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Guía clínica para el diagnóstico y tratamiento

del hipotiroidismo primario en adultos

Resumen ejecutivo
Publicado por:
Armstrong Laboratorios de México, S.A. de C.V.

Coordinado por la Dra. Tamara Sáenz Solís

Edición, Formación y Producción:


Medyc Ediciones, S.A. de C.V.

México, D.F. 2018.


Grupo de especialistas
en enfermedades tiroideas

Tamara Sáenz Solís

Adriana Balderrama Soto Elizabeth Ramírez Cooremans


Alicia Vargas López Lucía Patricia Robles Carranza
Alma Vergara López María de la Luz Ruíz Reyes
Bernardo Pérez Enríquez Paola Ruíz Rangel
Carlos Jesús Cisneros Ocampo Raúl Calzada León
Claudia Angélica Aguilar Serralde Ulises Córdoba Saucedo
Índice

01. Introducción 5

02. Metodología 7

03. Diagnóstico del hipotiroidismo 9


3.1. Rangos de referencia de TSH 11
3.2. Interpretación de las pruebas de función tiroidea 15
3.3. Estudios de imagen en el diagnóstico del hipotiroidismo 18

04. Hipotiroidismo subclínico 21


4.1. Hipotiroidismo subclínico y factores de riesgo cardiovascular 23
4.2. Hipotiroidismo subclínico y la íntima-media carotídea 26
4.3. Hipotiroidismo subclínico y enfermedad coronaria 28
4.4. Hipotiroidismo subclínico y función cardiaca diastólica 31
4.5. Hipotiroidismo e insuficiencia renal 35
4.6. Hipotiroidismo subclínico y diabetes mellitus 38
4.7. Hipotiroidismo y síndrome metabólico 40
4.8. Hipotiroidismo subclínico y mortalidad general 47

05. Disfunción tiroidea en el enfermo en estado crítico 51


06. Factores que modifican las concentraciones de la TSH y las hormonas tiroideas 57
6.1. Evaluación de la pseudomalabsorción de hormonas tiroideas 59
6.2. Factores que disminuyen la absorción gastrointestinal de las hormonas tiroideas 63
6.3. Medicamentos que modifican el perfil tiroideo 67
6.4. Medicamentos que alteran la función de la glándula tiroidea 71
6.5. Obesidad 75

07. Tamizaje universal 83

08. Escrutinio de la función tiroidea 89


8.1. Hipercolesterolemia 91
8.2. Antecedente personal de enfermedad autoinmune 92
8.3. Antecedente de radiación en cabeza o cuello 96
8.4. Otras enfermedades sistémicas 98
8.4.1. Insuficiencia renal crónica 98
8.4.2. Diabetes mellitus tipo 2 99
8.4.3. Síndrome metabólico 99
8.5. Síndrome de Down 100

09. Coma mixedematoso 103

10. Encefalopatía de Hashimoto 109

11. Tratamiento del hipotiroidismo primario 115


11.1. Tratamiento del hipotiroidismo en el adulto mayor 123

12. Bibliografía 125


Introducción 01

El hipotiroidismo es la segunda enfermedad endocrina más frecuente, con


predominio en el género femenino, cuya incidencia se incrementa con la edad.
La prevalencia de hipotiroidismo subclínico (HSC) en México es de 3.9 a
8.3% (Garduño-García, 2010; Robles, 2014), mientras que la prevalencia de
hipotiroidismo clínico (HC) es de 1.1% (Robles, 2014).
En la Encuesta Nacional de Salud y Examen de Nutrición (NHANES III, por sus
siglas en inglés) de Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) se incluyó un grupo
de personas de origen mexicoamericano, cuya prevalencia de HSC e HC fue de 4.0
y 0.2%, respectivamente (Hollowell, 2002).
En la literatura se pueden hallar algunos estudios que han evaluado los rangos
de referencia en población mexicana de la hormona estimulante de la tiroides
(TSH) y la tiroxina (T4) libre; sin embargo, no todos cuentan con una población
adecuada para definir a la población de referencia, como lo dictan la normas
establecidas por la Academia Nacional de Bioquímica Clínica publicadas desde
2003 (Baloch, 2003). Aunque tales normas no incluyen el índice de masa corporal
(IMC) en los criterios, es conveniente considerar un índice > 18 y < 25 kg/m2,
ya que los pacientes con sobrepeso u obesidad pueden tener concentraciones
elevadas de TSH. Asimismo, en la evaluación de los rangos de referencia solo ha
de considerarse la inclusión de individuos de población abierta. Por tal motivo, los
estudios de Garduño-García (2010), Robles (2014) y Flores-Rebollar (2015) no
permiten establecer los rangos de referencia de TSH en población mexicana.
El desarrollo de la presente guía tiene como objetivo proporcionar información
actualizada acerca del hipotiroidismo en el adulto a los médicos interesados en
la patología tiroidea, misma que sirva como un documento de referencia para el
abordaje de pacientes con este diagnóstico o sospecha.

5
Metodología 02

El equipo de trabajo utilizó la mejor evidencia de investigación disponible para


desarrollar las recomendaciones. Se siguió el enfoque del sistema de Calificación
de la Valoración, Desarrollo y Evaluación de las Recomendaciones (GRADE, por
sus siglas en inglés) para evaluar la solidez de cada una de estas y la calidad de
la evidencia. En el sistema GRADE para las recomendaciones fuertes se utiliza el
número “1”, mientras que para las débiles el número “2”. Los círculos cruzados
indican la calidad de la evidencia: denota evidencia de muy baja calidad;
de baja calidad; de moderada calidad, y de alta calidad.
El material en este documento es una versión resumida del informe completo
que se publicará en la revista de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinolo-
gía. Cada sección proporciona las recomendaciones seguidas por una declaración
de la fortaleza de estas y la calidad de la evidencia.
El equipo de trabajo estuvo integrado por especialistas en endocrinología de
las siguientes instituciones: Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición
“Salvador Zubirán”; Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”; Instituto
de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado; Instituto Mexica-
no del Seguro Social, e Instituto Nacional de Pediatría.

7
Diagnóstico
de hipotiroidismo 03

Se define como hipotiroidismo a la presencia de sintomatología característica que


indica deficiencia tisular de hormonas tiroideas, así como incremento de la TSH.

9
3.1.
Rangos de referencia de TSH

El incremento en la concentración sanguínea de TSH pue- disfunción tiroidea, presencia de anticuerpos antitiroideos,
de estar asociado con concentraciones normales de T4 bocio, embarazo, empleo de fármacos que afecten la fun-
y triyodotironina (T3) totales o libres, y en este caso se ción tiroidea o las concentraciones de hormonas tiroideas)
denomina HSC. Cuando las concentraciones de hormonas y habitualmente no se estratifican los valores obtenidos
tiroideas están por debajo del límite de referencia, siendo considerando la edad y el género (Baloch, 2003).
la T4 la primera que disminuye, se establece el diagnóstico Con los criterios anteriores se identificó la población de
de hipotiroidismo clínico. referencia en nueve estudios. Se analizaron las concentra-
En ambos casos, el incremento de TSH por arriba de los ciones de TSH y se identificaron los valores de referencia
rangos de referencia de la población a la que pertenece el en el percentil 97.5 para estratificarlos de acuerdo con la
paciente se considera una variable bioquímica esencial para edad por década a partir de los 20 años y hasta más de 90
el diagnóstico. años. Finalmente, para el análisis conjunto se consideró la
suficiencia, deficiencia o el exceso de yodo en la dieta en las
poblaciones de referencia.
¿Cómo se establecen los a. Poblaciones con suficiencia de yodo. En las figuras 1 y 2
rangos de referencia de se observa cómo de los 65 a 70 años existen personas
de las poblaciones de referencia del Reino Unido (estu-
TSH? dio TEARS), de Australia (estudio WDP) y de EE.UU.
(estudio NHANES III) cuya concentración de TSH re-
Los valores de referencia de TSH para una población se es- basa el valor de 4.5 mU/L (Bjoro, 2000; Kahapola-Ara-
tablecen considerando dos desviaciones estándar por arriba chchige, 2012; Vadiveloo, 2013; Boucai, 2011). Esa es
y por debajo de la media poblacional (Scobbo, 2005). Esta la concentración de TSH por arriba de la cual se define
definición de los valores de referencia tiene como limitantes si una persona tiene HSC. El hecho biológico es impor-
la elección de una población de individuos en quienes no se tante cuando se evalúa un paciente en particular o se
realiza una evaluación adecuada de diversos factores que realiza un estudio clínico relacionado con los riesgos sis-
pueden influir en la concentración de TSH en un momen- témicos (cardiovasculares y metabólicos) de lo que se
to determinado (antecedentes personales o familiares de define clínicamente como HSC.

11
HUNT Noruega NHANES III Amer WDP TEARS
n = 29,081 n = 4,671 n = 94,390 n = 93,845
8
7
6
TSH mU/L

5
4
3
2
1
0
20-30 años > 30-40 años > 40-50 años > 50-60 años

Figura 1. Concentración de TSH en el percentil 97.5 en personas de 20 a 60 años de las poblaciones de referencia con suficiencia de yodo
en la dieta

HUNT Noruega WDP TEARS NHANES III Amer


n = 29,081 n = 94,390 n = 93,845 n = 4,671
10
9
8
7
TSH mU/L

6
5
4
3
2
1
0
> 60-69 años > 70-79 años > 80 años > 90 años

Figura 2. Concentración de TSH en el percentil 97.5 en personas mayores de 60 años de las poblaciones de referencia con suficiencia de
yodo en la dieta

Población mexicoamericana del NHANES III


n = 3,854
9
p 97.5
8
Mediana
7
6 p 2.5
TSH mU/L

5
4
3
2
1
0
13-19 20-29 30-39 40-49 50-59 60-69 70-79 > 80
Edad
Figura 3. Concentración de TSH en personas de 13 a más de 80 años en población mexicoamericana de referencia con suficiencia de yodo
en la dieta

12
NBS Países Bajos TTS Irán TNHS Tailandia Como se observa en la figura 3, ocurre lo mismo con la
n = 6,434 n = 2,199 n = 1,947 población de referencia mexicoamericana que se evaluó
8
en el estudio NHANES III (Boucai, 2011). A diferencia
7
de los estudios antes mencionados, existen individuos
6
más jóvenes (de los 50 a 59 años) en los que la TSH
TSH mU/L

5 rebasa el valor de 4.5 mU/L.


4 b. Poblaciones con deficiencia de yodo. En las figuras 4 y 5
3 se muestran los estudios en poblaciones de referencia
2 de los Países Bajos (estudio NBS), Irán (estudio TTS)
1 y de Tailandia (estudio TNHS). Los valores de TSH >
0 4.5 mU/L se pueden observar desde los 20 a 39 años
20-39 años 40-49 años 50-59 años de edad (Hoogendoorn, 2006; Amouzegar, 2013; Sri-
phrapradang, 2014). La deficiencia de yodo reduce la
Figura 4. Concentración de TSH en el percentil 97.5 en personas
de 20 a 59 años de las poblaciones de referencia con deficiencia hormonogénesis de la tiroides, lo que condiciona el in-
de yodo en la dieta cremento compensatorio de la secreción de TSH.
c. Poblaciones con exceso de yodo. En la figura 6 se obser-
van los estudios de Tokio y Seúl. De igual manera, en
ambos países los valores de TSH se encuentran por arri-
TTS Irán TNHS Tailandia NBS Países Bajos
n = 2,199 n = 1,947 n = 6,434 ba de 4.5 mU/L: desde los 40 a 49 años en Tokio y una
10
década antes en Seúl (Yoshihara, 2011; Kim, 2015). El
9 exceso de yodo en la tiroides reduce la síntesis y secre-
8 ción de hormonas tiroideas y, en consecuencia, existe
7 un incremento de la secreción de TSH.
TSH mU/L

6 En la tabla 1 se resumen las concentraciones de TSH


5 en el percentil 97.5 de acuerdo con la edad y la suficien-
4 cia de yodo obtenidas de los nueve estudios poblacionales
3 analizados.
2 En conclusión, la concentración de TSH se incrementa
1 con la edad y en relación con la cantidad de yodo en la die-
0 ta, por lo que al analizar la información de estudios clínicos
60-69 años 70-79 años > 80 años
relacionados con hipotiroidismo se deberán considerar am-
Figura 5. Concentración de TSH en el percentil 97.5 en personas bas variables para evaluar la metodología y conclusiones de
de 60 años o mayores de las poblaciones de referencia con defi- dichas investigaciones.
ciencia de yodo en la dieta

Tokio, Japón Seúl, Corea Tabla 1. Concentración de TSH en el percentil 97.5 de


n = 1,389 n = 5,578
10 acuerdo con la edad y la suficiencia de yodo en la dieta
9 en las poblaciones de referencia
8
7 Población Edad TSH
TSH mU/L

6 (años) (percentil 97.5)


5
4
Suficiente de yodo 20-69 4.5 mU/L
≥ 70 6.5 mU/L
3
2
Deficiente de yodo 20-69 6.0 m/UL*
1
≥ 70 7.0 mU/L
0
20-39 años 40-49 años 50-59 años 60-69 años > 70 años
Exceso de yodo 20-69 7.0 mU/L
Figura 6. Concentración de TSH en el percentil 97.5 en personas ≥ 70 7.0 mU/L**
de 20 a más de 70 años de las poblaciones de referencia con ex-
ceso de yodo en la dieta *En Países Bajos hasta 8.6 mU/L. **En Seúl hasta 7.75 mU/L.

13
En este contexto, la definición de HSC debería estable- (Scobbo, 2005) y no con un valor obtenido solo por la dis-
cerse para cada población considerando los valores de TSH persión de la concentración de TSH en la mayor parte de la
asociados con consecuencias o desenlaces desfavorables población.

Recomendación
— Se recomienda establecer la concentración máxima de TSH para la definición de hipotiroidismo subclínico,
para cada población, considerando los valores de TSH asociados con consecuencias o desenlaces desfavo-
rables (cardiovasculares y metabólicos). (1, )

14
3.2.
Interpretación de las pruebas
de función tiroidea

La disfunción tiroidea es un trastorno endocrino frecuente, En tiempos recientes se ha conseguido mayor precisión
especialmente en mujeres, cuya presentación clínica puede para cuantificar T3 y T4 libres mediante la combinación
solo incluir manifestaciones inespecíficas. En estos casos la de cromatografía líquida con espectrometría de masas en
evaluación bioquímica de la función tiroidea permitirá es- tándem (LC-MS/MS, por sus siglas en inglés). Con este
tablecer un diagnóstico diferencial más preciso. En conse- ensayo se ha demostrado que las concentraciones de T4
cuencia, deberán emplearse pruebas de función tiroidea libre, consideradas como normales al medirlas por IMA, se
(PFT) sensibles y específicas que también serán de utilidad encuentran por debajo del rango de referencia en 65% de
para optimizar el tratamiento de un paciente con un pade- los pacientes con HSC. Lo anterior establecería que esos
cimiento tiroideo conocido. pacientes en realidad tienen hipotiroidismo a nivel tisular y,
por tanto, hipotiroidismo clínico (Jonklaas, 2014b).

¿Por qué es importante


el método de cuantificación ¿En qué difieren la
de la TSH y las hormonas variabilidad individual y los
tiroideas? rangos de referencia?
En la actualidad existe gran variedad de métodos inmunomé- Cuando se evalúa la variabilidad de las hormonas tiroideas
tricos competitivos y no competitivos, de tipo isotópico y no a través del tiempo en individuos normales, se observa que
isotópico, que facilitan la evaluación de la concentración to- cada uno de estos tiene un rango de variabilidad más es-
tal y libre de las hormonas tiroideas y de la TSH. trecho si se compara con el rango de referencia obtenido
A pesar del avance logrado para mejorar la sensibilidad en una población determinada. Este fenómeno biológico
y especificidad de los ensayos inmunométricos (IMA, por (variabilidad intraindividual limitada) también se observa
sus siglas en inglés) para TSH, T3 y T4 libres y totales, per- cuando se analizan otras variables como la HbA1c, el calcio
sisten algunas limitaciones con cada una de esas metodolo- y el cortisol en sangre (Andersen S, 2002).
gías, las cuales habrán de considerarse antes de interpretar Se puede sugerir que cada individuo regula estas va-
los valores obtenidos (Ekins, 1998). riables alrededor de un umbral (set point) ligeramente

15
diferente, pero exclusivo para cada uno de ellos. En ese En consecuencia, la evaluación sistemática de cada pacien-
contexto, se ha demostrado que el umbral del tirostato en te debe incluir:
parte está determinado genéticamente, como lo demues- 1. El análisis de los factores preanalíticos del caso (tabla 2).
tran los estudios en gemelos monocigóticos. 2. La valoración de los factores que pueden afectar la sen-
sibilidad y especificidad del IMA (tabla 3).
3. La evaluación de las PFT, considerando el contexto clí-
¿Cómo se realiza el análisis nico del paciente.
De esta forma surgen las siguientes preguntas:
sistemático de las PFT? a. ¿Cómo esperar las PFT en el contexto clínico del pa-
ciente?
b. ¿Existe congruencia entre los componentes de las
Cuando se evalúa la función tiroidea en un paciente es
PFT?
necesario considerar siempre que las concentraciones de
c. Si no hay congruencia:
hormonas tiroideas y TSH que se cuantifican representan
— ¿Qué factores inherentes al paciente o propios del
una vía final común de diversos eventos fisiológicos y pato- IMA permiten explicar las PFT?
lógicos (Baloch, 2013) que ocurren en un momento pre- — ¿Se requiere alguna prueba adicional para explicar
ciso en un individuo en particular y en uno o más de los la incongruencia de las PFT y para establecer el esta-
componentes del eje tiroideo: síntesis y secreción de TRH y do tiroideo del individuo?
TSH, hormonogénesis, secreción de T3, T4 y tiroglobulina, Cada paciente deberá ser evaluado considerando su
concentración de proteínas transportadoras de hormonas contexto clínico al momento de realizar las PFT para lograr
tiroideas, actividad tisular de monodesyodasas, transporta- mayor precisión diagnóstica y mejor apoyo a su situación
dores membranales y receptores para hormonas tiroideas. clínica.

Tabla 2. Factores preanalíticos que influyen en la cuantificación e interpretación del perfil tiroideo (Modificado de
Keffer, 1996)
Factores preanalíticos
Información previa de las variables que pueden influir en la concentración de las hormonas tiroideas y en la
interpretación de las PFT
Fisiológicas Médicas
Umbral del tirostato Tratamiento médico o quirúrgico previo de una enfermedad tiroidea
Ritmo circadiano
Influencias estacionales Fármacos que interfieren con:
• La absorción intestinal de hormonas tiroideas
Influencias ambientales
• La secreción de hormonas tiroideas y la concentración sanguínea
Inmovilización de TSH, T3 y T4
Ejercicio
Patológicas Dependientes de la muestra de sangre
Independientes de TSH: Almacenamiento y estabilidad:
• Hipotiroidismo central • Estasis venosa, hemólisis, lipemia e hiperbilirrubinemia
• Gonadotropina coriónica
Susceptibilidad del IMA:
Dependientes de TSH: • Concentración y afinidad por las proteínas trasportadoras
• Secreción inapropiada de TSH • Presencia de anticuerpos heterófillos y contra T3 y T4

Malabsorción de hormonas tiroideas Error humano


Mal apego al tratamiento sustitutivo
Enfermo en estado crítico
Enfermedad hepática o renal
Enfermedades psiquiátricas
Tabaquismo

16
Tabla 3. Factores del IMA que influyen en la cuantificación e interpretación del perfil tiroideo (Modificado de Baloch, 2003)
Factores relacionados con el IMA
Información de los componentes, las limitaciones y los factores intrínsecos y extrínsecos de cada IMA que pueden
alterar la cuantificación de las hormonas
Factores que afectan la sensibilidad Factores que afectan la especificidad
Matriz libre de hormona para diluir estándares Heterogeneidad molecular del analito y del anticuerpo
mononuclear
Combinación bloqueador/soporte sólido óptima para
evitar una unión inespecífica Anticuerpos heterófilos y contra T3 y T4

Coagulación del suero después de la separación del paquete


celular

Recomendación
— Se recomienda interpretar las PFT de acuerdo con el contexto de cada individuo y la congruencia entre
los componentes de las pruebas. (1, )

17
3.3.
Estudios de imagen en el
diagnóstico de hipotiroidismo

¿Tienen alguna utilidad ble observar una tiroides de tamaño normal, grande o
atrófica en pacientes de larga evolución. El parénqui-
los estudios de imagen en ma puede tener un patrón hipoecogénico-homogéneo,
hipoecogénico-heterogéneo o isoecogénico-homogé-
el diagnóstico de neo. Se puede observar la presencia de múltiples mi-
hipotiroidismo? cronódulos (1 a 7 mm), pseudonódulos, bandas linea-
les ecogénicas, o bien un aspecto pseudolobulado. La
vascularidad puede estar aumentada debido al efecto
Los estudios de imagen utilizados para evaluar la glándula
trófico de la TSH, y en pacientes con la TSH normal
tiroides son: ultrasonido, gammagrafía, tomografía com-
o ligeramente elevada, ser normal. Sin embargo, en la
putada y resonancia magnética. Sin embargo, cada uno tie-
mayoría de los pacientes la vascularidad está disminui-
ne indicaciones precisas para su utilización.
da (figuras 7-9).
a. Ultrasonido de la glándula tiroidea. Aunque existen
cambios característicos de la enfermedad tiroidea au- b. Estudio de elastografía. Este mide la rigidez de los te-
toinmune, el ultrasonido no ofrece utilidad alguna en el jidos mediante el cambio de longitud de la región de
diagnóstico de hipotiroidismo, ya que la función tiroi- interés durante la compresión. Si bien la elastografía
dea solo puede ser evaluada mediante estudios bioquí- puede estimar el grado de fibrosis relacionado con la
micos. tiroiditis autoinmune, tal dato no es de utilidad para el
En los pacientes con HSC, el tamaño de la tiroides es un diagnóstico y el seguimiento del hipotiroidismo.
criterio para la decisión de tratamiento. Sin embargo, c. Gammagrafía tiroidea. El estudio proporciona una ima-
la palpación física de la tiroides es suficiente para esta- gen de las zonas de la tiroides en la que se acumula el
blecer si existe la presencia de bocio. Por tanto, el ultra- radioisótopo, habitualmente 99mTec o 131I. En la eva-
sonido no ofrece información adicional para la toma de luación de un paciente con diagnóstico o sospecha de
decisiones. hipotiroidismo no tiene utilidad alguna.
Los cambios ultrasonográficos que pueden observarse d. Tomografía computada de tórax. Se indica en pacien-
en la tiroiditis de Hashimoto dependen del tiempo de tes con bocio extenso, en quienes se requiere evaluar
evolución del proceso autoinmune, por lo que es posi- la extensión intratorácica de la tiroides. Lo anterior es

18
Figura 7. Patrón isoecogénico-heterogéneo, donde se observan pseudonódulos. Las flechas indican un contorno ondulado, lo que le con-
fiere a la glándula tiroidea un aspecto pseudolobulado

Figura 8. Patrón hipoecogénico-heterogéneo

independiente de la función tiroidea, por tanto, no tiene


utilidad en el diagnóstico o sospecha de hipotiroidismo.
e. Resonancia magnética. Solo se indica en la evaluación
del hipotiroidismo de origen central.

Recomendación
— No se recomienda el uso de estudios de imagen
para la evaluación de pacientes con sospecha
o diagnóstico de hipotiroidismo primario.
(1, )
Figura 9. Patrón hipoecogénico-heterogéneo, con vascularidad
disminuida

19
Hipotiroidismo
subclínico 04

21
4.1.
Hipotiroidismo subclínico y
factores de riesgo cardiovascular

¿Se asocia el hipotiroidismo dos estudios que tenían una edad promedio > 70 años [Par-
lé, 1992 y Ganotakis, 2003]). La definición de hipotiroidis-
subclínico con alteraciones mo subclínico fue una concentración de TSH > 3.6 a > 6.6
mU/L, con una concentración de T4 total o libre normal.
en los lípidos? La edad promedio fue de 32.9 a 62.5 años y el IMC prome-
dio de 22.2 a 28.4 kg/m2. Se excluyeron causas secundarias
Liu XL et al realizaron un metaanálisis con 16 estudios, pero de dislipidemia y uso de hipolipemiantes. Los resultados se
en tres de ellos no se midió la T4 libre o total y en seis no se muestran en la tabla 4 (Kung, 1995; Efstathiadou, 2001; Ca-
excluyó el uso de hipolipemiantes (Liu XL, 2014). raccio, 2002; Canturk, 2003; Hueston, 2004; Tuzcu; 2005;
Por lo anterior se realizó un metaanálisis por nuestra Erem, 2006; Ibal, 2006; Mikhail, 2008; Turhan, 2008; Kim
parte en el que se incluyeron 18 estudios con 13,700 pa- CS, 2009; Tagami, 2012; Lu, 2011; Marwaha, 2011; Sridevi,
cientes con una edad promedio < 65 años (se excluyeron 2012; Hernández, 2013; Karthick, 2013; Shojaei, 2014).

Tabla 4. Cambios en las concentraciones de lípidos en pacientes con hipotiroidismo subclínico en comparación con pa-
cientes eutiroideos. Metaanálisis realizado por nuestra parte
Parámetro SDM (IC95%) P I2 (%) P (para I2)
CT 0.21 (0.15 a 0.27) 0.000 67 0.000
LDL 0.21 (0.15 a 0.28) 0.000 66.1 0.000
HDL -0.05 (-0.12 a 0.01) 0.089 64.2 0.000
TG 0.11 (0.05 a 0.17) 0.001 18.2 0.250
CT: colesterol total; TG: triglicéridos; SDM: diferencia de medias estandarizada; I2: heterogeneidad.

23
El tratamiento con tanto, la presión arterial sistólica y diastólica (PAS y PAD,
respectivamente).
levotiroxina, ¿tiene algún En un metaanálisis (Cai, 2011) de seis estudios con
17,323 pacientes se encontró una asociación del hipotiroi-
efecto en la concentración dismo subclínico con niveles mayores de PAS (P = 0.000;

de lípidos? I2 = 27.9%) y PAD (P = 0.004: I2 = 0%). Sin embargo, en


tres estudios no se excluyó el uso de antihipertensivos.
En otro metaanálisis (Ye, 2014) se incluyeron 20 estu-
En un metaanálisis se incluyeron 12 ensayos clínicos con dios, los cuales al estar basados en población no tuvieron
940 pacientes (Li, 2017), en los cuales se excluyeron cau- exclusión de uso de medicamentos antihipertensivos. Se
sas secundarias de dislipidemia y el uso de medicamentos incluyó un estudio en niños y otros cuatro con un prome-
que pueden modificar la concentración de lípidos. El hipo- dio de edad > 70 años. En comparación con pacientes eu-
tiroidismo subclínico se definió con una concentración de tiroideos, el hipotiroidismo subclínico se asoció con niveles
TSH > 3.5 a > 5.5 mU/L y T4 normal. La edad promedio fue mayores de PAS (P = 0.002; I2 =52.4), pero no con la PAD
de 53 años y el IMC promedio de 25.8 kg/m2. La duración (P = 0.142; I2 = 57.3%).
del tratamiento con levotiroxina (LT4) fue tres a 15 meses. Se realizó un metaanálisis por nuestra parte en el que
Los resultados del metaanálisis se muestran en la tabla 5. incluyeron cinco estudios con 6,363 pacientes con exclu-

Tabla 5. Cambios en las concentraciones de lípidos en pacientes con hipotiroidismo subclínico tratados con levotiroxina
en comparación de pacientes eutiroideos. Metaanálisis de Li, 2017
Parámetro SDM (IC95%) P I2 (%) P (para I2)
CT -0.29 (-0.42 a -0.16) < 0.05 48.3 0.031
LDL -0.22 (-0.36 a -0.09) < 0.05 66.1 0.001
HDL -0.04 (-0.08 a 0.01) > 0.05 64.2 0.002
TG -0.04 (-0.08 a 0.00) > 0.05 0 0.849
CT: colesterol total; TG: triglicéridos; SDM: diferencia de medias estandarizada; I : heterogeneidad.
2

Los autores realizaron su subanálisis de los estudios sión de medicamentos antihipertensivos. No se incluyó el
que solo incluyeron pacientes con TSH < 10 mU/L. En estudio de Takashima 2007 porque 38% de los pacientes
cuatro estudios incluidos para el subanálisis se observó tenía > 70 años y el hipotiroidismo subclínico se definió
una disminución en las concentraciones de colesterol con una TSH > 3.78, por lo que era probable que existie-
total (P < 0.001; con I2 = 0%) y LDL (P = 0.013; con I2 = ra un sobrediagnóstico de este. La concentración de TSH
5.1%), con diferencia en las concentraciones de HDL y tri- para definir el hipotiroidismo subclínico en los estudios
glicéridos (P = 0.357 y 0.192, respectivamente). incluidos fue de > 4.0 a > 5.0 mU/L. La edad promedio
fue de 41.1 a 49 años y el promedio de IMC fue de 24.0 a
26.3 kg/m2 (Duran, 2009; Liu D, 2010; Martins, 2012; Kc,
¿Se asocia el hipotiroidismo 2015; Polat, 2017).

subclínico con alteraciones Para el análisis de la PAS se obtuvo una I2 de 79.5%, la


cual disminuyó a 42% al excluir un estudio (Polat, 2017).
en la presión arterial? En el análisis de la PAD la I2 fue de 56.4%, la cual disminu-
yó a 0% al excluir un estudio (Kc, 2015). El hipotiroidismo
Las hormonas tiroideas tienen efectos en el sistema cardio- subclínico se asoció con niveles mayores de PAS y PAD en
vascular y en la regulación de la presión arterial. Su efecto comparación con pacientes eutiroideos. Los resultados se
en la hemodinámica cardiovascular afecta la frecuencia, muestran en la tabla 6.
el gasto cardiaco, la resistencia vascular periférica, y por No se encontraron estudios que evaluaran la presión

24
Tabla 6. Cambios en los niveles de presión arterial en pacientes con hipotiroidismo subclínico en comparación con pa-
cientes eutiroideos. Metaanálisis realizado por nuestra parte
Parámetro SDM (IC95%) P I2 (%) P (para I2)
PAS 0.19 (0.09 a 0.28) 0.000 0 0.672
PAD 0.12 (0.04 a 0.22) 0.005 42 0.141
PAS: presión arterial sistólica; PAD: presión arterial diastólica; SDM: diferencia de medias estandarizada; I2: heterogeneidad.

arterial con el tratamiento con LT4 en pacientes con hipo- concentración de TSH se incrementa con la edad así
tiroidismo subclínico. como con la elevación del IMC. Los pacientes con so-
brepeso u obesidad también pueden tener aumento
En conclusión: de los lípidos, independientemente de la concentra-
1. El HSC se asocia con mayores concentraciones de co- ción de TSH, por lo que el IMC es un factor de confu-
lesterol total y LDL. El tratamiento con LT4 disminuye sión importante.
las concentraciones de colesterol total y LDL, aun en 2. El hipotiroidismo subclínico se asocia con niveles mayo-
pacientes con TSH < 10 mU/L. La heterogeneidad ob- res de PAS y PAD. En el metaanálisis realizado por nues-
servada en los metaanálisis puede deberse a un rango tra parte los estudios fueron homogéneos en la edad y
de edad muy amplio entre los estudios, así como a la el IMC de los pacientes, lo que pudo contribuir a tener
inclusión de pacientes con sobrepeso y obesidad. La menor heterogeneidad entre estudios.

25
4.2.
Hipotiroidismo subclínico
y la íntima-media carotídea

¿Existe asociación realizados en adultos; se excluyeron aquellos de pacientes


con antecedentes o diagnóstico de enfermedad tiroidea y
entre el hipotiroidismo factores de riesgo cardiovascular (diabetes, hipertensión
arterial, enfermedades cardiovasculares, obesidad, falla
subclínico y el grosor de la renal crónica, falla hepática y uso de hipolipemiantes o

íntima-media carotídea? antihipertensivos). Finalmente, se realizó el metaanálisis


con 11 estudios clínicos, los cuales se agruparon por nive-
les similares de presión arterial y concentración de lípidos
El grosor de la íntima-media carotídea (GIMC) es un marca- en individuos con HSC y EU (grupo 1), o bien en los que
dor temprano del desarrollo de cambios ateroscleróticos y los pacientes con HSC tuvieran niveles mayores de presión
puede contribuir a eventos cardiovasculares. En algunos es- arterial y/o concentración de lípidos (grupo 2). Como re-
tudios se ha observado una asociación del GIMC con el HSC, sultado de esta conjunción se observó que solo en el grupo
aunque esto no se ha corroborado en otras investigaciones. 2 hubo mayor GIMC en sujetos con HSC; diferencia de me-
En dos metaanálisis publicados en 2013 y 2017 se eva- dias ponderada (DMP) 0.84 mm (intervalo de confianza
luó el GIMC en pacientes eutiroideos (EU) y con HSC, en los de [IC] 95% 0.65 a 1.05; I2 = 2.9%; P = 0.398 para la hete-
cuales se incluyeron siete y nueve estudios, respectivamen- rogeneidad). En el grupo 1 no se observó esa asociación
te (Gao N, 2013; Aziz M, 2017). La concentración de TSH (P = 0.443) entre el HSC y el GIMC (I2 = 0%; P = 0.422 para
a partir de la que se definió el HSC fue > 3.6 o > 5.5 mU/L. la heterogeneidad).
En ambos metaanálisis se observó una asociación entre el Estos resultados sugieren que el aumento en el GIMC ob-
HSC y el aumento en el GIMC (P < 0.005 para ambos). Sin servado en pacientes con HSC es dependiente de la presión
embargo, los dos metaanálisis tuvieron una heterogeneidad arterial y la concentración de lípidos, predominantemente
muy alta entre estudios (I2 = 78.5% en uno y 65% en el otro; del colesterol total, lo que puede ser parte de la evolución
P < 0.005 para la heterogeneidad en ambos). clínica del HSC. La concentración alta de TSH en ausencia
Debido a estos resultados se realizó por nuestra parte del incremento en la presión arterial y los lípidos no guarda
un nuevo metaanálisis en el que solo se incluyeron estudios relación directa con el GIMC.

26
El tratamiento con en el GIMC después del tratamiento con LT4 (I2 = 2%;
P = 0.420 para la heterogeneidad).
levotiroxina, ¿modifica el En otro metaanálisis que se realizó por nuestra parte,
en el que solo se incluyeron estudios llevados a cabo en
grosor de la íntima-media adultos sin factores de riesgo cardiovascular, con un se-
carotídea? guimiento mínimo de tres meses, se demostró una mejo-
ría del GIMC con el tratamiento con LT4 (DMP -0.31 mm;
IC95% -0.51 a -0.11; I2 = 0%; P = 0.446 para la heteroge-
En el metaanálisis realizado por Aziz (2017) se incluyeron neidad). En algunos estudios se observó una mejoría en
11 estudios que evaluaron el tratamiento con levotiroxina la presión arterial y/o las concentraciones de colesterol.
(LT4) en pacientes con HSC. Los estudios evaluaron el En dicho metaanálisis se observó que los estudios con
GIMC antes y después de la administración de LT4. El mejoría significativa o tendencia a esta en ambas varia-
rango de seguimiento entre estudios fue de dos a 24 bles correspondieron a los que tuvieron una mejoría en
meses. El resultado mostró una mejoría (P < 0.001) el GIMC.

27
4.3.
Hipotiroidismo subclínico y
enfermedad coronaria

¿Aumenta el hipotiroidismo un valor de TSH de 10 a 19.9 mU/L tuvo una HR de 1.86


(IC95% 1.22 a 2.82), con una P < 0.001 para el análisis de
subclínico el riesgo la tendencia de elevación de TSH (Gencer, 2013). En el
análisis por grupos de edad los pacientes de 65 a 79 años
de enfermedad coronaria? (considerando la edad como una variable continua) con
HSC tuvieron una tendencia de riesgo de eventos coro-
En la actualidad existe controversia sobre la existencia de narios (HR 1.21, IC95% 0.96 a 1.52) en comparación con
un riesgo de enfermedad coronaria en pacientes con HSC. los otros grupos de edad (Rodondi, 2010).
Los resultados de estudios de cohorte, casos y controles y En otro estudio de cohorte en una población danesa de
transversales han mostrado datos contradictorios. 563,700 pacientes sin enfermedades tiroideas y promedio
En un análisis de metadatos se incluyeron 11 cohortes de edad de 48.6 años, la prevalencia de HSC (definida con
prospectivas de EE.UU., Europa, Australia, Sudamérica y una concentración de TSH > 5 mU/L y T4 libre normal)
Asia (Rodondi, 2010; Gencer, 2013). La prevalencia de fue de 2% (Selmer, 2014). Se excluyeron los pacientes con
HSC fue de 6.2%, definida con una concentración de TSH insuficiencia cardiaca, evento vascular cerebral y cáncer.
de 4.5 a 19.9 mU/L. La mediana del rango de seguimiento Solo 3.5% de los pacientes de la cohorte tuvo una o más
de los estudios fue de 2.5 a 20 años. comorbilidades (cardiopatía isquémica, enfermedad vascu-
Para el análisis de eventos de enfermedad coronaria lar periférica, diabetes, insuficiencia renal crónica, enferme-
se incluyeron los datos de siete cohortes con 25,977 pa- dad pulmonar obstructiva crónica y enfermedad reumáti-
cientes, 23,957 EU y 2,020 con HSC (7.8%). El análisis ca). Después de una mediana de seguimiento de 5.5 años,
de riesgo se realizó para diferentes concentraciones de el HSC se asoció con mayor riesgo de incidencia (IRR) de
TSH y diferentes grupos de edad. Un valor de TSH de infarto de miocardio en los pacientes con TSH > 10 mU/L
4.5 a 6.9 mU/L tuvo una tasa de riesgo (HR) de 1.01 (IRR 1.33, IC95% 1.06 a 1.67), pero no alcanzó significan-
(IC95% 0.86 a 1.18), un valor de TSH de 7.0 a 9.9 mU/L cia en los pacientes con TSH de 5.1 a 10 mU/L (IRR 1.08;
tuvo una HR de 1.22 (IC95% 0.99 a 1.49), mientras que IC95% 0.95 a 1.24).

