pues trabajando, ¿se va a hacer corte?” Yo no asimilaba nada todavía.

El tipo se me paró al frente y me dijo: “¿es que no le hizo efecto lo que le pasó en El Guamo?”.

Ahí caigo en cuenta y le pregunto: “yo qué he hecho”. Se levantó la camisa y me mostró el

revólver, me dijo que me tenía que ir si no quería que me mataran. Yo quedé en shock. Cuando

el tipo se va y llega la dueña, yo le digo, “Isabelita yo me voy, yo no le trabajo más”. No le dije

nada más y me fui corriendo donde otra amiga travesti que me dijo: “Vamos donde Deisy, que

ella vino de Italia, a ver si le presta y se va”. No tenía de dónde pagar esa plata, pero ella me dijo

que no les parara bolas, que me fuera. La Deisy me prestó como 15 millones de pesos, porque el

viaje me costaba 30 y yo tenía mi platica ahorrada. Le pedí que me diera tiempo para pagarle

119
porque yo no tenía experiencia en eso de la prostitución, que me tuviera paciencia. Y así me fui

para Italia.

No sé qué fue peor, si salir o llegar. Me vestí de hombre porque el pasaporte era de hombre, y me

fui disque para Europa. Por contársela resumida, estaba tan nerviosa que en todos los aeropuertos

pensaban que tenía drogas y en todos armaba escándalo, que me estaban discriminando por ser

colombiana. De tanta humillación yo pateaba por todo lado hasta que llegué a España después de

hacer una parada en ese aeropuerto horrendo de Caracas, y de ahí tenía que irme en tren hasta

Bolonia, pero me pasé y terminé en Montepellier. Tan desubicada de idioma estaría que no

diferenciaba francés de italiano. En cada estación que veía, había gente con celulares y como en

los aeropuertos me habían tratado pero tan mal, yo pensaba que eran policías que venían por mi o

que me iban a hacer daño. Imagínese la crisis de nervios que llevaba, dos meses después del

Guamo y una semana después de la peluquería en Bogotá. Como lo único que sabía pedir era

Coca Cola y cigarrillos, yes, please, thank you, entonces fumé y bajé Coca Cola durante los 8

días que duré viajando.

Como las ganas le pueden al miedo, entré a esa estación de tren de Bolonia, por fin, llena de

policías muy miedosos y compré mi tiquete como pude y me trepé a ese tren al estilo

chibchombia, al empujón, bien guache y violenta, porque estaba desesperada. Llevaba una

semana sin bañar y disfrazada de macho.

Cuando llegué a Roma empecé a buscar la vía Montemario número 19 hasta que llegue al

apartamento de la travesti esta que se llama Juana. A las 5 de la tarde llegué y a las 7 de la noche

salió al balcón, y fue como si yo hubiera visto a la mismísima virgen travesti asomada. Cuando

120
entré corriendo a ese apartamento, ya me quebré, no era posible tanto abuso, de verdad. Rompí

en llanto y en otras cosas, porque no retenía nada de alimentos. Más me demoraba en comer que

en corromperme. Por eso Coca Cola y cigarrillo, Coca Cola y cigarrillo.

Me tocó salir a trabajar esa misma noche y yo sin saber idioma, sin saber nada. Mi amiga llegaba

con 1’500.000 liras, yo llegaba como con 30.000, 70.000. Para mí era frustrante, además no

podía comer y siempre tenía miedo de que me deportaran. “¿Cómo pagaba yo esa deuda que

tenía acá?”. Ese era mi miedo. En 6 meses pagué el karma y estuvo hasta bien. Tenía unos

disfraces para ir a trabajar muy bonitos, de cuero, zapatos altos de puntilla, un disfraz de pavo

real, de todo. Y también tenía mi ropita normal para salir a pasear.

En esos 6 meses reuní dinero y me pude independizar. Pagué mi deuda al año y me quedaron 15

millones que mandé para Colombia. Al año me deportaron, sin importar que me había casado

con una señora para tener los papeles. La señora era también una prostituta italiana. Los senos

que me había puesto allá me los vendé y nos casamos, borrachísimos ambos. Ahí sí que estaba

disfrazada. Y eso era, trabaje y mande, trabaje y mande. De 5 de la tarde a 5 de la mañana

trabajaba yo.

Ya en Colombia me fui para Bogotá, me hice amiga de unas trans y nos pudimos cambiar el

nombre en el 2000 cuando se pudo por ley, y ya con el nuevo pasaporte entro por España, ya no

como una zángana, sino como una reina, entro reída y me devuelvo a mi callecita en Roma. Por

ahí en Italia había dejado una plata con una dominicana que se puso divina con lo mío: tetas,

culo, todo se puso. Bueno, se perdió y volví a trabajar hasta ahorrar para venir a Colombia a

vivir, y cuando tuve pa’l rancho, me radiqué en Cali, en una casita pero me sacó la delincuencia,

y como sabía que este era un pueblo tranquilo, pues me vine para acá y la gente ya me acepta y

se vienen a cortar el pelo y charlamos lo más de bueno.

121
Ahorita estoy es peleando para que me reconozcan el tiempo duré en el Ejército para cotizar en

Colpensiones. Ya entutelé a todo mundo, ahí está el abogado dándole, porque quiero alcanzar

por lo menos media pension ¿Qué pasa el día que yo no pueda trabajar en peluquería? Yo ya no

puedo irme a prostituir, cariño. Guácale, ¿con uno igual de viejo que yo? Hasta me ofende. Pero

como “La Bella” no es el Wilber que aparecía en la cédula mía cuando era dragoneante, pues se

me embolata esa pensión ¿no ve? Pero como le digo, a mí no me importa lo que me haya pasado

ni porque me hicieron echar tanta pata en este mundo. Yo me quiero Bella, yo me quiero yo.

5. Conclusiones

A través de dos relatos y apoyada en investigación documental, pude comprobar que la identidad

de género es un factor determinante en las expulsiones de las mujeres transgénero en Colombia.

Ellas son una parte invisible de la población desplazada del país. La violencia por prejuicio que

las expulsó tristemente no fue tarea exclusiva de grupos armados, sino que es ejercida y

perpetuada por la familia, la iglesia, los vecinos, el Estado, los funcionarios públicos, etc.

En vista de esto, es pertinente considerar la violencia por prejuicio como un factor expulsor en el

estudio del desplazamiento en Colombia, y a las instituciones civiles como actores expulsores,

porque, por ejemplo, el prejuicio que vivió Camila al regresar con su familia en La Virginia,

Caldas, es el mismo que sufrió cuando la expulsaron los agentes armados 18 años atrás.

Las personas transgénero expulsadas de sus territorios, al igual que el resto de personas que se

identifican con lo LGBTI, son desplazadas por amenazas directas relacionadas con su identidad

de género y esas amenazas con a menudo justificadas por asociaciones erróneas con lo criminal,

122
el vicio, la debilidad o la falta de valentía. Sus deplazamientos a veces se dan por la dificultad

material y cultural para hacer sus tránsitos hacia lo femenino en sus lugares de origen. (Prada et

al., 2012, p. 186)

El riesgo aumenta cuando hay presencia de actores armados (Caribe Afirmativo, Colombia

Diversa & Fundación Santa María, 2016, p. 152) no solo por los prejuicios que puedan o no

tener, sino por el riesgo de reclutamiento forzado: ante las identidades que son “necesarias” en

las estructuras militares, se ve truncada su feminización. Esto lo mencionaron los académicos

que se preocuparon por realizar informes sobre estas violencias y las mujeres que entrevistaron

ellos y que entrevisté yo.

El oficio periodístico está en deuda con estas historias. Su aparición escasa, irregular y fugaz nos

impide detenernos en esas vidas que integran los 7.469.419 de desplazados de Colombia. Habría

que travestir el lenguaje académico en lenguaje periodístico, y ese es uno de los retos que supuso

este trabajo.

En el curso de este proyecto pude ver con más claridad cómo es que el lenguaje crea realidad.

Los discursos de odio de distintas personalidades públicas como Viviane Morales, las iglesias

cristianas, Alejandro Ordóñez, sus padres y madres, los activistas y youtubers que “no estaban de

acuerdo con la ideología de género” y otros, afectaban las vidas trans al punto de no querer

moverse de sus casas o zonas seguras por miedo a que alguna de estas personas tome represalias,

como les sucede bastante a las personas trans en Bogotá. En este orden de ideas, el esfuerzo de

incluir sus voces en los relatos que circulan sobre desplazamiento en Colombia es reconocer el

criterio que, como señaló Laura Weinstein, le han negado a las personas trans. Sus voces son

válidas y necesarias en la reconstrucción de la memoria de una guerra tan devastadora como esta,

en la que la exclusión de sus testimonios y experiencias es la extensión de los prejuicios que las

123
desplazaron por primera vez y que son tan absurdos como decir que ellas son peligrosas, o

criminales. También el periodismo lleva responsabilidad en esto, pues su silencio es la

aceptación sin miramientos del absurdo.

“El ejercicio de memoria les permite a las víctimas reubicarse en el espacio social y político”

(Prada et al, 2012, p. 186), pero no solo eso, las reconoce como agentes de cambio, no como

oprimidos, porque sentir lástima o vergüenza por la trayectoria vital del otro también es violento.

