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Los procesos civiles declarativos se configuran, en su estructura y distribución de poderes, entre el juez y las

partes, de acuerdo con la naturaleza jurídica de los derechos que se ponen en juego en el proceso (derechos
materiales que se pretenden sean declarados y tutelados por el órgano judicial).
En el ámbito procesal civil fundamentalmente se tutelan: derechos subjetivos, intereses y situaciones
jurídicas que tienen carácter dispositivo están regulados por normas jurídicas que no son imperativas (la
consecuencia jurídica de las mismas se deja por el legislador a la regulación que surja de la voluntad de las
partes).
LECCIÓN 1
Los Procesos Civiles
ART. 117.3 CE: El ejercicio de la potestad jurisdiccional consiste en juzgar y hacer ejecutar lo ejecutado.

I. Los Procesos Declarativos

En el art.24.1 de la Constitución Española se dice que “Todas las personas tienen derecho a obtener la
tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en
ningún caso, pueda producirse indefensión.”

Existen tres tipos de tutela:


• Declarativa: Los tribunales resuelven la cuestión controvertida declarando.

• Ejecutiva: Solicitar del tribunal que se cumpla lo que primeramente ha resuelto.

• Cautelar: Se da en el caso de que existan dudas razonables o sospechas fundadas de que lo


declarado por los tribunales es posible que no se lleve a cabo, por lo que se solicita a los tribunales
medidas que permitan asegurar la efectividad de la sentencia, con el fin de que sea eficaz en el
momento en que esta se produce.
Debido a estos tres tipos de tutelas, podemos distinguir tres tipos de procesos: declarativos, ejecutivos, y
cautelares.

Fines que cumple el proceso:


1. El juez declara al derecho (resolución del conflicto planteado): proceso declarativo
2. Ejecutar lo declarado: proceso de ejecución
3. Preservar, mantener la cautela: proceso o tutela cautelar

Principios que informan sobre los procesos declarativos civiles. Remisión

• Principio de la demanda: los órganos jurisdiccionales no pueden iniciar procesos de oficio, es decir, por
su exclusiva voluntad: sólo tramitarán aquellos procesos que sean pedidos o instados por las partes
legítimas; el principio de la demanda tiene, su fundamento en el sometimiento de los jueces
únicamente al imperio de la Ley, lo que quiere decir que el órgano judicial es ajeno a todo tipo de
arbitrariedad y de prejuicios, lo que impide que la resolución de conflictos, que en el fondo es de lo que
se trata en el proceso, puede iniciarse por la sola voluntad del órgano judicial, pues, en ese caso,
aparecería el órgano judicial como juzgador con un claro prejuicio sobre la existencia y el contenido del
conflicto y, lo que es peor, con un claro prejuicio sobre la manera de solucionarlo. Existen excepciones
en las que se permite iniciación de oficio: en materia no dispositiva e incitación probatoria.

• Principios de contradicción: En cuanto a la contradicción, baste aquí recordar los elementos esenciales
de este principio, porque no existe posibilidad alguna de entrar en un proceso sin que exista un
conflicto entre distintas partes (demandante-demandado), lo que produce la contradicción de éstas en
el proceso y, por tanto, la igualdad efectiva de las posiciones de ambas en el proceso. Tiene que haber
un conflicto respecto del derecho; el juez es el que resuelve el conflicto, el que impone la solución a las
partes.
• Principio igualdad de partes: significa que las partes tienen que actuar en pie de igualdad. Este principio
se puede considerar consustancial al derecho fundamental a la tutela judicial efectiva. A las partes se
les debe reconocer los mismos derechos, obligaciones y posibilidades y cargas de alegación y de
impugnación. Deben poder utilizar los mismos medios de ataque y defensa, las mismas posibilidades de
alegación, de utilizar los medios de prueba y de impugnar las alegaciones.

• Oralidad y publicidad: de publicidad, en cuanto garantía de una mejor justicia y de oralidad, en cuanto
que el mandato constitucional del art.120.2CE entiende que esta forma de los actos y actuaciones
procesales es la mejor para preservar los principios de inmediación y de concentración. La LEC 2000
lleva a cabo esta potenciación. Se tiende a que la mayor parte del procedimiento sea oral. Esto no
quiere decir que no existan partes escritas a lo largo del procedimiento. En cuanto a publicidad, supone
que las actuaciones son públicas, sin perjuicio de ciertos documentos o actuaciones que pueden ser
privadas. Las sentencias son publicadas y los juicios se celebran en audiencia pública, con carácter
general, salvo que afecten a derechos fundamentales o relacionados con menores o incapaces. En
ningún caso se puede excluir a las partes de la publicidad.

