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Facultad de Humanidades
Departamento de Lenguas
Grupo de investigación Merawi
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
ISBN: 978-958-8650-35-7
Prohibida la reproducción total
o parcial sin permiso escrito.
Contenido
Presentación 7
PRIMERA PARTE
SEGUNDA PARTE
Mesa I
Sistemas de inscripción, oralidad y memoria étnica 98
Identidades sikuani y blanca en movimiento: imágenes de
tradición y folclor en las expresiones indígenas y no-indígenas
del resguardo Wacoyo 106
Mesa II
Educación intercultural 158
Mesa III
Prácticas y experiencias en/con comunidades indígenas 180
1 Profesora del Departamento de Lenguas, Universidad Pedagógica Nacional. Miembro del grupo de
investigación Merawi. Coordinadora General del Seminario.
2 Profesor del Departamento de Lenguas, Universidad Pedagógica Nacional. Director del grupo de
investigación Merawi: Subjetividades, Saberes y Territorios.
Presentación 7
De ahí que la programación se haya dividido en dos partes: la primera, referida a
la socialización y discusión de los conceptos y el papel de las oralidades, las litera-
turas y la interculturalidad; la segunda, referida a la socialización de experiencias
en cada una de las tres mesas de trabajo.
De acuerdo con la primera fase de la programación se hará una breve reconstruc-
ción de los principales conceptos –oralidades, literaturas e interculturalidad- que
dan contenido a las discusiones. El presente es un bosquejo de cómo fueron aborda-
dos estos conceptos y cuáles son las transformaciones y conclusiones que se cons-
truyeron durante el proceso. Para empezar, haremos un acercamiento al concepto
y la práctica de las oralidades. Las oralidades, en primera instancia, se entienden
como un proceso cultural que atesora en sus redes de significación formas con-
cretas de asumir la vida desde cosmovisiones y epistemes diversas que permiten
tejer, en el marco de sociedades diversas, modos de actuar frente a la educación, la
investigación, la pedagogía y la vida. Así, la oralidad y las tradiciones orales acu-
mulan saberes como parte de la memoria colectiva, son evidencias de las maneras
como nuestros pueblos orales han acumulado una serie de saberes fundamentales
para su existencia y su devenir en las sociedades contemporáneas. Por otra parte, la
oralidad entendida como mediación cumple la función de mediar el pensamiento y
la actuación de los sujetos para tejer interrelaciones entre comunidades e, incluso,
tecnologías: oral, letrada, visual. Desde esta perspectiva la oralidad, en el lugar de
la mediación pedagógica, es la transitación entre saberes ancestrales y elementos
modernos que obliga a poner en juego maneras de negociar la cultura y, también,
de mediar el conocimiento moderno en el acto de pensar de forma profunda el ser
cultural de nuestros pueblos, por lo cual este seminario busca entender las relacio-
nes entre oralidad, literaturas e interculturalidad.
En esta vía, para el caso colombiano, la recuperación de las memorias ancestrales
como construcción de saberes y conocimientos implica poner en juego las tradicio-
nes orales, es decir, concebir la oralidad como un tejido que involucra la perspectiva
de pensar en el marco de la constitución de ciudadanías, y, por ende, entender que
Presentación 9
de cruce de fronteras en donde las prácticas pedagógicas del maestro desempeñan
un papel fundamental para pensar y repensar, en clave intercultural, la educación
y la escuela en el día a día de la comunidad educativa.
En esta línea también entendemos que la escritura se constituye como una forma
de fijar memoria, y que en una nación pluriétnica y multicultural existen otras me-
morias; por ello, el sistema alfabético no es la única forma de guardar memoria
en una sociedad. Hablamos de sistemas de inscripción como mecanismos sígnicos
memotécnicos en donde se tejen, a manera de huellas, procedimientos que guardan
dentro de la memoria profunda una sinestesia de las memorias orales de los pueblos:
estos sistemas de inscripción son huellas sígnicas del saber hacer social, se consti-
tuyen como evidencias de guardar y mantener la memoria, diferentes a las técnicas
de la cultura letrada. Utilizando la definición que se propone en la primera mesa de
discusión de este seminario, los sistemas de inscripción son:
…las mediaciones que usan las comunidades en sus procesos de materialización de
la palabra a partir de procesos de codificación y decodificación sígnica, realizada
en un medio físico o performativo como pinturas faciales, diseños tradicionales,
danzas, juegos, geo-grafías o escrituras terrígenas, sueños, rituales y escrituras
alfabéticas, que se constituyen como una forma de guardar, acumular o recrear
la memoria étnica y colectiva en donde su correlato se encuentra vinculado con
expresiones orales mediante cantos, adivinanzas, acertijos, historias tradicionales,
poesía, canciones, dichos, acertijos, entre otras.
Desde esta perspectiva, la literatura en nuestro continente pone en juego estas dife-
rentes maneras de encriptar la realidad y sus memorias, sirve como práctica social
para pensar la realidad latinoamericana y como mecanismo pleno de resistencia
social, pues el sujeto que escribe agencia un pensar colectivo en donde la literatura
y las literacidades se constituyen en una forma de filosofía práctica que emerge
como acción plural para poner en juego el pensar y hacer de un colectivo. Es por
eso que estas prácticas simbólicas latinoamericanas se han constituido como un
Presentación 11
diversa y múltiple en donde el diferendo es un agenciamiento fundamental de la
interculturalidad y la interculturalización como elementos que cambian nuestros
hábitos de vida alrededor del día a día con los otros.
En consonancia con lo anterior, se propuso la participación de la profesora Nila
Vigil, lingüista peruana, quien ha adelantado estudios y reflexiones sobre el tema.
También se invitó al profesor del Departamento de Lenguas Luis Alfonso Ramírez,
quien refiere reflexiones sobre las relaciones entre lengua, literatura y poder. Para
finalizar, desde la perspectiva de la poesía y las relaciones con la interculturalidad,
se contó con los profesores Miguel Rocha y Edwin Agudelo.
Para dar inicio a este evento se realizó, como apertura para el debate y como insumo
en cada mesa de trabajo, una breve presentación de algunos avances académicos y
de investigación del grupo de investigación Merawi. En la mesa de trabajo número
1 se desarrolló el tema “Sistemas de inscripción, oralidad y memoria étnica”. Allí
se pudo visibilizar un debate en torno a experiencias dedicadas a cuestionar las
dinámicas en las que se inscribe la construcción de memoria en sociedades no
occidentales, y la construcción de conocimiento social a partir de la visibilización
de diversos sistemas de inscripción, entendiendo que las mediaciones que usan las
comunidades en sus procesos de materialización de la palabra, a partir de proce-
sos de codificación y decodificación sígnica, pueden ser realizadas en un medio
físico o performativo como pinturas faciales, diseños tradicionales, danzas, juegos,
geo-grafías o escrituras terrígenas, sueños, rituales y escrituras alfabéticas, y se
constituyen como una forma de guardar, acumular o recrear la memoria étnica en
donde su correlato se encuentra vinculado con expresiones orales mediante cantos,
adivinanzas, acertijos, historias tradicionales, poesía, entre otras.
En la mesa de trabajo número 2, cuyo tema fue “Educación intercultural”, se abor-
dó la complejidad de ser investigador en educación y de ser maestro en contextos
interculturales, no solo desde la necesidad de teorizar, sino de compartir cono-
cimiento, de aplicar en el terreno todos esos saberes que se han construido en los
diferentes espacios académicos, así como los que se descubren en las interacciones
Presentación 13
PRIMERA PARTE
Pistas para estudiar la oralidad
Nila Vigil Oliveros3
Como sabemos, la educación de nuestros países (pos)coloniales no ha superado ese
reduccionismo de la lengua a la escritura. Así, en los cursos de lenguaje se busca
que los estudiantes aprendan a escribir y no se trabaja la oralidad. Cuando se da un
espacio a la expresión oral siempre es como una motivación para que después se
escriba. Lo oral es tratado como un medio, nunca como un fin. Esto lo he obser-
vado siempre que he visitado escuelas, y aunque los maestros y las maestras digan
que sí trabajan la oralidad, he visto en sus aulas el sobre énfasis en la escritura.
Cuando les he preguntado si desarrollan la oralidad en los alumnos, todos dicen
enfáticamente que sí. Sin embargo, eso no se hace tan evidente cuando observo las
clases o cuando converso con ellos y ellas un poco más. Los docentes no llegan a
ser conscientes de que no trabajan la oralidad con sus alumnos y creen que el hecho
de utilizarla como medio para que después se escriba es suficiente.
Los maestros no tienen muy claro por qué trabajar la oralidad y qué se busca con
su desarrollo en el aula. Se piensa que ya los niños llegan a la escuela hablando una
lengua y que, por ello, lo importante es enseñarles una segunda lengua y a leer y
escribir. Es cierto, hay que enseñarles esas cosas; pero no hay que dejar de desarro-
llar la oralidad, porque el desarrollo pleno de la capacidades orales no concluye a
los seis años de edad, cuando los niños entran al primer grado. Los niños llegan a la
escuela y han tenido una socialización familiar y han empezado a desenvolverse en
situaciones comunicativas familiares, pero hay más situaciones comunicativas que
las domésticas. Y esas situaciones comunicativas necesitan el manejo de estrategias.
Generalmente no se desarrolla en los niños la oralidad en la educación. Esto es
aún más grave en la educación intercultural bilingüe donde estamos ante lo que se
llaman “lenguas sin tradición escritural” y donde el trabajo se centra en enseñar a
La expresión oral
El diseño curricular nacional (dcn) de mi país considera que se trabaja la expresión
oral, pero no tiene muy claro qué es esto. Veamos, por ejemplo, los contenidos en
Expresión oral para quinto grado de primaria:
• El discurso oral: pautas para otorgar coherencia a las ideas.
• Poemas extensos: himnos, sonetos y otros.
• Las ideas principales. Estrategias para su identificación.
• La exposición formal: el auditorio y los recursos visuales.
• La actitud del hablante y del oyente en un diálogo o debate: mantener el hilo de
la conversación, pedir la palabra, evitar interrumpir.
• Los debates: temas relacionados con el aula, la familia, la localidad y el país.
• Pautas para exponer y fundamentar ideas y conclusiones.
• Cualidades de la voz: entonación y pronunciación.
Podríamos hablar mucho de estos contenidos y solo una crítica a los mismos nos
daría pie para toda una ponencia. Pero no viene a cuento detenerme en ello aquí.
Solo quiero llamar la atención acerca de que los contenidos aquí esbozados, antes
que estimular en los estudiantes una comunicación espontánea, es decir, permitir
expresarse, más bien cohíben su participación con algún tipo de censura.
Ahora todos creen haber superado a Saussure y ya nadie lo cita, pero me parece
que esta idea es fundamental y no debe dejarse de lado. Es necesario tomar con-
ciencia, como lo señalan Biondi y Zapata (2006), de que lengua y escritura son dos
códigos diferentes y por ello, necesitan de metodologías y estrategias distintas para
desarrollar las habilidades en los estudiantes.
