¿Qué entendemos por hinduismo? Se trata de una tradición religiosa que comienza con la historia
de la India, la que se asocia con la llegada del grupo ario, hacia el año 2000 A. C. Sin embargo,
recientes descubrimientos arqueológicos han establecido que a la llegada de este pueblo, ya
existían en la India grandes ciudades donde se desarrollaba una vida social y artística de alto nivel
cultural.
Los arios procedían de las regiones del noreste del continente asiático y bajaron en oleadas
sucesivas hacia las llanuras de la India, entre los años 2000 y 1500 A. C. A partir de la fusión de los
arios con los pueblos ya existentes, se formó la religión que hoy llamamos hinduismo.
La cultura traída por los arios se conoce también como civilización Védica, pues se funda en los
textos sagrados llamados VEDAS, que significa “conocimiento”. En su viaje hacia la India y durante
las batallas, compusieron himnos de alabanza a sus Dioses por la ayuda que éstos les prestaban.
Los Vedas están compuestos por cuatro libros llamados: el Rig Veda, el Sama Veda, el Yajur Veda y
el Atharva Veda. Estos textos sagrados se pueden comparar con la Biblia, el Nuevo Testamento y el
Corán de las religiones monoteístas de origen semítico.
La arianización de grandes multitudes fue un proceso espiritual en que se reconciliaron los cultos
de los dioses védicos y en que se dio un significado simbólico a los mitos y leyendas de las tribus
aborígenes.
El resultado de la fusión de estas dos culturas fue el florecimiento del hinduismo como religión y
como forma de vida.
La grandeza del Hinduismo es “al mismo tiempo su complejidad y su simplicidad, y el hecho de que
impregna totalmente la vida de cada Hindú desde el momento de su nacimiento, sea un creyente o
1
un no creyente, un intelectual o un iletrado. Es por esta razón que se dice a menudo que el
Hinduismo no es solo una religión sino una forma de vida ”1
El panteón hindú está formado por tres deidades: Brahma, Vishnú y Shiva, que son
representaciones de principios abstractos; cada dios es un aspecto de lo Absoluto o Realidad
Suprema y por lo tanto los tres tienen la misma naturaleza y son uno mismo, aunque con diversas
apariencias y con funciones específicas. Brahma crea mundos y edades (kalpas), Vishnú conserva el
universo y rige las leyes naturales, y Shiva destruye el universo al final de cada kalpa, y el ciclo
vuelve a empezar para repetirse eternamente. Estos dioses forman la trimurti o tríada divina.
Brahma
Representa la realidad absoluta en su aspecto objetivo, como origen y esencia de todo lo que
existe. “En los Upanishads se describe a Brahma como principio cósmico que todo lo penetra, lleno
de buenas cualidades como omnipotencia y omnisciencia. Es al mismo tiempo el Creador y
Mantenedor del universo: todos los seres surgen de El, viven en El y finalmente son reabsorbidos
en El.”2
El aspecto femenino de Brahma está representado por la bella Saravasti, consorte del
creador , y encarna el aprendizaje y la sabiduría. Su origen está en el sonido sagrado OM desde el
cual el universo fue creado.
Vishnú
Su culto ha continuado hasta nuestros días y emerge como el dios creador más importante
de la trimurti y convoca uno de los mayores cultos del hinduismo.
Se le adora en sus innumerables avatares en forma de pez o de pájaro, pero las más
famosas encarnaciones de Vishnu son Krishna y Rama. “Ambos tuvieron primitivamente carácter
de héroes, identificados con reencarnaciones de Vishnu. La historia de Krishna es una de las mas
bellas y conmovedoras epopeyas indias, que al lado de episodios heroicos y sobrenaturales,
intercala otros de dulce sentido amatorio, pues Krishna es considerado también dios del amor .”3
Shiva
1
Shakunthala Jagannathan, Hinduism , an Introduction , p.1
2
Inés Lazo, Filosofía de India, curso de diez lecciones dictado en la Universidad de Chile
3
Carlos Cid, Historia De Las Religiones, Biblioteca Hispana p.127
2
La imagen más conocida de Shiva lo muestra danzando en el centro de un círculo de llamas
aplastando a los demonios. Es el señor de la danza. Simboliza la destrucción permanente del
mundo, pero al mismo tiempo la liberación. El dios por medio de su danza, aplasta a los demonios
de la ilusión que nos hacen apegarnos a la vida. Shiva es además, el dios ambiguo del tiempo. El
tiempo de la generación, el tiempo que conduce a la muerte, pero también, a través de ella, a la
liberación.