• Principio de concentración: supone que los actos procesales se desarrollen en una sola audiencia
(cuando no sea factible en una o varias audiencias, lo más próximas en el tiempo). De esta manera se
facilita el trabajo al juez al dictar la sentencia.

• Principio de inmediación: supone que el juez está obligado a presenciar la prueba en la que fundará su
resolución. El juez que presencia la prueba debe ser el mismo que el que dicte la prueba.

• Principio dispositivo: quiere decir que las partes procesales podrán realizar los actos que comparten la
disposición sobre el Derecho material cuya tutela se pretende, facultad de disponer de la acción. Sería
el antagónico al de oficialidad que rige en el proceso penal. Este principio, en primer término, comporta
la disponibilidad del derecho de acción, el principio de demanda. Es decir, si las partes tienen la
disponibilidad del derecho que se actúa en el proceso (si son las dueñas y señoras del derecho que se
actúa en el proceso), son libres a la hora de iniciar el proceso civil o no (a instancia de parte: son libres
de defender o no su derecho). La segunda manifestación de este principio es que las partes son libres a
la hora delimitar el objeto del proceso. No solamente pueden acudir a los órganos judiciales para
defender su derecho, sino que también pueden establecer la medida en que se quiere defender ese
derecho; de manera que, la determinación del objeto del proceso va a ser facultad exclusiva de las
partes. Otra manifestación es que las partes pueden poner fin al proceso por propia voluntad,
definiendo el contenido de la resolución que pone fin, a través del allanamiento o de la transacción. Si
hay uno que no para de desistir y demandar, el otro puede pedir una resolución de fondo.

• Principio inquisitivo: Cuando en el proceso se pretende la tutela de derechos que no son disponibles,
como ocurre en aquellos supuestos en los que se trata de situaciones jurídicas o de derechos sobre el
estado y condición civil de las personas, supuesto que estas situaciones no son dispositivas, sino que
tienen un carácter imperativo, o están reguladas por normas de carácter imperativo, puesto que en
ellas existen intereses públicos tutelables, los procesos civiles de declaración, digo, se estructuran en
base al principio que llamamos inquisitivo. Son los procesos regulados en los art.748 y ss. LEC los llama
procesos sobre capacidad, filiación, matrimonio y menores. En ellos, no sólo interviene el Ministerio
Fiscal defendiendo los intereses públicos, sino que las partes no pueden llevar a cabo aquellos actos
que impliquen disposición del derecho cuya tutela se pretende, en este sentido, no caben instituciones
como las de renuncia, allanamiento, transacción o admisión de hechos con efectos directos en la
sentencia.

• Principio de aportación de parte: son las partes quienes deben (en el sentido de carga procesal) alegar
los hechos que fundamentan la pretensión y deben llevar a cabo las pruebas con las que intenten
demostrar la veracidad de los mismos. El órgano judicial no tiene en el proceso poderes de alegación ni
de prueba, con muy contadas excepciones. (Art. 217 LEC) En materia de menores, por ejemplo, el juez
puede acordar que se presenten pruebas que no han sido presentadas por las partes. El juez,
manteniéndose distante de esa actuación, dicta sentencias según lo alegado por las partes. No basta
con tener razón en un conflicto, hay que probar que se tiene. Valoración conjunta de la prueba.

• Principios relativos a la valoración de la prueba: Prueba legal y libre valoración de la prueba, valoración
conforme a la experiencia y la lógica.

II. Los Procesos Declarativos Ordinarios

La Ley (art. 248 y ss. LEC) regula dos procesos declarativos ordinarios: el juicio ordinario y el juicio verbal. De
acuerdo con lo que se establece en la LEC, todas las contiendas judiciales que no tengan señalada por la Ley
una tramitación específica, serán ventiladas y decididas por uno de estos dos procesos ordinarios. Todos los
demás se tramitarán por los correspondientes procesos especiales, se establecen procesos especiales o
procesos con tramitación especial cuando el legislador entiende que la materia jurídica objeto de tutela
requiere de otra tramitación, pues la general no ofrece garantías suficientes para conseguir la tutela que se
pretende.

