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ELTRATADO DE PLUTARCO SOBRELA SUPERSTICION (=MORALIA 167F-168D) Msnica MARCOS CELESTINO Universidad de Leén 1°.- ENCUADRAMIENTO HISTORICO. Resulta indudable que. cuando se aborda el andlisisde unaobraliteraria (o de un fragmento de la misma), lo que verdaderamente interesa es el producto literario que estamos sometiendo a consideracidn. Sin embargo. no es menos cierto que en miiltiples ocasiones et conocimicnto de la peripecia humana de su autor y de las circunstancias histéricas en que se desarrollé su vida puede resultar poco menos que imprescindible para explicar atinadamente aquella obra 0 fragmento y la postura que en un momento dado adopts ante determinados hechas. No hay quo olvidar que elhombre es siempre hijo de su tiempo, y que el tolar histdrico que urdié su existencia es lo que a la postre nos proporciona las claves tltimas de la produccién literaria de un autor. Sila obra suele ser manifestacién de la personalidad de quien la lleva a cabo, y si esa persona, incluso inconscien- temente, busca una respuesta a los problemas propios de su época, no cabe duda de que Plutarco es un acabado ejemplo de los tiempos en que le tocé La Grecia de los siglos III p.C. en la que vive Plutarco no era sino un ‘mortecino reflejo de lo que antafo fuera. Débil y postrada, habja acabado por ser convertida en una provincia més del poderoso y expansive Imperio Romano. Desde hacia ya mucho tiempo se habia quebrantado el orgullo de las rolete libres y soboranas, y la pérdida de las antiguas libertades habia obscurecido por completo el horizonte de los ciudadanos. El hombre, privado del impulso de alicntos comunes y de estimulos gonerales de altos vuolos, busca refugio en su interioridad 0 vuelve la vista al pasado, intentando buscar ensu propio interior rospuostas personales acircunstan- cias vitales que le resultan nuevas y, al mismo tiempo, pretendiendo encontrar en el ayer aquellas normas que un dia sitvieron a sus antopasa- dos para alcanzar las alturas a las que legaron. ‘Ante tan desalentadora situacién, ol intelectual de la época (Plutarco es paradigma de ello)’ se incliné preferentemente por una de estas dos posturas. La primera, de claro enfoque moral, extrafa sus principios en la doctrina epictirea o en ol estoicismo’, aunque a la postre acabaria por "Rul. BARROW, Plucarch and his time, Bloomington-Londres 1967. 2-Cf, M.A. MARCOS CASQUERO, Plutarco. Cuestiones Ramanas, Ed. Akal, Madrid 1992, p.16: "La intutcidn de la decadencia social, del agotamiento general de Ja gran maquinaria del Imperio, genera en el individuo un sentimiento intimo y sangrante de posimismo o impotoncia. El estoicismo parece ofrecerle una tabla de 207 Notas desembocarse en un eclecticismo, que venia en realidad a ser el producto tiltimo cel escepticismo®, La segunda, de indudable marchamo metalsico- religioso, emana de las escuelas judaico-alejandrina, platsnico-pitagérica, © neoplaténica, aunque también aqui la tendencia hacia el sincresismo resulta innegable. Asi, el pitagorismo que en sus origenes conjugaba. filosofiay mistica, y que habia servido de soporte ideoldgico alo que muchos consideraban una “secia”, habia acabado por ser absorbido por el platonis- ‘mo, para terminar su simbiosis convertido en una “norma de vida” que cobra gran vitalidad en el siglo 1a.C. y pervive durante los dos primeros sighos dela era cristiana: en esa corriente pitagérico-platonizante miitard ‘amente Plutarco‘. El contacto de nuestro autor con las religiones jentales (sobre todo la egipcia y la persa) confiere a ese sincretismo una, piitina personal y propia’. La preocupacidn por los tomas religiosos es una constante en las obras plutarquianas’. Educado on una familia erudita y aristocrética, vigjero impenitente, lector incansable, espiritu curioso, ante todo lo que se ofrece ‘asu consideracién busca una respuesta o plantea una pregunta, Muy oven, visit6 Alejandrfa y entré en contacto con el fascinante mundo religioso de 105 ogipcios. Reflejo del atractivo que por ello sinti6 es el De /side et Osiride, ‘que compone por el 115 p.C., en los tiltimos afios de su vida: el interés que 1a religion egipcia desperts en su juventud so mantione vivo on su vojoz. El ‘afio 65 habia entrado en contacto en Atenas con quien se convertiria en su. mis entrafiable maestro y amigo: AmmAnico, fildsofo platénico, aunque de origen egipelo, que tenfa escuela en Atenas. Con Amménico se empapa del pensamiento de Platén y de la Academia, mientras que al mismo tiempo salvaciéne ol refugio en ol propio yo, ol autoonciorro on ol mundo de la perfeeléa ‘moral personal”. Véaso también D. BABUT, Plutarque et te stoicisme, Paris 1969. Cf, M.A. MARCOS CASQUERO, Plutarco. Cuestiones Romanas, Ed. Akal, Madrid 1992, pp.16-17: “Ese mismo sontimionto [do pesimismo o mpotencia| ‘arrastraa trosalesceptilsmo:antelos problemas, cabor'soluclonescontrapwssias, ‘cuya consideracidn antindmica ofrece, siempre, tantas razones en pro como en ‘contra, por lo que In duda de Ia bondad do cada una de elas salta a cada momento. [EI ideal dol sabio serd., puos. mantonerso al margen de toda opinién. Yes el ‘escopticismo precisamonte el que, dudando del degmatismo de cualquier escuela Flosdiea (..1, suscité In nocesidad do llegar © un compromiso, x una siaesis

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