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rNsTrTU,T,o cL,fllqq En una época en la que parece que nacla pocrría ers(,irr):rr ur írr¡rt.trr
DE BUENOS A¡NE5
evaluador y a una exigencia de transparencia al;solutlr cnur.llolrrtlrr
por el bien de todos, la opacidad de la angustia ponc u n r ¡lrsricu lr r
La
I«i¡4it,«
productiva, capazde transformar el goce en el objet, car¡su rlt.tlt,st.., fÚ
rJ
Así,la experiencia analiticapermite al sujeto localizar,rcrlut.ir.,;rlivi¡rr. fE
yhastafranquear su angustia abriéndole ras puertas clcl ,r.t« r, y rr lrr
demuestra que, sin angustia, no hay sujeto digno cle s, .xistt,llt.irr,
o) Ieonardo (k¡rt»sllza
-o
-0
L- I)r itl«is
Directora de ta colección:
La angustia lacaniana
Silvia Getler
Secretaria de [a colección:
Angé[ica Marchesini
Director responsable
de la publicación:
Leonardo Gorostiza
Jacques-Alain Miller
l=;:*i*&acÉts=-
Índice
ISBN 978-950-12-8806-3
Rrr,,nnso DE LA SEXUALIDAD FEMENINA 45
Reviviscencia ............... 45 V. Una línea de quiebre 99
Un órgano paradójico 47 LACANTANo
Los.qNcE 99
Falo órgano 49 Desacuerdo .................... gg
51
Dos fantasmas paradigmáticos ......... ....'........'..'.... 52 El spñuplo porENCrA
DE LA .............. 103
Un objeto no especularizable ............ 103
lll. Placa giratoria 57 De lo ansiógeno a lo erógeno .!....!....,.!!..!. ........... 104
UNe axceveclóN .......... 57 lJna extracción corporal ................. ... 106
Objeto irreductible 57 El objeto a, fracaso del Nombre del Padre .......... 109
Cambio de coordenadas ............. 59 Lavía del análisis .......... 110
DB:rul,rpsceNCIA .......... ó0
D esmitologización........ ó0 Vl. Un hilo de Ariadna ...... 113
Corazón de mito 62 EL ..TrupsRr,clrtrlc>>....... ... 113
Función generalizada 64 Una pequeña matriz ...... 113
Rpsro REAL ......... 66 Un estadio del espejo desimetrizado ................ .... 115
La dimensión del a 66 IJn resto libidinal ........... ll7
El amor velo de la angustia.. 6B Onlrro rxrn¡ño ............... 119
Significante innombrable ................ 7t No sin objeto......... ......... 119
Señal de lo real 73 La escena y el mundo .... LzI
@, un señue1o................ 75 Duoro y MELANCoLÍA ............. ............... 122
Acto e inconsciente .......-. I22
11
lV. Más acá deldeseo Lo real contra la verdad ..................... 124
77
UN ¡¿óvrr Opp,naoon DE SE¿\RACróN.............. ....... 125
IJn arte de retórico Entre fracaso y encuentro..................;....................................... 125
Momento fenomenológico y construido 7B Objeto mecánico .............. 127
Antinomia del deseo 79 Efecto mayor del lenguaje sobre el goce .......... .... 129
On¡rro-er euE sE AIUNTA Y oBJETo-cAUSA........... B1
De la intencionalidad a la causalidad ............... B1 Anexo ............. 133
Condicionalidad del deseo ......... 83 L¿s RoricRpNCrAS DEL Sp¡¿rNexro DE Ll ANGUSTIA,
Objeto verídico y objeto falso .......... B4 <<pIEzAS surlirAs>> ........... 13 5
Lo que no se deja significantizar ............'.. B7
La angustia, momento lógico B9
Ap¡.nrcloNrs, rERTURBACIoNES Y SEPARACIONES............. 90
Certeza de la angustia ................ 90
Angustia productiva 92
Imaginario perturbado 94
Prefacio
11
LA ANGUSTIA LACANIANA PREFACIO
El Seminario de La angtntia es radical en cuanto permite reubi- tia>>, que es la base para la elaboración de todo el seminario; La
car la castración. Su elaboración depende de la superación del obs- relación de objeto, respecto del cual Miller plantea qué cambia del
táculo que constituye la angustia de castración, límite freudiano de objeto entre este seminario y cl de La angrstia; cómo se articula E/
la experiencia analittca. Si hay estadios pregenitales pero no pree- serninario 10 con el siguiente, el de Los ruatro c0ncept0s..., donde
dípicos, es porque los estadios se organizan en la retroacción del señala el camino que va de la división subjetiva a los esquemas de
Edipo. Sin embargo, Lacan luego desmiente esto y consü'uye más alienación y separación. La lista no termina aquí, es vasta.
bien lo que se llama una ..constitución circular del objeto'r. Uno de El trabajo de Miller consiste en hacer emerger como objeto un
los vectores fundamentales es ubicar cómo se pasa del falocentris- objeto distinto de los otros. Lacan se sitúa en este ..no como los
mo a la función generalizada del objeto a, entendida ya no corrro otros>>. El tratamiento del objeto, según Miller, es <<como un cris-
edípica y cronológica sino como topológica y sincrónica, con lo tal que lanza destellos, que deslumbra, que hay que tratar con un
cual asistimos a la sustitución de una mitología por una topología. estilo diamantino, con pequeñas pinzas, y mirar sus diferentes
La angustia finalmente es un camino alternativo ala Auftebu.ng facetas. Se construye en secreto una nueva concepción de lo espe-
hegeliana. El resto es lo que no se presta ala dialéctica, 1o que no cular [...] y esto implica un estilo envolvente, laberíntico, digresi-
se presta al significante; es el resto como absoluto, ante el cual vo y al mismo tiempo concéntricott. Thmbién se elabora una nueva
toda Auftebxtng se torna impotente. estructura de Ia falta, que pasa por la topología y da lugar a un
Para esto es imprescindible sumergirse en el recorrido de los tres estatuto inédito del cuerpo. H"y una ..desimaginarización del
objetos freudianos, oral, anal y fálico, y los dos lacanianos, lavozy objetorr, una ..desimbolización, y una ..designificantización>>.
la mirada, a los que Lacan se dedica minuciosamente en el Por último se publica una conferencia de Jacques-Alain Miller
Seminario de La angu.stia. Que la anatomía es el destino, como decía sobre las referencias de Lacan al Seminari o de La angustia. Miller
Freud, queda bien demosn'ado. Estos objetos primero naturales, define la referencia como un <<antiobjeto arr,y, paradóiicamente,
luego estructurales, no alcanzan como categorías para logificar lo en Lacan esta es más un objeto a q.ue en otros. Las referencias
que del objeto se puede extraer en términos de una clínica del obje- pueden ser explícitas, implícitas, solapadas, comentadas y no
to a.}J:ay un paso, como señala Miilel en su cursor Que vá de una comentadas. Tenemos la referencia situación y la referencia mura-
biología a una lógica que comienza en Dl serninario 10. lla. Abunda asimismo sobre la etimología de la referencia, de la
La investigación sobre la eficacia de las psicoterapias produci- que extrae tres sentidos que permiten abordar su uso. Se podría
da por el INSERIVI favorece la idea de que el saber en lo real se tlccir que Lacan se sirve de las referencias agujereándolas en la
reduce al significante contable. A partir de esta conclusión la mrdida en que avarrza en el despliegue de su enseñanza. La proe-
angustia se torna un obstáculo para el acceso a lo real, cuando en za del Seminario es quebrar la koiné, quebrar el sistema común de
verdad se trata precisamente de lo contrario. Para no dejarse ador- referencias, lo que implica desviar, aunque no completamente, el
mecer por el significante utilizado en la palabra, Miller invita a la marco de referencia en los que lo escuchan.
lectura, al estudio del Seminario de La angtstia. Miller realiza esto con la angustia lacaniana. Ffay entonces una
Los cognitivo-conductistas, que conciben la angustia como un angustia lacaniana, que es la buena manera de decir que no es la
trastorno o un disfuncionamiento, proponen desangustiar-. Mientras angustia freudiana. Intentemos vislumbrar el hilo conductor que
que la angustia que elige Lacan, la lacaniana, tal cotno la nombra Miller propone a través de este viaje por el Seminari o de La angtts-
Jacques-Alain Miller, es el modo de acceder a lo mís singula¡ al tia. Quizás esta sea Ia ocasión para develar algunos misterios hasta
objeto a.La fanción del resto refuta a los que tienen una pasión por ahora desconocidos por nosotros.
la evaluación.
La elaboración de este recorrido abso]utamente exhaustivo Su¡¿r¿ Gu.i-nn
pasa por una diversidad de textos: ..Inhibición, síntonra y angus-
72 73
!. La angustia o e[ concepto
Dr uN LrsRo A orRo
Extrañeza
15
LA ANGUSTIA LACANIANA I, LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
pruebas. Quien les habla está dentro, a destajo, y no desde hoy, en exposiciones pictóricas, Que se hallan en el camino. Contraria-
un contexto que saben hasta qué punto ha sido movido este año, y mente a lo que se obsen a en otros seminarios de Lacan, en este se
que quizá no sea indiferente a mi decisión de publicar este Senrina- moviliza un número muy reducido de obras. Y sobre todo, mien-
rio. En un contexto en el que la reglamentación de las psicoterapias tras que el primer libro, el del INSERtrzI, no pierde nunca de vis-
es el tema favorito, un contexto ampliamente marcado por la pasión ta el tratamiento de los trastornos y busca siempre el mejor, en el
de la evaluación,la aparición de semejante libro solo podr'ía ser in- segundo, el de Lacan, no puede decirse que la angustia se conside-
tempestiva, extemporánea, desentonada. De modo que es posible re un trastorno, un disfuncionamiento. No creo haber encontrado
anticipar que esta aparición hará escuchar una disonancia. en este Seminario la indicación de que haya que curar la angustia
En cierto sentido, no podía imaginarse nada mejor para este de la que se trata, la angustia lacaniana -a la que el autor llega pro-
Seminario que salir alaluz,llegar al público, en un momenro en cediendo a un gran desbroce de las formas múltiples de la angus-
el que estamos seguros de que se destacará por su extrañ.eza. tia y de Ias oportunidades de su surgimiento-, sino a lo sumo atra-
vesarla. fuí, cuando se considera esta obra respecto de la otra, el
autor, el orador transformado en autol-, brilla más bien por su in-
Atravesar diferencia al tratamiento, y se muestra muy ocupado en lo que
constituye su propia pasión. ¿Cuál? Lacan no la esconde: prose-
Sería de lo más cómico establecer un paralelismo entre un libro y guir su discurso, articular términos, conjugarlos,! dar a cada uno
el otro, entre el informe del INSERII y el Seminario de La angrrs- su lugar exacto.
tia.Pero me contengo. Habría que hacerlo con el estilo de la per- He aquí un hilo posible para esta investigación, y en vano se
sona graciosa que tiene un aspecto serio. encontrar-ía una respuesta directa a lo que moviliza a los equipos.
¿Qué se diría entonces? Que uno es un trabajo de equipo, que Todo lo relativo a la psicoterapia está ausente de la obra de una
abarca toda la psicopatología o casi, mientras que el otr-o es la obra manera soberbia, arrogante. Por este rasgo resulta especialmente
de un investigador aislado -y, además, autoproclamado. Y esto es intempestivo cuando se nos pide -¿quién?- que respondamos so-
tan cierto que el año que debía seguir este Seminario, al comien- bre el tratamiento y su eficacia.
zo del siguiente, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoandlisis,
este investigador puso él mismo en tela de juicio por qué estaba
autorizado a expresarse de este modo, sin la garantía de la colabo- Un [ugar conceptual
ración, la ügilancia, de lo que hoy parece el instrumento indispen-
sable de tal trabajo, a sabeq ser supervisado por los pares. Este seminario debe leerse suponiendo, a propósito de la angustia
Aunque solo sea por la manera de actuar, se percibe que, res- y lo que esta conlleva, que la dirección de la cura se deja, se con-
pecto del psicoanálisis, deben de quedar algunos prejuicios relati- fía a los que escuchan -cada uno debe aprovecharlo, dar su traduc-
vos a la intuición genial, solitaria. ¿De dónde lo sabe? ¿Y por qué ción práctica-, y que es legítimo que una enseñanza se despliegue
no se fía más que de sí mismo? Lacan se dedica, de una manera en su continuidad, en el relativo misterio del que se rodean sus
que parece limitada, a un fenómeno único, tomado del vasto do- elaboraciones, sin que nadie conmine a quien habla a curar la an-
minio que hoy se llama psicopatología. gustia, a desangustiar -no es un tema del que se ocupe este Semi-
Mientras que el primer libro que hemos examinado cuidadosa- nario. He acentuado estas características. Introduciré ahora la si-
mente se apoya en una cantidad enorme de otr-os tabajos, este se guiente corrección: la doctrina de la cura figura sin embargo en
contenta con hacer referencia a un número muy reducido de auto- este Seminario, pero de un modo todavía lateral, puesto que en-
res y obras, y se nutre de diversas contingencias, üajes, encuentros, contr¿lrnos lecnrras cuidadosas, aunque limitadas, de cierto número
t6 17
I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
[A ANGUSTIA LACANIANA
pues, una obra donde la angustia propiamente dicha
no es un üas_
de textos angloamericanos relativos a la contratransferencia, tema torno, donde no se trata de trataria, sino de darre su lugar
concep-
que, según anuncia Lacan, debe retomarse en el capítulo del deseo tual, con referencia al concepto de angustia de Kierkefaard.:
del analista. Por este aspecto, entonces, que llamo lateral por el lu- Desde su punto de vista, m" pr."." que el Seminarío
d,e La an_
gar que tiene en este Seminario y el hecho de que Lacan confíe su gastia estaría mejor clasificado en el orden de la creación
literaria.
introducción a otros, se encuentra en é1, sea cual fuere el valor de ¿Debemos rechazar esta clasificación? No es tan seguro. Hay, en
las observaciones que se hacen, más un enclave preparatorio que el Seminario de La angzutia, un erogio de Ia ficcióririt.a.i,
que
desarrollos cenüales. hace eco al que Freud enunció en -su obra ..Lo ominoso».4
Si_
Corno ven, si se empiezan a comparar los dos libros, lo que guiendo las marcas de Freud, Lacan agradece a Ia ficción
riteraria,
estabiece un paralelismo gracioso, fácilmente se tenderá a privile-
y la toma como guía, por dar estabilidad a ras experiencias
fugiti-
vas, una estabilidad que obedece a una mejor articulación.
giar el punto de vista del INSERIL Es que este punto de vista no La fic-
es su privilegio, es lo que nos ha ocurrido, nos ha sostenido y nos
ción literaria provee, para Lacan, <<una especie de punto idealrr.S
ha hecho detenernos un tiempo en este libro. Y es que como su-
frimos su choque, su sorpresa, su acontecimiento, hemos creído
División
hacer bien subrayándolo, adueñándonos de é1. Dado que pronto
habrá otra obra en los anaqueles, ahora debemos despegarnos de
estos mandamientos: Esttís aquí pa?u cutar; Thatas cln trastl?'nls, dis-
Tal vez podamos invertir Ia perspectiva y preguntarnos cómo
se
inscribe el informe del INSER-NI en ra peripectiva del seminario
ftmcionamientos; ¿Córno proceder'ías mejor de otra tilsnera?
de La angustia. Esta obra es testimonio de un esfuerzo
Estas son las evidencias actuales, están ahí. Pero también esta- de cuanti-
ficación, de cálculo, de cifrado, que tiene toda su dignidad
rá ahí este libro que requiere desprenderse de esta exigencia, de e incru-
so resulta necesario, en la medida en que traduce lá qo"
este deseo del Otro, y entrar en una dimensión completamente se desta-
ca, lo que se construye en el Seminario de La nngorrin,a
distinta. ¿Es difícil? ¿Córno llevarlos a esta dimensión? ¿Cómo en- saber, la
inscripción del sujeto en el campo der otro .o,,J lugar der
contrar lo que es tal vez nuestra burbuja lacaniana de discurso, signi-
ficante. FI sujeto solamente se inscribe ailí marcadúo,
cuando hemos puesto todo nuestro empeño en hablar el lenguaje ra recu-
r¡elcia,la repetición de Ia cifra 1, como expresa l, es.r'itora llama-
del Otr-o, aunque corra el riesgo de contraargumentar?
da del sujeto barrado. Esta pasión por ra cuantificación,
Muchos de ustedes tienen una relación con la práctica del psi- por ra eva-
Iuación, refleja lo que se diitinguáen er seminario de'in nogonin
coanálisis, están en análisis, se han analizado. Se trata de reinstau-
como la primera marca del rasgo unario de ra identificación'sub-
rar la dimensión en la que el tema de la evaluación, de la terapia,
jetiva. En éi se encuentra un esquema que Lacan
no resulta en todo momento apremiante. Quizás a veces lo sea, en nunca imprimió
en ninguno de sus escritos, un esquema elemental
particular cuando la angustia resiste, pero hay a cada instante otra de división. Co_
mo disponía err el ejemplar taquigráfico de la escritura misma
dimensión. de
Lacan, esta vez la hice fotografiar p ara fijar este esquema _para
Las vociferaciones de este deseo del Otro, Ias vocifbraciones del es_
te Seminario.