Por otro lado, hacer memoria de los desplazamientos que les permitieron, para bien o para mal,

estar donde están, es recuperar lo que está sepultado bajo el horror de la violencia. Porque en

Colombia se empezó a hablar de desplazamiento de la comunidad trans con seriedad académica

desde hace muy poco. Así mismo, el Estado ha respondido con lentitud a esta tarea urgente de

saber quiénes, cuantos y en qué condiciones han sufrido y resistido en el marco del conflicto

armado.

Aún queda mucho por hacer. El exilio político ha significado una opción de supervivencia para

las personas, pero a pesar de que los motivos políticos están detrás de los relatos más comunes

del desplazamiento en Colombia, no siempre son los armados los actores expulsores. El sexilio

entonces, intuye la relación que hay entre las identidades de género y orientaciones sexuales que

no son normativas, y las salidas forzosas de los territorios.

En ese orden de ideas, concuerdo con Leila Guerriero, “el periodismo cambiará cuando

empecemos a tratar a las fuentes como seres humanos” (2015). No como “rostros humanos de la

noticia”, sino como voces válidas dentro de un gran relato de país, de violencia y desarraigo,

como voces de lucha y resistencia, como gente que vive, ama, llora. No como lo abyecto e

intocable que nos presenta el Gran Discurso nacional, porque las personas trans solo salen en las

124
noticias cuando se empluman para la Marcha LGBTI, pero al otro día, ya sentadas en el comedor

de su casa tomándose un tinto como todas las mañanas, ¿quiénes son? ¿qué sueñan? ¿cómo la

violencia las afectó? ¿cómo las hizo más fuertes?

La guerra, la ciudad, las cifras tienen rostros. Y a pesar de que se repita hasta el cansancio en las

facultades de Comunicación y Periodismo, no terminamos de entender que las historias de vida

no son ilustrativas de una cifra. Hay que pensar para quién escribimos, quien es “esa gente que

necesita saber esto” y quienes son las personas de las que hablamos. Si una sola persona lee o

escucha este trabajo y se convence de que las personas trans sufrieron el prejuicio que también se

perpetúa en ellos mismos, habrá triunfado este proyecto porque hará visible en sus propias vidas

las vidas de los otros. Nos convertiremos en espejo, en tantos rostros pasajeros, asumiremos la

palabra como actitud vital.

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http://bit.lv/1pkTCmH

-De la Calle, H. Enfoque de género. El Espectador. 16 de octubre de 2016. http://bit.lv/2evNdFY

-Colombia Diversa. Comunicado conjunto entre organizaciones LGBT y la delegación de paz de

las Farc. 08 de noviembre de 2016. http://bit.lv/2f30thy

-Hermanos gay denuncian brutal golpiza de pandilla en Lo Prado. ADN Radio Chile. 8 de

octubre de 2016. http://bit.lv/2epfsqw

- Aumentan crímenes de odio en Inglaterra tras el Brexit. Telesur. 13 de octubre de 2016.

http://bit.lv/2eeLmGc

-"Aquí no hav una guerra con los evangélicos", directora de Colombia Diversa. Vice Colombia.

12 de octubre de 2016. http://bit.lv/2eVi6U9

-Corte Constitucional dejó en firme la “ley Rosa Elvira Cely”. Diario El Espectador. 08 de junio

de 2016. http://bit.lv/1ZvFDXR

-Defensoría condenó aparición de panfletos amenzantes en colegios. Radio Santafé. 26 de

febrero de 2014. http://bit.lv/2fCv9qL

-El pánico al enfoque de género. El Espectador. 12 de octubre de 2016. http://bit.lv/2dvqnbV

-Herrera, N. (2015, junio) No cesa violencia contra LGBT. Diario El Espectador. Recuperado de

http://bit.lv/1S7nkGb

-La violación v muerte de una joven de 16 años que indigna a Argentina. Diario El Tiempo. 17

de octubre de 2016.Bogotá http://bit.lv/2dIOeWv

140
-Las ocho peticiones de los pastores del no. Revista Semana. 15 de octubre de 2016.

http://bit.lv/2e6EIQd

-Mujeres transgénero: la vida en cuatro cuadras. Diario El Espectador. 11 de junio de 2016.

Bogotá http://bit.lv/1VTqEsF

-Martin, A. (2015, abril) Eduardo Galeano, el senti-pensante. Diario El Espectador. Recuperado

de http://bit.lv/2g6fJOu

-¿Vale la pena mantener la sigla Lgbt?. Sentiido. 12 de marzo de 2013 http://bit.lv/2fTWHvF

-1 de 7 personas en el mundo es emigrante o refugiado. Identidad Latina. 03 de marzo de 2015.

http://bit.lv/2fTSgAM

-Viviane Morales. Para los cristianos^- (tweet) http://bit.lv/2eMSLKC

7. Anexos

Anexo 1 Cuadro sinóptico: tipología general de las migraciones

Punto de vista espacial o geográfico

Nacionales (Internas) Rural-urbanas

Urbana-rural

Interurbanas

Interrurales

Internacionales (externas) Intercontinentales

Intracontinentales

141
Punto de vista de sus causas:

Forzadas Políticas Guerras/ Persecusiones

Económicas Crisis/ desempleo agudo

Voluntarias Económicas

Sociales

Individuales

Anexo 2. Derecho de petición enviado a la Personería de Bogotá.

Anexo 3. Derecho de petición enviado a la Secretaría de Salud, Subgerencia de servicios de

salud Centro Oriente

Anexo 4. Derecho de Petición enviado a la Secretaría Distrital de Salud

Anexo 5. Derecho de Petición enviado a la Secretaría de Integración Social

Anexo 6. Derecho de Petición enviado a la Subdirección para Asuntos LGBT del Distrito.

Anexo 7. Derecho de Petición enviado a la Policía Nacional, Área de derechos Humanos.

Anexo 8. Documento de Consentimiento Informado de Bladimir Morales, firmado el 22 de

octubre de 2016

Anexo 9. Documento de Consentimiento Informado de Andrea Alexandra Fuentes, firmado el 10

de septiembre de 2016

Anexo 10. Acuerdos de Paz en perspectiva Trans

142
Anexos

Anexo 2

Personería PERSONERIA DE BOGOTA 07-11-2016 04:1620


de Bogotá, D. C Al Contestj i C u Esw Nr O lF o il ArxtiO

ORJ60J Oreare S t t w r*Cl PARALA DEFtNSADE IOS DERECHOS N


DESTINO: Dostiro: PERSONA NATURAUHflfNACALLE
ASUNTO: Apunto RESPUíATAA DERECHO DE PtnOONMPFTRAÜO
Bogotá, D.C.

Señora
HELENA CALLE *
CALLE 160 N* 60 - 07. INTERIOR 9. APARTAMENTO 702 1
Ciudad .
i
Ref. Solicitud información ER 317611 /2016

Respetada señora:

En atención a su petición interpuesta ante ésta entidad, de manera atenta me


permito dar respuesta:

1, ¿Cuántas personas pertenecientes que se identifican como 'transgeneristas" o


transexuales residen en Bogotá? Por favor diferencie entre mujeres trans y
hombres trans. Si el dato no está disponible o no existe, por favor explicar ¿por
qué? ’ '' "

En nuestra condición de órgano de control y en atención al Informe Anual de


Derechos Humanos, et cual se surte de la información suministrada por cada una
de las entidades encargadas de ejecutar las políticas públicas, la Dirección de
Diversidad Sexual de la Secretaría Distrital de Planeación nos suministró la
siguiente información: *.

‘En relación con la pregunta que hace referencia al número de personas que se
Identifican como 'transgeneristas" o ‘transexuales* que residen e/? Bogotá
diferenciado por mujeres y hombres transgeneristas se informa que la Encuesta
Bienal de Culturas 2015 tuvo como población objetivo personas de 13 años o
más residentes en la zona urbana residencial estratificada de Bogotá y el tamaño
de la muestra fue de 15.674 personas, el lugar de recolección la zona urbana
residencial estratificada de Bogotá y su aplicación se realizó entre junio y
septiembre de 2015. En la Encuesta se realizó una Indagación demográfica de
los sectores LGBTI que indicó que en Bogotá la población estimada e s de 58.562
personas homosexuales. 57.813 bisexuales, 643 intersexuales y 3 715
transgeneristas, para un total de 119.893 Desagregado por sectores sociales se
estima que en la ciudad hay 41,826 hombres gays, 16 436 mujeres lesbianas,
44.413 mujeres bisexuales, 13 400 hombres bisexuales, 2.420 Mujeres
transgeneristas y 755 hombres transgeneristas."

