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Ensayo Final
TESIS III Y IV 2
Resumen
El presente texto tiene como finalidad presentar con argumentos tomasinos una discusión con
respecto a la posible relación que pueda existir entre el conocimiento junto con los conceptos
de esencia y existencia. Dicho documento es elaborado como síntesis final dentro del
conocimiento sabiduría – desde el punto de vista de los filósofos clásicos relacionado con el
conocimiento teórico y práctico –, ha sido un aspecto de constante análisis por todos los
filósofos desde el inicio de ésta disciplina tan importante del saber debido a sus articulación
enunciaba que “conviene que los hombres filósofos sean sabedores de muchas cosas” (Mora,
1964)
conocimiento, aquel que es tan inmensurable como el mismo universo y tan actual como el
segundo que acaba de pasar. Es un tema de discusión bastante amplio y que abarca diversos
elementos de estudio.
dominante.” (Manser, 1947) Incluso se puede afirmar que “el intelectualismo es tan
Santo Tomás ofrece una teoría sobre la manera en que el ser (ente) comprende y
adquiere el saber. Acá sale a colación lo mencionado por dicho autor donde anuncia que “es
manifiesto que esencia es aquello que se entiende por la definición de una computadora” (De
elemento del ser de la misma cualidad o similar, sea el que permita adquirir los aprendizajes,
doctor de la Iglesia ofrece luces al respecto afirmando que “el alma recoge las imágenes de
los cuerpos y se adueña de las imágenes formadas en sí misma de sí misma, ya que para
configurarlas les transmite algo de su propia sustancia”, con lo que hay cabida al tema de la
esencia con relación al alma. Reconociendo que la esencia es definida como aquello que hace
referencia a lo que es una cosa, además está compuesta por materia y forma.
manera estrecha con la felicidad, de hecho afirma en su obra referente al fin último del
manera textual que “la esencia de la felicidad consiste en actividad intelectual, pero a la
Ahora bien, teniendo claros estos conceptos, es posible articularlos con base en la
Teoría del Conocimiento propuesta por el Buey Mudo, donde en primera instancia se
exponen los niveles cognoscitivos propuestos por éste: “de lo empírico y de lo intelectual…
El nivel empírico es una percepción directa de lo singular, pero, dada su conexión con el otro
lo universal)”. (Beuchot, La teoría del conocimiento en Santo Tomás de Aquino, pág. 12)
teniendo en cuenta que esta, está relacionada estrechamente con el intelecto, “por lo cual se
abstracción. Este tipo de acción que se da en el intelecto es la propia del intelecto posible, y
acuerdo al “sujeto cognoscente”, de las cuales la primera consiste en: “según la primera
operación de la mente, se trata de una abstracción lógica, porque la primera operación está
dirigida a la esencia de la cosa, aprehendiéndola sin aprehender otra cosa, sin tomar en cuenta
si son idénticas o no; y así obtenemos un concepto universal que prescinde de los singulares”.
Y junto con ella, la que le subsigue es: “Con arreglo a la segunda operación de la mente, se
trata de una abstracción real, porque la segunda operación está dirigida a la existencia de la
cosa, aprehendiendo que una cosa no es tal otra; y así obtenemos un juicio negativo que no
puede ser verdadero más que si lo que dice se realiza en la naturaleza de las cosas, pues el
juicio se refiere a la existencia real de las cosas.” (Beuchot, La teoría del conocimiento en
Santo Doctor que “ la felicidad del hombre no consiste en los bienes corporales, que son los
únicos que se alcanzan por la actividad del sentido. Sin embargo, las actividades de los
consiguiente. De manera preparatoria, la felicidad imperfecta que puede lograrse en esta vida,
consecuencia… porque <<la misma felicidad del alma se proyectará en el cuerpo y en los
sentidos corporales para que sean perfeccionados en sus actividades>>, según testifica
Por otra parte, “la felicidad consiste en el conocimiento de la realidad infinita. Luego
sensación, se hace necesario establecer la relación inmanente entre ambos ámbitos, pues
conceptual.
El hombre se encarga de encontrar a Dios en todo cuanto conoce, pues de hecho es él,
el Motor Inmóvil que se trataba en algunas tesis ulteriores, el que ilumina el alma para que,
junto con lo que pueda percibir el cuerpo, se logre generar un concepto más condensado
Dios, en sí mismo, es la felicidad plena, el fin último del hombre y hacia donde se
Para esto, el ser humano se vale de distintos medios que le permiten manifestar su
Ya se hablaba en cierto modo en la Suma Teológica, por parte del santo de Aquino que
la “creación está mezclada con las obras de naturaleza y voluntad” (Aquino, Suma Teológica
II, 2001, pág. 457). De ahí que se pueda decir que “en cualquier operación de la naturaleza y
del arte, se produce alguna forma”, la cual empieza a existir en acto al hacerse los
compuestos, no porque ellas mismas sean hechas de forma directa, sino de forma accidental
sólo”.
Dado que Dios es el la felicidad plena, es el infinito en sí, el acto puro, el alma, que es
lo más cercano a la infinidad divina, tendrá de igual modo una labor crucial al momento de
Dentro del contexto de las tesis tomistas que se han venido analizando, se puede
establecer que los sentidos captan o conocen los accidentes, pero se puede caer en el error de
pensar que “hay muchos géneros de accidentes. Por lo tanto, como quiera que las potencias se
distinguen de los objetos, parece que los sentidos se multiplican según el número de los
TESIS III Y IV 7
Al respecto, el Buey Mudo aclara que esta opinión no “es admisible. Pues las
potencias no existen en razón de los órganos, sino que los órganos existen para las potencias.
Por eso, no hay diversas potencias porque haya distintos órganos, sino que la naturaliza
la actividad de las potencias. Y conocer las naturalezas de las cualidades sensibles no es algo
propio del sentido, sino del entendimiento” (Aquino, Suma Teológica I-I, 2001, pág. 715).
Se conoce entonces el sentido como una “potencia pasiva sometida por la naturaleza a
la alteración proveniente de los objetos sensibles exteriores” (Aquino, Suma Teológica I-I,
2001, pág. 716); y este a su vez, posee dos tipos de alteraciones, la física que “se da cuando la
forma de lo que es causa de la alteración es recibida en el objeto alterado según su propio ser
natural” (Aquino, Suma Teológica I-I, 2001, pág. 716); y la alteración espiritual, que “se da
cuando la forma de lo que provoca la alteración es recibida en el objeto alterado según su ser
espiritual” (Aquino, Suma Teológica I-I, 2001, pág. 716). Se debe tener claro, tal como
explica el Doctor Angélico en su Suma Teológica que “para la operación del sentido se
requiere una alteración espiritual por la que se establezca en el órgano del sentido una
representación intencional de la forma sensible. De no ser así, si sólo la alteración física fuera
necesaria para sentir, todos los cuerpos físicos, al ser alterados, sentirían” (Aquino, Suma
Ahora bien, teniendo plena conciencia del robusto proceso que implica el acto de
mismo Dios el que tiende a la unidad, se podría decir que a través del iluminismo, que