INSER /t se callan, ya no se hacen oír. Quizá se hagan oír si se ad-
hieren a esta obra de Lacan. ¿Lo harán? Les dejo el trabajo de ima-
ginar Ia mirada que ellos podrían echar sobre esta obra, el discer- 3. S.I(erkcga trd,Dl contcpto dc la nnguxia, México,
Espasa-Calpe, l9gg.
nimiento que podrían tener ante un aerolito, un objeto incon- 4. Cf. S. Freud, ..Lo ominosorr, cn Obras completas,Buenos
Aires, Anrorrorru,
gruente de este tipo. Sin duda experimentarían una inquietante ex- 1979, r.XMI, pp. 215-251.
5.J. Lacan, Ii! Seminttrio 10, ob. cit. n. Z, p. 59.
traíreza ante el hecho de que un libro titulado La angustia encierre
este tipo de declaraciones. Con el título de La angustia tenemos,
19
r8
LA ANGUSTIA LACANIANA I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
2'l
:A AiICUSTIA LACANIANA
I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
taquigrafía, hay algo del orden del flujo verbal. Aunque el léxico
sigue siendo el mismo, en la medida en que se logra aquí y allá re-
deseorr.T Entonces, nosotros .encontramos hoy esta reviviscencia
constituirlo, a menudo me hago cargo de la reconstrucción gra-
referida a la emergencia del objeto que no es como los otros.
matical. Yo mismo me di cuenta en este trabajo de que, respecto
del estilo, era más adecuado para lo que estaba en juego dejar me- ¿Cómo son los otros? ¿Y en qué se ha transformado con el co-
rrer del tiempo el objeto a mismo, debido al desgaste, al uso que
nos inversiones en la construcción gramatical. En el uabajo que
hemos hecho de é1, por haberlo alimentado demasiado -como se
hice de relectura -y no solo una vez-, me dio la sensación de que
recordó en determinado momento a propósito de los budas, en
hay en el conjunto un fraseo más parejo. Debo hacerme cargo de
cierta ciudad del Japón,8 y en distintos lugares de culto? Por otra
eso. Me pareció que en 2004 hacía falta renunciar a algunas de las
parte, es algo que se ve también en la chimenea del castillo de
inversiones que practicaba Lacan para su auditorio.
Montesquieu, quien escribía sobre su pierna y¡para ello, aparente-
Quédense tranquilos, esto no afecta el fondo. Me parece que
mente apoyaba su pie en el borde de la chimenea. Y como hay que
facilita el acceso a lo que está en juego. No debe hacerse un mun-
trabajar mucho para escribir El espíritu de las leyes, se observa una
do, son cambios muy leves. Si no lo hubiera señalado, quizá ni si-
curvarura en la piedra.e
quiera lo habrían notado. Pese a esta operación de trascripción,
Recordemos ahora que los otros de <<como los otros» son ob-
queda, he dejado, porque rne parecía fundamental, este rasgo de
jetos modelados sobre la imagen. Cuando nos introducimos en el
estilo, digamos, una distancia que marca la diferencia, la heteroge-
Seminario de La angttstia, aítn tenemos esa noción de que la ima-
neidad de a respecto del significante.
gen especular es el prototipo del mundo de los objetos, que el
mundo está hecho de objetos culzo lr.o,otipo es nuestra propia
imagen. Además, se conocen todos los efectos que Lacan extrajo
Descomposición del nivel especutar
de esta referencia en el primer movimiento de su enseñanza.
Este Seminario lleva a cabo, por el contrario, y justamente por-
Para hablar de a t¡l como aparece en el Seminario de La angustia,
que apunta a un ohjeto que no es como los otros, una descompo-
es decir, con todo su .,,¡.1or paiético, se necesita cierta precaución
sición progresiva rie lo que llama el nivel especular. A medida que
que podría llarnarse parentetización" Constantemente, antes de ser
se constmye el objeto r, se constfl.rye,y aI mismo tiempo se des-
afirmadas, las palabras se uliican en el Seminario con muchas re-
compone, el niveJ erpecular que sostiene el estadio del espejo. En
servas. Hablar de la angustia, y especialmente de la angustia como
este sentido, este Seminario podría presentarse desde la perspecti-
vía de acceso al objeto a,exige delicadeza,una delicadeza especial,
va de una crítica iie lo imaginario, precisamente, una crítica del es-
precisamente porque no es un objeto como los otros.
Nosotros ya sabemos que no es un objeto como los otros, pe- tadio del espejo.
ro aquí nos vemos llevados al momento preciso en que Lacan lo Este objeto /z es un objeto que, cuando se lo aborda por la pa-
construye, lo separa de los objetos como los otros. Ya se ha mani-
labra -como inÍenta y logra Lacan-, exige que se proceda por
pulado y utilizado tanto este objeto a qlre) al reaparecer en este aproximación. Cuando se lo aborda por el discurso, se puede ha-
cer un salto utilizando la escritura, pero, por la palabra, nos vemos
Seminario, se lo ve surgir como por primera yez. Para los que
practican y se orientarr a partir de Lacan, hay esta esencia de pri- forzados a una postura de desconfi,anza. fuí, Lacan practica cons-
merayez en lo que concierne al objeto a,y qlue produce lo que é1 tantemente, y sobre todo en este Seminario, un distanciamiento
mismo anuncia en algún lugar: una reviviscencia. Cuando ya está
embarcado en este Seminario, indica que ha procedido a partir de
la angustia <<porque este camino revivifica toda la dialéctica del 7 .lbíd., p. 249.
8. Ibí(I., cap. X\/I.
9. (lf. cl c¡stillo rlc h Ilridc cn la rcgión dc Ilurdcos.
23
I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
LA ANGUSTIA LACANIANA
No es algo lateral. A medida que se construye el objeto a, se
construye en secreto, si puedo decir así, una nueva concepción
de la referencia. Por eso creí esencial deiar lo que sería sencillo bo-
de lo especular. F{asta tal punto que se encuentra, en el último
rrar: ..lo que se Ilama...rr,..lo que llamo...>>r <<pára nosotros>>, los
capítulo de este libro, y construido según el modelo del esquema
..si puede decirse asír, o..lo que puede designarse como...n. En
que figura en el primer capítulo, su garante en el nivel especu-
efecto, esto produce una ligera vacilación, pero que responde
lar.ll Puede resultar sorprendente -Lacan nunca lo retomó-, pe-
exactamente a lo que se trata de hacer emerger como objeto que
ro responde al recorrido mismo de este Seminario desde el capí-
no es como los otros. Evidentemente, es posible hacer extensivo
tulo I hasta el XXf\1y muestra el resultado obtenido en el nivel
esto a los demás seminarios de Lacan, puesto que él está en rela-
especular.
ción con este <<no como los otros>> desde hace mucho tiempo, y es-
Este Seminario supone así una discusión constante del privile-
to implica un estilo envolvente, laberíntico, digresivo y, al mismo
gio que el propio Lacan otorga en el psicoanálisis a la dimensión
tiempo, concéntrico -ya conocen el gusto de Lacan por hablar de
especular, y esta se revela por la emergencia del objeto a,la dimen-
lo que se intenta circunscribir. Asimismo se trata, especialmente
sión misma donde a es lo más difícil de captar. La dimensión es-
aquí, de un estilo anatómico, una disección prudente de la referen-
peculaE en la que se despliega la operación del estadio del espejo
cia. Es también un tratamiento del objeto como un cristal que lan-
za destellos, que deslumbra, que hay que tratar con un estilo dia- -una referencia que no excluimos pero que hay que considerar
desde el punto de vista del Seminario de La angtstia-, es la dimen-
mantino, con pequeñas pinzas, y mirar sus diferentes facetas.
sión por excelencia donde a se reduce a cero. Lacan lo califica
exactamente utilizando un término freudiano: el campo especular
es el campo donde el sujeto está más asegurado en cuanto ala an-
Un taller
Sustia.l2 El término freudiano es asegu.rado, y lo volvemos a encon-
trar en ..Inhibición, síntoma y angustiarr.l3
Entramos en un mundo muy distinto de ese del que salimos de la
En este Seminario, nos desplazamos en un campo donde la
vociferación unívoca del imperativo en nombre del Uno. El obje-
adecuación de los nombres a las cosas no es algo evidente, en la
to r ocupará su lugar en una dimensión, un campo donde nada es
falla misma entre 1o imaginario y lo real, y de este modo el Semi-
evidente, donde las evidencias se deshacen, se suspenden. Esta di-
nario explora la falla entre lo simbólico y lo real. La perspectiva
mensión exige lo que Flusserl llamaba epoché -en griego, suspen-
del INSERNI, que es completamente digna, implica que el signi-
sión-, a la espera, para é1, de una aparición pura.l0 Mientras la feno-
ficante recorre exhaustivamente lo real, lo cual no es más que una
menología sigue dominada por lo especular, el campo de lo visible,
simulación de lo que llamamos <<científico>>. El INSER /I no di-
aquí lo especular es objeto de un forzamiento. Lacan se ve conduci-
ce solamente que hay saber en lo real, además imagina que este
do a forzar sus propios esquemas de lo especular. Rompe, trae pero
saber se reduce al significante contable.14 Este punto de vista, que
deforma sus esquemas de construcción de lo imaginario, que lo han
es signo de una suerte de positivismo, implica que lo real se redu-
tenido tan ocupado. En la primera mitad del Seminario, se explotan
ce a este saber y, de este modo, se diluye en é1. Según este positi-
y, al mismo tiempo, se rompen los esquemas ópticos; y, en la segun-
da parte, quedan en el lugar. A continuación, se abre otro espacio
donde lo especular encuentra entonces nuevos términos, nuevas 1 I . J. Lacan, El Seminario 1 0, ob. cit. n. 2, p. 3 60.
funciones, que ya no se parecen en absoluto al estadio del espejo. 12.Ibíd., p.362.
13. Cf. S. Frcud, ..Inhibición, síntoma y angustiar', en Obrus completas,Buenos
Aircs, Amorrortu, 1979, t. XX.
14. Cf. nota l.
10. Cf. E. H:usserl,Med.itaciones cat'tesionas,México,Fondo de Cultura Econó-
mica, 1986. )l
24
LA ANGUSTIA LACANIANA
I, LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
vismo, la angustia es un trastorno que obstaculiza el acceso a lo
real, esto es, lo inverso de lo que se trata en este Seminario, don- DtrtcuLmors -+
de la angustia es, por el contrario, vía de acceso a lo real.
Lafalla de lo simbólico en relación con lo real exige que se sus-
penda la aceptación de todo lo que ya está recorrido, de lo que es
costumbre, rutina. Y justamente este Seminario invita a no dejarse
sugestilnür por la imagen ni adonnecer por el significúnte tttilizado en la
El
palabra. Este Seminario mismo lra contra la sugestión, pero podría
a su vez producir una hipnosis. Me gustaría intentar ofrecerles un
antihipnótico, luego, invitarlos a recibir este Seminario como un
taller, para permanecer despiertos a lo que Lacan trama en é1.
Lacan no retomó esta construcción, y es preciso percibir qué
Lacan mismo a1.uda al despertar. La dificultad misma de su dis- jugarreta la anima. Enmarcados por el cuadro, hay nueve lugares
curso los detiene y les plantea cierto embarazo.
-al comienzo dos permanecen vacíos. En la primera lección de es-
te Seminario, Lacan sacará, no de la galera, sino del diccionario,
las nociones de turbación, impedimento, embarazo -iadmirable!-,
Jugarreta que hacen creer que los significantes pueden enmarcar la angus-
tia. Se trata de una red -la palabra figura-ls que parece hecha pa-
La palabra embarazo se presenta de entrada en este Seminario a ra atrapar alpez de la angustia, si me permiten. La imagen delpez
partir de la descomposición del término freudiano inbibición, qu'e reaparece en un caso clínico que Lacan tomó de un autor, pero
inaugura la serie ..inhibición, síntoma y angustia". La inhibición también la encontramos al pasar en el Seminario Los cuatro clncep-
de una función vital es por otra parte lo que se diluye en la noción
tos fitndamentales... cuando refiere la representación de la nasa,
comodín de disfuncionamiento. La inhibición es el núcleo, el cul-
que se entreabre para a:u.apar al pez del objeto a.r6
men del disfuncionamiento. El Seminario comienza con una des-
¿Esta construcción de Lacan es carne o pescado? Volveremos a
composición de la inhibición, una descomposición conceptual que
encontrat por supuesto, a continuación, reutilizados, especial-
separa el funcionamiento y la traba al funcionamiento. Pero Lacan
mente la turbación y el embarazo.Lo cierto es que este comienzo
no utiliza estos términos. Como él se guía por el primer capítulo
del Seminario de La angastia con un marco significante apunta
de ..Inhibición, síntoma y angustian, de Freudr / por la función de
iustamente a poner cierta distancia. De la misma manera, cuando
la motricidad, que se destaca especialmente,la descomposición no
Lacan presente después sus esquemas ópticos y los haga funcionar
se llama ..funcionamiento y traban, sino <<moümiento y dificul-
precariamente, también se estará indicando que hay una distancia
tadrr. A partir del término inbibición, se construye una matriz: el
que mantener. Por eso me pareció que era la indicación que La-
movimiento, la dificultad. Entonces, después de numerosos co- can quería dar al comienzo de su Seminario de La nngustia, una
mentarios etimológicos, Lacan presenta cuatro términos: la emo- confrontación de la angustia con los medios del significante -lo
ción y la turbación, en cierto gradus del moümiento que se libera,
que sigue muestra por el contrario que no es verdaderamente allí
y por el contrario, el impedimento y el embarazo, en un gradus en
donde elpez será atrapado.
el que se alivia la dificultad. Este cuadro apunta a encerrar la an-
gustia, que es allí el último término.
