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PABLO BAISOTTI
Resumen
Con el renacer democrático en 1983 Argentina no solucionó los problemas heredados del
gobierno militar anterior. La cuestión de los derechos humanos, es decir, la búsqueda de la
verdad y el castigo a los responsables de crímenes aberrantes fue una constante durante el
gobierno de Alfonsín que tuvo que mediar entre los reclamos de la sociedad y la amenaza de
los militares que aún conservaban poder. Ello representó luchas desde organismos oficiales y
aquellos formados por grupos de personas que habían sufrido la pérdida de familiares en el
período anterior.
Palabras claves
Derechos Humanos, Nunca Más, Punto Final, Obediencia Debida
Abstract
With the democratic rebirth in 1983, Argentina does not solve the problems inherited from the
former military government. The issue of human rights, that isnamely, the pursuit of truth and
punish those responsible for heinous crimes was a constant during the Alfonsin government
had to mediate between the demands of society and the threat of military still they retained
power.
Keywords
Human Rights, Never Again, Final Point, Due Obedience
Introducción
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Seguridad Nacional donó a las Fuerzas Armadas una concepción de sí mismas como las
depositarias últimas del destino de la nación1. Ello consintió que las Fuerzas Armadas se
proyección, pudiese agredir al ser nacional. Podría afirmarse que los espacios políticos que
ocuparon se debieron más que nada a las debilidades de las democracias producto del
resolver sus conflictos internos. Sumado a ello la ausencia de instituciones fuertes, como
fragmentados. No fue sino hasta la década de 1980 cuando las poblaciones subyugadas bajo
negados durante la época anterior – excepto Chile que recuperó su democracia en 1990 –,
Argentina, país que se estudiará en este artículo, presenta una lamentable continuidad
ocurrido en 1976 y que sobrevivió hasta 1983. La percepción que las Fuerzas Armadas
poseían de ellas mismas, en especial durante el último golpe de Estado, las obligaba a salvar
1
Mario Zañartú, Las fuerzas armadas en la sociedad civil, Santiago de Chile, Talleres Gráficos, 1978, p.155.
2
Graciela Ducatenzeiler y Philip Oxhorn, “Democracia, autoritarismo y el problema de la gobernabilidad en
América Latina”, Desarrollo Económico Revista de Ciencias Sociales, n° 133, abril-junio 1994, p. 36.
3
Jean Francois Revel, El Renacimiento Democrático, Barcelona, Plaza & Janes, 1992, p. 19.
2
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los senderos de sus gloriosa tradición. Se analizará la difícil tarea que llevó a cabo el primer
exploradas algunas de las leyes del Alfonsín y las dificultades con las que tuvo que lidiar
La recuperación democrática
El 24 de marzo de 1976 una junta militar que representaba al ejército, armada y fuerza
aérea ocupó el gobierno en Argentina dando inicio a la última dictadura en este país. Fue
conocida como Proceso de Reorganización Nacional. Desde 1976 hasta 1983 se sucedieron
cuatro gobiernos militares. El más importante de ellos fue la junta conformada por el teniente
general Videla, el almirante Massera y el brigadier Agosti desde marzo de 1976 hasta marzo
de 19814. Antes de abandonar el poder en favor del gobierno democrático de Alfonsín, los
extinción de las acciones penales emergentes de los delitos cometidos con motivación o
lugares sometidos a su jurisdicción5. Fue una transición democrática mucho más abrupta y
4
Las restantes: marzo/diciembre 1981: teniente general Viola, almirante Lambruschini y brigadier
Graffigna;·diciembre 1981/junio 1982: teniente general Galtieri, almirante Anaya y brigadier Lami Dozo; junio
1982/ diciembre 1983: teniente general Nicolaides, brigadier Hughes y almirante Franco.
5
Las leyes enunciadas en este artículo pueden encontrarse en Estas leyes pueden consultarse en
www.infoleg.gob.ar/.