------------------------ ------------ -— —------— -—-...... ....... Al’servido de la ciudad


Curcn7N-21-24Bcsou ColomM» . Conmutan«-|S71)Ma0450/80 . CotUcopostal 110311. Linca1« 24horas
wnrwsMwcancrfafeosatnimvco * f } P r n o a n a <U, - Q a h r U M t liliV

143
Personería ¡ |¡ 9
de Bogotá, D. C.
S é re m itió a la
S e c re ta ria de
Jom athan L a d in o A b u s a d a l.g fu e rz a G o b ie r r u
S e s o lic ito a
S e c re ta ria g o b ie rn o
J c h a n a A g u ils r y Dan,na J u fe th LTuque P re s u r to c u s o d e a b u s e p o lic ia l s e p ro g ra m e c i r i
L a u ra W e iriü tra n
se ria ló q u e el c a s o y a
e s la te i b a jo el
COnocim e n lo d e la
S e c re ta ria de
G o b ie rn o , s itu a c ió n
q u e lú e c ó rfir.'n a d a
c o r D ia n a Roa.. L a u ra
C in c o P e rs o n a s T ra n s g é n e ro A g re d id a s W tin s te in s e fia ló qu e
A b u s o d e la tu e rz a
n u te n ia a u to riz a c ió n
p a ra re p o rta - e llc a s o
PDr e ! m ó d u lo do
d o n jn d a y p e r ta l
ra z ó n s e n e g ó S
SLrnimist.-ar d a lo s
e s e n c ia le s p a ra llo v e r
a c a b a la c e n u n c ia d e l
c a s o p o r el ir úd j.c-.
S o re m ite él c e s o a la
S e c re ta ria o e
M u je re s Ira n s g é n e ro a g re d id a s A b u s o d e le 'u e rz a G o b ie rn o

Otras entidades competentes en el tema son: Dirección de Derechos Humanos y


Apoyo a la Justicia de la Secretaría Distrital de Gobierno, Fiscalía General de la
Nación, Secretarla Distrital de Integración Sodal -Unidad Contra la
Discriminación y a la Dirección de Derechos Humanos de la Policía Metropolitana
de Bogotá.

4. ¿Cuántas mujeres transgénero han muerto en los últimos 20 años en' Bogotá?
Por favor difiera por causa de la muerte. Si el dato no está disponible o no existe,
por favor explicar ¿porqué?

La Personería de Bogotá, no lleva estadísticas de asesinatos por ningún tipo


de causa, para estos datos se puede acudir a la Policía Nacional y/o Instituto
Nacional de Medicina legal y Ciencias Forenses.

------- ----------------------------- ------------------ -- ---------------- A I s e r v t c ío d e La ciu dad


7 N ° 21 - 24 Buco t i Colom bia . ttxunutbdui (571» 382 0450/80 • CoiK *o Portal 110311 • L in a , 143 - 24 h o ra»
w w • f ] P u o n n o u do Bostíti • q «P e r a o n c r t ib u

144
Personería
de Bogotá, D. C ijlfp i

La Dirección de Diversidad Sexual tuvo conocimiento de dos casos sobre muerte


de mujeres transgeneristas en los años 2015 - 2016, frente a los cuales se
adelantaron las sigurentes acciones: "

NOMBRE Y
TIPO DE CASOS ACCIONES ADELANTADAS
A PELUDOS
S e remitió caso a la Secretaría Distrital de
Caso - Gobierno para que se convoque a un
Homicidio Comité Interinstitucional de Reacción
Mujur Inmediata. Se convocó a la mesa y so
Presunto caso de
1 ransgénero- han adelantado diferentes acciones. Por
abuso de policial
Avenida parte de la Unidad Contra la
Ciudad De Discriminación se formulo solicitud de
Cali sanción disciplinaria a las y los policías
implicados en el caso.
Informan del Se realiza traslado de la petición g la
Mañane la homicidio de Sara Fiscalía General de la Nación, para
Dusan - nombre identitario valoración de fa colaboración ofrecida por
nombre de John Wilmer los ciudadanos mencionados y sea tenida
¡dentitario de Duarte mujer en cuenta pana aclarar los hechos.
John Rojas- y transgenerista
Nicolás Lara residente en el
Leguizamón Barrio Vjjia Elisa de
la localidad de Suba

5 ¿Cuál e s el protocolo fijado para funcionarios públicos a la hora de recibir


denuncias de violencias en el marco del conflicto armado por parte de personas
transgénero en Bogotá? Si el dato no está disponible o no existe, por favor
explicar ¿porqué?

Cada entidad maneja sus propios protocolos en el momento de recibir denuncias


de violencias en el marco del conflicto armado
%
6. ¿Cuál es el protocolo de atención definido por su institución para personas
transgénero victimas de desplazamiento forzado en Bogotá?

La gestión de la Personería de Bogotá e s de información, articulación e


intermediación frente a las entidades que están encargadas de aplicar las
acciones afirmativas en procura de garantizar los derechos para ésta población

......—........... — ------------ — ---- -------- --------- --------- . .. A I s e r v ic io d o la ciu d a d


C*rr«M 7 N° 21 - 24 Bogotá - Colombia . Conmutador CS71) 382 OrfSO/SO • Oxligr, Portal 110311 . U rna 143 - 34 h o ra
w w w .pw ioneíljboflaia*av» • O PuM xw dj d* Bogoti • O aferionnU lM x

145
Personería | 3 |
de Bogotá, D. C. j^ p jg

En e s e orden de ideas, se gestiona albergue con Casa Refugio LGBT (te la


Secretaría de Gobierno y para la atención e inclusión de la comunidad LGBTI a
los programas que ofrecen la Secretaria Distrital de Integración Social y la
Secretaría Distrital de la Mujer. "

7. ¿Cuáles son las localidades con mayor presencia de personas transgénero en


Bogotá?

En io que atañe a las localidades con mayor presencia de personas


transgeneristas en Bogotá, la Encuesta Bienal de Culturas publicada en el año
2015. encontró que de fas 3.715 personas transgeneristas identificadas en
Bogotá, so ubican en las siguientes localidades principalmente:

LOCALIDAD PERSONAS PORCENTAJE DE


TRANSGENERISTAS e q u iv a l e n c ia
RESIDENTES
Usaquén i.03a 27.9%,
Rafael Uribe 770 20.7 %,
Uribe
Santa Fe "1¡~B32 17.0 %
Fontibón 414 H 11.1 %

0 óQué ced id a s de atención y reparación están estipuladas para atender a las


personas transgénero victimas de la violencia en ei marco del conflicto armado en
Bogolá7

El procedimiento empleado en la Oeleggda para la Protección de las Victimas e s


el si guíente: \
h
S e verifica si la persona e s víctima del conflicto armado e inscrita en la Reolstro
Unico de Victimas (RUV).
S e ofrece a nivel psicosocial la siguiente atención:

Intervención en criéis

“ ““ ' ---------- ---------------- — ----------------- —----------------------- A l s e r v ic io la . c iu d a d


C **-V „ „ T 7 N -2 1 c a n a i. - n m m r t.m m a )3 a a w a v w » a a m m u m m . U M .H 3 S 4 h c rM

146
Atención en psicología (4 sesiones), se busca guiar a las personas sobre la
reonentactón del proyecto de vida y empleabilidad, cabe señalar que no tiene
enfoque glmrco terapéutico.

Se tiene en cuenta rutas servicos que se □ferian dosele las entidades deí
Distrito Capital. Ejemplo: Articulación con el Sena para la Inclusión de las víctimas
a los programas que ofrece la agencia pública de empleo

9 ¿Qué medidas de atención y reparación están estipuladas para atender a las


personas transgenero victimas de desplazamiento forzado en Bogotá?

La información completa frente a éste punió e s competencia exclusiva'de la Alta


Consejería para las Victimas, ente encargado para la atención de las víctimas e
el DBlrito Lapílal que puede brindar la información requerida sobre temas de
atención humanitaria (inmediata, de transición de emergencia) reparación
individual, colectiva de las personas transgénero victimas de violencia en
marco del conflicto armado y desplazamiento forzado

Conforme a las anteriores consideraciones, espero haber dado respuesta a las


inquietudes planteadas en el derecho de petición.

Atentamente!

LUZ ES GARCIA FORERO


Pers enera De ada para la Defensa de los Derechos Humanos

0G 5

A I s e r v ic io d e la c iu d a d
7 K T 21 - VA • Cunnrutador (571) 3B2 0450/00 ♦ CotUwo Post i l 110311 • Linea 143 - 24
- SI ísersw«Ia d* Erwnt.-i . - J '■-±:. _ú i t f U b t n

147
Anexo 3

148
ALCALDIA MAYOR
DE BOGOTA D C

a l S is b e n y c u a n t a s t i e n e n EPS?
¿ C u á n ta s p e r s o n a s T r a n s e s t á n a filia d a s

d e 2 0 1 6 . e l S e r v ic io A m ig a b le p a r a
D u ra n te e l pe rio d o s e p tie m b re d e 2 0 1 4 a julio
tr a n s g é n e ro , a t e n ^ ó m e e r s o n a s t r a n s g e n | W
p o b la ció n L G B T I con é n fa s is e n p e rs o n a s
encuentra afiliada a EPS
(551 m u je re s tra n s y 5 3 h o m b re s tra n s ). d e e s te total el 5 0 % ^ s e
S Ä Ä Ä iriediante éfcúaTíá población más pobre
slñ capacidad de pago ltBñfTacceso a tos servicios de salud a través de un
ofrece el Estado, para afiliarse al Régimen Subsidiado de Salud debe tener p
encuesta SISBEN que quiere decir Sistema de Selección de Beneficiarios y p erm ite
establecer en qué nivel se encuentra Esta encuesta es la puerta de entrada a os
Estado para las personas con mas
programas sociales que ofrece
necesidades'(S e c r e ta r ia D istrital d e S a lu d )

