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Creer

El paso inicia con un sketch donde van dos nietos a visitar a la abuela, una con una cartera que
coloca en el suelo para abrazarla la abuela le dice que no la tire allí porque sino jamás en su vida
tendrá dinero, otro entra con la sombrilla abierta a saludarla pero tampoco la saluda porque la
abuelita le dice que eso es de mala suerte y corre a cerrársela . Aquí se interrumpe el sketch y se
dice que muchas veces se nos pasamos la vida creyendo en las famosas supersticiones, adorando
falsos dioses, en la magia, el feng shui, el ta rot y hasta haciendo rituales de brujería y santería
porque no conocemos al verdadero Dios en quien deberíamos creer es por eso que el siguiente
paso se llama creer.

Creer es un acto humano que consiste en conocer algo que no vemos o no sabemos por nosotros
mismos. Es imposible creer algo que vemos directamente o que sabemos científicamente. Ver o
saber algo hace que desaparezca la «creencia» o «fe» que antes se tenía. Cuando creemos en algo
o alguien nos referimos a lo que no conocemos directamente. No existe persona en el mundo que
pueda vivir sin creer en algo, se llame como se llame, porque es una necesidad natural del ser
humano desde que nace.

Creer en Dios significa que reconocemos que, más allá de lo que experimentamos directamente o
de lo que conocemos científicamente, existe una realidad suprema: Dios, nuestro Padre bueno, el
es el origen de todo lo creado, es la causa, el principio y el fin de todo lo que existe, que nos hizo
de pie a cabeza a su imagen y semejanza con un plan perfecto y secreto de paz, amor y felicidad
pero ya va ¿por qué Dios creó el mal? ¿Cómo podemos creer en un supuesto Dios bueno y
poderoso si existe tanto mal en el mundo? La respuesta a esto es justa y simple: libre albedrio
Dios nos ha tratado con dignidad al concedernos libre albedrío, la facultad de tomar nuestras
propias decisiones. Ni él ni el destino controlan nuestra vida. Él no utiliza su poder para controlarlo
todo, ha decidido tolerar a quienes usan su libre albedrío para hacer daño. Pero nos alegra saber
que no los tolerará por siempre. Si, el permite que el mal exista porque es necesario, su intención
es destruirlo un día. La línea entre lo bueno y lo malo es una línea directa que nos conduce a Dios,
sin Dios no hay razón para hacer el bien.

Hemos llegado a confundir a Dios quizás con un bombero que llamamos solo en caso de
emergencia, o con un padre castigador que tiene la culpa de todo lo malo que pasa en el mundo, o
como un hada madrina quien concede nuestros deseos cuando lo pedimos o con un médico que
cura nuestras enfermedades, o hasta con un psicólogo que resuelve nuestros problemas. Pero la
verdad es que él está siempre con nosotros pero no creemos en el porque no lo conocemos
realmente ¿Quién es Dios para ti? aunque no lo vemos él está esperando que lo busquemos como
lo que verdaderamente es un padre amoroso y bueno, un amigo, un apoyo, un refugio que quiere
estar que quiere, que nos dejemos encontrar por el que dejemos de alejarnos y que entendamos
que nunca estamos solos porque nos llena de bendiciones y regalos a diario aunque creamos no
verlo o solo le hablemos al necesitarlos y como hacemos muchas veces “por si acaso existe le pido
que me ayude”
Dios es un amor cercano a nosotros que se manifiesta en nuestra vida diaria a través de pequeños
milagros, ”vivimos en una planeta azul que gira alrededor de una bola de fuego y que tiene al lado
a una luna que agita las mareas ¿y aun no creemos en los milagros?” Y través de su hijo Jesús
quien hizo tantos milagros, camino por las aguas, curo ciegos, sano enfermos, murió en una cruz y
resucitó para salvarnos Y aun seguimos viviendo pequeños milagros podemos sentir como cada
mañana late nuestro corazón de nuevo, vemos como nace un bebe, como se curó un terrible
cáncer, como un abrazo logro salvar una vida y llenarla de amor y eso… eso es Dios quien muchas
veces creemos no conocer.

Y es que existen muchas cosas que nos pueden separar de Dios desde nuestros pecados, las
tentaciones, los problemas, personas o situaciones y hasta nosotros mismos con tantos miedos,
dudas y preocupaciones. Pero aún podemos ir a él, sus abrazos estarán siempre abiertos a
recibirnos basta con derrumbar todas las barreras que hemos construido contra él y han
endurecido nuestro corazón.

