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MOVIMIENTOS Y PLANTEAMIENTOS INDIOS,

APORTES DESDE LA TEOLOGIA INDIA

Eleazar López Hernández


Cenami. México.

1. ¿QUIEN ES EL INDIO HOY?

a) ¿Es el indio una ficción, una ideología o una realidad?


Indios no había en este continente antes de 1492. La sociedad colonial hizo indios a los habitantes del
lugar. Y las sociedades neocoloniales de los siglos posteriores siguieron reproduciendo la existencia de los
indios, al mantener las estructuras sociales que dieron origen a la categoría “indio”. De modo que el indio
es un invento colonial. Pero los pueblos hechos indios son realidades que están más allá de la
categorización. Actualmente los indigenistas (civiles o eclesiásticos) deforman la realidad de los indios
para ajustarla a los requerimientos ideológicos de sus intereses civilizatorios, partidistas o proselitistas.

El indio es ficción o ideología cuando es visto y analizado, sólo desde la perspectiva de la sociedad
dominante, como el otro, el diferente, el raro (el curious, el folclórico), que se opone y amenaza a la
sociedad. En cambio cuando los pueblos indios decimos que somos seres humanos que vivimos una
realidad compleja, donde lo propio se conjuga con las deformaciones de la dominación interiorizada,
estamos mostrando la verdad de nuestro ser, definida desde nosotros mismos.

Los indios somos nosotros en contraposición al otro, que es el sistema social que nos niega,
explotándonos, marginándonos o excluyéndonos. Para este sistema nosotros somos los otros, los
diferentes, los que no están de acuerdo con él, los que le resisten: los no integrados, los marginados.
Pero para nosotros no debiera contar tanto qué somos desde el punto de vista del sistema, sino qué
decimos de nosotros mismos. ¿Cuál es nuestro rostro y corazón propios?

b) ¿Somos los indios una raza?


Ciertamente los indios o indígenas somos herederos de la sangre de quienes han habitado este continente
desde hace miles de años. Pero esto no quiere decir que seamos, en esencia, diferentes de los demás seres
humanos, como si fuéramos otra especie o como si fuéramos una raza humana especial. ¿Existe, en
verdad, la raza indígena? ¿Cuáles son los elementos que la caracterizan? ¿Puede el color de la piel, el tipo
de sangre, los genes, la estructura craneana, los rasgos faciales diferenciar radicalmente a las personas?
¿Qué tanto definen la sangre y los rasgos físicos el ser indio? ¿Existen rasgos físicos comunes entre los
indios, que nos diferencien del resto de los seres humanos? En la etapa prehispánica y en la etapa
posthispánica, aunque haya algunos elementos fisiológicos que puedan diferenciarnos de otros grupos
humanos de fuera, los indios somos pueblos de muchas sangres. En nosotros convergen procedencias
humanas de distinto origen.

Hay serias dificultades para aplicar la categoría raza a la realidad humana: primero, el origen colonial del
concepto raza; luego, el uso discriminatorio del concepto para señalar al otro, al que no es blanco, como
ser humano inferior. El uso reciente de la categoría raza por los mismos indios se da en un contexto de
confrontación con los no indios. Y existe el peligro de un cierto racismo indio, explicable pero no
justificable.

c) ¿Somos una clase social?


Los habitantes de este continente llamado “América” fuimos hechos indios sin serlo, y a partir de ahí
empezamos a ser explotados por el sistema occidental impuesto. En ese sentido nuestros abuelos fueron
la primera clase social de nativos empobrecidos contrapuesta a la de colonizadores enriquecidos en
base a una relación asimétrica de explotación. La pobreza, miseria y demás lacras humanas que afean
actualmente el rostro de los pueblos indios son resultado de la relación injusta que la sociedad dominante
ha establecido con los indios, no fruto de la idiosincrasia cultural o étnica de nuestros pueblos. Sin
embargo hay que reconocer que la persistencia de la relación injusta, al impedir el sano desarrollo de
nuestras culturas, propicia deformaciones culturales con incorporación de rasgos de la dominación, que
han llegado a ser parte de nuestra idiosincrasia nativa.

Indios y afroamericanos somos hermanos de desdicha, pero diferentes de origen y de cultura. Hay
razones que explican por qué en el pasado no hubo una identificación de clase entre indios, negros y
mestizos. La relación actual de los indios con los demás pobres (explotados y excluidos del sistema) es
esperanzadora. La grande clase social de los pobres y la pertenencia de los indios en esa clase. ¿Por qué
las clases subordinadas (“los más pobres entre los pobres”) tienen hoy mayor beligerancia? Ante la crisis
de paradigmas, el factor C (comunidad, cultura, culto) ocupa un papel preponderante y tal vez decisivo
en el futuro. Lo que lleva a la superación del concepto clase como se entendía en la clave marxista
ortodoxa, que define al pobre únicamente como carente.

d) ¿Somos los indios una realidad étnica?


Etnia es un concepto antropológico que hace referencia a pueblo, nación, cultura. Los indios somos
pueblos y naciones diversas, que preexistían a las actuales sociedades (somos las primeras naciones),
cuyo proceso histórico fue truncado por la conquista y la sociedad colonial. El pueblo indio, en singular,
no existe. Es una abstracción, que intenta englobar a todos los pueblos indios, que sufren la misma
situación social. Existen muchos pueblos indios con cultura, lengua, tradiciones propias, diferentes en sus
procesos históricos, pero coincidentes entre sí en algunos elementos similares, que vienen del espíritu
común que los anima o de las causas comunes de su postración actual. Cfr. Convenio 169 de la OIT.

e) ) ¿Somos los indios una cultura?


