EN LOS ÚLTIMOS AÑOS ha habido un auge de estudios y de ensayos que, desde
distintas perspectivas y disciplinas, se abocan a la discusión del individualismo. Este
renovado interés por el individuo es una reacción a las teorías sociales que postulan la preeminencia del Estado o del sistema social sobre el individuo. Estas teorías llegan a su fin no tanto porque se hayan invalidado por medio de argumentos teóricos o empíricos, sino mucho más por el desencanto y en ocasiones el horror causados por la realidad en la que han desembocado la mayor parte de los movimientos y acciones sociales que reivindicaron valores generales por encima del individualismo. Ante el ocaso de estas ideas aparece la urgencia de rescatar al individuo de todo lo que pueda llegar a aprisionarlo o inhibir su libre acción.