El otro 3 5 % d e las p e rs o n a s tr a n s g é n e r o ^ e e o c u e n tra n -a filia d a s a l R e g im a n _ C o n trib u tiy Q-------------


Es un conjunto de normas que rigen la vinculación de los individuos y las fam ilias a l
Sistema General de Seguridad Social en Salud, cuando tal vinculación se hace a través
del pago de una cotización , individual y familiar o un aporte económ ico previo financiado
directamente p o r e l afiliado o en concurrencia entre este su em pleador A I R egim en
Contributivo se deben afiliar las personas que tienen una vinculación laboral, es decir,
con capacidad P-KIO c o m o trabajadores formales independientes, los
pensionados y sus familias. "(S e c re ta ria D istrital d e S a lu d )

o tro 1 7 % d e las p e rs o n a s tra n s g é n e ro no c u e n ta con a filia ció n a .n ingún s is te m a d e


salu d (n o a s e g u ra d o ) D e n tro los p o s ib le s m otivos por los c u a le s la p o b la c ió n m a n ife s tó
n o fé n e r u ñ a a filia c ió n al ré g im e n de salu d S u b s id ia d o son por fa lta d e c o n o c im ie n to p a ra
solicitar la e n c u e s ta S IS B E N a lg u n a s p e rs o n a s ya solic ita ro n la e n c u e s ta p e ro n o h a n
r e a liz a d o los trá m ite s , solicitaro n la e n c u e s ta pe ro e s ta p e n d ie n te la re a liz a c ió n d e la
visita, o tra s p e rs o n a s m a n ife s ta ro n q u e y a les a p lic aro n la e n c u e s ta p e ro e s ta p e n d ie n te
e s c o g e r u n a E P S , otra s p e rs o n a s tie n e n un p u n ta je m a y o r d e 5 4 .6 y o tro s q u e d a r o n
d e s e m p le a d o s y no pu d ie ro n s e g u ir c o tiza n d o , fin a lm e n te , o tra s p e rs o n a s m a n ife s ta ro n
q u e te rm in a ro n sus c o n tra to s lab o ra les

F in a lm e n te , el 0 .2 % , e s decir, u n a m u je r tr a n s g é n e ro se e n c u e n tra a filia d a al R é g im e n )


E s p e c ia l (P erfil E p id e m io ló g ic o S e rv ic io A m ig a b le p a ra p o b la c ió n L G B T I)

Cordia m ente

K L IN A IVl K ) 1Î LC E R R A C O N n i l RAS
Asesor De Ser De Salud
Subred Integrada tic Servicios de Salud Centro O riente

uooiiente gov cc gO T A
9666
M E JO R
Es/amos en periodo de transición PARA T O D O S

149
ALCALDÍA MAYOR
DE BOGOTÁ D.C.

UrwSid0»Stnoot 0* 9»u0SwiCitWi*
En la secretaría Distrital de Salud, no se recepcionan denuncias por Abuso Sexual, razón
por la cual se le recomienda elevar dichas inquietudes a las entidades competentes como
Medicina Legal, Policía Nacional o Fiscalía general de la Nación.

4. ¿Cuáles son las causas de muerte más comunes entre personas Transgéne­
ro, sobre todo mujeres Transgénero y cuantos individuos han fallecido a
causa de cada una de éstas variables?.

La única entidad con competencias para determinar la Causa de muerte de cualquier


persona, independientemente de su orientación sexual Género o Sexo es Medicina
Legal En tal sentido se le sugiere elevar la consulta a dicha entidad

5. ¿Cuál es la esperanza de vida de una persona Transgénero en Colombia?

a , pob,ación ,cr biana son


Administrativo Nacional de Estadística id a n f t , 1 por el Departamento
consulta a dicha entidad del orden Nac^onal^^ “ 56 ,e Sug,ere elevar la

6. ¿Cuál es la esperanza de vida de una persona Transgénero en Bogotá?

En el mismo sentido de la respuesta asociada a la pregunta numero 5

7. ¿Cuantas personas Transgénero han muerto por tuberculosis en lo«


5 anos? Por favor diferencie por año y en segundo archivo Si haw tln! OS
de edad por favor mencionarlo. hay promedio

Distrital deSalud a t a v é T í s í ^ P°r la Secretaría

por Tuberculosis. En

8- ¿Cuántas personas Transgénero han


fizadas? atendido por cirugías estéticas mal i

f -«cpc^on ,,6 ,Iínso6n. m


de 2015 hasta julio 15 de 2016 ormac'°nes corporales, durante el periodo enero 01

150
ALCALDÍA MAYOR
DE BOGOTA D.C

RfA'ÉfTlf I»-jrm o n .ia c w U í.

Ajwirt

áTnredminvo dr •.

Enrojecí4 ,0 .0 « M l M *

Dolor yAnlof »oc*

Necr <&'. a t TCjtfJû 114'

IrtfecooiqesTeniorwiv.n'

F u e n te Perfil E p id em io ló g ico S erv icio A m ig a b le p a ra p o b la c ió n L G B T I

G r á f ic o 1 : D is tribución d e los s in to m a s h a lla d o s e n p e rs o n a s con s e c u e la s d e las


tra n s fo rm ac io n e s c o rp o rale s
D e las p e rs o n a s q u e p re s e n ta ro n re ac ció n a d v e rs a a las tra n s fo rm a c ió n c o rp o ra le s
te n e m o s q u e el 9 8 % son m u jere s tra n s g én e ro , el 1 % un h o m b re c is g e n e ro y e l o tro 1 A
u n a m u jer c is g é n ero E n el c as o particular del h o m b re c is g é n e ro fu e a s e s o ra d o p a ra
c o n o ce r el p roc edim ien to p a ra revertir el pro c es o d e h o rm o m za c ió n y e n e l c a s o d e a
m u jer c is g é n ero bu s ca n d o una solución a su p ro b le m a estétic o .
El á re a a n a tó m ic a q u e m ayor p o rc e n ta je p re s e n ta c o m o e fe c to d e las tra n s fo rm a c io n e s
corporales son los glúteos con 8 7 % (1 0 1 p e rs o n a s ), y el 1 2 % c o rre s p o n d e a la
com plicaciones e n tre glúteos y m a m a s E s im p o rta n te te n e r e n c u e n ta q u e c o m o o rig e n
prim ario son los glúteos y por e fe cto del d e s p la z a m ie n to d e las s u s ta n c ia s a p lic a d a s
m igran a otras p a rte s del c uerpo c om o son m uslos, rodillas tobillos, p ie rn a s , re g ió n
genital, región lum b o s ac ra, región dors al y región d e la c a ja to rá c ic a c o n s u re s p e c tiv a
sintom atologia y com plic ac ione s

D e a c u e rd o a lo q u e los usu ario s (a s ) re p o rta n e n un alto p o rc e n ta je u tiliza n s ilic o n a


industrial, la cual se a plica d ire c ta m e n te a tra v é s d e p ro c e d im ie n to s e m p íric o s a r te s a n a le s
con unos c uid ados e sp e c ífic o s d e m o ld e a m ie n to y sin n in g u n a m e d id a d e a s e p s ia y
antisepsia (P erfil E pidem io ló g ico S erv icio A m ig a b le p a ra p o b la ció n L G B T I, 2 0 1 6 ) .
9. ¿ C u á n ta s p e r s o n a s s e h a c e n c ir u g ía d e r e a s ig n a c ió n d e s e x o e n C o lo m b ia ?

E sta inform ación por s er del ord e n n a cio n a l s e s u g ie re e le v a r las c o n s u lta s n e c e s a r ia s al


Ministerio de S alud y P rote cc ión Social

10. ¿ C u á n ta s p e r s o n a s s e h a c e n c ir u g ía d e r e a s ig n a c ió n d e s e x o e n B o g o t á y
q u e e n tid a d e s p ú b lic a s y p r iv a d a s o fr e c e n e s t e s e r v ic io ?

contributivo v ^ i n i i i L c ^ i í ™ 3 0 0 " Sea S 0,icitada a ,as EPS de r é g im e n s u b s id ia d o ,


procesos De las e n h d a d e rrtCaS d e C'rU 9ia p n ''a d a s ' p u e son q u ie n e s r e a liz a n e s to s
• Hospital S an José * r e 9 'm e n s u b sid ia d 0 s e h a n id e n tific a d o las s ig u ie n te s :
Cía S N» 33 A- 45
lo i 2850340 I
esoMnooonente gov ctl
>"lo Linea 3 6 4 9 6 6 6 1 bog O TÁ
Estamosrtnperiodoa M EJO R
PARA TODOS

151
152
Anexo 4

SECRETARIA DISTRITAL DE SALUD 29 09-201« 02:W :41

ALCALDÍAM AYá^01* 551** N° O 1FolsO Anex.O Rcc:3


DE BOGOTÁ 0<Í>RIGEM: 011100SUBDIRECCION 0€ DETERMINANTES EN SAI
=» C » -* mi¿ - - ; OBSTINO. PERSONA PARTICULAR'HELENA CALLE

011100 TRAMITE: OEIC IO S-REQU ER IM CN TOS


ASUNTO: RTASDQS1656242016
Bogotá D.C.