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difícil en comparación con otros países de América Latina como Uruguay, Brasil o Chile pues
los pactos entre las fuerzas democrátics y militares fueron casi nulos 6. Quizás ello se debió a
la rapidez con que los militares perdieron el poder impidiéndoseles fijar las condiciones bajo
las cuales abandonar el control del Estado. Ello operó en dos sentidos: por un lado los líderes
de los derechos humanos tales como la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH),
el Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
(APDH) y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) surgidos antes de
detenidos por razones políticas (Familiares), 1976; la asociación de Madres de Plaza de Mayo,
19778; la asociación de las Abuelas de Plaza de Mayo, 1977 9; el Centro de Estudios Legales y
Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 1979 los abusos que las Fuerzas Armadas
estaban perpetrando con total impunidad. Con el fin de la dictadura esta red ya estaba
significativa intensidad como los reclamos sobre los derechos humanos vinculados con la
6
Cfr. Hugo Quiroga, El tiempo del “Proceso”. Conflictos y coincidencias entre políticos y militares 1976-1983,
Rosario, Editorial Fundación Ross/ Homo Sapines, 2004; Waldo Ansaldi, “La novia es excelente, sólo un poco
ciega, algo sorda, y al hablar tartamudea. Logros, falencias y límites de las democracias de los países del
Mercosur, 1982-2005”, en Waldo Ansaldi (ed.) La democracia en América Latina, un barco a la deriva, Buenos
Aires, Fondo de Cultura Económica, 2007.
7
Juan Carlos Torre y Liliana de Riz, “Argentina, 1946-c. 1990”, en Leslie Bethell (ed.), Historia de América
Latina, Barcelona, Crítica, 2002.
8
Sufrió una división en el año 1986, de la que nacieron dos asociaciones distintas: la Asociación Madres de
Plaza de Mayo (MPM) presidida por Hebe de Bonafini y la asociación de las Madres de Plaza de Mayo Línea
Fundadora (Madres LF).
9
A inicios de mayo de 2017 eran 122 las personas a las que le fueron restituidas las identidades.
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dictadura10. En abril de 1982 unas 3.000 personas se habían reunido en la Plaza de Mayo
convocados por las Madres de Plaza de Mayo, en octubre y diciembre del mismo año la
10.000 personas cada una. En abril de 1983, la marcha en repudio a la ley de Amnistía
elaborada por el régimen militar reunió cerca de 50.000 manifestantes. Estas movilizaciones
sociedad civil y militares colocándolos en abierta competencia. Los partidos políticos, por
otra parte, intentaron acomodarse a los nuevos tiempos con la conciencia de no ser ya lo que
fueron en el pasado mientras que los militares si bien no querían ser gobierno tampoco
querían estar afuera de las decisiones o someterse completamente a las mismas. Hubo que (re)
ocupar a las Fuerzas Armadas para que no tuviesen demasiada incidencia dentro del ámbito
interno pues el objetivo principal de los militares era defender la sociedad y no definirla 12. Por
ello fue que el presidente Alfonsín intentó democratizar las Fuerzas Armadas para
10
Nadia Tahir, “Justicia y memoria en la acción de las asociaciones de víctimas de la dictadura en Argentina
(1983-2000)”, Revista de Indias, n° 256, 2012, p.828 y Emilio Crenzel, “La Conadep treinta años después La
investigación sobre las desapariciones forzadas en la Argentina”, en Sebastián Rey (ed.), Derechos Humanos,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Editorial del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, 2013,
p. 10; Elizabeth Jelin, “Los derechos humanos entre el Estado y la sociedad” en Juan Suriano (ed.), Nueva
Historia Argentina. Dictadura y democracia (1976-2001), X, Buenos Aires, Sudamericana, 2005.
11
Daniel Lvovich y Jaquelina Bisquert, La cambiante memoria de la dictadura: discursos públicos, movimientos
sociales y legitimidad democrática, Buenos Aires, Universidad Nacional de General Sarmiento, 2008, p. 28.
12
Ana Mustapic y Matteo Goretti, “Gobierno y oposición en el congreso: la práctica de la cohabitación durante
la presidencia de Alfonsín (1983-1989)” en Desarrollo Económico Revista de Ciencias Sociales n° 126, julio-
setiembre 1992, p. 251; Richard Kohn, “How the democracies control the military”, Journal of Democracy n°
8/4, 1997, pp. 140-153; Liliana de Riz, “Política y partidos. Ejercicio de análisis comparado: Argentina, Chile,
Brasil y Uruguay”, en Desarrollo Económico Revista de Ciencias Sociales n° 100, enero – marzo 1986, p. 659.
