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UNIDAD EDUCATIVA “DANIEL LEON BORJA” PARROQUIA

PUNGALA

PUNGALA-RIOBAMBA-CHJMBORAZO

LA NAVIDAD
Dios envió a este mundo al ángel Gabriel.

Y lo envió a Nazaret, a donde una virgen llamaba María, que estaba comprometida
para casarse con José, un varón de la familia del rey David. Gabriel llego a donde
estaba María y le dijo: ¡Alégrate María! Dios está contigo. El te ha elegido. María
quedo desconcentrada y pensaba que significarían aquellas palabras. Pero Gabriel le
dijo: no temas María, porque has hallado gracia ante Dios. Dios te quiere. Vas a tener
un niño. Darás a luz un hijo. Le pondrás por nombre Jesús. El será grande y será
llamado Hijo del Altísimo.

María pregunto ¿Cómo sucederá eso, pues no conozco varón? Gabriel le respondió: el
espíritu santo, el poder del altísimo, descenderá sobre ti. Para Dios no hay nada
imposible. María dijo entonces: yo soy la esclava del señor. Cúmplase en mi lo que
Dios desea.

José un hombre justo. Se dio cuenta de que María, su prometida, aguardaba un hijo.
Como la amaba mucho y no quería hacerle daño, pensaba abandonarla en secreto,
sin llamarla atención de nadie. Pero, durante la noche, vio a un mensajero de Dios, a
un ángel que le dijo: José, hijo de David, no tengas temor. Lleva a María a tu casa. El
niño que ella espera, viene del Espíritu de Dios. Ella tendrá un hijo, y le pondrás por
nombre de Jesús. Pues el reconciliará con Dios al pueblo. Así se cumplió lo que había
dicho el profeta Isaías: Mira: la virgen concebirá. Dara a luz un hijo. Le pondrá por
nombre Emmanuel, que significa: Dios está con nosotros.

En aquellos tiempos reinaba en roma el emperador Augusto y dio el siguiente edicto o


orden todas las personas que viven en mi imperio deben inscribirse en las listas del
censo. Cada uno, en el lugar de donde es oriunda su familia. Por eso, José con María
marcharon de Nazaret a Belén, que era la ciudad natal de La familia de David. Allí
María dio a luz a su hijo primogénito. Lo arropo en pañales y lo acostó en un pesebre,
porque no habían encontrado sitio en la posada.

Cerca de Belén había unos pastores con sus rebaños. Vino a ellos el mensajero de
Dios. El resplandor de su luz los envolvió de claridad. Los pastores estaban muy
asustados. Pero el ángel les dijo: no teman.

Les anuncio a ustedes y a todo el pueblo una gran alegría: hoy, en la ciudad de David,
ha nacido el Salvador; él es el Señor. Le reconocerán: un niño arropado en pañales,
acostado en un pesebre.

De repente aparecieron muchos ángeles en aquel campo. Alababan a Dios y


exclamaban: en el cielo se cantan a Dios canticos de alegría, y en la tierra los hombres
tienen paz, porque Dios los ama. Entonces desaparecieron los ángeles y se quedaron
solos los pastores. Se decían unos a otros: vamos a Belén y veamos lo que ha
sucedido allí. Se dieron prisa y encontraron a María, a José y al niño acostado en un
pesebre. Lo miraron bien todo, y fueron contando lo que Dios les había dicho sobre
aquel niño. Todos los que los oían, se quedaban asombrados. María conservaba todas
estas cosas y las meditaba en su corazón.

Los pastores volvieron con sus rebaños. Cantaban canticos de alabanza y daban
gracias a Dios por todo lo que había visto y oído. Cuando el niño tenía ya ocho días, le
pusieron el nombre que Ángel Gabriel había dicho: Jesús, que quiere decir: Dios salva.

En el tiempo que nació Jesús, Herodes gobernaba como rey en Jerusalén. Por
entonces llegaron a Jerusalén unos sabios que venían del oriente. Preguntaron:
¿Dónde está el rey de los judíos, que acaba de nacer? Vimos como aparecía en el
cielo su estrella. Y hemos venido a postrarnos ante él.

El rey Herodes, al oír esto, se estremeció. Con él se estremecieron todos los que
vivían en Jerusalén. Herodes mando llamar a los sacerdotes y a los doctores que
conocían a fondo las Sagradas Escrituras. Les pregunto. ¿Dónde ha de nacer el
mesías, el salvador? Le respondieron: ha de nacer en Belén. Así lo dice el profeta
Miqueas: Tú, Belén, en tierra de Judá, eres ciudad importante, ciudad de príncipes;
porque en ti ha de nacer el que dirija y gobierne al pueblo de Israel.

Herodes oriento a aquellos varones sabios para que se dirigieran a Belén: vayan,
busquen al niño.

Cuando lo hayan encontrado, vengan a decírmelo para que yo vaya también y me


postre ante él. Cuando los sabios se pusieron en camino, apareció ante ellos la
estrella que habían visto en oriente. La estrella se detuvo sobre la casa en donde
estaba Jesús. Aquellos hombres se alegraron de todo corazón. Entraron en la casa,
hallaron a María y al niño, se inclinaron profundamente ante él y lo adoraron. Después
le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Pero, durante la noche, Dios les ordeno
que no regresaran al palacio de Herodes. Por eso escogieron otro canino para volver a
su patria.

En la navidad celebramos la noche buena.

Esta noche es la más hermosa de todo el año, es la noche alegre y feliz porque
recordamos el nacimiento del niño Jesús.

Deseo a todos, público presente que en esta navidad reine la paz y la felicidad en sus
hogares

Gracias

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