La escuela debería combatir las expresiones “lengua oral” y “lengua escrita”. De-
bemos tomar conciencia también de que no existen las “lenguas con escritura”
porque esto no hace sino alimentar el prejuicio cultural de que las “lenguas con es-
critura” son más evolucionadas que las “lenguas sin escritura”. No existen lenguas
con escritura y lenguas sin escritura. Así como no existen lenguas con audiovi-
suales y lenguas sin audiovisuales. Existen culturas que tienen escritura y culturas
que no la tienen.
Luego hemos quitado también una cartera que llamamos cartera común suple-
mentaria que la adjunto si me lo permiten con la cartera accesoria. Ahí estarían
pues las prestaciones farmacéuticas, las terope..tripe… teroperapéuticas, ehh…
me he equivocado en la, en el nombre, y poner en valor lo que tiene mucho en va-
lor, porque no hay cosa que tenga más valor que una medicina que cura enferme-
dades. Hemos adoptado una medida que ya estaba adoptada. Lo más importante
que por primera vez los parados sin prestación parlamentaria, que… perdón sin
presta sin… sin pre… presta sin prestación sin prestación por desempleo, perdón.
En definitiva, eeeh… lo que les decía. No es lo mismo una persona que no está
enferma en su consumo de medicamentos que una persona que está enferma. Los
pensionistas que es no pagan nada son aquellos que ya no tienen derecho a presta-
ción por desempleo, es decir los que ya tienen los que tienen simplemente eeehh…
los.. Ah perdón, pensionistas. Pensionistas son de los pe que tienen el… hablamos
de renta no de pensiones. Pues yo ya me voy a callar.
Los tiempos del poder de la palabra para el disentimiento se han convertido en malos
recuerdos, no para los poderes sino para la masa anónima que anda feliz en las veleida-
des del consumo. Esta charla, para ser consecuentes con la memoria, resulta ambiciosa
en el intento de conjugar, en un encuentro fugaz, los rastros y rostros de tres conceptos:
lengua, literatura y poder, y sus manifestaciones; conceptos que la modernidad nunca
debió separar, intentando impedir su convivencia y su comprensión plena.
Aprovecho el poder de ser oído y escuchado por ustedes, privilegio concedido gra-
cias a los organizadores de este evento celebratorio de nuestra condición de ser
hablantes de lenguajes, inclusive del sistema significante de la lengua española, para
recordar lo que hace algunos años, también en este sitio y por el mismo motivo,
decía acerca del poder del lenguaje. La lengua española ha servido para cantarle a la
luna en los sueños y al ser que inspira las ilusiones con palabras de los poetas, pero
también ha servido para traficar con las necesidades y los gustos de las masas, para
imponer los poderes y reclamarle su tiempo a las palabras de quienes han tenido el
poder, como en los libros de aquellos días de mi intervención, Palabras pendientes
de Alfonso López Michelsen y La rabia en el corazón de Ingrid Betancourt. Si la
queja por la falta de las palabras era de quienes tenían voz porque podían ser es-
cuchados, ¿qué lamentos no podrán estar lanzando aquellos que nunca han tenido
voz porque nadie los escucha: los sin techo y desprotegidos, los indígenas, los que
disienten de la voz oficial, los críticos de la ilustración y de la cultura eurocentrista?
Sin embargo, ahora mi compromiso es hacer oír mi voz con respecto al poder del
lenguaje y de la literatura. Presento a continuación algunas ideas acerca de estos
poderes, clarificando los usos de los conceptos de lengua y cultura, en una primera
Introducción
En el año 2000 se reunieron un grupo de sabedores indígenas del Amazonas y
de la Sierra Nevada de Santa Marta para compartir, dar a conocer y reflexionar
sobre la educación tradicional, o formación del ser, como ellos mismos prefieren lla-
marla, mediante un vocablo de origen uitoto. El proyecto, auspiciado por el Minis-
terio de Educación y organizado por la Corporación Yuak, convocó a representantes
de diez etnias: uitotos, boras, okainas, muinanes, andokes, matapís y nonuyas, por
la Amazonia, y kogis, wiwas y arhuacos, por la Sierra Nevada. Inicialmente hubo
dos reuniones preliminares: una en Bogotá, con los sabedores de la Sierra; y otra
en Araracuara y en La Chorrera, con los sabedores amazónicos. Al final, todos
confluyeron en una reunión que se produjo en La Chorrera, Amazonas, durante
ocho días.
El siguiente texto es una reflexión sobre algunos apartes esenciales del informe
final presentado por el grupo de organizadores del encuentro al Ministerio de Edu-
cación. En ese grupo es importante destacar la labor del sabedor uitoto, Isaías
Reflexiones y propuestas
1. “Todos somos hijos de la verdadera vida, hijos de consejo, hijos de la ley de
origen, es kavaj+, con esta educación somos formados, no hay distinción para
nosotros, lo que soy yo es usted, lo que es usted soy yo, somos uno solo, porque
así es la ley de origen,7 kavaj+ es el conjunto de la vida”.
7 Según lo concluido en el encuentro: “Ley de origen es un conjunto conformado por mitos, ritos,
plantas sagradas o elementos rituales, lengua propia, territorio, calendario ecológico, lugares
La realidad percibida por los ancianos parece ser un factor común en los países
latinoamericanos. Los campesinos e indígenas quieren migrar a los pueblos, los
pueblerinos quieren migrar a las ciudades, y los citadinos a las grandes ciudades
de América del Norte y Europa. En Colombia, el paisaje es aún más triste a causa
del desplazamiento forzado por la guerra. Las mismas comunidades indígenas se
ven cada vez más cercadas y amenazadas por los diferentes grupos armados. Unos
y otros los acusan de colaborar con los grupos enemigos, y así es que las comu-
nidades indígenas se convierten en foco de operaciones militares que terminan
por desplazarlas de sus territorios tradicionales. Pero lo más triste es la creciente
incorporación de indígenas a los grupos armados, lo cual también es el resultado
del debilitamiento de los mecanismos internos de control.
Lo que los ancianos llaman desvalorización es lo más opuesto a la comprensión,
aprensión y actualización de la ley de origen. En algunos casos, la desvalorización
responde al descuido de las propias autoridades tradicionales, pero la desvaloriza-
ción también es resultado de la presión externa sobre las comunidades. De un lado
la creciente economía masiva y de mercado, de otro lado el impacto de los grupos y
sectas religiosas, y por otro lado las políticas de educación oficial, que desconocen
las realidades y necesidades dentro de las comunidades. Existen graves problemas
internos como el alcoholismo, el fanatismo religioso, la sobre-explotación de los
recursos naturales, y en general, la pérdida de la identidad. La convicción empo-
brecida, a la que se refieren los ancianos, no es algo diferente a una notoria baja
autoestima cultural. Al debilitarse la tradición oral, es decir, la transmisión directa
de los conocimientos tradicionales de una generación a otra, la cultura, o bien
es abandonada y rechazada, o bien es reutilizada con fines económicos, como el
Este es uno de los más sencillos y valiosos aportes de los ancianos en cuanto a la
educación tradicional. La formación del ser nunca termina, es algo que se transmi-
te de una generación a otra, es “tradición oral”. Se dice que si un niño comete una
falta, no se trata de castigarlo, sino de buscar la falta y la carencia en los padres.
Es por eso que el anciano debe estar aconsejando a los padres. Si ellos siguen los
consejos del anciano, ese niño se formará de acuerdo a la ley de origen. Por eso
es que incluso quince o veinte años antes de nacer se dice que el nuevo hombre o
mujer se están formando en la formación que a su vez están recibiendo sus padres.
Por siglos, Occidente se ha creído portador y dueño de una civilización que ha que-
rido transmitir y hasta imponer a las comunidades indígenas. Pero con el creciente
caos mundial hemos comenzado a darnos cuenta de que la cultura material no es
sinónimo de civilización. Los países más ricos e industrializados son los que más
invierten en la guerra, el caos y la opresión social. En esos países se presentan las
mayores tasas de suicidios, drogadicción y alcoholismo.
El mundo moderno profesa una libertad que solo puede ser comprada por unos
cuantos. Pero ni siquiera esos cuantos parecen ser felices. Algo falta. Y me atre-
vería a decir que es el ser. Aquí también hay una propuesta muy clara. Y es la de
dejar de lado los meros ejercicios académicos, es decir, la supuesta objetividad e
incesante teorización, y más bien poner en práctica las pocas o muchas ideas que
Introducción
El presente artículo trabaja con la tradición oral del pueblo indígena sikuani, ubi-
cado en los Llanos Orientales de Colombia. Presenta la relación entre oralidad,
tradición oral y sistemas de inscripción entendidos como mediaciones que usan las
comunidades en su proceso de materializar la palabra y la cosmovisión. De esta
manera, la tradición oral y la lengua materna enuncian el mundo en la palabra, le
dan sentidos y constituyen saberes que develan otras formas de entender el mun-
do, configurando un sistema epistemológico que comparte sentidos comunes a los
pueblos indígenas en Latinoamérica.
En esta medida se desarrollan tres conceptos epistemológicos del pensamiento del
pueblo indígena sikuani como son: yuweisi (pensamiento), liweisi (historia tra-
dicional y consejo) e itane (diseño decorativo). Estos conceptos se piensan en el
marco de las luchas por los significados y por una política diferencial sobre traduc-
ción e interpretación, y presentan desde el pensamiento propio del pueblo indígena
sikuani algunos elementos para entender las epistemologías indígenas, apoyadas
en la oralidad, la cosmovisión y los sistemas de inscripción como mecanismos para
guardar y activar la memoria con densidad epistémica. Al final, el artículo pone
en evidencia la cultura letrada como mecanismo colonizador y pone de relieve la
reflexión sobre la oralidad y los sistemas de inscripción como elementos funda-
9 El rezo, canto o conjuro da la fuerza, la energía, la alegría. Despeja la mente, abre el camino. Es la
fuerza del pensamiento engendrada en poiesis.
10 Al ser una lengua aglutinante, las palabras adquieren sentido en relación con otras palabras-acción,
con otras partículas.
11 La historia tradicional para los sikuani es esa tela que recubre la historia y que no se ve porque
forma parte de las prácticas de pensamiento. Así, cuando se incorpora la historia, se está aprendiendo
una práctica de pensamiento colectiva, y al evocarla se recupera la memoria colectiva de liweisi, de
la historia tradicional, para dar consejo. Lo que interesa ahí no es solo la historia sino esa recubierta
de pensamiento que trae consigo, que sale del corazón y que invoca el pensamiento ancestral venido
de kiwato-, “caracola ancestral”. En kiwato se condensa y fluye el pensamiento primordial que
es la fuerza vital de todas las cosas, el pensamiento ancestral venido de kiwato es entonces un
pensamiento que bebe de la fuerza primordial del cosmos y se instaura en el presente para guiar el
aquí y el ahora, lo que es y lo que ha de ser.
12 Jumatabü es la raíz léxica para pensamiento (equiv.) jamatabü. La palabra jamutabüjai significa
“decir o pensar hacia sus adentros”. (Queixalos, 1991).
13 “[refers to] any chunk of meaning that can be shared with others[...] a novel, a piece of art, a play, a
dance, a song, a mathematical equation[...]” [Traducción de la autora].
14 Desde los 80, cuando se constituye el alfabeto fonético unificado de la comunidad sikuani, designa
letra.
