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JANINE PUGET HISTORIZACION EN LA ADOLESCENCIA. 17 de septiembre de 1997 Miguel Leivi: Vamos a tener a segunda charla del ciclo Hitorizacin en Ia Adolescencia que, como ya fue anunciadd, redonda en no tenerla como i ‘que no hace fal Puget. Esun gusto ia en el Departamento; todos Uds. la conocen, por lo ¢ la presente, Janine Puget: Yo empiezo por agradecerles la invitacién, aunque me han hecho trabajar bastante porque yo no soy especialista en adolescentes: he ppensado el tema desde el punto de vista de la problemética vincular y de los pacientes en general pero no de los adolescentes en particular, de ‘manera que tomaré esta invitacién como una posiblidad de reflexionar con ustedes y aventurar algunas hipétesis que estén en vias de elabora. cién, y estaré enc tada si me las discuten. Creo que esa es una de las. ipo de encuentros: que se puedan discutir las ideas que estén siendo trabajadas y que por ahora funcionan, pero puede ser {que mafiana no. Voy a ubicar mi reflexién de hoy en el marco de quienes consideran le adolescencia como fundante de una nueva subjetividad; hay quienes -ma en forma semejante, como Picra sotros Miguel Leivi y Asbed Aryan, mientras que dores lo hace Ignacio Lewkowicz. Todos ellos podrian servirme de pila. res 0 puntos de partida para mis desarrollos, si bien en algunos puntos difiero de ellos. Voy a sugerir que la adolescencia no necesariamente corresponde 127 HISTORIZACION EN LA ADOLESCENCIA una edad cronolégica, y de alguna manera es adolescente quien puede serlo, ‘También me g ara discutir por qué se considera ala adolescencia ‘como una etapa de transiciOn, y cudles son las consecuencias de una tal ‘manera de ver las cosas. En base a este cuestionamiento quisiera plantear {que no toda marca es reinscripeién de una anterior, sino que la adolescen- cia es tal porque se origina a partir de una marca a la cual es posible pensar como primitiva. Eso por supuesto ¢5 complejo a nivel tebrico y puede ser discut En exe sentido la afirmacién de Aryan de que la dimensién hist6rica en la adolescencia no puede darse por ya consituidairfaa avalar algo de mis planteos. En resumen, no ubicaré ala adolescencia como una etapa de transicin, ni tampoco dentro de las thetéforas que la hacen ingresar en luna suerte de psicopatologia general. La ubicaré como un momento de la vida de un sujeto que inaugura una historia basada en la pues de un cuerpo sexuado vi ue es diferente ala puesta en accién que 1 intrasubjetivo. Esta puesta en accién en realidad es el comienzo de una préctica po- sible, la de una sexuacién dentro de un vinculo de amor con posibilidades de procreacién. Es un momento en el que, en base a la constituci6n de la adolescencia de uno de sus miembros, la estructura familiar se abre sin poderse volver a cerrar nunca, y deja de ser origen para uno o varios miembros de la familia; siempre se habla de la familia de origen, a partir de-ese momento la familia ya no es origen de esa pareja, sino que la pare- jaes origen de la pareja. En esto me separo de Piera Aulagnier que en su articulo “Construir un pasado” habla de dos etapas que el adolescente debe recorrer: una en laque selecciona y mantiene a resguardo el olvido de los materiales nece- ios para la construccién de ese fondo de memoria, garante de la per- dentificatoria; y otra ~como dice Piera~ caracterizada por la ‘organizacién del espacio Ustedes me dirén, ,cudl es la diferencia entre nueva ctap on nevo origen?, 128 hoy como causa del antes, deben ser entonces pensadas como g crea un antes que sélo tiene sentido si esa historia ingresa en ¢l actual. Me voy a expresar mas claramente: cuando una pareja o un vincu- To en vias de ser pareja hace ingresar la historia familiar de cada uno, es ‘ya una historia que les pertenece y deja de pertenecer a ‘gen. Por eso pueden con derecho hablar del pasado del otro como si en realidad les pertenece, adquies pasado hecho de relatos miticos. hhabrfa que