15.!.Lacan, lil Sertinatio 10, ob. cit. n.2,p.23.
16. Cf .J.Lacan, El Sentinario, libro I 1, Los cuatro conceptos funilamentales del psi-
coanílisis (1964), texto establecido porJ.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 1987,
p.150.
z6
27
LA ANGUSTIA LACANIANA I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
18. J. Ltcrrn, ola significaci<'¡rr dcl falo, (1958), en Dso'itos 2, México, Siglo
17.J.Lacan, El Seminario 10, ob. cit. n. 2, p. 360. XXl, l()()(), p. (t72.
z8 29
I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
Li 1NGUSTIA LACAN¡ANA
este Seminario -Lacan se refiere a él por su trabajo sobre el do-
ble, sobre Don Juan-,zr y Lacan se inscribe a continuación de
lo que buscas! Al comienzo se teje una red, pero a lo largo del se- Rank y Freud para incluir la angustia del nacimiento en la teoría
minario se ve cómo esta red de significantes es alcanzada, al igual de la angustia. El valida esta inclusión de la angustia natal como
que el nivel especular mismo, por cierta impotencia, / cómo la an- prototipo de la angustia.
gustia constituye ..la única aprehensión última, y como tal, de to- Si se piensa en el INSER&[, se está completamente en otro la-
da realidad>'. ¿Por qué la palabra ..realidadn? ¿No se atreve a de- do, puesto que la esencia de lo que decodifiqué del tratamiento
cir..de lo real como talrr? Al mismo tiempo, está el adjetivo .<últi- cognitivo-conductista consiste en considerar la angustia aquí y
matr. ¿Se trata de entender que hay en la angustia un franquea- ahora, y uatarla por el significante imperativo, modulado como
miento de la realidad? En el fondo, esta aparece poco en escena a consejo. Para ellos la angustia se resuelve, cuando en realidad el
lo largo del Seminario. acercamiento analítico de la angustia posee una profundidad his-
tórica que hace que la noción misma de curar la angustia tenga al-
go vano, desplazado. Se trata de algo que tiene su alcance. De mo-
Dr m nERltoAD A Lo REAL
do que aquí la angustia se ubica fuera de los límites dibujados por
el sujeto del significante, cosa que vela el primer cuadro que La-
Más atlá delembarazo
can propone. Por supuesto, hay un más allá del embarazo propio
del sujeto barrado. En los análisis rankianos, freudianos, lacania-
Dije que estaba lo patético. Está lo patético, pero la angustia apa-
nos, se llega hasta el desamparo, hasta la Hilflosigkeit,hasta el des-
rece poco. en escena. La angustia lacaniana es especial, se inspira
concierto, más allá del embarazo, allí donde está ausente toda
por supuesto en Freud -y Lacar. no hace más que repetir cada tan-
orientación signifi cante.
to: <<como dijo Freud, la angustia es una señalt -, pero en otra par-
te, en un punto que Lacan mismo no subraya. La angustia es in-
cluso tan especial que, al recordarla, en determinado momento
La ausencia del ramillete
Lacan la compara con el segundo tiempo de la reconstrucción del
fantasma en.<Pegan a un niño>>,19 a saber, se reconstruye pero no
En este punto, haciendo un salto, vemos lo que constituye el eje
se experimenta. Aunque lo señala rápidamente, es cierto que lo
del Seminario de La angustia, el eje invisible, puesto que el eje del
que llama angustia connota el pasaje de la realidad a lo real, el
Seminario es algo que no hay. Uno debería esperar que en el co-
franqueamiento de la realidad en el sentido de lo real, y, de este
razón de un Seminario titula do La angustia esté la angustia de cas-
modo, es correlativo de un desfallecimiento del significante. ¿Y
tración, que Ia angustia se aborde a partir de la castración,a la que
cómo evidenciar mejor el desfallecimiento del significante que
la enseñanza de Lacan había dado una función eminente, estruc-
con la referencia -tan habitual, tan familiar que ha dejado de ser-
turante de toda relación de objeto. La angustia de castración es
nos extrañar pero que vuelve a serlo en este Seminario- al episo-
precisamente la ausencia de este ramillete, con toda la novela que
dio primordial del nacimiento como referencia última de la an-
conlleva. Pueden buscarla, pero no encontrarán la novela edípica.
gustia, como prototipo de la angustia? Freud toma esta referen-
Exagero... Lacan no llega a borrar todas las huellas, aunque la
cia después de Otto Rank,2O que es una presencia recurrente en
perspectiva que eligió de la vía de la angustia es ¡adiós Edipo! Si
19. Cf. S. Freud, ..Peg¿n a un niñor, (1919), en Obras compleras, Buenos Aires,
Amorrortu, 1979,t. XVII, pp. 173-200. 21. O. Rank, Don.fuan. Un hude sur le double,París, Denoél y Steele, 1932.
20. Cf. O. Rank, E/ traamn del nacimiento, Buenos Aires, Paidós, 2002; citado
por S. Freud,.<Inhibición, síntoma y ang"ustiarr, ob. cit. n. 13, p. 112. 31
3o
LA ANGUSTIA LACANIANA
I. tA ANGUSTIA O EL CONCEPTO
22.J.Lacan, El Seminario, libro 4, La reloción ¡l¡ plt¡ttr, il()56-1957), texto es- 21. CL A. Chejov, ..Micdosr', en Referencias a la ol,ra de Lacan N" 19, Buenos
tablecido porJ.-A. Miller, Buenos Aires, Paidós, 1994, p. 217 . lLa cita correspon- Aircs, I,'C[ü, 1997, p¡r. 105-112. Cf.J. Lacan, Dl Seminario 10, ob. cit. n.2,
de a la edición francesa, p. 245, puesto que la frase no se encuentra en la versión pp. 172-174.
española citada §. de la T).1 24. Cl.l.l,rcar.r, ob. cit. n.22, p. 24ó; Paolo Veronese, Marte y Wnus, Galería
S:rl xr trrl:r,' I'i¡rín.
32
ll
I. LA ANGUSTIA O EL CONCEPIO
constantemente mediante lo que se presenta como su sigla, me- mo ya formuló forma parte de eso de lo que se separa cuando tien-
nos fi (-,p), qo. designa el objeto de la castración como imagina- de a desprenderse de la literatura analítica. Por eso el año siguiente,
rio.r, Sin duda, Lacan le conserva un lugar central a esta sigla a en el Seminario de Los ruatro conceptos fundamentales del psicoanálisis,
1o largo del Seminario, así como da al estadio fálico, como se di- advertirá, sembrará la incertidumbre entre sus nuevos oyentes al
ce en la literatura psicoanalítica, un lugar central respecto de los aclararles que, si se introducen en su enseñanza por sus escritos, que
diversos estadios del objeto. Encontramos, en efecto, en La an- antes de ser reunidos se publicaron en algunas reüstas, estos ya es-
gustia -y no solo una vez-, que -g es la angustia de castración tán fechados. Esta nota implica que tienen algo de perimidos, en pri-
respecto del Otro, 1o cual no impide que yo mantenga lo que he mer lugar', por lo que se expone en este Seminario de La angastia.
manifestado sobre este punto.
¿Cómo leer este Seminario? Como una extracción dificultosa
Lacan se pregunta en este Seminario cómo abordará la cues- de lo que Lacan ya ha dicho, y que deja muchas huellas de contra-
tión, mientras valida, explícitamente, que la angustia es un afecto, dicciones. La clave que ofrece Lacan es la de una división del Otro
que se la experimenta, se la siente como tal. El distingue tres mo- por la interrogación del sujeto.
dos de abordar el problema, para rechazar dos y elegir uno. Son,
si se quiere, las tres c, que enumera y etiqueta con palabras de las A/S
que es la inicial. Rechaza catalogar los afectos, como rechaza cla- g
sificarlos, y elige esta aproximación que calificir de clave. Rechaza
las enumeraciones, incluso ortlenadas, incluso jerarqr.rizadas, y
¿De qué se trata en esta diüsión? De resituar lo que ocurre en
ofrece en cambio como vía de acceso algo de un orden clistinto. el análisis, y también de los conceptos que se produjeron, las teo-
Es preciso saber introducir aquí 1o que abrirá la puerta de entra- rizaciones que se hicieron, de retomarlos a partir -elemental- de
day dará lugar a una dimensión nueva. En el Seminario de Le mt- la relación del sujeto con el Otro. Si desplazan un poqüto la divi-
gustia, se abre, en relación con lo clue Lacan articuló los años ante- sión de este lado, ya perciben que lo que leerán a propósito de la
riores, una dimensión inédita, que para nosotros sigue siendo inódi- división subjetiva en el Seminario de La angustia es lo que el año
ta en ciertos aspectos, porque -es un hecl-ro- los pr-imeros años dc siguiente hallará su fórmula en los esquemas que sostienen aliena-
su enseñanza determinaron la noción más común de sus aportes. ción y separación.
Entre el Seminario 1 y el 6,y en sus Esu'itos, lo que llega hasta..Lir
dirección de la cura, y ,rLa significación del falorr, adernás de la
..Obserwación sobre el informe de Daniel Lagachett, se encuentra lo
que determina el lacanismo. En el Seminario de La atxgltstia co-
mienzaa desbrozarse y exponerse con todo detalle otro Lacan, y por
eso, sin duda, es preciso que ai leerlo yo o{rezca, no una llave, sino
GD
He dicho que la angustia era un taller, y un hecho que La-
es
hablando con propiedad, una brujuia. can no transcribió este Seminario como un escrito, pero lo presen-
tó en 1964, comentándolo en Los ruatro conceptos fandamentales del
psicoanálisis, en la forma de ese esquema que se encuentra en el Se-
Un término heterogéneo minario, al que se refiere su escrito ..Posición del inconscienterr.26
38 ')()
r. u¡¡n snúluLn
LA ANGUSTIA LACANIANA
Más tarde -mucho más tarde, diez años más tarde- Lacan lle- Este objeto permanece rodeado por algún misterio, incluso pa-
gará a otra cosa. Llegará, por el contr-ar-io, a indicar que lo que es- ra los lectores atentos. En efecto, el objeto de la angustia no se de-
tá en juego en a no tiene el régimen de la excepción sino más bien signa, hablando con propiedad, en este Seminario. ¿Hay algún
el régimen de lo que él ha llamado el no todo. El no todo es lo misterio? En la medida en que el objeto se confunde con el signi-
contrario de la excepción, quiere decir que eso de lo que se trata ficante, es deci¡ se concibe como significantizado, puede decirse
con a -lo que enuncia, demuestra, ilustra el Seminario Au.n- está en la angustia -y en la angustia de casuación debe decirse- que es-
de hecho en todas partes, se extiende al conjunto de lo que es sig- tá ausente. Y aquí es crucial la angustia de castración, que se liga
nificante, lo que se observa en declaraciones que se encuentran en en Freud a la percepción de la ausencia del órgano fálico en la
este Seminario, como la que destaca el goce del blablablá,y cuya mujer y a todo lo que tiende, en ella y en é1, a la negación de esta
trascripción he dado.zs Hay una alianza constante del significante ausencia.
y del goce, se está en efecto en un régimen completamente disdn- Como, después de Lacan, nosotros tomamos la angustia como
to del de La angnstin.Pero en este Seminario -así hay que leerlo, un instrumento, escribiré su lugar con una parte del losange laca-
hay que encontrar la novedad-, lo que está en juego en a, es deci¡ niano, marcándola simplemente en relación con una ausencia. En
el goce, aparece en el régimen de la excepción. Este Seminario esta ausencia se ubicará, por ejemplo, todo lo que la fobia puede
muestra y demuestra que en la estrucnrra del lenguaje hay algo apor-tar como referencia para colmarla, para orientar.
que no puede reducirse al significante, que se asimila, pues, grose-
ramente al cuerpo como viviente, y emerge en primer lugar como < AUSENCIA
esta suerte de resto de la operación subjetiva concerniente al Otro.
42 4'l
LA ANGUSTIA LACANIANA
r. UNA BR[,JULA
de castración, hasta el Seminari o de La rnxgustia, descansa en la sig- lizada, implica profundamente la incidencia del Otro. Lacan se
nificación del falo. pregunta cuál es la naruraleza del agente que opera, y resuelve es-
ta cuestión de una manera combinatoria. La llamará imaginaria
PRIVACIÓN: AGUJERO REAL -+ oBJETo srMBóLrco
porque los dos términos precedentes son real y simbólico, luego la
rnuslnRclóru: DAño IMAGtNARTo -+ OBJETO REAL
llamará simbólica, y finalmente real. Tenemos una mecánica
cnsrRRctótt: oeu oR stñraóucn -> oB,ETO tMAGTNARTO
donde Ia incidencia del Otro es esencial.
(-q)
La privación, concebida como un agujero real, recae sobre un Rrvrnso DE LA SEXUALTDAD FEMENTNA
objeto simbólico. Este es el punto de partida, el abecé de Lacan,
es lo que se recita, y es justamente lo que invierte el Seminario de Reviviscencia
La angustia. De allí, en efecto, se desarrolla la firrstración, califica-
da de daño imaginario -tenemos una máquina significante que Es preciso en primer lugar destacar que, en el Seminario de La an-
funciona de maravillas-, en la medida en que hay alguna falta en gu.stia, ya no queda nada de esta mecánica. Lo único que siguen
la satisfacción, que podría procurar el objeto real. Se agrega a con- encontrando es esta sigla *p extraída de toda ia mecánica que le
tinuación este término en el cual se subliman estas correlaciones, da valor y sentido. Queda el falo imaginario marcado por el me-
la castración concebida como deuda simbólica que recae sobre un nos, que condensa en sí mismo todos estos niveles, porque el falo
objeto imaginario que, en efecto, encontramos en este Seminario imaginario es un significante imaginario, una imagen que se vuel-
con la sigla -q. Lacan refiere a la necesidad esta satisfacción, su ve significante, un real que se r,,uelve imagen. Cuando Lacan escri-
ausencia o su falta, que produce frustración, que da lugar a la frus- b" -g en este Seminario, parece resumir el conjunto de lo que
tración. Y saben que Lacan introduce como objeto paradigmático produce la mecánica compleja de la falta de objeto, precisamente
de esta relación el seno de la madre. Cuando se introduce el sen<-r para aportar lo contrario de la falta del objeto, a saber, su presen-
de la madre, todo el mundo bebe, todo el mundo mama. Lo en- cia allí donde no se lo atrapa. Este Seminario interroga el final
contramos en Freud y lo encontramos en Melanie Klein. Hay al freudiano del análisis,lo interroga en cuanto a su tope, el tope que
respecto un gran acuerdo. Iireud mismo identificó en ia experiencia analítica, en su escrito
La castración es la transposición significante de 1o que aquí se sr-.bre el ..Análisis terminable e interminable>>,20 como la angustia
cumple, una transposición donde interwiene la ley. Y la ley sublima de castración.
todo lo que apareció antes como contingencia, como accidente. La
¿Cómo interpreta Lacan en este Seminario este tope de la an-
ley, a la que se liga el nombre de Lacan, inten iene como functo¡
gustia de castración, aun cuando ilo encontremos esta palabra? Lo
como operador del objeto perdido. Porque existe la ley lo que se interpreta como una frustración, es decir, como emergiendo en el
concibe como privación o firrstración se r.-uelve, hablando con pro- final del análisis a la manera de la reivindicación. La palabra está
piedad,la deuda. No pretendo resumir una construcción comple- allí, y basta pala remitirnos a la frustración. Cuando Lacan procu-
ja a la que no hago más que aludir, pero esto basta para mostrar que
ra abrir un camino más allá de la angustia de castración, nos lleva
Lacan se inspira en el complejo de Edipo y lo presenta en su pri- más allá de la fi-ustración fálica, io cual pasa por una crítica del fa-
mera enseñanza como la articulación esencial del desarrollo de Ia
sexualidad. Se tr-ata de una articulación esencial porque el Edipo
aporta la ley y la interdicción, por la vía de Ia castración, que recae
29. (lf . S. i,'rcurl, ..Anrílisis tcnuinaL¡lc c intcrrninabl c,, (1937), en Ol;ttts tc'¡tt-
sobre el falo irnaginario. Esta amenaze de castración, virtrual o rea-
7rlr'lrrr, llr rcrrrrs Ai rt:s, r\tt rorrort rr, t. XX II I, 1'4t. 2 I 1 -2 5 4.