19 La lengua sikuani es onomatopéyica en la medida en que cuando se pronuncia una palabra de algún
animal o un gesto de un ser primordial, esta no representa al animal o el gesto, sino que lo invoca
para llamar su presencia o devenir el animal, agenciando en el cuerpo su fuerza-imagen primordial.
Así suá (traducido como “ojalá”), implica que se quiere que algo pase con intermediación de la
fuerza demiúrgica. Suá involucra el acto de soplarse el cuerpo para invocar el acto primordial de
devenir animal con fuerza piasaüwi. En la tradición sikuani hacer mimesis con el sonido de un
animal es invocar su fuerza. Un ejemplo de esto es el sonido del pájaro tikue que es onomatopéyico.
Cuando se remeda el sonido de esta ave, no solo se le llama, sino que se llama el acontecimiento
narrativo que él involucra, para el caso de este pájaro su presencia en forma de sonido implica que
algo malo va a suceder en la casa donde se escucha. Al imitar el sonido se llama en forma de sombra
el ainawi de ese animal. Dentro de las enseñanzas que se les imparten a los niños está el no imitar el
sonido que emite el animal, y con este su presencia y la enfermedad.
20 Fuerza vital y fundamental recibida de la tierra, potencia anómala e inmaterial que por ser excesiva
enferma a los humanos al chuparles la fuerza vital (asaü). Los animales no domésticos poseen.
21 “[…] tratar de analizar, desde dentro del pensamiento mítico, las relaciones –entre lo real, lo
simbólico y lo imaginario– que le dan coherencia y verosimilitud, y que le otorgan peso ontológico
a cada uno de los seres que aparecen en los relatos.” (Chaparro, 2003, p. 32)
22 El concepto “brujería de blanco” se usa en el marco de este escrito en función de los desarrollos
realizados por Danny Mahecha en el artículo: “Leer y escribir ‘Brujería de blanco’: Los procesos de
escolarización en el Bajo Apaporis”.
Bibliografía
Agudelo, E. (2010). Itane: Letra, palabra y escritura de un pensamiento anómalo.
Bogotá: Inédito.
Agudelo, E. & Sanabria, M. (en publicación). La mántica de la palabra: hacia una
invisibilidad de la escritura, las epistemes de la diferencia. Una propuesta de
pensamiento propio con la comunidad indígena sikuani. Bogotá.
Castro, S. & Grosfogel, R. (2007). El giro decolonial: reflexiones para una diversidad
epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores.
Chaparro, A. & Schumacher, C. (2003). La racionalidad y discurso mítico. Bogotá:
Centro Editorial Universidad el Rosario.
24 Maraca (sikuani)
31 Itane que significa “motivo decorativo” y “letra” (Queixalos, 1986). “Desde los 80 cuando se
constituye el alfabeto fonético unificado de la comunidad sikuani, designa letra–, e igualmente
connota los conceptos de imagen y firmamento. La palabra itane está compuesta de ita que es la raíz
léxica para visión, pero a su vez itane designa el firmamento (figura de estrellas), de esta manera,
hay una relación de significados entre la visión como acción de ver algo y el firmamento en su
posibilidad de lectura al ser observado. Itane, a su vez, es imagen de algo, es decir, el firmamento
es la imagen de algo no nominado pero que es posible de ser visto, se podría decir que itane sería
utilizado para muchas cosas, puesto que todas las cosas pueden evocar una imagen, sin embargo,
este giro lingüístico para el firmamento nos designa necesariamente la importancia que posee el
firmamento en la inscripción de huellas mitogónicas que en él se han designado. En esta medida,
la palabra itane no se puede traducir literalmente pues se reduciría el espectro de significados y
sentidos que la cultura le otorga” (Agudelo, 2010, p. 3).
32 Las prácticas simbólicas “son un conjunto de representaciones y de prácticas de la sensibilidad desde
la cual el sujeto en un espacio vital satisface sus necesidades sensitivas, sentimentales, expresivas o
espirituales con las que se otorga un sentido a la experiencia. [...] La organización social del sentido
como práctica de significados históricos, transmitidos y encarnados en formas simbólicas en virtud
de las cuales los individuos se comunican concepciones y creencias” (Bourdieu, 2003).
El rezo de pescado
El ritual de rezo de pescado, en términos de constitución de lo social, depara for-
mas de ecología lingüística y comunicativa en donde se integran unos procesos de
aprendizaje de lo social, de lo cultural y de las formas de espiritualidad (saberes
ancestrales) que constituyen y fundamentan la cultura, en este caso, la sikuani.
Práctica pedagógica
Los espacios académicos de práctica pedagógica asistida y autónoma desarrolla-
dos en la comunidad indígena sikuani ubicada en el resguardo Wacoyo en Puerto
Gaitán, Meta, se han concebido desde las políticas institucionales de la Universi-
dad Pedagógica Nacional y el Departamento de Lenguas, permitiendo a los estu-
diantes participantes reconocer que se trata de un momento vital de su formación
que, como lo cita el documento de práctica para el Departamento de Lenguas:
Para desarrollar lo anterior, los estudiantes han escogido como línea de trabajo
la enseñanza del español, no como lengua propia, sino como lengua en contex-
to de bilingüismo, y, como modalidad de práctica Procesos educativos escola-
Bibliografía
Agudelo, B. (2010). Oralidad, tradición oral y sistemas de inscripción como
mediadores de las epistemologías indígenas y elementos de trabajo para pensar
la interculturalidad. Ponencia presentada en el Primer Seminario de Oralidades,
Literaturas e Interculturalidad, Bogotá, Colombia.
Mesa I
Sistemas de inscripción, oralidad y memoria étnica 99
ejemplo, a los dibujos que adornan los caparazones de la tortuga […]” (Derrida,
1971, p. 161). En suma, las inscripciones señaladas por Derrida grabadas en piedras
o en el cielo evidencian otras escrituras y por supuesto otras lecturas.
En relación con las ponencias compartidas en la mesa número uno, el cuerpo apa-
reció como un lugar común en el que se inscribe la memoria mediada por la orali-
dad. El cuerpo configurado como territorio-sistema de inscripción permite que en
él se escriba con danzas, cantos y rezos; en él toma forma un universo para contar
en el sentido de narrar y en el de número. El cuerpo es un sistema de signifi-
cación en el que fluyen dinámicamente oralidad e inscripciones sensibles de ser
leídas e interpretadas, idea que se desarrollará al presentar las ponencias de los
participantes del evento.
En segundo lugar, atravesando sistemas de inscripción y memoria étnica en un ir y
venir continuo, la oralidad expresada en términos de performance (desde distintas
perspectivas epistémicas) se revela decisiva como forma de significación inhe-
rentemente humana. Los estudios alrededor de la oralidad se han propuesto para
indagar su papel “en la comprensión de la cultura y las relaciones sociales [...], [y]
en la recreación y representación del mundo” (Gutiérrez & Pinilla, 2012). Lienhard
va a caracterizar la oralidad como pensamiento en movimiento, performativo, que
actualiza la memoria [colectiva]. Para autores como Victor Vich y Virginia Zavala
la oralidad supera la palabra hablada e incorpora aspectos no lingüísticos, como
la cosmovisión en la que se enmarca la enunciación, por ejemplo, se hace “perfor-
mance oral” y “permite la transmisión del pasado y vivifica e integra el sentido de
comunidad” (Vich & Zavala, 2004). De este modo, la oralidad está supeditada a
la memoria, pero no se restringe a la palabra hablada; la oralidad es el medio por
el que la memoria se inscribe, en complicidad con variados códigos, en prácticas
y saberes que se registran en el cuerpo y en el territorio. En concordancia con lo
anterior, Magnolia Sanabria y Edwin Agudelo apuntan que:
Mesa I
Sistemas de inscripción, oralidad y memoria étnica 101
la oficialidad a las versiones hegemónicas, esto es, las narradas por los vencedo-
res. Sin embargo, en el amplio y complejo panorama de la memoria, esta se con-
cibe como elemento que da cuenta de prácticas concretas, el lugar de puesta en
escena de saberes y haceres. A propósito de la memoria como prácticas, Patricia
Medina Melgarejo afirma que
La memoria resulta un ejercicio de contar, en el sentido de relato, con distintos
registros de narración y la voz –oral, gráfica, corporal y dancística–, contar en
el sentido de presencia, en el sentido de ocupar el espacio haciéndolo territorio,
contar en el sentido de número –persistiendo como población registrada. (Me-
dina, 2007)
Entender la memoria como un pasado que se fija en acciones que articulan presen-
te y futuro “no es, entonces, una restitución anacrónica del pasado, sino que es una
reconstrucción del presente realizada y actualizada a través del lenguaje y de las
prácticas sociales” (Medina, 2001). Es en este sentido que la memoria se constituye
como marca identitaria de los pueblos que, mediada por la oralidad, va a inscribir-
se en el cuerpo y el territorio a través del lenguaje, de lo que es susceptible de ser
leído, interpretado, performado.
La presencia de la identidad como componente de la memoria emergió a lo lar-
go del seminario desde un lugar inestable, con los riesgos propios que indica el
tratamiento de este tema. A modo de coincidencia, si se quiere, varias ponencias
versaron sobre la identidad en vías de lo estratégico, condición que se da como
consecuencia de la racionalización de algo que es, que está ahí configurando el
universo de los sujetos. La identidad como medio para alcanzar un fin es también
el resultado de la intervención de investigadores, docentes y personas externas a
las comunidades que parecen reclamarles a los pueblos exhibir lo que los hace
diferentes, rendir cuentas de lo que los pone en un lugar subalterno. Visto así, la
identidad desde lo estratégico tiene que ver con la
Luego de esta reflexión sobre el lugar teórico y práctico de los conceptos sistemas
de inscripción, oralidad y memoria étnica, se presentan las ponencias de quienes
quisieron compartir sus experiencias y perspectivas sobre estos temas. Sea esta
también la ocasión para agradecer la acogida que tuvo esta invitación, la cual abrió
un camino que empieza a ser recorrido, un camino que todos los días se va inscri-
biendo en los cuerpos y los territorios que se habitan y son habitados, haciendo eco
de lo dicho por uno de los expositores “la palabra se hace memoria, la memoria
se arraiga a la tierra-territorio”. Gracias infinitas por emprender un diálogo de
saberes que trasciende la institucionalidad y que se reafirma como opción de vida
día tras día.
“Identidades sikuani y blanca en movimiento: imágenes de tradición y folclor en
las expresiones indígenas y no-indígenas del resguardo Wacoyo” de Eduardo An-
tonio Silva presenta, a partir de las experiencias del autor en un trabajo de campo
desarrollado entre 2006 y 2009 en el resguardo Wacoyo, con los indígenas sikuani
del municipio de Puerto Gaitán, Meta, un proceso de folclorización de las danzas
y cantos tradicionales sikuani mediado por la presencia intermitente de personas
ajenas a la comunidad, especialmente profesores e investigadores. Así, las danzas
y los cantos forman parte de un movimiento identitario que tal y como “solici-
tan” los visitantes a la comunidad, se exotiza y mercantiliza. La apuesta del autor
consiste en, a partir de la categoría de performance, alejada de la teatralización y
situada en la cotidianidad en la que los sujetos hacen cultura y se apropian de ella,
postular el cuerpo como lugar material donde se inscribe la experiencia, el cuerpo
como modo de ser-en-el mundo.
