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Impresionado por el trato que los colonos españoles proferían contra los indios,
temiendo la extinción de éstos, inició una causa para defender los derechos de los
naturales americanos, iniciando su misión por renunciar a la encomienda que le
había sido otorgada por el gobernador de Cuba, denunciando dicha institución
como una forma inhumana de explotación y aniquilamiento de los indígenas de esas
tierras. Cuando Carlos I de España sube al poder se le brinda la posibilidad a De
Las Casas de ser recibido en audiencia real y por encargatura misma del rey de
presentar un plan para colonizar las tierras americanas según sus propuestas, pero
este proyecto no llega buen término a causas de las protestas de los nativos de Las
Indias que reclamaban por los malos tratos de que eran víctimas por parte de los
españoles, a esto se sumó la mala administración a causa de la no adecuada
escogencia del personal para efectuar las labores en los territorios americanos.
De Las Casas aborda como punto de partida en defensa de los nativos americanos
el principio del “Derecho Natural” como ley natural o principios éticos atribuidos a
los hombres en su concepción del mundo que los rodea, basado en la creencia
religiosa de carácter teocéntrico, “Dios creo al Hombre a su imagen y semejanza”
por ende debe dominar el mundo que le rodea, aprovechando todos los recursos y
ventajas que ofrece la naturaleza para satisfacer sus necesidades, dentro de este
postulado se enmarca la posición universal del hombre sobre lo que le rodea,
atribuyendo lo conocido y desconocido del mundo natural a la divinidad, una
posición central en el mundo solo superior por la Magistratura del ser superior, en
este caso Dios hablando a través de las sagradas escrituras ( Génesis cap. 1,
Deuteronomio cap. 4, Salmos 8 y 113). Reforzando el principio De Las Casas
aprueba también algunos antecedentes de la filosofía clásica al citar la Ética de los
filósofos griegos quienes atribuyen en su obra también el predominio del ser
humano sobre el mundo, su espacio natural de desarrollo y que más adelante Santo
Tomas tomaría de referencia para respaldar su tesis de la potestad del hombre
sobre lo natural conocido y desconocido por relación directa con la providencia
divina que le otorga dicha misión.
Dentro de este primer principio, De Las Casas argumenta el abuso y crimen que la
colonización efectúa sobre los nativos americanos, en primera instancia
desconociendo el orden de establecimiento en sus territorios, sus costumbres y
maneras de vivir y en segundo orden el despojamiento de sus posesiones y formas
de compartir y convivir con sus congéneres, obligándoles a renunciar de tajo a todo
lo que en un inicio los nativos creyeron como propio y cuidaron para su subsistencia
y heredad. El despojo que había efectuado España sobre las Indias no reflejaba
según de Las Casas la voluntad divina ni de las gentes que habitaban los territorios
nuevos, partiendo de los derechos antes mencionados se evidencia una
desobediencia muy grabe a la racionalidad gubernamental como a la doctrina
cristiana, por sus principios de igualdad en el momento de la creación divina y por
el habitar y mejorar el entorno de los hombres como en mandato bíblico se le otorga
a las criaturas humanas, esto aplica según Bartolomé a los nativos americanos.
El segundo principio en que se basa De Las Casas para la defensa de los nativos
de las Indias es el de poder gobernarse a sí mismos, teniendo la autoridad de elegir
a su líder por ordenanza espiritual, ya sea por sus creencias religiosas y designios
sagrados, como por decisión colectiva de los integrantes de la comunidad, en este
caso las tribus existentes en las tierras del nuevo mundo. Argumentando desde las
sagradas escrituras “Proverbios. Cap. 21, Donde si no hay gobernador el
pueblo se destruirá” “Eclesiástico. Cap. 19 Dio a cana nación un jefe”, y de
acuerdo a los postulados de la filosofía de los clásicos griegos y de la escritura en
San Agustín, Bartolomé insta al gobierno español al reconocimiento del gobierno
propio y de las creencias que los indios cultivan desde hace ya muchos años, así
como la Corona española y la Iglesia católica reciben su poder, justicia y
gobernabilidad desde la divina providencia, es de gran relevancia reconocer a los
nativos con sus características espirituales y de ordenanza territorial ejercidos
desde sus inicios. La irrupción violenta e impositiva estaría según de Las Casas,
contradiciendo los derechos Natural, de justicia y de gentes, es de altísima
gravedad el dominar a unos pueblos ya organizados según sus creencias, hacerles
esclavos y aniquilar sus espíritus, está es una gran preocupación para Bartolomé,
que va en detrimento de la adecuada evangelización y futura colonización de los
nuevos territorios.