Karma literalmente significa “acción”; pero como doctrina es la ley moral de causa y efecto.
Cada pensamiento y acción produce un movimiento invisible que esculpe nuestro propio
destino. La idea del karma, y el universo moral que implica desde este punto de vista, somete
al hinduista a una responsabilidad completamente personal. Cada individuo es por entero
responsable de su condición presente y tendrá también el futuro que se está labrando. Esta
misma idea se expresa en Occidente a través de metáforas como las siguientes: “Siembra
vientos y recogerás tempestades”, o “cultiva un pensamiento y cosecharás una acción, cultiva
una acción y cultivarás un hábito.”
El Samsara o rueda de la vida, es el proceso por el cual un alma individual pasa por una
secuencia de cuerpos. Esto se llama reencarnación o transmigración del alma. En sánscrito esta
palabra significa un ilimitado paso a través de ciclos de vida, muerte y resurrección.
3
Moksha es la liberación del alma y su reintegración con lo Absoluto o Brahman.
Los métodos concretos del hinduismo para desarrollar el potencial humano se encuentran bajo el
nombre de yoga. La palabra yoga (yugo) tiene una doble connotación: unir y someter a un
adiestramiento disciplinado. Ambas connotaciones están presentes en el sánscrito. Por lo tanto,
por definición general, yoga es un método de adiestramiento diseñado para llegar a una
integración o unión.
La base de estas prácticas es el llamado hatha yoga, que permite la precisión y el control de cada
una de las funciones corporales. Los ejercicios de yoga son diseñados para unir el espíritu humano
con la naturaleza divina. De esta manera, el control del cuerpo para los hindúes es un instrumento
que facilita su objetivo final que es el encuentro con la naturaleza divina del ser.
Los caminos espirituales que los hindúes han abierto hacia este objetivo son cuatro, y
corresponden a las distintas vocaciones y aptitudes de los diferentes seres humanos.
Según el hinduismo los tipos básicos de personalidad espiritual son cuatro. (Carl Jung construyó su
tipología sobre el modelo indio, aunque modificándolo en ciertos aspectos) Algunas personas son
reflexivas de por sí, otras son básicamente emocionales, otras activas, y por último, otras se
sienten inclinadas hacia la experiencia interna. Para cada una de estas personalidades el yoga
prescribe ejercicios diferentes que potencien las características de cada una. Los tipos no están
estrictamente encasillados, puesto que todo ser humano posee en alguna medida todos los
aspectos en su personalidad.
Los cuatro caminos se inician con preámbulos morales. El primer paso de todos los ejercicios de
yoga implica cultivar hábitos como los de no herir, decir la verdad, no robar, controlarse a sí mismo,
mantenerse limpio, sentirse contento, tener disciplina y un propósito vehemente de alcanzar el
objetivo.
El Jñana yoga está destinado a aquellas personas que tienen una fuerte inclinación a la reflexión, y
es el camino de la unificación con Brahma a través del conocimiento. Este conocimiento no tiene
por objeto la acumulación de información o la erudición, sino agudizar el discernimiento a través
del contacto con textos espirituales y sagrados.
4
Cultivar esta práctica conlleva tres etapas, la primera de las cuales es el aprendizaje. En ella se trata
de escuchar a los sabios, las escrituras, textos tales como la Suma Teológica de Santo Tomás de
Aquino o el Bhagavad Gîta, por ejemplo.
La segunda etapa consiste en cultivar una reflexión prolongada e intensa a partir del aprendizaje
obtenido en la primera etapa.
Si el yogi es capaz y diligente, con el tiempo estas reflexiones le provocarán un vivo sentido del Ser
infinito que se esconde bajo el ser finito, transitorio. Es entonces cuando está preparado para
emprender la tercera etapa del camino del conocimiento, que consiste en desplazar la
identificación de sí mismo hacia la unificación con el Ser Absoluto (Brahma).
Se dice que el yoga del conocimiento es el camino más corto para lograr este objetivo, pero
también el más difícil. Como requiere de una rara combinación de racionalidad y espiritualidad,
está reservado a unos pocos elegidos.