Señora
HELENA CALLE
Calle 160 # 60-07 Int 9 Apto 702
helenitam.calle@qmail.com
Ciudad

Asunto: R espuesta al requerimiento SDQ S 1658242016

R espetado señora Helena:

Por e ste medio nos permitimos dar respuesta a su solicitud haciendo la claridad
que los diferentes sistem as de monitoreo de eventos d e interés en salud pública,
estad ísticas vitales y procedimientos en salud siguen directrices nacionales por lo
cual existen limitaciones por parte de la entidad territorial para hacer la inclusión
que permita reconocer la afectación en salud o a cceso en servicios por parte de
poblaciones diferenciales.

1. ¿ C u án tas p e r s o n a s tra n sgén ero han m uerto de forma violenta en lo s


últim os 30 a ñ o s en B o g o tá ? Por favor diferencia por año

Rta. En los sistem as de registro y monitoreo de estadísticas vitales (nacimientos y


muertes) no s e encuentra incluida la variable identidad de género o alguno que
permita definir que la persona corresponde a una mujer u hombre transgénero, por
lo anterior no e s posible dar respuesta a su inquietud S e sugiere elevar la solicitud
al Instituto Nacional de Medicina Legal

2. ¿ C u án tas MUJERES tra n sgén ero (e s decir, hom bres que han h e c h o un
trán sito hacia lo fem en in o) han m uerto en B ogotá en lo s últim os 30 a ñ o s ?
Por favor d iferen cien por año

Respetado Ciudadano - Ciudadana La Secretaria Distrital de Salud con el propósito de mejorar La atención que brinda en su Sistema
de Quejas y Soluciones am ablemente lo minia a darnos su opm»ón y sugerencias en la EN C U ESTA V IR T U A L Que hemos dispuesto
para usted en el knk •♦tito •I|*.i p p saludcaoilai oow CQ'encueslas.'index p h p ^ s id = 72534 Para contestar la encuesta y si también Quiere
conocer cómo vamos en los resobados do la encuesta debe digrtar como contraseña el número que le asignaron a su petición o
requerimiento. Sus com entaros nos comprometen a mejorar, no le tardará m ás de 4 minutos el responderla. M UC HAS G RACIAS*

C-- JM
Vm CJNV
n/JO
12-61
awawLdcophl 911co
^ tf* BOGOTÁ
Into Linea 1%
oar o a
M EJOR
PARA TO DO S

153
ALCALOtA MAYOR
DE BOGOTÁ DC
s fc w n s iiA C * ¿*Tu d

Rta. En los sistem as de registro y monitoreo de estadísticas vitales (nacimientos y


muertes) no s e encuentra incluida la variable identidad de género o alguno que
permita definir que la persona corresponde a una mujer u hombre transgénero, por
lo anterior no e s posible dar respuesta a su inquietud.

3. ¿C uántas d en u n cias por ab u so sexual por parte de p erso n a s transgénero


han recibido en lo s últim os 30 añ o s en B ogotá? Por favor diferencia por
año

Rta. En el sistema de vigilancia epidemiológica de la violencia intrafamiliar, el


maltrato infantil y la violencia sexual - SIVIM, no se encuentra incluida la variable
identidad de género o alguno que permita definir que la persona corresponde a
una mujer u hombre transgénero, por lo anterior no e s posible dar respuesta a su
inquietud

4. ¿C uáles so n las c a u sa s de muerte m ás co m u n es entre las p erson as


transgénero, sob re todo mujeres transgénero y cu an tos individuos han
fallecido han fallecido a cau sa de cada una de e sta s variables?

Rta. En los sistem as de registro y monitoreo de estadísticas vitales (nacimientos y


muertes) no s e encuentra Incluida la variable identidad de género o alguno que
permita definir que la persona corresponde a una mujer u hombre transgénero, por
lo anterior no e s posible dar respuesta a su inquietud,

5. ¿Cuál e s la esperanza de vida de una persona trangénero en C olom bia?

Rta. A esta pregunta le corresponde dar respuesta al DANE como instancia


nacional encargada del análisis demográfico

6. ¿Cuál e s la esperanza de vida de una persona trangénero en B ogotá?

Rta. Como se mencionó anteriormente la variable identidad de género no se


encuentra incluida en los sistem as de registro de estadísticas vitales, razón por la
cual no e s posible hacer este tipo de análisis

'Respetado Ciudadano - Ciudadana. La Secretaria Distrital de Salud con el proposio de mejorar la atención que bnnda en su Sistema
de Quejas y Soluciones amablemente lo invita a damos su opinión y sugerencias en la EMCUESTA VIRTUAL que hemos cfcspuesto
para usted en el f c * http ^fapp.satudcapiiai gov cotencuestasteidex php7*id=72934 Para contestar la encuesta y si también quiere
conocer cómo vamos en los resultados de la encuesta, debe digitar como contraseña el numero que le asonaron a su petición o
requerimiento. Sus comentarios nos comprometen s mejorar no le tardara más de 4 minutos el responderla M UCHAS GRACIAS'

Cra 37 No 12-41 9
T*:»4*>$e BOGOTA
Info. Linea 193
M EJOR
PA RA T O D O S

154
ALCALDÍA MAYOR
DE BOGOTÁ D C.
&fcCWtr«*iADl5ALUO
7. ¿C uántas p erso n a s transgénero han muerto por tu b ercu losis en los
últim os 5 a ñ o s? Por favor diferencie por año y en un se g u n d o archivo. Si
hay un prom edio d e edad, por favor m encionarlo.

Rta. En la actualidad el aplicativo de monitoreo del Programa de Nacional de


Tuberculosis no cuenta con la variable identidad de género, razón por la cual la
información no está disponible.

8. ¿C uántas p erso n a s transgénero han atendido por cirugías e sté tic a s mal
realizadas?

Rta. Si bien e s cierto, el sistema de información de la Dirección de Provisión de


Servicios de Salud -D P S S brinda información sobre atenciones, no determina
características particulares por individuos, e s decir que no e s posible dar
respuesta bajo los criterios definidos en este ítem

Por ello s e dará traslado a la Unidad Prestadora de Servicios de Salud -UPSS


para que s e dé respuesta de fondo a la peticionaria,

9. ¿C uántas p e rso n a s transgénero han muerto por cirugías e sté tic a s mal
realizadas?

Rta. Con b a se en los datos que suministra el sistema de información disponible en


la DPSS, no e s posible brindar información sobre personas fallecidas, por lo que
s e elevará la consulta a las Unidad Prestadora de Servicios de Salud -U PSS de la
red pública para que se dé la respuesta de fondo directamente a la peticionaría.

10. ¿C uántas p erso n a s s e hacen la cirugía de reasignación de s e x o en


C olom bia?

Rta. Dado que e s una pregunta del orden Nacional, e s competencia del Ministerio
de Salud y Protección Social dar respuesta a este ítem.

Respetado Ciudadano - Ciudadana. La Secretaria Distrital de Salud con el propós<o de mejorar la atención que brinda en su Sistema
de Ovejas y Soluciones, arab lem ente k> Invita a darnos so opinión y sugerencias en la ENCUESTA VIRTUAL que hemos dispuesto
para usted en el link: hflp W » pp saludcapila» gov cotencuestas/.ridcx php'>s»d=72934 Para contestar la encuesta y si también quiere
conocer cómo vamos en los resultados de la encuesta debe digitar como contraseña el numero que le asignaron a su petición o
requerimiento Sus comentarios nos comprometen a mejorar, no le tardará más de 4 minutos et responderla. M UCHAS GRACIAS*

Cu S?Noí*-«1
T -l J fc í-K W
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i-v*o Linca
M EJOR
PARA TO O O S

155
156
Anexo 5

157
Anexo 6

Cod.no i i is si h is ■■t
PROCESO OIRECClONAMIENTO DE LOS SERVICIOS SOCIALES
PROCEDIMIENTO
rn u c c u im ic n i u . PARA
r-Mfs« EL
c l TRAMITE
i n « " " ■>- DE REQUERIMIENTOS
— ....... - V ersio n 3
CIUDADANOS A TRAVES DEL SISTEMA DISTRITAL DE QUEJAS T F e rh a .1" «k »t¡n*l»« «ti

F O R M A T O : P A R A R E G IS T R O D E R E S P U E S T A S
A R E Q U E R IM IE N T O S C IU D A D A N O S .