28
¿Aumenta el hipotiroidismo De una cohorte de pacientes de la General Practice
Research Database (GPRD) del Reino Unido, se seleccio-
subclínico el riesgo de naron 4,736 pacientes > 40 años con HSC con una con-
centración de TSH de 5.1 a 10 mU/L y T4 libre normal
mortalidad de origen (Razvi, 2012). Como parte de los criterios de selección
cardiovascular? los pacientes no debían recibir medicamentos que altera-
ran la función tiroidea ni tener antecedentes de cardiopa-
tía isquémica o enfermedad cerebrovascular. De los que
En el estudio de metadatos de Gencer 2013 se incluyeron recibieron tratamiento con LT4, 12.2% lo empezó des-
los datos individuales de 10 cohortes con 54,301 pacien- pués de progresar a hipotiroidismo clínico y 6.4% lo sus-
tes, 50,953 EU y 3,348 con HSC (6.2%) para el análisis de pendió durante el seguimiento. De quienes no recibieron
mortalidad por enfermedad coronaria. Una TSH de 4.5 a tratamiento con LT4, 38.4% normalizó la concentración
6.9 mU/L tuvo una HR de 1.06 (IC95% 0.88 a 1.28), una de TSH durante el seguimiento. Para el análisis de riesgo
TSH de 7.0 a 9.9 mU/L tuvo una HR de 1.53 (IC95% 1.13 los modelos se ajustaron para factores de riesgo cardio-
a 2.07) y una TSH de 10 a 19.9 mU/L una HR de 1.54 vascular. Después de excluir a los pacientes que normali-
(IC95% 1.07 a 2.23), con una P < 0.005 para el análisis de zaron la TSH durante el seguimiento, los resultados fue-
la tendencia de la elevación de TSH. ron similares.
Cuando se realizó un subanálisis por grupo de edad se El grupo de pacientes de 40 a 70 años (65.3%) tuvo
observó que en el de 65 a 79 años de edad, el HSC se asoció una mediana de seguimiento de 7.6 años y el 52.8% recibió
con mayor riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria tratamiento con LT4. Quienes recibieron tratamiento tu-
(razón de momios [OR] 1.33; IC95% 1.07 a 1.65) en com- vieron menor HR de eventos de cardiopatía isquémica (HR
paración con el grupo de EU (Rodondi, 2010). 0.61; IC95% 0.39 a 0.95), pero sin cambios en los eventos
Una cohorte de pacientes de Taiwán incluyó 115,746 vasculares cerebrales o muertes de origen cardiovascular
pacientes, de los cuales 1,841 individuos tenían HSC en comparación con los pacientes no tratados. El desarrollo
(1.6%) y 113,905 eran EU, con promedio de edad de 47.1 de fibrilación auricular no se asoció con el uso de LT4 (HR
y 42.9, respectivamente (Tseng, 2012). El HSC se definió 0.76; IC95% 0.26 a 1.73).
con una concentración de TSH de 5.0 a 19.96 mU/L y T4 En el grupo de pacientes > 70 años, 49.9% recibió tra-
total normal. El análisis ajustado por edad, género, factores tamiento con LT4 durante una mediana de seguimiento de
de riesgo cardiovascular y actividad física mostró que los 5.2 años. No se observó diferencia alguna entre quienes re-
pacientes con HSC ≥ 65 años tuvieron mayor riesgo relati- cibieron o no tratamiento con LT4 en el número de eventos
vo (RR) de mortalidad de origen cardiovascular (RR 2.02; de cardiopatía isquémica, vasculares cerebrales o muerte
IC95% 1.10 a 3.79; P < 0.05), pero no en los pacientes < de origen cardiovascular, ni en el número de eventos de fi-
65 años. En el subanálisis por estratos de TSH, una concen- brilación auricular.
tración de 5.0 a 9.99 tuvo mayor riesgo de mortalidad car- En otro estudio de una cohorte danesa (The Danish
diovascular (RR 1.80; IC95% 1.07 a 3.01; P < 0.05), pero National Patient Register) se incluyeron 12,212 pacientes
no en aquellos con TSH ≥ 10 mU/L (RR 0.91; IC95% 0.13 > 18 años con HSC que no recibían medicamentos que
a 6.44); no se comentó sobre el número de pacientes que pudieran alterar la función tiroidea (Andersen, 2015). El
falleció dentro de cada rango de TSH, por lo que no fue HSC se definió con una concentración de TSH > 5 mU/L
posible establecer si la ausencia de riesgo de mortalidad en y T4 libre normal (en 21.2% la TSH era > 10 mU/L). El
pacientes con TSH ≥ 10 mU/L se debió a un número bajo estudio evaluó el efecto del tratamiento con LT4 en la
de desenlaces en este grupo. incidencia de infarto de miocardio o muertes de origen
cardiovascular. El promedio de edad fue de 55.2 ± 18.8
años. Durante una mediana de seguimiento de cinco
El tratamiento con años, 2,483 pacientes (20%) recibieron tratamiento con
levotiroxina, ¿tiene algún LT4 en los primeros seis meses a partir de la fecha de las
pruebas de función tiroidea (grupo con tratamiento).
efecto en la mortalidad? Sin embargo, en el grupo de quienes fueron catalogados
como no tratados (grupo sin tratamiento), 39% (3,799)
Múltiples estudios han evaluado el riesgo de enfermedad recibió tratamiento después de seis meses de las pruebas
cardiovascular en pacientes con HSC. Sin embargo, no se de función tiroidea. En el análisis ajustado por el índice
han realizado ensayos clínicos para evaluar el efecto del de comorbilidades de Charlson, entre los grupos de pa-
tratamiento con LT4. cientes tratados y no tratados, no se observó diferencia

29
en la incidencia de infarto de miocardio o muertes de ori- De los estudios analizados se puede concluir:
gen cardiovascular, independientemente de la edad. Sin 1. El riesgo de eventos de enfermedad coronaria es mayor
embargo, más de la tercera parte de los participantes del con una concentración de TSH ≥ 10 m/L, y una tenden-
grupo sin tratamiento recibió LT4, lo que podría explicar cia hacia el riesgo con TSH de 7.0 a 9.9 mU/L (Rodondi,
dichos resultados. 2010; Gencer, 2012; Selmer, 2014).
En otro análisis de esa misma cohorte danesa se selec- 2. El riesgo de eventos por enfermedad coronaria tiende
cionaron pacientes > 18 años con enfermedad cardiovas- a ser mayor en los pacientes con HSC de 65 a 79 años
cular (infarto agudo del miocardio, cardiopatía isquémica (Rodondi, 2010; Gencer, 2012).
crónica, arritmia e insuficiencia cardiaca) e HSC con los 3. El riesgo de mortalidad cardiovascular es mayor en los
mismos criterios de inclusión y exclusión definidos en el pacientes con HSC ≥ 65 años, o bien, en aquellos con
estudio anterior (Andersen, 2016). Se incluyeron 1,192 HSC con una concentración de TSH ≥ 7 mU/L (Gencer,
pacientes con edad promedio de 73.6 ± 13.3 años. Du- 2012; Tseng, 2012).
rante una media de seguimiento de 5.6 años, 11.4% de 4. En los pacientes de 40 a 70 años con HSC, el tratamien-
los pacientes recibió tratamiento con LT4. En 79.9% de los to con LT4 disminuyó el riesgo de eventos de cardiopa-
participantes se confirmó el diagnóstico de HSC con una tía isquémica (Razvi, 2012). Al ser un estudio retros-
segunda evaluación de la función tiroidea (con una me- pectivo, se desconoce la razón por la cual se inició el
diana del intervalo de 4.8 meses entre cada evaluación). tratamiento con LT4 y el promedio de TSH durante el
En el análisis ajustado por el índice de comorbilidad de tratamiento sustitutivo.
Charlson, no se observó diferencia en la incidencia de ad- 5. En los pacientes con enfermedad cardiovascular con
misiones hospitalarias o eventos cardiacos mayores (in- HSC, el tratamiento con LT4 no incrementó el riesgo de
farto del miocardio, evento vascular cerebral o muerte admisiones hospitalarias o eventos cardiacos mayores.
cardiovascular) entre los pacientes tratados y no tratados, Esto sugiere que un manejo con hormonas tiroideas re-
ni de fibrilación auricular. No obstante, aquellos tratados duce el riesgo de nuevos eventos coronarios y mejora la
con LT4 usaban con mayor frecuencia beta-bloqueadores, función ventricular entre los tratados, ya que no se in-
estatinas, inhibidores de la enzima convertidora de angio- crementaron las admisiones por cardiopatía isquémica
tensina y diuréticos de asa. Aunque se confirmó el diag- ni por insuficiencia cardiaca (Andersen, 2016).
nóstico de HSC en la mayoría de los pacientes, era espera- 6. El tratamiento con LT4 en los pacientes con HSC, con o
ble una concentración de TSH > 5 mU/L en los individuos sin enfermedad cardiovascular, no incrementó el riesgo
> 65 años, sin que esto represente una hipofunción de la de fibrilación auricular independientemente de la edad
glándula tiroidea. (Razvi, 2012; Andersen, 2016).

30
4.4.
Hipotiroidismo subclínico y
función cardiaca diastólica

Las hormonas tiroideas tienen varios efectos en el sistema y el cociente Ea/Aa. En un paciente con función diastólica
cardiovascular, particularmente en el corazón. La ecocar- normal, los cocientes E/A y Ea/Aa son mayores a 1.
diografía (ECO) ha permitido estudiar, de manera accesible En los pacientes de edad avanzada es frecuente obser-
y no invasiva, los cambios en la función cardiaca que ocu- var alteraciones moderadas de la función diastólica debido
rren en los pacientes con HSC, sobre todo del ventrículo al aumento de la masa miocárdica y los cambios en la elas-
izquierdo. ticidad ventricular. Por tal motivo, para esta revisión solo se
evaluaron estudios que incluyeron pacientes < 60 años de
edad, sin otras patologías ni factores de riesgo cardiovas-
¿Cómo afecta el cular o enfermedades tiroideas.

hipotiroidismo subclínico Un metaanálisis que incluyó 14 estudios transversa-


les evaluó 675 pacientes, 363 con HSC y 312 eutiroideos
a la función diastólica del (Chen X, 2013). La concentración de TSH para definir HSC
fue variable entre estudios (> 3.0 a > 4.4 mU/L). Los cam-
ventrículo izquierdo? bios significativos que se observaron en los pacientes con
HSC fueron: en el ECO convencional una mayor velocidad
Esta revisión se enfocó en las siguientes variables que eva- A, y en el ECO Doppler una menor velocidad Ea, una mayor
lúan la función diastólica izquierda con la ECO: la onda E, que velocidad Aa y una relación Ea/Aa reducida.
corresponde al flujo transmitral debido al flujo de llenado rá- Se realizó un nuevo metaanálisis por nuestra parte en
pido temprano (inmediatamente después de la apertura de el cual se incluyeron 12 estudios del metaanálisis de Chen
la válvula mitral); la onda A, que corresponde al flujo trans- X de 2013 y cuatro estudios más (Ozturk, 2012; Ilic, 2013;
mitral debido al flujo de llenado rápido tardío (debido a la Shatynska, 2016 y Malhotra, 2017). Los resultados se re-
contracción auricular), y el cociente de las velocidades E/A. sumen en la tabla 7; estos sugieren menor función diastó-
Los variables del ECO Doppler fueron: la velocidad pico de lica en el ventrículo izquierdo en los pacientes con HSC en
llenado diastólico temprano en el anillo mitral (Ea), la veloci- comparación con los eutiroideos, en ausencia de otros fac-
dad pico de llenado diastólico tardío en el anillo mitral (Aa), tores de riesgo cardiovascular.

31
El tratamiento con muestran una mejoría en la función diastólica del ventrí-
culo izquierdo en los pacientes con HSC tratados con LT4.
levotiroxina, ¿tiene algún
efecto en la función ¿Aumenta el hipotiroidismo
diastólica del ventrículo subclínico el riesgo de
izquierdo en pacientes con insuficiencia cardiaca?
hipotiroidismo subclínico? Un estudio con metadatos (agrupación de las bases de
datos) provenientes de seis cohortes prospectivas de
Se realizó un metaanálisis por nuestra parte en el que se EE.UU. y Europa, incluyó 25,390 pacientes. La prevalencia
incluyeron cinco estudios con 119 pacientes con HSC, con de HSC fue de 8.1%, definido con una concentración de
un periodo de tratamiento de seis a 12 meses, quienes fue- TSH de 4.5 a 19.9 mU/L en al menos dos determinacio-
ron evaluados antes y después de la administración de LT4 nes (Gencer, 2012). El promedio de edad fue de 70 años
(Monzani, 2001; Yazici, 2004; Ilic, 2013; Shatynska, 2016; (63.5% tenía ≥ 65 años) y la mediana de seguimiento fue
Malhotra, 2017). La concentración de TSH para definir el de 10.4 años. Se calculó la HR de insuficiencia cardiaca
HSC fue variable (> 3.6 a > 4.25 mU/L). Los cambios ob- para diferentes concentraciones de TSH. Para TSH de 4.5
servados en el ECO se resumen en la tabla 8. Los resultados a 6.9 mU/L la HR fue 1.01 (IC95% 0.81 a 1.26); para TSH

Tabla 7. Cambios ecocardiográficos del ventrículo izquierdo asociados con hipotiroidismo subclínico. Resultados del me-
taanálisis realizado por nuestra cuenta
Parámetro Artículos (n) DMP (IC95%) P (para DMS) I2 (%) P (para la I2)
E (cm/s) 13 -0.21 (-0.36 a -0.06) 0.006 51.6 0.016
A (cm/s) 11 0.45 (0.29 a 0.60) 0.000 0 0.803
E/A 10 -0.51(-0.68 a -0.34) 0.000 38.9 0.098
Ea (cm/s) 7 -1.22 (-1.45 a -0.98) 0.000 95.7 0.000
Aa (cm/s) 5 0.34 (0.08 a 0.61) 0.010 0 0.905
Ea/Aa 6 -0.98 (-1.19 a -0.77) 0.000 71.8 0.003
DMP: deferencia de medias ponderada; I2: heterogeneidad en el metaanálisis; E: velocidad pico del flujo transmitral temprano; A: veloci-
dad pico del flujo transmitral tardío (derivado de la contracción auricular); Ea: velocidad pico del llenado diastólico temprano en el anillo
mitral; Aa: velocidad pico del llenado diastólico tardío en el anillo mitral.

Tabla 8. Cambios ecocardiográficos del ventrículo izquierdo en los pacientes con hipotiroidismo subclínico después del
tratamiento con levotiroxina. Resultados del metaanálisis realizado por nuestra cuenta
Parámetro Artículos (n) DMP (IC95%) P (para DMS) I2 (%) P (para la I2)
E (cm/s) 3 -0.05 (-0.49 a 0.38) 0.809 23 0.273
A (cm/s) 3 -1.08 (-1.55 a -0.61) 0.000 29.8 0.241
E/A 5 0.68 (0.42 a 0.94) 0.000 35.6 0.184
Ea (cm/s) 1 2.46 (1.12 a 3.80) 0.000 - -
Aa (cm/s) 1 0.51 (-0.49 a 1.51) 0.316 - -
Ea/Aa 2 1.35 (0.93 a 1.77) 0.000 0 0.883
DMP: deferencia de medias ponderada; I2: heterogeneidad en el metaanálisis; E: velocidad pico del flujo transmitral temprano; A: veloci-
dad pico del flujo transmitral tardío (derivado de la contracción auricular); Ea: velocidad pico del llenado diastólico temprano en el anillo
mitral; Aa: velocidad pico del llenado diastólico tardío en el anillo mitral.

32
de 7.0 a 9.9 mU/L la HR fue 1.65 (IC95% 0.84 a 3.23), Un análisis transversal de un estudio de cohorte de
y para TSH de 10.0 a 19.9 mU/L la HR fue 1.86 (IC95% población alemana incluyó 744 pacientes hospitalizados
1.27 a 2.72), con una P < 0.001 para el análisis de la ten- por insuficiencia cardiaca sistólica y edad promedio de 68
dencia de elevación de TSH. años. La prevalencia de HSC fue de 4.5%, definido por una
De un total de 250 eventos en el grupo con HSC, 12 concentración de TSH > 4 mU/L y T4 libre normal (Frey,
solo ocurrieron en los menores de 65 años. En el análisis 2013). En el análisis de seguimiento solo se incluyó 60% de
por subgrupos, la tasa de riesgo fue similar en los pacientes la cohorte (452 pacientes), que tuvo una mediana de segui-
sin enfermedad cardiovascular preexistente o con insufi- miento de tres años. De los 20 pacientes con HSC incluidos,
ciencia cardiaca previa (Gencer, 2012). solo cinco desarrollaron HSC persistente (1% del total de la
En otro estudio de cohorte en una población danesa, cohorte). El HSC no se asoció con mayor riesgo de mortali-
con 563,700 pacientes sin enfermedades tiroideas y edad dad ajustada por edad (HR 1.07; IC95% 0.58 a 1.98).
promedio de 48.6 años, la prevalencia de HSC (definida
con una concentración de TSH > 5 mU/L) fue de 2% (Sel-
mer, 2014). Se excluyeron los pacientes con insuficiencia ¿Disminuye el tratamiento
cardiaca, evento vascular cerebral y cáncer. Solo 3.5% de
los pacientes de la cohorte tuvo una o más comorbilida- con levotiroxina la
des (cardiopatía isquémica, enfermedad vascular peri-
férica, diabetes, insuficiencia renal crónica, enfermedad
incidencia de insuficiencia
pulmonar obstructiva crónica y enfermedad reumática). cardiaca?
Después de una mediana de seguimiento de 5.5 años,
el HSC no se asoció con mayor riesgo de insuficiencia En una cohorte de 3,044 pacientes de EE.UU. y edad de
cardiaca. ≥ 65 años, la prevalencia de HSC fue de 15.6% (Rodondi,
2008). Se incluyeron 474 pacientes con HSC con una con-
centración de TSH de 4.6 a 19.9 mU/L y T4 libre normal,
¿Aumenta el hipotiroidismo de los cuales 109 (23%) recibieron tratamiento con LT4.
El riesgo de eventos de insuficiencia cardiaca fue menor
subclínico el riesgo de en aquellos con TSH de 4.6 a 9.9 mU/L que recibieron LT4
mortalidad en pacientes con (HR 0.28; IC95% 0.11 a 0.74), y fue mayor en pacientes
con TSH de 10 a 19.9 mU/L que no recibieron LT4 (HR
insuficiencia cardiaca? 1.83; IC95% 1.05 a 3.20). No se observó una disminución
de eventos de insuficiencia cardiaca en los pacientes que
Un estudio de población china incluyó 963 pacientes con recibieron LT4 con TSH de 10 a 19.9 mU/L posiblemente
insuficiencia cardiaca por cardiopatía dilatada y edad pro- por un número bajo de paciente en este grupo.
medio de 52 años (Xiaoping, 2014). La prevalencia de HSC
fue de 8.2% definido por una concentración de TSH > 5.5 De lo estudios analizados se puede concluir:
mU/L y T4 libre normal. La fracción de expulsión del ven- 1. La función diastólica del ventrículo izquierdo está dis-
trículo izquierdo fue similar entre pacientes con HSC y EU. minuida en pacientes < 60 años, sin factores de riesgo
Después de un seguimiento promedio de 3.5 años, el ma- cardiovascular. El tratamiento con LT4 mejora la fun-
yor tiempo de evolución de insuficiencia cardiaca se asoció ción diastólica en estos pacientes.
con mayor riesgo de mortalidad en pacientes con HSC (HR 2. El HSC incrementa el riesgo de insuficiencia cardiaca
1.038; IC95% 1.005 a 1.073; P = 0.024). en los pacientes ≥ 65 años cuando la concentración de
Otro estudio en población china incluyó 458 pacien- TSH es ≥ 10 mU/L. Sin embargo, se observó una ten-
tes con insuficiencia cardiaca por cardiopatía dilatada, con dencia hacia el riesgo de insuficiencia cardiaca con con-
edad promedio de 51 años (Wang, 2015). La prevalen- centraciones de TSH de entre 7.0 y 9.9 mU/L. El análisis
cia de HSC fue de 8.9%, definido por una concentración del riesgo fue significativo para la tendencia de la eleva-
de TSH > 4.78 mU/L y T4 libre normal. Los pacientes con ción de las concentraciones de TSH (Gencer, 2012). De
HSC tuvieron menor fracción de expulsión del ventrículo acuerdo con estudios poblacionales, una concentración
izquierdo en comparación con los eutiroideos (P < 0.05). de TSH de 4.5 a 6.9 mU/L puede ser normal en pacien-
Después de un seguimiento promedio de 17 meses, el HSC tes > 65 años.
se asoció con mayor riesgo de mortalidad (HR 2.87; IC95% 3. No es posible valorar el riesgo de insuficiencia cardiaca
1.82 a 4.53; P < 0.001), al igual que el hipotiroidismo clíni- en pacientes < 65 años debido a un número de even-
co (HR 4.19; IC95% 2.12 a 8.28; P < 0.001). tos muy bajo en el estudio de Gencer (2012) y a una

33
prevalencia muy baja de HSC en los pacientes < 65 años 5. Los datos no son valorables para establecer el riesgo
en el estudio de Selmer (2014). de mortalidad en pacientes > 65 años con insuficiencia
4. El riesgo de mortalidad en pacientes < 65 años con insu- cardiaca debido a un número insuficiente de casos con
ficiencia cardiaca fue más elevado en aquellos con HSC HSC (Frey, 2013).
que tenían mayor duración de la cardiopatía (Xiaoping, 6. El tratamiento con LT4 disminuye la incidencia de insu-
2014) y con mayor deterioro de la función cardiaca ficiencia cardiaca en pacientes > 65 años con HSC (Ro-
(Wang, 2015). dondi, 2008).

Recomendación
— Se sugiere realizar la evaluación de la función tiroidea de manera periódica en pacientes con insuficiencia
cardiaca. (2, )

34
4.5.
Hipotiroidismo e insuficiencia
renal

Diversos estudios experimentales y clínicos han demos- o se encuentran incluidos en protocolos de investigación
trado la existencia de efectos biológicos bidireccionales en- esanitaria han brindado información para establecer la
tre la función tiroidea y la renal. Los estudios clínicos han evi- prevalencia de hipotiroidismo clínico y subclínico en in-
denciado que el hipotiroidismo clínico y subclínico se asocian dividuos con IRC con o sin tratamiento con diálisis perito-
con mayor reducción de la función renal y que esta puede neal o hemodiálisis.
mejorar con el tratamiento de hormonas tiroideas. Los me- En el estudio poblacional estadounidense NHANES III
canismos involucrados en la disminución de la función renal en 14,623 pacientes (Lo, 2005), después de ajustarse para
incluyen alteraciones hemodinámicas y estructurales rena- la edad, género y raza, la IRC definida con una tasa de fil-
les (Dousdampanis, 2014; Rhee, 2015a). La insuficiencia tración glomerular (TFG) < 60 mL/min/1.73 m2 se asoció
renal crónica (IRC) condiciona una baja en la concentración con mayor riesgo de hipotiroidismo (OR 1.58; IC95% 1.16
de T3 que incrementa el riesgo cardiovascular, además de la a 2.16) que una TFG ≥ 60 mL/min/1.73 m2. En el análi-
mortalidad total y cardiovascular como lo demuestran diver- sis por grupo de edad se observó mayor riesgo tanto en
sos estudios clínicos en pacientes en diálisis (Rhee, 2015a). sujetos ≤ 70 años (OR 1.84; IC95% 1.08 a 3.13) como en
En la figura 10 se muestran los efectos del hipotiroidis- aquellos > 70 años (OR 1.43; IC95% 1.07 a 1.93).
mo sobre la función renal y cómo la reducción de función En el estudio del Veterans Affairs Health Care Sys-
renal condiciona cambios en el eje tiroideo (Kaptein, 1996; tem que incluyó 461,607 pacientes (Rhee, 2015b), por
Kulkarni, 2014). cada 10 mL/min de disminución de la TFG el riesgo de
hipotiroidismo fue mayor (OR 1.18; IC95% 1.17 a 1.20;
P < 0.001). El riesgo de hipotiroidismo ajustado además
¿Afecta la insuficiencia renal para el uso de estatinas y concentración de colesterol al
inicio del estudio también fue mayor (OR 1.13; IC95%
crónica la función tiroidea? 1.11 a 1.15; P < 0.001).
Al analizar la asociación entre la función renal y los
Tanto estudios poblacionales como ensayos que han ob- cambios en la concentración de TSH, se observó que una
tenido información en diferentes bases de datos de regis- disminución de 10 mL/min de la TFG se asoció con un in-
tro de pacientes en los que se evalúa el estado de salud cremento de 0.11 mU/L de la TSH (P < 0.001).

35
Reducción en la función tiroidea Reducción en la función renal
Cambios estructurales renales Cambios funcionales renales Cambios funcionales del eje tiroideo
• Reducción del volumen renal en rela- • Reducción del flujo renal sanguíneo • Disminución de la actividad neuroen-
ción con el peso y disminución de la • Trastornos en la hemodinámica renal: docrina:
masa tubular - Vasoconstricción de la arteriola - Reducción de la secreción periódica
• Disminución en el volumen y área de aferente con disminución del flujo y amplitud de los pulsos de TSH
la membrana basal glomerular (MBG) plasmático renal - Pérdida del incremento nocturno
• Engrosamiento de la MBG • Disfunción túbulo-glomerular por re- de TSH
• Expansión de la matriz mesangial ducción de la expresión y función de - Reducción de la depuración renal
• Incremento en la permeabilidad capi- los canales de cloro CIC-2 en túbulo de TSH
lar glomerular proximal y asa de Henle - Concentración normal de TSH por
• Reducción del cotransportador Na-P la mañana
del intercambiador Na+-K+ ATPasa • Reducción de la depuración renal de
• Disminución de la actividad del siste- yodo
ma renina-angiotensiona-aldosterona • Menor captación de T3 y T4 por inhi-
y péptido natriurético, del factor de bidores circulantes:
crecimiento insulínico 1 (IGF-1) y fac- - Ácido carboxi-metil-furanpropanoi-
tor de crecimiento endotelial vascular co y ácido hipúrico, indoxil sulfato,
(VEGF) furosemida y heparina
• Reducción de la actividad de mono-
desyodasa 1:
- Menor formación hepática de T3
• Disminución de la unión de T3 y T4 a
sus proteínas transportadoras
• Reducción del transportador celular
MCT8 en presencia de acidosis

Figura 10. Efectos del hipotiroidismo sobre la función renal y de la insuficiencia renal sobre la actividad del eje tiroideo

¿Tiene algún efecto el IRC persistió tanto en los pacientes con anticuerpos (OR
1.55; IC95% 1.38 a 1.93) como en aquellos sin anticuerpos
hipotiroidismo en la función (OR 1.71; IC95% 1.34 a 2.19).
En un estudio llevado a cabo en la comunidad de Ve-
renal? rona, Italia, con 3,089 participantes (Choncol, 2008), se
identificó una TFG < 60 mL/min/1.73 m2 en 16.3% de los
En el Nord-Trøndelag Health Study (estudio poblacional pacientes con HSC y en 8.2% de los EU. El análisis de re-
noruego HUNT) que incluyó 290,480 pacientes (Asvold, gresión logística, después del ajuste para edad, género, co-
2011), el riesgo de IRC fue mayor en los pacientes con HSC lesterol total y glucosa mostró que la IRC estuvo indepen-
(OR 1.63; IC95% 1.38 a 1.93) al igual que en aquellos con dientemente asociada con el HSC prevalente (OR ajustada
hipotiroidismo clínico (OR 1.98; IC95% 1.22 a 3.20), al 1.73; IC95% 1.20 a 2.49; P = 0.003).
compararlos con los individuos EU. Cuando se incluyeron Diversos estudios de cohorte realizados en Rotter-
los anticuerpos contra peroxidasa en el análisis, el riesgo de dam (Chaker, 2016), Taipéi (Chuang, 2016) y EE.UU.

36
(Schultheiss, 2017) han demostrado un mayor riesgo de Finalmente, en un estudio realizado en Taipéi, Taiwán
insuficiencia renal incidental en pacientes con hipotiroidis- (Chuang, 2017), en 23,786 pacientes > 65 años con IRC, el
mo clínico y subclínico. riesgo de mortalidad total fue mayor en aquellos con hipo-
tiroidismo sublcínico y clínico (HR 1.30; IC95% 1.00 a 1.69;
HR 1.30; IC 95% 1.00 a 1.69, respectivamente).
¿Incrementa el
hipotiroidismo el riesgo ¿Mejora el tratamiento
de mortalidad de los con hormonas tiroideas
pacientes con IRC? la función renal en
Recientemente en un metaanálisis se demostró un mayor los pacientes con IRC
riesgo de mortalidad total y cardiovascular en pacientes
con IRC tratados con diálisis que tenían hormonas tiroideas e hipotiroidismo?
bajas o hipotiroidismo (Xu, 2016). El metaanálisis se reali-
En un estudio llevado a cabo en otra cohorte estadouni-
zó con 12 estudios que incluyeron 14,766 pacientes, con
edad ≥ 18 años y entre los que hubo 4,450 muertes. dense de 2,715 pacientes con IRC en diálisis, constituida
por 350 con hipotiroidismo y 2,365 EU, se evaluó el efecto
La HR de mortalidad total se asoció con una concentración
del uso de hormonas tiroideas en el riesgo de mortalidad.
de T3 libre baja (HR 1.67; IC95% 1.23 a 2.27; I2 = 52.1%), con
Los pacientes con hipotiroidismo (TSH > 10 mU/L) tu-
una concentración de T4 libre baja (HR 2.40, IC95% 1.47 a
vieron mayor riesgo de mortalidad (HR 1.28; IC 95% 1.07
3.93; I2 = 0%) e hipotiroidismo (HR 1.24; IC95% 1.14 a 1.34;
a 1.54; P = 0.007) en comparación con los EU maneja-
I2 = 0%).
dos con hormonas tiroideas (HR 1.07; IC95% 0.88 a 1.30;
La HR de mortalidad cardiovascular se vinculó con una
P = 0.05). Se concluyó que el tratamiento con hormonas
concentración de T3 libre baja (HR 1.84; IC95% 1.24 a
tiroideas disminuye la mortalidad de los pacientes con IRC
2.74; I2 = 28.8%), así como una concentración de T4 li-
e hipotiroidismo (Rhee, 2013).
bre baja (HR 3.06; IC95% 1.29 a 7.24; I2 = 0%). No se
evaluó este riesgo para el hipotiroidismo. El análisis de En conclusión, tanto el hipotiroidismo subclínico como
meta-regresión confirmó los riesgos identificados en el el clínico se asocian con mayor riesgo de IRC y en esta
metaanálisis. es más frecuente el hipotiroidismo. Existe mayor riesgo
En una cohorte de 1,484 pacientes estadounidenses de mortalidad en pacientes con IRC e hipotiroidismo sub-
con IRC (Rhee, 2016) se estableció que el riesgo de mor- clínico y clínico en tratamiento con diálisis. El riesgo se
talidad total fue mayor en aquellos con hipotiroidismo (HR incrementa a partir de una concentración de 7 mU/L de
de 2.08; IC95% 1.56 a 2.78). El análisis de la TSH como TSH y la disminución de las fracciones libres de T3 y T4.
un predictor continuo (variable continua) relacionado con Esto sugiere que la existencia del hipotiroidismo tisular es
la mortalidad mostró que una concentración ≥ 7 mU/L se un factor determinante para la función renal, así como en
asoció con incremento del riesgo de mortalidad, mientras la mortalidad de los pacientes con IRC. El tratamiento con
que las concentraciones de alrededor de 1.5 a 3.0 mU/L se hormonas tiroideas en los pacientes con IRC hipotiroideos
vincularon con menor riesgo de mortalidad. aminora significativamente el riesgo de mortalidad.

Recomendaciones
— En los pacientes con IRC se recomienda evaluar en forma basal y prospectiva la función tiroidea.
(1, )
— En los pacientes con hipotiroidismo se recomienda evaluar la función renal antes y durante el tratamiento
sustitutivo con hormonas tiroideas. (1, )

37
4.6.
Hipotiroidismo subclínico y
diabetes mellitus

La diabetes mellitus (DM) y las enfermedades tiroideas son (OR 1.74; IC95% 1.34 a 2.28; con una heterogeneidad
las dos alteraciones más frecuentes en la práctica clínica (I2) = 56.8%; P = 0.01 para la heterogeneidad).
del endocrinólogo. En algunos casos comparten un sustra- Con los datos del metanaálisis se realizó por nuestra
to genético o epigenético como en el caso de la DM tipo 1, parte un análisis de sensibilidad y se excluyó el estudio
mientras que en la DM tipo 2 la asociación tiene su origen de Lv (2014) [incluido en el metaanálisis de Han de
en la mayor incidencia en edades avanzadas. 2015], con lo cual la heterogeneidad disminuyó a 0%
Se revisó un metaanálisis en el que se evaluó la asocia- (P = 0.656). A continuación se incluyeron el resto de
ción de HSC con DM2 (Han, 2015), en el cual se incluyeron estudios del metaanálisis anterior y otros dos más (Jia
17 estudios observacionales con 5,768 pacientes con DM2 20015; Qi, 2017) para un nuevo metaanálisis, el cual in-
y se compararon con 6,225 individuos sin diabetes para es- cluyó 1,793 pacientes. En este se observó que el riesgo
tablecer la frecuencia de HSC. La prevalencia de HSC entre de nefropatía en pacientes con HSC fue mayor en com-
estudios fue de 4.69 a 18.86%. La OR de HSC en los indi- paración con aquellos eutiroideos (OR 1.78; IC95% 1.54
viduos con DM2 en comparación con aquellos sin diabetes a 2.05; I2 = 2.2%; P = 0.421 para la heterogeneidad).
fue de 1.93 (IC95% 1.66 a 2.24). b. Retinopatía diabética. En 10 estudios con 4,572 pacien-
Por otra parte, se evaluaron 8,297 con DM2 en quienes tes con DM2 (835 con HSC y 3,737 eutiroideos) se en-
se encontró una prevalencia de HSC de 10.2% (IC95% 4.7 contró una asociación entre retinopatía y presencia de
a 15.7%). HSC (OR 1.42; IC95% 1.21 a 1.67; I2 = 7.9%; P = 0.37
En el análisis por subgrupos se observó que el HSC fue para la heterogeneidad).
más frecuente en mujeres con DM2 (14.9%; IC95% 12.4 a En otro metaanálisis (Wu J, 2015) que incluyó ocho es-
17.9) en comparación con los hombres (8.8%, IC95% 7.1 tudios con 3,631 pacientes con DM2 (589 con HSC y
a 10.5). 3,042 eutiroideos) también se encontró una asociación
En ese estudio también se analizó la asociación del HSC entre retinopatía y HSC (OR 2.13; IC95% 1.41 a 3.23;
con la presencia de complicaciones micro y macrovascula- I2 = 66%; P = 0.004 para la heterogeneidad).
res de la DM2: Se realizó por nuestra parte otro metaanálisis en el
a. Nefropatía diabética. En 10 estudios con 4,761 pacien- que se incluyeron los estudios del metaanálisis de Han
tes con DM2 (869 con HSC y 3,892 eutiroideos) se en- de 2015 y otros cuatro estudios más (Yang GR, 2010;
contró una asociación entre HSC y nefropatía diabética Yang JK, 2010; Kim BY, 2011; Qi, 2017) con un total

38
de 1,987 pacientes. El riesgo de retinopatía fue mayor Se realizó por nuestra parte un metaanálisis en el que se
en pacientes con HSC en comparación con aquellos incluyeron los estudios del metaanálisis de Han de 2015
eutiroideos (OR 1.49; IC95% 1.30 a 1.71; I2 = 0%; P = y el estudio de Jia de 2015. Se efectuó un análisis de
0.614 para la heterogeneidad). sensibilidad y se excluyó el estudio de Shen de 2012 (in-
c. Neuropatía periférica. En tres estudios con 1,710 pa- cluido en el metaanálisis de Han de 2015), con lo cual
cientes con DM2 (420 con HSC y 1,290 eutiroideos) se la heterogeneidad ya no fue significativa. El riesgo de
encontró mayor asociación entre neuropatía y presen- enfermedad coronaria en el grupo con HSC fue de una
cia de HSC (OR 1.87; IC95% 1.06 a 3.28; I2 = 76.6%; P = OR de 1.79 (IC95% 1.42 a 2.62; I2 = 33.6%; P = 0.172
0.014 para la heterogeneidad). para la heterogeneidad).
d. Enfermedad coronaria. En siete estudios con 1,896 pa- e. Enfermedad arterial periférica. En cuatro estudios con
cientes con DM2 (579 con HSC y 1,317 eutiroideos) 801 pacientes con DM2 (489 con HSC y 489 eutiroi-
no se encontró asociación alguna entre HSC y enferme- deos) se encontró mayor asociación entre enfermedad
dad coronaria (OR 1.59; IC95% 0.92 a 2.76; I2 =80.6%; arterial y HSC (OR 1.85; IC95% 1.35 a 2.54; I2 = 48.4%;
P < 0.002 para la heterogeneidad). P = 0.121 para la heterogeneidad).
Sin embargo, en un estudio retrospectivo (Jia, 2015)
con 933 pacientes con DM2 (126 con HSC y 807 eu- De acuerdo con la información obtenida, se concluye
tiroideos) sí se encontró dicha asociación y al llevar a que la prevalencia de HSC es mayor en pacientes con DM2
cabo un subanálisis por edad la relación solo se obser- que en población sin DM. Además, la presencia de HSC en
vó en pacientes con HSC ≥ 65 años de edad (OR 2.47; pacientes con DM2 aumenta el riesgo de presentar compli-
IC95% 1.73 a 5.22; P = 0.017). caciones crónicas de la diabetes.

