Está en la página 1de 2

Lucas 19

Este capítulo se inicia con un encuentro notable; en esta ocasión, con Zaqueo, el recauda
dor de impuestos. Luego, el Señor presentó la parábola del dinero. Entró en Jerusalén y
lloró sobre la ciudad. Después, limpió el templo. Jesús se desvió para pasar por Jericó p
ara alcanzar a un hombre que se había subido a un árbol sicómoro. Sólo Lucas registró
este relato sobre Zaqueo, el publicano de Jericó.
El primer párrafo nos habla de la conversión de Zaqueo. Recordemos que en el moment
o en que se produjo este incidente, el Señor Jesucristo se dirigía hacia Jerusalén para mo
rir en la cruz. En su viaje, resolvió pasar por Jericó. Leamos el versículo 1:
"Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad."
Lucas nos contó que Jesús había estado en el país de los samaritanos. Cuando salió de S
amaria, se encaminó hacia Jerusalén y pareció salirse de su fatigosa ruta ¿Pero fue así re
almente?
El fue a Jericó porque había allí un pecador y el Señor quería alcanzarle. Debemos tener
en cuenta las intenciones de sus movimientos para no perder de vista el mensaje total d
e este pasaje.
Jericó había sido la ciudad que Dios había entregado al control de Josué. Se había establ
ecido una maldición para quien la reedificase. El hombre que la reedificó, en tiempos de
l rey Ahab, recibió la maldición en toda su plenitud.
En los días de Jesús era como una zona turística. Mucha gente pasaba allí sus vacacione
s. Allí vivían los publicanos o recaudadores que eran despreciados. Dice que Jesús entró
en Jericó e iba atravesando la ciudad. No vino a la tierra para quedarse, sino para morir.

El único propósito de Jesús al venir a la tierra fue el de morir por los pecados del mund
o. Esa acción tremenda quedó reflejada e ilustrada en el hecho de entrar y atravesar Jeri
có. No perdamos esa imagen.
Leamos ahora el versículo 2:
"Y sucedió que un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico".
Se nos dicen 3 cosas sobre este hombre. Lo primero que sabemos de este hombre es qu
e su nombre era Zaqueo, que su significado es "puro". Resulta difícil imaginar a un publ
icano que fuese puro.
Zaqueo era un cobrador de impuestos y se puede dilucidar que por recolectar más dinero
por impuestos, lo cual le había enriquecido.
Tambien se puede pensar que Zaqueo había abandonado su religión y no tenía acceso al
templo por tales practicas que este hacia e su diario vivir. Probablemente aquel publican
o que estaba a cierta distancia y que golpeaba su pecho mientras decía "¡Oh Dios, ten c
ompasión de mí que soy pecador!" (Lucas 18:13) fuese Zaqueo. La Biblia señala que est
e sentia inquietud por conpcer a Jesus y como un pecador al fin; quizas buscaba un luga
r hacia el cual acercarse para ser alcanzado por la gracia de Dios.
Podemos argumentar de que todo cobrador de impuesto asegura sus bienes. Le interesa s
us ganacias. O sea, en lo primero que piensa es en incrementar sus bienes sea como sea.
Imaginemos que Zaqueo fuese a cobrar los impuestos a una viuda que no tenia la forma
de pagar ese dinero. De seguro Zaqueo la desalojaria de su casa y se quedaria con esa p
ropiedad y segun la Biblia, este era rico.
Leamos los versículos 3 y 4:
"procuraba ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeñ
o de estatura. Y, corriendo delante y se subió a un sicómoro para verlo, porque había d
e pasar por allí".
El Señor sabía que él se encontraba allí. Estaba pasando por Jericó para tener un encuen
tro con él para salvarle. Dice el versículo 5:
"Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba lo vio, y le dijo: Zaqueo, date
prisa, desciende, porque hoy es necesario que me hospede en tu casa."
Y el Señor le dijo: "Hoy he de quedarme en tu casa". En aquella ocasión, el Señor no s
e detuvo en casa del alcalde, ni en casa de un Fariseo, ni de ningún otro personaje impo
rtante; fue a la casa de un publicano.
Leamos los versículos 6 y 7:
"Entonces él descendió aprisa y lo recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, dicie
ndo que había entrado a hospedarse en casa de un hombre pecador. "
El relato destaca la alegría del momento que estaba viviendo, pero, ¿quiénes murmuraba
n? Los chismosos de la multitud. Y vemos en el relato un lapso de tiempo. No sabemos
cuánto tiempo pasó, pero Jesús tuvo una cena en casa de Zaqueo. Y allí fue donde el re
caudador tuvo algo que decir. Leamos el versículo 8:
"Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Señor, la mitad de mis bienes doy a los
pobres; y si en algo he defraudado a alguien, se lo devuelvo cuadruplicado".
Algo le había ocurrido a este hombre. Admitió que había estado robando a los pobres y
prometió dar cuadruplicado a los pobres. Estaba actuando de acuerdo con la ley de Mois
és como podemos ver en Éxodo 22:25. Algo había sucedido en su interior y era un hom
bre nuevo.
No tenemos un relato detallado de la conversación entre Zaqueo y el Señor, pero en el v
ersículo 9 el Señor declara lo siguiente:
"Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham".

También podría gustarte