Mesa I
Sistemas de inscripción, oralidad y memoria étnica 103
Por su parte, “Evento comunicativo, oralidad y performance en las prácticas so-
ciales: actualización de la memoria en la comunidad sikuani de Vista Hermosa,
resguardo Domo Planas” de Jenny Paola Hincapié, Julio César Rodríguez y Diana
Patricia Ruiz, presenta los hallazgos del trabajo de grado desarrollado con los indí-
genas sikuani. Las categorías analíticas empleadas por los autores reúnen cuerpos
teóricos provenientes de las ciencias del lenguaje y de los estudios culturales para
dar cuenta de prácticas sociales que constituyen lugares de memoria, privilegiando
la memoria étnica por el peso que tiene la oralidad en estos grupos humanos.
De esta manera, historias, cantos y danzas tradicionales, así como el conocimiento
del territorio son algunos de los lugares identificados por los ponentes en los que la
memoria se actualiza a través de eventos comunicativos performados. Esta ponen-
cia deja también sobre la mesa una reflexión del quehacer pedagógico del docente
en la construcción de espacios que favorezcan el conocimiento de lo propio en
estos contextos.
“Diálogo de saberes en la comunidad indígena yanakuna (resguardo de San Agus-
tín)” presentada por Jorge Andrés Rivera, como ejercicio que recoge la experien-
cia de la Asociación Cultural Toribio Zapata de la Universidad Surcolombiana de
Neiva, plantea una propuesta metodológica basada en el diálogo de saberes en un
recorrido por la memoria tejida por la palabra. Con una revitalización del papel
social de la universidad, el equipo de trabajo se cuestionó sobre el lugar propio
y ajeno de la identidad, privilegiando la relación palabra-memoria-territorio-cul-
tura-identidad. El documento es un recuento de los vínculos entre la academia y
la población indígena del Huila para responder al interrogante del cómo se teje la
palabra en la comunidad indígena yanakuna de San Agustín.
Finalmente, Luis Alberto Cuéllar con su propuesta “Etnomatemáticas del pueblo
Eperara siapidara sias” toma la numeración de este pueblo, ubicado en los departa-
mentos de Cauca y Nariño, y relata la recuperación de símbolos propios a partir de
asambleas de los mayores de la comunidad, por lo que el autor reseña y caracteriza
Bibliografía
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Mesa I
Sistemas de inscripción, oralidad y memoria étnica 105
Identidades sikuani y blanca en movimiento:
imágenes de tradición y folklore en las expresiones
indígenas y no-indígenas del resguardo Wacoyo
Eduardo Antonio Silva36
En este texto me interesa recurrir a las danzas y los cantos sikuani como pretexto
para analizar las dinámicas que se producen en los encuentros con personas “blan-
cas”, en donde se folclorizan y desfolclorizan las identidades sikuani. Este término
va en contracorriente de las posiciones de las investigaciones tradicionales que in-
dican una acelerada “pérdida de la identidad y de la cultura” debida principalmente
al contacto con los blancos. Lo que se quiere argumentar aquí es que dependiendo
del contexto, las personas de la comunidad sikuani que participan en las danzas, ya
sea bailando o cantando, hacen un ejercicio de movimiento identitario entre lo que
podría denominarse danzas o expresiones “tradicionales-desfolclorizadas” y otras
donde se producen ejercicios de “exotización” o “folclorización” del indígena, que
se patrocinan a partir de investigadores, entidades culturales y educativas que in-
sisten en mantener sus “tradiciones”.
Para empezar, y de acuerdo con Gisela Cánepa, me gustaría señalar que el estu-
dio sobre las manifestaciones rituales indígenas ha permitido que se cataloguen
o taxonomicen como folklor o cultura tradicional, lo cual significa que han sido
marginalizadas en dos sentidos. El primero tiene que ver con observar estos even-
tos como prácticas de grupos que están al margen de las estructuras de poder, es
decir, subalternadas, debido a la caracterización de una “tradicionalidad mítica”
que se enraiza en lo local, y que es promovida por investigadores, entidades cul-
turales gubernamentales y procesos de escolarización. Esto, por supuesto, implica
ver estas expresiones y sus participantes como carentes de capacidad de agencia en
Incorporación e identidad
Siguiendo la línea de los estudios de performance, algunos debates se han dirigido
hacia su dimensión corporal. Partiendo de las formas de representación cultural,
estos constituyen procesos a través de los cuales se representa y genera experien-
cia, por lo que el foco de análisis se ha trasladado al lugar material donde se inscri-
be la experiencia: el cuerpo. Siguiendo esta línea podemos decir que las categorías
de experiencia y memoria se incorporan. Es decir, el cuerpo se concibe como un
modo de ser-en-el-mundo. Según Fuenzalida (1970) en cuestiones de raza y Judith
Butler (1993) en cuestiones de género, la identidad se desprende necesariamente de
La tradición de lo no-sikuani
El primer ejemplo tiene que ver con el trabajo de campo que realicé en el año 2007.
Se trataba del día de la despedida de la comunidad de Corocito de los estudiantes
de la universidad que en ese momento realizábamos la práctica investigativa, por
este motivo se decidió organizar una fiesta en la cual tanto los estudiantes como
los habitantes presentaran muestras “culturales”. Primero empezaron los estudian-
tes con sus presentaciones, tales como muestras teatrales y coplas. A cambio, los
indígenas sikuani nos harían partícipes de sus danzas. El profesor que organizaba
el evento decidió dirigirse a los participantes ubicados en el patio de la casa donde
se llevaba a cabo el encuentro, se trataba de unas recomendaciones en las cuales se
hacía alusión al motivo de la visita de los estudiantes, la cual consistía en compartir
con la gente y que era importante que todos participaran en la danza tradicional.
Después de la intervención del profesor, un traductor se dirigió a los participantes
en lengua sikuani, con el fin de que el mensaje quedara claro.
40 Esta palma que viene cargada de cocos hace referencia en la danza en sentido metafórico a una
mujer embarazada que se ha ido, abandonando a su pareja.
Conclusión
Los riesgos que se pueden correr en busca de una tradición esencializada han sido
evaluados por Stuart Hall, quien los denomina planteamientos autolimitados, que
“al valorar la ‘tradición’ por derecho propio, y al tratarla de manera deshistoriza-
da, analizan las formas culturales como si estuviesen auto-contenidas, desde su
momento de origen, buscando algún significado ‘mítico’ o ‘ valor fijo inmutable’
(Hall, 1984, p. 234). Por otro lado, las personas que organizan este tipo de encuen-
tros culturales deben aceptar la responsabilidad de representar a quienes incluyen
en “su forma más tradicionalista” (Hall, 1984, p. 237). Si bien los encuentros
culturales intentan representar tradiciones que de otro modo no se podrían ver,
también sucede que quienes los ejecutan tienden a quedar representados solo en
términos tradicionales.
De acuerdo con Hall, se podría considerar la oposición folklore/no folklore no
como problema descriptivo o como asunto de hacer el inventario correcto de
formas culturales, sino en términos de las “fuerzas y relaciones que sustentan la
distinción, la diferencia” entre lo que constituye una tradición genuina, una recu-
peración de falsas tradiciones o cultura de las élites. También sugiere que las ca-
tegorías tienden a permanecer, como también las instituciones (por ejemplo las
universidades, los colegios y las entidades de gestión cultural), las cuales desem-
peñan un papel importante en el mantenimiento de dichas demarcaciones: “Así,
lo importante no es un mero inventario descriptivo [...] sino las relaciones de
poder en constante pugna y división del dominio de la cultura en sus categorías
preferidas y residuales” (Hall, 1984, p. 237). De manera semejante, al estetizar
Bibliografía
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Colombia.
Este escrito resume los avances de una investigación cuyo fin es la caracteriza-
ción de eventos comunicativos performados que inciden en la actualización de
la memoria étnica de los habitantes de la comunidad de Vista Hermosa, del res-
guardo sikuani Domo Planas, municipio de Puerto Gaitán, Meta. El concepto de
evento comunicativo performado surge a partir de la concatenación de elementos
teóricos propuestos por Dell Hymes, padre de la etnografía de la comunicación,
y el concepto de performance elaborado por Virginia Zabala y Victor Vich. Este
entretejido emerge dado el carácter limitante que tiene para nuestra investigación
el desconocimiento de la lengua sikuani, siendo la lengua el elemento central
en el hablar, herramienta propuesta por Hymes para la descripción de eventos
comunicativos. Por esta razón, con la utilización del concepto de performance
pretendemos superar la limitante de la lengua e involucrar otros elementos no
lingüísticos, como el contexto social, la identidad del enunciador, las formas de
recepción, los imaginarios sociales y la cosmovisión inherente a la enunciación,
que a su vez tienen estrecha relación con la actualización de la memoria en la
comunidad, puesto que tal y como afirman Zabala y Vich “la performance oral
permite la transmisión del pasado y vivifica e integra el sentido de comunidad”
Abstract
This paper, entitled “Communicative event, orality and performance in social prac-
tices: ethnic memory upgrade in Vista Hermosa sikuani community, Domo Pla-
nas reservation”, has been developed during the assisted and autonomous teaching
practices (semesters 2011-2 and 2012-1, respectively) of the Language Department,
School of Humanities, of the Universidad Pedagógica Nacional. This work was
part of the teaching practice in unconventional spaces program (Spanish as a se-
cond language in the sikuani Domo Planas reservation, located in the municipality
of Puerto Gaitán, Meta, Colombia).
The paper summarizes the progress of a research project aimed at characteri-
zing performed communicative events that have an impact on the ethnic memory
upgrade of the inhabitants of the Vista Hermosa community, sikuani Domo Pla-
nas reservation, municipality of Puerto Gaitán, Meta. The performed commu-
nicative event concept comes from the correlation between theoretical elements
proposed by Dell Hymes, “father” of the ethnography of communication theory,
and the concept of performance developed by Virginia Zabala and Victor Vich.
This concept emerges due to the limitation of the unfamiliarity with the sikuani
language, being the native tongue the central element in speaking, Hymes’
proposed tool for the description of communicative events. For this reason, by
using the performance concept we intend to overcome the limitation of the lan-
guage and to involve other non linguistic elements, such as the social context,
the identity of the speaker, the reception forms, the social imaginaries and the
Un acercamiento conceptual
En el marco de la etnografía de la comunicación, el concepto de evento comunica-
tivo, propuesto por Dell Hymes, se constituye como una de las unidades de análisis
de las situaciones comunicativas presentes en una comunidad de habla. Hymes ca-
racteriza el evento comunicativo como una unidad descriptiva de los componentes
de los actos de habla, los cuales son: situación, participantes, fines, actos, clave,
instrumentos, normas y géneros. Desde esta perspectiva es imprescindible el estu-
dio del uso oral de una lengua, sin embargo, también tiene en cuenta aspectos de la
comunicación no verbal, que para el caso del estudio de comunidades de tradición
oral se constituyen en elementos relevantes de cada práctica de interacción social
entre sus miembros, ya que dichas prácticas no solamente están determinadas por
elementos lingüísticos, sino que se encuentran mediadas por cosmovisiones pro-
pias que determinan o estructuran las maneras como interactúan los integrantes de
dichas comunidades entre ellos, entre sus saberes y su contexto.