Es necesario tener siempre presente que el Dios personal adorado por el Bhakta, no es separado ni
diferente de Brahman. “Todo es Brahman, el Uno-sin-Segundo; pero Brahman como Unidad o
Absoluto, es demasiado abstracto para ser amado y adorado; por ello el Bhakta elige el aspecto
relativo de Brahman que es Ishvara, el Todopoderoso.
El fin del bhakti yoga radica no en identificarse con Dios, sino en adorarlo con todo los elementos
del ser; amar sólo a Dios (y a otras cosas en función de Dios), y amarlo por ninguna otra razón que
por el amor a Dios en sí (ni siquiera por el deseo de liberación o para ser, a nuestra vez amados por
Él). Además, cuanto más se fortalezca nuestro amor a Dios, menos dominio sobre nosotros tendrá
el mundo.
Al cantar alabanzas a Ishvara, al meditar, al considerar todo el universo como su obra, desplazamos
nuestro afecto hacia esa energía universal, que llamamos Brahma. Dice el dios Krishna en el
Bhagavad Gita: “a aquellos que meditan sobre Mí con exclusión de todo lo demás, los elevaré de la
muerte”.
La práctica del Bhakti yoga se ve muy bien reflejada en la siguiente invocación usada por los
brahmanes del pueblo:
5
tú no tienes forma, pero yo te reverencio en estas formas;
tú no necesitas alabanzas, pero yo te ofrezco estas oraciones y salutaciones
Dios, perdona tres fallas nacidas de mis limitaciones humanas.” 5
El tercer camino hacia Moksha está destinado a las personas activas. Se trata del karma yoga o
camino a través de la acción. Al elegir el camino de la acción, el karma yogi ha demostrado ya su
inclinación hacia el hacer, más que hacia el reflexionar o hacia las prácticas devocionales.
La acción puede ser el medio para la trascendencia propia porque, según la doctrina hinduista,
toda acción realizada en el mundo exterior repercute en quien la realiza. Si talo un árbol que me
tapa la vista, cada hachazo perturba al árbol, pero también deja una marca en mí, ahondando en
mi ser la determinación de imponer mi voluntad en el mundo. Por lo tanto, todo lo que hago para
mi bienestar individual añade otra capa a mi ego, que al engrosarse, me aísla más de la esencia de
Brahma. En contraposición, todo acto realizado sin pensar en mí mismo debilita mi egocentrismo
hasta que, al final, ninguna barrera me separará de Él.
Una vez que se ha renunciado a todos los resultados respecto de la acción, incluido el éxito, los
actos del karma yogi no alimentan más al ego.
Dice el Bahagavad Gîta: “Solamente la acción es tu obligación, jamás los frutos de ella; que el fruto
de la acción no sea tu objetivo, pero no debes evitar la acción misma.
No debe haber propósito egoísta tras nuestras acciones. Pero el desapego por los
frutos de la acción no significa ignorarlos o desatenderlos o repudiarlos. Estar
desapegado no significa abandonar la acción porque el resultado esperado puede
no ocurrir. Al contrario, es una prueba de la fe inamovible en la seguridad de que el
resultado proyectado vendrá a su debido tiempo.”6
Las diferentes prácticas de yoga tienen en común el someter al ego a una dieta de adelgazamiento
radical, con el objeto de que muera de hambre al privársele de las consecuencias de sus actos que
constituyen su alimento.
Sin embargo, hecho el trabajo o realizada la acción, se desentenderán de él y dejarán que las cosas
sigan su propio curso:
6
4.- El raja yoga : camino hacia la Liberación a través de ejercicios psicofísicos.
Esta práctica está destinada a aquellas personas que buscan la experiencia interna a partir del
desarrollo de la conciencia. A continuación señalaremos los ocho pasos necesarios para llevar a
cabo la experiencia.
1 y 2. Los dos primeros se refieren a los prólogos morales con que se inician los cuatro
yogas. Primero: las cinco abstenciones: la injuria, la mentira, el robo, la sensualidad y la codicia.
Segundo: la observancia de las cinco prácticas: la limpieza, la complacencia, el autocontrol, el
estudio y la contemplación de lo divino.
3. El raja yoga utiliza el cuerpo, aunque en última instancia su objetivo es la mente, es
decir, funciona a través del cuerpo para llegar a la mente. Lo que se intenta alcanzar es un estado
corporal intermedio entre la incomodidad que irrita y perturba, y, en el otro extremo, la relajación
completa que lleva a la somnolencia. Para lograr este objetivo se utiliza la práctica del hatha yoga.