Ámbito del juicio ordinario


La Ley utiliza dos criterios para decidir qué materias jurídicas, o conflictos jurídicos, se resolverán a través
de los trámites del juicio ordinario y cuales otras se decidirán a través de los trámites del juicio verbal:
- El criterio objetivo: Desde el punto de vista objetivo, a través del juicio ordinario se conocerán las
demandas que tengan por objeto (art. 249.1 LEC):
o conflicto sobre derechos honoríficos de la persona
o la tutela de los derechos fundamentales reconocidos en la CE (derecho al honor, a la
intimidad, a la propia imagen, salvo el derecho de rectificación)
o conflictos en materia de competencia desleal, propiedad industrial, propiedad intelectual y
publicidad (siempre que el conflicto no sea de mera reclamación de cantidad)
o arrendamientos urbanos o rústicos (exc de demandas de desahucios por falta de pago).
- El de cuantía: la Ley asigna al juicio ordinario cualquier otro conflicto jurídico siempre que la
demanda tenga una cuantía que exceda de 6.000 euros o ésta sea inestimable, al no poderse
calcular ni siquiera de modo relativo o de forma aproximada. (art. 249.2 LEC)

Téngase en cuenta que la distribución de materias entre uno y otro proceso ordinario se hace una vez que
se han excluido otras, concretas y específicas, que tienen señalada en la Ley una tramitación especial.
Ejemplo: la división del patrimonio, la nulidad del matrimonio.
En el art.251 se establecen 12 reglas para determinar la cuantía de un asunto en aquellos supuestos en los
que el mismo no tenga una valoración clara y determinada.

El desahucio es un proceso sumario, MIRAR TEST


Ámbito del juicio verbal
La determinación de los asuntos que se han de conocer a través de los trámites del juicio verbal se lleva a
cabo por el art.250. La LEC utiliza igualmente el criterio de distribución objetiva y el criterio del valor de la
cuantía del objeto litigioso. Art. 248.3 LEC: Las normas de determinación de la clase de Juicio por razón de
la cuantía solo se aplicarán en defecto de norma por razón de la materia.
- El criterio objetivo: a través del juicio verbal se conocerán (art.250):
o las demandas sobre alimentos, que sean debidos pos disposición legal u otra causa
o los litigios sobre el derecho de rectificación de hechos inexactos y perjudiciales
o los que supongan el ejercicio de la acción de cesación en defensa de los intereses colectivos
y difusos de los consumidores y usuarios.
o Todos los demás supuestos que estén contemplados en el art.250.1 son procedimientos
especiales. Según el profesor, todo es juicio verbal.
- El de cuantía: por el juicio verbal se conocerán cualesquiera otras demandas que tengan un valor
inferior a 6.000 euros (art. 250.2 LEC). ¿Qué pasa si la cuantía es distinta el día de poner la demanda
y el día que llega el juicio? Se quedaría en el primero, si luego es una cantidad mayor no habría una
inadecuación de procedimiento sobrevenido.

Fases del juicio ordinario


El juicio ordinario está regulado en los art. 399-436, ambos incluidos. Como cualquier proceso, se inicia por
demanda y se termina por sentencia.