Ahora bien, tomando distancia del aspecto meramente lingüístico del estudio de
los eventos comunicativos, se pone de relieve en el análisis de la oralidad como
performance, concepto propuesto por Víctor Vich y Virginia Zabala, quienes con-
sideran la oralidad como un evento o una performance, al ser una práctica que
requiere de una interacción y de contextos sociales específicos. La performance
Del mismo modo, Lienhard (2000) explica que el discurso oral es un pensamiento
en movimiento, performativo, que posibilita la actualización de la memoria, es
decir, a través de la oralidad se forja la historia y esta se actualiza cada vez que se
vuelve a contar.
En la actualización de la memoria en la comunidad sikuani, su carácter oral es lo
que le atribuye a la lengua sikuani el valor de transmisora de saberes tradicionales,
pues en la lengua misma se establecen factores determinantes de la cultura: “Como
don Luis cantó en una de las partes, le pregunté que cómo se la había aprendido y
dijo que ‘así como se aprende la lengua, que si aprende la lengua aprende la cultu-
ra, así es como aprenden los niños’” (Diario de campo N° 8, 1.º de mayo de 2012,
elaborado por Paola Hincapié).
En la comunidad de Vista Hermosa, por medio de los eventos comunicativos per-
formados, identificamos los siguientes lugares de la memoria, que permiten la
actualización de la misma, teniendo en cuenta las características de transmisión de
los saberes tradicionales a través de las historias de origen y de su narración por
parte de los mayores de las comunidades:
En primer lugar, y según los testimonios de varios habitantes de la comunidad,
allí se performan ceremonias rituales que según ellos siempre se han hecho y se
continuarán haciendo, como el rezo del pescado. El señor Luis Augusto, uno de los
miembros mayores de la comunidad, nos comentó que él es el encargado de rezar
en este tipo de ceremonias, que se han realizado siempre entre los sikuani a partir
de la historia tradicional del Bakatsolowa.
Conclusión
Esta investigación, fundamentada en la observación de diferentes prácticas so-
ciales y su posterior análisis y confrontación con los conceptos de evento comu-
nicativo, oralidad, performance, memoria étnica, actualización de la memoria y
técnicas mnemónicas, constituye un aporte significativo en nuestra formación
docente-investigador, ya que a partir de la interacción en el campo de investi-
gación se plantea una propuesta pedagógica con el fin de incluir espacios de
construcción de saberes propios en la escuela. Para el caso de esta investigación,
no se han sistematizado los resultados de dicha propuesta la cual ya fue aplica-
da, por tanto no se incluye este aspecto en la ponencia. Sin embargo, algunas
percepciones versan sobre el interés de los niños por participar en actividades
pedagógicas que relacionan los saberes propios y contextos reales, así como la
participación de la comunidad en el aprendizaje de los niños. Otro aspecto por
resaltar es aquel en el cual en el momento de la enseñanza/aprendizaje de la
escritura alfabética, los niños dibujan en lugar de escribir. Acerca de esta afir-
mación existe un acercamiento a dicha práctica en la investigación realizada por
Ibeth Carrillo.
Asimismo, es relevante considerar que después de la observación de las prácticas
sociales descritas a lo largo de la investigación y la participación activa en algu-
nas de estas, se lograron identificar las técnicas mnemónicas de algunos eventos
comunicativos performados por los habitantes de la comunidad de Vista Hermosa,
Bibliografía
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Venezuela.
Negándonos a sofocar nuestros sueños en las esquinas de estas calles calurosas y can-
sadas de silencios y alcohol, decidimos dejar volar nuestros pensamientos y pasiones
como Hijos del Espíritu del Viento –Runa Waira–. Calentados con el fuego de la pa-
labra, tejimos caminos que nos llevaron a recorrer la memoria a través del diálogo
de saberes, las diferentes voces que forman parte de los sectores sociales del depar-
tamento y el país, y la práctica como fundamentos de un saber interdisciplinario. Así,
mediados por el papel social, ancestral y de poder de la palabra viajamos por el cauce
del río de las tumbas para que cobrara todo su sentido emancipador y reivindicativo, en
un diálogo entre la comunidad yanakuna de San Agustín y el estudiante universitario.
La palabra baquiana de los caminos fue el huso que nos ayudó a entretejer el todo
indivisible de la vida en la comunidad. Comprendimos que la historia se construye
colectivamente y no por medio de las armas y el poder bizarro, que la palabra se
hace memoria, la memoria se arraiga a la tierra-territorio, esta se ancla a la cultura
y la cultura construye identidad, dignidad y fuerza de lucha de los pueblos. Así
pues, esta reflexión sobre la identidad yanakuna nos hizo indagar sobre nuestras
propias raíces y mirar las preguntas ontológicas del ser humano: ¿Quiénes somos?
¿De dónde venimos? ¿Qué pensamos?... las cuales suscitaron otras: ¿Sobre qué ba-
ses se edifica la identidad del huilense? ¿Existe una identidad huilense? ¿Podemos
hablar de una huilensidad?
De esta forma decidimos emprender un camino que se antepusiera al conocimiento
estático, anacrónico y de anaqueles, que aportara en cierta medida a la reformulación
del papel social de la universidad con la comunidad, en este caso la etnia yanakuna
Sustentamos nuestro trabajo con una teoría pensada desde nuestros propios teó-
ricos, es decir, desde los pensadores latinoamericanos, de nuestro país y de las
propias comunidades que poseen un conocimiento dinámico y no escolarizado.
Utilizando para ello el enfoque metodológico de las ciencias sociales, donde el
conocimiento se construye de manera articulada entre la praxis indígena, la acade-
mia y la acción estatal. De esta forma el objeto de estudio ya no es la comunidad
investigada, sino la capacidad que tiene el investigador de crear lazos fuertes de
relación con ella, con la finalidad de crear el conocimiento a partir de un trabajo
comunitario, inter-epistémico y de corte etnográfico: “Una etnografía dentro de la
cual la cultura no es concebida como un conjunto de reglas de acción y de valores,
sino un proceso de adaptación a un contexto igualmente nutrido por el encuentro
entre actores de culturas diferentes” (Rappaport, 1996).
El contacto íntimo y directo con los miembros de la comunidad nos hizo reflexio-
nar con respecto al método de investigación que se debía emplear para la construc-
ción de los saberes. Para comprender las dinámicas de la comunidad no bastaba
con los libros, incluso se hacía necesario olvidarlos por un momento y partir de la
vivencia, de la realidad, en busca de construir conocimientos propios a partir del
diálogo conjunto, donde la interacción y la influencia mutua son parte fundamen-
tal de la investigación:
Un elemento orientador decía que la investigación debía ser concebida desde den-
tro mismo. Inclusive, allí mismo decían que ni siquiera se empezara a trabajar
llevando objetivos preconcebidos, que los objetivos los fuéramos haciendo como
parte del trabajo colectivo y en dinámica del proceso [...] que ni siquiera se hicieran
Bibliografía
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Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).
El signo más se escribe en sia Waa. A partir del número 5 se va haciendo la adición
con los números anteriores obteniendo los 4 restantes números:
S’o “corazón” 1
P’akatau “ojo” 50
Uruta’k’tmi ? 1000
151
como propiedad ancestral.
• Los grupos en su mayoría coinciden en que todos los cuerpos tienen volumen,
cuando al introducirlos en el agua desalojan parte de ella.
• Todos los grupos ubican bien los sólidos y dan ejemplos claros sobre la utilidad
de los recipientes en la comunidad. Otros grupos sostienen que la atarraya es un
“recipiente” que si bien no puede almacenar agua, sí puede almacenar peces, y
eso para ellos es contenido. Asimismo, la cesta de las artesanías tiene variedad
de utilidades, por ejemplo, para guardar ropa, alimentos, etc., así no puedan
contener líquidos.
Significado y
sia Español Medida antropométrica
utilidad
Son los brazos
Jua chama Braza abiertos. Sirven para
medir longitud.
Jua Son las tres cuartas
apibida partes del brazo.
Codo
(¾ de Jua Sirven para medir
chama) longitudes.
Para volúmenes,
Pahia Coger agua
no se precisa la ¿?
thipata en envase
cantidad.
Para volúmenes,
Chokho Cántaro no se precisa la
cantidad.
Medida de peso. Es
Calabazo o
Jiatau medio totumo, no se
totumo
precisa la cantidad.
Para medidas de
peso. Son de chonta,
Chikho con separaciones
Balanza
Chaapari para marcar el peso,
posiblemente en
libras.
Concepto (inverso)
• Inverso de noche es día
• Inverso de día es noche
• La unidad (completa) la luna
• ½ día + ½ noche = 1 luna
Conclusiones
Según lo creado por la comunidad sia, producto de la socialización de los maes-
tros bilingües en el Seminario de Etnomatemáticas realizado en Guanquí (Cauca),
trataré de interpretar la lógica empleada y el sistema de numeración (aproximada-
mente). Los elementos que he encontrado son:
1. El sistema sia es aditivo-multiplicativo.
2. Existen algunos símbolos rescatados en el proceso de capacitación y
autocapacitación para algunas palabras (números) en la lengua sia.
48 Resumen de la recopilación de Higinio Obispo González, líder eperara -eperara, San José del Roble,
Nariño, 1997.
Unas de las familias que quedaron fueron convertidas en animales y otras poblaron
la parte del Pacífico desde la frontera de Panamá hasta el Ecuador. Los siapidaras
están ubicados en los departamentos de Chocó, Valle, Cauca y Nariño, y en las
vertientes de la costa pacífica.
Los siapidaras presentaron una fuerte resistencia a la invasión española; rechaza-
ron a Vasco Núñez de Balboa, en el río Atrato, a Juan Ladrilleros que incursionó
por la cordillera occidental, a Gómez Fernández que lo intentó por el río Andagoya
y, así mismo, a Pascal de Andagoya. La resistencia de los indígenas sias fue ejem-
plar; rechazaron el sometimiento y la colonización. Las enfermedades traídas por
los españoles diezmaron la población por carecer de anticuerpos para virus como
la viruela; los Jawaponare (médicos tradicionales) fueron impotentes ante lo des-
conocido.
Bibliografía
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Mesa II
Educación intercultural 159
saber en la medida en que transmite, valida y afirma el conocimiento disciplinar
eurocéntrico universalista, cuyos principios establecen la negación de las formas
de pensamiento y las tradiciones de las diferentes comunidades colonizadas. Así,
bajo el ideal de modernidad, los Estados han propendido por la instauración de
la escritura de una lengua oficial dentro del territorio nacional. La aplicación de
este principio en la educación formal, acompañada de la idea de alfabetización
(entendida como lectura y escritura de la lengua española) ha generado la dualidad
entre lo alfabetizado y lo analfabeta. Es decir, lo alfabetizado asociado a la idea de
ciudadanía y civilización, y lo analfabeta como aquello que no conoce la escritura
“correcta” del castellano, que aún se encuentra en un estado de barbarie, en el
mundo de lo no culto, de lo no civilizado.