4. Las posturas del yoga protegen al meditador de las interferencias estáticas del cuerpo,
pero quedan otras actividades corporales como la respiración, -pranayama- la cual también debe
ser entrenada para no interferir con la meditación. “La luz de una vela- dice el Bhagavad Gita- no se
estremece en un lugar sin brisa”.
5. Calmo, sentado, con el cuerpo tranquilo y la respiración regular, el yogi está absorto en
la contemplación.
El Bhagavad Gita repite el refrán:
Sólo el yogi
Cuya dicha es interior
Como es interior su paz
E interior también su visión,
llegará a Brahman
y conocerá el nirvana
Es sobre el trasfondo de este postulado de tres milenios que Mahatma Gandhi propuso a nuestro
extravertido siglo: “Volved la luz hacia dentro “. Con esta practica, el mundo exterior se convierte
en algo controlable mediante la concentración que implica la exclusión de sus estímulos.
6.- La concentración. Por fin el yogi está solo con su mente. Los cinco pasos citados
apuntan a este objetivo. Una a una, las interferencias producidas por anhelos, una conciencia
intranquila, el cuerpo, la respiración y los sentidos, han desaparecido. Pero queda el peor enemigo
de la mente, que es la mente en sí.¿Cuánto tiempo puede una mente media pensar en una sola
cosa sin desviarse primero a pensar en el pensar acerca de esa cosa y, a partir de allí, sumirse en
una insensata cadena de pensamientos? Los psicólogos dicen que alrededor de tres segundos y
medio. El objetivo del raja yoga es enseñar a la mente a fijarse en forma inamovible en el objeto
que se le señale.
7.- Los dos últimos pasos están destinados a profundizar la concentración de manera
progresiva. En el paso precedente, la mente alcanzaba un punto en el que fluía firmemente hacia
su objeto, pero no perdía la conciencia de sí misma. En este paso la concentración se profundiza
hasta el punto de la meditación. En ese momento, la dualidad del conocedor y lo conocido se
7
resuelve en perfecta unidad. Es el instante en que aniquilamos al tiempo y la duración del tiempo;
la eternidad misma, está en nosotros.
8. Queda el estado final y culminante para el cual debe recordarse el término sánscrito
samadhi, que da nombre al estado en el cual la mente humana está absorta por completo en
Brahma.
Después de haber analizado los cuatro yogas y la forma en que funcionan, destacamos
nuevamente lo que el hinduismo reconoce. Ningún individuo es solamente reflexivo, o emotivo, o
activo o experiencial, y las diferentes situaciones de la vida requieren que entren en juego distintos
recursos, por lo tanto el hinduismo alienta a probar los cuatro caminos ya expuestos y a
combinarlos como mas convenga a las necesidades de cada persona.
Leemos en la Bhagavad Gita que algunos “llegan al atman (conciencia plena) mediante la
contemplación. Algunos alcanzan el atman por el camino filosófico. Otros lo hacen practicando el
yoga de la buena acción. Y otros adoran a Brahman como les han enseñado sus maestros. Si todos
practican con fidelidad lo que han aprendido, sobrepasarán el poder de la muerte.”
En suma, la India ha hecho posible que el devoto conciba a Brahman de forma personal o
transpersonal, según el significado que tenga para el individuo en cuestión., o sea de acuerdo a su
evolución personal, sin imponer dogmas obligatorios que deban seguirse.
Finalmente, el mundo para los hindúes visto en perspectiva, es benigno. “No tiene ningún infierno
permanente ni amenaza con condenas eternas. Puede ser amado sin temor. Todo él puede ser
amado, sus vientos, sus cielos siempre cambiantes, sus llanos y bosques, hasta el esplendor
venenoso de la orquídea lasciva, a condición de que no se le estropee eternamente, porque todo
es maya, lila, la fascinante danza del mago cósmico, tras la cual se halla el bien ilimitado que todos
alcanzaremos al final. No es accidental que la única forma artística que la India no ha cultivado sea
la tragedia”7
Desde el comienzo, los Vedas anunciaban el concepto clásico del hinduismo de que las diferentes
religiones no eran otra cosa que diferentes lenguajes a través de los cuales Dios habla al corazón
humano. “La verdad es una. Los sabios la llaman de distintas maneras.”