- Fase alegatoria: compuesta esencialmente de los actos de alegación de las partes: demanda y
contestación a la demanda. Una vez admitida la demanda (si no es admitida, auto inadmisión al
que cabria recurso de apelación), se da traslado de ella al demandado para que se persone en el
proceso y la conteste en 20 días. Si la persona se persona, pero no ha contestado a la demanda no
se le declara en rebeldía, aun asi si hubiera rebeldía no implicaría ni allanamiento ni reconocimiento
de hechos (En el monitorio o cambiario por ejemplo si que se produce “el que calla otorga”, art. 812
en adelante LEC). Pasados los 20 días de plazo, uno no puede alegar falta de competencia
imperativa, si son normas de competencia imperativa lo hará el juez igualmente. Aun así, si se hace
fuera de plazo en la audiencia previa, cabe el recurso de reposición (otra vía).
Tanto la demanda como la contestación son actos procesales de parte, del actor y del demandado
respectivamente, en las que piden al órgano judicial la resolución que les convenga en orden al
conflicto jurídico que plantea el actor, basando dicha petición en alegaciones de hecho y de
derecho. La demanda y la contestación fijan de forma definitiva la contienda, aunque con las
excepciones que más adelante se verán, y determinan el contenido y la extensión del poder
jurisdiccional del órgano judicial que se deberá atener en su sentencia a lo pedido por una y otra
parte y a la razón o fundamentación de lo que cada una de las partes pide.
El demandado contesta a la demanda en los términos del art. 405 (allanarse u oponerse), pudiendo
alegar en ella todas las excepciones materiales o de fondo, así como las procesales o atinentes a la
falta de algún requisito o presupuesto procesal. Igualmente, en la contestación se puede reconvenir
(ver reconvención impropia), es decir, interponer una demanda contra el actor o, incluso, contra
terceras personas unidas a aquél por lazos jurídicos, hay un plazo de 20 días para la contestación de
la demanda. Contestada la demanda, o transcurrido el plazo para hacerlo sin que se aporte, el
secretario judicial convoca a las partes a la llamada audiencia previa al juicio.
- Fase intermedia. (Audiencia previa al juicio): la audiencia previa al juicio es una vista, o un acto oral
o sucesión de actos orales, que tiene como finalidad conseguir, en primer lugar, un acuerdo o
transacción de las partes que evite el proceso; y posteriormente, examinar y resolver todas las
cuestiones procesales que hayan sido planteadas por el demandado, o que pueda plantear el actor
a la vista de la contestación del demandado, o incluso las que pueda plantear de oficio el propio
órgano judicial. Se sigue adelante tras comprobar que sigue habiendo controversias.
La audiencia sirve igualmente para que las partes fijen su posición jurídica y fáctica de forma
definitiva. Pueden hacer alegaciones complementarias y aclaratorias, incluso pueden presentar
pretensiones complementarias. Pueden las partes alegar en el proceso hechos nuevos, o de nuevo
conocimiento, que se hayan conocido con posterioridad a la presentación de los escritos de
demanda y contestación.
Junto a esta actividad de posicionamiento jurídico-fáctico, las partes deben manifestar su posición
sobre los documentos y los dictámenes e informes que se hayan podido presentar por las partes
con los escritos de demanda y contestación. Por tanto, la audiencia previa sirve en este sentido,
para fijar de forma definitiva cuáles son los hechos controvertidos y en cuáles otros las partes están
de acuerdo. Art. 281 LEC, si no hay controversia no se requiere prueba mas tarde. Las pruebas solo
versaran sobre los hechos controvertidos.
Si existiera disconformidad sobre los hechos, las partes proponen las pruebas de que intenten
valerse para demostrar la certeza de los mismos; pruebas que son admitidas por el órgano judicial si
se atienen a lo establecido en la Ley. La admisión se hace en el mismo acto de la audiencia previa.
No se iría a juicio en el caso que ninguna de las pruebas se impugne o se pida ratificación del perito.
Como acto final de la audiencia previa, el juez cita a las partes y a todos los que han de intervenir en
el juicio para el día y la hora en que empezaran las sesiones del juicio. A la audiencia previa han de
acudir las partes con sus abogados y procuradores, o deberán otorgar a éstos poder especial para
renunciar, allanarse o transigir.
Si las partes no acuden a la audiencia, el juez da por terminado el proceso dictando auto de
sobreseimiento; el mismo auto se dicta si a la audiencia no acude el actor, y el demandado no
muestra interés en que continúe el proceso; igual resolución se dicta cuando no acude el abogado
del demandante, y el demandado no alega ese interés en continuar el procedimiento. Si fuera el
demandado quien no concurriese al acto, la audiencia se entenderá con el demandante en lo que
resulte precedente.

- El juicio y la sentencia: el juicio tiene por objeto llevar a la práctica las pruebas que han sido
admitidas por el órgano judicial y para realizar los actos de conclusión, una vez practicadas las
pruebas; en estos actos, las partes hacen un resumen de lo que ha ocurrido en el proceso, desde el
punto de vista de los hechos y desde el punto de vista del Derecho. Terminado el juicio el órgano
judicial dicta sentencia en el plazo de 20 días, a no ser que por las razones establecidas en el art.435
haya que realizar algunas de las diligencias finales que tienen carácter exclusivamente probatorio. Si
se practican estas diligencias finales, las partes podrán presentar un escrito de conclusiones sobre
las mismas.

Fases del juicio verbal


Esta regulado en los art. 437-447 LEC. El juicio verbal no tiene una audiencia previa.