Pues bien, en cuanto a la escuela, esta se convierte en el lugar designado para la
formación del sujeto requerido y estipulado en los parámetros constitucionales,
“El comportamiento del niño deberá ser reglamentado y vigilado, sometido a la
adquisición de conocimientos, capacidades, hábitos, valores, modelos culturales y
estilos de vida que le permitan asumir un rol ‘productivo’ en la sociedad” (Castro,
2000). Por lo tanto, en la empresa por la domesticación y, sobre todo, el control de
las poblaciones salvajes, la institución educativa se convirtió en uno de los grandes
aliados del Estado.
Los discursos coloniales y neocoloniales reflejados en toda una multiplicidad de
políticas de Estado en relación con la educación, la economía, la sociedad y la cul-
tura han configurado una serie de condiciones constituyentes en el debilitamiento
cultural de los pueblos indígenas y negros. Desde el establecimiento de leyes y
estándares homogeneizantes, hasta la formulación de planes de estudios descon-
textualizados, se ha propendido por la difusión del conocimiento universalista. En
ello, la escuela (aunque hoy en día apoyada por los medios y otra serie de factores
no necesariamente académicos) continúa actuando como el escenario de circula-
ción, transmisión y subjetivación del pensamiento colonial.
Mesa II
Educación intercultural 161
Michel Foucault, los autores rastrean los diferentes tipos de discursos emergentes
en los momentos históricos para demostrar la verticalidad de las relaciones entre el
Estado y los pueblos indígenas.
A modo de conclusión hemos evidenciado cómo este recién emergido proyecto,
que se conoce como educación intercultural, responde desde la participación de
quienes nos sentimos convocados a este encuentro, a la necesidad social de pro-
piciar espacios dialógicos en medio de una nación y una época marcadas por la
violencia colonizadora y epistémica, el racismo y la discriminación social, donde
se ha banalizado la existencia del otro, precisamente por la ignorancia colonial ante
el valor de sus diferencias culturales, cognitivas y epistémicas. En perspectiva,
hemos concluido que esta diferencia es capaz de revitalizarnos profundamente
en muchos de los aspectos que componen nuestra vida social. A manera de ejem-
plo nos gustaría poner en evidencia cómo las prácticas rituales y tradicionales de
socialización de los “minoritarios” representan, para nosotros, modos o procedi-
mientos para superar los conflictos en los que nos vemos inmersos individual y
colectivamente en la cotidianidad de las sociedades urbanas, las cuales son profun-
damente marcadas por la diferencia racial y cultural.
Es de notar que las perspectivas que buscan sacarle dividendos a la cultura de los
otros por medio de su incorporación a las lógicas mercantiles, también se han revi-
talizado en medio del valor que le otorgamos desde hace un tiempo a la “diversidad
cultural”, lo que demuestra que, en efecto, los agentes del capital y la globalización
apabullante son muy hábiles en hacer ver los elementos que componen la diferen-
cia cultural como mercancía.
Entendemos que este proyecto educativo, que pone en evidencia las posibilidades
de enriquecernos en la diferencia, está construyendo una agenda, basado en los
intereses subyacentes de los agentes que la moldean. Nos estamos refiriendo a que
el Estado, las ong, los pueblos indígenas, afrocolombianos, rom y los académicos,
quienes hemos venido construyendo nuestra práctica amparados en la perspectiva
del diálogo cultural, poco hemos hecho para comprender las tensiones con las que
Bibliografía
Castro, S. (2000). Ciencias sociales, violencia epistémica y el problema de la “invención
del otro”, En E. Lander (comp.). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias
sociales. Perspectivas latinoamericanas. Lima: Centro de Investigaciones Sociales,
cies.
Mesa II
Educación intercultural 163
Propuesta por un acercamiento academia-escuela:
del documento al monumento
Nidia Paola Muñoz G.51
Viviana Rodríguez R.52
Juan Carlos Gaitán R.53
Esta visión permite entender las interacciones originadas por la lengua dentro de
una cultura.
Adentrándonos en este ámbito educativo, el presente estudio delimita sus fronteras
en el nivel superior de educación, teniendo en cuenta lo estipulado en la Ley 30
de 1992, como legislación que regula la educación profesional cuando promulga
dentro de sus fines “la profundización en la formación integral de los colombianos
para cumplir las funciones profesionales, investigativas y de servicio social que
requiere el país”, en este caso, en concordancia con la conservación y el fomento
del patrimonio cultural también expresados en el marco de sus objetivos.
Dentro de esta educación nos centramos en los programas de pregrado que promue-
ven la investigación o el direccionamiento de sus trabajos de grado en el campo rela-
cionado con los saberes étnicos, especialmente los que tienen matices lingüísticos, y
analizamos la relación existente entre esta producción académica, el desarrollo y la
transmisión de estos saberes de la cultura nacional, con el cumplimiento y puesta en
práctica de los objetivos que regulan la Educación Básica en Colombia, de acuerdo a
la Ley 115 de 1994, en lo referente “al estudio y la comprensión crítica de la cultura
nacional y de la diversidad étnica y cultural del país”; relaciones que en términos
prácticos les otorgan sentido a las finalidades de la educación en Colombia y supone
en ella la principal promotora del reconocimiento de la diversidad lingüística del
país, como fundamento de la unidad nacional y de su identidad, esto es, a través de
Tablas
Estratificación documental 1: Comunidades indígenas como objeto de estudio
N.º Tipo Año Enunciados Detalles
Contribución al estudio de
Indagación por
la historia de los panches.
1.a Tesis 1974 aspectos arqueológicos
Excavaciones arqueológicas
en territorios indígenas
en la zona de Quininí
En el artículo 11 se enuncia
la importancia de la realidad Evidencia de la
antropológica de las participación de otras
1.b Decreto 88 1976
comunidades y se insta a su comunidades en el
participación en los campos desarrollo nacional
económico y social del país
Aspectos fonológicos de la Análisis estructural de
1.c Tesis 1982
lengua coreguaje una lengua indígena
Apela por la inclusión
(valoración y difusión) de
los aspectos autóctonos
de cada comunidad
Acercamiento de los
Decreto en la educación, sin
1.d 1978 aspectos autóctonos al
1142 perder de vista los
campo educativo
nacionales, velando por el
mantenimiento de la lengua
materna en cada comunidad
indígena
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lengua coreguaje. (tesis inédita). Universidad Nacional, Bogotá, Colombia.
Mesa III
Prácticas y experiencias en/con comunidades indígenas 181
del desorden y de la indecisión de la vida. Por eso, en la ciencia tampoco hay
lugar para la experiencia, por eso la ciencia también menosprecia la expe-
riencia, por eso el lenguaje de la ciencia tampoco puede ser el lenguaje de
la experiencia. (Larrosa, 2003, p. 3)
Mesa III
Prácticas y experiencias en/con comunidades indígenas 183
trascender los juicios (en su mayoría de carácter negativo) que comúnmente se han
tejido alrededor de la temática del trabajo infantil, para ubicarse dentro de una
realidad social distinta, que corresponde a los modos de ser y estar en el mundo de
las comunidades indígenas:
… en últimas los niños y niñas kichwas devienen dentro de su comunidad como
autónomos, responsables de su vida inmediata y de su futuro, son niños y niñas
educados bajo otras prácticas de crianza, que se enmarca en relaciones adulto-niño,
de cuidado pero también de promoción de la libertad, con una visión de mundo
diferente, resultado de un legado ancestral que los llama a tener una conexión con
su comunidad y con el mundo que dista mucho a la que se enseña a los niños y
niñas en la escuela y familias occidentalizadas. (Henao & Moyano, 2012, p. 9)
Experiencia e interculturalidad
Como se ha venido desarrollando, la noción de experiencia de trabajo en/con pue-
blos indígenas debe partir de una premisa clave y es identificar la manera como
los sujetos asumen el encuentro con la diferencia, pues al establecer las pautas
de relacionamiento con el otro es posible vislumbrar las nociones que se tienen de
conceptos tan complejos como el de interculturalidad, multiculturalidad o diver-
sidad cultural.
En el caso concreto de la experiencia investigativa, resulta fundamental esta dis-
tinción pues según como el investigador comprenda y se relacione con sistemas de
pensamiento diferenciados, así mismo establecerá el posicionamiento metodológi-
co y teórico de la investigación. De hecho, la manera como presente los hallazgos
y se refiera a las personas involucradas en el proceso investigativo revelará el lugar
de enunciación que asume.
Mesa III
Prácticas y experiencias en/con comunidades indígenas 185
Particularmente, la construcción de una experiencia investigativa que se plantee
con enfoque intercultural debe propender, en primera medida, por ubicar el con-
cepto de interculturalidad desde una mirada crítica, pues:
… no se trata simplemente de reconocer, descubrir o tolerar al otro o a la diferen-
cia en sí. Tampoco se trata de volver esenciales identidades o entenderlas como
adscripción étnicas inamovibles. Se trata en cambio, de impulsar activamente pro-
cesos de intercambio que permitan construir espacios de encuentro entre seres y
saberes, sentidos y prácticas distintas. (Walsh, 2005, p. 45)
Mesa III
Prácticas y experiencias en/con comunidades indígenas 187
sentido, la diversidad lingüística de este territorio lleva a que una persona hable de
tres a cuatro lenguas incluyendo el español, hecho que se ve más acentuado en las
familias indígenas que en los otros grupos humanos.
Bajo este panorama, resultaría consecuente plantear un modelo educativo con enfo-
que intercultural que permita generar espacios de interacción, valoración y valida-
ción de las distintas prácticas de vida que conviven en el territorio del Vaupés. Sin
embargo, plantea la autora, a pesar de que Mitú, la capital del departamento, cuenta
con apoyo estatal para garantizar el derecho a la educación hasta grado once, estos
esfuerzos son insuficientes pues el currículo responde a un modelo educativo ajeno
a la realidad del departamento. Además, en la región no se ofrece una formación
universitaria acorde con los retos culturales y sociales encontrados, por lo tanto, los
docentes que se asignan provienen de distintas zonas del país.
Ahora bien, a falta de esta formación a nivel universitario la Escuela Normal Su-
perior Indígena María Reina (Enosimar) ha sido la institución encargada para la
formación de maestros indígenas por más de cinco décadas. Esta trayectoria edu-
cativa por tantos años llevaría a pensar que el proyecto etnoeducativo se ha re-
flexionado y consolidado para responder a las características culturales y sociales
de la región. No obstante, la autora destaca una serie de situaciones que impiden
hablar de un proyecto educativo con perspectiva intercultural. Entre ellas, el mode-
lo pedagógico que subyace a la práctica de los docentes en donde no hay claridad
de los conceptos que soportan el proyecto etnoeducativo. De hecho, reconoce la
autora que su formulación carece de la participación de los actores interesados en
el proceso, como estudiantes, padres de familia, docentes y comunidad en general.