Dios nos dejó un don precioso un regalito que nos quiso dar, es la FE la certeza de lo que se espera
y la convicción de lo que no se ve, cristo habita en nuestros corazones por la fe, es que de esto se
trata todo no es solo creer en Dios es de creerle a él, porque lo conocemos y decidimos amarlo
que es actuar según sus designios. A veces sufrimos por tonterías y es porque no estamos
confiando, esa falta de paz es falta de confianza en Dios y de eso se trata la fe

Esta fe necesita ser trabajada de muchas maneras una es la oración que es diferente al rezar
porque podemos rezar un Padre Nuestro o un Ave María pero esas palabras no salen de nosotros,
oración es ese momento que decidimos abrir nuestro corazón y mente a él, invocar el Espíritu
Santo y contarle todo lo que queramos hablarle a ese Jesús amigo que habita en nosotros, dice un
santo es la escucha de Dios en nuestro silencio interior es aprender a silenciar nuestra mente, que
nuestra alma respire, cerrar nuestros ojos y dialogar con Jesús hasta que podamos no solo ser
escuchados porque el ya conoce todo lo que nos pasa y todo lo que pediremos siquiera antes de
decírselo sino hasta que escuchemos las respuestas que tiene para nosotros, es una mirada cara a
cara que podemos tener con él donde sea; caminando a casa, en el carro, trabajando, estudiando,
escuchando música, bañándonos, donde sea y recibiremos solo su paz y amor que hacen que
nuestra fe en el crezca.

otra forma de conocer y experimentar esa fe es la comunión y es que Jesús ahora se ha convertido
en un milagro de amor tan infinito que en una ostia decidió quedarse con nosotros, maestro de
vida, es la sal y luz del mundo que en la eucaristía permanece con nosotros y nos sana nos libera
del pecado ese daño que nos hacemos ese mal en que caemos porque todas las cosas del mundo
que nos tientan y luego nos destruyen sin darnos cuenta pero que bueno es que él quiera hacerse
tan pequeño y entrar en nosotros solo para salvarnos para perdonarnos nuestras fallas y darnos
una nueva oportunidad porque cree en nosotros y espera mucho de cada uno de nosotros.

Por otra parte, como Dios no vacila en dar, que bonito regalo es María esa prueba de una fe
inigualable que dijo si y aceptó que por obra y gracia del Espíritu Santo en su vientre se formaría
el hijo de Dios, ella sería el primer sagrario de Jesús ella no dudó solo se dejó guiar por un
profundo amor, su fe y su devoción y ella a través del rosario que es otra manera de fortalecer
nuestra fe intercede por nosotros y en cada misterio podemos orar por todas nuestras
necesidades y recibir ese abrazo de nuestra madre. Y es que nadie acompaña a María de regreso a
su casa luego del calvario, luego de la cruz.

Y no podemos olvidar la lectura de su palabra, es leer e imaginar todo lo que Dios hizo todo lo que
Jesús vivió, imaginar que estamos ahí y poder sentir cada oración de todas esas historias que
tienen algo que decirnos para lo que vivimos a diario en situaciones personales, familiares,
sociales, está el hablándonos, guiándonos, aconsejándonos en sus escritos tenemos la repuesta a
cada duda y la solución a nuestros problemas solo debemos abrir nuestro corazón a la escucha de
lo que él quiere comunicarnos. La Sagrada Biblia es su palabra viva, es un espejo donde vernos.
Prestemos atención a la siguiente parábola que se encuentra en San Mateo 13, 1-23. Esta parábola
se proclamara en voz alta y ustedes van a escuchar atentamente pero antes pido que se levanten
de sus asientos debido a que es la proclamación de un evangelio

*se lee la parábola y por cada grupo de semilla se levanta alguien del grupo*

1era persona: Yo me identifico con la semilla que cayó a la orilla del camino, porque oigo la
palabra de Dios, más no la escucho con atención

2da persona: yo me identifico con la semilla que cayó en terreno pedregoso, porque escucho la
palabra de Dios, la medito pero no la pongo en práctica.

3ra persona: diría que mi semilla cae entre espinas porque escucho y medito la palabra de Dios
pero mis preocupaciones personales como mis estudios, mi futuro y el trabajo son más
importantes y le resto importancia a la pablara de Dios.

4ta persona: yo me identifico con la semilla que cae en tierra buena porque escucho, medito y
pongo en práctica la palabra de Dios.

Él nos dejó todos los motores de la fe a nuestra disposición pero es nuestra decisión si la dejamos
morir en nuestro corazón o arrancamos el camino a él. Todo es posible para el que cree dice
Marcos 9:23 y solo necesitamos creerle a él para vivir esa fe.

Tenemos que saber que la fe es algo vivencial no solo con conocerlo intelectualmente basta. No
nos sirve de nada conocer la biblia entera y sabernos los versículos de memoria, haber leído todos
los libros católicos, conocer a vida de todos los santos, ir a misa diaria, rezar cinco rosarios
semanal, orar 3 horas al dia y vivir una fe sin obras Santiago 2:17 dice si la fe no se demuestra en
la manera de actuar está completamente muerta. Obras como dar de come4r a quien no tiene,
visitar un enfermo, sonreír a alguien triste, abrazar con fuerza a quien lo necesita, ser como Jesús
lo era y así que los demás vean en nosotros un testimonio de fe. La mejor forma de acercarse a
Dios es acercándonos a los seres humanos. No debemos dejar que la fe muera en nuestros
corazones y debemos llevar esa esperanza a todos.
Ahora tenemos una pregunta para que contesten:

¿Creo en Dios con mi cabeza solamente, o mi creencia influye en mi vida diaria?

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