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rede verse sorprendido por un es is estridente que los demas, efecto de fantasma sea sombrax speramos, haciendo fe uno consideraria un comporta les algunas cle las mas prestigiosas nto al cuento de fantasmas. Dic jemplos de easi todo lo mencion: remecedores, casas embrujadas. + disfritenlos. Pero no digan que rida ver moverse ese tro iar en medio de la sleds ‘un roce glacial en un dia de calor edles aqui. :0 noi ando cualquier tipo de pre; | misterio sigue en pie Noche tras noch: , afio tras aio. Kathryn Ptacek le pequefia, dormida, vencida 2 pero, Poco a Poco, VOY perc s. = siego, como el “ pesar de haberlo visto con mis pro- 5s tiltimos dos afios, me levanto una c orio que ha sido el mio en o hay en el vestibulo aunque la casa oscars sande la tenuc luz de la limpara de noche mcd cuarmede std enfrente de mi da sobre las manos y las rodillas, gateando por la alfombra andibula inferior cubierta de una pelusilla cano- 3 emi si estuviese pero yo no oigo nada. Sus fias, que le han cre s de lo que un hombre suele permitir, pez wat 1s nudos de la alfombra, Mi padre se arras hizo la diltima ver y la otra y la otra Cox Se habfa quedado dormi- jo en el canapé lees jc habfa ido desde su dor mitorio, ya que en és conseguia conciliar el suefio. Y también asegurd que so levantarse de bajo para volver as 5 no pudo hacer Tos y que por eso se arrastré. Pudo h pero, aunque yo estaba en la habitacién contigua, n a ayudadoa ponerse en pie. Ademds, en todo aquel tiempo que le estuve cuidan. no tenia el suefio mu > Habria ido a ayudarle Pero no me llam6, Y por eso le descubri. Me arrodillé, mordiéx cnidado a levantarse poco a poco. Agarrandose a mi, fue arrastran sme los labios, y le ayudé con mucho u do los pies hata su cuato, donde le acomodé en aquella cama de hospital que tanto odiaba, Le quit la zapatila, que tenfan elt thn gastado, ylasmeifbajo lacama, Ez preguuiési queria un poco de agua: me djoque no, yor cordé ai ando de nifia él venia todas las noches a traerme un vaso de agua antes de dormirme En la sequedad del aire nocturno, la habitacion se impregna st wrido. Ast hucle el cincer que le in- hasta bitamente de un suave olor a p vadis el intestino y que ha ido comiéndole célula tras célu aleanzar cl higado. Aunque por alguna raz6n no habfa conseguido matarle en tres aftos Y dl sigue ahi, de un modo w otra Le pregunto si necesita algo. Me dice que no, naturalmente. Dice que no desea molestarme. No ¢s molestia, papi, le digo, si ya estoy levantada...No, dice él, vuelve a la cama, caro, me encuentro bien, muy bien, No: Vuelvo a mi cuarto y me acuesto en esa estrecha cama, Me cuel {gan un poquito los pies por el extremo. A oscuras, c anudadas detras del cucllo, clavo la vista en el ted Y al cabo de un rato, como ya sabia yo, se enciende una luz en su cuarto de bao, luminando el dormitorio y tambien el vest lo, de forma que los pequeiios objetos de mi habitacién destacan brus. amente en la semioscuridad. Y, mientras, yo escucho, Oigo ruido de agua que corre. Se ha vuelto a levantar y esté lavndose la bolsa de la colost dia, Nunca me ha mia como suele hacer tantas veces a lo largo del dejado que le ayude, jams ha dejado que yo vies ra lo que hace a pesar de que le he dicho que quiero ayudarle. He visto esa horrible abertura en el abdomen con su reborde metilico tuna sola vez. Ese obsceno, terrible ano contranatura, Mi padre tiene su amor propio. Espero a que la luz se apague, y entonces le oigo arastrar los pies hasta la cama, Cierro los ojos cuando se oye un gemido. Detes tooir cémo se queja Sigo a oscuras, esperando su llamada, y finalmente le oigo ron. car, sefial de que ha logrado dormirse Espero a que el suetio me reclame a mf también, pero no es ast Alamanecer contintio despierta, c del ajetreo de los pajaros. Y cuando ya no puedo demorarlo mas, me levanto, me la ceara y la cabeza y t tuve fa hemorrag avo la mal, realmente mal. Luego, cuando regr : I sé del hospital, encontré € seca tanto en el asiento del inodoro como en su. misma base, asi como de ro de la baera, e incluso salpicaduras en la pared, junto al silico, Freg las superficies manchadas hasta no 12 padre muri. Re Ri E nde le acomodé en aquella cama de quité las zapatillas, que tenfan el ta- rco de agua; me dijo que no, y yo re- todas las noches a traerme un vaso turno, la habitacién se impregna st odrido, Ast huele el cincer que le in comiéndole célula tras célula hasta ‘alguna raz6n no habia conseguido . Me dice que no, naturalmente, Dice es molestia, papa, le digo, si ya estoy a cama, caro, me encuentro bien, uesto en esa estrecha cama, Me cuel- extremo, A oscuras, con las manos vo la vista en el techo, ya sabia yo, se enciende una luz en el dormitorio y tambien el vestibulo, etos de mi habitacién destacan brus- ridad. Y, mientras, yo escucho. Oigo a levantar y esti lavandose la hhacer tantas veces a lo largo del e ayuide, jamais ha dejado que yo vie je he dicho que quiero ayuidarle. He abdomen con su reborde metilico ele pio. sue, y entonces le oigo arrastrar los Jos cuando se oye un gemido, Detes u llamada, y finalmente le oigo ron- eclame a mf también, pero no es as. a, consciente del frescor de la brisa por primera ver que algo aruda ado Fegresé del hospital enconta dejar ni rastro de sangre. Sin embargo, aunque ya no esti ali, sigo viendol Después de aplicarme maqu ponerme unos pantalones tas el pelo termina de secérseme Comoes shice de de hospital en cuanto mi padre murid. Revisé te cas s su muerte ale Ni squie - . me quedé 3s muebles —una c fa para libros, Recuerdo que, por las > yo tena siete u ocho afios, bién los fines de seman ués de haber cortado el césped de la entrada y del pat starme en ki otra mmitad de la d ta que me entraba la modorra y me d estaba Debajo de la ventana que ¢ 1 al patio de atrés, mi padre ha puesto una vieja mesa de cocina que tenfa la superficie amarilla las patas redondead: feisima. En ella almacenab de pintura y solia dejar el tablero de dibujo con un papel de acuare Ja sujeto con cinta adhesiva. Tenia una enorme jarra alemana de eerveza donde guardaba sus pinceles de pelo de camello; los habia de varias longitudes y grosores, y en unas cajitas de plistico que ha bfa traido del trabajo guardaba gomas de borrar, pedazos de car ‘mas eldsticas y un par de bonitas piedras que habia cogido un dia {que fuimos de excursion alos montes Manzano. boncillo de varias tonalidades, sujetapapeles sobrantes, fr En cl armario habia una nevera portatil, de las de carton so, que mi paclre utilizaba si pre come la colada estaba justo al salir del cuarto. Pere ropa interior y los calcetines, siempre color negroo azul marino. En realidad, mas que meterios los dejaba caidgs por el suelo 0 col gando dl cesto, y recuerdo que mi madre se lamentaba porque no

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