/l t,
r. uNn enúJuLn
LA ANGUSTIA LACANIANA
47
LA ANGUSÍIA LACANIANA Ir. uruR gnúluLR
¿Qué es este resto que nos proporciona al comienzo la división Fato órgano
subjetiva? Es un resto de goce. Lacan solo indica ttnavez) pero es
suficiente, dónde se inspira en Freud cuando cxplica que cons- En .<Subversión del sujetorr, el menos fi de la castración como
truye aquí una función de puntos de fijación de la libido, es decir-, imaginario se manipula para que produzca el fi mayúscula del go-
de lo que se aísla en Freud como resistente a la dialéctica del de- ce imposible de negativizar.En el Seminario de La angustitt,Lacan
sarrollo. La fijación designa lo clue es reacio ala Ar(hel,rmg signi- permanecerá en esta línea de que el goce es, en efecto, una función
ficante, lo que, en la economía del goce de cada uno, no cede a la imposible de negativizar. Y lo dirá en su diálogo de ..Televisiónrrl3
falicización. de esta manera: el sujeto es feliz. Pero esta positividad del goce se
La falicización es una significantización, es decir-, una mortifi- expresa en el Seminario de La ungustia mediante a, de alginmodo,
cación. Queda afuera lo que está vivo, y Lacan se lo objetó él mis- se desprende del significanre.
mo en su escrito .<Subversión del sujeto>>.31 Planteó la objeción
del goce, y aunque este escrito no esté correctamente fechado, al-
gunos indicios parecen mostrar que es contemporáneo del Semi-
nario de La angu.stia, por lo menos de su comienzo. Se había
planteado la objeción del goce, pero para enseguida capturarla
otra yez en la instancia fálica, en ..Subversión del sujeton, donde
.--@
encuentran la frase que se cita a menudo: <<Esto es lo que predes-
tina al falo a dar cuerpo al goce, en la dialéctica del deseorr.s2 En La angustiñ, el menos fi, que conocen bien, ya no es en ab-
Lacan está en ese borde donde se necesita un cuerpo para el goce, soluto lo mismo. Ya no es el -«p de la castración imaginario-sim-
pero solo le encuentra un cuerpo significante que le da el falo. En bólica, sino el -g del órgano. Lacan introdujo en este punto algo
el Seminario de La angustia, el goce se libera de la sujeción signi- que no está en absoluto en Freud, que no se localiza, por lo que sé,
ficante de su prisiónfálica y se pr-ueba que, por el contrario, son en la literatura analítica de esta forma. El -p ya no es de hecho
los objetos a los que dan cuerpo al goce. De alguna manera, es la símbolo de la castración, sino que indica una propiedad anatómi-
frase que falta para que se entienda de qué se trata. ca del órgano masculino, que se opone completamente a su ima-
Esto es lo que Lacan intenta representar mediante órganos, ginarización de potencia, puesto que se trata de la derumescencir
cuerpos de goce que no son significantes. Y lo ilustra a veces de que afecta a este órgano en el momento de su goce.
manera sumaria como el pedazo de cuerpo -puede aludir a la ..li- Esta particularidad anatómica es una función que Lacan deta-
bra de carne>>, que Shakespeare introduce en sus obras. De hecho, lla. Recurre entonces a las especies animales para mostrar que es-
son fragmentos de real que se encuentran por primera vez ilustra- ta desaparición del órgano de la copulación no afecta necesaria-
dos de modo imaginario, de rnodo material, y que solo más tarde mente a todas las especies. Se trata de una particularidad propia-
hallarán su estatuto de consistencia Iógica. mente humana que no moviliza nada de lo que moviliza la castra-
ción, que no moviliza ningún agente de castración, pero que es,
por el contrario, un dato. Por eso, en un segundo tiempo, Lacan
se pregunta en este Seminario por la subjetivación de los datos
15. (ll..J. Lecrrr, 1/ Suninttt'it¡ /0, ob. cit. n.2, cap. XIV
5o
51
LA ANGUSIIA I,ACANIANA
ll. uNn anúJuLn
copulación, o más bien quien se relaciona con la desaparicién del menina; esto es: -cp, la detumescencia, complica y limita la relación
órgano instrumento. La demostración de Lacan, inversa de la pre- del hombre con el deseo. Esta particularidad anatómica que surge
cedente, es que en el sujeto masculino la relación con el deseo y el en este lugar será absolutamente determinante para toda la elabo-
goce es complicada, confusa. Y comienza entonces su elogio de la ración posterior de Lacan del objeto a, quien volverá a trabajar el
feminidad. Lacan opone al término ..inferioridad", pero esta vez de concepto en su..La lógica del fantasmarr.só Por eso la angustia del
la manera más manifiesta, el de ..superioridadt, lo que obedece a lado hombre no se liga a la amenaza paterna, sino a un <<no poderrr,
una simplificación de la posición subjetiva. En cuanto al goce, el go- es decir, a su relación con un instmmento que falta, por lo menos,
ce copulatorio, el sujeto femenino no pierde nada en el asunto, y en que no siempre está disponible. Por eso también Lacan se pregun-
cuanto al deseo, este sujeto tiene con el deseo del Otro una relación ta de manera repetida por las palabras de Kierkegaard, quien
directa, no mediada, que no tiene como intermediario -q. sostiene que la angustia afecta más fácilmente a la mujer.
Esta es la doctrina del Seminario de La angustia, donde el falo Lacan se plantea esta pregunta varias veces, porque él demues-
ya no está implicado como significante sino como órgano, es de- tra que en el nivel del goce ella está menos sujeta a la angustia. Re-
cir, como instrumento del deseo en la copulación humana. En- curre entonces, contra Kierkegaard, al mito de Tiresias, que enun-
cuentran el falo significante en el Seminario de La a.ngtrtia, pero cia explícitamente la superioridad femenina en el nivel del goce.
relegado al rango de señuelo, como un emblema de la potencia, Sin embargo -y Lacan coincide aquí con Kierkegaard-, esto hace
que conduce al sujeto masculino a la impostura y puede conducir clue le afecte más directamente el deseo del Otro. ..Más directa-
a la mujeq si se identifica con él,aLa mascarada. Pero la potencia, mente>> quiere decir que no pasa por -g, que, respecto del deseo
la omnipotencia no es un añadido. Resulta esencial que al final del del Otro, no está protegida por el objeto, rrientras que el hombre
Seminario encuentre su lugar en el nivel escópico, nivel que se cri- interpone un objeto.
tica a 1o largo del Seminario. Lacan sitúa del lado femenino la angustia ante el deseo del
Otro, en la medida en que ella no sabe lo que este cubre, y está so-
lamente ante un Otro en falta. Ai mismo tiempo, le reconoce más
Dos fantasmas paradigmáticos libertad respecto del deseo del Otro, más franqueza, porque a elia
no le estorba el objeto. En este punto rinde homenaje a los teóri-
El sujeto femenino aparece aligerado respecto de la rurbación dcl cos anglosajones de la contratransferencia, en los cuales rre una
sujeto masculino. Como me pareció que hacía falta un empujon- mayor facilidad para captar las incidencias del deseo del Otro,
cito para que se entienda la bmjula de Lacan, titulé una de sus lec- porque el objeto no estorba a la rnujer.
ciones con una expresión que se encuentra en ella: .<La mujer', más En otras palabras, en el Seminario de La angustia se asiste a una
verdadera y más realr'. Sin duda, en el Seminario de La angrrtia, el inversión sensacional de todo Io que fuela doxa analítica. El hom-
objeto fálico -y su falta- no está implicado en la sex.ralidad feme- bre es el carente, porque en la copulación él pone el órgano y se
nina más que en segundo lugar. Lacan formula -no puede decirse encuentra con -cp. El apulsra y es él quien pierde. Solo puede
que lo demuestre- que la problemática fálica no es narural para la reparar esta pérdida median',e ei objero, cuando Lacan se regocija
mujer, sino que la atrapa solamente vía el hombre, porque el falo mostrando que la mujer pernlanece ir!tacta, intangible, incluso en
órgano y su desaparición desempeñan un papel esencial en la co- Ia copulación.
pulación masculina.
Mientras que la tradición analítica quiere que el camino feme-
nino para encontrar su posición sea más complejo y confuso que el 16. Ct. J.l,:rcan, ..lil Scrninario, libro ,1iIV, La iógicrr del fantasrnar, (1966-
I 967), inú<lito.
itinerario masculino, tenemos aquí el l:eYerso de la ser-ualidad fc-
F) 53
LA AN6USÍIA LACANIANA II, UNA BRU'ULA
Ordenados de este modo, se distinguen dos fantasmas paradig- po en su relación con los órganos, y desde una perspectiva de al-
máticos, uno del lado del hombre y otro del lado de la mujer. Se los guna manera -es la frescura de este Seminario, también su crude-
ha considerado observaciones sorprendentes de Lacan, cuando, en za, con lo que puede a veces tener de sumario- aligerada de toda
realidad, están en la lógica de esta construcción que acabo de reor- mitología, de toda la dramarurgia del Edipo, que concede un pri-
denar pacientemente. El fantasma del lado masculino, para decirlo vilegio a Ia biología, la anaromía, el cuerpo como tal, es decir, al
rápido, en realidad, es el masoquismo femenino, el masoquismo im- organismo. Y si los objetos emergen aquí como nunca, y al mismo
putado a la mujer, y, del lado de Ia mujer, el fantasma es el de Don tiempo se multiplican en relación con Ia lista tradicional, es por-
Juan, del hombre Don Juan. Aun cuando se expongan en distintos que están desligados de toda reü-oacción edípica. La separación,
momentos, estos dos fantasmas se corresponden. que volverenlos a encontrar en alienación-separación, es aquí con-
Que el masoquismo femenino sea un fantasma masculino sig- siderada como tal, es decir, de modo independiente del Edipo. Se
nifica que la incidencia del falo órgano se traduce en el fantasma t.ata, simpiernente, de una separación anatómica anterior a la in-
de una mujer que sería objeto, un objeto permanente que gozaría cidencia del Otr-o.
de ser el objeto del goce del hombre, y sin límites, justamente, sin
los límites que marca cn¡elmente -q.En oposición, Lacan da co-
mo emblema del fantasma femenino a DonJuan. Luego, del lado
masculino, una mujer gozaría de ser este objeto que puede reparar
el -g que lo afecta; y del lado femenino, la imagen de un hombre
al que no le faltaría nunca nada. DonJuan es el negativo de -cp, es
deci¡ una imagen donde -cp está borrado. Segun Lacan, se reco-
noce allí una pura imagen femenina, es decir, DonJuan es también
el sujeto ai que no le falta nada.
Lac¿n señala q,,rc riiricar-k en el fantasma fenrenino es decir
tarnbién que cs lln iaiso honibie, un imposto¡ el hornbre marcado
pol'una imp.:stura radic;ti, 1se que niega la incidencia de -cp y que
se presenta como el instrr¡rnelrto eterno del goce del Otro, el obje-
to absoluto. Por eso duda que semejante hombre pueda, hablando
con propiedad, inspirar el deseo, precisamente porque no es angus-
tiante, porque esto no cuenta para éi. Se sigue de esto lógicarnente
-se trat¿1 de una notación clínica muy valiosa-, según Lacan, que
..un verdadero deseo de hombre angustia al sujeto femenino", en
la rnedicia -agregaré yo- en que este deseo se relaciona con la fal-
ta, e invita al sujeto femenino a ser lo que la suple, y la fuerza, pues,
a ia interpretación. En cambio, siguiendo a Lacan, para ella resulta
simple la relación con su propio deseo, y solo trata con la compli-
cación d" -q por su relación con el deseo del hombre.
Este Seminario -y es preciso tomarlo en serio- pone la función
de la detumescencia en el lugar de la castración. Por eso, de ma-
ner-a general, se dedica a las particularidades '.rnatómicas, al cuer'-
5lt 55
lll. Ptaca giratoria
U un rxcnvncrórl
Objeto irreductible
57
III. PLACA GIRATORIA
LA ANGUSTIA LACANIANA
definitivas, se reubican en un cuadro, en un conjunto de coordena- al respecto por qué vías procede en su enseñanza, en el sentido de
das, donde estas funciones aparecen como casos particulares de una <<en su modo de enseñarrr, en su pedagogía psicoanalítica. Aunque
función generalizada, con el efecto resolutivo que se sigue. la palabra puede chocar, él se refiere explícitamente a un procedi-
Mi interpretación de esta nota que toca Lacan se verifica, vali- miento de la pedagogía escolar que define de la siguiente manera:
da, con lo que se lee al final de .<Posición del inconscienten, que ..Adelantarse a lo que se llama las capacidades mentales del niño
Lacan redacta al año siguiente de este Seminario y que presenta, mediante problemas que las sobrepasan ligeramenterr. Se entien-
comenta y desplaza en el Seminario de Los utatro clnceptls. F;sta, de que esta es la metodología del Seminario de La angtstia,tn po-
nota añadida al final de ..Posición del inconsciente, señala que es- co, pero no mucho, de manera de poder obtener <<un efecto de
te texto que situa el mecanismo de Ia alienación y de la separación apresuramiento sobre la maduración mentaL, y..verdaderos efec-
tiene un valor de escansión respecto del comienzo dela enseñan- tos de apertura, incluso de desencadenamientorr.al A propósito de
za de Lacan, que inauguró ..Función y campo de la palabra y del esto, él obserwa que los pedagogos han subrayado -es su posición-
lenguaje".al Ya antes expliqué por qué para Lacan había allí una que el acceso al concepto en el niño sería contemporáneo de la
cesura tan importante.42 edad púber. Lacan no valida esta observación, pero evidenremen-
Tienen en el Seminario de La angrtiu el laboratorio, el taller, la te le sirve, dado el obstáculo del que se rrara.
excavación, que nos conduce al pasaje de un sistema conceprual a IIace entonces sortear el obstáculo conceprual de la angustia
oüo. Para no desorientat y con una preocupación que Lacan se de castración resituándola en el nivel del órgano masculino, de su
atreye a llamar en este caso pedagógica, él prepara, por supuesto, las funcionamiento en la copulación en el momento del orgasmo.
transiciones y se vuelve a encontrar el -cp elaborado antes. Hay tér- Podría tratarse de una obserwación adjunta, ubicada en otro pla-
minos que reaparecen, pero este Seminario debe leerse con la idea no y que deja, pues, intacto el concepto de la castración y de ia
de que se va realizando lentamente un cambio de coordenadas. angustia de castración. En este punto, es preciso subrayar que él
hace de la detumescencia del órgano, de su carencia, de la desa-
parición de la funciónfálica en el acto sexual,..el principio de la
DErumrscrNcrR angustia de castraciónrr.
