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El líder no es alguien que solamente está para ser la figura visible del grupo. Por
esta razón se habla de liderazgo organizacional que, “hace referencia a la capacidad del
líder de orientar los procesos y de influenciar de forma efectiva al personal para sacar lo
mejor de cada uno y orientar sus capacidades en el cumplimiento de la misión”.2 Para esto
el líder necesitará tener claro toda la información pertinente con la visión, misión y
estrategias para lograr comunicarla de manera clara.
A pesar de que el líder no es solo la figura visible, cuando se habla de liderazgo
cristiano sí se requiere que el líder tenga un comportamiento intachable. El autor lo
menciona así, “El líder cristiano no sólo debe ser una persona carismática con capacidades
para desarrollar proyectos, debe ser una persona íntegra que depende del Señor y busca en
todo momento la gloria de Dios en cada cosa que emprende”.3 Esto es así porque el
liderazgo cristiano está basado en el ejemplo que recibió de Jesús que en esencia es un
modelo de servicio (Mc 10:45).
El autor reconoce 4 modelos de liderazgo que son comunes. (1) El liderazgo
autocrático está centrado en el líder, quien asume todas las responsabilidades, sin embargo,
la iglesia necesita que todos participen y así puedan desarrollar sus dones sin que ninguno
se vea tentado al protagonismo.4 (2) El Liderazgo democrático da prioridad a la
participación de todo el equipo contando, no solo con su fuerza sino también con sus ideas.5
(3) El liderazgo carismático es el que, a través de su entusiasmo, inyecta energía en su
equipo y de esta manera los motiva a participar de las actividades. Sin embargo, esto está
centrado en el activismo y en explotar las emociones.6 (4) El liderazgo motivacional busca
reconocer las capacidades y el potencial de su equipo. El líder debe ser influyente en su
equipo de modo que “La motivación permite reconocer no sólo el potencial, sino que
brinda mayor sensibilidad para aquellos que necesitan mejorar ciertos aspectos de su
trabajo y para que los resultados se vayan encaminando al cumplimiento de las metas del
grupo”.7
Es interesante saber que en muchas ocasiones todos estos modelos se pueden
alternar y hasta llegan a verse fusionados en la práctica. Sin embargo, sin importar cuál sea
el modelo que se use (que podría ser muy bueno o muy malo), hay un desafío que se
presenta en todos: el manejo de las relaciones interpersonales. El buen manejo de estas
relaciones depende, en gran medida, de entender que las personas con las que se trabajan
son voluntarios y que son parte del cuerpo de Cristo. Es indispensable, entonces, trabajar en
la formación espiritual de todas las personas, reconociendo de esta manera que ellos sirven
a Dios.
1
Esta lectura corresponde a la clase de liderazgo organizacional. Se hará una evaluación al inicio de la
próxima clase sobre el contenido de la lectura.
2
Tomado de la lectura: Liderazgo organizacional del curso de Administración eclesial, 1.
3
Liderazgo organizacional, 1.
4
Liderazgo organizacional, 4-5.
5
Liderazgo organizacional, 5.
6
Liderazgo organizacional, 5-6.
7
Liderazgo organizacional, 6.
2
Una parte fundamental del liderazgo es saber aprovechar al máximo los recursos
con los que se cuentan. Aquí es indispensable reconocer que todos los recursos le
pertenecen a Dios. El autor presenta estos recursos en categorías de: físicos, que son todos
los inmuebles y artículos que posea la iglesia (edificio, sillas, sonido, etc.), sean propios o
alquilados; económicos, que generalmente son productos de donaciones y los aportes de sus
miembros referenciados como diezmos y ofrendas. Estos recursos deben ser administrados
con mucho cuidado y ser invertidos correctamente. También hay recursos humanos, que
consisten en el personal que trabaja en la iglesia. Este personal puede ser contratado o
servir bajo el modelo de voluntariado. Cualquiera que sea el formato, se debe reconocer que
también pertenecen a Dios y que no deben ser tratados con opresión. El ultimo recurso
identificado por el autor es el recurso espiritual, el cual se trata de los dones y ministerios
con los que cuenta cada persona dentro de la iglesia. La correcta administración de este
recurso se evidencia en el fortalecimiento de cada don y ministerio mediante la motivación
y el entrenamiento que el líder proporcione y la posibilidad de abrir espacios para la
práctica.8
A pesar de que ya se ha mencionado, es necesario recalcarlo: los recursos le
pertenecen a Dios y ningún líder o ministro puede apropiarse de los recursos físicos y
económicos, ni abusar de las personas y sus dones, por el contrario, debe velar por ellos
como quien dará cuentas a Dios (Heb 13:17). Creo que el llamado de Dios para los lideres
sigue siendo el mismo que le hizo a Pedro: apacienta mis ovejas (Jn 21:15-17), que no se
trata de otra cosa que, vela por ellas, cuídalas, aliméntalas e instrúyelas como lo haría el
mismo Jesús.
8
Tomado de la lectura: Recursos del curso de Administración eclesial.
3
Bibliografía
Las citas fueron tomadas de las lecturas asignadas para la unidad tres del curso
Administración Eclesial
Lectura 1: Liderazgo organizacional
Lectura 2: Recursos