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introducirlas en la sociedad de la forma menos penosa para todos pero también fue este
presidente quien más se envolvió más que ninguno con el pasado estableciendo una comisión
para la verdad y otra para los derechos humanos. Alfonsín pugnó por enjuiciar las violaciones
a los derechos humanos cometidas tanto por guerrilleros como militares durante el período
desde un gobierno democrártico, pasando por la dictadura claro está, hasta el inicio de su
combatimos el método violento de las élites derechistas o izquierdistas [...] El país ha vivido
debió haber sido combatido con los medios que la civilización actual pone en manos del
Estado14.
Interamericana de Derechos Humanos (1983-1984) que expresó: “el gobierno del presidente
Raúl Alfonsín ha demostrado [...] una vocación decidida en la tarea de [...] consolidar un
http://www.elhistoriador.com.ar/documentos/raul_alfonsin/raul_alfonsin_mensaje_presidencial_10_de_diciembr
e_1983.php. Consultado el 12 de diciembre de 2015.
15
Ver Informe Anual de la CIDH 1983-1984 del 28 de Septiembre de 1984.
http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/document/infcidh_19831984.htm. Consultado el 3 de diciembre de
2015.
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revisión del accionar represivo de las Fuerzas Armadas durante la dictadura y de la subversión
mecanismos jurídicos para prevenir futuras violaciones de los derechos humanos. El gobierno
moderó los impulsos de revancha contra los militares porque sabía que éstos (y como sucedió)
Una de las primeras acciones del Poder Ejecutivo fue la promulgación de los decretos
157 y 158 del 13 de diciembre de 1983 los cuales apuntaron a subordinar el poder militar al
civil, a juzgar salomónicamente sea a militares que guerrilleros, como también a la búsqueda
de un marco jurídico. Sumado a estos decretos se agregó el 187 que obligaba a brindar
informes relativos sobre los desaparecidos y a la vez creaba la Comisión Nacional sobre la
la Nación que se tuvo como objetivo reunir pruebas sobre el destino de los desaparecidos, los
secuestros, las prisiones ilegales, las torturas y los asesinatos. En sus seis meses de actividad
16
A pesar de ello pasaron a retiro a 50 mil reclutas, se reorganizó la cúpula militar, se suprimió del cargo de
comandante en jefe de cada una de las fuerzas armadas (la Constitución Nacional establece que el comandante
en jefe de todas las fuerzas es el presidente), la transferencia de las empresas militares al ámbito del Ministerio
de Defensa (por ejemplo la Dirección General de Fabricaciones Militares y la Comisión Nacional de Energía
Atómica), la reducción del presupuesto militar, el ingreso al servicio militar obligatorio, la creación de la fuerza
policial antiterrorista dependiente del Ministerio del Interior. Ver Carlos Nino, Ética y derechos humanos,
Buenos Aires, Paidós, 1984.
17
El decreto 157 estipulaba la persecución penal de varios jefes de las organizaciones armadas y el 158 el
procesamiento de las tres primeras Juntas militares por parte del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas
permitiendo en abril de 1985 el inicio del Juicio a las Juntas Militares. Ver decretos en
http://www.historiaydoctrinadelaucr.com/2014/08/raul-alfonsin-decreto-15783-y-15883-13.html. El decreto 187
ver en http://www.derechos.org/ddhh/arg/ley/conadep.txt.Consultados el 12 de diciembre de 2015.
