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/Una noche pude sentirlo/

Una noche pude sentirlo. Hay un túnel en el aire que comunica entre sí a la parte
subconsciente del cerebro de todos los humanos;

estamos unidos por el pasadizo subrepticio e irrevocable de las causalidades.

El subconsciente es parte y deambula en las rutas de las causalidades.


Nadie conoce, y nadie es conciente de ello.

Yo tuve esa visión y aún estoy intentando transitarla, verle la cara a mi destino y explicarle lo
que yo realmente siento.

Imprimirle mi verdad y fortalecerlo, para que ninguna corrosión altere el azar que alguna vez
me ha dado lo más hermoso que nunca podría haber llegado a imaginar.

Estoy pintando mi casa para recibirla, y haciendo flexiones de brazos para abrazarla y no
soltarla.

También corté el pasto e improvisé flores en las plantas de mi patio. Le enseñé hablar a mi
gata para que pueda saludarla, y pinté de colores a caracoles, hormigas y arañas.

Puse un potus invisible o tal vez imaginario, porque no me gustan, y conservé el amor impreso
detrás de los cuadros.

Ya hice dos mil flexiones de brazos para no soltarla. En el túnel me di cuenta que el
subconsciente es la causalidad en la que vive el hombre;

amaré mi causalidad y el corazón de mi destino, sí finalmente paso el resto de la vida contigo.

El resto de la vida contigo.

Una noche... pude sentirlo.

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