De otra parte, algunos docentes están contratados bajo la modalidad provisional,
lo que genera falta de compromiso con los procesos que se les asigna, incluso, se
evidencia esta incertidumbre en la manera de relacionamiento con los estudiantes
y la comunidad; por esta razón, surgen interrogantes como:
Mesa III
Prácticas y experiencias en/con comunidades indígenas 189
en este sentido retomando a Gruzinski (citado por Lepe, 2005) quien se cuestiona
sobre el modo de acercarnos a otros pensamientos sin llegar a reducir la realidad
encontrada a nuestras categorías de comprensión:
… ¿Cómo abordar estos mundos mezclados? Primero, tal vez aceptándolos tal
como se nos muestran, en lugar de apresurarnos a zarandear su disposición y de
someterlos a selección susceptibles de localizar y luego de aislar los elementos
con los que constituirían un ensamblaje. Esta disección –a la que llamamos análi-
sis– no solo tiene el inconveniente de hacer estallar la realidad, sino que también
proyecta, la mayor parte del tiempo, filtros, criterios y obsesiones que no existen
más que en nuestras vidas occidentales.
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Mesa III
Prácticas y experiencias en/con comunidades indígenas 191
Implicaciones del discurso intercultural en formación
de maestros indígenas y no indígenas
Cruz Yuli Andrea Rubio57
Entender la Amazonia…
un insólito lugar más allá del Caribe y los Andes
La extensa región amazónica ubicada en el sur del continente americano comprende
una vasta área geográfica con aproximadamente 7,4 millones de Km2, correspon-
diente a territorios de 8 países latinoamericanos (Brasil, Perú, Ecuador, Venezue-
la, Colombia, Surinam, Guyana y Bolivia). La zona que se inserta en Colombia
corresponde a por lo menos el 34% de la extensión de todo el territorio nacio-
nal, a pesar de ello muy poco se conoce sobre esta área en el centro del país.
La ignorancia que se tiene acerca de este territorio tiende a generalizar la Amazonia
como un territorio “peligroso e indomable” (Palacio, 2007, p. 1) homogéneo en
sus características ambientales o ecológicas, políticas, económicas culturales, socia-
les, etc., sin diferencias significativas en su interior. Sin embargo, recordemos que
esta vasta región está conformada por varios departamentos (Caquetá, Putumayo,
Guainía, Amazonas y Vaupés) desde donde se han construido relaciones particulares
de acuerdo a sus vínculos comerciales y de comunicación con el resto del país.
De esta manera, departamentos como el Caquetá y el Putumayo que conforman
el piedemonte amazónico, al poseer vías de comunicación terrestres, conservan en
la actualidad lógicas sociales muy similares a las del resto del país, “el contraste
con Vaupés, Guainía y el norte del departamento de Amazonas es inconfundible”
(Palacio, 2007, p. 3). En pocas palabras,
57 Escuela Normal Superior Indígena María Reina (Mitú-Vaupés). Correo electrónico: yuyis715@
hotmail.com
Cuando se llega al departamento del Vaupés algo que llama profundamente la aten-
ción es que allí la mayoría de su población es indígena. Grupos humanos que se cono-
cen en el plano académico, como la familia lingüística tucano oriental, conformada
por las etnias tatuyo, bará, barsano, cubeo, tucano, siriano, tuyuca, yuruti, taiwa-
no, desano, makuna, carapana, piratapuyo, letuama, guanano, pisa-mira, entre otros
(también habitan grupos poblacionales de las familias lingüísticas caribe y arawak)
que han habitado comunitariamente la zona, desarrollándose una fuerte tradición de
relaciones interétnicas e interculturales sin desconocer las relaciones de poder implí-
citas allí, a las que se suman las relaciones con otro tipo de pobladores mucho más
recientes como son los campesinos de otras regiones del país y afrocolombianos, en
muchos casos, catalogados como mestizos, colonos, blancos, cabucos, etc.
Las características identitarias de los pueblos indígenas del Vaupés encuentran
como elemento central la lengua, cuyo nombre ha servido para identificar a cada
grupo étnico. Estas lenguas son heredadas de acuerdo a la estructura social de
corte patrilineal (practicando lo que se conoce como exogamia lingüística59), y
59 El sistema de exogamia lingüística constituye la clave de la estructura social del Vaupés, por medio de la
cual los integrantes de un grupo establecen sus relaciones de parentesco con grupos de habla diferente a
la propia. De no ser así se puede estar cayendo en relaciones de tipo incestuosas. La exogamia también,
61 Solamente hasta el presente año (2012) se comienza a dar vigencia al decreto 2500 de 2010 con el
cual se concede la administración de la educación a dos asociaciones Acaipi y Azatrizy.
62 Para el departamento la política educativa por excelencia es la de la etnoeducación, que pretende
brindar una educación acorde con los principios y la cosmogonía indígena; sin embargo, sigue
fuertemente permeada por los criterios y estándares que se manejan en la educación formal que se
brinda para el resto de la nación.
63 La palabra paisano en otras regiones del país está relacionada con la persona que posee el mismo lugar
de origen, en Mitú así como en otras regiones de la Amazonia, este término designa específicamente
a las personas indígenas, en muchos casos con tintes folclóricos y de manera despectiva. Ej.: No sea
paisano, no haga esas paisanadas, etc.
Así propende por formar integralmente a los futuros maestros del Vaupés, desde
sus patrones culturales y manifestaciones de ciencias, valores, mitos y costumbres
de las comunidades, potenciando su desarrollo en todas las dimensiones del ser
humano. (pei Enosimar, 2006, p. 54)
Se apuesta entonces por un maestro que desde sus patrones culturales y la revalori-
zación de la cultura lleve a cabo la tarea formativa en la escuela primaria, idea que
se acrecienta para el caso colombiano a través de la Constitución de 1991 donde
64 La Enosimar desde el año 2010 ha comenzado a desarrollar su proyecto etnoeducativo con el apoyo
y la asesoría del men, para estar al mismo nivel que los proyectos etnoeducativos que desde hace
algunos años se han venido desarrollando en el departamento, se ha asignado un presupuesto y
desarrollado un plan de trabajo a cargo de la Junta de Etnoeducación y se han tenido encuentros
iniciales con asesores del men.
No en vano muchas de las dificultades académicas que poseen los jóvenes estudian-
tes indígenas son interpretadas por los docentes como “pereza, falta de inteligencia,
problemas en la memoria, lentitud, exceso de chicha, que no saben leer, que no saben
interpretar, etc., por ello tienen pésimos resultados en las pruebas Saber, y, definitiva-
mente, no quieren salir adelante”.
65 Retomo el concepto de “utopía intercultural” de Jorge Gasché que al respecto dice “Desconocer a
tal punto las relaciones de poder y de dominación que jerarquizan la sociedad mundial y todas las
sociedades nacionales y pensar que una educación de respeto y tolerancia en un marco artificial de
igualdad (el aula escolar) cambiaría esas macro-relaciones, siempre nos ha parecido no sólo una
ilusión idealista y, a lo mejor, ingenua, sino y más bien una falta de responsabilidad social, pues,
en vez de formar a los jóvenes para enfrentarse con las relaciones de poder y de dominación y de
darles herramientas éticas, intelectuales y discursivas para defenderse en un mundo organizado por
la ley del más fuerte, del más ambicioso y del más voraz, los utopistas angelicales –es decir, la casi
totalidad de los “expertos” educativos en interculturalidad– forman a los niños en actitudes tolerantes
y respetuosas que se adaptan a las fuerzas dominantes, de esta manera fomenta el conformismo de
los sumisos con los valores, intereses y beneficios de los pudientes
Este tipo de trabajo que se plasma en el pei de la universidad debe sobrepasar las
barreras de la distancia geográfica y llevar a los futuros licenciados a ese contacto
en las actividades cotidianas de las comunidades indígenas, permitiendo fijar la
mirada en los lazos de solidaridad que sustentan generalmente las relaciones de
parentesco, compadrazgo, vecindad y amistad que se manifiestan en el compartir
de alimentos (hablamos entonces de solidaridad distributiva), en la cooperación (a
través de “mingas” etc.), la solidaridad laboral y en la concelebración de fiestas (la
solidaridad ceremonial) (Gasché, 2010, p. 15).
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Introducción
Aprendemos principalmente lo que somos capaces de representar.
S. Moscovici, 1986
Representaciones sociales de trabajo que construyen los niños y las niñas menores de 12 años:
el caso de la comunidad indígena kichwa de Bogotá 209
reconocer que cuando se habla de infancias en plural se hace referencia a ese tran-
sitar por los mundos de vida, a esa trayectoria de experiencias (entendidas estas
como el reflejo sensorial y empírico del mundo exterior).
Se considera de vital importancia investigar aquellas otras infancias trascendiendo
el mero diagnóstico y tomando en cuenta las subjetividades de los sujetos, por medio
de la utilización de relatos de vida como herramienta para introducir ideas sobre lo
social, para de esta manera aportar en el conocimiento de esas otras infancias como
el caso de las indígenas que además de encontrarse inmersas en un contexto com-
plejo, han sido ocultadas o relegadas por el hecho de considerarse “minoritarias”.
De la misma forma, y a través de un proceso investigativo enfocado en la narrativa,
se busca rescatar sus voces y entender a los niños no solo como objetos de protec-
ción y/o cuidado, sino también como participes de las dinámicas sociales que los
envuelven, sabiéndolos como sujetos portadores de herramientas tanto objetivas
como subjetivas con las que ven, interpretan y viven en el mundo.
Así pues y teniendo en cuenta el enfoque de derechos humanos –que no se debe
en ningún momento obviar, y con el que se han de orientar como profesionales y
futuras especialistas en infancia, cultura y desarrollo– se busca realizar un acer-
camiento a una de esas diversas infancias. Además de lo ya planteado, con esta
investigación se espera llenar un vacío conceptual existente en cuanto a la reivindi-
cación del indígena como parte fundamental en el desarrollo de nuestras ciudades.
Desde el análisis de los relatos como fuente de conocimiento se espera generar
propuestas para la construcción de conocimiento desde lo empírico, entendiendo
que cada uno desde su experiencia personal tiene una propia teoría, aunque sea
elemental, de sí mismo y de la vida. Como lo plantea Dux
… hay que poner el acento en el potencial de expresión “científica” de los relatos
de vida. Es falso creer que un relato de vida es por naturaleza pre teórico (o pre
analítico); y que las ideas, los conceptos, las descripciones en profundidad no tie-
nen otro modo de expresarse que el discurso teórico. (2001, p. 28)
¿Trabajo infantil?
Inicialmente, para definir a los niños y niñas trabajadores es preciso enfatizar en
dos categorías centrales alrededor del tema: la primera tiene que ver con la “mino-
ría de edad” y la segunda con el “trabajo infantil”. Esta primera se entiende desde
la Convención de los Derechos del Niño de 1989 (ratificada por nuestro país me-
diante la Ley 12 de 1991) como todo sujeto menor de 18 años de edad; asimismo,
desde la Ley 1098 por la que se expide el Código de la Infancia y Adolescencia
(2006) se denomina niño o niña a la persona entre los cero y los doce años de
edad, y adolescente a la persona de ambos sexos entre doce y dieciocho años de edad.
Esta definición no se constituye como única e irremplazable a pesar de su peso
legal, ya que en diferentes campos se define la niñez y la adolescencia desde pará-
metros diversos, la oit, por ejemplo, considera al niño como un ser humano de uno
u otro sexo cuya edad es inferior a los 15 años (concepto estructurado en función
de la edad mínima de admisión legal al empleo).