Demos todo su valor al término principio. Lacan encuentra en
Desmitologizaci6n el funcionamiento de un órgano el principio, es decir, el funda-
mento, laraíz,la causa, de lo que se elabora en el psicoanálisis, en
Todo lo subrayado antes los preparó para lo que Lacan indica co- las coordenadas edípicas. Pero tratándose en ese nivel del órgano
mo el obstáculo que debe superarse en la elaboración del Semina- y de su funcionamiento, que es el del principio, se borra la drama-
rio de La angttstia, para acceder a la función generalizada de la que rurgia edípica si se toma en serio el término principio; es decir que
se trata. Este obstáculo lo constituye la angustia de castración, que el principio está en el nivel del órgano como tal. De aquí que el
marca en Freud el límite de la experiencia analítica. Lacan indica principio de la angustia de casración no esté en el nivel de ningún
agente de la castración, de ningún Otro que profiere amenazas, no
se inscriba en el Edipo.
41. Cf.J. Lacan, ..Función y campo de la palabra y del lenguajc en psicoaná- En todo este Seminario, hay un movimiento que desinscribe del
lisis» (1953), Escritos./, ob. cit., n. 30, pp. 227-310. contexto edípico términos fundamentales del psicoanálisis. Por
42. Cf.J.-A. Miller, ..Escansiones en la enscñanz.a de Lacanr' (1981-1982) y
..Del síntoma al fantasma, y retorno>> (1982-1981), La orientación lacaniana II, 1 y
2 (inéditos), enseñanza pronunciada en el marco del Departamento de Psicoaná-
lisis de París VIII y de la Sección Clínica de París-Saint-Dcnis. 43. J. I-acan, lil Seminru'io 10, ob. cit. n.2, p.279.
6o 6t
LA ANGUSTIA LACANIANA
III. PLACA GIRATORIA
resumen del Seminario de .<La lógica del fantasmarr,46 señaló que texto de Freud .<Inhibición, síntoma y angustia>, que él no lee, no
el objeto ¿ contiene el -g de la castración, lo que hay que leer, no comenta con sus oyentes. Lacan toma cosas prestadas, extrae una
en la eternidad de la conceptualización psicoanalítica, sino sobre fórmula que convierte en eslogan: la angustia señal. Hay que leer-
la base de lo que se elabora en el Seminario de La angrrtia. 1o, él lo utiliza de manera mucho más precisa que lo que aparece
en el Seminario de La angastia.
¿A quién digo esto sino a mí mismo, puesto que lo he comen-
tado rápidamente? Pero es esencial entender que no se trata de la En este texto de Freud, encontramos la siguiente frase, que La-
castración edípica, que a partir del Seminario de La angrtia cas- can transcribe por la retroacción del Edipo: .<La experiencia coti-
tración remite fundamentalmente al principio de la desaparición diana de la evacuación del contenido intestinal y la pérdida del se-
del órgano fálico en el momento del olgasmo. En esta reseña de no materno expelimentada durante el destete permiten dar algu-
.<La lógica del fantasma>>, se indica que hay que entender de estc na idea de Ia castraciónrr. ¿A1 lector? ¿N sujeto? En otros textos de
modo la función de la cópula fáhca. La desaparición del órgano fá- Freud, no faltaría con qué marcar que, en efecto, a partir del mo-
lico conserva, incluso en el Seminario de La angrrtia,y después, un mento edípico los estadios anteriores encuentran sus funciones
lugar central, lo que se distingue por completo de 1o que podría como esbozos de la castración.
llamar una función final. La castración edípica ftinciona como A-11í el desarrollo termina con Ia castración. He consignado la
punto de capitón, según expresó Lacan en una fórmula famosa en- frase que figura en Lacan, en ..De una cuestión preliminar...n:
tre los lacanianos, muy esclarecedora tratándose de lo que dice <<Los estadios se ordenan en la retroacción del Edipor; es decir
Freud: <<la retroacción del Ediporr.aT que para Freud, tal como Lacan lo formaliza, no hay estadios pree-
dípicos propiamente dichos. IIay cronológicamente estadios pre-
genitales, pero no preedípicos, porque el Edipo está en todas par-
tes. tr,os objetos como tales, oral, anal, genital, son edípicos; es de-
cir que el falo domina todo lo que atañe al objeto. En este senti-
do, años antes de su Seminario de La angustia, Lacan abandonó la
ANAL GENITAL
palabrafulocentrivno, esa palabra que resultó fascinante durante un
tiempo, hasta que, por el contrario, se la vilipendió, como si estu-
viera alií, en primer lugar, lo que él predicaba, y, en segundo lugar,
como si eso ya no estuviera allí.
Función generalizada En el Seminario de Ln angustia, se verifica hasta qué punto lo
que se estableció de la noción de la enseñanza de Lacan depende
La retroacción del Edipo en este eje, el desarrollo cronológico tal verdaderamente de lo que precede a este Seminario. Su trascrip-
como formalizó a partir de Freud Karl Ablaham -lo oral, lo anal, ción formalizada, significante, su reelaboración significante de
lo genital- supone que estos diferentes estadios adquieren sentido Freud, estableció la imagen del aporte de Lucun.
y valor a partir del punto de capitón edípico. Lo encuentran, por Por el contrario, vean cómo, en el Seminario de La angustia, se
ejemplo, en la obra a la que Lacan hace referencias dispersas, el deshace la retroacción edípica. De una manera que no es tan con-
vincente, pero que tiene su valor si se piensa que desmiente la re-
troacción del Edipo, Lacan habla de ..constitución circular, del ob-
46. Cf. J. Lacan, ..La lógica del fantasma,, (Reseña del Seminario dc 1966- jeto. Yo 1o entiendo respecto de la retroacción edípica, que desapa-
1967), en Reseñns de enseñanza, Ilucnos Aircs, Nlanantial, 1988.
rece. Y elabora como objeto ¿ una función generalizada, que no es
47.J.Lacan,..De una cuestión preliminar a todo tratamiento posiblc dc Ia
psicosisr, (1958), enEsct'itos 2, ob. cit. n. 18, p.53ó. edípica ni cronológica, sino topológica y, si se quiere, sincrónica.
64 65
LA ANGUSTIA LACANIANA
La función del tiempo aparecerá más tarde, en ..Posición del Cuando Lacan r,rrelve sobre este tema -no sé cuántas veces, no
inconsciente>>, en Los ru.atro clnceptls fundamentales... El año si- las he contado-, l-ray que siruarlo como una condensación del Edi-
guiente surgen las consecuencias en la dirección de la cura, mien- po, y percibir que respecto de este objeto, que es el del deseo ley, el
tras que, en el Seminario de La angustia, surge a propósito de las objeto órgano, digamos a minúscula, no está determinado en nin-
curas de Freud, a partir de algunos ejemplos relativos a la contra- gún nivel por la prohibición, sino por la pura y simple separación.
transferencia, pero no es el centro de Ia elaboración. En el Seminario de Lu angustia, se encuentta una descripción,
si me permiten, naruralista, del cuerpo y sus órganos, extremada-
mente sofisticada, basada pese a todo en el recorrido de varios tra-
Rrsro Rrnl tados de anatomía, de embriología, pero que tienen el valor de po-
ner una distancia respecto más bien de la embriología que de la
La dimensión deta mitología edípica. Como resultado, el Edipo aparece como una
elucubración de saber sobre la separación, que es más bien del re-
He hablado de leitmotiv. Hay un leitmotiv edípico en el Semina- gistro de la automutilación, cuando la prohibición,la castración en
rio de La angustia, y es preciso saber situarlo. Una fórmula vuelve, cuestión, es siempre una heteromutilación.
insistente. Si no se la sitúa, se piensa que es la doctrina que pre- El Seminario de La angtrtia apunta a un estatuto del objeto
senta el Seminario áe La angustia, cuando en realidad está allí pa- anterior alaley y al deseo, anterior a la elucubración de la con-
ra despejar el espacio nuevo. Esta fórmula, que figura al final de junción de la identidad de la ley y del deseo. Lacan llama a mi-
..Subversión del sujetorr, sostiene que ..el deseo es la leiot. núscula a este estatuto del objeto. Luego, lógicamente, el Semi-
El objeto funda esta equivalencia que en sí misma merecería ser nario de La angustia desemboca en un cuestionamiento del padre,
desarrollada. ..El deseo es la ley' es una condensación del Edipo. que figura apresuradamente al final del capítulo XVIII, donde
Quiere decir: el deseo ylaley tienen el mismo objeto, puesto que Lacan expone y reelabora el texto que él volvió célebre, de Theo-
la ley es la palabra que prohíbe el objeto del deseo, y gue, al pro- dor Reik, sobre el sonido delshofar, ese cuerno en el que se sopla
hibirlo, dirige el deseo sobre este objeto, lo que significa que el en las ocasiones consagradas de la sinagoga, cuando se trata de
principio del deseo es el mismo que el de la ley. marcar la renovación del pacto que liga a Yahvé con el pueblo ele-
En las primeras elaboraciones de Lacan, que calcan a Freud, el gido.+a
padre es quien enuncia la ley. Si nos atenemos a las primeras cons- Esto sirve como punto de enganche al comienzo dela elabora-
trucciones donde Lacan atra;pa a Freud en la red de sus significan- ción del objeto voz, que por otra parte aquí es más bien un brarni-
tes, el padre es al mismo tiempo quien trazalas vías del deseo. Si do. Y Lacan examina quién habla. ¿Se le trata de recordar el pacto a
nos atenemos a los tres, cuatro, primeros años de su enseñanza, Dios? ¿Es Dios quien brama? ¿Este bramido no hará eco del asesi-
¿dónde hay actualmente un padre digno de ese nombre? ¿Dónde nato del padre? Esta es una de las hipótesis deTheodor Reik el bra-
hay un padre que se atreva a prohibir, que sepa prohibir, puesto mido de un toro al morir, que se hace escuchar en ese momento,
que solo por la prohibición pueden abrirse, liberarse y normalizar- puede interpretarse como sustituto del asesinato del padre. Estamos
se las vías del deseo? Un gr-upo de psicoanalistas se melca hacia el con todo detalle en la sinagoga, en la Biblia, donde hay un recorda-
aborrecimiento de lo contemporáneo basándose en Freud trascri- torio de la función eminente del asesinato del padre en la elabora-
to por Lacan, para asumir sobre todos estos asuntos que hoy soli-
citan, hacen vacilar, metamorfosean la noción de la familia, posi-
ciones que no me gustaría despreciar exageradamente calificándo-
48. Cf. T. Reik, <.El shofar,,, en El riru.al. Esutdio psicoanalítico de los ritos reli-
las de ..reaccionariasn. Bucnos Aires, Acme-Agalma, 1995.
glo.ro.r,
66 6t
&'
LA ANGUSTIA LACANIANA
ción freudiana, como subraya Lacan al final de este capítulo, en las Este Seminario es el Seminario inexistente, puesto que a La-
últimas palabras que pronuncia: si se olvida el asesinato del padre, can se lo suprimió, se lo excomulgó de Ia Asociación Internacio-
toda la cadena de la elaboración psicoanalítica se desarma. El ol- nal.4e Como él mismo recuerda, Lacan dejó de lado este trabajo
vido de la función paterna, de la función del padre muerto, conde- para presentar en su lugar el Seminario llamado de Los ümtrl cln-
na al psicoanálisis a la dispersión, la incoherencia, porque ella de- ceptos.so El debía, pues, desembocar en un cuestionamiento de la
termina, ordena la economía del deseo, a saber -esto forma palte unicidad del Nombre del Padre, de la misma manera que la sepa-
del leitmotiv-, que el deseo original está prohibido, es imposible ración releva a Ia castración de su función final, al falo de su pri-
de transgredir. macía, y al misrno tiempo da lugar al catálogo de objetos a.Diga-
En este capítulo no se trata de Edipo, sino de <<Tbtem y ta- mos que se trataba, correlativamente, de trasladar estos resultados
bú>>. Desde esta perspectiva, los dos mitos están relacionados. a la función paterna.
Más edípico, si me atrevo a decir, ¡mueres! La cosa amerita ser La angustia es ia vía -es lo que el Seminario establece- que per-
leída así: si descuidan estas funciones fundamentaies, no pueden mite acceder a lo que es anterior al deseo y a su objeto. ¿Qué es
orientarse. En efecto, se trata de Freud -Lacan Io ha formaliza- anterior al objeto del deseo? No necesitamos releer el Seminario,
do durante años- y no es ilegítimo mencionarlo, pero, en el Se- ya que encontramos una respuesta en el sistema conceptual prece-
minario de La a.ngustiu, aparece como recordatorio, y no hay que dente. El ob;'eto real, cuyo paradigma es el seno, el objeto oral, es
omitir la frasecita, que produce el contt:apeso de esta enorme anterior al objeto del deseo. En el Seminario de La relación de ob-
elaboración: <<Este hecho original es sin embargo secundario jeto encuentran, por ejemplo, esta mención que justifica 1o que di-
respecto de la dimensión del objeto ¿'r. Este secuttdario por sí so- go: ..La relación con el seno es la relación más primitiva del suje-
lo resitúa la construcción. Todo esto es una elucubración de sa- to con el objeto realrr.
ber cuyo principio hay que encontrar en la dimensión del obje- ¿Cómo se concibe el seno en el sistema conceptual preceden-
to ¿. No se trata de asesinato del padre, de toro aniquilarlo, de te? Habrá que revisar esto para poder valorar la mutación extraor-
pacto. Además, si leemos con atención, en el Seminario de Ln an- dinaria del seno, del objeto oral, en el Seminario de La angustia,
gustia la función de Dios aparece como una función extremada- donde se lo concibe como un objeto exterior, un objeto que es del
mente dudosa, de mala reputación, más bien del registro de la Otro, en este caso la madre, y como un objeto de necesidad que
ilusión y el señuelo. satisface el harnbre. Toda la elabolación de lo que Lacan llama la
dialéctica de la frustración consiste en mostrar cómo este objeto
real se r,.uelve simbólico, es decir, cómo el objeto de satisfacción se
E[ amor velo de la angustia transforma en objeto de don.