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zonas de trabajo: litoral, centro, norte y sur; visitó 15 provincias y numerosas embajadas de
340 centros clandestinos de detención, como Campo de Mayo, del cual había sólo un
casos que decenas de menores desaparecidos fueron apropiados por los perpetradores o sus
allegados.
restituyó nombres y apellidos, elaboró datos estadísticos con edades y sexo (casi el 82% tenía
entre 16 y 35 años y el 70% eran hombres) y sus ocupaciones o actividades (el 30% eran
en las desapariciones, pese a que el 10% de las denuncias que recibió eran de casos de
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desapariciones anteriores al golpe las cuales fueron incluidas en su informe, pero omitió las
responsabilidades del peronismo y de otros actores en ellas. Un total de 1.086 legajos fueron
APDH, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Familiares de Detenidos y
Desaparecidos por Razones Políticas y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos
tuvo acceso a una versión editada llamada Nunca Más18. La Conadep recomendó tratar a la
la hipótesis de la represión como supuesta respuesta a una “guerra insurgente”, pues de los
supuestos “25.000 combatientes subversivos” de que hablaban los militares, pudo comprobar
que solo 350 fueron mencionados en los procesos de la justicia militar. La comisión no estuvo
la reforma del Código de Justicia Militar19 impulsada por el Ejecutivo, que localizaba a la
justicia militar como primera instancia en las causas por violaciones a los derechos humanos,
el Ministerio de Defensa solicitó a la Conadep que las pruebas recabadas fuesen remitidas a
18
Ver el informe en: http://www.derechoshumanos.net/lesahumanidad/informes/argentina/informe-de-la-
Conadep-Nunca-mas.htm. Consultado el 10 de diciembre de 2015.
19
En febrero de 1984 se reformó el Código de Justicia Militar de 1951 estableciendo que la justicia Civil
intervendría como órgano de apelación de las decisiones de la justicia militar. Este proyecto fue convertido en la
ley 23.049 el 9 de febrero de 1984.
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ese tribunal. No obstante la solicitud, la Conadep arguyó que el decreto que la había creado
había sido antes de la reforma militar por lo que sostenía que sus obligaciones eran
un proyecto de ley que derogaba la ley de Amnistía o ley 22.924 sancionada por el gobierno
militar. Dicho proyecto fue el primero sancionado por el Congreso durante la nueva etapa
militar del gobierno fue la implementación de una reforma organizativa u orgánica que redujo
23.023 de diciembre de 1983 y los decretos 280 de ese mismo mes y el 436 de febrero de
1984, entre otras medidas. Los Comandantes en Jefe fueron desjerarquizados a Jefes de
Nación y el Ministro de Defensa, o colocadas bajo control ejecutivo y legislativo (una de las
democracia” que anulaba las leyes llamadas de “represión a la subversión” (la ley 20.840
dictada por el gobierno peronista y la ley 21.338, dictada por el gobierno militar). Las leyes
23.050 y 23.057, por las que se facilitó y liberalizó el régimen de excarcelación, libertad
20
Javier Giraldo Moreno, Búsqueda de verdad y justicia. Seis experiencias en posconflicto, Bogotá, Cinep,
2004, pp. 14-15; Emilio Crenzel, La Conadep treinta años después..., op.cit., pp. 10-20.
21
Esta ley invalidaba la ley 22.924 para el juzgamiento de los actos terroristas y los operativos anti-terroristas en
el período 25 de mayo de 1973 a 17 de junio de 1982.
10
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condicional y reincidencia; la ley 23.042 del 22 de diciembre de 1983 que preveía un recurso
especial de hábeas corpus para obtener la nulidad de las sentencias condenatorias dictadas
contra civiles por tribunales militares; la ley 23.070 del 4 de julio de 1984 contemplando las
condiciones de detención inaceptablemente severas a las que fueron sometidos los procesados
extendía y precisaba el recurso de hábeas corpus; la ley 23.097 del 28 de setiembre de 1984
por el cual la tortura se equiparaba a la pena del homicidio, castigándose también la omisión
de denunciar actos de tortura o tomar medidas para que tales actos no se produzcan en un
establecimiento carcelario, policial o militar; la ley 23.052 del 22 de febrero de 1984 sobre la
reemplazo por un sistema de calificación que sólo protege a los menores y a los adultos que
radical apuntaron a la creación de un marco jurídico que sustentara el inicio de los juicios a
todo el material reunido hasta el momento. El juicio fue precipitado, pues se quería llegar
