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Según un informe elaborado por la Red de Investigadores del Banco Central de Reserva

(Redibacen) de El Salvador, los costos de la inseguridad en el país durante 2014 alcanzaron


los $4,026 millones, un monto que representó un 16 % de su PIB.

El estudio, que tomó como base varios de los cálculos que se habían dado a conocer
anteriormente, mostró un aumento preocupante, ya que, en 2005, este representaba el 10%
del PIB.

Comparativamente hablando, el precio que El Salvador paga a causa del fenómeno es tan
alto que en ese año prácticamente igualó al total de remesas que ingresaron al país o al
total de impuestos recaudados.

Igualmente superó en dos veces a la factura petrolera y alcanzó un 44% de los depósitos
del sistema financiero.

El estudio desagregó el monto en cinco grandes áreas: salud, institucionales, prevención


en seguridad privada, violencia contra agentes privados y el efecto sobre la inversión y
producción.

De estos, el que representó un mayor impacto fue el de la violencia contra agentes privados,
que incluye entre otros el gasto realizado por extorsiones y las pérdidas por robo y hurtos
en viviendas, que, en 2014, sumó un costo de $1,303 millones, equivalente al 5.2% del PIB.

El segundo gran costo fue el padecido por la inversión y producción, donde el monto
ascendió a $1,198 millones (4.8%), debido al deterioro de la inversión, la pérdida de
producción, el mantenimiento de reos y miembros de pandillas, y a la migración por
violencia, entre otras.

Aunque los costos de prevención en seguridad privada, por su parte, representaron un


gasto de $171.9 millones, equivalentes a solo 0.7% del PIB, lo que los ubicó en el quinto
costo más importante, el impacto que representó en los presupuestos de las familias y las
empresas fue importante.

En 2014, los hogares invirtieron en dichas medidas un total de $14.9 millones de los cuales
más de un 95 % se destinó a vigilancia. Mientras que las empresas destinaron $157
millones para el mismo fin.
Podemos observar que la violencia en el país no solamente afecta económicamente así
también en el nivel productivo donde la producción perdida por homicidios y perdidos es de
US$ 43.6 millones en el aspecto de costos salud son US$767.8 millones conformando el
3.1% del PIB, en el cual los costos de daño emocional y psicológico tienen un mayor
porcentaje.

Según Kilpatrick, Saunders, Amick-McMullan, Best, Veronen y Jesnick (1989), los delitos
violentos son sucesos negativos, vividos de forma brusca, que generan terror e indefensión,
ponen en peligro la integridad física o psicológica de una persona y dejan a la víctima en
tal situación emocional que es incapaz de afrontarla con sus recursos psicológicos
habituales. Por esta razón lesiones causadas por la violencia y dicha atención medica
recibida no representan un costo mayor debido que la rehabilitación para casos donde
personas experimentan un daño emocional y psicológico se requiere mucho más tiempo
aun así una inversión mayor dentro de los daños psíquicos en víctimas de delitos violentos
mayoritariamente citados podemos mencionar:

Sentimientos negativos: humillación, vergüenza, culpa o ira


Ansiedad
Preocupación constante por el trauma, con tendencia a revivir el suceso
Depresión
Pérdida progresiva de confianza personal como consecuencia de los sentimientos
de indefensión y desesperanza experimentados
Disminución de la autoestima
Pérdida del interés y de la concentración en actividades anteriormente gratificantes
Cambios en el sistema de valores, especialmente la confianza en los demás y la
creencia en un mundo justo.
Hostilidad, agresividad, abuso de drogas
Modificación de las relaciones (dependencia emocional, aislamiento)
Aumento de la vulnerabilidad, con temor a vivir en un mundo peligroso, y pérdida de
control sobre la propia vida
Cambio drástico en el estilo de vida, con miedo a acudir a los lugares de costumbre;
necesidad apremiante de trasladarse de domicilio
Alteraciones en el ritmo y el contenido del sueño
Disfunción sexual
Con un país muy violento en el que vivimos como señala el índice de la paz en el año 2,016
El Salvador no está en un buen puesto en el ranking de paz global, situado en el puesto
número 111 del ranking de paz global, puede considerarse un país peligroso. Ha mejorado
su situación respecto al año anterior, ya que en 2015 estaba en el puesto 123. ha obtenido
2,237 puntos en el Índice de Paz Global (Global Peace Index) que publica el Institute for
Economics and Peace, con lo que mejora su puntuación respecto al informe del año
anterior, en el que obtuvo 2,263 puntos.

Este indicador mide el nivel de paz y la ausencia de violencia en un país. Además de la


evolución de la puntuación, es fundamental la evolución que tenga el país en el ranking que
lo compara con el resto de los países.

En el aspecto de costos institucionales son US$584.4 millones conformando el 2.3% del


PIB, en el cual los costos de seguridad pública y defensa nacional tienen un mayor
porcentaje.

Cabe mencionar que El Salvador dedica recursos importantes del presupuesto nacional e
impulsa acciones para mejorar la coordinación entre instituciones del sector de seguridad y
justicia. El objetivo de esta evaluación institucional y del gasto público es proveer insumos
para el diálogo nacional y la búsqueda de acuerdos para aumentar la eficacia de la
seguridad y la justicia, en beneficio de toda la población, lo mencionado anteriormente
destaca el esfuerzo de nuestro país para la lucha contra la delincuencia, sin embargo, este
fenómeno sigue afectando el desarrollo de nuestro país por la ineficiencia que existe de
nuestras autoridades, por la falta de compromiso y responsabilidad de las instituciones del
estado nada de esto cambiará aunque se invierta un poco más. Es que el problema de
fondo es LA IMPUNIDAD. La ley no funciona en el país, pues no podemos probar la
culpabilidad. Se puede capturar a miles de criminales, pero si no se les puede probar el
delito del cual se les acusa, los jueces no tienen más opción que dejarlos libres en pocos
días.

Entonces queda claro que lo que necesitamos con urgencia es crear y fortalecer los
mecanismos de investigación científica del delito. Necesitamos laboratorios de balística, de
análisis de huellas digitales, de análisis de ADN, de química, etc. Debemos de probar la
culpabilidad del delincuente, aunque no hallan testigos.
Esta es la forma en que se prueban los delitos en la gran mayoría de países civilizados del
mundo. Pero en El Salvador siempre vamos atrasados. Por ello pagamos graves
consecuencias.

https://inestornabene.com/2011/10/18/el-dano-psicologico-en-las-victimas-de-delitos-
violentos/

http://www.datosmacro.com/demografia/indice-paz-global

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