¿Qué quiere decir esto? Lacan se esforzaba en mostrar en la
Este secundar"io qtte afecta a esta construcción y transforma la di- dialéctica de la frustración cómo el objeto real se vuelve un signo
mensión del objeto a en algo primario hace eco de lo que acabo de del amor. La economía del deseo, en el sistema conceptual prece-
formular sobre el objeto & como anterior al deseo. En el Semina- dente, está dominada, condicionada, determinada, por el amor. El
rio de La angtstia, se trata de acceder a un estatuto del objeto an- amor como satisfacción simbólica prevalece sobre Ia satisfacción
terior al deseo, al objeto del deseo, y anterior alaley, a su simbo-
lizaciónfálica,anterior a la constitución de la función paterna. Por
eso, en la última lección del año, Lacan anuncia que su elabora-
49. Cf. J.-A. Miller, Comentat'io del Seruinat'io inexistente, Buenos Aires,
ción del objeto a debería desembocar en el Seminario de ..Los Mrnrntial, 1992.
nombres del padrett. 50. (ll..J. Llcrrn, /,.7 Seminnt'io //, ob. cit. n. l(t,p.20.
6<¡
I¡I. PLACA GIRAÍORIA
IA ANGUSTIA LACANIANA
La angustia: ..Sólo el amor permite al goce condescender al J.-A. Millcr (1960-1961), Buenos Aires, Paidós, 2003,p. 172.
77
7o
&
LA ANGUSTIA LACANIANA III. PLACA GIRATORIA
de forjar su mito de Ia libido órgano, que he comentado. Cabe que se subraya, marca y acepta en el Seminario de La transferencia
agregar que no es imposible que este mito de lá laminilla haya si- es precisamente lo que Lacan se ocupará de forzar dos años más
do inspirado en Lacan por una curiosa invitación de Freud -que tarde en La angmia. En el Seminario de La transferencia, encuentran
no sería única, según la nota erudita de Strachey en el texto "Pul- la trascripción del complejo de castración en términos significan-
sir-¡nes y destinos de pulsiónrr-,S1 cuando este sugiere a su lector tes, y la resolución del atolladero bajo la égida de la fórmula en
imaginarse la situación de un organismo vivo primitivo, un orga- que, justamente, él aleja toda consideración sobre el órgano en
nismo sin defensa, sin orientación en el mundo, y que recibe, de juego en el complejo de castración: .<El órgano sólo se aborda
manera directa, los estímulos del mundo exterior' Esta elucubra- transformado en significanterr.55 Justamente, poder formular esto
ción, esta invitación de Freud a imaginar un ser vivo primitivo, es en La transferencia le permitió abrir la vía exactamente inversa en
el vivo retrato de la laminilla de Lacan. La angustia, donde empiezan a pulular los órganos que no se trans-
¿Qué encuentran en el Seminari o de La uattsferencia después
de forman en significantes.
la exégesis del Banquete? La dialéctica de la castración, pero que Sorprende ver cómo se caracteriza allí este último punto, este
quema sus últimos cartuchos -yo la he distinguido como tal, pero la significante que se presenta como paradójico porque es innombra-
expresión está en Lacan-, que pasa precisamente por lo oral, lo anal, ble. Este significante que es el falo simbólico, sobre el cual ya he-
lo genital, intentando ordenar estos estadios y deducirlos sumaria- mos elucubrado mucho -me contento con citar a Lacan-,..tiene la
mente. Está esbozado. \'erán que ocurre todo lo conüario en el Se- función de suplir en el punto en que, en el Otro, desaparece la sig-
minario de La angtstia, donde Lacan indica su rechazo a proceder a nificancia"; ..él es el significante del punto en que el significante
una dialéctica entre los estadios. No hay movimiento de espiral, no faltarr; y <.símbolo en el lugar en que se produce la falta de signifi-
hay moümiento progresivo. Lacan insiste, por el contrario, en el ca- cante>>; a continuación: ..esfuerzo por justificar que una falta de
rácter disjunto de la relación con las diferentes formas del objeto a' significante sea posible, cuando la batería significante es siempre
De modo que hay que Ieerlo de alguna manera en paralelo. complet»>. Para justificar esta falta, él introduce la cuestión del su-
No resumiré esta dialéctica, que solo está esbozada, pero puedo jeto, y más allá, el discurso, la cadena significante en la que cada
subrayar los ángulos de la problemática, que encuentra una solu- elemento remite a otro indefinidamente, lo que le permite dar a es-
ción inversa en el Seminario de La angtstia. En el Seminario de ,L¿ te significante fi maÉscula, O, el valor de proporcionar la garantía
transferencia! se ve este esfuerzo, a sabe¡ el intento de Lacan de ir de la cadena significante. Para resumirlo rápidamente, es lo que se
más allá de la angustia de castración. Lacan subraya y acepta el lí- l,uelve a articular en la última parte de ..Subversión del sujetorr.
mite freudiano de la experiencia: ..con Freud [el análisis] fue direc-
to hacia ese punto [al complejo de castración]. El mensaje freudia-
no concluyó en esta articulación, a saber', que hay un término final Señalde [o real
[...] al que se llega cuando se consigue reducir en el sujeto todas
las avenidas de [...] su repetición inconsciente' cuando se consigue Lo cito porque el Seminario de La angrstia responde a ello pala-
que esta última converja hacia la roca [...] del complejo de castra- bra por palabra. Esta respuesta valida el complejo de castracií¡n
ciónrr.54 Con la pregunta y el esfuerzo por resolver la paradoja: como último. Se trata de que el sujeto acceda, no a un significan-
te identificatorio, sino al significante que, si me permiten, sublima
¿por qué hay en el nivel genital algo no consumado? Este límite
el órgano. Donde el Seminario de La transferencia inscribía fi ma-
73
&
III. PLACA GIRATORIA
LA ANGUSTIA LACANIANA
determina sobre las zonas erógenas, y especialmente sobre los ori- lV. Más acá de[ deseo
ficios del cuerpo. De ahí que Lacan pueda agregar a lo oral y lo
anal, lo escópico y lo vocal. No se trata de que se les arranquen los
ojos -aunque esto figura, e incluso se muestra, en el Seminario-,56
ya no funciona el modelo de la imagen de la eviración, sino el de
la imagen de la pérdida y la separación. Agrego que, tal como es-
tá desarrollada,la lista lacaniana es de hecho más vasta, porque se
hace cargo, aun cuando después se libere de esto, de la teoría fi'eu-
diana de la angustia, que incluye, en ..Inhibición, síntoma y angus-
tia>>, el aporte de Otto Rank sobre el trauma del nacimiento.
La castración es un nombre profundamente impropio que
siempre se refiere a una eviración por el Otro, como si este perso- Un móvrr-
naje prohibiera el goce. Por eso Lacan se distingue de Freud,
quien no esperaba al final del análisis más que una reivindicación Un arte de retórico
fálica, más que la demanda de fi mayúscula. Y, mientras que en el
Seminario de La transferencia se Io exalta, en el de La angustia qre- Lo que tengo en mis nanos es un libro, y sin embargo, al releer-
da fundamentalmente descubierto como un señuelo. lo, al redescubrillo con esta forma, me venían a la mente las pala-
bras de Magritte: <<Esto no es un librorr.
Si no es un libro, entlnce-r, ¿qué es? -me pregunté. Sería más
bien algo así como una película, el registro de los desplazamien-
tos de un móvil. Este móvil es un pensamiento que recorre un
espacio, que abre una dimensión y la explora, q\e traza un cami-
no, no sin perderse, no sin encontrar atoliaderos, no sin volver
sobre sus pasos para buscar sus pasajes. IJn pensamiento que a
i'eces dibuja vastos paisajes que, poco a poco, se desvanecen pa-
ra dar lugar a detalles desmesuradamente amplios, que son con
frecuencia espejismos hacia ios que caminamos hasta que los ve-
inos disiparse. Resultaba, sin cmbargo, necesario que esatviera el
espejismo y que este se disipara para encontrar la salicla que per-
mite ir más allá.
Si se procura componer una doctrina de Lacan sobre la angus-
tia a partir de este Seminario, es preciso estar muy atentos V no to-
mar cada fórmula como la solución. Ciet'tamente, ai rcleerlo, se
encontrarán unas veinte o treinta definiciones^ que no son defini-
tivas. De hecho, no hay una sola definición de la angustia que no
sea condicional, relativa a una perspectiva. Percibirnos ei arte de
retórico, la inspiración de Lacan en la argumentación que presen-
56. Cf .J. Lacan, El Seminm'io 10, ob. cit. n. 2, cap. XII. ta. Iil argunrenta como el |uez de instrucción instruye , a favor y en
t6 77
LA ANGUSTIA LACANIANA
rv. n¡As ncÁ DEL DESEo
contra. Y resulta cada vez tan persuasivo que nos gustaría que se la vieja angustia, conocida, experimentada. Este momento puede
detuviera en ese punto, puesto que hemos comprendido. llamarse fenomenológico.La angustia aparece, se la experimenta,
Ninguna fórmula de la angustia en este Seminario nos ahorra- trastorna, hace perder los estribos, desorienta; o uno se angustia
rá tener que rehacer el camino siguiendo las huellas de Lacan. Si por estar desorientado. Lacan no desarrolla la fenomenología, pe-
tuviera que comentarlo -cosa que no hago-, lo haría párrafo por ro la valida. Se trata de un afecto accesible para la mayoría. Sin
párrafo. No hay uno que no exija ser examinado, ajustado, que no embargo, este momento de la angustia tal como Lacan lo trata
necesite alguna rectificación, alguna inflexión. Para hacerlo, se en-
puede muy bien no ser accesible ni localizable. Es preciso conser-
contrará apoyo en tal o cual lugar. var a lo largo del Seminario la indicación que se da una vez: ..El
Dije .<perderse'r, hablé de atolladero... Al releerlo, y conocien- tiempo de la angustia no está ausente en la constitución del deseo,
do el final de la película -por lo menos de la obra-, no encontra- aunque esté elidido, aunque no sea perceptible en lo concreto>>.57
mos propiamente extravíos, porque el texto está lleno de hallazgos
Para apoyar esta aserción sensacional, ofrece una referencia a .<Pe-
que valen por ellos mismos, independientemente de la perspecti- gan a un niño>' de Freud, donde se trata de la constitución del fan-
va,hallazgos que, en sí mismos, dan qué pensar, y esto puede a ve-
tasma en tres tiempos, y donde hay que reconstruir el segundo
ces estar contenido en una frase. Intentaré saludar la publicación
tiempo. Esta indicación permite marcar que en la elaboración de
de este Seminario entregándoles mi bnrjula, la que me construí le-
Lacan el momento de la angustia es lógicamente necesario, cosa
yendo, escribiendo este Seminario. Sigo agregando elementos o que conviene recordar para no dejarse fascinar por el esplendor, el
encontrando ideas que hasta entonces no se me habían ocurrido. horror de la fenomenología de la angustia. Este momento se esta-
blece así como fenomenológico y,alavez, construido.
78
79
LA ANGUSTIA LACANIANA IV. Ir¡AS NCÁ DEL DESEO
táculo del deseo fascinado. Lo que Lacan elabora con el nombre deseo de nada y el deseo conro deseo de un objeto distinguido. Lo
de constirución del deseo es lo que elaborará el año siguiente de que hay de imaginario en el dcseo establece Ia escena del deseo,
una manera mucho más estrecha como la causación del sujeto, a donde el sujeto se muestra atraído, imantado por un objeto, y en-
partir de dos operaciones que son la alienación y Ia separación.58 cuentra los obstáculos que le impiden acceder a este objeto, las di-
Estos dos adjetivos, replimido y fascinado, introducen una an- ficultades o los atolladeros para su posesión. Esta escena del deseo
tinomia del deseo en su definición lacaniana. Por un lado, hay un representa mucho de lo que se expresa en la experiencia analítica,
estatuto metonímico de la instancia del deseo, de su insistencia ba- donde se trata de lo deseable y de cómo acceder a ello.
jo la cadena significante, entre los significantes, en el interwalo. Es-
te deseo es de alguna manera invisible, inaudible, salvo que se lo
supone <<de analistarr, y después está el estafuto imaginario de su OeJrro-nl euE sE ApuNTA y oBJETo-cAUSA
objeto. Hasta entonces hubo en la elaboración de Lacan desliza-
mientos muy rápidos que han unido estos dos estatutos -simbóli- De la intencionatidad a [a causalidad
co e imaginario- que afectan al deseo.
Ifasta el Seminario de La angttstia,la escena del deseo siguió es-
tructurada por la inrencionalidad del deseo. Lacan menciona este
Pu Lsróu término que tiene referencias muy precisas en la filosofía de co-
Gocr I mÍlco v nrRL mienzos de siglo, y se continúa en Ia fenomenología francesa.
Arucusrn
Recién en este Seminario se desprende del modelo de la inrencio-
Arucusrrn I r¡r'romruorÓcrcA Y coNSTRUT DA
nalidad que reinó sobre el pensamiento de la mitad del último si-
Rrpn rs¡óru
Bo 8r
lv. ruÁs ncÁ DEL DESEo
tA ANGUSTIA LACANIANA
AMOR
Condicionalidad det deseo
ANGUSTIA
PALEA Áettttn
De aquí en más, es fácil anticipar que este Seminario procede a
se apunta es el ágalma, mien-
una degradación del deseo. No se trata de realizacióndel deseo, de
El estatuto ético del objeto-al que
más bien, por excelencia, del orden de este término tan importante en los Seminarios anteriores de
tras que el objeto-causa es
Lacan. El fin del deseo es siempre un falso fin, una equivocación
lapalea.Al griego rígalma,la cosa preciosa, Lacan opone ellatínpa-
sobre el objeto que cuenta. El deseo es una equivocación. Lo que
lea, el desecho, y dedica largos desarrollos al objeto anal, que sigue
Lacan perciba aquí lo acompañará el resto de su enseñanza, cuan-
siendo paradigmático de una función eminente del objeto-causa'
do defina, en el momento mismo en que presente el pase, el fin del
En ál Seminario de La transferencia,inspftado enteramente por Ia
análisis como una deflación del deseo, es deci¡ cuando este se de-
cuestión de lo que Alcibíades encuentra en Sócrates,Lacan explica
sinfla como por una detumescencia analítica, cuando desaparece el
la prevalencia el objeto-al que se apuntá. ¿Por qué Alcibíades hace
objeto-al que se apunta fascinante.
de Sócrates el objeto-al que se apunta de su deseo? La solución que
De manera repetitiva, este Seminario insiste en que el objeto-
Lacan ofrece y desarrolla consiste en explicar la prevalencia de este
al que se apunta por el deseo no es más que un señuelo. FIasta tal
objeto por la presencia escondida en é1 del ágahna, d':l obje-to par-
punto que, cuando Lacan recuerda en un momento ei budismo,
cial. Él los enumera: el objeto oral, el objeto anal, el objeto fálico.e
retoma la aserción de que ei deseo es solo ilusión. Ei deseo no es
El objeto parcial de la teoría analítica, cuyo término clebemos a Karl
verdad, sino ilusión. No retoma esta aserción para validarla ente-
Abraham, se ubica del lado del objeto-al que se apunta. Vemos aquí
ramente, sino para ratificar que puede tener un sentido para nues-
el deseo bajo el régimen del amor. En ese momento, se erige el ob-
tra experiencia.ós
Lacan,..Kant con Sade. (1963), enErct'itos 2,ob. cit' n' 18, pp' 744-770'
63. Cf.J. ó5.J. Lacan, El Seminat'io 10, ob. cit. n. 2, p. 250.
64.J.Lacat, El Seminario 8, ob. cit. n. 52, p. 173 '
8¡
8z
LA ANGUSTIA LACANIANA lv. ruÁs ncÁ DEL DESEo
Sobre este punto se deduce una dirección de Ia cura de este Se- ..El deseo del hombre es el deseo del Otrorr. Esta lección conclu-
minario: el analista no está fascinado por el deseo, ni pol la inter- ye con Ia evocación de cómo se traduciría en el plano del amor Ia
pretación del deseo, y lo que se trata de interpretar está más acá lucha de puro prestigio que tiene lugar entre las dos conciencias
del deseo. Se trata de interpretar el objeto-causa. Lacan dirá más enfrentadas de I'a fenoruenología del esphifit. Lacan Ia tradujo en
tarde que la interpretación tiene por objeto la causa del deseo, pe- términos de dominio: ..Te amo aunque no quierasrr. Como ven, es
ro allí ya se esboza este cambio del punto de aplicación de la in- la dialéctica del amo y del esclavo trasladada al registro del amor.