El tercer principio que Fray Bartolomé De Las Casas presenta como argumento en
defensa de los nativos de las Indias es el derecho a la libertad, todo hombre por
naturaleza es libre, anclado este concepto al principio de ley natural donde dio Dios
al hombre su plena libertad, sin excluir a pueblo alguno en la faz de la tierra, esta
disposición se convierte en ley de las gentes cuando se reconocen organizados y
se designan subordinados o acompañados por un líder como se argumentó
anteriormente, es decir, se reconoce una ordenanza colectiva a través de la
designación de un jefe, rey o sacerdote privilegiado que vele por el cumplimiento de
los acuerdos comunitarios; en este sentido el sometimiento de una comunidad a
servidumbre o esclavitud esta por fuera de toda regla natural o divina. Bajo ningún
precepto es posible esclavizar a pueblos que han tenido un reconocimiento y
organización según sus creencias y mandatos de los hombres originales, en este
caso los nativos americanos; quienes ya poseían unas normas y creencias que
regulaban social y espiritualmente sus comunidades. En esta parte de la defensa a
los pueblos nativos, De Las Casas argumenta desde un concepto que retoma de
los principios Agustinianos y que denominan “Jurisdicción de los pueblos” en
donde se plantea el poder que un imperio o civilización ejerce sobre otro pueblo
desconocido; es decir, que tanta es la amplitud del poder de un pueblo sobre otro
con referencia a su dominación y sometimiento, hasta donde se ejerce esa
jurisdicción si se desconoce la ubicación y origen de las gentes donde antes no se
había estado o convivido; es justo un reconocimiento desde los derechos natural,
de gente y justicia antes de un sometimiento, la esclavitud es un mal procedimiento
y es de gran relevancia conocer antes de dominar las organizaciones de los nativos
de las nuevas tierras, así lo deja estipulado el Bartolomé en defensa de las formas
y modos de gobierno encontrados y del dominio y aniquilación que fue ejercida sin
previo conocimiento contra los indios.
El cuarto principio se basa en la adecuada ordenanza y manejo que por parte de los
designados de dirigir a los pueblos o reinos se ejerza sobre sus súbditos, en este
caso De Las Casas argumenta su postulado con referencia al recado divino que
viene desde los principios de designación de los reyes y sacerdotes que han dirigido
con justicia y derecho a los pueblos, esta designación es voluntad de Dios y de los
pueblos o comunidades que los elijan para cuidar y direccionar las políticas con que
se sostendrá el convivir comunitario. Los gobernantes deben velar por una buena
autoridad, las buenas costumbres, la guía espiritual, la corrección de errores que
pongan en peligro la convivencia, generar la paz y estabilidad del núcleo social; la
consecución de estos valores requiere de una capacidad de razonamiento y
espiritualidad destacadas entre el conglomerado social, es decir, los gobernantes
deben poseer gran capacidad de liderazgo y entrega a su comunidad para proteger
y guiar los destinos de sus súbditos por el adecuado camino del bienestar; la
armonía y posibilidad de felicidad del pueblo debe ser la razón de ser del gobernante
según De Las Casas.
En este principio Fray Bartolomé basa su principal argumento para una adecuada
gobernanza de los pueblos de Las Indias, si bien los pueblos americanos no eran
civilizados de acuerdo a la concepción europea, éstos ya poseían un gobierno y
unas creencias espirituales que les daban manejo y convivencia social; de igual
forma se relaciona el poder del imperio español y de la Iglesia en cabeza del Papa,
son poderes ya establecidos en Europa con influencia, derechos y deberes para con
sus sociedades dentro de cada país, pero no para los nativos americanos a razón
del desconocimiento de su existencia hasta esos momentos; es en este
razonamiento donde De Las Casas invita a la adecuada gobernanza por parte de
los españoles con los pueblos nativos de Las Indias, para lograr un mesurado
dominio a través de la palabra sagrada y el cuidado y preservación de las buenas
maneras, es mediante la evangelización y conocimiento de los pueblos nuevos
como se aminorar el impacto que un choque de dos naciones desconocidas puedan
infringir la una sobre las otras, en este caso la más poderosa España en contra de
los nativos americanos.