cuanto antes a una sentencia, lo que obligó a reducir a 711 casos la acusación del Fiscal,
desechados millares de casos porque las pruebas no podían ser perfeccionadas llegando
Durante el juicio surgió una importante diferencia de criterio jurídico evidenciada entre la
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responsabilidad penal por cada hecho ilícito comprobado debía alcanzar a todos los miembros
responsabilidad individual por parte de los comandantes de cada Fuerza Armada. Por su parte,
los alegatos de las defensas se centraron esencialmente en la existencia de una guerra civil
desatada en Argentina entre 1976 y 1983 propiciando la absolución de los acusados como
La emisión del fallo llegó el 9 de diciembre y por unanimidad los jueces sentenciaron
secundaria y accesoria; a Agosti a 4 años y seis meses de prisión alcanzado también por
Galtieri, Anaya y Lami Dozo. La sentencia fue criticada por varias fallas de fondo: parceló la
responsabilidad y atribuyó a cada comandante solo los crímenes bien documentados como
aquellos perpetrados por sus subordinados durante su período de mando, a pesar de que el
Acta Institucional de la Junta Militar del 28 de abril de 1983 reconocía explícitamente que
todas las operaciones “fueron ejecutadas conforme a planes aprobados y supervisados por los
mandos superiores orgánicos de las Fuerzas Armadas y por la Junta Militar a partir del
crímenes. Otra falla fue la de admitir solo como prueba de muerte la aparición del cadáver, ya
que el Código Civil argentino en su artículo 108 señala: “A falta de los referidos documentos,
las pruebas del fallecimiento de las personas podrán ser suplidas por otros en los cuales conste
12
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posteriormente por las “leyes de impunidad”22. A pesar de que pareció que Alfonsín había
Consejo Supremo de las F.F.A.A., el contenido de esta sentencia y cuantas piezas de la causa
sean pertinentes, a los efectos del enjuiciamiento de los Oficiales Superiores, que ocuparon los
aquellos que tuvieron responsabilidad operativa en las acciones (arts. 387 del Código de Justicia
22
Luis Niño, “Dictadura y justicia. El Poder Judicial argentino durante los regímenes militares y en la
transición” en Alberto Filippi y Luis Niño (eds.), De las dictaduras a las democracias: experiencias
institucionales comparadas: Brasil, Uruguay, Chile, Argentina 1964-2014, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Infojus, p.149 y Javier Giraldo Moreno, Búsqueda de verdad y justicia...op.cit., cap.1 Argentina, parte II:
Ejercicios de búsqueda de verdad y justicia, encuadrados dentro del orden institucional nacional.
23
Texto completo del fallo: http://www.derechos.org/nizkor/arg/causa13/index.html. Consultado 12 de diciembre
de 2015; Marcelo Sancinetti, Derechos Humanos en la Argentina Post-Dictatorial, Buenos Aires, Lerner, 1988,
pp.224-230. Del mismo autor Marcelo Sancinetti y Marcelo Ferrante, El derecho penal en la protección de los
derechos humanos, Hammurabi, Buenos Aires, 1999; Marcelo Sancinetti, “Las leyes argentinas de impunidad y
el artículo 29 de la Constitución de la Nación Argentina”, en Libro de Homenaje a Enrique Bacigalupo, I,
Madrid, Marcial Pons, 2004. También: David Rock, Argentina 1516-1987...op.cit., p.492.
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importantes miembros del partido del presidente como Jaroslavky, Nosiglia y Stubrin se
sumaron a ella poniendo de relieve los problemas internos del partido gobernante. La
repercusión política de la marcha fue muy importante, no sólo por la participación del
oficialismo en contra de funcionarios del gobierno, sino también por el masivo apoyo de la
El riesgo de ampliación del círculo limitado que procuraba cerrar el Ejecutivo lo llevó
A este fin, Alfonsín y su ministro de Defensa, Jaunarena, temiendo que ello llevara a un
alzamiento militar impulsaron en diciembre de 1986 la ley 23.492 lamada Punto Final 25. Esta
ley establecía que las causas contra personas presuntamente involucradas en violaciones a los
aberrantes. Como consecuencia, a casi un mes de operado el vencimiento del término legal, el
número de oficiales encausados se multiplicó hasta alcanzar la cifra de 400, de los cuales 30%
estaban en servicio activo. En otras palabras, la ley de Punto Final lejos de frenar los
24
Ver Roxana Patiño, “Intelectuales en transición. Las revistas culturales argentinas (1981-1987)”, Cuadernos de
Recienvenido, n°4, Universidad de Sao Paulo, 1997; Cfr. Ignacio Massun, Alfonsín: una difícil transición,
Buenos Aires, Métodos, 1999, pp.58-60.
