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CUESTIONARIO

1. Analizar si la aceptación de la herencia es o no irrevocable


Se puede renunciar hasta producida la aceptación, luego de aceptarse no es
factible revocarla, en consonancia con esto el artículo 677 CC señala que la
aceptación y renuncia no son ni parciales ni pueden estar sujetas a condiciones
ambas son irrevocables. Ahora no es lo mismo la rescisión de la renuncia por
error con la revocación de la misma, puesto que la rescisión no es contraria al
carácter definitivo de la renuncia porque si bien los actos jurídicos son
irrevocables y definitivos, todos son rescindibles cuando el conocimiento es
vicioso. Asimismo la irrevocabilidad de la aceptación de la herencia es un tema
de mucha trascendencia, dado desde épocas antiguas se reputa heredero a quien
participa y realiza el fenómeno sucesorio y al concluir este, conserva tal título
para siempre, de la misma manera en que un asesino será siempre quien mato a
una persona, puesto que no puede desmatar al que mato, así también el heredero
de un causante lo será para siempre dado que no podrá devolver al causante los
derechos y obligaciones que se le entregaron directamente en virtud de su
vínculo, entonces si se aceptara retractarse en la aceptación sería contrario al
principio “una vez heredero, siempre heredero”. Por otra parte nuestro código
civil resalta que así como el carácter irrevocable de la aceptación recae en el
sucesor los acreedores pueden dejar sin efecto estos actos buscando declarar la
ineficacia de la renuncia. Finalmente cabe la acción revocatoria contra la
aceptación cuando se dan los tres supuestos los cuales son que la sucesión
aceptada sea evidentemente mala, que la aceptación haya sido prestada merced a
una connivencia fraudulenta y que esta haya tenido lugar entre el aceptante y los
acreedores de la herencia.
2. ¿el legatario tiene legitimidad para ejercer la petición de herencia conforme
al artículo 664?
En primer lugar es necesaria la distinción entre un heredero y un legatario pues
si bien en ambos casos hubo un acto de disposición con la calidad de liberalidad
(gratuidad), el heredero adquiere los bienes, derechos y obligaciones a título
universal; siendo que el legatario solo adquiere bienes y derechos a título
particular. Así, el Código Civil en su artículo 756 señala que mediante el legado
el testador dispone como acto de liberalidad de uno o más de sus bienes, o de
una parte de ellos, dentro de su facultad de libre disposición.
En mérito a ello, es que una vez fallecido el causante, el heredero se subroga en
su posición para cumplir así con las obligaciones que el causante haya dejado.
Mientras que el legatario no se subroga en el causante, sino más bien, a
diferencia del heredero, no asume la posición jurídica del testador, sino que
esencialmente se produce una atribución de bienes y derechos, es decir, tiene
lugar una adquisición. Es por ello que se podría considerar al legatario como un
acreedor de la herencia, un titular de un derecho el cual ha sido atribuido
después de la muerte del testador (mortis causa). En conclusión, resultaría
contraproducente equiparar las virtudes de la acción de petición de herencia con
las de petición del legado; en vista que tienen naturalezas distintas. Es así que,
mientras la petición de herencia es imprescriptible, no se podría aplicar
analógicamente la misma situación para la pretensión de un legado; sino más
bien se deberá aplicar el art. 2001 inciso 1 del Código Civil, el cual señala que
prescribe a los diez años la acción personal, pues el legado es una relación de
acreencia entre el testador (ahora subrogado por sus herederos) sobre los bienes
o derechos adquiridos a través del testamento.
Por ejemplo “Pedro” deja mediante legado, un bien a favor de “Maria”, pero
“Maria” no reclama el legado a los herederos de “Pedro” ni tampoco entra en
posesión del bien legado, es así como los herederos de “Pedro” obtienen los
bienes, derechos y obligaciones del causante vía sucesión intestada. Al fallecer
“Maria”, ¿sus herederos pueden reclamar el legado dejado por “Pedro”?
No hay duda que estamos frente a un acto jurídico válido, pues concurren todos
los requisitos para determinar su validez; por ende no se podría pretender su
nulidad. Sin embargo, como éste no ha sido aceptado, no podría surtir efectos
jurídicos, es decir, el acto jurídico es válido pero no surte efectos por una
anomalía sobreviniente a su nacimiento (la aceptación y el reclamo de entrega
del legado). Es por ello que, al ser un acto jurídico que no produce efectos
jurídicos, los derechos que contienen no podrían formar parte de la masa
hereditaria del legatario (ahora causante) para con sus herederos. La aceptación
del legado, a diferencia de la herencia, no se transmite a los herederos.

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