Philip Lecoq, La ciudad de los desechos, el predominio del asco
Lucía Feuillet
Autor: Fernando López
Año: 2017
Editorial: Raíz de dos
En esta nueva entrega, el ya clásico detective de los márgenes cordobeses narra la
novela del asco. En todos los planos predomina este efecto, mientras la lectura avanza desde una náusea ante lo súbitamente monstruoso de los cuerpos hasta el descubrimiento de una trama económica que condensa todos los sentidos del horror. Repulsión causa la trama de corrupción que destraba Philip desde su perspectiva de lucha contra la escasez diaria, disgusto provoca la trama del narcotráfico que mata a los más pobres. La repulsión también es motivada por la perspectiva de un sector del poder que mira la ciudad de los desechos desde el aire mientras pacta con la insalubridad de una población invadida por la mierda que emerge desde las napas. El olor es una de las sensaciones que se cuela desde la perspectiva narrativa hasta impregnar las narices de un lector que quiere saber, que se enfrenta a la duda desde las primeras páginas y que encuentra en la figura monstruosa que las habita tanta aversión como atracción.
De allí que lo inclasificable de la naturaleza, y también de los negocios sucios defina la
trama social y cultural de esta novela, que ya excede la parodia del género policial para transformarse en un desciframiento de las verdades más imposibles y revulsivas. Sobre la materialidad del monstruo está trabado un enigma nutricional que involucra los asedios al cuerpo femenino, y de ahí que pueda leerse como alegoría de la violencia de género, sin perder toda la complejidad de la red de sentidos delictivos que lo rodea. Como enuncia el epígrafe foucoltiano, la combinación de lo imposible y lo prohibido hace aún más infalible el efecto de verdad de esta ficción.
En el Episodio VI de la saga, López cruza marginalidad, terror y desciframiento para
combinar las matrices discursivas que enuncian lo más oscuro de la trama social, con los ya clásicos giros lingüísticos que configuran la identidad de Felipe Gallo, y equipo. Entre estos, continúan las historias del enigmático CQ (Cara Quemada), la fertilísima Yési, la Lore ya devenida en prostitua VIP, y los muchachos de la comunidad carcelaria “Esperanza sin muros”. Toda una colectividad barrial que resignifica la dimensión más lateral del heroísmo desde la pobreza.