Recomendación
— En pacientes con DM2 se recomienda realizar la evaluación de la función tiroidea de manera periódica
para identificar a aquellos con HSC, quienes tienen mayor riesgo de complicaciones tardías de la DM2.
(1, )

39
4.7.
Hipotiroidismo y síndrome
metabólico

Hormonas tiroideas en la (Giordano, 2014). Diversos estudios han demostrado me-


diante captación de flurodesoxiglucosa (18FDG-PET/CT),
homeostasis de la energía. marcadores moleculares e identificación histológica, que
existe tejido adiposo pardo en el humano eutiroideo, el cual
¿Cómo es la regulación a forma islas dentro del tejido adiposo blanco peritiroideo, así

través del sistema nervioso? como en las regiones supraclavicular, paracervical, parato-
rácica, mediastinal, y supra y pararrenal (Enerbäck, 2010).
La T3 incrementa la termogénesis en el tejido adiposo par-
Las hormonas tiroideas son fundamentales para la regula- do manteniendo la respuesta a la noradrenalina a través de
ción de la homeostasis de la energía. Sus acciones son me- los receptores de hormonas tiroideas alfa-1, e induciendo
diadas directamente en el sistema nervioso central (SNC) y la expresión génica de la UCP1 o proteína desacopladora 1
gracias a su interacción en los tejidos periféricos. a través de los receptores beta-1. Ambos efectos favorecen
En el SNC la T3 incrementa la actividad del sistema la producción de calor en el tejido adiposo pardo (Martí-
nervioso simpático (SNS) mediante la inhibición de la nez-Sánchez, 2014).
AMPK en el núcleo ventromedial del hipotálamo. En el En el contexto del control de la termogénesis por T3
núcleo arcuato o infundibular activa las neuronas orexi- existen estudios en humanos del efecto de la sobrealimen-
génicas NPY/AgRP a través de la vía mTOR e inhibe las tación en la concentración de hormonas tiroideas (Dan-
neuronas POMC/CART relacionadas con la saciedad forth, 1979). Desde finales de la década de los setentas se
(Martínez-Sánchez, 2014). Asimismo, la T3 modula la había demostrado que durante el incremento en la carga
producción hepática de glucosa y la sensibilidad a la in- calórica había un aumento en la termogénesis.
sulina por su efecto en el núcleo paraventricular y el SNS En el estudio realizado por Danforth se evaluaron las
(Klieverik, 2009; Fliers, 2010). hormonas tiroideas con la sobrealimentación (2,000 kcal/
En la periferia, el aumento de la actividad noradrenér- día adicionales) con dieta mixta durante siete meses y con
gica del SNS incrementa la termogénesis en tejido adipo- dietas adicionadas con 1,375 kcal/día de carbohidratos,
so pardo y en células transdiferenciadas del tejido adiposo 1,340 kcal/día de grasas o 965 kcal/día de proteínas du-
blanco, denominadas “doradas”, que expresan caracterís- rante tres semanas, en voluntarios con un rango de edad
ticas funcionales semejantes a las del tejido adiposo pardo de entre 20 y 29 años, con peso normal y con sobrepeso

40
moderado, y sin enfermedades recientes o endocrinológicas. En conclusión, durante periodos cortos o largos de
Durante ambos periodos de sobrealimentación hubo sobrealimentación y en asociación con aumento de peso
aumento de peso (en promedio 4.1 kg a las tres semanas hubo un incremento sanguíneo de la T3 relacionado con
y 11.2 kg a los siete meses) asociado con un incremento elevación en su producción periférica, posiblemente debi-
en la concentración sanguínea de T3. En el estudio de so- do a que la T4 no mostró cambios en su concentración, a
brealimentación a largo plazo con 1,200 kcal/m2/día de pesar de la tendencia a su disminución durante la sobreali-
carbohidratos del total de la ingesta calórica diaria, la T3 mentación a largo plazo. Durante la sobrealimentación por
aumentó de 136 ± 10 a 151 ± 10 ng/dL (P < 0.001) antes tres semanas hubo un aumento en la depuración de T3,
de que hubiera ganancia de peso, permaneciendo así des- quizá a nivel tisular, lo que podría explicar el incremento
pués de esta. en la termogénesis que se había demostrado antes con la
El efecto de la sobrealimentación por tres semanas en sobrealimentación.
la concentración de T3 se muestra en la figura 11. El au-
mento promedio de T3 fue de 128 ± 5 a 166 ± 8 ng/dL (P
< 0.0005). Los cambios en la cinética de T3 se muestran ¿Cuáles son las acciones
en la tabla 9.
La concentración de T3 reversa mostró mayor reduc- periféricas de las hormonas
ción con la dieta adicionada con carbohidratos (P < 0.005)
y proteínas (P < 0.0025), pero no con la de grasas. En la T4
tiroideas para la homeostasis
solo se observó una tendencia a la disminución de 6.8 ± 0.9 de la glucosa y los lípidos?
a 5.7 ± 0.8 μg/dL (P > 0.05) durante el periodo largo de so-
brealimentación. La TSH basal y con estimulación de TRH Mediante modelos experimentales en ratones que no ex-
no mostró cambios en su concentración antes y después de presan receptores para hormonas tiroideas, así como es-
la sobrealimentación. tudios metabólicos en pacientes con disfunción tiroidea
y resistencia a hormonas tiroideas, se ha logrado un co-
nocimiento integral de los efectos periféricos que tienen
las hormonas tiroideas en la homeostasis de la glucosa
P <0.0005 P <0.01 P <0.0025 y del tejido adiposo. Sobre esas bases se ha demostrado
160 que en el hipotiroidismo hay resistencia a la insulina por
disminución en la translocación de proteína transporta-
120 dora de glucosa tipo 4 (GLUT4, por sus siglas en inglés)
hacia la membrana celular y por el incremento asociado
T3 ng/dl

80 de hormonas contrarreguladoras (Song, 2011; van Tien-


hoven-Wind, 2015).
40
La deficiencia de hormonas tiroideas se asocia con
menor actividad del factor de transcripción 2 que se une
a SREBP-2 (elemento regulador del esterol), lo que dismi-
0
Carbohidratos Grasas Proteínas
nuye la expresión del gen de hidroximetilglutaril coenzima
1,375 kcal/día 1,340 kcal/día 965 kcal/día A (HMG-CoA) reductasa y del gen del receptor de LDL
adicionales adicionales adicionales (Duntas, 2012; van Tienhoven-Wind, 2015).
Recientemente (Gong, 2017) se demostró que en pa-
Figura 11. Concentración de T3 basal y después de la sobrea-
limentación con diferentes sustratos durante tres semanas cientes con hipotiroidismo subclínico existe mayor concen-
(Danforth, 1979) tración sanguínea de proproteína convertasa subtilisina/

Tabla 9. Cinética de T3 durante la sobrealimentación con diferentes sustratos durante tres semanas (Danforth, 1979)
Cinética de T3 Carbohidratos Grasas Proteínas Efecto diario
Producción ↑ 82% ↑ 74% ↑ 71% 29.8 ± 1.5 a 52.3 ± 1.9 µg/d/70 kg
(P < 0.000)
Depuración ↑ 43% ↑ 32% ↑ 33% 23.7 ± 1.4 a 32.4 ± 1.7 L/d/70 kg
(P < 0.000)

41
kexina tipo 9 (PCSK-9, por sus siglas en inglés) al compa-
rarse con personas eutiroideas (P < 0.001). En este estudio
¿Cuál es la asociación de
también se demostró, en cultivo de hepatocitos, un efecto las hormonas tiroideas
directo de TSH en la expresión del ARNm de PCSK-9, SREB
1 y 2 y de HMG-CoA reductasa. La PCSK-9 normalmente con el riesgo de síndrome
se une al dominio extracelular del receptor de LDL y previe-
ne que se recicle el receptor a la membrana celular. Todos
metabólico en personas
estos cambios en el metabolismo del colesterol inducidos eutiroideas?
por la deficiencia de hormonas tiroideas y por la TSH con-
dicionan en su conjunto un incremento en la concentración Recientemente se han integrado nuevos conceptos so-
sanguínea de colesterol en el hipotiroidismo. bre los efectos metabólicos de las hormonas tiroideas en
Además, en pacientes con hipotiroidismo se ha demos- personas sin enfermedades tiroideas que han permitido
trado la disminución de la actividad de la lipasa de lipopro- evidenciar que las concentraciones de T4 en límites de re-
teínas, lo que explica en incremento de triglicéridos en al- ferencia bajos y de T3 en límites de referencia altos se re-
gunos casos. La concentración normal baja de T4 puede lacionan con trastornos en la homeostasis de la glucosa y
asociarse con un incremento en la concentración de partí- metabolismo de lípidos.
culas grandes de VLDL (Lithell, 1981; Tan 1998; van Tien- Se realizó una revisión sistemática de los estudios po-
hoven-Wind, 2015). blacionales y de cohorte que tuvieran una muestra mayor
Finalmente, en pacientes con hipotiroidismo se ha ob- de 1,000 casos, llevados a cabo en personas eutiroideas,
servado el desarrollo de hígado graso y en aquellos con publicados durante los últimos 15 años y que incluyeran el
resistencia a hormonas tiroideas la presencia de depósitos riesgo de SM de acuerdo con las concentraciones de hor-
de grasa intracelular en el músculo estriado (van Tienho- monas tiroideas (T3 total, T4 libre y TSH) y la asociación
ven-Wind, 2015). de estas con resistencia a la insulina. Para el diagnóstico de
Por lo anterior, es comprensible la semejanza que exis- SM debían emplearse los criterios del NCEP-ATPIII, o bien,
te en diversos elementos clínicos que comparten el hipo- los criterios armonizados de la IDF, los Institutos Naciona-
tiroidismo y el síndrome metabólico. Sin embargo, aún no les de Salud estadounidenses, la Asociación Americana de
se ha establecido si la expresión de hipotiroidismo podría Corazón, la Federación Mundial de Corazón, la Sociedad In-
representar un factor de riesgo aditivo en un paciente con ternacional de Ateroesclerosis y la Asociación Internacional
síndrome metabólico (SM). para el Estudio de la Obesidad (Alberti, 2009), y aquellos
ajustados a las características de las poblaciones de oriente.
Se identificaron 16 estudios que cumplían los criterios
¿Cuál es la prevalencia de de inclusión. La resistencia a la insulina fue mayor en las per-
sonas eutiroideas con concentraciones normales altas de
síndrome metabólico en T3 total y TSH y con concentraciones normales bajas de T4
libre. De igual forma hubo mayor riesgo de SM prevalente
México? e incidente cuando las concentraciones de T4 libre se en-
contraron normales bajas, cuando la T3 estaba normal alta
El SM es un problema de salud pública en México. La pre- o bien cuando la TSH fue > 2.5 mU/L. El índice alto de T3
valencia de SM en la población mexicana ≥ 20 años es libre/T4 libre, como indicador de riesgo metabólico (Bas-
de 36.8% (Rojas, 2010), de acuerdo con los criterios del sols, 2011), también se asoció con mayor riesgo de SM. La
Programa Nacional de Educación en Colesterol ATP III concentración normal alta de T4 libre se vinculó con menor
(NCEP-ATPIII) de 2001 y de 49.8% con los criterios de la riesgo de SM. En la tabla 10 se muestran los resultados de
Federación Internacional de Diabetes (IDF, por sus siglas en los estudios incluidos.
inglés) de 2005. Las diferencias en la prevalencia se deben
principalmente a las definiciones para la concentración de
glucosa y para circunferencia de cintura. Las hormonas tiroideas en el
La prevalencia de hipotiroidismo clínico y subclínico en
México es de 5 a 10%. Sobre la base de la Encuesta Inter-
proceso de transición hacia
censal del INEGI en 2015, que mostró una población de el síndrome metabólico
81.6 millones ≥ 20 años, se podría esperar que alrededor
de 2 a 4 millones de mexicanos ≥ 20 años pudieran tener Las asociaciones y riesgos con concentraciones norma-
ambos padecimientos. les de hormonas tiroideas también tuvieron una relación

42
Tabla 10. Asociación de hormonas tiroideas en personas eutiroideas con resistencia a la insulina y síndrome metabólico
en estudios poblacionales y de cohorte
Autor Muestra Edad (años) Asociación con hormonas tiroideas
RI SM* OR (IC95%)**
Lin, 2005 4,938 50.1 ± 12.6 NE T4L cuartil bajo P < 0.01
Taiwán
Ross, 2007 1,581 49 ± 12 T4L P < 0.01 T4L para 4 componentes, P <0.05
Países Bajos (calculada) TSH P < 0.03 excepto HAS
Ruhla, 2010 1,333 51.6 ± 0.4 TSH (2.5-4.5 mU/L) TSH 2.5-4.5 mU/L 2.5 (1.07-4.13)
Alemania P < 0.01
Garduño, 2010 2,771 42.3 ± 10 T4L (tercil bajo) No correlación con T4 o TSH
México P < 0.01
Lee YK, 2011 7,270 43.8 ± 9 NE TSH 2.42-3.44 mU/L 1.25 (1.01-1.54)
Corea (calculada) TSH 3.45-4.47 mU/L 1.40 (1.02-1.92)
TSH 4.48-5.5 mU/L 1.92 (1.24-2.97)
Park SB, 2011 5,998 45.6 ± 9.5 T4L P < 0.02 TSH: incidencia de P < 0.05
Corea TSH P < 0.01 SM en 3 años
Waring, 2012 1,779 73.6 ± 2.9 NE TSH 0.35-4.5 mU/L 1.16 (1.03-1.30)
EE.UU. (como variable continua)
Heima, 2013 1,187 75.4 ± 6.6 NE TSH 2.29-10 mU/L 1.57 (1.08-2.29)
Países Bajos
Oh, 2013 2,760 25 ± 5 No correlación TSH 2.6-4.5 mU/L 1.90 (1.10-1.30)
Corea
Mehran, 2014 3,724 38.7 ± 13.1 T4L (tercil bajo) T4L tercil bajo P < 0.001
Irán P < 0.001
Laclaustra, 2015 2,612 47.8 ± 9.4 TSH P < 0.001 TSH quintil alto 1.71 (1.32-2.21)
España T4L quintil bajo 1.49 (1.16-1.90)
Huang, 2016 8,270 45.3 ± 9.9 NE T3T cuartil alto 1.37 (1.15-1.62)
Taiwán T4L cuartil alto 0.74 (0.62-0.90)
Kim HJ, 2017 12,037 50.7 ± 6.4 T3T (cuartil alto) T3T cuartil alto incidencia de †1.23 (1.12-1.35)
Corea P < 0.001 SM en 6 años
Mehran, 2017a 2,393 37.8 ± 12.6 NE T4L, incidencia de SM en P = 0.03
Irán no-obesos en 10 años‡
Wolffenbuttel, 2017 26,719 45.5 ± 13 NE TSH cuartil alto
Países Bajos (calculada) Hombres 1.21 (1.04-1.40)
Mujeres 1.67 (0.99-1.37)
T4L cuartil alto
Hombres 0.77 (0.62-0.83)
Mujeres 0.81 (0.69-0.96)
T3L cuartil alto
Hombres 1.49 (1.26-1.75)
Mujeres 1.62 (1.35-1.94)
T3L/T4L cuartil alto
Hombres 1.67 (1.43-1.94)
Mujeres 1.79 (1.52-2.12)
Park SY, 2017 132,346 38.3 ± 10.5 TSH y T3L/T4L TSH 3.3-5 mU/L
Corea (calculada) P < 0.001 Hombres 1.42 (1.27-1.58)
para la tendencia Mujeres 1.32 (1.10-1.58)
T3L/T4L ≥ 0.358
Hombres 2.07 (1.85-2.33)
Mujeres 2.19 (1.82-2.65)
*La definición de SM fue variable entre los estudios.
**La OR y la HR fueron ajustadas para variables confusoras. La asociación de T4 (tercil, cuartil y quintil) con la RI y SM fue negativa (excepto en Huang,
2016) y la de TSH, T3 total y T3 libre/T4 libre es positiva.
†Se calculó HR.
‡Por cada ng/dL de reducción de T4 se incrementó el riesgo de SM 40% en los siguientes 10 años.
NE: no evaluada; RI: resistencia a la insulina; SM: síndrome metabólico; OR: razón de momios; HR: tasa de riesgo; T3L: T3 libre; T4L: T4 libre; T3T: T3 total.

43
significativa con varios componentes del SM en la mayo- de T4 deja de ser iniciadora de las alteraciones metabólicas
ría de los estudios. En uno de estos (Laclaustra, 2015) se y la baja función tiroidea forma parte de la asociación y se-
desarrolló un modelo de funciones polinómicas que hace mejanza de ambos trastornos metabólicos.
evidente la tendencia de asociación entre la concentración
de TSH y el riesgo de SM. El perfil de la curva sugiere que
la relación no es lineal en todo el rango de concentración ¿Tienen mayor riesgo de
normal de TSH.
Aplicando estos modelos a variables continuas relacio-
hipotiroidismo las personas
nadas con el SM se puede sugerir que el rango de influencia con síndrome metabólico?
de la TSH es diferente para cada uno. Así, la TSH en límites
altos (cercano al observado en hipotiroidismo subclínico) En el estudio de la cohorte poblacional de Taiwán (Chang,
tiene mucha más influencia en el IMC, la concentración de 2017) se siguieron en forma prospectiva 66,822 perso-
triglicéridos y de HDL. La concentración de T4 libre en lími- nas sin enfermedades tiroideas durante alrededor de 4.2
tes bajos tiene más influencia con el IMC, el colesterol total años. La edad promedio fue de 41 años. Se utilizaron los
y LDL, triglicéridos y la resistencia a la insulina (evaluada criterios armonizados para el diagnóstico de SM. El hipo-
por HOMA-IR). tiroidismo clínico se definió basándose en síntomas, TSH
En otro análisis de regresión de funciones polinómicas, > 5 mU/L y T4 < 5 μg/dL, y el hipotiroidismo subclínico
que permite establecer tendencias de asociación (Mehran, con TSH > 5 mU/L y T4 entre 4.5 y 12 μg/dL. En total,
2017a), realizado en una cohorte poblacional con 2,393 11,068 tenían SM. Se identificaron 1,247 casos nuevos de
personas durante 10 años, se obtuvieron conclusiones se- hipotiroidismo (51 con hipotiroidismo clínico y 1,196 con
mejantes. Se observó que la disminución de T4 libre a través hipotiroidismo subclínico).
del tiempo, pero no la concentración de TSH, se asoció con El estimado de riesgos para hipotiroidismo subclínico in-
la expresión de SM en personas eutiroideas no obesas y con cidente en aquellos con SM, ajustado para factores de riesgo
hipotiroidismo subclínico (TSH < 10 mU/L). Ello sugiere que potencial, fue de una HR de 1.21 (IC95% 1.03 a 1.42) y para
los efectos de las variaciones en hormonas tiroideas sobre hipotiroidismo clínico de HR 0.47 (IC95% 0.17 a 1.36).
las alteraciones metabólicas pueden persistir desde el es- En el análisis de efectos independientes asociados con
tado eutiroideo hasta el hipotiroidismo subclínico. Es decir, cada componente del SM, el riesgo de hipotiroidismo sub-
el efecto acumulativo de la disminución de T4 a través del clínico se incrementó con la presión arterial (HR 1.24;
tiempo fue predictivo para el desarrollo de obesidad abdo- IC95% 1.04 a 1.48) y triglicéridos altos (HR 1.18; IC95%
minal, elevación de triglicéridos y presión arterial después de 1.00 a 1.39).
haber sido ajustados para la edad, género, IMC y HOMA-IR. El análisis del efecto aditivo asociado con diferentes
La importancia pronóstica del SM comparado con la combinaciones de los cinco componentes del SM indicó
suma de cada uno de sus componentes se ha cuestionado que aquellos con presión arterial y triglicéridos altos tuvie-
repetidamente. En un estudio de cohorte en 2,815 pacien- ron 49% de aumento de riesgo de hipotiroidismo subclínico
tes (Hunt, 2004) el riesgo de mortalidad cardiovascular (HR ajustada 1.49; IC95% 1.16 a 1.90).
asociado con el SM definido con NCEP-ATPIII (HR 2.53; El análisis de sensibilidad entre el SM y el hipotiroidismo
IC95% 1.96 a 4.20) fue similar al riesgo vinculado con la subclínico quitando diferentes confusores no mostró dife-
glucosa anormal en ayunas (HR 2.87; IC95% 1.96 a 4.20) y rencias sustanciales, ni tampoco el género y la edad ≥ 40
con la hipertensión arterial (HR 1.71; IC95% 1.15 a 2.54). años al inicio del estudio.
En consecuencia, durante el proceso de transición de Este estudio poblacional prospectivo sugiere que duran-
una concentración TSH en límites altos hasta la observada te el desarrollo del hipotiroidismo subclínico en un individuo
en el hipotiroidismo subclínico, y el descenso progresivo de que tiene SM, la disminución progresiva de las hormonas ti-
la T4 libre, ambas hormonas representan indicadores bioló- roideas y el incremento de TSH tendrán un efecto aditivo
gicos del desarrollo de riesgo cardiovascular. inicial sobre la presión arterial y la concentración de trigli-
Sobre dichas bases, la identificación de una concentra- céridos. Estos dos componentes del SM podrían ser indica-
ción en límites normales bajos de T4 (a través del tiempo) dores, por el aumento de riesgo del 49%, de la expresión del
y en límites normales altos de TSH sugiere que los mecanis- hipotiroidismo conforme la reducción de T4 y el incremento
mos fisiopatológicos subyacentes podrían extenderse des- de TSH progresan en el tiempo. El no hacerse evidente tal
de el estado eutiroideo y facilitar tanto la expresión de fac- riesgo en aquellos con hipotiroidismo clínico se puede expli-
tores de riesgo cardiovascular como la expresión clínica del car por los pocos pacientes que lo desarrollaron (51 casos).
SM en personas predispuestas. Existe un punto en la evolu- En consecuencia la baja representatividad de la muestra no
ción del proceso, aún no precisado, en el que la deficiencia permite establecer una conclusión sólida.

44
¿Tienen mayor riesgo de 2013; Eftekharzadeh, 2016; Yang, 2016). Los riesgos ob-
tenidos en cada uno se muestran en la figura 12.
síndrome metabólico las El metaanálisis de Ye (2013) incluyó seis estudios. La
edad promedio estuvo entre 42.3 y 73.6 años y en un es-
personas con hipotiroidismo? tudio no se especificó. Se analizaron 1,324 casos con hipo-
tiroidismo subclínico y 18,222 eutiroideos. En cuatro estu-
El estudio transversal de la cohorte poblacional de Irán dios se utilizaron las definiciones para SM del NCEP-ATPIII,
(Mehran, 2017b) se realizó en 5,422 personas con edad en uno la de la IDF y en otro la de la Sociedad China de
promedio de 40.3 años, para establecer la prevalencia de Diabetes. Los criterios para definir hipotiroidismo subclíni-
SM en hipotiroidismo. Se utilizó la definición armonizada co consideraron una TSH > 4.2 hasta 20 mU/L con T3 y
de SM. Se identificaron 101 casos (2%) con hipotiroidismo T4 libres normales. El riesgo de SM fue mayor en el hipoti-
clínico y 294 (5%) con hipotiroidismo subclínico (definido roidismo subclínico (OR 1.20; IC95% 1.05 a 1.36; I2 = 0%).
con TSH > 5.06 mU/L y T4 libre normal). El metaanálisis de Eftekharzadeh (2016) incluyó ocho
El riesgo de SM en personas > 50 años con hipotiroidismo estudios, siendo uno con análisis transversal y de cohor-
subclínico fue mayor que en aquellas < 50 años (OR ajustada te. Las edad promedio se ubicó entre 34.4 y 73.6 años.
1.76; IC95% 1.94 a 2.97). El riesgo de SM en hipotiroidismo Se analizaron 1,431 casos con hipotiroidismo subclínico y
clínico solo estuvo presente en hombres (OR ajustada para 16,640 eutiroideos. Solo se eligieron estudios que utiliza-
edad y tabaquismo 2.9; IC95% 1.04 a 8.4). Sin embargo, el ron la definición para SM del NCEP-ATPIII (uno con la del
riesgo desapareció después de ajustarlo para el IMC. 2001, cuatro con la de 2005 y dos con la actualizada para el
La T4 libre tuvo una relación inversa con la circun- país que lo realizó). Los criterios para definir hipotiroidismo
ferencia de cintura, IMC, colesterol total y triglicéridos subclínico solo consideraron la TSH > 4.2 hasta 20 mU/L
(P < 0.001 para todos), así como la presión diastólica (P = en tres estudios, TSH > 4 hasta 20 mU/L asociada con T4
0.009) e insulina en ayuno (P = 0.015). La TSH tuvo una libre normal en tres estudios, T3 y T4 libres normales en un
relación directa con colesterol total (P < 0.001) y triglicé- estudio, y en uno más no se especificó. Utilizando solo los
ridos (P = 0.003). criterios del NCEP-ATPIII, el riesgo de SM en el hipotiroidis-
mo subclínico no fue significativo (OR 1.13; IC95% 0.95 a
1.34; I2 = 37.8%).
¿Aumenta el riesgo El metaanálisis de Yang 2016 incluyó nueve estudios. La
de síndrome metabólico el edad promedio estuvo entre 42 y 73.6 años y en un estudio
de 14 años. Se analizaron 5,884 casos con hipotiroidismo
hipotiroidismo subclínico? subclínico y 28,040 eutiroideos. En seis estudios se utilizó
la definición para SM del NCEP-ATPIII, en dos la de la IDF
Hasta el momento actual se han realizado tres metaanálisis y en uno la de la Sociedad China de Diabetes. Los criterios
sobre el riesgo de SM en hipotiroidismo subclínico (Ye YC, para definir hipotiroidismo subclínico consideraron la TSH

Metaanálisis OR (IC95%)
Ye 6 EC Eutiroideos HSC
2013 18,222 1,324 1.20 (1.05 a 1.36)
Heterogeneidad: I2 = 0%

Eftekharzadeh 8 EC Eutiroideos HSC


2016 16,640 1,431 1.13 (0.95 a 1.34)
Heterogeneidad: I2 = 37.8%

Yang 9 EC Eutiroideos HSC


2016 28,040 5,884 1.31 (1.08 a 1.60)
Heterogeneidad: I2 = 50%

0.2 0.5 1.0 2.0 5.0

Figura 12. Resultado de tres metaanálisis para el riesgo de síndrome metabólico en hipotiroidismo subclínico. El metaanálisis de Eftekhar-
zadeh solo incluyó estudios con la definición de SM propuesta por el NCEP-ATP III

45
> 4.0 o 5.72 mU/L y en un estudio no se reportó. El riesgo atenuación en la estimación del riesgo de SM en el hipoti-
de SM fue mayor en el hipotiroidismo subclínico (OR 1.31; roidismo subclínico posiblemente debido a las diferencias
IC95% 1.08 a 1.60; I2 = 50%). en los criterios de glucosa en ayunas y circunferencia de
Cuando solo se analizaron los estudios con la definición cintura (Yang, 2016). Por otra parte, dos metaanálisis
de la IDF el riesgo de SM fue mayor en el hipotiroidismo sugieren que el hipotiroidismo subclínico podría ser un
subclínico (OR 1.29; IC95% 1.05 a 1.57; I2 = 0%). Cuando factor que favorece la expresión del SM, quizá por una
se analizaron aquellos con la definición del NCEP-ATPIII concentración baja de T4, pero aún en límites de referen-
no se observó dicho riesgo (OR 1.35; IC95% 0.95 a 1.92; cia. Hasta el momento no se han realizado estudios que
I2 = 66.4%). evalúen el efecto de la sustitución tiroidea sobre la rever-
Los estudios anteriores sugieren que cuando se em- sión de los componentes del SM en pacientes con hipoti-
plean las definiciones del NCP-ATPIII puede haber una roidismo subclínico.

Recomendación
— Se recomienda evaluar la función tiroidea en los pacientes con síndrome metabólico. (1, )

46
4.8.
Hipotiroidismo subclínico y
mortalidad general

¿Tiene el hipotiroidismo subclínico se definió con una concentración de TSH de 3.1


a 10 mU/L y el hipotiroidismo clínico con TSH > 10 mU/L.
subclínico algún efecto en la En el análisis ajustado para factores de riesgo cardiovascu-
lar los pacientes con TSH de 6.1 a 10 mU/L tuvieron ma-
mortalidad general? yor riesgo de mortalidad general (HR 1.61; IC95% 1.02 a
2.55; P = 0.04) así como aquellos con TSH > 10 mU/L (HR
En un análisis de metadatos (agrupación de las bases 2.34; IC95% 1.33 a 4.10; P = 0.003). La mortalidad general
de datos) se incluyeron 11 cohortes prospectivas de fue mayor en pacientes con hipotiroidismo subclínico < 65
EE.UU., Europa, Australia, Sudamérica y Asia (Rodondi, años (P = 0.018) y ≥ 65 años (P = 0.026).
2010). En el análisis de mortalidad general se incluyeron Una cohorte de pacientes de Taiwán incluyó 115,746
64,951pacientes, con una prevalencia de hipotiroidismo pacientes, de los cuales 1,841 tenían hipotiroidismo sub-
subclínico de 6.2%, definido con una concentración de clínico (1.6%) y 113,905 eran eutiroideos, con promedio
TSH de 4.5 a 19.9 mU/L. El rango de seguimiento de los de edad de 47.1 y 42.9, respectivamente (Tseng, 2012).
estudios tuvo una mediana de 2.5 a 20 años. En el análisis El hipotiroidismo subclínico se definió con una concentra-
por rangos de concentración de TSH no se observó una ción de TSH de 5.0 a 19.96 mU/L y T4 total normal. La
asociación entre el hipotiroidismo subclínico y la morta- mortalidad general fue de 3.2% durante un seguimiento
lidad general. Sin embargo, en el análisis por grupos de de 10 años. El análisis ajustado para edad, género, facto-
edad considerando la edad como una variable continua, res de riesgo cardiovascular y actividad física mostró que
se observó mayor HR de mortalidad general solo en los los pacientes con hipotiroidismo subclínico tuvieron ma-
pacientes de 65 a 79 años con hipotiroidismo subclínico yor riesgo de mortalidad general a partir de los cinco años
(HR 1.22; IC95% 1.03 a 1.45). del diagnóstico de hipotiroidismo subclínico (RR 1.53;
En un estudio con 6,408 pacientes de la base de datos IC95% 1.13 a 2.06; P < 0.01), no así en los que tuvieron
de Preventive Cardiology Information System (PreCIS), Cle- menos de cinco años de evolución. En el subanálisis por
veland Clinic con 4,675 pacientes eutiroideos (1,396 con edad se observó que los pacientes ≥ 65 años tuvieron ma-
hipotiroidismo subclínico y 79 con hipotiroidismo clínico) yor riesgo de mortalidad general (RR 1.53; IC95% 1.11
se evaluó el riesgo de mortalidad general en un seguimien- a 2.11; P < 0.05), pero no en los pacientes < 65 años. En
to de hasta ocho años (McQuade, 2011). El hipotiroidismo el subanálisis por estratos de TSH, una concentración de

47
5.0 a 9.99 tuvo mayor riesgo de mortalidad general (RR
1.38; IC95% 1.08 a 1.78; P < 0.05), pero no en aquellos
El tratamiento con
con TSH ≥ 10 mU/L, posiblemente por un bajo número de levotiroxina, ¿disminuye
pacientes en este grupo (n = 206).
En un estudio de cohorte de población danesa de la mortalidad en pacientes
563,700 pacientes sin enfermedades tiroideas y prome-
dio de edad de 48.6 años, la prevalencia de hipotiroidismo
con hipotiroidismo
subclínico (definido con una concentración de TSH >5 subclínico?
mU/L y T4 libre normal) fue de 2% (Selmer, 2014). Se
excluyeron individuos con insuficiencia cardiaca, evento En un estudio de cohorte danés (The Danish National Pa-
vascular cerebral y cáncer. Solo 3.5% de los pacientes de tient Register) se incluyeron 12,212 pacientes mayores
la cohorte tuvo una o más comorbilidades (cardiopatía is- de 18 años con hipotiroidismo subclínico que no recibían
quémica, enfermedad vascular periférica, diabetes, insu- medicamentos que alteraran la función tiroidea (Ander-
ficiencia renal crónica, enfermedad pulmonar obstructiva sen MN, 2015). El hipotiroidismo subclínico se definió con
crónica y enfermedad reumática) y la mortalidad general una concentración de TSH > 5 mU/L y de T4 libre normal
fue de 8.4% durante una mediana de seguimiento de 5.5 (21.2% de los pacientes tenía la TSH > 10 mU/L). El es-
años. El hipotiroidismo subclínico se asoció con menor tudio evaluó el efecto del tratamiento con LT4 en la mor-
riesgo de muerte general solo en los pacientes > 65 años. talidad general. El promedio de edad fue de 55.2 ± 18.8
En aquellos < 65 años el hipotiroidismo subclínico no se años. Durante una mediana de seguimiento de cinco años,
asoció con un cambio en el riesgo de mortalidad general, 20.3% de los pacientes recibió tratamiento con LT4 en los
posiblemente por un número de muertes muy bajo en ese primeros seis meses a partir de la fecha de las pruebas de
grupo. En los pacientes con hipotiroidismo clínico tampo- función tiroidea. Sin embargo, en el grupo de pacientes ca-
co se observó algún cambio en el riesgo. talogados como no-tratados, 39% recibió tratamiento des-
En otro estudio de cohorte danés con 239,768 pacien- pués de los seis meses de las pruebas de función tiroidea.
tes sin enfermedades tiroideas, la prevalencia de hipoti- En el análisis ajustado por el índice de comorbilidades de
roidismo subclínico fue 2.7% (TSH > 4 mU/L y T4 total Charlson se observó menor incidencia (IRR) de mortalidad
normal) y la mortalidad general de 15.8% durante una general en los < 65 años con hipotiroidismo subclínico que
mediana de seguimiento de 7.4 años (Laulund, 2014). El recibían tratamiento (IRR 0.63; IC95% 0.40 a 0.99). No
promedio de edad fue 50.8 años en los pacientes eutiroi- obstante, en los participantes ≥ 65 años no se observó una
deos y 53.6 años en aquellos con hipotiroidismo subclí- diferencia en la incidencia de mortalidad general entre los
nico. En el análisis ajustado para la edad, género e índice tratados y los no-tratados.
de comorbilidad de Charlson, los pacientes con hipotiroi- En otro análisis de esa misma cohorte danesa se se-
dismo subclínico no tuvieron mayor riesgo de muerte en leccionaron los pacientes > 18 años con enfermedad
general. Sin embargo, los individuos con hipotiroidismo cardiovascular (infarto agudo del miocardio, cardiopatía
clínico sí tuvieron mayor riesgo (HR 1.57; IC95% 1.34 a isquémica crónica, arritmia e insuficiencia cardiaca) e hi-
1.83). En este estudio el promedio de edad y el índice de potiroidismo subclínico con los mismos criterios de inclu-
comorbilidades de Charlson fueron mayores con respecto sión y exclusión definidos en el estudio anterior (Andersen
al estudio previo, lo que podría explicar el elevado número MN, 2016). Se incluyeron 1,192 pacientes con un prome-
de muertes en el seguimiento. dio de edad de 73.6 ± 13.3 años. Durante una media de
De una base de datos de Israel se seleccionaron seguimiento de 5.6 años 11.4% de los pacientes recibió
17,440 pacientes ≥ 65 años sin enfermedades tiroideas tratamiento con LT4. En el análisis ajustado por el índice
ni medicamentos que pudieran alterar la función tiroidea de comorbilidad de Charlson no se observó una diferencia
(Grossman, 2016). El hipotiroidismo subclínico se defi- en la incidencia de mortalidad general entre los tratados y
nió con una concentración de TSH > 4.2 mU/L y T4 libre los no-tratados.
normal. La mortalidad general fue de 34.6% durante un De una cohorte de pacientes de la General Practice Re-
seguimiento de 10 años. En el análisis ajustado por edad, search Database (GPRD) del Reino Unido, se seleccionaron
género, factores de riesgo cardiovascular y comorbilida- 4,736 pacientes > 40 años con hipotiroidismo subclínico
des el hipotiroidismo subclínico se asoció con mayor ries- definido con una concentración de TSH de 5.1 a 10 mU/L
go de mortalidad general (HR 1.68; IC95% 1.56 a 1.80). y T4 libre normal. Entre los criterios de sección los parti-
En el subanálisis por estratos de TSH el riesgo fue mayor cipantes no debían recibir medicamentos que alteraran la
en los pacientes con TSH > 6.38 mU/L (HR 1.71; IC95% función tiroidea ni tener antecedentes de cardiopatía is-
1.38 a 2.12). quémica o enfermedad vascular cerebral (Razvi, 2012). De

48
los pacientes que recibieron tratamiento con LT4, 12.2% bién se asoció con la demencia senil, insuficiencia cardiaca,
lo inició después de progresar a hipotiroidismo clínico y insuficiencia renal crónica y eventos cardiovasculares (P =
6.4% lo suspendió durante el seguimiento. De quienes no 0.000 para cada uno), y todos estos factores fueron más
recibieron tratamiento con LT4, 38.4% normalizó la con- frecuentes en el grupo de casos (tratados con LT4). El uso
centración de TSH durante el seguimiento. Para el análisis de LT4 no se asoció con mayor frecuencia de fibrilación au-
de riesgo los modelos se ajustaron para factores de riesgo ricular o fractura de fémur.
cardiovascular. Después de excluir a los pacientes que nor-
malizaron la TSH, los resultados fueron similares. De los estudios analizados se puede concluir:
El grupo de pacientes de 40 a 70 años (65.3%) tuvo 1. El hipotiroidismo subclínico no se asoció con un incre-
una mediana de seguimiento de 7.6 años y 52.8% recibió mento en el riesgo de mortalidad general (Laulund,
tratamiento con LT4. Aquellos con tratamiento tuvieron 2014; Grossman, 2015).
menor riesgo de mortalidad general (HR 0.36; IC95% 0.19 2. En los pacientes < 65 años con hipotiroidismo subclínico
a 0.66) en comparación con los no-tratados. No se observó no se observó un incremento en el riesgo de mortalidad
un incremento del riesgo de fibrilación auricular en quienes general (Rodondi, 2010; Tseng, 2012; Selmer 2014).
recibieron LT4 (HR 0.76; IC95% 0.26 a 1.73). Solo un estudio reportó aumento en este riesgo (Mc-
En el grupo de pacientes > 70 años, 49.9% recibió tra- Quade, 2011).
tamiento con LT4 durante una mediana de seguimiento de 3. En los pacientes ≥ 65 años, el hipotiroidismo subclínico
5.2 años. Respecto a la incidencia de mortalidad general, se asoció con mayor riesgo de mortalidad general (Ro-
en quienes fueron tratados no se observó alguna diferencia dondi, 2010; McQuade, 2011; Tseng, 2012).
en comparación con los no-tratados, ni tampoco en la inci- 4. Cuatro estudios realizaron un subanálisis por concen-
dencia de fibrilación auricular. tración de TSH y tres reportaron un incremento del
En un estudio de casos y controles de población israe- riesgo en la mortalidad general con una concentración
lita se seleccionaron 419 casos ≥ 65 años con hipotiroidis- mayor de:
mo subclínico con una concentración de TSH de 4.3 a 9.9 — 4.9 mU/L (Tseng, 2012).
mU/L, que habían tomado LT4 durante al menos un año — 6.0 mU/L (McQuade, 2011).
y que tenían una función tiroidea normal (TSH y T4 libre — 6.38 mU/L (Grossman, 2016).
dentro del rango de referencia) un año previo al inicio del 5. En los pacientes < 65 años con hipotiroidismo subclí-
tratamiento con LT4, y que fallecieron en un periodo de nico, el tratamiento con LT4 disminuyó la mortalidad
seguimiento de cinco años. Se seleccionaron 1,558 contro- general durante un promedio de seguimiento de cinco
les (una relación 4:1) pareados por edad, género, índice de a siete años (Razvi, 2012; Andersen MN, 2015).
comorbilidad de Charlson, cuartil de TSH, periodo de se- 6. En los pacientes ≥ 65 años con hipotiroidismo subclíni-
guimiento y fecha de muerte (Grossman, 2017). co, el tratamiento con LT4 no disminuyó la mortalidad
El grupo de casos tuvo mayor frecuencia de insuficien- general, aun en aquellos con alguna enfermedad car-
cia cardiaca, insuficiencia renal crónica, demencia senil y diovascular, durante un promedio de seguimiento de
eventos vasculares cerebrales (P < 0.01). El grupo control cinco años (Razvi, 2012; Anderesen MN, 2015; Ander-
tuvo mayor frecuencia de hiperlipidemia (P = 0.03). sen MN, 2016). En un estudio se reportó el incremento
En el análisis ajustado por factores sociodemográficos en la mortalidad general, la cual estuvo asociada con la
y confusores de comorbilidad, el uso de LT4 se asoció con presencia de otras comorbilidades (Grossman, 2017).
mayor riesgo de mortalidad general con una OR de 1.19 7. En ningún estudio se observó aumento en la incidencia
(IC95% 1.03 a 1.38; P = 0.000). Sin embargo, esta tam- de fibrilación auricular asociada con el uso de LT4.

