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EL NARANJO

En un huerto escondido
de mi amada ciudad,
vive un bello naranjo
su flor primaveral.

En las auroras puras,


más que árbol parece
ánfora de perfumes
que en el huerto se vierte.

Cuando el sol resplandece


se vuelve un colmenar;
miramos las abejas,
absortas, laborar.

Estar bajo el naranjo


es habitar un cielo:
las flores estelares
nos rozan con sus pétalos.

El corazón recibe
la gracia del azahar.
¡Quién conservar pudiera
su dulzura fugaz!

MarÌa Delia Gatica de Montiveros (Argentina)

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