- Fase alegatoria: el juicio verbal es un proceso oral en el que la fase alegatoria queda de alguna
manera dividida; en efecto, el proceso empieza por la demanda (ordinaria o sucinta) escrita, y
dicha demanda noes contestada mediante la presentación de un escrito ante el órgano
judicial. El demandado contesta a la demanda en la primera parte del juicio o de la vista
a la que son convocadas las partes. Plazo para contestar a la demanda es de 10 días
conform a lo dispuesto para el juicio ordinario. Ej. se podría presentar declinatoria de jurisdicción
(arbitraje).
La demanda, tiene el mismo contenido que la demanda presentada en el juicio ordinario. La
demanda podrá cumplimentarse en impresos normalizados, cuando la cuantía de lo que se reclame
sea inferior a 900 euros. 2000 euros
Una vez admitida la demanda, se trasladará al demandado, que tendrá que contestarla en forma
escrita y al que se citará, conjuntamente con el actor a la celebración de la vista, con indicación del
día y hora en que empiecen sus sesiones. Las partes deberán concurrir a la vista con las pruebas de
que intenten valerse. Si el demandante no asistiese a la vista, y el demandado no alegare interés en
la continuación del proceso, éste terminará por un auto teniendo por desistido al actor. Si el
demandado no concurriera a la vista, se le tendrá por rebelde.

- Vista propiamente dicha: únicamente si es solicitada por las partes o el juez lo entiende necesario.
En la vista se desarrolla lo que en el juicio ordinario hemos llamado fase intermedia y fase
propiamente de juicio (pruebas, sin conclusiones). Claro está que de forma más inconcreta y menos
definida que en el juicio ordinario.
Así pues, la vista sirve para que el demandante ratifique o complemente los términos de su
demanda, para que el demandado conteste a la demanda, para que se resuelvan las cuestiones
procesales que se hayan podido suscitar y para que se practiquen las pruebas propuestas y
admitidas.
- Sentencia: Una vez terminada la vista el órgano judicial dicta sentencia dentro de los 10 días
siguientes.

III. Los Procesos Declarativos Especiales

La regulación que hace la LEC de los procesos especiales, no se corresponde en absoluto con lo que el
legislador nos dice en la Exposición de Motivos de la Ley. Es evidente que no se reducen los procesos
especiales de forma importante, pues, junto a los que la Ley denomina como tales, están aquellos otros
enmascarados dentro de las normas relativas a la oposición a la ejecución, los que quedan expresamente
vigentes, regulados en la derogada LEC 1.881, y los que aparecen como meros procesos verbales con
especialidades, cuando en realidad son verdaderos procesos especiales que se tramitan con la base del
proceso verbal.
La Ley regula los procesos sobre:
- Capacidad de las personas
- Filiación
- Matrimonio
- Oposición a las resoluciones administrativas en materia de protección de menores
- Para determinar la necesidad de asentamiento en la adopción
- Para la liquidación del régimen matrimonial
- Para la división de Patrimonios (División herencia y liquidación del régimen económico matrimonial)
- Desahucios
- J. Monitorio y Cambiarios
- A esos hay que añadir los procesos sumarios que se regulan como especiales, y los también
especiales que se contemplan de forma desordenada en el art.440LEC
- Los procesos ejecutivos y los también ejecutivos que se refieren al pago de los honorarios
profesionales de abogados y procuradores (Jura de Cuentas honorarios profesionales).
- Distintos de los procesos especiales son los procesos denominados procesos ordinarios con
especialidades o procedimientos especiales “camuflados” (Cfr. 439 a 441, 444 y 447 LEC).

Siguiendo un criterio de ordenación podemos ordenarlos en: procesos sumarios, procedimiento monitorio,
procesos inquisitivos y procesos para la división de patrimonios.
- Procesos sumarios: distingue:
o los que van dirigidos a la defensa de los derechos reales
o los que van orientados a la defensa del derecho de crédito (entre los que no incluimos el
monitorio)
o otros procesos sumarios de difícil encuadramiento: el proceso de desahucio...
- Proceso monitorio, tiene por objeto la resolución rápida de conflictos jurídicos en los que no existe
contradicción. Es un procedimiento rápido y sencillo cuya finalidad es conceder cuanto antes al
demandante un título ejecutivo en aquellos juicios en los que el demandado no se opone
formalmente a la demanda. El proceso monitorio español es documental.
- Procesos inquisitorios: incluyen: todos aquellos que se tramitan para dilucidar la capacidad, estado y
condición de las personas, todos estos procesos tienen unas características especiales.
- Procesos de división de patrimonios: recoge los que han sido regulados por la Ley como tales.
- Procesos declarativos ordinarios con especialidades: no sólo aquéllos que han sido regulados ex
novo por la LEC, ej: el proceso de consumidores, sino también, aquellos otros que en normas
desperdigadas de la LEC y de leyes especiales se nos aparecen como procesos que deben tener un
tratamiento específico, porque o bien son especialidades notorias y relevantes, o bien son procesos
que tratan materias de una gran incidencia en la práctica.