49
Disfunción tiroidea en el
enfermo en estado crítico 05

51
5.
Disfunción tiroidea en el
enfermo en estado crítico

¿Qué es el síndrome de fue definida por Hans Selye como la respuesta excesiva o
inapropiada a un patógeno indirecto, que incluye respues-
adaptación general? tas endocrinas e inmunológicas, esencialmente útiles en la
reacción de defensa, pero que podrían ser la causa principal
Hans Selye lo definió (Selye, 1976) como el desarrollo cro- de la enfermedad si la reacción de defensa es inadecuada
nológico de respuestas, cuando la acción del estresor se bajo ciertas circunstancias (Selye, 1976).
prolonga. Durante la respuesta inflamatoria sistémica que ocurre
Durante el estado crítico de una enfermedad el individuo en el estado crítico se producen diversas citocinas (inter-
desarrolla diversas respuestas alostásicas (allo: diferente de leucinas, factor de necrosis tumoral alfa, interferón gam-
lo normal, y stasis: conservación de un estado estable), que ma) que participan en la patogénesis de los trastornos neu-
tienen como finalidad que el organismo alcance la estabi- roendocrinos que ocurren en el enfermo en estado crítico.
lidad a través del cambio para reestablecer la normalidad Estas citocinas reducen la actividad hipotálamo-hipofisiaria
en las funciones (Sterling, 1988). Sin embargo, conforme del eje tiroideo, la hormonogénesis y la secreción de hor-
avanza el tiempo (más de 10 días) las respuestas neuroen- monas tiroideas (Bartelena, 1998).
docrinas, metabólicas e inmunes comienzan a mostrar cam-
bios que ya no pueden ser considerados como adaptativos.
La activación sostenida o repetitiva de las respuestas ¿Cuáles son los cambios a
alostásicas puede llevar a la pérdida de la capacidad de
adaptación o prolongar la respuesta activada; o bien, la
nivel central de la disfunción
respuesta inducida puede ser inadecuada porque amplifi- tiroidea en el enfermo en
ca otras respuestas consideradas como compensatorias en
otros momentos (McEwen, 1998). estado crítico?
La coexistencia de una concentración baja de hormonas ti-
¿Qué es la enfermedad por roideas con una concentración de TSH inapropiadamente
normal o baja sugiere la existencia de un trastorno funcio-
adaptación? nal central (hipotálamo-hipofisario) en el eje tiroideo.
Individuos que murieron durante el estado crítico tuvie-
Una vez que se establece la disfunción orgánica múltiple ron una reducción significativa en la expresión del gen de
secundaria se inicia una enfermedad por adaptación. Esta la hormona liberadora de tiratropina (TRH) en el núcleo

53
paraventricular (Fliers, 1997). La reducción en la síntesis tiroidea en individuos que murieron en la fase crónica del
de TRH condiciona un incremento en la sialilación de la estado crítico demostró una reducción significativa en el
TSH, con lo que la molécula tiene una vida media más pro- peso de la glándula y en el tamaño de los folículos tiroideos,
longada pero menor actividad biológica (Persani, 1998). cuando se comparó con la tiroides de individuos que murie-
En pacientes en estado crítico se observa una reducción en ron súbitamente (Arem, 1993).
la bioactividad de la TSH debido a mayor sialilación de la Durante el estado crítico, la disponibilidad tisular de
molécula (Manger, 1997). Por otra parte, existe un incre- las hormonas tiroideas está determinada por la hormo-
mento en la amplitud pero no en la frecuencia de los pulsos nogénesis tiroidea, su conversión periférica a través de
de secreción de TSH a través del día, independiente de la MDY y su captación celular mediante transportadores de
concentración de hormonas tiroideas (Adriaanse, 1993). membrana. Y su acción tisular está determinada por la
Sin embargo, la amplitud de los pulsos durante la secreción disponibilidad y cantidad de receptores para que ejerzan
nocturna de TSH se encuentra disminuida, lo cual se asocia sus efectos.
con una reducción en la liberación nocturna, semejante a De acuerdo con estudios realizados sobre concentra-
la que se observa en individuos con hipotiroidismo central ción intracelular, captación tisular de hormonas tiroideas
(Adriaanse, 1993). A pesar de estos cambios, la infusión de y actividad de MDY en enfermos que murieron en estado
TRH en individuos en estado crítico condiciona un incre- crítico crónico (figura 13):
mento en la concentración de TSH y de hormonas tiroideas a. La concentración intracelular de T3 en diversos tejidos
(Van den Berghe, 1998). (corteza cerebral, hipotálamo, hipófisis, hígado, riñón
Sobre estas bases es posible concluir que los cambios y pulmón) se encuentra reducida de 43 a 76%. La con-
del eje tiroideo a nivel hipotálamo-hipofisiario indican la centración hepática intracelular de T4 está disminuida
existencia de un trastorno funcional independiente de las 66% (Arem, 1993).
concentraciones periféricas de hormonas tiroideas que se b. La reducción de T3 y T4 en sangre se relaciona con la
observan en la fase crónica del estado crítico, los cuales son disminución tisular de ambas hormonas en hígado y
semejantes a los que se advierten en individuos con hipoti- músculo esquelético. Esta baja de hormonas tiroideas
roidismo central. se asocia con la reducción en la actividad de la MDY 1
hepática, cuya expresión está regulada por la T3 (Pee-
ters, 2005). Ello sugiere que la baja concentración san-
¿Cuáles son los cambios guínea de T3 en el enfermo en estado crítico no solo se

periféricos de la disfunción debe a una menor síntesis a nivel tiroideo, sino a menor
actividad de la MDY 1 originada por la propia reducción
tiroidea en el enfermo en de la T3.
c. Existe una expresión “ectópica” de MDY 3 en hígado y
estado crítico? músculo esquelético (Peeters, 2005), lo que hace pen-
sar que existe un incremento en el catabolismo de hor-
Como consecuencia del efecto de las citocinas en la tiroi- monas tiroideas durante el estado crítico.
des (Bartelena, 1998) y la reducción de la síntesis y secre- d. La expresión génica y la actividad tisular de la MDY 2
ción de TSH bioactiva (Persani, 1998; Manger, 1997), la muscular se encuentran aumentadas. La expresión del
hormonogénesis tiroidea disminuye (tabla 11). Asimismo, ARN mensajero tiene una relación inversa con la con-
la transferencia fraccional de las hormonas tiroideas desde centración de T3 circulante (Mebis, 2007). Esto sugie-
el espacio intravascular al extracelular, así como su capta- re que la MDY 2 se adapta de manera apropiada a las
ción celular, se reducen (Kaptein, 1982; McIver, 1997). Por concentraciones de T3 durante la fase crónica del es-
lo anterior, la concentración sanguínea y tisular de T4 y T3 tado crítico. Sin embargo, a diferencia de los estudios
disminuye, mientras que la concentración sanguínea de rT3 previos, uno que se realizó en biopsias de músculo es-
se incrementa por disminución en su captación tisular y su quelético de individuos vivos en choque séptico, mos-
metabolismo a través de las monodesyodasas (MDY) 1 y 3 tró que la expresión génica de la MDY 2 se encontraba
(De Jongh, 2001). En forma adicional, existe una reducción disminuida y su actividad reducida en alrededor de 50%
en las proteínas transportadoras de hormonas tiroideas, lo (Rodríguez-Pérez, 2008). Es posible que las diferencias
que aminora la concentración total de T4 y T3 medida por entre estudios se deban a la gravedad de la enfermedad
ensayos inmunométricos. subyacente y a las distintas concentraciones de hormo-
La reducción de la hormonogénesis tiroidea se relacio- nas tiroideas en los individuos evaluados.
na de manera estrecha con la disminución en el tamaño y e. La expresión génica del transportador MCT8 de hor-
la funcionalidad de la tiroides. El análisis de la morfología monas tiroideas se encuentra reducida (Peeters, 2005;

54
Tabla 11. Concentración sanguínea y cinética de hormonas tiroideas en el enfermo en estado crítico (modificado de
McIver, 1997)
Hormona Concentración Cinética
sanguínea

T4
Normal-alta ↓ Transferencia fraccional del espacio intravascular al extracelular y captación
tisular
Baja ↓ Síntesis folicular 50% (enfermo grave)

Captación tisular
rT3 Alta ↓ Actividad de la MDY 1
Conversión periférica de T4
T3 Baja ↓ Síntesis 75% (enfermo grave)
Síntesis hipofisaria y del estímulo de TRH
TSH Baja ↓ Frecuencia y amplitud de pulsos nocturnos

Eje tiroideo en el enfermo en estado crítico

Hipotálamo-hipófisis
Tiroides
Disminución de expresión génica de TRH
Disminución de la hormonogénesis tiroidea
Reducción de síntesis y secreción de TSH
Reducción del peso de la tiroides y del
TSH con menor actividad biológica por
tamaño de los folículos
mayor sialilación de la molécula

Hígado Músculo
Disminución de la captación celular Disminución de la captación celular
de T3 y T4 Hipotiroidismo de T3 y T4
Reducción de la expresión de MDY 1 tisular Aumento de la expresión de MDY 2
Expresión "ectópica" de MDY 3 Expresión "ectópica" de MDY 3

Tejidos
Disminución del transportador MCT8
Reducción intracelular de T3 y T4
Suprarregulación de receptores alfa y beta para
hormonas tiroideas

Figura 13. Cambios del eje tiroideo en el enfermo en estado crítico que condicionan hipotiroidismo tisular. Estos cambios se pueden com-
partamentalizar en: 1) centrales (hipotálamo-hipófisis-tiroides) que se deben al efecto de las citocinas; 2) periféricos que se caracterizan
por la disminución de transportadores de hormonas tiroideas y en consecuencia de su captación celular, así como la actividad y expresión
de monodesyodasas y receptores nucleares para hormonas tiroideas

55
Rodríguez-Pérez, 2008) y tiene una correlación positi- tidad de los trasportadores membranales encargados
va con la MDY 1 hepática y con la MDY 3 del músculo. de la transferencia de hormonas tiroideas del espacio
En el hígado la expresión del MCT8 se asocia en forma intersticial al intracelular.
positiva con la relación T3/rT3 en la sangre y en el teji- f. Existe una suprarregulación de los receptores nucleares
do, lo cual es un indicador de sobrevida y severidad de la alfa y beta de hormonas tiroideas en hígado y en células
enfermedad en el estado crítico. Dichas observaciones mononucleares (Williams, 1989; Thijssen-Timm 2007).
sugieren que en el desarrollo del hipotiroidismo tisular Esto apoya la existencia de hipotiroidismo tisular en los
también interviene la disminución en la actividad o can- enfermos en estado crítico crónico.

Recomendación
— Cuando se evalúe la función tiroidea en los pacientes en estado crítico se recomienda considerar los cam-
bios tanto neuroendocrinos como periféricos para considerar la posibilidad de hipotiroidismo tisular.
(1, )

56
Factores que modifican las
concentraciones de la TSH y las
hormonas tiroideas 06

57
6.1.
Evaluación de la
pseudomalabsorción de
hormonas tiroideas

En la práctica diaria es frecuente ver pacientes en los que ción “Salvador Zubirán” (INCMNSZ) se realizó un estudio
no se logra el eutiroidismo a pesar de recibir dosis mayores en 10 pacientes con hipotiroidismo con concentraciones
de 200 µg de LT4 al día. En estos casos se debe considerar elevadas de TSH a pesar de dosis altas de hormonas tiroi-
como posibilidad que la administración de LT4 no se está deas (datos no publicados). El diagnóstico de malabsor-
dando bajo las condiciones adecuadas o que se consume ción se estableció con una captación < 70% de la T4 total.
algún fármaco o suplemento que puede interferir con la ab- Como parte de la evaluación de los pacientes también se
sorción del fármaco (ver capítulo previo). realizó la medición de anticuerpos antitransglutaminasa y
Cuando estos factores han sido descartados es reco- antiendomisio al inicio de la prueba. Cinco pacientes tu-
mendable que se evalúe un problema de malabsorción de vieron absorción < 70%, de los cuales solo uno presentó
las hormonas tiroideas. En la literatura se han reportado anticuerpos positivos; cuatro lograron el eutiroidismo con
diferentes esquemas para realizar la prueba de absorción dosis mayores de hormonas tiroideas. En los otros cinco
de LT4 (tabla 12). De igual forma, los criterios para la in- pacientes se estableció el diagnóstico de pseudomalab-
terpretación de la prueba son diferentes. Algunos autores sorción y en cuatro de ellos se logró el eutiroidismo con la
se basan en el porcentaje de absorción y otros en el incre- misma dosis de hormonas tiroideas que recibían antes de
mento franco en las concentraciones de T4 total o libre la prueba, lo que evidenció un mal apego al tratamiento
con la disminución de TSH. Sin embargo, solo en algunos como causa del control inadecuado.
pacientes se observa una disminución de la TSH a pesar de El cálculo del porcentaje de absorción representa
incrementos significativos de la T4. una forma objetiva de evaluar la absorción de LT4. Para
Los autores tampoco precisan los criterios para estable- ello se requiere el cálculo del volumen de distribución.
cer el diagnóstico de malabsorción de LT4. Esto tiene rele- Se ha estimado que la T4 tiene un volumen de distribu-
vancia porque en algunos pacientes se puede observar un ción (VD) de 13.4 a 17% del peso corporal total (Inada,
pequeño incremento en la T4, lo que no deja claro si existe 1975; Ain, 1991). También se puede calcular con base en
algún problema de malabsorción. el IMC, al multiplicar este valor por la constante 0.442
En el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutri- (Greenstadt, 1982).

59
El VD de la T4 total es muy diferente al de T4 libre, ya peso ideal. En la serie de casos de Sun (2014), los pacien-
que la estimación del VD depende de la unión a proteínas. tes con IMC > 25 kg/m2 tuvieron una absorción > 100%.
Hasta el momento no existen fórmulas para el cálculo de Llama la atención que dos individuos con IMC de 47 y
absorción con la T4 libre. 50 kg/m2 presentaran una absorción de 187 y 195.6%,
En algunos casos el cálculo del porcentaje de absorción respectivamente.
arroja resultados mayores al 100%. Esto se debe a que en El tiempo de duración de la prueba también ha sido
los estudios de farmacocinética no se incluyen pacientes diferente entre estudios; por ejemplo, en los de farmaco-
con obesidad, por tanto, los cálculos están basados en el cinética realizados en sujetos sanos el pico de absorción

Tabla 12. Estudios que reportan la prueba de absorción de levotiroxina


Referencia Pacientes Dosis de LT4 Parámetros medidos Evaluación de la prueba
(µg)
Ain, 1991 4 1,000 T4 y T3 totales VD de 13.4 a 14%
2,000 Absorción (%) = T4 total x VD
Benvenga, 1995 4 1,000 T4 total Incremento de T4 total
Chiu, 1998 8 (sanos) 600 TSH, T4 y T3 totales VD = 0.442 x IMC
Absorción (%) = T4 total x VD
Payer, 2000 1 1,000 TSH, T4 total y T4 libre VD de 17% del peso corporal
Absorción (%) = T4 total x VD
Ogawa, 2000 1 1,000 T4 total VD de 13.4 a 14%
Absorción (%) = T4 total x VD
Kubota, 2003 1 700 TSH, T4 y T3 libres Disminución de TSH
Incremento de T4 y T3 libres
Lips, 2004 1 1,000 TSH, T4 total y T4 libre VD de 13 a 17%
Absorción (%) = T4 total x VD
Normalización de TSH y T4 libre
Pedrosa, 2005 1 1,000 TSH, T4 y T3 totales, T4 VD de 10 litros
libre Absorción (%) = T4 total x VD
Livadariu, 2007 1 1,000 TSH, T4 y T3 libres Incremento de T4 libre
TSH y T3 libre sin cambios significativos
Srinivas, 2010 1 1,000 TSH, T4 y T3 libres Incremento en T4 libre
Disminución leve de TSH, sin cambio en
T3 libre
Sánchez-Rubio 30* 600 TSH, T4 total, T4 libre Incremento de T4 total y libre
Tiempo de la concentración máxima de
T4 total y libre
Sun, 2014 10 1,000 TSH, T4 total y libre VD = 0.442 x IMC
Absorción (%) = T4 total x VD
Balla, 2015 3 1,000 TSH, T4 y T3 libres Incremento de T4 y T3 libres
Van Wilder, 2017 3 1,000 TSH, T4 libre Disminución de TSH
Incremento de T4 libre
*15 pacientes obesos y 15 pacientes con cirugía bariátrica.
VD: volumen de distribución; IMC: índice de masa corporal.

60
máxima se observa alrededor de las 2 horas. Sin embargo, 3. Si la T4 se mide en µg/dL no se requiere el factor de
se debe considerar que los pacientes hipotiroideos pueden conversión y solo se obtiene la Delta del cambio en for-
tener edema de la mucosa intestinal por hipotiroidismo ma directa.
tisular de los enterocitos, o bien hipoclorhidria (Dotevall, 4. Volumen de distribución.
1969) y ello ocasionar un retraso en la absorción. Algunos a. De acuerdo al peso ideal, considerar el 13.4%.
pacientes pueden tener una absorción normal pero con el VD = (peso corporal ideal) x (0.134).
pico máximo de esta hasta las 4 horas (Benvenga, 1995). b. De acuerdo al IMC (máximo de 25 kg/m2 conside-
rando el peso ideal del paciente).
VD = (IMC) x (0.442).
¿Cómo se realiza la 5. Absorción (%) = (Delta en µg) x (VD).
prueba de absorción de a. Absorción de 70-100% = pseudomalabsorción.
b. Absorción menor de 70% = malabsorción.
levotiroxina? En la figura 14 se muestra un caso con absorción de T4
tardía identificado en el INCMNSZ. El protocolo seguido
— Ayuno de 8-10 horas (noche). permite identificar los casos con absorción tardía. Para el
— Muestra basal de TSH y T4 total (T4 libre opcional). cálculo de la absorción se utilizó la Delta en µg y el VD de
— Administración supervisada de 1,000 µg de LT4 por vía acuerdo al IMC. En estos pacientes con absorción tardía
oral (en algunos casos puede requerirse la administra- debe ajustarse el horario de la toma de la dosis sustitutiva.
ción por sonda nasogástrica). En una cohorte de 500 pacientes con hipotiroidismo
— T4 total cada hora, durante 4 horas (la medición se se realizó la búsqueda de enfermedad celiaca en los que
puede realizar cada 2 horas si no interesa el tiempo recibían una dosis de LT4 mayor de 124 µg al día. Se rea-
máximo de absorción). lizó la medición de anticuerpos antitransglutaminasa y
posteriormente biopsia duodenal en aquellos con anti-
cuerpos positivos. Se identificaron 144 pacientes (29%)
¿Cómo se interpretan los con dosis alta de LT4, de los cuales nueve tuvieron enfer-
resultados de la prueba de medad celiaca. La prevalencia de enfermedad celiaca en
toda la cohorte fue de 1.8%; en aquellos con LT4 > 124
absorción de levotiroxina? µg de 5.6% y los que tuvieron LT4 > 199 µg de 12.5%
(Zubarik, 2015).
Se deben realizar los siguientes cálculos: De una cohorte de 17,500 pacientes con hipotiroi-
1. Delta del cambio = (T4 total máxima) – (T4 total dismo se evaluaron 125 pacientes que recibían una dosis
inicial). diaria > 225 µg. Se realizó la medición de anticuerpos an-
2. Si la cuantificación de T4 es en nmol/L se requiere con- tiendomisio y antiparietales. Se identificaron 27 pacientes
vertirla a µg, en donde 1 nmol = 0.075 µg. (21.6%) con anticuerpos antiparietales y siete (5.6%) con
a. Por tanto: Delta x 0.075. anticuerpos antiendomisio, de los cuales cuatro fueron

20

16
VD por IMC = 9.7
T4 µg/dL

12 Delta de T4 = 9.86

8 Absorción: 95.6%

0
0' 60' 120' 180' 240' 300' 360'
Tiempo en minutos

Figura 14. Prueba de absorción de levotiroxina en un paciente con absorción tardía

61
diagnosticados con enfermedad celiaca. La prevalencia de medad celiaca puede explicar la necesidad de emplear dosis
enfermedad celiaca en pacientes con LT4 > 225 µg fue de altas de LT4 en 3.2 a 5.6% de los pacientes. En algunos la
3.2% (Robertson, 2014). enfermedad celiaca puede ser la causa de la falla al trata-
De acuerdo con estos estudios, la presencia de enfer- miento a pesar de incrementos en la dosis de LT4.

Recomendaciones
— Se sugiere realizar prueba de T4 bajo vigilancia estrecha institucional, siempre que no haya contraindicación,
en pacientes en quienes se sospecha malabsorción de hormonas tiroideas y considerar la posibilidad de ab-
sorción tardía en casos específicos. (2, )
— Se recomienda incluir la búsqueda de enfermedad celiaca en pacientes con TSH elevada a pesar de incremen-
tos en la dosis de hormonas tiroideas. (1, )
— Se recomienda incluir la búsqueda de enfermedad celiaca en pacientes que requieren una dosis diaria > 200
µg de LT4 para logra el estado de eutiroidismo. (1, )

62
6.2.
Factores que disminuyen la
absorción gastrointestinal de
las hormonas tiroideas

La absorción de las hormonas tiroideas se lleva a cabo en el


intestino delgado. Después de la administración de una dosis
¿Qué alimentos pueden
oral de LT4 en tableta, esta permanece en el estómago alre-
dedor de 30 minutos, espacio en el que no es asimilada. En
disminuir la absorción de las
el duodeno permanece de 5 a 10 minutos, donde se absor- hormonas tiroideas?
be 10 a 20%; a continuación en el yeyuno proximal subsiste
cerca de 30 minutos y donde es captada la mayor parte: 15 Se ha observado que la administración de LT4 en tableta
a 43%. En el yeyuno distal se asimila de 13 a 35%, sitio en junto con alimentos disminuye su absorción (tabla 13).
el que al parecer persiste por un tiempo prolongado ya que Asimismo, se ha detectado menor absorción con alimentos
ahí la peristalsis es menor. Al final, el porcentaje de la dosis como la toronja —esta fruta se ha vinculado con la menor
absorbida es de aproximadamente 70 ± 10% (Hays, 1991). absorción de alrededor de 60 fármacos—.
En estudios de farmacocinética se ha mostrado que La toronja contiene narangina, un flavonoide que le
existe una variabilidad intraindividual de 10% en la absor- confiere su sabor. Este tiene la capacidad de bloquear los
ción de LT4. Además, la absorción de LT4 en personas > 70 trasportadores OATP1A2 localizados en la membrana lu-
años es menor que en aquellas de entre 21 y 69 años (62.8 minal de los enterocitos, los cuales se encargan del tras-
± 13.15% de la dosis y 69.3 ± 11.9%, respectivamente; lado de las hormonas tiroideas. A su vez, la hespiridina
P < 0.001), por lo que se sugiere que se vigile en forma —flavonoide que contienen la naranja y el limón— también
más estrecha este tratamiento en individuos mayores de posee la capacidad de bloquear los transportadores OA-
70 años. Sobre todo porque a menudo estos toman otros TP1A2. Su efecto inhibitorio puede observarse desde 4
fármacos que pueden afectar la absorción y cinética de la horas antes a 4 horas después de la administración de LT4
LT4 (Hays, 1994). (Bailey, 2010). Aunque solo se ha documentado la dismi-
La concentración máxima de la dosis absorbida se al- nución en la absorción de LT4 con el jugo de toronja (Lilja,
canza en sangre entre 90 y 180 minutos después de la 2005), es probable que exista el mismo efecto con el jugo
toma (Chiu, 1998). de naranja o limón.

63
Tabla 13. Alimentos que disminuyen la absorción de Tabla 14. Fármacos que disminuyen la absorción de
hormonas tiroideas hormonas tiroideas
Alimento Referencia Fármaco Referencia
Desayuno Wenzel, 1977
Carbonato de calcio Singh, 2001
Bach-Huynh, 2009
Diskin, 2007
Perez, 2013
Irving, 2015
Café Benvenga, 2008
Fibra (psyllium)* Chiu, 1998 Citrato de calcio, acetato de calcio Zamfirescu, 2011

Proteína de soya Jabbar, 1997 Hidróxido de aluminio Sperber, 1992


Bell, 2001 Liel, 1994
Conrad, 2004 Mersebach, 1999
Fruzza, 2012
Hidróxido de magnesio, carbonato Mersebach, 1999
Toronja Lilja, 2005 de magnesio
Bailey, 2010**
*Retrasa la absorción. Picolinato de cromo Kalarickal, 2007
**Describe el mecanismo de acción por el cual disminuye la
Sulfato ferroso Campbell, 1992
absorción.
Shakir, 1997
Irving, 2015

En algunos pacientes se ha documentado un retraso en Inhibidores de la bomba de Sachmechi, 2007


la absorción de hormonas tiroideas. Esos individuos pue- protones Irving, 2015
den requerir mayor tiempo de ayuno para lograr una ade-
Sucralfato Sherman, 1994
cuada absorción de las hormonas. El retraso en la absorción
se puede demostrar con una prueba de absorción para LT4 Colestiramina Northcutt, 1969
(Benvenga, 1995). Rosenberg, 1994
De Luis, 2002

¿Qué fármacos pueden Orlistat Madhava, 2005


Filippatos, 2008
disminuir la absorción de las Sevelamer Kalarickal, 2007
hormonas tiroideas? Diskin, 2007
Iovino, 2014
Existen múltiples fármacos que puede disminuir la absor-
Colesevelam, Lantano Weitzman, 2009
ción de hormonas tiroideas cuando se administran en for-
Brown, 2010
ma simultánea o incluso con una hora de diferencia entre
uno y otro (tabla 14). En algunos de estos se puede evitar Raloxifeno Siraj, 2003
la interferencia en la absorción al administrarlos con una Garwood, 2006
diferencia de al menos 2 horas y en otros hasta 4 horas,
como colestiramina y colesevelam. Ciprofloxacino Goldberg, 2013

Estrógenos Irving, 2015

¿Qué patologías
gastrointestinales pueden
disminuir la absorción de las que modifican el pH gástrico dan lugar a una inadecuada
disolución de la tableta, lo que no permite la liberación de
hormonas tiroideas? la hormona para su absorción en el intestino. Otras, como
la enfermedad celiaca o la intolerancia a la lactosa, ocasio-
Las alteraciones gastrointestinales también pueden reducir nan inflamación de la mucosa intestinal, lo que compro-
la absorción de las hormonas tiroideas (tabla 15). Aquellas mete la capacidad de absorción del epitelio intestinal. La

64
Tabla 15. Enfermedades que disminuyen la absorción de Ambos estudios permiten concluir que con frecuencia
hormonas tiroideas existen factores que comprometen la absorción de las hor-
monas tiroideas, siendo la interferencia de otros fármacos
Patología Referencia la causa primaria.
Enfermedad celiaca d’Estève-Bonetti, 2002
McDermott, 2005
Caputo, 2006 ¿Ofrece alguna ventaja
Virili, 2012
Robertson, 2014
el tratamiento con
Zubarik, 2015 levotiroxina líquida?
Anticuerpos antiparietales Checchi, 2008 Cuando se administra la LT4 en formulación líquida con
Robertson, 2014 alguno de los alimentos o fármacos que disminuyen la ab-
sorción de la LT4 en tableta, su absorción es mejor en com-
Intolerancia a la lactosa Muñoz-Torres, 2006
paración a la obtenida con esta última (Cappelli, 2016).
Cellini, 2014
También se ha evaluado su utilidad en algunas enfermeda-
Asik, 2014
des gastrointestinales. Los pacientes tratados con la LT4 en
Infección por Helicobacter Centanni, 2006 formulación líquida requirieron menor dosis para mante-
pylori y gastritis crónica Bugdaci, 2011 nerse EU (tabla 16).
En los pacientes con nutrición parenteral se debe sus-
Giardiasis Seppel, 1996 pender la nutrición 30 minutos antes y 30 minutos des-
Radaeli, 2011 pués de administrar la tableta. Esto no es necesario con
LT4 en formulación líquida, ya que se puede dar en forma
Gastrectomía Aggarwal, 2014
simultánea con la nutrición sin que se observe una reduc-
Cirugía bariátrica Azizi, 1979 ción en la concentración sanguínea de hormonas tiroideas
Bevan, 1986 (Pirola, 2014).
Fierabracci, 2016

Tabla 16. La administración de levotiroxina en formula-


ción líquida resuelve el problema de absorción observado
giardiasis puede provocar aplanamiento de las vellosidades
con algunos alimentos, fármacos o patologías
intestinales con la consiguiente reducción en el número de
transportadores OATP1A2 disponibles. Condición Referencia
De una cohorte de 17,500 pacientes con hipotiroidis-
Desayuno Cappelli, 2013
mo se evaluaron 125 que recibían una dosis diaria mayor
Cappelli, 2016
de 225 µg de LT4. El promedio de edad fue de 53.5 años.
Morelli, 2016
Se encontró que 26 pacientes (20.8%) tomaban algún
fármaco que podía interferir con la absorción de LT4; 27 Café Vita, 2013
sujetos (21.6%) tuvieron anticuerpos antiparietales y sie-
te (5.6%) anticuerpos antiendomisio, de los cuales cuatro Sulfato ferroso y calcio Benvenga, 2017
fueron diagnosticados con enfermedad celiaca (Robertson,
Inhibidores de la bomba de Vita, 2014
2014).
protones
En otro estudio se evaluaron 925 pacientes con hipoti-
roidismo tratados con LT4. El promedio de edad fue de 60.4 Nutrición parenteral Pirola, 2014
años. Más de 20% tomaba LT4 con el desayuno y 21.5%
con un ayuno menor a 30 minutos. El 68% consumía ali- Gastritis atrófica autoinmune Fallahi, 2016
mentos o bebidas que llegan a reducir la absorción de LT4.
El 51.8% utilizaba algún suplemento que podía disminuir la Malabsorción intestinal Santaguida, 2015
absorción, principalmente hierro y calcio. El 7.8% (72 pa- Cirugía bariátrica Pirola, 2013
cientes) era intolerante a la lactosa y 1.1% (10 pacientes) Fallahi, 2017
tenía enfermedad celiaca (McMillan, 2016).

65
Recomendaciones
Con el uso de hormonas tiroideas en tabletas:
— Se recomienda tomar la tableta en ayuno, y esperar al menos 30 minutos para consumir algún alimento
o bebida. Algunos pacientes pueden requerir de 60 minutos o más de ayuno para lograr una adecuada
absorción. (1, )
— Se recomienda tomar la tableta solamente con agua simple y no con otras bebidas. (1, )
— Si se consumen jugos de toronja o naranja, se recomienda separarlos al menos 4 horas antes y después de
la toma de la tableta. (1, )
— Si se consumen fármacos que pueden disminuir la absorción, se recomienda tomarlos 2 horas después de
la toma de la tableta. (1, )
— Si se consumen fármacos que no se han asociado con una disminución de la absorción, se recomienda
tomarlos 1 hora después de la tableta. (1, )
— Si existen factores irreversibles que afecten la absorción de hormonas tiroideas, se recomienda utilizar la
formulación líquida. (1, )

66
6.3.
Medicamentos que modifican
el perfil tiroideo

La concentración sanguínea de hormonas tiroideas y de potálamo-hipófisis-tiroides, ya que son incapaces de com-


TSH se puede modificar por efecto de múltiples medica- pensar de manera apropiada los cambios en las concentra-
mentos, sin que esto represente una alteración en la fun- ciones de las hormonas tiroideas. Asimismo, los pacientes
ción de la glándula tiroidea. Sin embargo, algunos de ellos con hipotiroidismo en tratamiento con hormonas tiroideas
son capaces de inducir el desarrollo de hipotiroidismo de- requieren incrementos en la dosis durante el manejo con-
bido a una baja disponibilidad periférica de hormonas ti- comitante con fármacos que inducen las vías enzimáticas
roideas, o bien por pobre estimulación de la tiroides como del sistema p450.
consecuencia de una disminución en la concentración En este grupo se encuentran algunos antiepilépticos
sanguínea de TSH. En la tabla 17 se muestran los cambios y estabilizadores del ánimo. En la mayoría de los pacien-
observados con diferentes grupos de medicamentos, al tes se observa una disminución en las concentraciones
igual que su mecanismo de acción. de T3 y T4 totales y T4 libre, con pequeños incrementos
en la TSH. No obstante, varios de estos medicamentos
pueden inducir el desarrollo de hipotiroidismo con con-
¿Qué medicamentos centraciones de TSH > 10 mU/L (tabla 18). En el caso
de la fenitoína y la carbamazepina, la disminución en las
incrementan el metabolismo hormonas tiroideas se debe también a un desplazamien-
to de su sitio de unión a proteínas, principalmente de la
de las hormonas tiroideas? TBG (Surks, 1996).
La quetiapina tiene una frecuencia de hipotiroidismo
La inducción del sistema enzimático hepático p450 dismi- similar a la observada con el litio (Lambert, 2016; Hayes,
nuye la concentración de hormonas tiroideas como resul- 2016). No obstante, la posibilidad de detectar el hipoti-
tado de una reducción de su vida media e incremento de roidismo depende de la búsqueda intencional mediante la
su tasa de aclaramiento metabólico. Estos efectos son más realización de un perfil tiroideo. En los pacientes que reci-
pronunciados en pacientes con anormalidades en el eje hi- ben tratamiento con litio se solicita un perfil tiroideo 2-3

67
Tabla 17. Cambios observados en el perfil tiroideo con el uso de los siguientes medicamentos y su mecanismo de acción

Fármaco T4 total T3 total T4 libre TSH Hipotiroidismo

Estrógenos
SERMa ↑ ↑ N N No Aumentan TBG
Metadona

Andrógenosb
Danazol ↓ ↓ N N No Disminuyen TBG
Ácido nicotínico

Ácido acetilsalicílico
Salsalato Disminuyen unión a proteínas de
↓ ↓ N N No
Heparinac trasporte
Furosemidad

Rifampicina
Incrementan el metabolismo de
Fenobarbital ↓ ↓ ↓ No↓ *
hormonas tiroideas
Valproato

Incrementan el metabolismo de
Fenitoína
↓ ↓ ↓ No↓ * hormonas tiroideas. Disminuyen
Carbamazepina
unión a la TBG

Análogos de somatostatina
N No↓ N ↓ No Disminuyen la secreción de TSH
Dopamina

Disminuye la secreción de TSH



Bexaroteno (rexinoides) ↓ ↓ ↓ ↓ Aumenta el metabolismo de
(70%)
hormonas tiroideas

Disminuye secreción de TSH (solo


Metformina N N N ↓ No
en pacientes con hipotiroidismo)

Disminuye síntesis de TRH


Glucocorticoides No↓ No↓ N ↓ No Disminuye secreción de TSH
Disminuye TBG

Dopamina N N N ↓ No Disminuye secreción de TSH


a
Raloxifeno, tamoxifeno y droloxifeno.
b
Testosterona, nandrolona, metandionona, estanozol.
c
Activa la lipoproteína lipasa, la cual hidroliza triglicéridos a ácidos grasos libres y son estos los que compiten por los sitios de unión
de la T4.
d
Con dosis mayores de 80 mg/día, por vía intravenosa.
* Aunque estos cambios se pueden observar en la mayoría de los pacientes, solo algunos desarrollan hipotiroidismo. La razón de momios
(OR) de hipotiroidismo para fenitoína es 1.75 (IC95% 1.58-1.94), valproato 1.34 (IC95% 1.20-1.49), fenobarbital 1.25 (IC95% 1.15-
1.36), carbamazepina 1.21 (IC95% 1.08-1.34).
SERM: moduladores selectivos de los receptores de estrógenos; TBG: globulina transportadora de tiroxina.

veces más frecuente que con cualquier otro medicamen- vado una disminución de las concentraciones de T4 total
to de este grupo, por lo que el hipotiroidismo podría estar y T4 libre, y en menor proporción de T3, sin cambio en la
subdiagnosticado. TSH (Ohnhaus, 1980). Aunque en pacientes tratados con
La rifampicina también es un potente inductor del siste- hormonas tiroideas, hasta 40% requirió incremento de la
ma enzimático hepático. En voluntarios sanos se ha obser- dosis de sustitución (Kim HI, 2017).