terpretación. Y Lacan le opone otra fórmula, misteriosa, enigmática, de la que
La primera vez que Lacan presenta este objeto-causa, que sigue dice que quizá no sea articulable, au,que pueda ser articulacra. Es-
siendo misterioso, lo ilustra con el fetiche de la perversión feti- ta fórmula implica lo imposibl e y, al hacerlo, designa lo real del
chista, donde, a su entender, se revela la dimensión del objeto co- asunto: ..Te deseo aunque no lo sén.
mo causa del deseo. No se desea el fetiche, pero este debe estar allí Dejo de lado por qué Lacan considera que esta fórmula es irre-
para que haya deseo, y el deseo se enganchará donde pueda. \fuan sistible si logra dejarse oír,para destacar solamente que <<Te deseo
dónde cayó el objeto fascinante del deseo. Ya no importa dóncle se aunque no lo sé>, expresa la nesciencia del deseo. El deseo autén-
enganchará el deseo: debe ser ahí. En este <<ser ahírr,ya resuena el tico es el deseo en Ia medida en que no conoce su objeto, que no
Dasein, con el que Lacan calificará al objeto n. conoce el objeto que 1o causa. La fórmula no es articulable, en la
Lacan elabora en este Seminario un objeto que es condición medida en que el deseo es reprimido, es deci¡ inconscienre.
del deseo, y esta condición es distinta de la intención; es Ia condi- En el Seminario de La angastia, se asiste a un desdoblamiento
cionalidad del deseo respecto de lo que era su intencionalidad. del objeto -el del objeto-causa y del objeto-al que se apunra- que
se refiere a dos estatutos de este: el objeto auténtico, que es siem-
-+ d -+ oBJETo-ALQUESEAPUNTA
oBJEro-cAUSA pre el objeto desconocido, ese que es propiam ente a,y el falso ob-
ANGUSTIA AMOR jeto a, elígahna. Esta oposición entre el objeto auténrico v el fal-
PALEA Áentun so objeto tiene, según lo que Lacan elaboró a continuación, aleo
oBIETO PARCIAL de rudimentario, pero inspira el contraste que establece Lacan r,i,-
t r tre el fantasma en el perverso y en el neurótico.ó6
\/
CONDICIONALIDAD INÍENCIONALIDAD
Prnvrnso Nrunórrco
A
Objeto verídico y objeto fatso
AI * ,
Ilustrar esta constr-ucción con el fetichismo como perwersión no l:_
surETo Ornr
'1.
apunta a resúingir su validez, sino, por el contrario, a revelar el es-
tatuto del deseo como tal, a saber, que se liga a un objeto distinto
de ese al que apunta. Dibujo por ahora un mundo fantástico, de Este esquema elemental ;ntcnta trarlucir que en el perverso,
rnanera incluso abstracta. Me propongo darles puntos de engan- como se decía en esa época, a está en s* iugar, del lado del sujeto,
che, lo que implica -cosa que se muestra en ei Seminario- que hay pero donde el sujeto no lo puerle ver. I),:l lado del otro se r.rrerve
un desconocimiento interno al deseo, lo que Lacan plantea cle en-
trada, clesde la segunda lccción -donde se trata de una confronta-
ción con Hegel-, de una manera enigmática, mecliante la fórmula 66.llít|., pp. 59 y ó0.
§
LA ANGUSTIA LACANIANA
rv. mÁs ncÁ DEL DESEo
visible, mientras que del lado del sujeto, hay nesciencia donde se para el neurótico, mientras que el perverso no tiene lugar en esta
inscribe propiamente el objeto ¿' En <<Kant con Sade,,, se lo ilus- condición. El neurótico concede a,ün ú falso, al Otro.
tra con la posición de Sade, que se ignora como objeto a,ignora
que ocupa el lugar del objeto.
En el Seminario aparece, sin embargo, un poco más desarrolla- Lo que no se de,ia significantizar
do -lo que explica algunos de los enunciados de Lacan en un tex-
to contemporáneo, ..Subversión del sujetorr'T- que el neurótico Estos términos seguirán produciendo una dificultad profunda que
pasa el a del lado del Otro. Está ocupado con su fantasma, tiene Lacan trabajará, puesto que, en el Seminari o Aan,va a rechazat ft-
conciencia de esto, y puede tomar este objeto como al que se nalmente su construcción del objeto ¿: .<Todo esto no es más que
apunta. Para Lacan, no es el lugar auténtico del objeto ¿ tal como semblante'r. La búsqueda de lo que es allí el verdadero objeto a
1o plantea en el Seminario, donde es exterior al campo del Oro y
-esta búsqueda curiosa, este esquema sorprendente, p".o qoé a.lr-
resulta invisible para el sujeto. Mediante una maniobra, por su ralos Escritos- deja presentir que en la teoría lacaniana, en la teoría
uso, el neurótico hace pasar el a del lado del Otro, y entonces un analítica, no se ha terminado con la cuestión de la relación del sem-
objeto n hace que su fantasma le sirva para soñar-, si me permiten, blante con lo real. Lacan supone que hay <<una trampa de la estruc-
para soñar con perversión. En la medida en que el fantasma del tura fantasmática en el neuróticorr,ó8 que a é1 mismo atrapó en sus
neurótico está enteramente del lado dei Otro, pudo hacerse el ca- Seminarios: hacer del objeto-causa el objeto-al que se apunta, re-
tálogo de las perwersiones, y es que alií uno se orienta. cubrir uno con otro, transfoÍmar a en algo localizable, que se ve.
Lacan no mantendrá estos esquemas que, aunque son elemen-
En este Seminario, el campo del Otro es el campo de la objeti-
tales, indican algo muy importante que es la posición de exteriori-
vidad. No dudo en emplear el término objetiaidad,puesto que La-
dad de rz respecto del campo del Otro. La frase de Lacan de los Es-
can lo opone al de objetalidad, qlue por el contrario engloba, califi-
critos,.rPor lo menos un pie del fantasma está en el Otron, difícil de
ca los objetos-causá.
entendet se ¿cl;tra cürr esta oposición entre el fantasma peruerso y
el fantasma del rreurótjcr.l. Foi eso, Lacan introduce la noción de
OBJTTALII]AD
que el ¿ dei fantasnia ,lel nc¡i'iiticr¡ es un I falso, una falsificación,
OBIETIVIDAD
ANGUS-IIA AMOR
está del lado del sujeto. Si no se capta que se constmye a partir de
PALLIi ÁentUn
la noción de la exterioridad de a respecto del campo del Otro, no
se entiende nada de todo el primer movimiento del Seminario. iT
^
\./
oBIETO PARCTAL
67. Cf.J. Lacan, ..Subversión dcl sujeto y dialóctica dei desco en el incons-
ciente freucli¿no,, (1960), enP'¡critos 2, ob. cit. n. 18, pp.713-807-
68. J. I-acan, El Seminario 10, ob. cit. n.2, p.78.
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87
ü
IV. MAS ACA DEL DESEo
LA ANGUSTIA LACANIANA
no especularizables, no se los puede atrapar en el espacio del espe- La angustia, momento lógico
jo, en el campo escópico, y es que escapan al campo üsual. Por eso,
lo que Lacan llama el campo del Otro en el Seminario de La angrr- Ya comenté el aforismo que encontré en el Seminario de La angts-
tia es el lugar del significante, pero también el lugar de las aparicio- tia, <<Sólo el amor permite al goce condescender al deseorr.Tt Hay,
nes, es allí donde algo aparece. pues, que destacar que goce y deseo son dos estructuras distintas.
Esta bmjula debe conservarse en todo el primer movimiento ¿Por qué Lacan se dedica con esta insistencia, en este Semina-
del Seminario, si distingo en él dos principales' El lugar auténtico rio, a dejar a de lado del sujeto, del otro lado del Otro? Porque a
de a está del lado del sujeto, invisible para él,y solo por trampas y es de alguna maner-a una expresión, una transforrnación del goce
falacias aparece en el Otro. En el segundo movimiento del Semi- del cuerpo propio, del goce en su estatuto autístico, cerrado -que
nario, Lacan elabora el lugar de a en el Otro. El objeto a, ql'e allí Lacan había luelto aún más cerrado al llamarlo con el término
se construye, sigue siendo evidentemente una formación muy am-
fleudiano das Ding-,mientras que el deseo es relación con el Otro.
bigua, que es por un lado irreductible a la simbolización e irrepre- IIay entonces una antinomia, un hiato entre goce y deseo. Simple-
sentable según las leyes normales del campo visual, exterior al mente, el goce tiene como lugar el cuerpo propio, mientras que el
Otro, y sin embargo está incluido en el Otro, pero como diferen- deseo es relación con el Otro. Esta antinomia inspirará además,
te del significante. diez años después, la elaboración de Lacan en el Seminario Aun.
Esta dificultad de articulación -que la constr-ucción de aliena-
ción y separación intentará resolver'- se menciona en la última Resulta divertido introducir en el Seminario de La angustia el
lección del Seminario: ..el objeto, definido como un resto irre- amor entre goce y deseo, introducirlo como mediador. El amor es
ductible a la simbolización en el lugar del Oro, sin embargo de- mediador porque desplaza o falsifica a,haciéndolo pasar al objeto-
pende de este Otror'.6s En esta frase se reconoce la dificultad de al que se apunta, volviéndolo dgalrua; mientras que la angustia no
la construcción. es mediadora,para Lacan, sino que está en el medio del goce y el
Thmbién al final del Seminario Lacan insiste en que el objeto deseo. Parafraseando el aforismo de Lacan, diría que solo la an-
a no es pura facticidad, no es simplemente un en-sí, y el hecho de gustia transforma el goce en objeto causa del deseo.
que sea irreductible supone que se ejerce sobre él un esfuerzo de Lacan elabora e incluso construye la angustia como el opera-
reducción al Otro. Por eso es relativo a esta reducción, lo que ins- dor que permite a das Ding cobrar forma de objeto ¿. No se lo en-
pirará además en la enseñanza de Lacan continuas oscilaciones: cuentra con todas sus letras en el Seminario, donde la angustia
por un lado, el objeto n como real, pero al mismo tiempo relati- funciona como un operador que produce el objeto-causa. La an-
vo a la elaboración significante. No es, pues, un absoluto, y este gustia lacaniana rrn angustia productiva. Por eso Lacanseñala
"r
al final del Seminario que el momento en que se pone en juego la
puede incluso ser el nombre del momento en que se detiene la
elaboración significante. Más tarde, en ..RadiofoÍría>>,70 Lacan función de la angustia es anterior a la cesión del objeto. Y da un
hablará del viraje del goce a la contabilidad, de hacer pasar el go- ejemplo tomado del caso del Hombre de los Lobos, cuando, ante
ce al significante que cuenta, y también a la palabra. Allí está pre- su sueño repetitivo, puede reconsürrirse el episodio de una turba-
sente la misma lógica; se trata, en definitiva, de lo que no se deja ción anal, de una defecación. Lacan lo enuncia r\navez,lo retoma
significantizar.
88 89
*
LA ANGUSTIA LACANIANA
rv. nÁs acÁ DEL DESEo
una segunda, pero sigue siendo el modelo esencial de lo que está final del Seminario que el apólogo solo vaie en el nivel escópico.
en juego, a saber, la angustia como moderador que produce el ob- Se trata del nivel del estadio del espejo, el nivel donde somos los
jeto-causa. Por eso la angustia es aquí esencialmente un momento mismos. En el nivel escópico se desconoce por excelencia Ia rare-
lógico, e incluso no experimentado. za del objeto ay este objeto es el más enmascarado. Por eso este
Seminario implica una crítica continua del nivel escópico, sobre el
que Lacan elaboró su teoría del deseo desde ..El estadio del espe-
ApRR tclotrt Es, pERTU BACIoN ES Y s EPARACtoN ES
R jorr, y del esquema óptico, que aparece aquí por última vez.
Esta conexión de Ia angustia con 1o real del goce es además lo
Certeza de la angustia que Lacan destaca como certeza dela angustia y Io que contrasta
con el carácter dudoso del significante -el significante no es nun-
Dados estos puntos de referencia, intentemos ahora captar en lo ca seguro. Por eso ia fenomenología del obsesivo ocupa tanto iu-
concreto esta relación singular del goce con la angustia. Para eso gar en este Seminario. El obsesivo es el sujeto que manipula el sig-
necesitamos remontarnos a Freud, quien sostiene que la primera nificante intentando acceder al origen, es decir, al objeto-causa,
y más original de las condiciones que determinan la angustia es la pero también alimenta la duda en la búsqueda significante, a fin de
exigencia pulsional, constantemente creciente, ante la cual el yo se mantenerse alejado de la certeza.
encuentra en estado de desamparo. Se capta así la base sobre la En este Seminario, la degradación del deseo va de la mano de la
que Lacan construyó este esquema. Ti'aducir esta frase en térmi- degradación del significante. Cuando la relación con lo real como
nos lacanianos ya les hace recorrer la relación del goce con la an- angustia es certeza, el significante no es más que posibilidad de en-
gustia. Para Freud, es una perturbación económica,'tn exceso -der gaño simbólico. Se asiste, pues, a una degradación del deseo, una
Úberscbuss-de libido inutilizada, que es el núcleo del peligro al que degradación del significante. Luego Lacan ajustará, atenuará, des-
responde la angustia. En términos de Freud, Lacan pone en sinfo- plazará todo esto, pero aquí estamos en el momento en que emer-
nía la relación del goce con la angustia y, tras la angustia, la pul- ge otra dimensión de la experiencia, que hasta entonces no había
sión, en la medida en que quiere satisfacerse, como voluntad de sido abierta. Encontramos incluso una crítica de la ciencia: ..Todo
goce que insiste sin tregua. Cuando esta insistencia pulsional en- aquello a lo que se extiende la conquista de nuestro discurso cien-
tra en contradicción con el principio del placer, se presenta este tífico se reduce siempre a mostrar que es un inmenso engaño. Do-
displacer llamado angustia. Por eso Lacan indica -trnayez, pero es minar el fenómeno mediante el pensamiento consiste siempre en
suficiente- que la angustia es señal de lo real e índice de la Cosa, mostrar cómo se puede hacer de un modo engañoso, implica poder
das Dittg, y la fórmula ..la angustia es señal de lo real, prevalece reproducirlo, o sea, hacer de él un significante>>.72 Debemos consi-
sobre la noción, que sin embargo siguió siendo famosa, de la an- derarlo en la perspectiva que valorizala certeza de la angustia, pe-
gustia como signo del deseo del Otro. ro se ve bien que se trata del comienzo de lo que Lacan desarrolla-
Habrá que esperar hasta la última lección del Seminario para rá más tarde como la noción del significante como semblante.
que Lacan tome una distancia explícita respecto de este enuncia- Hoy podemos agregar que se constata, en efecto, en este co-
do escabel que planteó al comienzo: ..la angustia es el signo pro- mienzo del siglo )OC[ que las conquistas de la ciencia están acom-
bado del deseo del Otrorr. Al comienzo presentó una mantis reli- pañadas del ascenso al cenit social del valor de goce, del derecho
giosa y un personaje que lleva una máscara y que ignora si la man- de gozar, ciel derecho a gozar, precisamente porque implican en sí
tis religiosa hallará su objeto en é1. De allí la angustia, angustia por
ser eso que le falta a la mantis religiosa. Retirando de alguna ma-
nera la alfombra bajo los pies de quien lo sigue, Lacan destaca al 72.J.Lacan, El Seminat'io 10, ob. cit. n. 2, pp. 89.
