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Fundamento Físico de la criocirugía

La criocirugía basa su funcionamiento en el efecto físico llamado Joule-Thomson, el cual


señala que cuando un fluido pasa por un obstáculo como un tapón poroso, un tubo capilar
o una válvula ordinaria, disminuye su presión. Durante este proceso, un fluido puede
experimentar una reducción considerable de su temperatura debido
al estrangulamiento.

Este efecto, se produce en la punta de la criosonda, cuando se


emplea un gas (puede ser el argón). Este gas empacado en un
volumen pequeño a una alta presión al ser liberado pasa a un estado
de mayor volumen y una presión más baja, lo que genera que una
disminución de la temperatura del mismo.

Mecanismo por el que se produce el daño tisular


El mecanismo de daño tisular (daño a un tejido) generado por la criocirugía, se puede
diferenciar en dos mecanismos: lesión celular y lesión vascular.

La lesión celular se produce por el efecto dañino de los ciclos de congelamiento y


calentamiento.

La lesión vascular, que es más lenta, resulta de una falla progresiva de la microcirculación
lo que conlleva a la estasis vascular (circulación lenta) y posterior necrosis (muerte del
tejido).

Cuando la temperatura desciende a menos de 0°, se forman cristales por el agua en el


espacio extracelular, creando un ambiente hiperosmótico que ocasiona que se extraiga el
agua de las células con su consecuente deshidratación y destrucción. Durante el
calentamiento, se derriten los cristales de hielo, el espacio extracelular se torna hipotónico
(un ambiente hipotónico es aquel que tiene menor concentración de soluto en el medio
exterior en relación al medio interior de la célula), esto genera que el agua que se encuentra
en el medio extracelular ingrese a la célula originando un incremento del volumen de la
misma y la ruptura de la membrana celular.

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