68
Tabla 18. Frecuencia de hipotiroidismo clínico o subclíni- se observa la elevación de las hormonas tiroideas (Ste-
co en un periodo de cuatro añosa ingold, 1991).
Fármaco % Los SERM, entre los que se encuentran tamoxifeno, ra-
loxifeno y droloxifeno, son inhibidores competitivos de
Litio 8.78
los receptores de estrógenos con actividad agonista a
Quetiapina 8.26 nivel hepático, por lo que también incrementan las con-
Lamotrigina 7.06* centraciones de TBG pero en menor proporción que los
estrógenos (Mamby CC, 1995; Marquesee, 2000).
Valproato 7.02
Aripiprazol 6.99 b. Disminución en las concentraciones de TBG
Carbamazepina 6.73 Los andrógenos tienen un efecto opuesto a los estró-
Risperidona 6.46 genos. Con el uso de testosterona y otros andrógenos
anabólicos (nandrolona, metandionona, estanozol) se
Olanzapina 6.43
ha documentado una disminución en las concentra-
Oxcarbazepina 6.32 ciones de TBG, T4 y T3 totales (Deyssig, 1993). Estos
* El riesgo se incrementa después del primer año de tratamiento. cambios se confirmaron en pacientes transexuales mu-
a
Datos de una base de datos estadounidense de 24,574 pacien- jer a hombre que recibieron cuatro meses de tratamien-
tes mayores de 18 años con trastorno bipolar (Lambert, 2016). to (Bisschop, 2006).
Cuando se administró danazol en voluntarias sanas a
una dosis de 400 a 800 mg/día también disminuyó la
concentración de TBG en la misma magnitud que los

¿Qué medicamentos andrógenos, pero debido a su efecto a nivel hepático y


no a su efecto antigonadotrópico (Dimling, 1984).
modifican el transporte de c. Disminución en la afinidad de las hormonas tiroideas a
las hormonas tiroideas? las proteínas trasportadoras
Los sitios de unión de T4 y T3 a las proteínas de trans-
Las hormonas tiroideas tienen una solubilidad acuosa baja porte pueden ser ocupados por algunos fármacos, dis-
y la mayoría de la T3 y T4 circulan unidas a proteínas plas- minuyendo así las concentraciones séricas de T4 y T3
máticas. Las principales proteínas de transporte son la totales. La fracción libre de las hormonas tiroideas pue-
TBG, que unen a cerca del 68% de la T4 circulante y del de aumentar al inicio, aunque después se normaliza y la
80% de la T3, la albúmina y la transtirretina. De tal mane- concentración de TSH permanece normal.
ra que la cinética de las hormonas tiroideas es modificada El ácido acetilsalicílico y el salsalato desplazan a la T4
por los cambios en las concentraciones de estas proteínas de sus sitios de unión en las proteínas transportadoras,
transportadoras o en la afinidad de su unión. principalmente en la TBG, incluso con una dosis única.
Sin embargo, estos efectos no se observan con ibupro-
a. Aumento en las concentraciones de TBG feno, naproxeno e indometacina (Samuels, 2003).
Los estrógenos incrementan la concentración de TBG
desde el primer ciclo administrado y se estabiliza al
tercer mes, siendo el incremento de 65% sin impor-
tar el régimen utilizado (Sänger, 2008). Con las dosis
¿Qué medicamentos
habituales de etinil-estradiol en los anticonceptivos disminuyen la concentración
(20-30 mcg) se puede observar un incremento en las
concentraciones totales de T4 y T3 de 20 a 40%, sin sanguínea de TSH?
cambio en las concentraciones de las fracciones libres
y de la TSH (Wiegratz, 2003). En la terapia de reem- Los glucocorticoides inhiben la secreción de TSH por una
plazo hormonal en la posmenopausia la administra- vía dependiente de PKC, a través de la proteína anexina 1
ción de estrógenos conjugados equinos (0.625 mg) producida en las células foliculoestelares (John, 2003). En
ha mostrado resultados similares (Marquesee, 2000). el hipotálamo reducen los niveles de ARNm de la TRH de-
Los estrógenos administrados por vía transdérmica no bido a la presencia de receptores de glucocorticoides en las
incrementan las concentraciones de TBG al evitar el neuronas del núcleo parvoventricular y a través de elemen-
primer paso de trasformación hepática, por lo que no tos de respuesta a esteroides en el gen de la TRH (Cintra,

69
1990; Alkemade, 2005). También restringen la concentra- la posestimulación con TRH (Lightman, 1989). En pacien-
ción de TBG (Gamstedt, 1979). tes con acromegalia tratados durante un mes con octreo-
La administración de hidrocortisona provoca una alte- tide, las concentraciones de TSH basal y posestimulación
ración en la variación diurna de la concentración de TSH, con TRH disminuyeron. Después de seis meses de trata-
con valores más bajos en la mañana y más altos en la noche miento, la concentración de TSH basal y de T4 fue normal.
(Samuels, 1997 y 2000). La administración de 0.5 mg de Sin embargo, la concentración de T3 se mantuvo baja y la
dexametasona o 30 mg de prednisona bajan significati- TSH posestimulación con TRH tuvo una respuesta plana
vamente la concentración de TSH (Brabant 1989) tanto (Colao, 1995).
en pacientes con hipotiroidismo como en individuos sanos Los rexinoides son una subclase de fármacos deriva-
(Wilber, 1969). dos de la vitamina A o retinoides que interactúan con el
La dopamina ejerce su efecto sobre el eje hipotála- receptor de retinoide X (RXR). El bexaroteno es el único
mo-hipófisis-tiroides a través de la activación de los recep- rexinoide aprobado en la actualidad para el uso clínico; este
tores de dopamina D2, pero tiene efectos opuestos sobre suprime en forma rápida y significativa la TSH a través de
el hipotálamo y el tirotropo. La infusión de dopamina en la inhibición directa de la transcripción del gen de la su-
voluntarios sanos reduce la amplitud de pulso de TSH, bunidad TSHβ (Sharma 2006). Alternativamente afecta
sin alterar de manera significativa la frecuencia del pulso el metabolismo de las hormonas tiroideas por sulfatación
(Morley, 1981), aunque estimula la secreción de TRH en y posible glucuronidación (Smith 2007), por lo que ade-
el hipotálamo de ratones a través del mismo receptor D2 más los pacientes que desarrollan hipotiroidismo requieren
(Lewis 1987). Al final, el efecto global neto de la dopamina mayores dosis de sustitución con hormonas tiroideas para
es la disminución de la concentración de TSH sérica. La in- lograr el eutiroidismo.
fusión de dopamina en adultos y recién nacidos gravemen- Metformina puede reducir las concentraciones séri-
te enfermos sugiere que esta posee un efecto aditivo a la cas de TSH (Vigersky 2006). Un estudio demostró dicho
supresión del eje hipotálamo-hipófisis-tiroides que puede efecto solo en diabéticos tipo 2 que también tenían hipo-
dar lugar a un hipotiroidismo central más severo (Van den tiroidismo (primario o secundario a otros medicamentos),
Berghe, 1994; Schilling 2001; Filippi, 2006). no así en pacientes con función tiroidea normal (Capelli,
Los análogos de somatostatina disminuyen la con- 2009; Krysiak, 2016a; Krysiak, 2016b). Se ha postulado
centración de TSH por efecto directo en el tirotropo. En que este efecto puede ser causado por alteración de las
voluntarios sanos su administración redujo la amplitud y concentraciones de T4 libre en los pacientes hipotiroi-
frecuencia del pulso de TSH y los análogos de acción pro- deos (Isidro, 2007), pero el mecanismo exacto aún no se
longada suprimieron la TSH y dieron una respuesta plana a conoce.

70
6.4.
Medicamentos que alteran la
función de la glándula tiroidea

¿Qué medicamentos tamiento con dicho fármaco la TSH suele normalizarse,


se elevan las concentraciones en sangre de T4 libre y rT3,
disminuyen la síntesis y/o y disminuyen las de T3 libre debido al efecto inhibidor de
la amiodarona sobre la actividad de la desyodasa tipo 1
secreción de las hormonas hepática (Bogazzi, 2012).
Una glándula tiroidea normal responde a la carga de
tiroideas? yodo a través de un mecanismo de autorregulación que
bloquea de forma aguda la síntesis de hormonas tiroideas,
Amiodarona lo que se conoce como el efecto de Wolff-Chaikoff y esto
La molécula de este medicamento contiene dos átomos de provoca un aumento en la concentración de TSH. Poste-
yodo, lo que equivale al 37% de su peso molecular. Una do- riormente, la tiroides escapa a este bloqueo al disminuir
sis de mantenimiento de 200 a 600 mg/día aporta de 75 a la concentración intratiroidea de yodo a través de la re-
225 mg de yodo orgánico. Tras ser metabolizada libera a la ducción del transporte de yoduro. La amiodarona puede
circulación 10% de yodo en forma libre (7 a 21 mg), lo su- inhibir el transporte de yoduro en la tiroides mediante
pone un aporte de yodo de 50 a 100 veces la ingesta diaria una reducción en la síntesis de simportador sodio-yodu-
recomendada (0.150 a 0.200 mg/día). ro (Yamazaki, 2007) o un mecanismo independiente de
Prácticamente en todos los pacientes tratados con yodo (Tedelind, 2006).
amiodarona se pueden observar cambios en el perfil tiroi- En pacientes con tiroides normal y anticuerpos an-
deo. En los primeros dos meses se produce un aumento titiroideos negativos que desarrollan hipotiroidismo
transitorio en las concentraciones de TSH. Esto se debe inducido por amiodarona, la condición se produce por
a un efecto inhibidor de la amiodarona en el transporte falla para escapar al efecto de Wolff-Chaikoff debido a
intracelular de T4 y en la actividad de la desyodasa tipo 2 la carga de yoduro que recibe la tiroides. Sin embargo,
en la hipófisis, con la consiguiente reducción en la genera- en los pacientes EU con tiroiditis autoinmune, la carga
ción de T3 intracelular. A partir de los tres meses de tra- de yoduro por la amiodarona exacerba el defecto de

71
organificación, lo que dificulta más el escape del efec- Sin embargo, el riesgo es mucho mayor cuando la com-
to de Wolff-Chaikoff y facilita la expresión y progresión paración se realiza con una población de referencia. En un
hacia el hipotiroidismo. La mayoría de los pacientes que estudio se contrastó la frecuencia de hipotiroidismo en 695
desarrolla hipotiroidismo durante el tratamiento con pacientes tratados con litio con la que se observó en una
amiodarona, lo hace en los primeros dos años de trata- población de 300 mil individuos durante siete años. El RR
miento (Ahmed, 2011). en mujeres < 60 años fue de 6.73 (IC95% 4.89 a 9.26) y
De acuerdo con datos de un metaanálisis que incluyó en aquellas ≥ 60 años de 1.98 (IC95% 1.24 a 3.13); en los
1,972 pacientes de Japón, China (Hong Kong y Taipéi), hombres < 60 años fue de 9.26 (IC95% 4.43 a 19.34) y en
Omán, EE.UU., Australia, los Países Bajos, Brasil y Sudáfri- aquellos ≥ 60 años de 4.24 (IC95% 1.69 a 10.6). De acuer-
ca, la tasa de incidencia de hipotiroidismo en los pacientes do con estos datos, el riesgo es mayor en pacientes > 60
que recibieron amiodarona fue mayor en áreas con exceso años y del género masculino (Johnston, 1999).
de yodo, siendo de 22.4% en mujeres (IC95% 10.5 a 41.7) Gran parte de los estudios reporta una prevalencia de
y 18.2% en hombres (IC95% 11.7 a 27.2). En países con hipotiroidismo inducido por litio más elevada en mujeres.
deficiencia de yodo fue de 13.1% en las mujeres (IC95% En el estudio de Johnston (1999) la prevalencia en muje-
4.3 a 33.2) y 5.2% en los hombres (IC95% 3.0 a 8.9%) res también fue superior (13.5 vs. 4.6%), lo que guarda
(Zhong, 2016). relación con mayor frecuencia de anticuerpos antitiroi-
deos en este grupo. Pese a ello, la proporción de hombres
Litio que desarrollaron hipotiroidismo fue más significativa que
Este se concentra dos a tres veces más en tiroides que en la observada en población abierta, lo que sugiere mayor
plasma y tiene efectos potencialmente negativos sobre la riesgo de hipotiroidismo inducido por litio, independien-
función tiroidea, como inhibición de la captación de yodo, temente de la presencia de anticuerpos. Observar mayor
inhibición de la organificación del yodo, alteración en la es- frecuencia de daño en un órgano predispuesto (enfermedad
tructura de la tiroglobulina e inhibición de la secreción de autoinmune), no implica necesariamente un gran riesgo de
T4 (Berens, 1970; Burrow, 1971). lesión ante un agresor externo. Por otra parte, el daño a un
La frecuencia de hipotiroidismo por uso de litio, con órgano no predispuesto puede implicar un gran riesgo ante
o sin desarrollo de bocio, es variable ya que depende el agresor externo.
de las características de la población evaluada, como la En el estudio de Bocchetta (2007), la incidencia anual
prevalencia de anticuerpos antitiroideos, el grado de su- de anticuerpos antitiroideos durante un seguimiento a 15
ficiencia de yodo en la dieta y los criterios para definir años fue equivalente a la observada en la población general
hipotiroidismo. (1.7%), lo que sugiere que el litio no incrementa la autoin-
Asimismo, las características de los pacientes conside- munidad. Además, la incidencia anual de hipotiroidismo
rados como grupo de comparación son heterogéneas entre también fue similar a la observada en la población general
estudios. Mientras algunos incluyen pacientes sin enferme- (1.5%), con mayor incidencia anual en aquellos con anti-
dades psiquiátricas, otros admiten sujetos con trastorno cuerpos positivos (6.4 vs. 0.8%).
bipolar que reciben tratamientos diferentes al litio (no-li- La mayoría de los pacientes que desarrolló hipotiroidis-
tio). Esto tiene relevancia porque muchos medicamentos mo durante el tratamiento con litio lo hicieron en los pri-
empleados para el trastorno bipolar se han asociado con meros dos años de tratamiento (Vincent, 1993; Johnston,
el desarrollo de hipotiroidismo (ver capítulo previo). Estos 1999; Van Melick, 2010). Aunque algunos estudios han
inconvenientes no permiten realizar un metaanálisis para el reportado tal desarrollo muchos años después de haber
riesgo de hipotiroidismo con el uso de litio. iniciado la terapia con litio, probablemente en algunos de
Utilizando datos de una cohorte de 6,671 pacientes con esos pacientes el hipotiroidismo no haya sido inducido por
trastorno bipolar del Reino Unido con un seguimiento a 18 el fármaco, como lo sugieren los resultados del estudio de
años, se calculó por nuestra parte el riesgo de hipotiroi- Bocchetta (2007).
dismo con el uso de litio versus valproato y olanzapina. Se
excluyeron del análisis los pacientes con uso de quetiapina Aminoglutetimida
porque esta se ha asociado con una tasa de incidencia de Dicho agente contiene una configuración amino-bencé-
hipotiroidismo similar a la de litio (ver capítulo previo). El nica que interfiere con la biosíntesis de tiroxina, similar al
riesgo relativo (RR) calculado fue de 2.63 (IC95% 2.08 a mecanismo de acción de propiltiouracilo. En un estudio se
3.33), ello significa que los pacientes bajo tratamiento con evidenció hipotiroidismo clínico y bioquímico (TSH > 10
litio tienen dos a tres veces más riesgo de desarrollar hi- mU/L) en 31% de los pacientes, después del inicio de ami-
potiroidismo que con otros estabilizadores del ánimo, en noglutetimida (Figg, 1994). Al retirar el fármaco se obser-
particular valproato y olanzapina. vó la restauración del estado de eutiroidismo, determinado

72
por la evaluación clínica, la regresión de bocio y el metabo-
lismo normal del yodo tiroideo (Rallison, 1967). Tiroiditis

Concentración de TSH
Etionamida Hipotiroidismo
Estructuralmente similar al metimazol, ha demostrado que
inhibe la síntesis de hormonas tiroideas (Drucker, 1984). En
un metaanálisis de 31 estudios con 5,346 pacientes de 22
países, la tasa de incidencia de hipotiroidismo con el uso de
etionamida fue de 3.6 (IC95% 1.8 a 6.9). Al terminar el tra-
tamiento la función tiroidea se normalizó en un plazo apro- Tirotoxicosis
ximado de dos meses (McDonnell, 2005; Hallbauer, 2011).

Tiempo
Interferones (INF): INFα, INFα-2b, PEG-INFα,
PEG-INFα-2b, Consensus INF-1 Figura 15. Patrones de cambio de las concentraciones de TSH
Un análisis de 56 estudios de 18 países con 16,149 pacien- en pacientes que reciben tratamiento con INF. Estos cambios se
tes en monoterapia con INFα y 3,442 en terapia combi- pueden observar en cualquier momento durante el tratamiento
nada con ribavirina olevovirina reportó una frecuencia de o incluso después de la última dosis de INF. Ninguno de los cam-
bios permite determinar si la alteración de la función tiroidea será
disfunción tiroidea de 2.7% (rango entre estudios de 0.6 transitoria o permanente, por lo que los pacientes deben conti-
a 34.6%) y de 12.8% (rango entre estudios de 0 a 100%), nuar con vigilancia aun después de concluido el tratamiento.
respectivamente. En los pacientes con terapia combinada
la frecuencia de disfunción tiroidea fue similar entre el uso
de la presentación pegilada y no-pegilada (Kesavachan-
dran, 2013). Anticuerpos monoclonales contra puntos
La frecuencia de aparición de anticuerpos antitiroideos de control inmunológico
después del inicio del tratamiento con algún INF fue de Alemtuzumab (anticuerpo monoclonal humanizado dirigi-
20.6% (rango entre estudios de 0 a 47%) en el grupo con do contra el antígeno [Ag] de superficie celular CD52) se
monoterapia y de 5% (rango entre estudios de 0 a 33.3%) asocia con mayor frecuencia al desarrollo de enfermedad
en el de terapia combinada. Al igual que con otros medica- de Graves, con anticuerpos contra el receptor de TSH de
mentos, la presencia de anticuerpos es un factor de riesgo novo, así como anticuerpos contra peroxidasa (Rotondi,
para el desarrollo de disfunción tiroidea, así como el género 2017). No obstante, hasta 50% de los pacientes puede te-
femenino. ner resolución espontánea del hipertiroidismo o desarrollar
El tratamiento con INF puede dar lugar a diferentes hipotiroidismo. Por el contrario, pacientes con hipotiroi-
patrones de alteración de la función tiroidea (figura 15), dismo desarrollarán hipertiroidismo en forma espontánea.
donde un mismo paciente llegue a manifestar una fase de Esto se ha asociado con un cambio en la tasa de produc-
hipo o hipertiroidismo y después pasar al lado opuesto. Por ción de anticuerpos estimulantes versus bloqueadores del
tanto, las alteraciones observadas dependen del momento receptor de TSH (Daniels, 2014). La frecuencia de hipoti-
en el que se realicen las pruebas de función tiroidea a lo roidismo varía entre 5 y 13.8% (Rotondi, 2017).
largo del tratamiento (Mammen, 2013). Esto explica gran En un metaanálisis de 38 ensayos clínicos con 755 pa-
parte de la variabilidad en la frecuencia de la disfunción ti- cientes (Barroso, 2017), la OR de hipotiroidismo con el uso
roidea y en el tipo de disfunción, ya sea hipotiroidismo o de nivolumab o pembrolizumab (anticuerpos monoclona-
hipertiroidismo, transitorio o permanente. les bloqueadores de PD-1) fue de 1.89 (IC95% 1.17 a 3.05;
Recientemente se evaluó el efecto del INF-λ-1α en la P = 0.03) en contraste con el uso de ipilimumab (anticuer-
función tiroidea y se pudo observar menor frecuencia de pos monoclonales bloqueadores de CTLA-4). Al comparar
hipotiroidismo (TSH ≥ 10 mU/L) en comparación con ipilimumab con atezolizumab (anticuerpos monoclonales
el INF-α (0.8 vs. 10.6%; P < 0.0001). También se encon- bloqueadores de PD-1L) no hubo diferencia. Al contrastar
tró menor frecuencia de TSH ≤ 0.1 mU/L (2.9 vs. 11.4%; la terapia combinada de ipilimumab con un bloqueador de
P < 0.0001) (Fredlund, 2015). PD-1 versus ipilimumab en monoterapia, el riesgo de hipo-
La alteración más frecuente con el uso de INF es el tiroidismo fue mayor con la combinación (OR 3.81, IC95%
hipotiroidismo autoinmune, seguido del hipotiroidismo 2.10 a 6.91; P < 0.001).
no-autoinmune. El desarrollo de enfermedad de Graves El riesgo de hipertiroidismo fue más elevado con en el
con anticuerpos contra el receptor de TSH de novo es poco uso de un bloqueador de PD-1 en comparación con ate-
frecuente (1 a 4.7%). zolizumab (OR 5.36, IC95% 2.04 a 14.08; P = 0.002). La

73
terapia combinada de ipilimumab con un bloqueador de Tabla 19. Frecuencia de hipotiroidismo con el uso de
PD-1 versus ipilimumab también tuvo mayor riesgo de hi- medicamentos inhibidores de la tirosina-cinasa
pertiroidismo (OR 4.27, IC95% 2.05 a 8.90; P = 0.001). No Fármaco No. estudios %
hubo diferencia entre el uso de ipilimumab y un bloqueador
de PD-1 o el uso de atezolizumab. Sunitinib 11 32-85
El 89% de los casos de hipofisitis ocurrió en pacientes Axitinib 4 19-100
con melanoma. El riesgo de hipofisitis fue menor en los ca- Sorafenib 3 18-68
sos tratados con un bloqueador de PD-1 versus ipilimumab Motesanib 3 7-41
(OR 0.29, IC95% 0.18 a 0.49; P < 0.001). Sin embargo, el
Linifanib 3 4-44
riesgo fue mayor con el uso de la terapia combinada (OR
2.2, IC95% 1.39 a 3.60; P = 0.001). También se han re- Cediranib 2 13-56
portado casos de insuficiencia adrenal primaria y diabetes Vandetanib 1 100
insulinodependiente. Pazopanib 1 < 10
Vatalanib 1 2
Inhibidores de tirosina-cinasa (ITK)
Los ITK son pequeñas moléculas, generalmente análogos
del ATP, que inhabilitan la transferencia de fosfato del ATP,
a los residuos de tirosina del dominio catalítico de recep- ha documentado la reducción de tamaño de la tiroides, en
tores de factores de crecimiento, que participan en la se- algunos casos atrofia, con una importante disminución de
ñalización de funciones que favorecen la supervivencia y la vascularidad y con regresión y constricción capilar. Tam-
proliferación de los tumores. bién se ha demostrado elevada actividad de la desyodasa
Aunque no son específicos para una sola clase de recep- tipo 3 (Kappers, 2011), por una vía dependiente de hipoxia
tores de tirosina-cinasa, la mayoría de los ITK interactúa (Simonides, 2008), lo cual disminuye la concentración de
con el receptor del factor de crecimiento endotelial vas- las hormonas tiroideas en la circulación. En pacientes bajo
cular (VEGF, por sus siglas en inglés) y con el receptor del tratamiento con hormonas tiroideas se puede requerir un
factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGFR, por incremento de la dosis para mantener el estado de eutiroi-
sus siglas en inglés). dismo (De Groot 2007; Robinson, 2010).
La frecuencia de hipotiroidismo es variable entre estu- En algunos pacientes se puede observar una concentra-
dios y entre cada uno de los diferentes fármacos de este ción de TSH inapropiadamente alta para concentración en
grupo (tabla 19) [Daimon, 2012; Makita, 2013]. El espec- sangre de T3 y T4 libres. Esto se debe a un efecto inhibito-
tro de afinidad a los diferentes miembros de la familia de rio de algunos ITK en al receptor MCT8 en el hipotálamo e
VEGF les confiere un efecto biológico diferente, por lo que hipófisis, lo que disminuye las concentraciones de T3 intra-
también lo es su riesgo para desarrollar hipotiroidismo. Se celulares con la consiguiente elevación de TSH.

74
6.5.
Obesidad

Las hormonas tiroideas son importantes en el gasto de solo en el tejido adiposo subcutáneo (P = 0.07) [Nanni-
energía a través de la termogénesis adaptativa y contribu- pieri, 2009].
yen a la regulación del apetito. Las hormonas y citocinas Después de la cirugía bariátrica, con una disminución
del tejido adiposo, que actúan en el sistema nervioso cen- promedio en el IMC de 15 kg/m2, se ha observado un in-
tral, informan sobre la cantidad de energía almacenada, lo cremento en la expresión del TSHR y el TRα1 en el tejido
cual tiene un efecto en la actividad del eje hipotálamo-hi- adiposo subcutáneo (P < 0.01) [Nannipieri, 2009].
pófisis-tiroides para el control del peso y el mantenimiento La administración de TSH en cultivos de adipocitos del
del balance energético. omento humano elevó la producción de leptina (Menen-
dez, 2003). La administración de TSH recombinante en
pacientes con cáncer de tiroides aumentó las concentra-
¿Qué efecto tiene la TSH en ciones séricas de leptina (P < 0.05), con una correlación

la síntesis de leptina? entre el IMC y las concentraciones de leptina posestimula-


ción (r = 0.32; P < 0.005) [Santini, 2010].

La leptina es una hormona sintetizada por los adipocitos,


los cuales expresan receptores de TSH (TSHR, por sus si-
glas en inglés) [figura 16]. En muestras de tejido adiposo
¿Qué efecto tiene la leptina
de pacientes sin obesidad, el tejido adiposo subcutáneo en el eje tiroideo?
tiene mayor expresión de TSHR en comparación con el te-
jido adiposo visceral (P < 0.05), así como del receptor de La TRH se sintetiza en las neuronas parvocelulares del nú-
hormonas tiroideas alfa-1 (TRα1, por sus siglas en inglés) cleo paraventricular del hipotálamo. Su síntesis y secreción
[P < 0.001]. En muestras de tejido adiposo de pacientes está regulada por las neuronas del núcleo arcuato (in-
con obesidad, tanto el tejido adiposo subcutáneo como el fundibular en humanos) y de la médula del tallo cerebral,
visceral tienen una disminución en la expresión del TSHR principalmente. En el núcleo arcuato (ARC) se encuentran
(P = 0.005), con una tendencia a la disminución de TRα1 dos grupos celulares con efectos opuestos: un grupo de

75
TSH

Estimula los adipocitos

Incrementa más
Regula la expresión génica de TRH la secreción de leptina

Inhibe actividad D2

Leptina
Aumenta actividad D1

T4 T3

Figura 16. Función tiroidea en los pacientes con obesidad. 1) El aumento de las concentraciones de leptina estimula en forma crónica los
receptores de leptina en las neuronas del hipotálamo, con un incremento en la síntesis y secreción de TRH, la cual a su vez induce la se-
creción de TSH. La leptina disminuye la actividad de la D2 en el hipotálamo. Las concentraciones altas de leptina reducen la capacidad de
retroalimentación negativa de la T3. 2) La TSH incita la secreción de leptina en los adipocitos. 3) A nivel periférico la leptina incrementa la
actividad de la D1, lo que eleva las concentraciones en sangre de T3.
TRH: hormona liberadora de tirotropina;
AgRP TSH: hormona estimulante de la tiroides; D1: monodesyodasa tipo 1; D2: monodesyodasa tipo 2.
α-MSH

↑ AMPc
NPY

Fosforila CREB
células produce hormona estimulante de melanocitos-alfa timulante en el gen del promotor de TRH, mientras que
(α-MSH, por sus siglas en inglés) y transcripción regulada la T3 un efecto inhibitorio (Wilber, 1998; Harris, 2000). El
de cocaína y anfetamina
RT CREB (CART,
P por sus siglas en inglés) mecanismo inhibitorio de AgRP es a través de su efecto an-
Neurona del núcleo infundibular/arcuato
y otro genera
T3 proteína relacionada con agouti (AgRP, por tagonista de α-MSH (Fekete, 2004) y el de NPY mediante
sus siglas en inglés) y neuropéptido Y (NPY). Tanto α-MSH la inhibición del AMPc (Sarkar, 2003).
Estimula síntesis
como CART estimulan la síntesis y secreción de TRH,
Neurona mien-paraventricular
del núcleo Las neuronas productoras de TRH también expresan el
Inhibe síntesis
tras que AgRP y NPY disminuyen la síntesis de TRH. receptor de leptina (Elmquist, 1998), por lo que esta tam-
Las hormonas del núcleo ARC están reguladas por la bién ejerce un efecto directo en la regulación de TRH al es-
leptina,Gen
ya de
queTRH TRE CRE
ambos grupos celulares expresan el recep- timular al promotor del gen de TRH a través de la activación
tor de leptina. Esta última tiene un efecto estimulante en del transductor de señal y activador de la transcripción 3
la producción de α-MSH/CART y un efecto inhibitorio en la (STAT3, por sus siglas en inglés) [Harris, 2000; Guo, 2004].
producción de AgRP/NPY (Elmquist, Estimula síntesis
1998). Fisiológicamente, en el ayuno disminuyen las concen-
En el núcleo paraventicular la STAT3 síntesis de TRH está re- traciones de leptina, lo que lleva a una disminución de
gulada en parte por la proteína de unión a elementos de α-MSH/CART y un incremento de AgRP/NPY. Ello oca-
respuesta (CREB, por sus siglas Leptina en inglés) que puede ser siona una reducción en las concentraciones de PCREB, por
fosforilada por una vía dependiente de AMPc. Como se tanto, la T3 puede unirse a sus receptores en el gen de
muestra en la figura 17, la α-MSH induce la formación del TRH, disminuyendo la síntesis de TRH. Durante el proceso
AMPc con la consiguiente fosforilación de CREB (PCREB, de digestión se absorben ácidos grasos que incrementan
por sus siglas en inglés), y una vez que ha sido fosforilada la liberación de leptina por los adipocitos. El aumento de la
compite con la T3 por la unión de un dominio del gen del leptina en el núcleo ARC origina una elevación de la produc-
promotor de TRH. La unión de PCREB tiene un efecto es- ción de α-MSH/CART y disminuyen AgRP/NPY. Esto lleva

76
α-MSH AgRP

↑ AMPc NPY
Fosforila CREB

P
T3 RT CREB
Neurona del núcleo
infundibular/arcuato
Inhibe síntesis Estimula síntesis

Gen de TRH TRE CRE

Estimula síntesis

STAT3

Neurona del núcleo


Leptina paraventricular

Figura 17. Regulación transcripcional del gen de TRH en las neuronas parvocelulares del núcleo paraventricular. La α-MSH estimula la sín-
tesis de AMPc, el cual induce la fosforilación de CREB, que la unirse a CRE estimula la síntesis de TRH. La leptina se une a su receptor en las
células parvocelulares del núcleo paraventricular y a través de STAT3 estimula la síntesis de TRH. El AgRP y el NPY, sintetizados en el núcleo
infundibular (en humanos y arcuato en roedores), inhabilitan la síntesis de TRH a través de un efecto antagonista de α-MSH e inhibición del
AMPc, respectivamente. Al unirse la T3 con el receptor de T3 forman un complejo que al vincularse con el TRE inhiben la síntesis de TRH.
AgRP: proteína relacionada con agouti; CRE: elemento de respuesta para CREB; CREB: proteína de unión a elementos de respuesta; α-MSH:
hormona estimulante de melanocitos-alfa; NPY, neuropéptido Y; P: fósforo; RT: receptor de T3; TRE: elemento de respuesta para hormo-
nas tiroideas.

a un incremento en la producción de PCREB, disminuyendo


así la inhibición por T3, lo que ocasiona un incremento en
Relación entre las
la síntesis de TRH y en consecuencia en la TSH. concentraciones de TSH
La T3 que se encuentra en el sistema nervioso central
proviene de la conversión de T4 por la monodesyodasa y leptina.
tipo 2 (D2) en los tanicitos y astrocitos. Los tanicitos
son un tipo de células gliales especializadas que tapizan
¿Qué efecto tiene
las paredes ventrolaterales y el piso del tercer ventrícu- la pérdida de peso?
lo y expresan altas concentraciones de la D2. Las neuro-
nas productoras de TRH no expresan la D2, por lo que En un estudio se evaluó la secreción en 24 horas de leptina
dependen de la conversión de T4 a T3 en los tanicitos y y de TSH en pacientes eutiroideos con obesidad y con peso
astrocitos (Guadaño-Ferraz, 1997). No se ha observado normal, sin diferencia en las concentraciones de T4 libre. Se
un efecto de la leptina en los tanicitos. Sin embargo, las observó que aquellos con obesidad tenían concentraciones
neuronas productoras de NPY en el núcleo ARC sí poseen más elevadas de leptina y de TSH, con una correlación posi-
la D2, cuya actividad se incrementa cuando la leptina se tiva entre ambas (r2 = 0.31; P = 0.007). Aunque se encontró
encuentra baja, como en el ayuno. La disminución en las una correlación entre el IMC y la secreción de 24 horas de
concentraciones de leptina permite que la D2 sea estimu- TSH (r2 = 0.29, P = 0.010), no tuvo correlación entre esta
lada por corticoesteroides (Coppola, 2005). A nivel peri- y el porcentaje de grasa corporal (P = 0.352) [Kok, 2005a].
férico la leptina estimula la actividad de la D1 en hígado y Cuando se evaluó el patrón de secreción de 24 horas de
riñón (Araujo, 2009). TSH se observó que los pacientes con obesidad tuvieron un

77
retraso en el pico nocturno de secreción de TSH (P = 0.033) 4
[figura 18], con un menor incremento relativo de TSH en Obesos
comparación con los pacientes con peso normal (53.2 vs. Delgados
79.5%; P = 0.019, respectivamente) [Kok, 2005a].
3

Promedio de TSH (mU/L)


Asimismo, se evaluó la secreción de 24 horas de lep-
tina y TSH después de un promedio de cuatro meses con
restricción calórica. La reducción promedio del peso e IMC
fue de 13.5 kg y 5 kg/m2, respectivamente. Tanto la se- 2
creción de leptina como de TSH disminuyeron después de
la pérdida de peso (P < 0.03 para ambas). El pico nocturno
de secreción de TSH fue igual al observado en los pacien-
1
tes con peso normal (P = 0.16). La reducción de la con-
centración de leptina se correlacionó con la disminución
de TSH (r2 = 0.62; P < 0.01) [Kok, 2005b].
En pacientes con hipotiroidismo e hipertiroidismo tam- 0
bién se ha observado una correlación significativa entre las 18 21 24 3 6 9 12 15 18
concentraciones séricas de TSH y leptina antes y después Hora del día
de lograr el eutiroidismo (Pinkney, 1998; Oge, 2005).
Figura 18. Secreción de TSH en 24 horas en pacientes con peso
normal y con obesidad. La flecha señala el retraso en el pico noc-
turno de secreción de TSH en los pacientes con obesidad en com-
Relación entre las paración con los individuos con peso normal. Modificado de Kok
2005a
concentraciones de TSH
y el IMC. En un total de 15,020 pacientes se encontró que una ga-
¿Qué efecto tiene la pérdida nancia de peso de más de 5 kg se asoció con un incremento
en la concentración de TSH de 0.08 mU/L en mujeres y
de peso? 0.15 mU/L en hombres (IC95% 0.06 a 0.11 y 0.12 a 0.18,
respectivamente). La pérdida de peso de más de 5 kg se
En una revisión de 29 estudios (de Moura, 2011) con 56,630 relacionó con una disminución de TSH de 0.12 mU/L en
pacientes de 15 países, de 18 a 89 años, con una concentra- mujeres y 0.03 mU/L en hombres (IC95% 0.09 a 0.16 y
ción de TSH entre 0.17 a 5.5 mU/L, se evaluó la relación 0.02 a 0.09, respectivamente) [Svare, 2011].
entre las concentraciones de TSH y diferentes medidas de
adiposidad (IMC, peso, circunferencia de cintura, relación
cintura-cadera, porcentaje de masa grasa, grasa subcutá- ¿Qué cambios se observan
nea, central e índice de masa grasa). En siete de 12 estudios
basados en muestras poblacionales se encontró una correla-
en las hormonas tiroideas en
ción entre la TSH y alguno de los parámetros de adiposidad. el paciente obeso?
Dos estudios fueron longitudinales. Uno de ellos encontró
una asociación entre el aumento de peso y el incremento Los estudios reportan diferencias en las concentraciones
en la concentración de TSH durante un seguimiento de 3.5 de hormonas tiroideas. Esto puede deberse a que los pa-
años (Fox, 2008). En el otro se encontró una asociación en- cientes son evaluados en diferentes contextos (durante la
tre el aumento del IMC y la elevación de la concentración de sobrealimentación o en dieta hipocalórica) o tienen carac-
TSH en un seguimiento de siete años (Nyrnes, 2006). terísticas diferentes (tipo y grado de obesidad).
Recientemente otro estudio poblacional con 7,813 indi- En 10 estudios se evaluaron los cambios observados en
viduos también encontró una asociación entre la elevación las concentraciones de hormonas tiroideas en pacientes
de TSH con el aumento del IMC, cintura y relación cintu- obesos eutiroideos en comparación con individuos sin obe-
ra-cadera en un seguimiento de cinco años (Tiller, 2016). sidad (tabla 20). En seis estudios se reportó la T4 libre sin
En un estudio poblacional se evaluaron individuos con diferencia entre ambos grupos, en tres estudios la T4 libre
una concentración basal de TSH ≤ 3.5 mU/L. Para el aná- fue más baja en los pacientes con obesidad y solo un estu-
lisis solo es incluyeron aquellos que después de un segui- dio reportó la T4 libre más alta en el grupo con obesidad.
miento promedio de 10.5 años tuvieran TSH < 10 mU/L. Solo cinco de los 10 estudios evaluaron la T3 libre, de los

78
Tabla 20. Cambios en las concentraciones en sangre de
hormonas tiroideas en pacientes con obesidad en com-
paración con individuos sin obesidad T3 total y libre
T4 total y
Referencia No. de Asociación con obesidad normales
libre normales
altas o altas
pacientes
Kozlowska, 28 T4L más alta (P < 0.05) Obesos
2004 T3 y T4 totales más altas IMC ≥ 30
(P < 0.05)
Kok, 2005a 23 T4L sin diferencia
Michalaki, 155 T3L más alta (P < 0.05)
2006 T4L sin diferencia
T3 y T4 totales más altas TSH normal
(P < 0.001) alta o alta
Shon, 2008 1,572 T4L más baja (P < 0.01)
Rotondi, 350 T3L más baja (P < 0.01)
2009 T4L más baja (P < 0.01) Figura 19. Cambios en el perfil de tiroideo en pacientes con obe-
sidad. Una concentración de TSH elevada aislada no implica una
Eray, 2011 129 T3L sin diferencia
hipofunción de la tiroides.
T4L sin diferencia IMC: índice de masa corporal; TSH: hormona estimulante de la
Díez, 2011 778 T4L sin diferencia tiroides.

Kouidhi, 68 T4L más baja (P < 0.05)


2013
Muscogiuri, 60 T3L sin diferencia nas tiroideas después de la pérdida de peso en pacientes
2013 T4L sin diferencia con cirugía bariátrica. Se incluyeron 24 estudios con 1,147
Ren, 2014 865 T3L más alta (P < 0.05) pacientes con un rango de seguimiento de uno a 108
T4L sin diferencia meses. Después de la pérdida de peso se encontró una
disminución de las concentraciones de TSH (diferencia de
medias estandarizada [DME] 0.52, IC95% 0.20 a 0.83; P =
0.001), T3 total (DME 1.05, IC95% 0.85 a 1.25; P < 0.001)
cuales en dos se reportó similar entre los grupos, en otros y T3 libre (DME 1.59, IC95% 0.35 a 2.84; P = 0.01). No
dos se reportó más alta y solo un estudio la reportó más se observaron cambios en las concentraciones de T4 total
baja. Las hormonas totales se evaluaron solo en dos estu- (DME 0.12, IC95% -0.10 a 0.34; P = 0.28), T4 libre (DME
dios y en ambos fueron más elevadas en los pacientes con -0.11, IC95% -0.77 a 0.55; P 0.74) y T3 reversa (DME 0.03,
obesidad (figura 19). IC95% -0.02 a 0.08; P = 0.20) [Guan, 2017].