9o 91
,$
LA ANGUSTIA LACANIANA IV. MÁS ACA DEL DEsEO
mismas un engaño que vuelve tanto más insistente el llamado a un y que se inscribe en el momento en que se cumple la r-uprura de lo
real, al real del goce, cuanto que no es del semblante. El discurso que Lacan llama Ia mónada primitiva del goce. Aunque esta mó-
jurídico mismo se pone siempre demasiado al serwicio del derecho nada sea mítica, es necesario plantearla. Establecer una correla-
a gozar, al que solo se le puede oponer el derecho imprescriptible ción entre el goce y una totalidad unitaria, y un cuerpo de goce,
de la tradición: <<Déjennos en nuestro refugio de tradiciónrr. La supone que el Otro no enrre en juego de golpe.
certeza está del lado en que se goza, y no ciertamente en la natu- Por eso Lacan se ve llevado a detallar las separaciones anatómi-
raleza, que está irremediablemente falsificada por la ciencia. Ya no cas del objeto, las separaciones naturales del objeto tomado del
hay nadie que diga que se necesita un hombre y una mujer para cuerpo, y precisamente sin la intervención de un agente que sería el
hacer un niño. Esta supervivencia es anterior a que el científico Otro. Es 1o que él llama, con un tér'mino que retoma de Freud, sepa-
ocupe el tercer lugar en este asunto. El llamado al Ou-o como el ración. No la castración, sino la separación de los objetos, la separa-
Padre, el llamado al significante-amo del Padre puede ser, en efec- ción de los órganos. El habla incluso en un momento de la separti-
to, tanto más exasperado cuanto que la centeza está siempre dema- ción, para indicar que se trata de una partición en el interior que
siado del lado del goce. concierne al sujeto del organismo. La separación de un órgano en-
cuentra su paradigma en el objeto anal. Por eso, en un segundo
tiempo se plantea la cuestión de la subjetivación del objeto y de su
Angustia productiva inscripción en el Otro. Se califica lo que ya es allí objeto ¿ como lo
que hay de más yo mismo en el exteriot porque ha sido cortado de
Volvamos a Freud en la relación con Lacan. La repetición de la mí, y esto encuentra un eco en la última lección del Seminario 11.
palabra señal,la angustia como señal en el yo -un eslogan muy re-
petido en Freud yLacan-, hace creer que esta se reduce a adver- Antes mencioné la doctrina clásica en Lacan del más acá del
tir o connotar. Pero no es en absoluto lo que ocurre. En ..Inhibi- deseo. Esta doctrina pasa por la necesidad y la demanda, conside-
ción, síntoma y angustian, Freud hace lo que hace Lacan en La an- ra primaria la necesidad y sigue el pasaje de la necesidad por la de-
gustia, esto es, revisa sus posiciones anteriores. Todo este libro manda. Resulta de ello el deseo, que es como un defasaje entre ne-
apunta a destacar que la angustia es activa. No lo comentaré en de- cesidad y demanda.
talle y me contentaré con darles la fórmula que inspira enteramen-
te este Seminario de Lacan: <<La angustia -de castración- es mo- I Nr.r'oo,
tor de la represión". Esto dice Freud, quien escribe ..Inhibición, | ,.*o.uoo
síntoma y angustia>> para explicar que revisó sus concepciones con
el objeto de hacer de la angustia el motor de la represión. Lacan ü
L.r.o
traduce esto exactamente en términos de objeto-causa, implican-
do la causalidad en el asunto. Y es que la angustia lacaniana es ac- El Seminario de Ln rmgrrtia, donde el goce pasa por la angus-
tiva, es deci¡ productiva. tia para llegar al deseo, pone en tela de juicio esta doctrina. El tér-
Lo que Lacan llama causa del deseo es su traducción del motor' mino deruanda es el lugar del amor, puesto que en esta doctrina
de la represión, y por eso elegí el adjetivo repritnido para calificar clásica hay un desdoblamiento de la demanda entre demanda de
el deseo. Freud habla de Ia exigencia pulsional -Triebansprrtcb- de satisfacción de la necesidad y demanda de amor. En esta doctrina
pulsión, angustia, represión. Según este Seminalio, la angustia no ciásica, el significante es del C)tro al comienzo, mientras que, en la
es directamente la causa, sino que la produce. Esta sería el opera- línea del Seminario de La angustia, hay una referencia a una mó-
dor que, de la exigencia pulsional, haría el objeto causa del deseo, nada mítica clel goce, lo que Lacan acTarará -quedan allí fórmulas
92 93
,*
LA ANGUSTIA LACANIANA rv. ruÁs ncÁ DEL DESEo
ambiguas- en su escrito "Del Trieb de Freud"'": ttel deseo viene ciones del comienzo, aunque no es la fase más profunda de la ex-
del Otro, y el goce está del lado de la Cosa'r.73 ploración, no es su clave. Lacan buscará en Freud este objeto que
Saben cuál es entonces en esta doctrina clásica la conexión en- angustia, en su texto <<Lo ominosorr, donde dice que él explora,
tre amor y angustia. El Otro de la demanda detenta los objetos de que intenta encontrar el núcleo de lo que angustia. En el segundo
satisfacción, el objeto adquiere valor de don simbólico, de testi- movimiento del Seminario, se trata por el contrario de una angus-
monio de amor; y si el Otro no da, entonces hay desamparo, Hil- tia que produce el objeto.
Jlosigkeit, hay angustia por falta o por pérdida de objeto. El principio de la fenomenología del objeto angustiante es la
noción de que hay siempre cierro vacío que preservat incluido en
En el Seminario de La angustia,la misma lógica justifica una el campo visual y en el amot y de su colmamiento total surge la
perspectiva completamente distinta, la misma lógica que implica perturbación en la que se manifiesta la angustia. La fenomenolo-
que el don esencial del amor es el amor mismo, es decir, ningún ob- gía del objeto angustiante parte de .<El estadio del espejo» y La-
jeto, según expresa la fórmula .<El amor es dar lo que no se tiener': can la presenta a partir de allí. En <<El estadio del espejo, hay un
el don esencial es la falta. De allí la articulación que figura en el Se- objeto, la imagen del cuerpo propio, que produce en el sujeto un
minario una de las raras veces que Lacan cita explícitamente <<In- sentimiento de júbilo e implica también un desconocimiento total
hibición, síntoma y angusti»> para defender lo contrario.Ta Freud delarareza del objeto a.Pero Lacan enumera sucesivamente mo-
señala que la angustia se liga a la pérdida del objeto, mientras que mentos de aparición del objeto que nos lanzan a una dimensión
paraLacan esta surge cuando la falta falta, es decir', cuando hay ob- muy distinta.
jeto y cuando hay muchos objetos. Cuando el amor preserwa el lu- En el primer movimiento del Seminario, se rienen apariciones,
gar de la falta del Otro, la angustia colma esta falta -y, por eso mis- mientras que, en el segundo, hay separaciones. Son dos regímenes
mo, apbanisri del Otro, esta aPbaniszi del Otro que produce la cer- completamente diferentes. En el primer movimiento, está lo ima-
teza. Consiguientemente, el amor dispensa objetos, pero como tal ginario perturbado, el estadio del espejo perturbado, el estadio del
no tiene objeto. El amor, que consiste en dar lo que no se tiene, espejo modificado en esquema óptico. Está perturbado porque se
a,vanza desprovisto, mientras que la angustia no es sin objeto. Se manifiesta algo de este objeto r que no debería quedar más que del
trata, según señala de inmediato Lacan, de un abordaje preliminar, lado del sujeto, a la izquierda, sobre el esquema óptico. No debe-
porque el objeto precede a la angustia, causa la angustia, cuando, en ría estar allí.
el segundo movimiento del Seminario,la angustia produce el obje- En el esquema óptico, hay un espejo que separa, un ramo, un
to. La antinomia será superada en el objeto plus de gozar. florero. Este es el lado izquierdo, el lado de lo real, el lado del su-
jeto, el lado que no se ve, y se lo ve en el espejo, es deci¡ la ima-
gen real. Del otro lado, en el esquema que encuentran en los Es-
lmaginario perturbado critos, úenen la imagen virtual, i' de a, que es la misma.
tos
73. Cf .J. Lacan, ..Del Tiieb de Freud y del deseo del psicoanalista>>, en Esa"i-
2,ob. cit. n. 18, pp.830-833.
74.J.Lacar, El Seminario 10, ob. cit. n. 2, PP. 63 y 64.
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8'[ 8qx 95
lü
IV. MAS ACA DEL DESEo
LA ANGUSTIA LACANIANA
señal del yo, está también la angustia referida a lo real, como de-
Todos los esquemas que reproduzco en el Seminario de La an-
fensa contra el desamparo absoluto del nacimiento. Allí ya no se
g$tia tienden a hacer creer que él suprime esto para indicar que
trata del yo, allí nadie se imagina que el yo está constituido. En el
a, es decir, el ramo, no aparece en el campo del Ou'o. Normalmen-
primer movimiento del Seminario, se destaca la angustia que re-
te no debe aparecer allí, donde debe haber un blanco -constr-uc-
toma el yo como señal de lo que Lacan llama peligros infinitamen-
ción que encuentran en la última lección del Seminario de La
te más leves, mientras que, en el segundo, es la angustia referida a
transferencia-, eue se puede llamar menos fi, y que Lacan llamará
lo real.
incluso x. El campo visual se sostiene siempre que no toda la in-
vestidura libidinal narcisista iraya pasado al campo del Otlo. Una
parte de la investidura libidinal narcisista sigue siendo no especu-
larizable,y esto estabiliza el carnpo visual.
El primer movimiento del Seminario consiste en indicar cómo
puede hacerse una transferencia falaz en la clue esta investidura su-
plementaria perturbe el campo visual, y entonces esto angustia. Se
recurre así a este esquema óptico para explicar la dimensión de lo
extraño. Freud explica que lo Unbeitnlichkeit pertenece al dominio
de lo angustiante. En el segundo movimiento, por el contrario, ya
no se trata del objeto que causa la angustia, sino del objeto que la
angustia suelta en una coyuntura de plus de gozar. En otras pala-
bras, en el primer movimiento, tienen apariciones y perturbacio-
nes, y en el segundo movimiento, tienen sepalaciones.
El Seminario los conduce primero hacia una prevalencia del
campo visual, donde aparece, con su función perturbadora, el ob-
jeto angustiante, un objeto que trasgrede el principio del campo
visual que es, por excelencia, el principio del placer, la homeosta-
sis. Se 1o podría enunciar de esta manera: solo es especularizable
lo que está en conformidad con el principio del placer. Queda,
pues, normalmente excluida la activación del plus de gozar- El
campo visual es, por excelencia, lo que excluye la activación del
plus de gazdr.
75.Ibíd.,p.152.
97
V. Una lÍnea de quiebre
LosnrucE LACANTANo
Desacuerdo
GOCE
AMOR
ANGUSTIA
a "/\ i(o)
\,/
DESEO
76. Cf.J. Lacan, El Seruinario, libro 3, Las psicosis, cap. )O(II1, Buenos Aires,
Paidós, 1984.
99
LA ANGUSTIA LACANIANA
v. urun lfnrR DE eutEBRE
78. Cf .J. Lacan, ..1¿ agresividad en psicoanálisisrr, en Escritos,/, ob. cit. n. 30,
pp. 94-l 16.
77.J.Lacan,..Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis,,
79. Cf. J. Lacan,..EI estadio del espejo como formador de la función del
(1953), Escritos 1, ob. cit., n. 30, pp. 253 y 254.
yo...' (1949), cn ibícl., pp.8ó-93.
100
101
LA ANGUSTIA LACANIANA
v. u¡le lf¡l¡t DE eutEBRE
que se yolüó clásica que da de ella Lacan, esta imagen sigue sien- EL SEÑUELo DE LA PoTENCIA
702 103
LA ANGUSTIA LACANIANA
v. uu LiueR DE eurEBRE
en continuidad. Aun reducida a su principio topológico, aun redu- tercera parte, Lacan situa Ia angustia entre goce y deseo, y muestra
cida a una superficie mínima, y complicada, sigue siendo la banda cierta conjunción de lo ansiógeno con lo erógeno, especialmente
de Moebius. Verán que puse en la tapa esta banda de Moebius, de bajo la forma de las afinidades, de las conexiones entre el orgasmo
manera muy simple, en una presentación moderna pero que se y la angustia.Hay allí una disposición completamente ordenada: de
volvió clásica -Escher-, la más banal, y que sirwe de soporte a es- lo ansiógeno a lo erógeno, y la basculación , el azote de la balanza,
tas hormiguitas. opera sobre la conjunción de lo ansiógeno y de lo erógeno.
Esto se ve de la manera más evidente en que el Seminario po-
ne en juego dos estatutos diferentes del cuerpo. En su primer mo-
De lo ansiógeno a [o erógeno vimiento, se trata del cuerpo especula¡ el del estadio del espejo, en
su totalidad, tomado como una forma, una buena forma, e incluso
En el primer movimiento del Seminario, el acento describirá la la mejor de las formas, puesto que si se cree su constmcción, esta
irrupción disruptiva del objeto a, como no orientable en el campo se impone, para el ser hablante, al mundo perceptivo de sus obje-
visual. Aparece diversamente sobre los modos de la intmsión, y de tos. Es wa Gestab. El primer movimiento juega sobre esta Gestah,
una intrusión que se plantea como ansiógena. Allí comienza el ca- admitiendo la posibilidad de mostrar cómo puede perturbarla,
pítulo de una clase de fenómenos. Correlativamente a este realza- desdoblarla, despersonalizarla, extrañificarla la irrupción incon-
miento de la disrupción de un objeto ansiógeno no especulariza- gruente de un objeto estructurado de otro modo. Pero por haber
ble, a lo largo del Seminario se describe en forma constante el sido estmcturado de otro modo que el objeto especular, se en-
campo visual como especialmente ansiolítico. En el campo visual, cuentra en el segundo movimiento, de alguna manera en su lugar
señala Lacan, el objeto a es el más recubierto y normalmente el y perfectamente informe, este objeto ¿. Estos objetos ¿ no se de-
más desapercibido de todos los campos que se enumeran en fun- tienen en cinco. En su abundancia, encuentran especies que les
ción de los objetos. En la percepción visual, el sujeto está más costaría mucho designar, y que no son ciertamente del orden de la
tranquilo, más seguro en cuanto a la angustia. El objeto ansióge- buena forma -como la placenta, los envoltorios del feto, la mira-
no irrumpe en caso