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Hombre en llamas (1939) José Clemente Orozco

Ubicado en el Hospicio Cabañas en la capital del estado de Jalisco, esta monumental obra
está creada sobre una de las cúpulas del emblemático recinto. El espacio que se utilizó de
lienzo, representó todo un reto, pues por su curvatura los trazos debieron pensarse con
detenimiento. Lo maravilloso de esta obra de arte es que, si pasas por el espacio en el que
se encuentra la pintura. podrás apreciar increíbles efectos tridimensionales.

La epopeya del pueblo mexicano (1929) Diego Rivera

Sin ser documentos históricos en sí, esta serie de murales de Diego Rivera, ubicados al
interior del Palacio Nacional, dan muestra de lo que fue la vida cotidiana en México
Tenochtitlan.

La Espina (1952) Raúl Anguiano

Está obra rompió esquemas al mostrar una visión desoladora de México. Muy al contrario
de lo que se había creado hasta ese entonces.
Raíces (1943) Frida Kahlo

Esta obra no sólo maravilla por su, técnica pues es considerada como una de las obras
mexicanas mejor cotizadas (monetariamente) en el mundo, sino por la conmovedora
historia detrás de ella. ¿Qué opinan?

Autorretrato múltiple (1950) Juan O’Gorman

Pese a que O’Gorman estudió arquitectura, su talento lo llevó hacia la pintura. Este
autorretrato también ocupa un lugar significativo y cuenta con un carácter surrealista. La
obra en sí es una paradoja.

El hombre en la encrucijada (1933) Diego Rivera

En 1933, el magnate John Rockefeller Jr. contrató al pintor mexicano para elaborar un
mural en el lobby de uno de sus edificios principales del Rockefeller Center en Nueva
York. Sin embargo, Rivera siempre se identificó con las corrientes comunistas e incluyó un
retrato de Lenin. Rockefeller, lo vio como un insulto, y ordenó que fuera destruido.

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