¿Qué efecto tiene la ¿Cambia el volumen de la


pérdida de peso tiroides en pacientes con
en las concentraciones de obesidad?
hormonas tiroideas? En un estudio se evaluó el tamaño de la tiroides mediante
ultrasonido en pacientes eutiroideos y con anticuerpos an-
Varios estudios han reportado el efecto de la pérdida de peso titiroideos negativos, con IMC ≥ 30 (n = 98) y en individuos
en las concentraciones de TSH en pacientes sometidos a ci- con peso normal (n = 31). Los pacientes con obesidad tu-
rugía bariátrica (tabla 20). La remisión del hipotiroidismo vieron un volumen tiroideo mayor, el cual se correlacionó
subclínico se ha observado entre 87 y 100% de los pacientes con el IMC, cintura, porcentaje de grasa corporal y peso
y del hipotiroidismo clínico entre 8.7 y 25% (tabla 21). (r = 0.504, 0.386, 0.375 y 0.319, respectivamente; P < 0.01
Recientemente se realizó un metaanálisis en el que se para todos). Después de seis meses de tratamiento con or-
evaluaron los cambios en las concentraciones de hormo- listat o sibutramina solo los pacientes con una pérdida de

79
Tabla 21. Remisión del hipotiroidismo en pacientes con obesidad después de la pérdida de peso
Referencia No. de Procedimiento y seguimiento Hipotiroidismo Remisión del
pacientes hipotiroidismo
Raftopoulos, 2004 23 DGYR 5.5-31 meses 100% clínico 8.7%
Moulin, 2005 72 DGYR 12 meses 25% subclínico 100%
Chikunguwo, 2007 86 DGYR o BGA 12 meses 10.5% subclínico 100%
Fazylov, 2008 20 DGYR 24 meses 100% clínico 25%
Ruiz-Tovar, 2014 60 MG 12 meses 16.7% subclínico 10%
Janssen, 2015 61 DGYR 12 meses 100% subclínico 87%
DGYR: derivación gástrica en Y de Roux; BGA: banda gástrica ajustada; MG: manga gástrica.

más del 10% del peso corporal tuvieron una disminución en aquellos con hipotiroidismo en comparación con los eu-
del volumen tiroideo (P = 0.008) y de la TSH (P = 0.006) tiroideos (37.5 vs. 6.3%; P < 0.001). No obstante, cuando
sin que se observaran cambios en las concentraciones de se comparó con pacientes hipotiroideos con peso normal,
T3 y T4 libres (Sari, 2003). la prevalencia de anticuerpos antitiroideos fue mayor en los
Otro estudio también evaluó el volumen tiroideo me- que tenían peso normal (66.1 vs. 32.1%; P < 0.005).
diante ultrasonido en pacientes sin antecedente de enfer- En otro estudio con 144 pacientes obesos con IMC >
medad tiroidea. Se incluyeron 44 pacientes obesos y 20 in- 40 kg/m2 (Michalaki, 2006) la prevalencia de anticuerpos
dividuos sin obesidad. El volumen tiroideo fue mayor en los antitiroideos fue mayor en los que presentaban hipotiroi-
pacientes con obesidad (P < 0.01). En aquellos con obesidad dismo en comparación con los eutiroideos (46 vs. 9.6%).
no se observó una correlación entre el volumen tiroideo y el Dos estudios evaluaron la presencia de anticuerpos
peso (P = 0.34) ni la masa grasa (P > 0.05). Sin embargo, antitiroideos en pacientes que persistieron con hipotiroi-
sí se observó una correlación entre el volumen tiroideo y la dismo después de bajar de peso con cirugía bariátrica. En
masa magra (r = 0.54, P = 0.01) [Wesche, 1998]. el estudio de Janssen (2015) solo ocho pacientes tuvieron
Un estudio con 268 pacientes eutiroideos con anticuer- persistencia del hipotiroidismo, de los cuales solo uno tuvo
pos antitiroideos negativos y un promedio de IMC de 27.1 anticuerpos positivos. En el estudio de Fazylov (2008) cin-
± 4.9 kg/m2 encontró una correlación entre el volumen ti- co pacientes con hipotiroidismo requirieron un incremento
roideo evaluado mediante ultrasonido y la concentración en la dosis de levotiroxina, de los cuales cuatro tuvieron an-
de leptina solo en las mujeres (r = 0.181, P = 0.038). En ticuerpos positivos.
ellas el volumen tiroideo también se correlacionó con el
IMC (P = 0.008) y el peso (P < 0.001) [Gómez, 2002]. En conclusión:
1. La leptina tiene un efecto estimulante en la síntesis y
secreción de TRH, así como de la conversión de T4 a
¿Tienen los pacientes con T3 por la D1. Además, posee un efecto inhibitorio en la
actividad de la D2 en el hipotálamo. Los cambios en el
obesidad anticuerpos peso, y por tanto en la concentración de leptina, modi-
antitiroideos con mayor fican las concentraciones de hormonas tiroideas.
2. Los pacientes con obesidad tienen un reajuste neu-
frecuencia? roendocrino del eje tiroideo como consecuencia del in-
cremento crónico en las concentraciones de leptina. La
La prevalencia de anticuerpos contra peroxidasa o tiroglo- función de los adipocitos también muestra reajustes en
bulina en los pacientes obesos fue similar a la observada en la expresión de receptores para las hormonas tiroideas
individuos sin obesidad (Ren, 2014), incluso en sujetos con y TSH.
IMC ≥ 40 kg/m2 (Temizkan, 2016). 3. El incremento en las concentraciones de leptina en los
En un estudio con 350 pacientes obesos (Rotondi, pacientes con obesidad puede ocasionar un incremen-
2009) la frecuencia de anticuerpos antitiroideos fue mayor to de las concentraciones de TRH y TSH, así como el

80
aumento del tamaño de la tiroides por la estimulación normalización de las concentraciones de TSH y dismi-
de TSH. Las concentraciones de la T3 total y libre pue- nución del tamaño de la tiroides. Esto sugiere que los
den estar normales altas o elevadas como consecuencia cambios en las concentraciones de hormonas tiroideas
de una mayor actividad de la D1, permaneciendo las en una proporción importante de pacientes con obesi-
concentraciones de T4 total y libre sin cambios. dad son consecuencia de fenómenos adaptativos y no
4. La reducción del peso revierte las alteraciones neuroen- se deben a una disminución de la función tiroidea.
docrinas del eje tiroideo y la expresión de receptores 5. La obesidad no se asocia con un incremento en la fre-
de hormonas tiroideas y TSH en los adipocitos, con la cuencia de enfermedad tiroidea autoinmune.

Recomendaciones
— No se recomienda utilizar el IMC como criterio para realizar el escrutinio de la función tiroidea. (1, )
— En los pacientes con obesidad se recomienda investigar la presencia de factores de riesgo para enferme-
dad tiroidea de igual forma que en los pacientes sin obesidad. (1, )
— No se recomienda utilizar la concentración de TSH como único criterio para iniciar tratamiento sustitutivo
con hormonas tiroideas en los pacientes obesos. (1, )

81
Tamizaje universal 07

83
7.
Tamizaje universal

La patología tiroidea es la segunda enfermedad endocrina de edad fue de 58 años (rango 38 a 93 años). La con-
más común. La edad para realizar el tamizaje no ha sido es- centración de TSH en el percentil 97.5 fue 6.0 mU/L
tandarizada. La recomendación de diversas organizaciones debido a que incluyeron pacientes > 80 años. Se definió
se resume en la tabla 22. el hipotiroidismo leve con una concentración de TSH >
De acuerdo con estudios poblacionales se cuenta con la 6.0 mU/L y el hipotiroidismo clínico (manifiesto) con
siguiente información: TSH > 10 mU/L y T4 total baja.
a. En la cohorte del Reino Unido de Wickham Survey La tasa de incidencia de hipotiroidismo fue de 3.5 por
(Vanderpump, 1995) de 2,779 personas, se seleccio- 1,000 mujeres/año (IC95% 2.8 a 4.5) y 0.6 por 1,000
naron aquellos sobrevivientes después de una media- hombres/año (IC95% 0.3 a 1.2). En la figura 20 se
na de seguimiento de 19 años (rango 18 a 21 años) y muestra la tasa de riesgo por edad en las mujeres. El
que tuvieran medición de TSH, T4 libre y anticuerpos riesgo de hipotiroidismo se incrementó cuando la TSH
antimicrosomales (anti-TPO) y antitiroglobulina. Para fue > 2 mU/L. La elevación de TSH o la presencia de
el análisis se incluyeron 1,877 individuos. La mediana anticuerpos antitiroideos tuvo un riesgo similar de

Tabla 22. Recomendaciones de tamizaje de la función tiroidea por otras organizaciones


Organización Año Recomendación de tamizaje
Royal College of Physicians of London a
1996 No justificado
Amerian College of Physicians b
1998 ≥ 50 años con ≥ 1 síntomas que se puedan deberse a distiroidismo
American Thyroid Association c
2000 A partir de 35 años, y después cada 5 años
American Academy of Family Physicians d
2002 ≥ 60 años
American Association of Clinical Endocri- 2002 Personas mayores, especialmente mujeres
nologistse
U.S. Preventive Services Task Forcef 2004 Evidencia insuficiente
Latin American Thyroid Society g
2013 Mujeres en edad reproductiva en adelante, especialmente > 60
años.
a
Vanderpump, 1996; bHelfand, 1998; cLandenson, 2000; dAmerican Academy of Family Physicians 2002; eBaskin, 2002;
f
Helfand, 2004; gBrenta, 2013.

85
Tasa de riesgo por 1,000 mujeres/año 16 individuos que contaban con la información completa.
El 3.5% de las mujeres y 1.3% de los hombres desarro-
llaron hipotiroidismo.
12 Se evaluó la probabilidad de hipotiroidismo de acuerdo
con la concentración basal de TSH. Cuando la TSH basal
fue ≥ 3.5 mU/L la probabilidad de tener hipotiroidismo
8
Incremento del riesgo subclínico o recibir tratamiento con LT4 fue de 26.1%
a partir de los 35 años (IC95% 21.0 a 31.9) en las mujeres y 21.1% (IC95%
13.5 a 31.4) en los hombres. Cuando la TSH basal fue
4
≥ 4.0 mU/L la probabilidad se duplicó en las mujeres
Hipotiroidismo (42.1%, IC95% 34.5 a 50.1), sin diferencia en los hom-
0 bres (21.7%, IC95% 12.9 a 34.0).
0 10 20 30 40 50 60 70 80 En los individuos con TSH basal de 4.1 a 4.5 mU/L se
Edad (años) midieron los anticuerpos anti-TPO. La probabilidad de
hipotiroidismo fue mayor cuando los anticuerpos fue-
Figura 20. Tasa de riesgo de hipotiroidismo clínico por 1,000 mu-
ron positivos (43.3%, IC95% 29.5 a 58.1 en mujeres;
jeres/año calculado con 912 mujeres con un seguimiento de 20
años. Modificado de Vanderpump, 1995 21.5%, IC95% 7.1 a 49.6 en hombres) en comparación
con los anticuerpos negativos (20.3%, IC95% 12.1 a
31.9 en mujeres; 12.9%, IC95% 5.4 a 27.8 en hombres).

hipotiroidismo (OR 14 y 13, respectivamente). Sin em- En la cohorte de Wickham el riesgo de desarrollar hi-
bargo, la combinación de ambos incrementó el riesgo potiroidismo clínico fue de 4% por año en las mujeres con
de hipotiroidismo (OR 38, IC95% 22 a 65). elevación de TSH y anticuerpos positivos. En un periodo de
b. En la cohorte de Colorado 9 Health Fair de 33,661 10 años la probabilidad fue de 40%, similar a lo observado
individuos (Canaris, 2000), se seleccionaron 25,862 en el estudio HUNT con un seguimiento de 11 años. Con
personas que respondieron a la encuesta de enfer- los datos anteriores, la posibilidad de hipotiroidismo en cin-
medades tiroideas y en quienes fue posible realizar la co años sería de 20%.
medición de TSH a partir del año 1995. El 75.8% tenía
≥ 45 años y 5.9% tomaba algún medicamento para la
tiroides. De 24,337 personas que no tomaban medica- ¿Qué alteraciones se
mentos para la tiroides, 9.9% presentaba alteraciones
en la concentración de TSH, cifra de la que 90% tuvo
han asociado con el
la TSH > 5.1 mU/L. hipotiroidismo subclínico?
En el análisis por edad, en el grupo de 45 a 64 años 11%
de los hombres y 22.5% de las mujeres tuvieron la TSH En México la prevalencia del hipotiroidismo clínico es de
> 5.1 mU/L, y en el grupo de ≥ 65 años ocurrió en 26% 1.1% y sus efectos deletéreos son evidentes al momento
de los hombres y 37% de las mujeres. del diagnóstico. Aunque el hipotiroidismo subclínico es más
c. En la cohorte noruega de Nord-Trøndelag Health Study frecuente (3.9 a 8.3%), sus efectos metabólicos y cardio-
(HUNT) de 94,009 personas (Bjoro, 2000), se seleccio- vasculares se hacen evidentes después de un periodo más
naron 65,263 individuos que respondieron a la encues- prolongado. En el capítulo 4 se comentan los estudios que
ta de enfermedades tiroideas y a quienes se les realizó evalúan las alteraciones relacionadas con el hipotiroidismo
la medición de TSH. Cuando esta fue < 0.2 mU/L o > subclínico.
4.0 mU/L se realizó la medición de T4 libre. De 25,295 De acuerdo con los estudios que han evaluado la asocia-
individuos ≥ 40 años (38.8%) sin enfermedades tiroi- ción del hipotiroidismo subclínico con alteraciones meta-
deas, el 6% tuvo la TSH alterada, cifra de la que 90% bólicas, cardiovasculares y la mortalidad, aquel:
manifestó TSH > 4.0 mU/L. a. Se asocia con valores mayores de presión arterial sistó-
Para el análisis de la incidencia de hipotiroidismo solo lica y diastólica.
se incluyeron las personas de 20 a 69 años sin enferme- b. Se relaciona con concentraciones más elevadas de
dades tiroideas (Asvold, 2012). La mediana de segui- colesterol total y LDL y el tratamiento con LT4 las
miento fue 11.1 años (rango 9.4 a 12.8 años). Se defi- disminuye.
nió el hipotiroidismo subclínico con una concentración c. En pacientes con aumento de la presión arterial y co-
de TSH > 4.5mU/L. Se analizaron los datos de 15,106 lesterol, la presencia de hipotiroidismo subclínico se

86
vincula con un mayor GIMC. El tratamiento con LT4
disminuye el GIMC en los pacientes con mejoría de la
¿Qué personas podrían
presión arterial y la disminución en las concentraciones beneficiarse de la evaluación
de colesterol.
d. Incrementa el riesgo de IRC al igual que en aquellos con de la función tiroidea?
hipotiroidismo clínico. El tratamiento con LT4 en los
pacientes con IRC hipotiroideos aminora significativa- El hipotiroidismo subclínico se relaciona con diversas alte-
mente el riesgo de mortalidad y mejora la TFG. raciones metabólicas y cardiovasculares, así como un ma-
e. Su prevalencia es mayor en los pacientes con DM2 que yor riesgo de mortalidad general. Sin embargo, ha de te-
en la población sin DM y su presencia aumenta el riesgo nerse en cuenta que estos efectos no son dependientes del
de complicaciones crónicas microvasculares (retinopa- efecto directo de la TSH, sino de una menor disponibilidad
tía, nefropatía, neuropatía) y macrovasculares (enfer- de hormonas tiroideas, particularmente T4, en cada uno de
medad coronaria y arterial periférica). los tejidos. Aunque la concentración de hormonas tiroideas
f. Se asocia con mayor riesgo de SM. en sangre se encuentra dentro de los rangos de referencia,
g. En pacientes asintomáticos se vincula con la disminu- ello no refleja las concentraciones de hormonas tiroideas
ción de la función diastólica del ventrículo izquierdo en los tejidos y, por tanto, su efecto tisular.
y el tratamiento con LT4 la mejora. El hipotiroidismo Cuando la concentración de T4 libre se mide por cro-
subclínico se relaciona con mayor riesgo de insuficien- matografía líquida y espectrometría de masas, alrededor
cia cardiaca en pacientes ≥ 65 años. El tratamiento con de 65% de los pacientes con hipotiroidismo subclínico con
LT4 disminuye la incidencia de insuficiencia cardiaca en T4 libre normal por un método inmunométrico tiene la T4
individuos ≥ 65 años con hipotiroidismo subclínico. En libre por debajo del límite de referencia; es decir, tienen hi-
los pacientes con mayor deterioro de la función cardia- potiroidismo clínico y deficiencia de T4 a nivel tisular.
ca o mayor tiempo de evolución de la cardiopatía, el En algunas de estas alteraciones se ha observado una
hipotiroidismo subclínico se asoció con mayor riesgo mejoría con la administración de LT4. Es esperable que el
de mortalidad. efecto sea dependiente de la dosis administrada (evaluada
h. Se relaciona con mayor riesgo cardiovascular en pacien- con la concentración de TSH durante el tratamiento), el
tes ≥ 65 años. En los pacientes ≤ 70 años con hipotiroi- tiempo trascurrido con una dosis óptima, el tiempo de evo-
dismo subclínico, el tratamiento con LT4 disminuye el lución de las alteraciones metabólicas y cardiovasculares, y
riesgo de eventos de cardiopatía, pero no en aquellos la presencia de otros factores asociados con dichas altera-
> 70 años. Esto datos que parecen contradictorios, po- ciones, así como al control óptimo de estos.
drían explicarse si se considera al hipotiroidismo subclí- Por tal motivo, la identificación temprana del hipotiroi-
nico como una enfermedad crónica, en la que el tiem- dismo subclínico y, en consecuencia, su tratamiento pue-
po de evolución es determinante para el daño crónico den ayudar a disminuir los cambios asociados con la dismi-
e irreversible, por lo que el tratamiento más temprano nución de hormonas tiroideas a nivel tisular.
modifica los desenlaces cardiovasculares. Efectos simi- De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional
lares se observan en otras enfermedades crónicas como de Salud (ENSANUT) 2016 (INSP, 2017), en México la
la diabetes y la hipertensión arterial. prevalencia de diabetes es de 9.4%, hipercolesterolemia
i. Se asocia con mayor riesgo de mortalidad general en 28%, hipertensión arterial 25.5% (15.3% con diagnóstico
pacientes ≥ 65 años. El tratamiento con LT4 disminuye previo y 10.2% identificado a través de la encuesta).
la mortalidad general en pacientes < 65 años, pero no La prevalencia de enfermedades crónicas relacio-
en aquellos ≥ 65 años. Similar a lo observado en el ries- nadas con mayor riesgo cardiovascular es más elevada
go cardiovascular. en personas ≥ 40 años (tabla 23). Por tal motivo sería

Tabla 23. Prevalencia de factores de riesgo en la población mexicana de acuerdo con los datos de ENSANUT 2016
Factores de riesgo 20-39 años 40-69 años ≥ 70 años
Diabetes 1.7% 21.1% 23.1%
Hipercolesterolemia 22.8% 34.4% 30.7%
Hipertensión arterial 5.9% 22.5% 34.7%
Obesidad abdominal 73.2% 84.4% 81.7%

87
la población que podría beneficiarse de un diagnósti- clínico y subclínico se incrementa con la edad y es mayor
co temprano del hipotiroidismo clínico y subclínico y el en las personas > 60 años, la evaluación de la función ti-
correspondiente tratamiento sustitutivo. Aunque el hi- roidea solo en este subgrupo de personas no permitiría la
potiroidismo clínico y subclínico son más frecuentes en detección temprana en aquellos de entre 40 y 60 años,
mujeres, sus alteraciones se presentan en ambos géne- en quienes se esperaría un mayor impacto con el trata-
ros. Asimismo, aunque la prevalencia del hipotiroidismo miento sustitutivo.

Recomendaciones
— Se recomienda realizar el tamizaje de la función tiroidea a partir de los 40 años de edad, tanto en hombres
como en mujeres. (1, )
— Si no se encuentran alteraciones en la función tiroidea, se recomienda repetir la evaluación cada cinco años.
(1, )
— Se recomienda realizar el tamizaje de la función tiroidea con TSH y en los casos en los que esta sea ≥ 4.0
mU/L, realizar la medición de T4 libre y anticuerpos contra TPO. (1, )

88
Escrutinio de
la función tiroidea 08

89
8.1.
Hipercolesterolemia

El hipotiroidismo incrementa las concentraciones de coles- asoció con la presencia de hipotiroidismo con una con-
terol. Sin embargo, la prevalencia de hipotiroidismo en pa- centración de TSH > 5 mU/L.
cientes con hipercolesterolemia depende de la concentra- En el estudio de Morris (2001) la prevalencia de hipoti-
ción de colesterol considerada. En pacientes con colesterol roidismo fue más baja, ya que este se consideró a partir de
total ≥ 240 mg/dL la frecuencia de hipotiroidismo clínico una concentración de TSH de 20 mU/L. La inclusión de pa-
o subclínico fue de 8.8% (Khazan, 2014), mientras que en cientes con TSH de entre 5 y 20 mU/L incrementaría en for-
aquellos con una concentración > 310 mg/dL fue de 13.3% ma importante la proporción de aquellos con hipotiroidismo,
(Series, 1988). lo cual afectaría el riesgo estimado, posiblemente a la baja.
En cuatro estudios se comparó la frecuencia de hi-
potiroidismo en pacientes con y sin hipercolesterolemia
con diferentes concentraciones de colesterol. En todos Recomendación
los estudios se incluyeron pacientes sin tratamiento con
hipolipemiantes u hormonas tiroideas. Con los datos de – Se recomienda evaluar la función tiroidea en to-
los cuatro estudios por nuestra cuenta calculamos la OR dos los pacientes con una concentración de co-
de presentar hipotiroidismo en aquellos con hipercoles- lesterol total > 300 mg/dL. (1, )
terolemia (tabla 24). Una concentración > 310 mg/dL se

Tabla 24. Riesgo de hipotiroidismo en pacientes con hipercolesterolemia


Referencia No. de pacientes Colesterol (mg/dL) Hipotiroidismo (%) OR (IC95%)
Morris, 2001 1,148 ≥ 240 1.6* 9.32 (4.64-21.49)
Khazan, 2014 750 ≥ 240 8.8 1.21 (0.91-1.60)
Diekman, 1995 1,484 > 250 2.6 -
Series, 1988 190 > 270 8.9 -
Ball, 1991 272 > 270 5.9 5.56 (0.73-42.55)
Ball, 1991 83 > 310 9.6 9.75 (1.19-79.79)
Bindels, 1999 392 > 310 6.9 2.66 (1.30-5.45)
Series, 1988 90 > 310 13.3 -
*TSH ≥ 20 mU/L. El resto de los estudios considera una TSH > 5 mU/L.

91
8.2.
Antecedente personal de
enfermedad autoinmune

Enfermedad de Addison Tabla 25. Prevalencia de hipotiroidismo en pacientes


con insuficiencia adrenal primaria
En tres estudios de cohorte se evaluó la frecuencia de hi- Referencia No. de Hipotiroidismo
potiroidismo autoinmune en pacientes con enfermedad de pacientes (%)
Addison corroborada por la presencia de anticuerpos con- Kasperlik, 1998 85 con EA Autoinmune (54)
tra la 21-hidroxilasa o antiadrenales. La prevalencia obser- Erichsen, 2009 426 con EA Autoinmune 41)
vada fue de 40 a 73% (tabla 25). Leelarathana, 2010 48 con IAP Primario (58)
En dos cohortes de individuos con insuficiencia adrenal Betterle, 2013 394 con EA Autoinmune (73)
primaria en las que se incluyeron pacientes con insuficien- Olafsson, 2016 53 con IAP Primario (40)
cia adrenal de etiología no autoinmune, la frecuencia de
EA: enfermedad de Addison; IAP: insuficiencia adrenal primaria.
hipotiroidismo, independientemente de la presencia de an-
ticuerpos antitiroideos, fue de 40 a 58%.
No obstante, en un estudio con 144 pacientes (Kakleas,
2009) se encontró que aquellos con anticuerpos antiGAD
Diabetes mellitus tipo 1 positivos tenían con mayor frecuencia anticuerpos antitiroi-
deos (OR 1.45; IC95% 1.09 a 1.92). En otro estudio con 210
En los pacientes con DM1 se ha observado una prevalen- pacientes (Bárová, 2010), aquellos con anticuerpos antiGAD
cia de anticuerpos antitiroideos de 11 a 39.6% (tabla 26). positivos también tuvieron mayor frecuencia de anticuerpos
La frecuencia de estos anticuerpos es mayor conforme se antitiroideos, con una OR (calculada por nuestra cuenta con
incrementa la edad de los pacientes con DM1 y cuando la los datos del estudio) de 2.39 (IC95% 1.30 a 4.39).
duración de la enfermedad ha sido más prolongada (Kor- En el estudio de Rodacki 2014 se evaluó la asociación
donouri, 2002). de las concentraciones de TSH y la frecuencia de retino-
En tres estudios se evaluó la asociación entre los an- patía y una tasa de TFG < 60 mL/min. Los pacientes con
ticuerpos contra el ácido glutámico descarboxilasa (anti- concentraciones de TSH ≥ 2.5 mU/L tuvieron mayor ries-
GAD) y los anticuerpos antitiroideos. En un estudio de 114 go de retinopatía (OR 1.49; IC95% 1.01 a 2.21) y una TFG
pacientes la frecuencia de anticuerpos antitiroideos fue baja (OR 2.29; IC95% 1.32 a 3.94), en comparación con los
igual entre los pacientes con anticuerpos antiGAD positi- pacientes con TSH < 2.5 mU/L después de ajustar para fac-
vos y negativos (Głowińska, 2016). tores de riesgo cardiovascular y hemoglobina glucosilada.

92
Tabla 26. Prevalencia de anticuerpos antitiroideos e hipotiroidismo en pacientes con diabetes mellitus tipo 1
Referencia No. de pacientes Anticuerpos antitiroideos (%) Hipotiroidismo (%)
Chang, 1998 243 21.8 (TPO) 21.8
Kordonouri, 2002 7,097 21.5 -
Bárová, 2004 210 29.5 -
Kordonouri, 2005 659 15.4 (TPO) 14.4 (Tg) 9.4
Sharifi, 2008 91 39.6 (TPO) 30 (Tg) -
McCanlies 235 29 17
Kakleas, 2009 144 17.4 (TPO) 11 (Tg) -
Ghawil, 2011 218 23 (TPO) 7.8 (Tg) -
Ramasamy, 2011 233 - 6.7
Rodacki, 2014 1,205 - 6
Głowińska, 2016 114 26 -
Sanyal, 2017 50 24 (TPO) 16 (Tg) 6
TPO: peroxidasa tiroidea; Tg: tiroglobulina.

En los pacientes con TSH ≥ 4.5 mU/L solo se observó una YT (2015) en 14,883 pacientes con vitiligo, la frecuencia
tendencia al riesgo posiblemente por un número bajo de de hipotiroidismo fue mayor en los pacientes con presencia
pacientes en ese grupo. Para la retinopatía la OR fue 1.88 de la enfermedad, con una OR de 4.07 (IC95% 3.24 a 5.12)
(IC95% 0.95 a 3.71) y para una TFG baja la OR fue 2.27 después de ajustar para otras comorbilidades.
(IC95% 0.92 a 5.59). Estos hallazgos son similares a los
observados en pacientes con DM2 con hipotiroidismo (ver
capítulo 4.6). En los pacientes con hemoglobina glucosila- Artritis reumatoide
da < 7% no se observó esta asociación.
La prevalencia de hipotiroidismo en pacientes con artritis
reumatoide es de 3.2 a 23% (tabla 28). En el estudio con
Enfermedad celiaca la prevalencia más baja el promedio de edad fue de 25 años
(Biró, 2006).
En una cohorte de 241 pacientes con enfermedad celiaca En una cohorte de 358 pacientes con artritis reumatoide
se encontró una prevalencia de hipotiroidismo de 12.9%. (Raterman, 2008), el hipotiroidismo se vinculó con la pre-
También se documentó la presencia de anticuerpos antipe- sencia de enfermedad cardiovascular después de ajustar para
roxidasa (AcTPO) en el 16.2% de los pacientes eutiroideos. factores de riesgo cardiovascular (OR 3.4; IC95% 1.2 a 10.2).
La proporción de mujeres en la cohorte fue de 73% y la En otra cohorte de 650 pacientes con artritis reumatoide
mediana de edad de 31 años (Sategna-Guidetti, 2001). (McCoy, 2012) el hipotiroidismo clínico se asoció con mayor
En otra cohorte de 363 pacientes con enfermedad celia- HR de eventos cardiovasculares después de ajustar para fac-
ca se reportó una prevalencia de hipotiroidismo de 3%. La tores de riesgo cardiovascular (HR 2.0; IC95% 1.1 a 3.6).
proporción de mujeres fue de 43% y el edad promedio de En los pacientes con artritis reumatoide, el hipotiroidismo
19 años (Nijhawan, 2013). subclínico se relacionó con resistencia a la insulina evaluada
La diferencia en la prevalencia observada entre ambos es- por HOMA-IR y QUICKI después de ajustar para factores de
tudios se puede explicar por la diferencia de género y la edad
de los pacientes, ya que el hipotiroidismo autoinmune es más
frecuente en mujeres y su riesgo se incrementa con la edad. Tabla 27. Prevalencia de hipotiroidismo en pacientes
con vitiligo
Referencia No. de Hipotiroidismo
Vitiligo pacientes (%)
Laberge, 2005 3,612 16.5
La prevalencia de hipotiroidismo en pacientes con vitiligo
Zhang, 2009 5,601 1.1
varía de 1.1 a 16.5% (tabla 27). En dos estudios de cohorte
Narita, 2011 133 7.5
se evaluó la frecuencia de hipotiroidismo en comparación
Sawicki, 2012 300 12
con un grupo control. En el estudio de Zhang 2009 se in-
Sheth, 2013 2,441 7.6
cluyeron 5,601 pacientes con vitiligo y la frecuencia de hi-
Chen YT, 2015 14,883 1.26
potiroidismo fue similar a la observada en el grupo control
Gill, 2016 1,098 10
(1.1 vs. 1.03; P > 0.05). Sin embargo en el estudio de Chen

93
Tabla 28. Prevalencia de anticuerpos antitiroideos e hipotiroidismo en pacientes con artritis reumatoide
Referencia No. de pacientes Anticuerpos antitiroideos (%) Hipotiroidismo (%)
Shiroky, 1993 119 - 15
Dessein, 2004 126 - 23
Biró, 2006 185 9 3.2
Al-Awadhi, 2008 177 - 10
Raterman, 2008 358 - 7
McCoy, 2012 650 - 19.5*
Liao, 2013 1,290 15.6 (TPO) -
Ahmad, 2015 204 36 19
Innala, 2016 950 - 6.3
Posselt, 2017 210 19.5 16
*Casos nuevos de hipotiroidismo en el seguimiento. TPO: peroxidasa tiroidea.

riesgo cardiovascular (P = 0.06), lo cual no se observó en los tritis psoriásica, artritis reactiva, EsA enteropáticas y
pacientes con hipotiroidismo en tratamiento con levotiroxi- espondilitis anquilosante. Se comparó la frecuencia de
na (P = 0.2) [Dessein, 2004]. tiroiditis definida como hipoecogenicidad en el ultra-
Los pacientes con artritis reumatoide tienen mayor ries- sonido y anticuerpos antitiroideos con un grupo con-
go de desarrollar una enfermedad cardiovascular, y en ellos trol. Se encontró que los pacientes con EsA tuvieron
el hipotiroidismo concomitante puede incrementar el ries- mayor riesgo de hipotiroidismo (OR 2.65; IC95% 1.72
go cardiovascular. a 4.08). Al analizar cada una de las EsA en forma in-
dependiente se observó un riesgo similar para todas,
excepto para la espondilitis anquilosante, en la que el
Lupus eritematoso riesgo no fue significativo, posiblemente por un bajo
número de pacientes en este grupo (Peluso, 2011). Un
generalizado estudio con 80 pacientes con espondilitis anquilosante
encontró mayor frecuencia de tiroiditis en comparación
La prevalencia de hipotiroidismo reportada en pacientes con el grupo control (P = 0.034) [Emmungil, 2014].
con lupus eritematoso generalizado (LEG) es variable, de En otro estudio se evaluaron a 80 pacientes con ar-
1.2 a 25.8% (tabla 29). Dos estudios con un promedio tritis psoriásica en los que la OR para tiroiditis fue de 3.1
de seguimiento de 10 años reportaron una incidencia de (IC95% 1.8 a 5.6) [Antonelli, 2006]. En un estudio recien-
hipotiroidismo de 2.7 (Lin, 2015) y 8.5% (Liu, 2017). En te se evaluó la incidencia de tiroiditis en 97 pacientes con
el estudio de Lin 2015 con 1,633 pacientes con LEG no se artritis psoriásica durante una mediana de seguimiento de
observó una diferencia en el riesgo de hipotiroidismo en seis años. La incidencia de tiroiditis fue mayor en pacien-
aquellos con LEG en comparación con el grupo control. Sin tes con artritis psoriásica en comparación con el grupo
embargo, en el estudio de Liu 2017 con 2,796 pacientes control (34 vs. 15%, P = 0.002) [Fallahi, 2017b].
con LEG el riesgo de hipotiroidismo (calculado como OR) En un cohorte de 3,161 pacientes con artritis psoriá-
fue de 4.8 (IC95% 3.95 a 5.86). sica la OR de hipotiroidismo fue de 1.61 (IC95% 1.47 a
En otros dos estudios de cohorte se analizó el riesgo de 1.81) [Haddad, 2017].
hipotiroidismo en los pacientes con LEG. En el estudio de
Watad 2016 con 5,018 individuos con LEG la OR fue de 2.64
(C95% 2.41 a 2.91). En el estudio de Yun 2017 con 17,495
pacientes con LEG la OR fue de 3.42 (IC95% 3.0 a 3.9).
Síndrome de Sjögren
En un estudio de 1,006 pacientes con LEG, aquellos con
hipotiroidismo clínico tuvieron mayor frecuencia de nefritis
primario
lúpica (60 vs. 43.4%; P = 0.001) y proteinuria de 24 horas La prevalencia de hipotiroidismo en individuos con sín-
(620 vs. 250 mg/día; P = 0.009) en comparación con los drome de Sjögren primario fue de 11.2 a 27% (tabla 30).
pacientes eutiroideos (Gao, 2011). En un estudio de cohorte de 343 pacientes (Lu, 2013)
se encontró mayor riesgo de hipotiroidismo en aquellos
con síndrome de Sjögren primario en comparación con
Espondiloartropatías el grupo control (OR 2.35; IC95% 1.2 a 4.6). En otro es-
tudio de cohorte de 1,974 pacientes con síndrome de
En un estudio se evaluaron 357 pacientes con espon- Sjögren primario (Kang, 2010) la OR fue de 2.37 (1.92
diloartropatías (EsA), entre las que se encontraban ar- a 2.93).

94
Tabla 29. Prevalencia de anticuerpos antitiroideos e hipotiroidismo en pacientes con lupus eritematoso generalizado
Referencia No. de pacientes Anticuerpos antitiroideos (%) Hipotiroidismo (%)
Pyne, 2002 300 - 5.7
Appenzeller, 2009 524 - 5.3
Gao, 2011 1,006 - 1.7
Franco, 2015 376 23.7 25.8
Lin, 2015 1,633 - 1.2 / 2.7*
Watad, 2016 5,018 - 15.6
Liu, 2017 2,796 - 8.5*
Yun, 2017 17,495 - 2.7
Posselt, 2017 301 32.8 16.2
*Casos nuevos en el seguimiento.

Fibromialgia del daño renal. En pacientes con DM1 también se obser-


vó mayor riesgo de retinopatía, similar a lo observado en
aquellos con DM2.
La prevalencia de anticuerpos antitiroideos en pacientes
eutiroideos con fibromialgia varía de 19 a 41% (tabla 31).
En un estudio de 146 pacientes con fibromialgia se docu- Tabla 30. Prevalencia de hipotiroidismo en pacientes
mentó una OR para la presencia de anticuerpos antitiroi- con síndrome de Sjögren primario
deos de 4.52 (IC95% 1.86 a 11.0). Referencia No. de Hipotiroidismo
En cuanto a la asociación de los anticuerpos antitiroi- pacientes (%)
deos con los síntomas de la fibromialgia, los estudios repor-
taron resultados contradictorios: en un estudio se observó Pérez, 1995 33 18.2
esta asociación (Bazzici, 2007), no así en otros dos (Suk, Punzi, 1996 121 13.4
2012; Nishioka, 2017). Ramos-Casals, 2000 160 11.2
En conclusión, todas las enfermedades autoinmunes D’Arbonneau, 2003 137 16
evaluadas tienen mayor riesgo de cursar con hipotiroidis- Lazarus, 2005 114 14
mo, el cual puede presentarse antes, durante o después del Zeher, 2009 479 6.3
diagnóstico de la enfermedad. La frecuencia de anticuer- Kang, 2010 1,974 6.7
pos antitiroideos también es más frecuente. Caramaschi, 2013 100 27
Similar a lo observado en la población general, los an-
ticuerpos antitiroideos son más frecuentes en el género
Tabla 31. Prevalencia de anticuerpos antitiroideos en
femenino y su frecuencia se incrementa con la edad. En in-
pacientes con fibromialgia
dividuos con anticuerpos positivos el riesgo de desarrollar
hipotiroidismo autoinmune es mayor en comparación con Referencia No. de Anticuerpos
los que tienen anticuerpos antitiroideos negativos. pacientes antitiroideos (%)
En el caso particular de la artritis reumatoide, la presen-
cia de hipotiroidismo incrementa el riesgo cardiovascular. Pamuk, 2007 128 34.4
Los pacientes con DM1 y LEG tienen mayor riesgo de daño Bazzichi, 2007 120 41
de la función renal como consecuencia de la propia enfer- Suk, 2012 149 19
medad. En ellos, el hipotiroidismo incrementa la frecuencia Nishioka, 2017 182 37.9

Recomendaciones
— Se recomienda evaluar la función tiroidea en todos los pacientes con diagnóstico de alguna enfermedad
autoinmune. (1, )
— Se recomienda la medición de anticuerpos antitiroideos como parte de la evaluación de función tiroidea.
Los pacientes con anticuerpos positivos tienen mayor riesgo de desarrollar hipotiroidismo, y esto puede
determinar una vigilancia más estrecha, principalmente en el caso de las enfermedades con mayor riesgo
de complicaciones. (1, )

95
8.3.
Antecedente de radiación en
cabeza o cuello

Los pacientes que reciben tratamiento con radioterapia 100


Volumen tiroideo
en cabeza y/o cuello tienen mayor riesgo de desarrollar 10 cm3
hipotiroidismo. La mayoría de los casos de hipotiroidismo 80
15 cm3
se presenta en los primeros tres años después de la radio- 20 cm3
RHIR (%)

60 25 cm3
terapia. En los estudios con un seguimiento mínimo de dos
años la incidencia acumulada fue de 13 a 48% en el primer 40
año, 17 a 49% en el segundo año, 44 a 52% al tercer año,
48% al cuarto año y 51 a 52% al quinto año (Akgun, 2014; 20
Murthy, 2014; Fujiwara, 2015; Alba, 2016; Lee, 2016; Luo,
0
2016; Sommat, 2017; Zhai, 2017).
0 10 20 30 40 50 60 70
En un metaanálisis de 33 estudios con un total de 8,138
pacientes los factores de riesgo para hipotiroidismo des- Dosis promedio (Gy)
pués de la radioterapia fueron género femenino (OR 1.57, Figura 21. Riesgo de hipotiroidismo inducido por radiación
IC95% 1.30 a 1.88), raza caucásica (OR 4.84, IC95% 2.76 (RHIR). Modificado de Ronjom, 2015
a 8.49), tratamiento quirúrgico con y sin involucro de la ti-
roides (OR 8.28, IC95% 5.71 a 12.02; OR 1.68, IC95% 1.16
a 2.42, respectivamente) [Vogelius, 2011]. Varios estudios han evaluado el riesgo de hipotiroidismo
Sin embargo, el principal factor asociado con el desa- de acuerdo con la dosis de radiación recibida por el tejido
rrollo de hipotiroidismo fue el volumen tiroideo antes de la tiroideo (tabla 32). Se evaluó el porcentaje de volumen tiroi-
administración de radioterapia. Un volumen < 8 cm3 tuvo deo que recibe al menos χ cantidad de Gy (Vχ), y el volumen
mayor incidencia (Chyan, 2014), mientras que uno ≥ 16 en cm3 que no recibió al menos χ cantidad de Gy (VSχ). El
cm3 menor incidencia de hipotiroidismo (Zhai, 2017). En riesgo de hipotiroidismo fue mayor cuando de 60 a 100% de
la figura 21 se muestra el riesgo de hipotiroidismo inducido la tiroides recibió al menos 30 a 50 Gy (V30 a V50). Por otra
por radiación asociado con el volumen tiroideo al inicio del parte, el riesgo fue menor cuando más de 3 a 10 cm3 del vo-
tratamiento con radioterapia. lumen tiroideo no recibió más de 40 a 60 Gy (VS40 a VS60).