El Budismo
A diferencia del hinduismo, que no reconoce fundador, el Budismo se inicia con un hombre. En sus
últimos años, cuando la India estaba encendida con su mensaje y hasta los reyes se postraban ante
él, la gente se le aproximaba y le preguntaba: “¿Qué eres?” Buda respondía: “Yo soy el que está
despierto”.
El Buda enseñó que cada uno de nosotros tiene ese mismo destino, y puede lograrlo si hace el
esfuerzo. El propósito de su enseñanza es guiarnos en el camino hacia la iluminación, y por tanto
7
Huston Smith, Op. Cit., p. 86
8
debe aplicarse en la vida diaria en vez de tenerse por una teoría. “Si usted ve un poste indicador en
la carretera y lo sigue, llegará a su meta; si se sienta al lado y lo mira, no llegará a ninguna parte ”.8
Buda no se propuso fundar una religión ni convertir a la gente a un sistema de creencias o dogmas.
Su misión era mostrar el camino para liberarse del dolor y el sufrimiento. El énfasis de la
enseñanza está en abstenerse de cualquier comportamiento dañino o destructivo y empeñarse en
todo tipo posible de conducta bondadosa, amorosa y compasiva.
Buda es considerado un maestro respetado hasta nuestros días, porque llevó a la perfección las
cualidades humanas de la pureza, la sabiduría y la compasión; pero no fue un redentor ni se le
adora como un dios. Sus estatuas y representaciones no son más que símbolos que nos recuerdan
que nuestra verdadera naturaleza es la misma que la del Buda: una naturaleza iluminada.
El mundo de Buda
El Buda histórico, Shakyamuni, el sabio de los sabios, vivió y enseñó en el norte de la India hace
aproximadamente dos mil quinientos años. Nacido como el príncipe Siddhartha Gautama,
abandonó todas sus posiciones mundanas para iniciarse en la práctica del más radical ascetismo,
pero al darse cuenta de su ineficacia, optó por la Senda del Medio.
Hal hablar de la Senda del Medio, se refiere al camino intermedio entre los extremos del
ascetismo, por un lado, y de la autocomplacencia o la autoindulgencia fácil, por el otro. Es el
concepto de la vida racionada, en la cual al cuerpo se le da lo que necesita para funcionar en
condiciones óptimas, pero nada más.
Transcurrió casi medio siglo, durante el cual Buda recorrió los caminos de la India hasta que su
cabello se volvió blanco, su paso y su cuerpo vacilantes, predicando su mensaje. Fundó una orden
de monjes, y cuestionó el estancamiento de la sociedad de los brahmanes.
Cada año se dividía para él de la misma manera: nueve meses en el mundo y tres meses de la
temporada de lluvias, en retiro con sus monjes. Su ciclo diario también se ajustaba a este modelo.
8
Rob Nairn , ¿Qué es la meditación? Breve introducción al budismo p.6
9
Dedicaba largas horas al público, pero tres veces al día se retiraba para concentrar su atención,
(mediante la meditación) en su fuente sagrada.
El príncipe Siddharta murió, pero la iluminación que hizo de él un Buda dio perduración a sus
enseñanzas. Las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Sendero tienen significado y utilidad para el
hombre moderno como lo tuvieron hace 2.500 años.
La esencia de la enseñanza del Buda radica en las Cuatro Nobles Verdades, las cuales expuso
en su primer sermón en Sarnath. Ellas son:
1. La universalidad de la experiencia del sufrimiento
2. La causa del sufrimiento
3. La cesación del sufrimiento
4. El camino que lleva al término del sufrimiento 10
La Primera Noble Verdad: la experiencia del sufrimiento
El Buda enseñó que la vida en este mundo (samsara) es esencialmente sufrimiento porque no nos
ofrece lo que más deseamos: permanencia y felicidad, armonía y comodidad.
Aunque en la vida diaria a veces podemos experimentar estos estados, mientras estemos en el
mundo no podremos eliminar el sufrimiento porque nuestra conciencia está enceguecida por el
deseo y las perspectivas mundanas que nos impiden ver que todo lo que existe en el mundo es
transitorio y llegará a su fin tarde o temprano.
Si reflexionamos en estos aspectos de mayor envergadura, pronto nos damos cuenta de que
nuestra existencia es muy limitada, por cuanto tendemos a repetir los mismos patrones y ciclos. No
aprendemos de la vida y por tanto cometemos los mismos errores insistentemente, buscando la
felicidad en los mismos sitios improbables de siempre y sintiéndonos desilusionados una y otra
vez.