pensar entonces que es la ‘muevos vinculos, cosa que por cierto también sucede con su Pc doble trabajo de ‘marca que s6lo le pe la nueva marca inaugura y a partir de esto da sentido a la fi ‘gen, por lo tanto algtin sentido nuevo, ya que es dado desde hoy; y otro trabajo simulténeo en el que sigue perteneciendo a una historia de la que es portador. O sea que son dos historias. He mencionado que la adolescencia tiene que ver con Hamado précticas relacionadas con un cuerpo sexua ‘cuerpo sexuado esencialmente vincular que, como ya dije, se diferencia del cuerpo erégeno, No es un cuerpo singular sino un ct una vincularidad que es la que le da su cabal si cexplicar un poco més: parto de la idea que el cuerpo e' yen sfesté completo. aque el cuerpo de la ‘que no puede ser anticipado por el encuadre 0 por la mirada de las figuras parentales. Otra disidencia mia, ‘esquemas en que se dice que los padres anticipan el cuerpo del = sscente. Aquella formulacién segdn la cual los padres desean que jo tenga un proyecto, el de construir un futuro, que incluye cons- 1a pareja y ser padres, tal vez comporte una paradoja: Ia de supo- ner posible desear algo no anticipable. 129 HISTORIZACION EN LA ADOLESCENCIA Una paciente comentaba que cuando se manifestaba positivamente desechar hubiera querido que la pero no podfa soportar que lo apro- bara totalmente. La tinica manera que tenia la hija de expresarle a la madre su necesidad de que reconociera que su pareja -la pareja que tenia la hija~ inclufa un enigma era pedile, exigirle que no apruebe al .Cémo una familia podria anticipar lo que no es anticipable y que, ademas de no anticipable, le debe ser por si r6logo, con- servando asi su marca de alteridad” ,Cémo una hija podria saber cémo construir una nueva marca, un nuevo espacio, antes de tener Ia expe- riencia? La historia del adolescente ya no pertenece a s6lo podré historizar la familia a partir de historia familiar; tos aportados por el rizaciOn para recordar, 38. Se trata de discrimi ter” que se- eta un pasado; en forma de recordar el pasado clasico para nosotros, que es siempre ilusorio ya que no se lo recuerda como fue y tan sélo se lo reinterpreta. Se habrén dado cuenta que equiparo adolescencia con pareja y con sexuacién, lo hago porque pienso que la marca fundamental de la ado- lescencia es la de crear un nuevo espacio extra familiar, signado por el lugar que la adolescencia da al proyecto de pareja, 0 ala pareja sexual De acuerdo con est cidn de cardcter endogémic lidad de la estructura fami vedosa, que se i prolongacién de la infancia; en el otro es entrada e jiendo con esta idea se podria pensar en el e y en un erotismo correspondiente a la sexu: tes: una a la que llamo endosexuacién de car - deseo de los padres que leva a que la eleccién sea muy coincidente con el modelo parental de uno 0 ambos miembros de la 1teo propongo entonces pensar en una sexuia- >, segin la cual 130 pareja, y otro exoerotismo o sexuacién propiamente dicha. Al que lla ‘mo endoet incorporan al novio 0 novia como un hijo/hija més de la fat para las cuales la pareja abre e! abierta e incompleta. Muchos son los relatos y comentarios de pacien- tes que de alguna manera dan cuenta de esta apertura, marca de una nueva incompletud. La no complementariedad del adolescente con su fami hace sintoma cuando, en ocasiones diversas, la adolescei fiesta bajo la forma de pareja; en ese caso I al hecho de que uno de los te ~por ejemplo—en alguna reunin f ‘otro programa ~es0 es el ritualizacién de los encuentros de una o de ambas familias. Eso nutre una gran cantidad de sesiones de los andlisis. Sigo por lo tanto homolo- gando adolescencia con pareja, no porque realmente tenga que tenerla sino porque es un posible. ‘Voy ahora a presentar una vifieta que nos permita discut coincidencia es necesara: Pre, siempre fue retrald con las cuales las familias disimulan o niegan el paso del discontinuidad, la alteridad, et.

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