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In I / O ! D is t r it o D iv e r s o
ni pain asuntos I .lilt
u ln a al'illitad por tl»•

I ti o te sentido. In atención integral a pi


ii.i,luce en un coitiunto de accione'» dit caminadas . blindar
VtviicMii Integral a la l)i\eisidad Sexual tl AIDSlí) i desde U
l«is sectores sociales I lilt 11. las cuales ci in modalidad de desan psieosocial ü<
»s: Iles .tn a cabo asesorías psicológicas sis inl. ile pareja > grupal. .ompadainieul
•i-il'.ii»■ social ademas, se reali/aii
A rU D t NOS A M l JO N A H
el fin de co n o c e r su opinión re s p e c to al tra m ite de este re q u e rim ie n to le in vitam o s a in g re s a r a la
de w w w in le g ra c io n s o c ia l.g o v .c o -lln k e v alu ació n d e o n c u e s ta s S D Q S , co n el n u m e ro d e
nto p ara c o n te s ta r u na e n c u e s ta . El in g reso al link lo p o d ra r e a liz a c in c o (5 ) d ías d e s p u é s de
c s e n le co m u n icació n y c o n ta ra con 9 0 días p a ra d ilig e n c ia r la e n c u e s ta
G ra c ia s p o r s u a p o r te

laSanMait.n lesiono i ? 7 9 / '> Inlounacron l

158
PRporv-S
PROCFOIM cCÍ > , .icm
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u uc SERVICIOS SOCIALE
SOCIALES Código
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? PARA EL TRAMITE DE
'™ " " i c u REQUERIMIENTOS
t KtUUfcKIMIENTOS Version
CIU DADANOS A TRAVES DEL SISTEMA DISTRITAL DE QUEJAS Y
Fecha. JU ili
SOLUCIONES (SDQS!
Pagina 2 de '

FORMATO: PARA REGISTRO DE RESPUESTAS


A REQUERIMIENTOS CIUDADANOS

se real i/a identificación. canali/ación. seguimiento \ monitoreo de cuso* de vulneración di


m iH ln lk lu iic s .
derechos de personas de los sectores sociales l.dBII. en atención a I lin ca m ie n to
p n 'c e d im ic itu ts de la S ecretaria D istrital de Integración Social

¡i-« d el c o n flic t

I ( U til es el p r o to c o lo fija d o p a ra fu n c io n a rio s p ú b lic o s a la h o ra de r e c ib ir d e n u n c ia » i l i ­


v io le n c ia a je n a s a l c o n flic to a rm a d o p o r p a rí de p e r

D e tando c la ro q ue la S D lS d entro de su m,s>onandad no cu en ta con la o bliga ció n de rea izar


De|a 00 _c. : - - p en ales ~ o d iscip lin arias m
conntra
. r * m«;
ios mm .«m
iem bros
b ro s de
de «a fue rza pubi-ca d eb e m e n cio n a rse que
n vesugaciones
las alia nza s n ece saria s p ara p on er en c o n o cim ie n to
la S u b d ire cció n p ara a su n to s LGBT ha generaao
las e ntid ad e s e nca rg a d a s de prestar e ste tipo atención

La U C D al te n e r co n o cim ie n to de e sta s a cciones anega la rm a o o n a la S e cre ta ria D istrita l di


las p erso n a s q u e de m a n era vo lun tan
é rñ o V T á D'e fensona del P ueblo ade m a s de acom pa sar a
!a F isca lía G e n e ra l de la Nación
decid e n interponer d e n u n o a
o rre sp o n sa b ilid a d re a liza r seg
La p erson a v ictim a de a b u so de la fuerza tiene co m o a cuerdo de
s d en un cia s que sie nd o de c a rá cte r penal y discip lin ario cu rse n en las d iferente
a tención d ire cta por parte de las e ntid ad e s que na d efin id o ei E sta d o C o lo m b ian o
g a ia n le s de los d e re ch o s d e tod a s las personas

:D re a b e m lo rm a a o n de ca so s de abuso de >a lu e .za por parte de


__ ___ a n irte rt.»crtc nup <i p f u e n te con la in io iiiio w v fi
D istrital o N a cio na l rea liza co m u nica ció n con la p ersona en los ca sos q ue se cuente
suficiente y hace a com pa ña m ien to de la interpo sició n de d e n u n c a s en las in stala cio n es del
acó
capí

c js o de contar con el num ero de d en un cia se hace un seguim iento ai caso

d istrito e xisten
Xisien d
onerenies
ife re n te s n
.etM
staiiw
n ca as m
n nter.nstitucionales
c" ^que __ ... i,,pn “ íuerz
nacen segu im ien to a ca sos de abuso de la tuerza por parte de m iem bros de

A YU D EN O S A M E J O R A R
iuntam os a mgres
de conocí;« su opinion re s p e c to al tra m ite de e s te req lerim ie n to le el num ero do
in teg ra c io n s o c ia l gov co evalu ació n d e e n c u e s ta s SDQS días después d*-
co n te s ta r u na en cu e s ta El ingreso al link lo p o d ra re a liz a c in co (&)
ucacion y c o n ta ra con 9 0 días p a ra d ilig e n c ia r la en cu e s ta
G ra c ia s p o r s u a p o n e

T.Wloco 227V7ÍT

159
PROCESO DIRECCIOÑÁMIENTO DE LOS SERVICIOS SOCIALES Cocl.go i IS.SI M
PROCEDIMIENTO PARA EL TRAMITE DE REQUERIMIENTOS ¡ Versión 0 .
CIUDADANOS A TRAVES DEL SISTEMA DISTRITAL DE QUEJAS Y Fecha .»» di ai:»'»" d*' I " 1 ‘
SOLUCIONES (SDQS) Pagina 3 de I

FORMATO: PARA REGISTRO DE RESPUESTAS


A REQUERIMIENTOS CIUDADANOS._____ L_ _
El C o m iié Inter,nstituc,onal de Reacción inm ediata (C IR I) Es
liderada por la S ec retaria Distrital de Gobierno en la que se art'Cu V {
para tratar casos urgentes de violación de Derechos de personas ¡.oom oaftam iento de la
En la C IR I se hace seguim iento de casos de abuso de la (uerza con e a p
dirección de D D H H de la Policía Nacional

M e s a Nacional de C asos Urgentes Es una m esa creada para la revisión y


de orden Nacional liderada y convocada po' la oficina a negada pa entidades del
H um anos de la Procuraduría G eneral de la Naoon doñee se art,cu^n diferentes e n c a d e s de
orden nacional rncluyendo algunas de, orden distrital com o a SUBILGBT ™ s,
interaclua con la personaría de Bogotá y la D efensoria del Pueblo frente a casos de v o y
abuso de la fuerza

¿Cuántas denuncias por abuso policial por parle de m u,e-es transgénero hay en Bogotá en los
últimos 30 años"?

npanado
MetK.polnan;i de R<

L i/ 'n / 4c ü 1l - 7

JUR N o p - c o r i . V ’ í. ¿*0.1 H- 'v s ,»M' los o ltfc cié oC!.*»-** i<


,Viyc zona bares LGB1 aproxim adam ente a - •> le la m a ñ an a • tu»
Has físicam ente por agentes de policía I »-sien v d e o s de los n c - '
n las victimas a Ministerio oel Interior S e e n e -o tr a ubicado en K ..... n ' .
H.murc ríe radicado Fecha de los hechos o c tu '»e 18 d e 2 0 1 5 Socio» o
le Cali c o n 38 sur Entre 7 y 8 de la m anat í. D o s m ujeres tiansgrftife
po» agentes de policía
v - a com ía m ujer tiansgeneio en sector de la Prim era d e M a y Je
herida abierta en la c ab e ra No se interpone denuncia por la a f t i i •
»enero agredida físicamente pnr |jarte de un m t-'inbio de la jio w •

i petición haciendo énfasis en la necesidad que tiene de consultar a las


encargo de atender este tipo de casos por delegación normativa com o la
a la Procuraduría G eneral de la Na ion la Fiscalía G eneral de la Nación

. A Y U D EN O S A M E JO R A R
U ' , su re s p e c to ul tra m ite de e s te re q u e rim ie n to le in vitam o s a in g resar a 8
V lT ' * * " ‘n to B ra d o n e o c la l.g o v .c o -lln k e v a lu a c ió n d e e n c u e s ta s S O Q S , con el n u m e ro rio
i ° c o n ' e s la r una e n c u e s ta El in g re s o al lint, lo p o d rá re a liz a c in c o (51 días d e s p u é s de
il<» la p res e n te c o m u n ic a c ió n y
y c o n ta rá con 9 0 dias p a ra d ilig e n c ia r la e n c u e s ta
G r e d a s p o r s u a p o r to

160
Anexo 7

M IN IS T E R IO DE D E F E N S A N A C IO N A L M IN IS T E R IO D E D E F E N S A
POLICIA NACIONAL
TODOSPORUN PGÉolCÍA N A C IO N A ¿

M E T R O P O L IT A N A DE B O G O T Á
NUEVO PAIS
tOUIOAO tOUCAClOH
U nid ad :

No. S-2016 -188178 . M E B O G -D E R H U -2 9 -2 5 R a d ic a d o N o:

R e cib id o por:- tu
F ech a: o i/is p ik H ora: io ■ vo
Bogota d . c .O 7 OCT 2016
S eñor Mayor
H A R O L D V IC E N T E P IN Z O N C A R V A L T H O
Jefe Oficina Atención al Ciudadano M E B O G
Avenida C aracas No. 6-05
Bogota D .C

Asunto: respuesta solicitud información P Q R S 3 1 8 4 9 5

En atención a la solicitud de la referencia, realizada por la señora H elena Calle, periodista


independiente, m uy respetuosam ente m e perm ito inform ar al señor M ayor, lo relacionado en el
ítem No. 8

En qué consiste la capacitación para policías respecto al trato con las personas transgénero?
En que consiste la capacitación para Policías, respecto al trato con personas que ejercen la
prostitución?