25
A fines de octubre de 1986: la ley 23.466 que estableció una pensión equivalente a una jubilación mínima para
los familiares de los desaparecidos.
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enjuiciamientos, los aceleró, produciendo una creciente tensión entre los cuadros intermedios
de la oficialidad y los altos mandos 26. El resultado de tanta tensíon se reflejó en el motín de
Campo de Mayo (a unos 30 kilómetros de la Capital Federal) durante abril de 1987 dirigido
por el teniente coronel Aldo Rico, cerrándose el 4 días después, el 19 de abril. Cuando todavía
no se tenía certeza de lo que habría de suceder, el presidente Alfonsín dijo: “aquí no hay nada
tiempo de los golpes, pero también se terminó el tiempo de las presiones, los
fue el reemplazó del jefe del Estado Mayor, general Ereñú por el general Caridi y el
Debida la cual fue sancionada el 4 de julio de ese año. Para Alfonsín fue un medio para
prevenir la guerra civil28. Esta ley fue de total impunidad ya que violó todos los marcos de la
licitud. Sancinetti la analizó afirmando que cuando se realizaba un acto en obediencia a una
orden, ese acto podía ser: justificado (por cumplir un deber o ejercer un derecho); inculpable
(por error inevitable sobre su licitud) o disculpable (por coerción de fuerza mayor). En este
caso no eran justificables porque las órdenes eran ilegítimas; ni era concebible que hubiese
error sobre su licitud porque eran crímenes horrendos; ni la coacción podía llevar a algo peor
que cometer el crimen y siempre pudo ser evitada al menos pidiendo la baja. El Código de
26
Ver Hugo Quiroga, “La reconstrucción de la democracia argentina”, en Juan Suriano (ed.), Nueva Historia
Argentina. Dictadura y democracia (1976-2001), X, Buenos Aires, Sudamericana, 2005, p.103.
27
Discurso reproducido por todos los diarios más importantes. Clarín y La Razón, por ejemplo, del 18 de abril
de 1987. En resumen, durante el gobierno de Alfonsín fueron cuatro insurrecciones (tres militares y una del
grupo terrorista ERP) que dejaron la sensación de un conflicto no resuelto, y fueron la evidente demostración de
que las armas de un importante sector de las Fuerzas Armadas no estaban al servicio del gobierno civil. Hugo
Quiroga, La reconstrucción de la democracia argentina...op.cit.,p.105.
28
Salvador Lozada, De López Rega a Menem: los derechos humanos y la impunidad en la Argentina (1974-
1999). http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/investig/lozada00.htm. Consultado el 1 de diciembre de
2017.
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Justicia Militar nunca debió ser criterio para la obediencia ciega, pues su artículo 652:
“Mientras subsista la rebelión, los militares que participen en ella, quedan privados de la
inciso 2 que: “En ningún caso podrán invocarse circunstancias excepcionales tales como
tortura”.