96
Tabla 32. Asociación del volumen tiroideo con el riesgo de desarrollar hipotiroidismo inducido por radicación
Referencia No. de pacientes Riesgo de hipotiroidismo
Boomsma, 2012 105 Disminuye con un volumen tiroideo mayor
OR 0.83/cm3 (IC95% 0.74 a 0.92)
Cella, 2012 53 V30 > 62.5% tuvo una incidencia acumulada de 70% (P < 0.001)
Akgun, 2014 100 V30 = 100% tuvo mayor incidencia (P = 0.03)
Chyan, 2014 123 Volumen < 8 cm3 tuvo mayor incidencia (P < 0.005)
VS45 > 3 cm3 tuvo menor incidencia (P = 0.035)
Murthy, 2014 89 V40 > 90.4% tuvo mayor incidencia (P = 0.022)
Fujiwara, 2015 101 VS40 tuvo menor incidencia (P < 0.05)
Lee, 2016 149 Disminuye con un volumen tiroideo mayor
OR 0.89/cm3 (IC95% 0.83-0.95)
VS60 ≥ 10 cm3 tuvo menor incidencia (P = 0.002)
Zhai, 2017 135 Disminuye con un volumen tiroideo mayor
OR 0.8/cm3 (IC95% 0.79 a 0.89)
Volumen ≥ 16 cm3, OR 0.19 (IC95% 0.08 a 0.40)
V45 ≥ 50%, OR 4.59 (IC95% 1.62 a 13.02)
Sachdev, 2017 75 V50 > 60% tuvo mayor incidencia (P = 0.011)
Sommat, 2017 102 V40 > 85% tuvo mayor incidencia (P = 0.007)
V: porcentaje de volumen tiroideo que recibe al menos χ cantidad de Gy; VS: volumen en cm3 que no recibe al menos χ cantidad de Gy.

Recomendaciones
– En pacientes que recibieron tratamiento con radioterapia en cabeza o cuello se recomienda evaluar la
función tiroidea al menos cada seis meses durante los primeros tres años. (1, )
– Se recomienda continuar con la evaluación de la función tiroidea anualmente después de los tres años del
tratamiento con radioterapia en cabeza o cuello. (1, )

97
8.4.
Otras enfermedades sistémicas

8.4.1. ta-regresión confirmó estos resultados. El riesgo de morta-


lidad total también se relacionó con una concentración de
Insuficiencia renal crónica T3 libre baja (HR 1.67; IC95% 1.23 a 2.27; I2 = 52.1%) y T4
libre baja (HR 2.40; IC95% 1.47 a 3.93; I2 = 0%). El hipoti-
En el estudio poblacional noruego Nord-Trøndelag Health roidismo clínico de igual forma se vinculó con mayor riesgo
Study (HUNT) de 290,480 pacientes (Asvold, 2011), el de IRC (HR 1.24; IC95% 1.14 a 1.34; I2 = 0%).
riesgo de IRC fue mayor en los pacientes con hipotiroidis- En otro estudio (Chuang, 2017) de 23,786 pacientes con
mo subclínico (OR 1.63; IC95% 1.38 a 1.93), al igual que en IRC en > 65 años, el riesgo de mortalidad total fue mayor en
aquellos con hipotiroidismo clínico (OR 1.98; IC95% 1.22 a aquellos con hipotiroidismo subclínico (HR 1.30; IC95% 1.00
3.20) al compararlos con individuos eutiroideos. Cuando se a 1.69) como clínico (HR 1.30; IC95% 1.00 a 1.69).
incluyeron los anticuerpos contra peroxidasa en el análisis, En una cohorte de 1,484 pacientes con IRC (Rhee,
el riesgo de IRC persistió tanto en pacientes con anticuer- 2016) con edad promedio de 60 ± 15 años, el riesgo de
pos (OR 1.55; IC95% 1.38 a 1.93) como en aquellos sin mortalidad total fue mayor en pacientes con hipotiroidismo
anticuerpos (OR 1.71; IC95% 1.34 a 2.19). (HR 2.08; IC95% 1.56 a 2.78). En el subanálisis para la
En el estudio de la comunidad de Verona, Italia (Chon- concentración de TSH (como variable continua) se observó
col, 2008), en el que se incluyeron 3,089 pacientes con IRC, que una concentración ≥ 7 mU/L se asoció con incremento
el análisis de regresión logística ajustado por edad, género, del riesgo de mortalidad, mientras que las concentraciones
colesterol total y glucosa mostró que la IRC se asoció con alrededor de 1.5 a 3.0 mU/L se relacionaron con menor
hipotiroidismo subclínico prevalente (OR ajustada 1.73, riesgo.
IC95% 1.20 a 2.49; P = 0.003). En otro estudio de 2,715 pacientes con IRC en diálisis
En un metaanálisis con 12 estudios que incluyeron (Rhee, 2013) se mostró que quienes tenían con TSH > 10
14,766 pacientes ≥ 18 años con IRC (Xu, 2016) el ries- mU/L se encontraban en mayor riesgo de mortalidad (HR
go de mortalidad cardiovascular se asoció con una con- 1.28; IC95% 1.07 a 1.54; P = 0.007) en comparación con
centración de T3 libre baja (HR 1.84; IC95% 1.24 a 2.74; los pacientes que permanecieron eutiroideos con el trata-
I2 = 28.8%), así como una concentración de T4 libre baja miento de hormonas tiroideas. (Se recomienda consultar el
(HR 3.06; IC95% 1.29 a 7.24; I2 = 0%). El análisis de me- capítulo 4.5)

98
8.4.2. relación entre neuropatía y presencia de hipotiroidis-
mo subclínico (OR 1.87; IC95% 1.06 a 3.28; I2 = 76.6%,
Diabetes mellitus tipo 2 P = 0.014 para la heterogeneidad).
d. Enfermedad coronaria: se realizó por nuestra parte un
metaanálisis con siete estudios en el que se observó
Se revisó un metaanálisis en el que se evaluó la asociación
mayor riesgo de enfermedad coronaria en el grupo con
del hipotiroidismo subclínico con la DM2 (Han, 2015), en
hipotiroidismo subclínico (OR 1.79; IC95% 1.42 a 2.62;
el cual se incluyeron 17 estudios observacionales con 5,768
I2 = 33.6%, P = 0.172 para la heterogeneidad).
pacientes con DM2 y 6,225 individuos sin diabetes. La pre-
e. Enfermedad arterial periférica: en cuatro estudios del
valencia de hipotiroidismo subclínico entre los estudios fue
metaanálisis de Han (2015) con 801 pacientes se en-
de 4.69 a 18.86%. El riesgo de hipotiroidismo subclínico
contró una asociación entre la enfermedad arterial y el
fue mayor en los pacientes con DM2 en comparación con
hipotiroidismo subclínico (OR 1.85; IC95% 1.35 a 2.54;
individuos sin diabetes (OR 1.93; IC95% 1.66 a 2.24).
I2 = 48.4%, P = 0.121 para la heterogeneidad).
En el análisis de 8,297 con DM2, la prevalencia de hipoti-
roidismo subclínico fue de 10.2% (IC95% 4.7 a 15.7%). En la
evaluación por subgrupos se observó que en las mujeres con
DM2 fue más frecuente el hipotiroidismo subclínico (14.9%,
8.4.3.
IC95% 12.4 a 17.9) en comparación con los hombres (8.8%,
IC95% 7.1 a 10.5).
Síndrome metabólico
Se evaluaron los estudios que incluyeron pacientes con
En un estudio de cohorte prospectiva (Chang, 2017) se
DM2 y que analizaron la presencia de complicaciones mi-
incluyeron 66,822 personas sin enfermedades tiroideas
cro y macrovasculares de la diabetes en aquellos con y sin
al inicio del estudio. La edad promedio fue de 41 años. Se
HSC. (Se recomienda consultar el capítulo 4.6).
utilizaron los criterios armonizados para el diagnóstico
a. Nefropatía diabética: en un metaanálisis realizado por
de SM. El hipotiroidismo clínico se definió basándose en
nuestra parte con 11 estudios y un total de 1,793 pa-
síntomas, TSH > 5 mU/L y T4 < 5 μg/dL, y el hipotiroi-
cientes, se observó un mayor riesgo de nefropatía en
dismo subclínico con TSH > 5 mU/L y T4 entre 4.5 y 12
pacientes con hipotiroidismo subclínico en compara-
ción con individuos eutiroideos (OR 1.78; IC95% 1.54 a μg/dL. Después de un seguimiento promedio de 4.2 años
2.05; I2 = 2.2%, P = 0.421 para la heterogeneidad). el riesgo de hipotiroidismo subclínico incidente ajustado
b. Retinopatía diabética: se realizó un metaanálisis por para factores de riesgo potencial fue mayor en los pa-
nuestra parte con 14 estudios y un total de 1,987 pa- cientes con SM (HR 1.21; IC95% 1.03 a 1.42), de igual
cientes. El riesgo de retinopatía fue mayor en pacien- forma para hipotiroidismo clínico (HR 0.47; IC95% 0.17
tes con hipotiroidismo subclínico en comparación con a 1.36).
individuos eutiroideos (OR 1.49; IC95% 1.30 a 1.71; En el análisis de efectos independientes asociados
I2 = 0%, P = 0.614 para la heterogeneidad). con cada componente del SM el riesgo de hipotiroidismo
En otro metaanálisis (Wu, 2015) de ocho estudios con subclínico se incrementó con la presión arterial (HR 1.24;
3,631 pacientes también se encontró una asociación IC95% 1.04 a 1.48) y triglicéridos altos (HR 1.18; IC95%
entre la retinopatía y el hipotiroidismo subclínico (OR 1.00 a 1.39). El análisis del efecto aditivo asociado con
2.13; IC95% 1.41 a 3.23; I2 = 66%, P = 0.004 para la diferentes combinaciones de los cinco componentes del
heterogeneidad). SM indicó que aquellos con presión arterial y triglicéridos
c. Neuropatía periférica: en tres estudios del metaanálisis altos tuvieron 49% de aumento de riesgo de hipotiroi-
de Han 2015 con 1,710 pacientes se encontró mayor dismo subclínico (HR ajustada 1.49; IC95% 1.16 a 1.90).

Recomendaciones
— En los pacientes con IRC se recomienda evaluar en forma basal y prospectiva la función tiroidea. (1, )
— En los pacientes con DM2 se recomienda evaluar la función tiroidea. (1, )
— En los pacientes con SM se recomienda evaluar la función tiroidea. (1, )

99
8.5.
Síndrome de Down

La maduración neuroendocrina del eje tiroideo desde la manera paulatina hasta permanecer estables después de
etapa fetal hasta los periodos neonatal y posnatal es un varias semanas.
proceso complejo. Durante la ontogenia del eje tiroideo, en La maduración del punto de ajuste del tirostato desde la
el ser humano se desarrollan diversos eventos biológicos etapa fetal hasta la vida adulta se caracteriza por una dis-
involucrados en la maduración y subsecuente modulación minución progresiva de TSH a partir del nacimiento (media
del proceso de retroalimentación de hormonas tiroideas en alrededor de 8.0 a 8.5 mU/L), después del aumento de la
el hipotálamo y la hipófisis. El punto de ajuste del tirostato TSH al nacer (media 86 mU/L), y se sitúa por debajo del
(set-point) se determina genéticamente (Hansen, 2004) valor de referencia (media 3.99 mU/L) a partir de la sema-
y es propio para cada individuo (Andersen, 2002), aunque na 10 posterior al nacimiento (Fisher, 2000).
en su desarrollo también influyen factores ambientales o Desde el nacimiento hasta el periodo adulto del ser hu-
epigenéticos (Zwaveling-Soonawala, 2015). mano las concentraciones de T4L son semejantes (media
de 1.32 a 1.60 ng/dL), excepto unos días después del au-
mento posnatal de TSH. Sin embargo, el índice de TSH/
Maduración del eje T4L como indicador de maduración del tirostato es mayor
durante el periodo fetal y continúa descendiendo hasta la
neuroendocrino tiroideo edad adulta (Fisher, 2000), desde un valor de 15 en eta-
pa fetal, a 4.7 al momento del nacimiento, a 2.89 a las 10
Los eventos de maduración del eje neuroendocrino tiroi- semanas posnatales, de 1.66 a 1.71 de los cinco a 14 años
deo (como la secreción de TRH, TSH y hormonas tiroi- y desciende a 0.79 de los 21 a 54 años (P < 0.001). Así,
deas; la presencia de receptores para cada una de ellas; durante el periodo posnatal existe una disminución lenta
la actividad de las monodesyodasas y las respuestas pos- en la concentración de TSH sin un cambio significativo en
receptor) se reflejan en el patrón de cambios en la con- la concentración de T4L y una reducción de la relación de
centración de TSH, T4 libre (T4L) y la relación de TSH/ TSH/T4L de tres a cuatro veces desde los dos meses de
T4L desde la etapa fetal hasta el individuo adulto (Fisher, nacimiento hasta la adolescencia.
2000). En efecto, las concentraciones de T4L en el feto Estos hallazgos indican que existe mayor sensibilidad a
humano se incrementan en forma progresiva durante la la retroalimentación de hormonas tiroideas a medida que
gestación, tienen un pico de secreción a los tres días del madura el eje neuroendocrino tiroideo y a través del tiem-
nacimiento por el aumento neonatal de TSH y declinan de po se establece el punto de ajuste en el tirostato.

100
En apoyo al concepto anterior sobre la maduración En un estudio estadounidense (Pierce, 2017) de tipo
neuroendocrina del eje tiroideo durante la niñez, en un observacional y restrospectivo, realizado en 422 pacientes
estudio israelí de cohorte prospectiva con 121,052 niños con síndrome de Down con edad menor de un año y hasta
sanos se evaluó la concentración de TSH (rango de refe- 28 años y sin diagnóstico de enfermedad tiroidea, la con-
rencia 0.35 a 5.5 mU/L) a lo largo de cinco años (Lazar, centración de TSH se encontraba en 9.66 mU/L, con T4L
2009). La cohorte estuvo constituida por niños de seis promedio de 1.04 ng/dL. De 508 pacientes se identificó
meses a 16 años de edad, sin antecedentes de enferme- un grupo de 120 casos (24%) con enfermedad tiroidea. En
dad tiroidea, tratamiento con radioyodo o radioterapia ellos se diagnosticó hipotiroidismo congénito en 10, hipoti-
externa o uso de fármacos que interfirieran con la función roidismo subclínico en 52 (30 con TSH entre 5 y 10 mU/L y
tiroidea. Durante el seguimiento se realizaron dos o más 22 con TSH > 10 mU/L), hipotiroidismo clínico en 5 (TSH
determinaciones de TSH. En una segunda determinación de 21.6 a 150 mU/L), hipertirotropinemia aislada en 23
tomada a los 17.8 ± 12.9 meses, 3,938 niños tuvieron una (TSH promedio de 13.5 mU/L y con TSH > 10 mU/L en
TSH > 5.5 mU/L, la cual se normalizó en 73.6% (en 33% 5), hipotiroidismo “desconocido” en 22 e hipertiroidismo
de aquellos con TSH de 5.5 a 10 mU/L y en 40% de los en ocho casos. El 12% de los pacientes diagnosticados con
que tenían TSH > 10 mU/L). Los factores predictivos para hipotiroidismo no recibió tratamiento con hormonas tiroi-
la permanencia de TSH entre 5.5 y 10 mU/L, mediante un deas y tuvo la TSH y T4L normales espontáneamente en su
análisis de regresión, fueron TSH inicial > 7.5 mU/L (OR última evaluación.
4.09, IC95% 1.33 a 12.58; P = 0.014) y género femenino En un estudio inglés (Prasher, 2005) de tipo transver-
(OR 2.05, IC95% 1.01 a 4.17; P = 0.047). sal en 110 pacientes adultos sanos con síndrome de Down,
con edad promedio de 41.7 años (17 a 71 años), la concen-
tración de TSH se encontró entre 0.7 y 7.9 mU/L con T4L
Eje tiroideo en el de 7.5 a 15.4 pmol/L. Los autores sugieren que se deben

síndrome de Down revalidar los valores de referencia para los pacientes con
síndrome de Down, ya que es posible que sean mal diag-
nosticados e inapropiadamente tratados.
Los conceptos descritos previamente son esenciales para
comprender las características neuroendocrinas del eje ti-
roideo en los individuos con síndrome de Down, en quienes Normalización de la
es muy probable que exista un retraso en la maduración
del eje neuroendocrino tiroideo desde el nacimiento hasta concentración de TSH en
varios años después.
síndrome de Down
Los estudios de seguimiento prospectivo han permitido
Concentración de TSH establecer que las concentraciones de TSH, por arriba del
en el síndrome de Down rango de referencia de la población, se normalizan a lo lar-
go de los años en 40 a 94% de los individuos con síndrome
sin enfermedad tiroidea de Down como se muestra en la tabla 33.
Por lo anterior, las concentraciones de TSH por arriba
Un estudio israelí de tipo observacional y retrospectivo, del valor de referencia de la población observadas en el sín-
realizado en 428 pacientes con síndrome de Down de seis drome de Down no deberían considerarse indicadoras de
meses a 64 años de edad, sin enfermedad tiroidea, en quie- hipotiroidismo leve o subclínico, ya que es posible explicar-
nes se midieron en una misma muestra TSH y T4L (Me- las por una maduración más tardía del eje neuroendocrino
yerovitch, 2012), mostró que la concentración de TSH tiroideo.
puede encontrarse entre 1.3 y 13.1 mU/L (percentilas 2.5 También se ha sugerido que la TSH alta en el síndome
a 97.5), con valor de 8.9 mU/L en la percentila 95 en pre- de Down puede deberse a la secreción de una molécula de
sencia de T4L normal (moda 16.2 pmol/L). En ese mismo TSH con menor actividad biológica. Para evaluar esta po-
estudio se analizaron otros 1,064 pacientes con síndrome sibilidad se realizó un estudio de bioactividad de TSH (Ko-
de Down en seguimiento, con toma de muestras de TSH y nings, 2001) en 10 pacientes con síndrome de Down de 1.5
T4L en tiempos diferentes, y también se encontró que la a 13 años, con TSH de 6.5 ± 1.3 mU/L y T4L normal (14.3
TSH tenía un valor de 8.9 en la percentila 95. Las curvas de a 18.5 pmol/L), sin datos de autoinmunidad ni tratamiento
distribución de ambas hormonas se encontraron desplaza- con hormonas tiroideas. Mediante un bioensayo con célu-
das hacia la derecha. las CHO, se demostró que la producción de AMP cíclico por

101
Tabla 33. Normalización de la concentración de TSH durante el seguimiento de los pacientes con síndrome de Down
Autor No. de casos Edad TSH inicial Seguimiento TSH normal en el
(promedio o intervalo) (mU/L) (años) seguimiento (%)
Cutler, 1986 49 4 meses 6.6-26.8 1-16 80
a 3 años
Selikowitz, 1993 101 5 años 4.2-7.5 5 40
Gibson, 2005 103 9.8 años ≥6 4-6 70
Dias, 2005 169 4 años 4.2-7.5 1-3 40
Faria, 2011 40 4.5 años 7.1 ± 3.0 1-20 93.5
Claret, 2013 53 < 5 años 4.2-23.9 4.9 ± 1.6 73.6

la TSH del suero de los pacientes con síndrome de Down no breexpresión de Dyrk1A durante el periodo embrionario da
fue diferente a la de los controles y la producción de AMP origen a un daño funcional y morfológico en la tiroides. Asi-
cíclico fue equivalente a la TSH de un estándar de la Orga- mismo, los estudios de inmunohistoquímica con anticuer-
nización Mundial de la Salud (OMS). pos anti-NKX2-1 que tiñen células foliculares y anticuerpos
contra tiroglobulina muestran la presencia de folículos más
pequeños y con escaso coloide (Luton, 2012).
Hipotiroidismo en el La frecuencia de hipotiroidismo primario relacionado
con tiroiditis autoinmune en el síndrome de Down es de
síndrome de Down 7.5 a 28% (Popova, 2007; Aversa, 2015). La prevalencia de
anticuerpos contra la tiroides en el síndrome de Down se
Entre las causas de hipotiroidismo en el síndrome de Down ha descrito entre 8 y 39% de los casos antes comentados.
se encuentran la disgenesia de la tiroides durante el desa- Un estudio italiano longitudinal (Iughetti, 2014) con
rrollo embrionario y tiroiditis autoinmune o de Hashimoto. un seguimiento a 10 años y evaluación anual de la función
El hipotiroidismo congénito es 28 a 35 veces más fre- tiroidea mostró, en 145 pacientes con síndrome de Down,
cuente en el síndrome de Down que en la población general que la probabilidad de disfunción tiroidea se incrementa
(alrededor de un caso en 141 vs. 1:2,000 a 4,000 nacidos), de 30 a 49% después de 10 años de seguimiento y que es
siendo la causa más frecuente la hipoplasia tiroidea (Kari- mayor en casos con anticuerpos presentes contra la tiroi-
yawasam, 2015a). Se han tratado de explicar las alteracio- des (P = 0.002). Los anticuerpos contra peroxidasa tiroidea
nes en el desarrollo de la tiroides a través del modelo de ra- fueron un mejor predictor de hipotiroidismo más severo
tón transgénico DYRK1A+/++, que representa un modelo (OR 6.1, IC95% 2.3 a 16.1; P < 0.001). De igual manera, se
murino del síndrome de Down. Con este modelo murino, observó que la probabilidad de HC se incrementaba de 7 a
recientemente Kariyawasam (2015b) demostró que la so- 24% después de 10 años de seguimiento (P < 0.001).

Recomendaciones
— Se recomienda evaluar la función tiroidea en todos los pacientes con síndrome de Down. (1, )
a. El diagnóstico de hipotiroidismo se deberá considerar cuando la TSH se encuentre por arriba de 10
mU/L en varias determinaciones durante el seguimiento del paciente.
b. Una concentración de TSH de entre 5 y 10 mU/L puede normalizarse entre 40 y 90% de los casos,
por lo que no deberá considerarse siempre como indicativa de HSC.
c. En los casos con anticuerpos contra peroxidasa tiroidea positivos y TSH por arriba de 10 mU/L se
podrá considerar el diagnóstico de hipotiroidismo primario por tiroiditis de Hashimoto.

102
Coma mixedematoso 09

103
9.
Coma mixedematoso

Epidemiología neurovasculares que incluyen vasoconstricción periférica


crónica, reducción del volumen sanguíneo e hipertensión
diastólica, cuya finalidad es conservar la temperatura cor-
El coma mixedematoso (CM) es un urgencia endocrinoló-
poral. Los eventos precipitantes alteran ese estado dinámi-
gica y representa la expresión más severa del hipotiroidis-
co del equilibrio e inducen el desarrollo de hipotiroidismo
mo; ocurre como consecuencia de una falla para mantener
descompensado, en el que las funciones vitales no pue-
los mecanismos de adaptación neurovascular que se desa-
den reestablecerse solo por mecanismos homeostáticos
rrollan para conservar la temperatura corporal.
(Wiersinga, 2015).
A partir del trabajo de Galofré en 1997 se consideró que
En un estudio observacional prospectivo realizado en la
la incidencia del CM era muy baja, 0.22 casos por un millón
India (Dutta, 2008) en 23 casos consecutivos de CM (87%
de personas por año. Sin embargo, un estudio observacio-
mujeres), con edad promedio de 59.5 años (30 a 89 años),
nal retrospectivo reciente realizado en Japón (Ono, 2017),
se observó que el evento precipitante más frecuente era un
analizó la incidencia de casos de CM, utilizando la infor-
proceso infeccioso, el cual ocurrió en 74% de los casos, se-
mación de una base de datos de pacientes hospitalizados
guido por la exposición al frío en 65% de los pacientes. En
(Diagnosis Procedure Combination). En ella participaron
otro estudio observacional prospectivo realizado en Espa-
1,042 hospitales que incluyeron los datos de 6.85 millones
ña (Rodríguez, 2004) en 11 casos con CM (91% mujeres),
de admisiones hospitalarias en 2012. En ese año se estimó
con edad promedio de 68 años (47 a 84 años), también
que el número total de pacientes con CM en Japón fue de
se observó que el evento precipitante fue un proceso in-
138 (IC95% 96 a 189). La incidencia estimada fue de 1.08
feccioso (82%). Las infecciones más frecuentes en ambos
casos por un millón de personas por año. El CM fue más
estudios fueron neumonía de origen bacteriano e infeccio-
frecuente en mujeres, siendo la edad promedio de 77 ± 12
nes urinarias.
años. Los pacientes fueron hospitalizados con mayor fre-
De igual manera, se han descrito como factores pre-
cuencia en invierno.
cipitantes la suspensión del tratamiento con hormonas
tiroideas, la enfermedad vascular cerebral, la insuficien-
Eventos precipitantes cia cardiaca congestiva, la hemorragia gastrointestinal,
los traumatismos y fármacos como anestésicos, sedan-
En el hipotiroidismo el organismo mantiene un estado de tes, tranquilizantes, narcóticos, amiodarona y litio (Ma-
equilibrio mediante una variedad de procesos adaptativos thew, 2011).

105
Diagnóstico ca severa o el tratamiento con dopamina, dobutamina o
glucocorticoides pueden asociarse con una concentración
baja de TSH. Los pacientes con hipotiroidismo secundario
El CM se presenta con mayor frecuencia en mujeres mayo- que desarrollan un CM también pueden tener baja concen-
res de 60 años con hipotiroidismo de larga evolución (Ono, tración de TSH y será el contexto clínico lo que permitirá
2017; Dutta, 2008; Rodríguez, 2004), sobre todo de tipo identificarlos.
primario (73 a 83%). Previamente se consideraba que el
hipotiroidismo secundario era poco frecuente en casos con
CM. En dos series la prevalencia de hipotiroidismo secun- Sistemas de puntaje
dario fue de 17 y 27% (Dutta, 2008; Rodríguez, 2004). En
la serie de Dutta 39% de los casos se diagnosticó con hipo- para el diagnóstico de coma
tiroidismo al momento de la presentación del CM. mixedematoso
Manifestaciones clínicas Se han descrito dos sistemas de puntaje para el diagnósti-
co del CM (Popoveniuc, 2014; Chiong, 2015). Ambos sis-
temas se basaron en series de casos de CM identificados
Para establecer el diagnóstico de CM existen tres ele- por los autores y se compararon o se incluyeron respecti-
mentos clínicos esenciales: un estado mental alterado, vamente con casos de CM descritos en la literatura para el
una termorregulación defectuosa y un evento precipitan- análisis del puntaje. Ninguno de los sistemas ha sido vali-
te (Wiersinga, 2015). La hipotermia y las alteraciones de dado hasta el momento actual. El sistema de puntaje pro-
conciencia constituyen dos de las características cardinales puesto por el grupo de Popoveniuc se desarrolló conside-
en el CM (Kubo-Gwiezdzinska, 2012). Estas manifestacio- rando la mayor cantidad de manifestaciones clínicas que se
nes clínicas se acompañan de otras alteraciones sistémicas observan en el CM y que en conjunto permiten tener una
(Mathew, 2011): elevada sensibilidad y especificidad para la identificación de
— Neuropsiquiátricas: confusión, obnubilación, somno- los pacientes en CM.
lencia o letargia, estupor, coma, crisis convulsivas, de- En el puntaje desarrollado por el grupo de Popoveniuc
presión y psicosis. (tabla 34) se consideraron 27 variables de expresión clí-
— Trastornos de termorregulación y metabólicos: hipo- nica para el diagnóstico de CM. Se realizó un análisis de
termia, hipoglucemia e hiponatremia. regresión para establecer el poder predictivo del puntaje
— Cardiovasculares: bradicardia, hipotensión, cardiome- y para discriminar el poder del puntaje se realizó una cur-
galia, derrame pleural, bajo gasto cardiaco, choque va Receiver Operating Characteristic (ROC). En el análi-
cardiogénico, bloqueos cardiacos, arritmia y cambios sis de los 14 casos del estudio, el puntaje de 60 tuvo una
no específicos en el electrocardiograma (complejos de probabilidad predictiva de 55% para una OR de 1.22 (P =
bajo voltaje, prolongación del intervalo QT, cambios 0.0006). El área bajo la curva ROC de predicción del pun-
inespecíficos ST-T). taje fue de 0.88 (IC95% 0.65 a 1.00). El punto de corte
— Respiratorias: hipoxia, hipercapnia, derrame pleural y en la curva ROC fue de 60 puntos para una sensibilidad de
mixedema en laringe. 100% y una especificidad de 85.7%; una relación de vero-
— Gastrointestinales: anorexia, náusea, disfagia orofarín- similitud positiva de 7.0 y negativa de 0.0. El puntaje de
gea, atonía gástrica, dolor abdominal, constipación, íleo 45 tuvo 100% de sensibilidad y 42.8 % de especificidad. Al
paralítico y megacolon tóxico. aplicar el puntaje a los casos descritos en la literatura 16
— Renales y metabólicas: retención de líquidos, anasarca, de 22 pacientes tuvieron un puntaje ≥ 60 y los otros seis
atonía vesical, sodio normal o alto y osmolalidad urina- un puntaje de 45 a 55.
ria mayor a la del suero. En el puntaje desarrollado por el grupo de Chiong (ta-
— Hematológicas: sangrado, anemia microcítica o macro- bla 35) solo se consideraron 10 variables de expresión clí-
cítica, disminución de neutrófilos y reducción de la res- nica para crear el puntaje diagnóstico de CM. Se realizó un
puesta inmune mediada por células. análisis de regresión logística y una curva ROC en 23 casos
Entre los signos clínicos más frecuentes se encuentran: (10 con CM y 13 controles). El punto de corte en la curva
hipotermia, bradicardia, hipotensión, macroglosia, piel ROC fue de 5 puntos para una sensibilidad y especificidad
seca, ronquera, hipoventilación y reflejos lentos. cercanas al 80% y un área bajo la curva de 0.865. Al adicio-
La mayoría de los pacientes con CM manifiesta incre- nar a sus 23 casos los 25 descritos en la literatura, el punto
mento en la concentración de TSH por hipotiroidismo de corte fue de 6 en la curva ROC para una sensibilidad de
primario pero la presencia de una enfermedad sistémi- 80% y una especificidad de 100%.

106
Tabla 34. Sistema de puntaje para el diagnóstico de Tabla 35. Herramienta para la detección de coma mixe-
coma mixedematoso (modificado de Popoveniuc, 2014) dematoso (modificada de Chiong, 2015)
Sistema de puntaje para diagnóstico de coma Herramienta para la detección de coma mixedematoso
mixedematoso†
Criterio Puntaje
Disfunción termorreguladora Escala de coma de Glasgow 0-10 4
> 35 ºC 0 11-13 3
32-35 ºC 10 14 2
< 32 ºC 20 15 0

Efectos sobre el SNC* TSH (mU/L) > 30 2


15-30 1
Ausente 0
T4 libre baja (ng/dL) < 0.6 1
Somnoliento/letárgico 10
Obnubilado 15 Hipotermia al ingreso < 35 ºC 1
Estupor 20 Bradicardia al ingreso < 60 1
Coma/crisis convulsivas 30
Evento precipitante:
Hallazgos gastrointestinales Quemaduras, retención de monóxido de carbono, hemo-
Anorexia/dolor abdominal/estreñimiento 5 rragia gastrointestinal, infección, sepsis, medicamentos,
Disminución de la movilidad intestinal 15 evento vascular cerebral, cirugía, trauma, entre otros
Íleo paralítico 20 Puntaje Categoría Recomendación
Evento precipitante total

Ausente 0 8 a 10 Más probable Proceder con el tratamiento


Presente 10 5a7 Probable Tratar si no existe otra causa
Disfunción cardiovascular plausible

Bradicardia Ausente 0 <5 Improbable Considerar otro diagnóstico


50-59 10
40-49 20
< 40 30
Asimismo, para el puntaje del grupo de Popoveniuc se
Cambios en el electrocardiograma** 10 sugiere que pacientes con hipotiroidismo secundario en
Derrame pleural/pericárdico 10 los que se sospeche CM se deberá considerar la historia de
Edema pulmonar 15 disfunción hipotálamo-hipofisaria y evaluarse la función hi-
Cardiomegalia 15 pofisaria desde el punto de vista bioquímico y por estudios
Hipotensión 20 de imagen.
Alteraciones metabólicas Debido a que la presentación clínica en un paciente
puede no cumplir con los criterios sugeridos y esto no ex-
Hiponatremia 10 cluir en forma definitiva la presencia de CM en una fase
Hipoglucemia 10 inicipiente, la Asociación Americana de Tiroides, en 2014,
Hipoxemia 10 sugiere iniciar el tratamiento cuando exista la sospecha clí-
Hipercapnia 10 nica de CM y no esperar hasta tener los resultados de estu-
Reducción en la tasa de filtración glomerular 10 dios sanguíneos (Jonklaas, 2014).
† Un puntaje ≥ 60 es altamente sugerente o diagnóstico de
coma mixedematoso. Un puntaje de 25 a 29 sugiere riesgo
de coma mixedematoso. Un puntaje < 25 es poco probable
que indique coma mixedematoso.
Mortalidad
* SNC, sistema nervioso central.
En el estudio japonés (Ono, 2017) la mortalidad fue de
** Prolongación del intervalo QT, complejos de bajo voltaje,
bloqueos de rama, cambios inespecíficos de ST-T, bloqueo 29.5%. La comorbilidad más frecuente fue la enfermedad
aurículo-ventricular. cardiovascular (38.3%). El análisis multivariado de regre-

107
sión logística mostró que la edad con OR de 1.04 (IC95% c. APACHE II ≥ 15 (VPP: 72.7%; VPN: 66.7%; exactitud
1.00 a 1.08; P = 0.049) y el tratamiento con catecolaminas 69.6%).
asociadas o no a esteroides con OR de 6.36 (1.54 a 26.2; En el estudio español (Rodríguez, 2004) la mortalidad
P = 0.01) se relacionaron con mayor mortalidad intrahos- fue de 36.4% y el tiempo hasta que el paciente murió de
pitalaria. También los pacientes que recibieron ventilación cuatro a 15 días después de haber iniciado el tratamien-
mecánica tuvieron mayor mortalidad (P = 0.008), aunque to. La mortalidad fue similar entre pacientes con hipotiroi-
en el análisis de regresión ya no fue significativa. dismo primario y secundario (P = 0.56). El promedio de la
En el estudio indio (Dutta, 2008) la mortalidad fue de edad en los pacientes que sobrevivieron no fue diferente al
52.0%. Nueve de los 18 casos que murieron fueron trata- compararla con los que murieron (P = 0.27). Los factores
dos con T4 por vía oral, y tres de los cinco casos con T4 asociados con mayor sobrevida fueron una escala Glasgow
intravenosa. Entre los factores predictores de mortalidad, ≤ 8 (11.85 ± 2.3 vs. 5.25 ± 2.2; P < 0.001) y un puntaje
considerando los sistemas de puntaje en pacientes en esta- APACHE II ≥ 20 (18.0 ± 2.08 vs. 31.5 ± 2.08; P < 0.0001).
do crítico, el Sequential Organ Failure Assessment (SOFA) Finalmente, en otro estudio japonés (Yamamoto, 1999)
fue el más útil al compararlo con Glasgow Coma Scale se analizaron en forma retrospectiva los factores de riesgo
(GSC) y con Acute Physiology and Chronic Health Evalua- asociados con mortalidad en ocho pacientes con CM. La
tion II (APACHE II). Los valores predictivos positivos (VPP) mortalidad fue de 25%. En un análisis de regresión logística
y negativos (VPN) y la exactitud fueron: múltiple, en el que analizaron 87 casos con CM informados
a. SOFA ≥ 6 en el día 3 y máximo ≥ 12 en cualquier día por otros autores y los de su serie, la mortalidad se relacio-
(VPP: 85.7 y 92.3%; VPN: 100 y 100%; exactitud: 91.3 nó con mayor edad de los pacientes (P < 0.021) y con el
y 95.7%, respectivamente); P = 0.000. tratamiento con dosis de T3 > 75 μg al día (P = 0.046) y de
b. GSC ≤ 8 (VPP: 73.3%; VPN 87.5%; exactitud 78.3%). T4 ≥ 500 μg al día (P = 0.002).