Las capacitaciones y sensibilizaciones a policías, no solam ente se dan en el m arco por el respeto
de las personas transgénero y las personas que ejercen prostitución, sino en general a todos los
grupos poblacionales de especial protección constitucional, dejando claridades y especifidades en
la atención con los mismos, teniendo en cuenta un enfoque de diversidad y un enfoque diferencial
en los procedimientos policiales, los cuales se encuentran estandarizados y se desarrollan en
forma transversal de acuerdo con las necesidades y diferencias, en cumplim iento a la Estrategia
No. 4 de Protección a Poblaciones Vulnerables la cual se operacionaliza m ediante la Directiva
Operativa Perm anente 0 03 del 1 1/0 7/2 01 3, donde se establecen los parám etros de actuación
policial, para el despliegue de la m ism a

Es de anotar que entre los grupos poblacionales se encuentran Afrodescendientes, Indígenas,


LGBTI, Mujeres, O N G S Defensores y Defensoras de Derechos Hum anos, Adulto Mayor, Habitante
de y en Calle, Desplazados, Lideres sociales, Sindicalistas y D esplazados

Atentam ente,

Teniente(Coronel S A N D R A Y A N E T H M O R A M O R
Coordinadora Derechós Hum anos M E B O

Feö>a elaboración: 05/10ß016


Ubicacióni. informadón/201BIComúnicaJ

A v e n id a p a ra c a s N o . 6-
A v a n te l: 5*211
Teléfono/: 3 1 7 -4 0 0 8 2 0 8 .
m eb o q .d e rh u @ p o lic ia .q o v -c o
www.policia.qov.co

A p ro b a c ió n : 0 7 -0 4 -2 0 1 4

161
3. Cuantas denuncias por abuso sexual por parte de personas transgénero han recibido en los
últimos 30 años en Bogotá? Por favor diferencie por año

U na v e z c o n s u lta d a la in fo rm a c ió n q u e r e p o s a e n la b a s e d e d a to s S IE D C O d e s d e el a ñ o 2 0 0 3 h a s ta la
fe c h a n o a p a re c e n re g is tro s d e v íc tim a s c o n e s ta c u a lid a d .

4. Cuáles son las causas de muerte más comunes entre las personas transgénero, sobre todo
mujeres transgénero y cuantos individuos han fallecido a causa de estas variables de forma
violenta en los últimos 30 años en Bogotá? Por favor diferencie por año

L a s c a u s a s s o n e n p rim e ra in s ta n c ia h ip ó te s is in ic ia le s d e lo s h e c h o s , e s ta s p u e d e n s e r a c la r a d a s e n el
tra n s c u r s o d e la in v e s tig a c ió n p e n a l, u n a v e z s e a d e la n te n lo s p r o g ra m a s m e to d o ló g ic o s q u e la F is c a lía
G e n e ra l d e la N a c ió n d is p o n g a p a ra e l p e rs o n a l d e p o lic ía ju d ic ia l, p o r s e r p a rte d e in v e s tig a c io n e s p e n a le s ,
n o e s p o s ib le a c c e d e r a e s ta in fo rm a c ió n y a q u e c u e n ta c o n r e s e rv a s u m a ria l.

5. ¿Cuántas denuncias por abuso policial han recibido por parte de personas transgénero?
¿Cuántas de estas denuncias han resultado en un proceso penal?
¿Cuántos oficiales de la Policía han sido disciplinados con base en denuncia por abuso policial
mujeres transgenero discriminación homofobia, cuales han s id o las medidas
disciplinarias?
8. ¿En qué consiste la capacitación para policías respecto al trato con las personas transgénero?
¿En qué consiste la capacitación para policías respecto ai trato con personas que ejercen la
prostitución?

P a ra d a r re s p u e s ta a lo s n u m e ra le s 5 a l 8 s e c o r rió tra s la d o a la O fic in a d e D e re c h o s H u m a n o s d e la


M E B O G y a q u e e s ta d e p e n d e n c ia n o c u e n ta c o n la in fo rm a c ió n re q u e r id a

A te n ta m e n te ,

T e n ie n te STREPO MURILLO
J e fe S e c c io n a l d e In v e s ti

Ela bo ra do por: IT. D ieg o F erna nd o R am os E c h e v e r r y 3 ^ ^


R evisado por: M Y. M aría A n to nia G o nz á le z Quintan
F echa d e e la bo ra ción : 30 /09/2016
U bicación D :\M is docum e nto s\O ficio s Salidos\2016

C a rre ra 1 5 N o . 6 -2 0 , P is o 6 L a E s ta n z u e la B o g o tá
T e lé fo n o 5 5 2 1 1 1 0 E xt. 1 0 0 2 6
meboa.cicri(a)Do!icia.aov.co
w w w .p olicia .q ov.co

= lO N e t

; «J»Icon) o c :
No. IC «MS-• No.CO-SC «MI-

1D S - O F - 0001 P agina 2 de 2 Aprobación: 0 7 /0 4 /2 0 1 4


VER: 2

162
Ü&. MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL íjí* n u p u o p a í^
& ¡¡H P O L IC ÍA N A C IO N A L PAZ EQUIDAD EDUCACION

P J '» D IR E C C IÓ N D E IN V E S T IG A C IÓ N C R IM IN A L E IN T E R P O L
S E C C IO N A L B O G O T Á
í 'osy

No. S-2016- ife G / SIJIN - GRAIC - 1.10

B o g o tá D .C ., 3 0 d e s e p tie m b r e d e 2 0 1 6

S e ñ o ra
H E LE N A C ALLE
P e tic io n a ria
C a lle 1 6 0 N o . 6 0 /0 7 In t 9 A p to 7 0 2
E m a il: h e le n ita m .c a lle @ a m a il.c o m
C e lu la r 3 1 6 8 6 9 6 8 9 1
B o g o tá

A s u n to : re s p u e s ta d e re c h o d e p e tic ió n tic k e t 3 1 8 4 9 5 - 2 0 1 6 0 9 2 0 d e fe c h a 2 0 /0 9 /2 0 1 6

E n a te n c ió n a la s o lic itu d re a liz a d a m e d ia n te d e r e c h o d e p e tic io n a r io y r a d ic a d o e n e l tic k e t re la c io n a d o e n


el a s u n to , d e m a n e ra a te n ta m e p e rm ito d a r re s p u e s ta a lo s in te r r o g a n te s p la n te a d o s e n s u re q u e r im ie n to
d e a c u e rd o a la in fo rm a c ió n re g is tra d a y d is p o n ib le e n la b a s e d e d a to s S IE D C O ( S is te m a d e In fo rm a c ió n
E s ta d ís tic o D e lic tiv o , O p e ra tiv o y C o n tr a v e n c io n a l d e la P o lic ía N a c io n a l), a c la r a n d o e n p r im e r a in s ta n c ia
q u e la b a s e d e d a to s f u e c re a d a a p a rtir d e l a ñ o 2 0 0 3 , y q u e p a ra lo s a ñ o s a n te r io r e s n o s e tie n e in fo rm a c ió n
d e s a g re g a d a p o r to d a s la s v a r ia b le s s o lic ita d a s , c o n ta n d o s o to c o n d a to s c o n s o lid a d o s y q u e p u e d e n s e r
c o n s u lta d o s e n la s p u b lic a c io n e s d e la R e v is ta d e C rim in a lid a d la c u a l s e tie n e a d is p o s ic ió n d e l p ú b lic o e n
e l lin k : h ttp ://w w w .p o lic ia .g o v .c o /p o r ta l/p a g e /p o r ta l/H O M E /p u b lic a c io n e s /r e v is ta _ c r im in a lid a d /p u b . Q u e
e x is te n o tr a s v a r ia b le s q u e s e h a n c re a d o c o n e l p a s o d e l tie m p o p o r la n e c e s id a d q u e tie n e la in s titu c ió n
d e c o n ta r c o n d a to s e s ta d ís tic o s q u e p e r m ita n r e a liz a r lo s a n á lis is y v is u a liz a r lo q u e e s tá a c o n te c ie n d o e n
c a d a u n a d e la s u n id a d e s p o lic ia le s , e n tr e e lla s e l s e g u im ie n to a la c o m u n id a d L G B T I, e n tr e o tro s . E n v is ta
d e lo a n te rio r p a s a m o s a d a rle s re s p u e s ta a s u s in te rro g a n te s d e a c u e r d o a la s c o n s u lta s r e a liz a d a s a s í:

1. ¿Cuántas personas transgénero han muerto de forma violenta en los últimos 30 años en Bogotá?
por favor diferencie por año

HOMICIDIOS REGISTRADOS EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ GRUPO VULNERABLE “TRANSEXUAL”


P e rio d o c o m p re n d id o d e s d e e l 01 d e e n e ro a l 31 d e d ic ie m b r e a ñ o s 2 0 0 3 - 2 0 1 5 y d e l 01 d e e n e r o a l 2 2 d e
s e p tie m b r e a ñ o 2 0 1 6

w
2011
a ÉSSil 3
2014 1

2015 0

F U E N T E S I E D C O D | j | N s iJ IN M E B O G - P O L IC ÍA N A C IO N A L .
D a to s extraídos el día 2 3 de s eptiem bre de 2 0 1 6 , S ujeto s a variación por las d enuncias q u e ing res a n por S ID E N C O al S istem a
P enal O ral.