Además la ley de Obediencia Debida fue dictada por los legisladores arrogándose
poderes que correspondía a la rama judicial. Fallaron sin conocer los expedientes, sin
examinar las actuaciones, sin evaluar las pruebas, sin oír a las partes. Aún si se interpretó esta
ley como una amnistía irregular, no legítima pues ningún órgano puede amnistiar delitos que
oficiales y suboficiales sindicados de crímenes quedaron impunes gracias a esta ley que hizo
Corolario de impunidad
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los derechos humanos el nuevo presidente, el peronista Menem, firmó el 6 de octubre de 1989
los decretos 1.002, 1.003, 1.004, y 1.005 que indultaron a 220 militares y 70 civiles, entre
ellos los responsables de la guerra de Malvinas, los oficiales presos por los levantamientos
contra Alfonsín y los máximos dirigentes de la organización Montoneros. A fines de 1990 fue
dictado el decreto 2.741 mediante el cual fueron indultados altos mandos militares de la
última dictadura (Videla, Massera, Agosti, Viola y Lambruschini) 30. También fueron
beneficiados por ese indulto montoneros condenados por crímenes cometidos durante el
gobierno anterior a la dictadura, de Isabel Perón (Kennedy y Firmenich). En total, los indultos
llegaron a 400. Todo ello a pesar que el artículo 86 de la Constitución argentina (actual 99, inc
5) establecía que el presidente: “Puede indultar o conmutar las penas por delitos sujetos a la
jurisdicción federal, previo informe del tribunal correspondiente, excepto en los casos de
acusación por la Cámara de Diputados”, siempre y cuando fuese coherente con el artículo 95
(actual 109): “En ningún caso el presidente de la Nación puede ejercer funciones judiciales,
en 1994, con el objetivo de solucionar los problemas legales de los desaparecidos, como el de
la patria potestad, el del vínculo conyugal, de la disponibilidad de bienes, entre otros. Esta ley
30
http://www.dipublico.org/legislacion/Decreto1002-1989.pdf
http://www.infojus.gob.ar/legislacion/decreto-nacional-1003-1989-indultos.htm?10
http://argentina.ar/2013/12/06/pais-24149-las-leyes-de-la-impunidad-indultos-
menemistas.php. Consultados el 3 de julio de 2017
31
Raul Alfonsín, Memoria política. Transición a la democracia y derechos humanos, Méjico, Fondo de Cultura
Económica, 2009.
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fallecimiento que muchos familiares se habían visto en necesidad de tramitar. Ese mismo año
se dictó también la ley 24.411 que reconocía una indemnización a las familias de las personas
siempre en 1994 estableció una indemnización a los ex presos políticos de la dictadura. Estas
dos últimas leyes declaraban incompatibles el acceso a sus beneficios con las instauración de
Sociales – CELS –, presentó una querella contra varios ex –comandantes del primer cuerpo
del ejército responsables de la desaparición de los padres de Claudia Poblete (José Liborio
Poblete Roa y Gertrudis Marta Hlaczik). En dicha querella se sostuvo que se debía declarar la
2001, dentro de la mencionada causa Poblete, el juez federal Cavallo dictó una resolución
invalidando dichas leyes por considerarlas incompatibles con varios tratados internacionales y
Conclusión
responsabilidades por los crímenes de lesa humanidad perpetrados casi en su totalidad por
32
Gracias al trabajo desarrollado por Abuelas de Plaza de Mayo, la menor fue identificada veinte años después y
estaba en poder del militar retirado Ceferino Lande y su esposa. En febrero de 2000 los esposos Lande fueron
detenidos y la joven Poblete recuperó su identidad legal que había sido cambiada. Javier Giraldo Moreno,
Búsqueda de verdad y justicia...op.cit. p.11-13.
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militares y paramilitares. Y fue un inicio prometedor que ilusionó a la sociedad civil que
comenzaba a saber más y a pedir justicia. La Conadep buscó con gran intensidad llevar
futuras acusaciones. El reducido tiempo en el cual se desarrollaron los juicios a las Juntas
militares provocó que las acusaciones fuesen basadas en un porcentaje ínfimo condenándose
Las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida no representaron las justas demandas
accountability, debido proceso, e igualdad ante la ley, mientras que el gobierno persiguió la
Fuerzas Armadas. Asimismo los militares afirmaron en defensa propia que durante la
dictadura el país estaba inmerso en una guerra de guerrillas desacreditando la cada vez mayor
Sea como fuere estas leyes fueron para el gobierno el único mecanismo posible para
evitar nuevas crisis con los militares pero crearon una sensación de debilidad y pérdida de
legitimidad frente a la sociedad que no se conformaba con un castigo que parecía más
simbólico que real. La confianza de los ciudadanos en la democracia sufrió un duro revés
pues se habían depositado todas las esperanzas en un Estado que debió hacer frente a
enmendar o corregir. En definitiva, la cuestión de los derechos humanos comenzó a dar sus
frutos a inicios de los 2000 cuando fueron abrogadas las leyes del perdón gracias al impulso
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de organizaciones civiles las cuales fueron los verdaderos motores que llevaron – y llevan – la
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