Ahora bien, en Colombia el trabajo infantil es considerado como
… toda actividad física o mental, remunerada o no, dedicada a la producción,
comercialización, transformación, venta o distribución de bienes o servicios, rea-
lizada en forma independiente o al servicio de otra persona natural o jurídica por
personas menores de 18 años de edad. (iii Plan Nacional para la Erradicación del
Trabajo Infantil)
Representaciones sociales de trabajo que construyen los niños y las niñas menores de 12 años:
el caso de la comunidad indígena kichwa de Bogotá 211
Sin embargo, para entender la concepción de trabajo infantil debemos tener cla-
ros dos marcos: el objetivo, que hace referencia a las actividades en sí mismas, la
intensidad horaria y el contexto en el que desarrolla el niño su actividad, y el sub-
jetivo, que nos indica el modo en el que él o ella construyen su realidad a partir de
las actividades que realizan, los pensamientos, opiniones y sentimientos que tejen
alrededor de sus quehaceres diarios.
De acuerdo a ello, la noción de trabajo infantil se maneja desde diferentes pers-
pectivas: la primera y más común respuesta histórica a este es la perspectiva
“abolicionista”, que tiene como objetivo la total abolición del trabajo infantil (oit-
Unicef ). La segunda estrategia parte de la observación de que los niños y las
niñas mayores están autorizados y autorizadas para trabajar bajo una legislación
protectora, esto apunta al llamado enfoque “regulador” hacia el trabajo infantil;
y la tercera y última estrategia es la llamada perspectiva de “empoderamiento”,
en la cual los niños y las niñas son vistos más como sujetos activos o agentes de
cambio, y se ocupa de promover la organización propia de los niños trabajadores
(nat) (Hanson & Vandaele, 2000, p. 5).
Representaciones sociales de trabajo que construyen los niños y las niñas menores de 12 años:
el caso de la comunidad indígena kichwa de Bogotá 213
está a favor o en disposición de lo social, con el objeto de crear puentes de enten-
dimiento entre los sujetos, que les permitan acercarse a las realidades de la misma
forma, para compartir opiniones, actitudes, disposiciones y comportamientos,
para formar así lo que se denomina identidad social.
Infancias indígenas
De acuerdo al censo nacional de 2005, de los 42090502 colombianos, 1392623
(3,43% de la población nacional) son indígenas pertenecientes a 84 pueblos.
La mayor parte de esta población se encuentra ubicada en zonas rurales, pero pese
a múltiples fenómenos, en años recientes se ha venido incrementando de manera
progresiva en las cabeceras municipales y en las grandes ciudades como Bogotá.
Los pueblos indígenas son en su origen anteriores a la conformación de los Estados
de gobierno. A pesar de las diversas dificultades que han tenido que afrontar estos
diferentes grupos a lo largo de la historia, han sido pueblos con una rica dinámica
de construcción de sus identidades, de tal manera que hoy aparecen identificándose
como pueblos, y manteniendo en sí mismos, aunque de manera desigual, legados mi-
lenarios de sus ancestros.
Los pueblos indígenas se definen como las colectividades originarias, conformadas
por comunidades o centros con identidades culturales que las distinguen de otros sec-
tores de la sociedad, regidas por sistemas propios de organización social, económica,
política y legal.
Para los indígenas la comunidad es la unidad básica donde se desarrollan y reprodu-
cen todas las prácticas culturales que caracterizan a su pueblo. La cultura es para ellos
el eje primordial en torno al cual se mueven las relaciones entre los distintos actores,
constituyen el conjunto de familias asentadas en un territorio determinado, que se
identifican como parte de un pueblo y/o nacionalidad, que basan su modo de vida en
una práctica colectiva de reciprocidad y solidaridad, con un sistema de organización
político, administrativo, espiritual y cultural colectivos.
La literatura a la cual se acercó esta autora también demostró las tensiones en las que
se encuentran los niños y niñas indígenas ecuatorianos, quienes por la migración es-
tán entre el mundo rural y el urbano, y, por tanto, entre estas dos formas de mundo so-
Representaciones sociales de trabajo que construyen los niños y las niñas menores de 12 años:
el caso de la comunidad indígena kichwa de Bogotá 215
cial. Swanson plantea: “Como los niños se integran cada vez más a la esfera urbana, es
importante entender cómo su exclusión está frecuentemente contenida en un discurso
racista que legitima y naturaliza el distanciamiento social y espacial” (2010, p. 93).
En efecto, y citando a Radcliffe & Westwood (1996), Swanson plantea que en los
imaginarios populares, los grupos étnicos y raciales son asignados a regiones espa-
ciales específicas: los mestizos y los blancos a la urbana, los negros a la costa y los
indios al campo (2010, p. 62). Por ello cuando los indígenas habitan en la ciudad se
rompen los imaginarios populares geográficos y, por tanto, las divisiones raciales
(Radcliffe & Westwood, 2010, p. 65).
Entendiendo que hoy en día la niñez indígena se articula con las nociones occi-
dentales y modernas de la infancia la tarea es comprenderlas desde las dinámicas
actuales. No se puede relativizar el hecho de la protección de los derechos de los
niños y las niñas, pero tampoco se puede obviar y dar por sentado que ciertas
situaciones suponen una violación a los mismos. El reconocer que existen otras
infancias y múltiples maneras de ser niño y niña demanda el hecho de comprender
la multicausalidad de un fenómeno como el trabajo infantil. Ante esto es imperante
reconocer que indiferentemente de si se realiza en el contexto de origen (en el caso
de las comunidades indígenas) o en otro, como el urbano,
…el aprendizaje que hace todo ser humano en su vida diaria a través de la apro-
piación, uso y adaptación de prácticas sociales, materiales y de herramientas sim-
bólicas desarrolladas por su cultura, conforma el contexto de la vida social que
acompaña la construcción del conocimiento. (Díaz, 2010, p. 65)
Discusión
Los niños y las niñas de la comunidad indígena kichwa que acompañan a los adul-
tos de su comunidad en las ventas informales en la ciudad de Bogotá tienen repre-
sentaciones sociales sobre el trabajo que van desde considerarlo como espacio de
socialización y cooperación a su comunidad, hasta posicionarlo como un evento
Representaciones sociales de trabajo que construyen los niños y las niñas menores de 12 años:
el caso de la comunidad indígena kichwa de Bogotá 217
La labor está en comprender la existencia de otras maneras de ser y estar en el mundo.
Se debe realizar una labor intercultural que incluya esas otras maneras y que sobre
todo esté sustentada en el respeto. Mario Nacimba, quien nos sirvió como referente
académico y sobre todo cultural, nos deja abierta la invitación a que realicemos una
labor de multiplicadores en la medida en que busquemos la manera en que las perso-
nas comprendan que el indígena existe y que es un ser social que está dotado de unas
características particulares
Lo más importante es qué hace con los no indígenas para que ellos nos compren-
dan, nos visibilicen, hacer como un trabajo de socialización en el que se muestre
qué es realmente ser indígena ¿qué es? es un ser, una persona, un mundo, en este
caso sería bueno hacer un trabajo desde el trabajo social, desde la educación,
desde cualquier campo, para que el otro pueda darse cuenta que existe un mundo
de los indígenas y que existe un mundo diferente al de ellos, lo digo desde la
educación, porque es que hay unos que ni saben que nosotros existimos o creen
que tener el cabello largo es una rebeldía, no, es parte de la identidad, es parte de
la cultura y es parte de la estética, o sea cuando tú te cortas el cabello en tu co-
munidad tú te ves mal. Ese es el aporte, un trabajo de todas las ciencias sociales,
es un trabajo de visibilización, realizar un proceso de visibilización a través del
discurso, a través de la palabra, a través de la historia, y contar una historia real,
en lo posible hacer científica la historia. […] Aquí se habla de identidad, encierra
cultura, encierra historia, desde la cultura alimentaria, la cultura del vestuario,
etc., la cultura la suelen mirar como un folclor cuando las construcciones tiene
que ser desde un concepto político y qué es un concepto político, la posibilidad de
hacer bien las cosas, el arte de poder realizar unos acuerdos.
Representaciones sociales de trabajo que construyen los niños y las niñas menores de 12 años:
el caso de la comunidad indígena kichwa de Bogotá 219
mayoría de los casos como una situación de explotación, sino más bien como
una práctica de socialización, de aprendizaje y de compartir saberes con los
demás miembros de la comunidad.
Recomendaciones
Esta investigación se debe tomar como apuesta epistemológica que pretendió com-
prender la realidad en un aspecto específico: “la representación social de trabajo
que construyen los niños y las niñas” de una de las comunidades indígenas de
mayor presencia en nuestra ciudad. El gran reto investigativo era el de despojar de
esta investigación las pretensiones eurocéntricas y dilucidar una realidad que solo
puede ser contada por ellos mismos. De esta forma, la presente investigación nos
invita a continuar en el proceso de interacción y de comprensión de la cosmovisión
de estas comunidades y se debe tomar como un aporte en el largo camino que se
debe recorrer para traer a los diferentes escenarios académicos estas lecturas cons-
truidas a partir del diálogo de saberes.
En concreto se hace énfasis nuevamente en que este documento debe entenderse
como el comienzo de una tarea por concluir, pues con la investigación documen-
tal previa al trabajo de campo se pudo encontrar que acerca de las condiciones
de vida de las poblaciones minoritarias en contextos como los de Bogotá se ha
escrito muy poco.
También se develó que de las poblaciones como las indígenas, que han venido
siendo desplazadas hacia las diferentes ciudades por diferentes factores, se tiene
muy poco conocimiento; por ende, se hace un llamado a tener una perspectiva
comprensiva de los fenómenos que rodean a estas comunidades, para detenernos
en sus condiciones específicas, ya que es urgente escuchar sus voces, y más urgen-
te aún escuchar sus demandas.
Representaciones sociales de trabajo que construyen los niños y las niñas menores de 12 años:
el caso de la comunidad indígena kichwa de Bogotá 221
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Representaciones sociales de trabajo que construyen los niños y las niñas menores de 12 años:
el caso de la comunidad indígena kichwa de Bogotá 223
Oralidades, literaturas
El Primer Seminario Oralidades, Literaturas e Interculturalidad y Primer Encuentro
Prácticas en Interculturalidad con comunidades indígenas, organizado por el grupo
de investigación Merawi: Subjetividades, Saberes y Territorios del Departamento de
Lenguas de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia, realizado del 31 de e interculturalidad:
mayo al 2 de junio de 2012, buscó socializar algunas de las investigaciones y reflexio- acercamientos y discusiones
nes que el grupo de investigación venía desarrollando en estos campos, asimismo,
entrar en discusión con otros grupos y experiencias de investigación en escuelas indí-
genas rurales o urbanas, con maestras y maestros que han tenido esta experiencia
educativa así como estudiantes, egresados, docentes y comunidades que realizan prác-
ticas pedagógicas en interculturalidad, con el fin de problematizar las implicaciones
teóricas, éticas y políticas de trabajar estas temáticas en países latinoamericanos.
Facultad de Humanidades
Departamento de Lenguas
Grupo de Investigación Merawi