108
Encefalopatía
de Hashimoto 10

109
10.
Encefalopatía de Hashimoto

La encefalopatía de Hashimoto (EH) es un síndrome neu- vioso y se consideran de utilidad en el diagnóstico de


ropsiquiátrico caracterizado por la presencia de un dete- la EH (Ferracci, 2003). Además, se ha identificado por
rioro cognitivo y cambios conductuales, de inicio agudo o inmunohistoquímica que los AcTPO pueden unirse a un
subagudo, de origen autoinmune, que coexiste con la pre- antígeno de membrana de los astrocitos cerebelares
sencia de anticuerpos contra peroxidasa tiroidea (AcTPO) (Blanchin, 2007).
y que tiene un curso clínico autolimitado o bien con perio- b. Anticuerpos contra el amino terminal de alfa enolasa
dos de remisión y recaídas o es de tipo progresivo. (Ochi, 2002) que pueden ser de utilidad en el diagnós-
Debido a que no se ha demostrado que la tiroiditis de tico de EH, pero que no son específicos de ella, ya que
Hashimoto tenga una relación directa con el proceso neu- también se detectan en otras enfermedades autoinmu-
rológico, se considera que el término de encefalopatía au- nes reumatológicas (Lee, 2009).
toinmune asociada con tiroiditis de Hashimoto describe de No se ha demostrado papel patogénico alguno para es-
marera más adecuada la EH. La asociación de autoinmuni- tos anticuerpos, por lo que hasta este momento se deben
dad tiroidea con una encefalopatía autoinmune puede es- considerar como marcadores adicionales que pueden ser
tar relacionada con la susceptibilidad de los pacientes que útiles en el diagnóstico de EH (Zhou, 2016).
presentan una condición autoinmune a tener otro proceso
autoinmune. En ese contexto, la EH es una condición posi-
blemente autoinmune, con anticuerpos antitiroideos que Epidemiología
se presentan como un marcador de autoinmunidad gene-
ralizada (Fatourechi, 2005). La EH fue descrita inicialmente en un paciente de 48 años
Asimismo, se ha propuesto que como consecuencia a la con manifestaciones neuropsiquiátricas que padecía tiroi-
respuesta clínica al tratamiento con esteroides la EH debe- ditis de Hashimoto desde un año antes y recibía tratamien-
ría denominarse encefalopatía con respuesta a esteroides to con tiroxina (Brain, 1966). Sin embargo, fue interesante
asociada con tiroiditis de Hashimoto (Castillo, 2006). que las manifestaciones neuropsiquiátricas no mejoraran
Desde el punto de vista inmunológico se han identifi- con el tratamiento con esteroides.
cado diversos anticuerpos que apoyan el origen inmune de En un estudio observacional realizado en el Hospital
la EH: General de Belluno, Italia (Ferraci, 2004), se estimó que la
a. AcTPO y complejos inmunes en el líquido cefalorraquí- EH tenía una prevalencia de 2.1 casos/100,000 personas,
deo (LCR) que se sugiere se sintetizan en sistema ner- con una relación mujer-hombre de 4-5:1 (Mocellin, 2007;

111
Montagna, 2016). En otros estudios se ha establecido que Tabla 36. Manifestaciones clínicas en la revisión de di-
la edad promedio de presentación en los niños es de 12 a versas series de encefalopatía de Hashimoto (modifica-
14 años (Hilberath, 2014) y en los adultos de 45 a 55 años do de Montagna, 2016)
(Mocellin, 2007). El 20% de los casos reportados ocurrió
Características clínicas Prevalencia (%)
en niños (Nandi-Munshi, 2015).
Encefalopatía 100
Curso con remisiones y recaídas 50-95
Manifestaciones clínicas Curso progresivo 11-40
Manifestaciones neuropsiquiátricas
La expresión clínica de la EH incluye diferentes manifesta- Afasia transitoria 73-80
ciones neuropsiquiáticas (Montagna, 2016), cuya preva- Trastornos del sueño (hipersomnia
lencia se describe en la tabla 36. o insomnio) 55
Se han descrito dos formas diferentes de presentación Convulsiones (focales,
de la EH (Kothbauer-Margreiter, 1996) que con frecuencia generalizadas) 52-66
se sobreponen: Mioclono 37-65
a. La primera se denomina de tipo vasculítico porque se Disfunción cognitiva 36-100
caracteriza por episodios semejantes a eventos vascu- Alteración de la conciencia 36-85
lares cerebrales con déficits neurológicos focales tran- Temblor 28-84
sitorios con o sin deterioro cognitivo y confusión, así Ataxia o alteraciones de la marcha 28-65
como crisis epilépticas. En la exploración neurológica Déficit focal 27-67
los pacientes pueden mostrar déficits neurológicos fo- Psicosis 25-36
cales transitorios o residuales y trastornos cognitivos le- Episodios semejantes a eventos
ves. Los pacientes llegan a tener deterioro severo agudo vasculares cerebrales 18-31
o subagudo de la conciencia con somnolencia o coma. Cefalea 13-50
El curso clínico es de recaídas y remisiones de duración Estado epiléptico 12
variable. Algunos pacientes refieren leves problemas de Trastornos del estado de ánimo 7-20
concentración persistentes. Vértigo 3
b. La segunda se denomina de tipo progresivo difuso por- Fatiga 2
que tiene un inicio insidioso pero con deterioro mental
progresivo hasta la demencia, con confusión, psicosis, Otros síntomas neurológicos descritos
somnolencia o coma. Se presentan crisis epilépticas fo- Hipertonía muscular
cales o generalizadas y puede haber mioclono, temblor Midriasis
y ataxia. No existen signos focales en la exploración y Movimientos coreiformes
se evidencian déficits cognitivos. El curso clínico puede Nistagmo
mostrar algunas fluctuaciones.
En una revisión sistemática de 130 casos descritos en 52
estudios (de Holanda, 2011), la EH se describió con mayor
frecuencia en pacientes EU (39%), seguidos por pacien- cas del LCR y criterios de imagen. Además, se deben excluir
tes hipotiroideos (23%), hipertiroideos (23%) y con HSC otros procesos infecciosos, autoinmunes y paraneoplásicos
(15%). Los AcTPO se encontraron en 86% y los anticuerpos que podrían semejar EH.
contra tiroglobulina (AcTg) en 48%. En la tabla 37 se mues- Los criterios clínicos y de laboratorio sugeridos por
tran las prevalencias del estado tiroideo, así como de diver- Chong (2003) son:
sas variables de laboratorio, gabinete e imagen obtenidas de – Alteración en el nivel de conciencia con reducción del
las series más representativas de EH (Montagna, 2016). estado de alerta, la atención o la función cognitiva.
– Demostración en el LCR, por cultivo o estudio molecu-
lar, que no existe evidencia de un proceso infeccioso en
Diagnóstico el sistema nervioso.
– Presencia de concentraciones altas de AcTPO o AcTg.
Se han desarrollado diversos criterios diagnósticos para la Los criterios propuestos por la Clínica Mayo (Castillo,
EH. En ellos se consideran manifestaciones clínicas neuro- 2006) requieren de todas las siguientes características:
lógicas y psiquiátricas, así como la presencia de diversos – Encefalopatía manifestada por deterioro cognitivo y uno
tipos de anticuerpos, características citoquímicas específi- o más de los siguientes: alteraciones neuropsiquiátricas

112
Tabla 37. Estado de la función tiroidea y estudios bio- (como alucinaciones, delirios o paranoia), mioclono,
químicos, inmunológicos, de imagen y medicina nuclear convulsiones tónico-clónicas generalizadas o parciales,
en la revisión de diversas series de encefalopatía de o déficits neurológicos focales.
Hashimoto (modificado de Montagna, 2016) – Presencia de AcTPO en el suero.
– Estado eutiroideo (TSH 0.3 a 5 mU/L) o hipotiroidismo
Exámenes Prevalencia leve (TSH 5.1 a 20.0 mU/L) que no explicarían la ence-
(%) falopatía.
Estado de la función tiroidea – No evidencia de un proceso infeccioso, tóxico, metabó-
Eutiroidismo o hipotiroidismo subclínico 65-75 lico o neoplásico en el análisis de sangre, orina o LCR.
– No evidencia serológica de anticuerpos neuronales
Hipotiroidismo clínico 16-20
contra canales de calcio o de potasio dependientes de
Hipertiroidismo clínico 5-7
voltaje o de cualquier otro anticuerpo paraneoplásico
Anticuerpos antitiroideos reconocido actualmente, que indique otro diagnóstico.
AcTPO elevados 86-100 – No evidencia de lesiones vasculares, neoplásicas u otras
AcTg elevados 73 lesiones estructurales en los estudios de neuroimagen
que pudieran explicar la encefalopatía.
AcTSH-R elevados 10-20
– Mejoría completa o casi completa del estado neurológi-
Análisis del líquido cefalorraquídeo co del paciente después del tratamiento con corticoste-
Incremento de proteínas 60-85 roides.
Pleocitosis linfocitaria leve 6-25 Recientemente (Graus, 2016) se propusieron unas nue-
Ac. antitiroideos positivos, complejos vas guías para el diagnóstico de encefalitis autoinmune en
inmunes las que se incluyen los criterios para el diagnóstico de EH.
62-75
Todos los criterios deben estar presentes para el diag-
Incremento en la síntesis de IgG 14
nóstico de EH:
Bandas oligoclonales 8-33 – Encefalopatía con crisis epilépticas, mioclono, alucina-
Ac. contra el amino terminal de la alfa ciones, o episodios semejantes a eventos vasculares ce-
enolasa (anti-NAE) 65-68 rebrales.
– Enfermedad tiroidea leve o subclínica (comúnmente hi-
Estudios neurológicos adicionales potiroidismo).
EEG anormal – Resonancia magnética cerebral normal o con alteracio-
(actividad lenta no específica del fondo) 85-98 nes no específicas.
TC y RM anormales – Presencia de anticuerpos contra la tiroides (AcTPO,
(cambios inespecíficos) 36-49 AcTg).
SPECT – Ausencia de anticuerpos neuronales en el suero y el
Hipoperfusión focal LCR.
73
– Exclusión razonable de otras causas alternativas.
Hipoperfusión global 9 Cada una de las propuestas para el diagnóstico de la EH
Hallazgos normales 18 tiene criterios que no se incluyen en todas. Por sus caracte-
rísticas, las propuestas por los grupos de Castillo y de Graus
AcTPO: anticuerpos contra peroxidasa tiroidea; AcTg: anti-
cuerpos contra tiroglobulina; AcTSH-R: anticuerpos contra el son las más completas y específicas aunque en las sugeri-
receptor de TSH; TC: tomografía computada; RM: resonancia das por la Clínica Mayo solo consideran pacientes que res-
magnética; SPECT: tomografía por emisión de fotón único. ponderán a esteroides.

113
Tratamiento del
hipotiroidismo primario 11

115
11.
Tratamiento del hipotiroidismo
primario

¿Cuál es la relación fisiológica de LT4 con T3 durante un seguimiento de tres a 16 sema-


nas (Grozinsky-Glasberg, 2006). Los desenlaces evaluados
de T4:T3? fueron calidad de vida, depresión, fatiga, ansiedad y dolor
corporal. Los resultados no mostraron diferencias en ningu-
En el adulto sano la glándula tiroides es la única fuente de no de los desenlaces. Tampoco se encontraron diferencias
T4, en tanto, solo 20% de la T3 se secreta por dicha glán- en los siguientes parámetros metabólicos: peso, colesterol
dula y 80% proviene de la desyodación periférica. La rela- total, colesterol-HDL, colesterol-LDL y triglicéridos. Lo ante-
ción molar de T4:T3 secretada por la tiroides es de 14:1. rior permite sugerir que ambas presentaciones de hormonas
no difieren en sus efectos clínicos. Otro estudio reciente de
diseño cruzado, aleatorio, de LT4 versus LT4 con T3 durante
¿Cuál es la relación de T4:T3 ocho semanas tuvo resultados similares (Kaminski, 2016).
que se ha utilizado en los Sin embargo, alrededor de 15 a 20% de los pacientes
continúa con síntomas de hipotiroidismo aun cuando las
estudios clínicos? concentraciones de hormonas tiroideas son normales. Tres
estudios evaluaron la preferencia de tratamiento de los pa-
Diversos estudios han comparado el efecto de la mezcla de cientes: 46.3% eligió el tratamiento con mezcla, 36.6% con
LT4 con liotironina (T3) contra LT4 sola. En estos estudios LT4 sola y 15.4% no tuvo preferencia alguna (Escobar-Mo-
se utilizaron mezclas con una relación de LT4:T3 de 2:1 rreale, 2005; Nygaard, 2009; Fadeyev, 2010). Estos casos
hasta 15:1 (Grozinsky-Glasberg, 2006). se pueden explicar por la presencia de polimorfismos en la
monodesyodasa tipo 2 (D2) y en el transportador MCT10
de hormonas tiroideas. La disponibilidad de hormonas ti-
¿Existe algún beneficio con roideas en el cerebro es dependiente de la entrada de T4 a
la mezcla de LT4 con T3 en través del transportador MCT10 y la conversión de T4 a T3
por la D2 en los astrocitos y tanicitos.
comparación con LT4 sola? En un estudio se evaluaron diversos polimorfismos del
nucleótido único (SNP, por sus siglas en inglés) en las tres
En un metaanálisis con 11 estudios de 1,216 pacientes se monodesyodasas (Panicker, 2009). Los pacientes fueron
evaluó el efecto de la LT4 sola en comparación con la mezcla distribuidos en forma aleatoria para recibir tratamiento con

117
LT4 con T3 versus LT4 sola durante 12 meses. Solo dos SNP
de la D2 (rs225014 y rs225015) se asociaron con el bien-
¿Existe algún riesgo con
estar psicológico evaluado al inicio del estudio, donde el la mezcla de LT4 con T3
polimorfismo en ambos alelos se vinculó con mayor dete-
rioro del bienestar. Para el seguimiento solo se valoró el po-
en comparación con
limorfismo rs225014. Al final del seguimiento los pacientes la LT4 sola?
con el polimorfismo en ambos alelos tuvieron un efecto
aditivo del tratamiento con mezcla en el bienestar psico- En el metaanálisis para efectos adversos, el uso de la mez-
lógico (cuestionario de salud general, P = 0.07; cuestiona- cla de hormonas tiroideas no aumentó la frecuencia en
rio de síntomas asociados con enfermedades tiroideas, P = comparación con el uso de LT4 sola (RR de 1.19; IC95%
0.06; puntaje de satisfacción, P = 0,06). No se observaron 0.63-2.24) [Grozinsky-Glasberg, 2006].
diferencias en las concentraciones de hormonas tiroideas Un estudio evaluó los posibles efectos adversos de T3
entre los diferentes genotipos. durante un seguimiento de 17 años (Leese, 2016). De una
En otro estudio se evaluaron los SNP’s rs225014 y base de datos escocesa de 400,000 pacientes se identifi-
rs12885300 en la D2 (Appelhof, 2005). Los pacientes fue- caron 33,955 en tratamiento con LT4 y 400 con T3 (327
ron asignados al azar en tres grupos para recibir LT4 sola o con mezcla y 73 con T3 sola). Al inicio del tratamiento
mezcla de LT4 con T3 en una relación 10:1 y 5:1, durante 15 sustitutivo, los que recibieron T3 eran más jóvenes (47.7
semanas. Aunque no se observó una diferencia significativa vs. 59.5 años; P < 0.001), con mayor frecuencia tenían
en los cuestionarios de bienestar general en los diferentes cáncer de tiroides, cirugía tiroidea y tratamiento con ra-
genotipos, los pacientes con el polimorfismo rs225014 en dioyodo, así como uso de antipsicóticos y antidepresivos;
ambos alelos tuvieron una tendencia a una calificación más en menor medida padecían diabetes, enfermedad cardio-
desfavorable. No se observó una diferencia en la preferencia vascular no fatal y uso de estatinas. La mediana (cuartiles
del tratamiento con mezcla entre los distintos genotipos. 25-75) de la concentración de TSH durante el seguimien-
Un estudio evaluó la presencia de diversos SNP’s en la to fue menor con el tratamiento con T3 en comparación
D2 y en MCT10 y su asociación con la preferencia del pa- con el uso de LT4 (1.35 mU/L, 0.5-2.4 vs. 2.08 mU/L,
ciente por determinada mezcla (Carlé, 2017). Se realizó un 1.08-3.19; P < 0.001).
diseño cruzado, aleatorio y cegado para recibir tratamiento Al final del seguimiento la mortalidad y la incidencia de
con mezcla de LT4 con T3 versus LT4 sola durante 12 se- fracturas, fibrilación auricular, enfermedad cardiovascular
manas. Se seleccionaron los polimorfismos rs225014 en la no fatal y diabetes fue similar entre los dos grupos, ajusta-
D2 y rs17606253 en el MCT10. Los pacientes se agruparon da para la edad, género, duración del tratamiento y enfer-
en tres categorías: aquellos sin polimorfismos en ambos medad tiroidea al inicio. El riesgo de recibir tratamiento
genes, los que presentaban alguno de los polimorfismos y con un antipsicótico por primera vez fue mayor en pa-
los que tenían ambos. La preferencia de uso de la mezcla cientes con T3 (HR 1.87; IC95% 1.28 a 2.74; P = 0.001).
fue de 42.1, 63.2 y 100%, respectivamente (P < 0.02). El Se observó una tendencia al riesgo de cáncer de mama
diseño cruzado del estudio permitió excluir el efecto place- (P = 0.04) aun después de excluir a aquellos con antece-
bo del tratamiento en evaluación. dente de cáncer de tiroides. No se observó un incremento
En un estudio (Wouters, 2017) de cohorte de 13,194 en el uso de bifosfonatos y estatinas con el uso de T3.
pacientes con evaluación del genoma completo, se selec- En lo que se refiere al extracto tiroideo disecado, este
cionaron 364 individuos (3%) que recibían tratamiento con tiene un origen porcino o bovino. Sus características far-
LT4. La proporción de hombres fue muy baja (12%) por lo macocinéticas varían dependiendo de la preparación del
que solo se incluyeron las mujeres. Se seleccionaron 1,521 extracto, con una concentración variable de T4 y T3, que
pacientes sin uso de LT4, pareados por género, edad e IMC puede ocasionar aumentos transitorios en los niveles de T3
como grupo control. Se evaluó el polimorfismo rs225014 en rangos suprafisiológicos (Hennessey, 2015).
en la D2. En el análisis de toda la cohorte, los sujetos con En el 2013 se publicó un ensayo clínico con 70 pacientes
el polimorfismo en ambos alelos tenían una concentración que comparó el uso de LT4 con el de extracto tiroideo. El
de T4 libre más baja (P = 0.022) y el índice T3 libre/T4 estudio no encontró diferencias en los parámetros bioquí-
libre más alto (P = 0.012), en comparación con aquellos micos y en las pruebas neurocognitivas (Hoang, 2013). Sin
sin el polimorfismo. Cuando se evaluó la calidad de vida en embargo, el extracto tiroideo no debe considerarse como
los pacientes con LT4 y en los controles, no se observó di- equivalente a la LT4. Actualmente, las diferentes presen-
ferencia entre los diferentes genotipos. Sin embargo, solo taciones comerciales de LT4 y mezcla de LT4 con T3 per-
52% de quienes recibían LT4 tenía la concentración de TSH miten una dosificación exacta de acuerdo con los requeri-
dentro del rango normal (0.4 a 4.0 mU/L). mientos de cada paciente.

118
¿Cuál es el tratamiento de La dosis de LT4 se relaciona con el peso total y la masa
magra (Santini, 2005; Olubowale, 2006; Sukumar, 2010).
primera línea? En la práctica clínica es poco frecuente que se disponga con
los datos del peso de masa magra, por lo que el cálculo del
De acuerdo con estos resultados, los efectos favorables del peso ideal es más útil.
tratamiento sustitutivo fueron similares entre la LT4 sola y En un estudio se evaluó si los requerimientos de T4 se
la mezcla de LT4 con T3. El uso de la mezcla no condicionó correlacionaban mejor con la masa magra en comparación
mayor riesgo de efectos secundarios. Algunos pacientes que con peso total. Para ello se estudiaron 60 pacientes con ti-
reciben tratamiento con LT4 mejoran sus síntomas al tomar roidectomía, de 35 a 45 años de edad, con diferentes es-
la mezcla, lo cual podría estar relacionado con la presencia quemas de tratamiento: 20 pacientes con dosis empírica
de polimorfismos en la D2 y/o el transportador MCT10. entre 75 y 150 µg (grupo 1), 20 con dosis de 1.6 µg/kg de
Presentación líquida o en gel: en un estudio se evalua- peso total (grupo 2), y 20 con dosis de 2.5 µg/kg de masa
ron 141 pacientes sin enfermedades gastrointestinales, ci- magra (grupo 3). Se realizó la comparación de las concen-
rugías gástricas o intestinales, uso de medicamentos que traciones de TSH entre los tres grupos y se observó que
interfieren con la absorción o metabolismo de LT4 o enfer- los pacientes en el grupo 3 tenían una concentración de
medades crónicas. Se cambió a la presentación líquida con TSH mayor en comparación con los otros grupos (Suku-
la misma dosis de LT4 y se realizaron mediciones de TSH, mar, 2010).
T3 y T4 libres en 1-3 y 5-7 meses después del cambio. Al Para evaluar si los individuos con sobrepeso y obesidad
inicio del estudio 12% de los pacientes tenía la TSH entre requieren dosis más altas de levotiroxina se estudiaron 75
3 y 4 mU/L. Al final del estudio se observó la disminución pacientes con hipotiroidismo posquirúrgico por carcino-
de TSH (P < 0.01) y solo 4% de los pacientes tuvo la TSH ma papilar de tiroides con tratamiento supresivo (Santini,
entre 3 y 4 mU/L. No se observaron cambios en las con- 2005). Los participantes se agruparon de acuerdo con el
centraciones de T3 y T4 libres (Fallahi, 2016). IMC: 18.5 a 24.9 kg/m2 (peso normal), 25.0 a 29.9 kg/
En otro estudio se evaluaron los cambios en el bienestar m2 (sobrepeso), ≥ 30 kg/m2 (obesos). Los resultados
psicológico en 155 pacientes, entre 18 y 65 años, con tiroi- mostraron que la dosis de LT4 fue mayor en los pacientes
dectomía total. Los individuos fueron distribuidos en forma con sobrepeso u obesidad versus aquellos con peso normal
aleatoria después de la cirugía para recibir LT4 en tableta o (P < 0.05). Sin embargo, la dosis de LT4 por kilo de peso
líquida, con una dosis inicial de 1.6 µg/kg y ajustes poste- fue menor en los individuos con sobrepeso u obesidad en
riores. La puntuación en los cuestionarios de bienestar al comparación con los de peso normal (1.63 ± 0.22 µg/kg
inicio del estudio fue similar entre grupos. Después de dos en obesos, 1.80 ± 0.31 µg/kg en sobrepeso y 2.10 ± 0.31
meses de tratamiento, el grupo con LT4 líquida tuvo menor µg/kg en peso normal; P < 0.005 para todos). Por tanto, es
concentración de TSH (P = 0.011) y mayores concentra- posible utilizar el mismo criterio de inicio de tratamiento
ciones de T3 y T4 libres (P < 0.03 en ambas). Se observó en todos los pacientes, independientemente del IMC, con
mejoría en el cuestionario de salud general en el grupo con el cálculo de dosis a razón de 1.6 µg/kg de peso total.
LT4 líquida (P = 0.003), sin diferencia en la evaluación del
estado de ánimo y la puntuación en síntomas entre los dos
grupos (Lombardi, 2017). ¿Cómo debe iniciarse el
En México se dispone de la presentación de LT4 en
tabletas y dos de la mezcla de LT4/T3 con 100/20 µg y
tratamiento en pacientes con
120/30 µg, con una relación 5:1 y 4:1, respectivamente. cardiopatía?
Existen presentaciones de LT4 oral en solución y en cáp-
sulas de gel, así como la solución parenteral, las cuales no El tratamiento con hormonas tiroideas incrementa la de-
están disponibles en México actualmente. manda de oxígeno en el miocardio debido a su efecto
cronotrópico e inotrópico. Un estudio de 1961 evaluó 55
pacientes con angina de pecho en quienes se diagnosticó
¿Cómo debe iniciarse el hipotiroidismo durante su evaluación inicial. Después del
inicio del tratamiento con LT4, nueve pacientes tuvieron
tratamiento con LT4? incremento del ángor (Keating, 1961). Este estudio ha
dado fundamento a la recomendación de que en los pacien-
Para establecer la dosis inicial de LT4 en adultos se reco- tes con alguna cardiopatía e hipotiroidismo, el tratamien-
mienda realizar el cálculo de 1.6 a 2.0 µg/kg de peso (Roos, to con hormonas tiroideas se inicie con dosis muy bajas
2005; Baehr, 2012). y con incrementos de estas cada tres a seis semanas. Sin

119
embargo, en una revisión de Biondi de 2008 se recomienda En los pacientes con hipotiroidismo la vida media de la
que los incrementos de dosis se realicen con intervalos de LT4 en sangre es de 10 días aproximadamente (siete días
cuatro a ocho semanas con relación a los síntomas cardia- en eutiroideos). Se requieren de cinco a seis semanas con
cos y la concentración de TSH. una dosis fija de LT4 oral para alcanzar un estado estable
En otro estudio en donde se evaluaron nueve pacien- de LT4 en sangre.
tes con hipotiroidismo y angina de pecho, cuatro de ellos
habían tenido un infarto previo entre uno y 10 meses des-
pués de haber iniciado el tratamiento con LT4 en una dosis ¿Cuál es la concentración
promedio de 150 µg/día (Hay, 1981). En ese mismo estu-
dio se evaluaron nueve pacientes con angina de pecho y
óptima de TSH durante
diagnóstico de hipotiroidismo durante la evaluación inicial, el tratamiento de
con concentraciones de TSH de 65 ± 54 mU/L y T4 total
baja. Los participantes fueron tratados con cirugía corona-
mantenimiento?
ria sin recibir tratamiento con hormonas tiroideas previo a
Diversos estudios han evaluado la existencia de alteracio-
la intervención. En el estudio no se documentó un incre-
nes metabólicas relacionadas con la concentración de TSH
mento en la morbilidad y mortalidad de los pacientes, en
dentro del rango de referencia. En esos estudios se ha ob-
comparación con el grupo con sustitución tiroidea. Por tal
servado que el aumento en las concentraciones de TSH se
motivo, en quienes se desarrolla angina de pecho o tienen
relaciona con valores mayores de presión arterial y concen-
deterioro de esta durante la titulación de la dosis de LT4, se
traciones de lípidos en personas eutiroideas (tablas 38 y
deberá suspender la administración de LT4 y considerar el
39). Asimismo, el incremento en la concentración de TSH
tratamiento con angioplastía o cirugía coronaria (Biondi,
a lo largo del tiempo se asocia con incrementos tanto de la
2008).
presión arterial como en los lípidos. Estos hallazgos tradu-
cen un efecto biológico continuo, tanto de la TSH como de
¿En cuánto tiempo se las hormonas tiroideas.
Por otra parte, las concentraciones normales altas de
normaliza la concentración TSH se asocian con la presencia de síndrome metabólico
de TSH con el tratamiento (ver capítulo 4.7). Con estos datos es recomendable man-
tener una concentración de TSH de entre 0.5 y 2.5 mU/L
sustitutivo con hormonas en los pacientes tratados con hormonas tiroideas.

tiroideas?
En 50 pacientes con hipotiroidismo (25 con concentracio-
¿Cuál es la dosis de
nes de TSH > 50 mU/L), de 22 a 86 años, se evaluó el tiem- mantenimiento de LT4?
po para normalizar la TSH (Roos, 2005). Ninguno de ellos
padecía cardiopatía o tomaba medicamentos para esta. Los Con la presentación de LT4 en tabletas, 80% de la dosis se
pacientes fueron asignados al azar para recibir la dosis ini- absorbe en el íleon y el yeyuno predominantemente. Por
cial de 1.6 µg/kg o de 25 µg. Se realizaron incrementos su vida media prolongada (seis a siete días), una dosis una
cada cuatro semanas hasta la semana 24 y posteriormente vez al día permite mantener concentraciones constantes
cada 12 semanas. A las 24 semanas solo 41 pacientes nor- de T4 y T3 cuando se ha alcanzado un estado estable. Una
malizaron la TSH, por lo que se consideró que el resto po- vez alcanzada la concentración óptima de TSH, la dosis de
dría tener un problema de malabsorción intestinal o pobre hormonas tiroideas puede permanecer constante.
apego al tratamiento. De los 41 pacientes, el 62% de los Las presentaciones líquida y en gel de LT4 tienen mayor
que recibieron la dosis alta normalizó la TSH a las cuatro absorción intestinal. A pesar de ello la dosis de manteni-
semanas y solo 5% con la dosis baja; a las ocho semanas la miento es similar a la empleada con el uso de la tableta.
TSH fue normal en 90% con la dosis alta y en 15% con la Existen situaciones especiales en las que se requiere el
dosis baja. En el grupo con dosis alta 95% normalizó la TSH aumento de la dosis, como son: embarazo, alteración en la
a las 16 semanas y en el grupo con dosis baja el 90% a las absorción intestinal, uso de medicamentos y ganancia de
20 semanas. En el grupo con dosis alta, la T3 y T4 libres peso (ver capítulo 6). En otras condiciones como la pérdida
alcanzaron concentraciones suprafisiológicas, pero en am- de peso y la terapia androgénica se requiere la disminución
bos grupos estas se estabilizaron hasta la semana 16. No se de la dosis. La administración de andrógenos reduce la pro-
reportaron palpitaciones, angina o eventos cardiacos. teína trasportadora de hormonas tiroideas y en consecuen-

120
Tabla 38. Cambios observados en la presión arterial relacionados con la concentración de TSH en personas eutiroideas
Estudio Población TSH (mU/L) Asociación con el incremento de TSH
Iqbal, 2006 Noruega 5,872 0.2-4.0 Incremento lineal de los valores de PAS y PAD
(P < 0.05 para la tendencia)
Asvold, 2007a (HUNT) 30,728 0.5-3.5 Incremento lineal de la razón de momios para hipertensión
prevalente
(P < 0.001 para la tendencia)
Asvold, 2013 (HUNT) 13,832* 0.45-4.5 11 años de seguimiento
Incremento en los valores de PAS y PAD por cada incremento
> 0.5 mU/L de TSH
Disminución de la PAS y PAD por cada disminución > 0.5
mU/L de TSH
*Población que permaneció eutiroidea al final del seguimiento.
PAS: presión arterial sistólica; PAD: presión arterial diastólica.

Tabla 39. Cambios observados en la concentración de lípidos relacionados con la concentración de TSH en personas
eutiroideas
Estudio Población TSH (mU/L) Asociación con el incremento de TSH
Asvold, 2007 (HUNT)
b
30,656 0.5-3.5 Incremento lineal de las concentraciones de CT, LDL y TG
(P < 0.001 para la tendencia)
Wang, 2012 China 3,664 0.27-5.5 Incremento progresivo de las concentraciones de CT y TG
(P < 0.001 para la tendencia)
Asvold, 2013 (HUNT) 13,832* 0.45-4.5 11 años de seguimiento
Incremento en las concentraciones de colesterol no-HDL y
TG por cada incremento > 0.5 mU/L de TSH
Disminución de colesterol no-HDL y TG por cada disminu-
ción > 0.5 mU/L de TSH**
CT: colesterol total; LDL: colesterol LDL; TG: triglicéridos.

cia se incrementa la concentración de las fracciones libres Al momento solo dos estudios de cohorte han analizado
de hormonas tiroideas, las cuales pueden ser suprafisiológi- los efectos del sobretratamiento con LT4, evaluados a tra-
cas si se mantiene la dosis previamente administrada. vés de la concentración de TSH.
El estudio escocés TEARS (Flynn, 2010), basado en la
población de Tayside, incluyó 17,684 pacientes tratados
¿Cuáles son las complicaciones con LT4 por hipotiroidismo primario o antecedente de hi-
pertiroidismo. La edad promedio fue de 60.3 años en mu-
de mantener la TSH suprimida jeres y 61.8 años en hombres. La mediana de seguimiento
durante el tratamiento de fue de 4.5 años. Se analizaron cuatro categorías de acuer-
do con la concentración de TSH: suprimida ≤ 0.03, baja
mantenimiento? 0.04-0.4, normal 0.4-4.0 o alta > 4.0 mU/L. El grupo con
TSH suprimida tuvo mayor riesgo de enfermedad cardio-
Las hormonas tiroideas estimulan el recambio óseo al vascular (HR 1.37; IC95% 1.17 a 1.60), arritmias (HR
actuar directa e indirectamente en los osteoblastos y os- 1.60; IC95% 1.10 a 2.33) y fracturas osteoporóticas (HR
teoclastos. El hipertiroidismo clínico es un factor de riesgo 2.02; IC95% 1.55 a 2.62). El análisis se ajustó para edad,
bien reconocido para fracturas y está asociado con dismi- género, diabetes y antecedente de hipertiroidismo. No se
nución de la densidad mineral. documentó un incremento del riesgo en el grupo con TSH

121
baja para ninguno de los desenlaces. P = 0.002), así como el riesgo de fracturas mayores os-
El estudio danés OPENTHYRO (Abrahamsen, 2015) teoporóticas (HR 1.10; IC95% 1.06 a 1.14; P < 0.001).
investigó los cambios en la TSH en el tiempo y su aso- En los hombres solo se observó un aumento del riesgo de
ciación con el riesgo de fractura en 230,552 pacientes fracturas mayores osteoporóticas en aquellos de 50 a 75
en tratamiento con LT4 (18 pacientes recibieron T3). La años (HR 1.13; IC95% 1.00 a 1.27; P < 0.05). El análisis
edad promedio fue de 50 años y el seguimiento promedio se ajustó para la edad, enfermedades crónicas, fracturas
de siete años. Por cada periodo de seis meses con la TSH previas, uso de medicamentos para osteoporosis y corti-
< 0.3 mU/L, el riesgo de fracturas de cadera fue mayor coides. El uso de LT4 per se no se asoció con la incidencia
en las mujeres ≥ 50 años (HR 1.10; IC95% 1.03 a 1.16; de fracturas.

Recomendaciones
— Se recomienda iniciar el tratamiento con LT4 sola. (1, )
— Se recomienda el uso de la mezcla de LT4 con T3 solo por médicos especialistas en endocrinología.
(1, ). Es ideal que se mantenga una relación de LT4:T3 baja para evitar la supresión de TSH.
— No se recomienda el uso de T3 sola o extracto tiroideo para el tratamiento del hipotiroidismo.
(1, )
— Se recomienda iniciar el tratamiento con una dosis empírica o una dosis calculada por kilo de peso to-
tal (1.6 µg/kg), con ajustes posteriores cada cuatro a seis semanas con determinación de TSH antes
de cada modificación de la dosis, hasta alcanzar la concentración óptima de TSH de acuerdo con la
edad y comorbilidades del paciente. (1, )
— Se sugiere el cálculo de dosis por kilo de masa magra si se dispone de ese dato. (2, )
— En pacientes con hipotiroidismo subclínico con una concentración de TSH ≥ 7 mU/L en dos deter-
minaciones con un intervalo no menor a ocho semanas, se recomienda el tratamiento con LT4, con
una dosis inicial de 50 µg/día y ajustes posteriores hasta alcanzar la concentración óptima de TSH.
(1, )
— En pacientes con antecedente de enfermedad coronaria se recomienda iniciar el tratamiento con
12.5-25 µg/día de LT4 y realizar incrementos de dosis de 25 µg/día cada cuatro a ocho semanas has-
ta alcanzar una concentración de TSH de 3-4 mU/L. Si aparece angina de pecho con el incremento
de dosis se recomienda suspender el tratamiento con LT4 y considerar tratamiento con angioplastía
o cirugía coronaria mientras el paciente permanece hipotiroideo. (1, )
— Se recomienda mantener una concentración de TSH de entre 0.5 y 2.5 mU/L durante el tratamiento
con hormonas tiroideas, en ausencia de enfermedad coronaria. (1, )

122
11.1.
Tratamiento del hipotirodismo
en el adulto mayor

¿Qué consideraciones deben motivo, es recomendable que estos individuos sean refe-
ridos con un médico especialista para evaluar los posibles
tenerse en los adultos riesgos y beneficios de recibir tratamiento con hormonas
tiroideas.
mayores? Los adultos ≥ 70 años constituyen un grupo de pacien-
tes con mayor riesgo de desarrollar alguna alteración car-
De acuerdo con los datos mostrados en este resumen, los diaca como arritmia, angina de pecho o infarto, por lo que
adultos ≥ 70 años pueden tener normalmente concentra- el tratamiento con hormonas tiroideas debe iniciarse con
ciones más elevadas de TSH, probablemente por un reajus- dosis bajas y vigilar la aparición de síntomas cardiacos.
te del tirostato acorde con su biología, sin que esto repre- En los pacientes > 70 años también existe una correla-
sente una disminución de la función tiroidea. Por tanto, en ción directa de la dosis de LT4 con la masa magra y el peso
personas ≥ 70 años el diagnóstico de hipotiroidismo subclí- total (Cunningham, 1984) y una correlación inversa con la
nico se establece con concentraciones de TSH ≥ 7 mU/L y edad (Rosenbaum, 1982; Sawin, 1983; Cunningham, 1984).
T4L normal. Los cambios en la composición corporal relacionados con la
En los adultos mayores también se ha observado la edad, como es la pérdida de masa muscular se asocian con
presencia de complicaciones asociadas con hipotiroidismo menor requerimiento de LT4 y con frecuencia la concentra-
subclínico, como incremento en el riesgo de insuficiencia ción de T3 en sangre está en el límite normal bajo o por
cardiaca, mortalidad general y cardiovascular. En los pa- debajo de este, sin que implique que deberá aumentarse la
cientes con IRC el tratamiento con LT4 disminuye el riesgo dosis de LT4 o cambiar la sustitución con mezcla.
de mortalidad y mejora la función renal antes de alcanzar Por otra parte, con mayor frecuencia estos pacientes
la fase terminal de esta. Para otros desenlaces no hay infor- suelen padecer enfermedades crónicas y usar múltiples
mación suficiente en este grupo de pacientes que evalúen medicamentos, lo que puede influir en la dosis diaria de LT4
el beneficio del tratamiento a largo plazo con LT4. Por tal (Kabadi, 1987).

123
Recomendaciones
— Se recomienda iniciar el tratamiento con una dosis inicial de 25 µg/día y con ajustes posteriores cada
cuatro a ocho semanas con determinación de TSH antes de cada modificación de la dosis, hasta al-
canzar la concentración óptima de TSH. (1, )
— En pacientes con hipotiroidismo subclínico (concentración de TSH ≥ 7 mU/L en dos determinaciones
con un intervalo no menor a ocho semanas), se sugiere el tratamiento con LT4. (2, ).
— Se recomienda mantener una concentración de TSH de entre 3.0 y 4.0 mU/L durante el tratamiento
con LT4. (1, )

124
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