¿Quién o qué es lo que sufre? Sufre esa idea de “yo”, basada en el egocentrismo. El egocentrismo
tiene como resultado el deseo y el apego –“yo quiero”. Y ese “yo quiero” es infinito. Apenas
logramos lo que deseábamos, comenzamos a querer una cosa nueva.
La causa u origen del sufrimiento es el ansia o el deseo. Esta energía del deseo es la que pone en
movimiento ese “ciclo del devenir” en el cual lo seres se ven atrapados.
9
Huston Smith, , Op. Cit. P.98
10
Rob Nairn, , Op. Cit., p.19
10
Vivimos en un estado de ignorancia fundamental con respecto a la verdadera naturaleza de lo que
somos y de lo que es el mundo. Por esta razón, actuamos por ignorancia y porque estamos
confundidos vivimos para satisfacer intereses egocéntricos.
Existen seis estados básicos de prisión en que habita el ego, llamados los Seis Reinos.
Los seis reinos son actitudes emocionales reforzadas por explicaciones intelectuales. Como seres
humanos podemos en un día experimentar las emociones de todos los reinos. Sin embargo, la
psicología de una persona está en general firmemente arraigada en uno de ellos.
11
impide la apertura.
Las situaciones descritas en los seis reinos sólo terminan cuando, mediante el desarrollo de la
sabiduría y de la compasión, comenzamos a reconocer los patrones del aferramiento que tienen al
ego por centro. Entonces los vemos como dañinos y sistemáticamente los vamos soltando. El
término del sufrimiento reside en el estado-sin-ego. Ello consiste en abandonar todos los puntos
de referencia, todos los conceptos acerca de cómo las cosas son o cómo deben ser. Así, los
movimientos tienen lugar en un enorme espacio. Todo lo que sucede, placer y dolor, nacimiento y
muerte, y todo lo demás, se vive en forma completa, independientemente de que su sabor sea
dulce o amargo, sin recubrimientos filosóficos o actitudes emocionales que quisieran hacer las
cosas más amables o presentables.
En la meditación visualizamos los problemas, las alegrías, los sufrimientos, las emociones. Hay
tantos sentimientos contradictorios, tantas voces que luchan por el control de nuestra vida interior,
que nos dispersamos por todas partes y en todas dimensiones y nadie se queda en casa.
El camino es la Senda del Medio. Es el camino del equilibrio, del buen sentido, de la vía sin
extremos.
El Óctuple Sendero
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La Senda del Medio tiene ocho componentes y por eso se le conoce como El Óctuple Sendero.
Estas ocho reglas condensan toda la moral del Budismo y deben ser practicadas por los monjes y
por los seglares:
La práctica de los ocho estados perfecciona los tres elementos esenciales del entrenamiento y la
disciplina budistas:
La conducta ética se fundamenta en la vasta concepción del amor universal y la compasión por
todos los seres vivos sobre la cual se basa el budismo. Según el budismo, para ser perfectos
debemos desarrollar dos cualidades en igual medida: compasión y sabiduría.
Las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Sendero constituyen la esencia de las enseñanzas del
Buda.
Al Buda generalmente se le llama el Compasivo, porque su vida fue una manifestación total de
compasión y el énfasis de sus enseñanzas está puesto en ello. Esta actitud tiene su máximo
desarrollo en el ideal del bodhisattva, - el compromiso de recorrer el camino hacia la iluminación,
con todo el esfuerzo y las dificultades que ello implica, para ayudar a liberar a los demás.
Muchos practicantes serios hacen el voto del bodhisattva, es decir, una promesa de trabajar
incansablemente en esta vida y en todas las vidas futuras para alcanzar la iluminación en beneficio
de los demás, y una vez alcanzada la iluminación, seguir en el mundo del samsara (el universo en el
cual todos estamos atrapados en la rueda de la existencia cíclica) entre todos los que sufren y
ayudarles hasta que ellos también hayan obtenido la liberación. Según Rob Nairn, esta actitud
refleja el compromiso total que el Buda y sus seguidores tienen con el “bien-estar” de todos los
seres sensibles, no sólo el de los humanos. Y también expresa la perspectiva mas amplia del
budismo, en el sentido de que no somos seres separados sino parte de una unidad mayor que
finalmente trasciende toda dualidad. La labor del bodhissatva es manifestar esta verdad.
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BIBLIOGRAFÍA
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