Finaliza este principio De Las Casas argumentando que el último fin de la conquista
debe ser la evangelización y disposición de todo lo encontrado en las Indias
haciendo un buen y pacifico recaudo para la corona y la Iglesia, evitando la tiranía
y las maneras terroríficas de control de los pueblos nativos, “Cualquier poder
temporal debe subordinarse al espiritual en lo que al fin espiritual se refiera,
y conviene que aquél tome de éste las leyes y normas por medio de las cuales
ordene su régimen de modo que concurra al logro de ese objetivo espiritual y
a sortear cualquier escollo que pueda impedir su consecución.” Es así como
para Fray Bartolomé vale mucho más el poder de convencimiento y conversión a
través de la evangelización y formas espirituales que el sometimiento a causa de la
amenaza y atemorización de los nativos americanos, y por consiguiente la
protección por parte de la Iglesia y la corona española de sus súbditos en los nuevos
dominios en sus nuevos territorios, este es el llamado que hace a considerar parte
de los pueblos descubiertos como integrantes de la Iglesia y el Imperio español y
por consiguiente su adecuada protección.
Todas las naciones son hombres, los indios también lo son y están dotados
de gran excelencia y les corresponde los derechos de las demás personas.
Los derechos que tiene la corona española no son más que los derivados de
la misión evangelizadora, encomendada por el Papa a los reyes.
La evangelización debe llevarse a cabo mediante la persuasión y de una
manera pacífica.
Todos los hombres son libres en principio por derecho natural. La libertad es
inherente a la persona humana.
El hombre es libre en la medida que es dueño de sí mismo, dispone de sí
mismo y de sus cosas según su propia libertad y voluntad.
La esclavitud no es un hecho natural, es accidental, traído de otro lugar,
inventado por los hombres, por lo tanto no hay necesidad de someter a
ningún hombre.
Nadie puede ser sometido a tratos inhumanos, ni ser desposeído de sus
posesiones por razón de creencias religiosas o culturales diferentes.
Toda persona es titular de propiedad privada, si bien en principio los bienes
eran de propiedad común, los hombres adquirieron el derecho sobre ellas
por su ocupación y sobrevivencia al medio.
Los reyes y los señores de la tierra son dueños de acuerdo a la jurisdicción,
protección y defensa de sus dominios pero no en cuanto a la propiedad que
es de los particulares, en este caso a los dueños de las Indias que eran los
nativos.
Todos los hombres son libres de vivir en sociedad y elegir el régimen político
de su predilección con libertad para nombrar a sus gobernantes,
sometiéndose ellos mismos al elegido por su propio consentimiento.
La libertad en el hombre vale más que todas las riquezas, el gobernante que
actúa en contra de la libertad de su pueblo, actúa en contra de la justicia.
Los gobernantes de los territorios emisarios del rey solo pueden gobernar en
consecuencia de la ley, es decir buscando el bienestar y la libertad de los
habitantes de los territorios, no en perjuicio de ellos, y en ganancia de los
otros.
Toda actitud de amenaza o miedo sobre los súbditos quebranta los derechos
de los hombres.
Referencias:
De Las Casas Bartolomé. Principios para Defender La Justicia de los Indios.
2006 en http://www.biblioteca.org.ar/resultados.asp.
Fray Bartolomé De Las Casas. Biografía en:
www.biografiasyvidas.com/biografia/l/las_casas.
Fr. Bartolomé de las Casas y los Derechos Humanos. Antonio Larios. Conferencia.
Congreso "La vulnerabilidad de los emigrantes y los derechos humanos". Sevilla 5 al 7 de
febrero de 2016. En: https://www.youtube.com/watch?v=RPPm_TA-W-M