2. ¿Cuántas mujeres transgénero (es decir, hombres que han hecho un tránsito hacia lo femenino)
han muerto en Bogotá en los últimos 30 años? Por favor diferencie por año.

E s ta re s p u e s ta c o r re s p o n d e al m is m o d a to s u m in is tr a d o e n e l n u m e ra l 1 d e e s te r e q u e r im ie n to

1 D S - O F ~ 0 00 1 P ág in a 1 d e 2 Aprobación: 0 7 /0 4 /2 0 1 4
VER: 2

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M IN IS T E R IO D E D E F E N S A
TODOSPORUN P O L IC IA N A C IO N A L
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL NUEVO PAIS
POLICIA NACIONAL U n id a d : JE.
D IR E C C IÓ N D E I N V E S T IG A C IÓ N C R I M I N A L E I N T E R P O L R a d ic a d o No
S E C C IO N A L B O G O T A
R e c ib id o por:
F e c h a : < X ¡ . - { Q - t s « ( H ora:
No. S-2016- 1 8 4 3 9 Q / SIJIN - GRIAC - 1.10

B o g o tá D . C ., 0 3 d e o c t u b r e d e 2 0 1 6

S e ñ o r a T e n ie n t e C o ro n e l
S AN D R A Y AN ETH M O R A M O R ALES
C o o r d in a d o r a D e r e c h o s H u m a n o s M E B O G
e - m a il: m e b o a . d e r h u @ o o lic ia .a o v .c n
B o g o tá

A s u n to : t r a m ite d e r e c h o d e p e tic ió n H e le n a C a lle t ic k e t 3 1 8 4 9 5 - 2 0 1 6 0 9 2 0 d e f e c h a 2 0 /0 9 /2 0 1 6

En c o n c o r d a n c ia a lo e s tip u la d o e n e l a r tíc u lo 21 d e la L e y 1755 d e 2015 q u e r e g u la e l d e r e c h o fu n d a m e n ta l


rio n o t io in n
d e p e tic ió n , s u s titu y e n d o e l T í tu lo
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n n o 1 i l M . i r . n r l n » 1 TTfX. _ I U ..I. ■ _ ■ r~v r i- ■ n . . . . . . .
C a p í tu lo I d e l C ó d ig o d e P r o c e d im ie n t o A d m in is t r a t iv o y d e la
C o n t e n c io s o A d m in is t r a t iv o y p o r c o n s id e r a r lo d e s u c o m p e t e n c ia , d e m a n e r a a te n ta m e p e r m ito e n v ia r a
I V\ I { * r t r A n r t l In f . ■ n l r . r p n n r . M L n n K I a C A "r . . r t I X _ - .1 . i m . . . _ _.
m i C o r o n e l, lo s in te r r o g a n te s Ñ o . 5 , 6 7 y 8 p la n t e a d o s p o r la s e ñ o r a H e le n a C a lle s o b r e v io le n c ia c o n tr a
p e r s o n a s tr a n s g é n e r o , a s í:

¿Cuántas denuncias por abuso policial han recibido por parte de personas transgénero?
¿Cuántas de estas denuncias han resultado en un proceso penal?
¿Cuántos oficiales de la Policía han sido disciplinados con base en denuncia por abuso policial
mujeres transgénero discriminación homofobia, cuales han sido las medidas
disciplinarias?
¿En qué consiste
„ . la
_ capacitación
. para policías respecto
* al trato .con
. las I»personas
“ ~ i . ! transgénero?
sai * v y w 1 1 c i z
¿En que consiste la capacitación para policías respecto al trato con personas que ejercen la
prostitución?

D e lo a n te r io r , s o lic ito d a r re s p u e s t a a la p e tic io n a r la y e n v ia r c o p ia a la O fic in a d e A t e n c ió n a l C iu d a d a n o


MEBOG.

A te n t a m e n te ,

T e n ie n t e C o r o n e l D STREPO MURILLO
J e fe S e c c io n a l a e In v e s tí ic ió n C r im in a l ly E B O G

Elaborado por: IT. Diego Femando Ramos Echeve


Revisado por MY. María Antonia González Quintan
Fecha de elaboración: 03/10/2016
Ubicación D:\MIs documentos\Oficios SaIldosV2016

C a r r e r a 1 5 6 2 0 p is o 6 B a r r io L a E s t a n z u e la
T e le fo n o : 5 5 2 1 1 1 0 e x t. 1 0 0 2 6
meboQ.eicri@Dolicia.aov.co S lQ N e t
w w w .D o lic ia .a o v .c o

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165
Anexo 8

166
167
Anexo 9

D ocum ento de ( onscm innonr

N om bre de de lu
i responsable I lelcna Mai ia i
rabie
N o tn de la
b ic de la O
O rganización:
ru am /. Pontificia l i
D ocum ento de identidad: I()207ó54i)i <p,
P ropuesta: A U T EN TICX S: CRÓNICAS I

I ste D ocum ento de Consentit


Inlorm ación
Form ulario de Consentimienti
I A lt I I I

In tro d u c c ió n

inquietud vital

orientación se\u
para la com unal;
responsabilidad
de crónicas se ci
en proceso de tr¡
Si usted accede
responsabilidad

Proposito

determinados contextos lam


historia atraviesa \ anubles i
poi ser la más vulnerable de
ocuati va) como la I.Cili 11 l

■lición de Investigación

genero entr
orientación >e\ual

Participación V oluntan
l a participación > el >.
mamcuer en reser\ u s
continuar con las entr
periodismo es honcsti
como para el público al qui

íinu-nlos > Protocol))


n \ is t i a s p e n o d n
los participant

rtcs principales marco teórico > producto periodístico. I I pi


de 2<*ló. I a» entrevistas \ ci pri-Jucto Imal será pie sentndo e l ó le
ig.M<*n es il nw m ienin a qnc >v lu n in este doanueiv ■

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Anexo 10.

-Ambito Agrícola: “Las personas con experiencia de vida trans no son visibles en las zonas

rurales. Hay que hacer una sensibilización de entornos, porque también tenemos derecho a la

tierra para que no nos desplacen de un mal territorio y tener que llegar a uno peor”.

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-Participación política: “quisiéramos una escuela de formación para personas trans en el proceso

político, porque muchas no ejercen el derecho al voto porque la cédula no corresponde con su

identidad y no pueden pagar el cambio de sexo en el documento, que cuesta como $150.000, y

para las que viven del diario es imposible. Exigimos subsidios en la expedición de la cédula. El

proceso político también toca el acceso a la educación. Habernos trans campesinas, desplazadas

por panfletos, amenazas que nos dicen pedazos de mierda le matamos a su familia, y nos

venimos sin nada. La Red Nacional Trans ya está en 34 ciudades y sigue creciendo, pero

necesitamos más representación. Queremos que nos escuchen en congresos distritales, en el

Senado. En la Mesa LGBTI de Bogotá, por ejemplo, tenemos voz pero no voto, no tenemos

participación. Incluso, dos curules en Senado y dos en Cámara, si las FARC tiene 10 curules

¿por qué nosotras no? Por otro lado, muy bacano que se hable de matrimonio igualitario, pero yo

soy un hombre trans con mi cédula de hombre, y ante la sociedad yo me puedo casar. Esos temas

de la agenda LGBTI no son los de las y los trans. Por ejemplo, muchas mujeres trans mueren de

tuberculosis, ¡en 2016! Tenemos que hacer nuestra propia agenda”.

-Reparación a las víctimas: “El conflicto armado ha atacado brutalmente a las personas

transgénero, las han sacado de sus pueblos y las han amenazado, y en donde llegan, nos matan.

Hay que esclarecer la verdad de lo que pasó con los desaparecidos, los asesinados. “Si usted no

se va de acá, matamos a su familia o a usted”, no nos pueden desplazar por nuestra identidad de

género. La parte más importante de este punto es que hay personas que necesitan indemnización

pero nunca la consiguen porque hay discriminación en las entidades públicas. Para eso hay que

sensibilizar, ser trans no es del diablo, no es peligroso, no es algo que ensucie. Y la sociedad se

ve también afectada por esa discriminación que nos toca a nosotras. Las personas cisgénero

tienen que entender la experiencia trans, eso hace parte del esclarecimiento de la verdad para que

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no discriminen en escuelas o trabajos, necesitamos comisiones de verificación que se mantengan.

Necesitamos que los niños trans de muchos lugares tengan apoyo, y documentar las violencias,

que están mal documentada. Ese monitoreo de los derechos humanos que será 3 meses uno corto

y 6 meses uno largo debería incluirnos. Todos los días mueren niñas trans, en el 7 de agosto, en

el 20 de julio, en el Santafé, en Cuidad Bolívar, hay violencia sexual, pero nos dejan de lado. Se

trata de romper el discurso de que no es solo el heteropatriarcado, también hablamos los

márgenes. Oigan nuestras voces”.

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