IV. El proceso de Ejecución

La tutela judicial efectiva de los derechos materiales requiere obtener de los tribunales no sólo una
declaración, un enjuiciamiento, sino también un actuar del órgano judicial tendente a conseguir por la
fuerza lo que el obligado en la sentencia no quiere cumplir voluntariamente.

El órgano judicial no sólo enjuicia, sino que ejecuta, es decir, lleva a cabo lo que ha sido juzgado,
imponiendo el imperium del Estado al obligado que no cumple voluntariamente con lo ordenado en la
sentencia, expropiando su patrimonio, liquidándolo y, en otros casos, sustituyendo su actividad por la
propia o por la de un tercero.

Nuestro Derecho debe pues, configurar un proceso de ejecución que permita la efectiva tutela de esos
derechos que necesitan de este imperium del Estado. Esos derechos son los de obligaciones que, cuando
son declarados en la sentencia, ésta comporta igualmente la condena a un dar, dinero o cosas, a un hacer o
a un no hacer. En este sentido, nuestra Ley regula ese proceso de ejecución en los art. 517 al 720, ambos
inclusive LEC. Concepto: procedimiento dirigido a conseguir por la fuerza lo que el obligado en sentencia no
quiere cumplir voluntariamente.
En dichas normas, se regulan no un solo proceso de ejecución, sino distintos procesos de ejecución, y
dentro de ellos se regulan los distintos actos, muchas veces actuaciones, que llevan a cabo, no sólo el
órgano judicial, sino también las partes, fundamentalmente el ejecutante, y terceros al propio proceso.

Todos estos procesos se inician con una demanda ejecutiva, que tiene su base en un título de ejecución,
que no es sino la expresión formal de la legitimación activa y pasiva de una obligación declarada y firme,
que normalmente proviene de una resolución judicial, pero que, en otros casos, puede tener origen
extrajudicial. La demanda ejecutiva da entrada a un proceso en el que la figura esencial es el órgano judicial,
quien adopta, en todo caso, una serie de medidas que van dirigidas a poner el patrimonio del deudor, en la
medida de lo posible y de lo necesario, a disposición del ejecutante y que, en otras ocasiones, están
dirigidas a realizar una actividad concreta. Todas estas medidas ejecutorias posibilitarán el cumplimiento
forzoso de la condena establecida en el título de ejecución. Estas medidas ejecutivas son muy variadas y
podrán ser distintas según sea el proceso de ejecución que se tramite. Objetivo: poner el patrimonio del
deudor a disposición del ejecutante y coaccionar al deudor para que realice una actividad concreta o se
abstenga de hacerla.

Se regulan los siguientes procesos de ejecución:


- proceso de ejecución por obligaciones dinerarias, art. 571 y ss.
- proceso de ejecución sobre bienes hipotecados o pignorados, art. 681 y ss.
- proceso de ejecución por obligaciones de entregar cosas, por obligaciones de hacer o no hacer, art.
701 y ss.
- proceso de ejecución de liquidación de daños y perjuicios, frutos y rentas y rendición de cuentas,
art. 705.

V. El proceso cautelar

Una de las maneras de cumplir la finalidad que tiene el proceso, dentro del conjunto del ordenamiento
jurídico, es a través del llamado proceso cautelar, o mediante la llamada tutela cautelar. Los procesos
cautelares se regulan en los arts. 721-747 LEC.

La tutela cautelar intenta solucionar el problema que se presenta para los justiciables, y para la tutela
efectiva de los derechos de éstos, por la utilización de un mecanismo como es el proceso que
necesariamente requiere un tiempo, muchas veces dilatado, para su tramitación. La Ley ha previsto el
proceso cautelar para asegurar al actor que el derecho cuya tutela pide en la demanda, si es reconocido,
podrá ser tutelado con la sentencia, tomando para ello medidas aseguradoras del patrimonio del
demandado o imponiendo una situación, hasta tanto termina el proceso, que posibilite, en su caso, la
ejecución posterior de la sentencia. La finalidad es asegurar el resultado de una posible sentencia favorable.
Posibles medidas: embargo preventivo, deposito de cosa mueble, formación de inventarios, anotaciones
preventivas, otras anotaciones registrales, etc.

Nuestro derecho regula dos procesos cautelares, uno el llamado ordinario, y otro el especial, en el que la
tutela cautelar se otorga sin la audiencia del demandado.

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