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T.P. N°1: Mandamientos de Eduardo J. Couture- Alumno: Ian C.

Alvarez Canteros

I. “Estudia. El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos serás cada día un
poco menos Abogado.”

El derecho es producto de las transformaciones sociales determinadas por un momento y


espacio determinado, lo que hoy es normativa vigente, más que posiblemente, no se ajustará
en un futuro no lejano a las necesidades o preocupaciones de la sociedad

II. “Piensa. El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando”

Es indudable que es menester estudiar y reconocer las normas jurídicas sin estudio no es
posible entender y relacionar el conocimiento para fijarlo. Pero de nada sirve el conocimiento
si no podemos aplicarlo a supuestos facticos que requieran deliberar que norma se ajusta más
a la situación o que estrategia procesal es más conveniente.

III. “Trabaja. La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.”

Conocer e integrar el derecho es un trabajo de todos los días, de actualización constante, el


abogado nunca termina de aprender, porque el derecho en si es materia de cambio constante

IV. “Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en conflicto el
Derecho con la Justicia, lucha por la Justicia.”

Se supone que la normativa tiene como fuente o génesis un suceso social, una necesidad, una
preocupación, una valoración que a la sociedad le interesa proteger mediante el ordenamiento
jurídico, lo cual no quita, que dichas normas deban estar en concordancia con el valor
axiológico justicia, de nada sirve un ordenamiento jurídico formalmente libre de vicios, pero
contrario a dar a cada uno lo suyo.

V. “Sé leal. Leal como tu cliente al que no puedes abandonar hasta que comprendas que es
indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el
Juez que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices y que, en cuanto al Derecho,
alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.”

VI. “Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la
tuya.”

SI bien en un proceso, se tiende a llegar a una verdad con fuerza de ley, la realidad es que la
verdad no es absoluta, más bien subjetiva, por lo tanto, hasta entonces las dos verdades valen
lo mismo.

VII. “Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.”

Cada proceso o procedimiento puede variar en su duración, la paciencia tiene que ser la virtud
para poder afrontar esos juicios que no se logran con prontitud, que constantemente hay que
impulsar.

VIII. “Ten fe. Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en
la Justicia, como destino normal del Derecho; en la Paz, como substitutivo bondadoso de la
Justicia; y, sobre todo, ten fe en la Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz.”

El derecho es, y debe ser la mejor forma de ordenar la conducta de las personas en sociedad,
la libertad como presupuesto fundamental de existencia de ellas, la justicia y la equidad y por
lo tanto la paz, solo pueden ser logradas en un estado verdadero de derecho, es nuestra labor,
revertir la desconfianza que algunos operadores del derecho han instaurado en las
instituciones.

IX. “Olvida. La Abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma
de rencor llegaría un día en que la vida sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan
pronto tu victoria como tu derrota.”

La abogacía por lo general consiste en la resolución de un choque de voluntades, como tal, es


importante entender que el abogado representa dicha voluntad, y no que es la propia. Las
pretensiones son del cliente, no del abogado, si bien, es importante llevar la debida diligencia
para cumplir con nuestras funciones, no podemos llevar las preocupaciones al plano personal.

X. “Ama tu profesión. Trata de considerar la Abogacía de tal manera que el día que tu hijo te
pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que sea Abogado.”

Amar tu profesión lleva que ésta no sea un trabajo sino una forma de vida, que el estudio y
perfección no sea una carga sino un placer y un incentivo a ser cada vez mejor profesional, es
evidente que si tenemos amor por la profesión difícilmente nos surgirá esa motivación
inexorable a ser mejor profesional.

2)Elegí el mandamiento número 9 “Olvida” Porque considero que si bien la profesión requiere
pasión como motor de autosuperación, como lo requiere toda carrera en sí, es necesario
establecer desde donde comienza la vida laboral y hasta donde termina y por tanto comienza
la vida personal dentro de la profesión.

Como futuros abogados, principalmente en el ámbito privado es el cliente el que viene a


nosotros con una problemática que espera resolver, ese problema lo aqueja y en consecuencia
le urge solucionar lo antes posible, dicho cliente deposita en nosotros distintos bienes jurídicos
dependiendo cual sea la rama que ejerzamos, libertad, patrimonio, etc. Si bien debemos tomar
el asunto con la seriedad y magnitud que lo requiere, si convertimos el problema del cliente en
nuestro problema y lo trasladamos al ámbito personal seremos nosotros quienes siempre
tengan un problema constantemente, no podemos proyectar ni la victoria ni la derrota al
plano personal, de lo contrario el trabajo sería prácticamente nuestra vida en sí y claramente
no hay Salud mental que soporte dicha carga.

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