Evidentemente no existe una única cultura india. Son muchas las culturas indias que han resultado del
patrimonio cultural creado pacientemente por cada pueblo antes de la conquista y trasmitido después, en
procesos de reelaboración constante, durante la resistencia de los 500 años. La reelaboración colonial de
las culturas indias a menudo incorporó libre u obligadamente muchos elementos del mundo occidental.
De modo que hay grandes diferencias entre la elaboración prehispánica y la posthispánica. Incluso al
interior de una misma etnia pueden existir diferentes reproducciones de la cultura propia. Eso se refleja,
sobre todo, en las variantes dialectales de una misma lengua, que, en muchos casos, llegan a conformar
lenguas totalmente diferentes entre sí. Por ejemplo las cinco grandes lenguas zapotecas de hoy.

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f) El indio como proyecto de vida.
Junto a la realidad de pobreza y de miseria a que hemos sido sometidos los pueblos indios, existe el hecho
de que somos pueblos que portan, en sus utopías culturales y religiosas, proyectos de vida que, habiendo
sido experimentados en el pasado, pueden ser nuevamente vividos en el futuro. No como restauración de
un pasado perdido, sino construcción de un futuro deseado, a partir de las condiciones históricas
concretas. Son las utopías humanas y culturales, que pueden ser compartidas con los demás pobres. Estas
utopías son las que suscitan optimismo en nosotros y en los compañeros de camino, a pesar de la realidad
de miseria de nuestros pueblos.

Cuando se habla así del indio no se está afirmando que todo el contenido de sus utopías es vivido
íntegramente por el pueblo. También para él la utopía es un anhelo de vida que hay que construir con
esfuerzo tenaz.

g) El indio como opción vital:


Como consecuencia de todo lo anterior, ser indio hoy puede ser sólo una realidad colonial que nos cayó
encima como enfermedad o pecado, es decir, como algo negativo de lo que quisiéramos librarnos pronto.
Pero puede ser también, por la parte positiva que tiene, una opción de vida, que nos da identidad personal
y colectiva.

Entonces ser indio se convierte en conciencia de clase y conciencia étnica de pueblo que tiene y lucha por
su proyecto de futuro; se convierte en referencia obligada de lucha para liberarse y para hacer realidad los
sueños y las utopías ancestrales heredadas del pasado. Lo indio se constituye entonces en energía de vida
que empuja la historia hacia mejores niveles de vida humana.

2. NUEVA PRESENCIA INDIA HOY

a) Hechos que la manifiestan

Cada país tiene sus propias manifestaciones al respecto. A nivel amplio, a partir de los 70s. se han
multiplicado, por toda la geografía del continente, parlamentos indios, foros, encuentros, consultas,
conferencias, seminarios, que han producido organizaciones regionales y continentales indígenas, cuyas
repercusiones llegan a todo el mundo. Existen hechos especialmente significativos: el levantamiento
indígena del Ecuador (1991), el levantamiento armado de Chiapas (1994), el triunfo de Evo Morales en
Bolivia (2006), que han puesto en jaque a la estructura global de las sociedades nacionales.

b) Causas explicativas externas

Existe una crisis global de la civilización occidental que se manifiesta en la caída de los socialismos
históricos y el ajuste estructural de la economía mundial, bajo las exigencias del modelo neoliberal (que
excluye a las mayorías). Ante la ausencia de paradigmas y utopías, que hagan soñar a las mayorías en
futuros por los que se pueda vivir y luchar, se abre ahora la posibilidad de buscar estas alternativas en la
memoria colectiva ancestral de los pueblos originarios. El recuerdo de los 500 años de la gesta de Colón,
inicio de la actual realidad globalizante, provocó en muchos una toma de conciencia sobre la fragilidad
nociva del proyecto implantado. Lo que dio pié a una crisis de la interpretación colonial de la historia. La
interpretación de los vencidos ganó espacio, frente a la mentira y manipulación evidente de la historia
hecha por los vencedores.

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c) Causas internas de las comunidades indígenas

Los procesos organizativos producidos a partir de los 70s fueron posibles por el acompañamiento de un
nuevo tipo de indigenistas (antropólogos y misioneros), de una nueva solidaridad de otros pobres
(obreros, campesinos, afroamericanos, mestizos) y de una nueva dirigencia indígena (con formación
académica o fogueada en la plaza pública). La perspectiva crítica de una interpretación nueva de los 500
años. Las nuevas organizaciones indígenas independientes. Los levantamientos indígenas. Todo lo cual da
como resultado la insurgencia actual de los pueblos indios en la sociedad y en la Iglesia.

d) Implicaciones para el resto de la sociedad

La palabra india siempre ha sido, pero ahora con mayor énfasis, protesta radical contra el sistema
explotador y excluyente, y propuesta de otras alternativas de sociedad. Ante la ausencia de otros
liderazgos el indio encabeza y abandera varios procesos populares. El caso de México en los 90s y el
Bolivia en el inicio de tercer milenio, son muy ilustrativos. La voz indígena siempre relegada y
menospreciada por quienes se consideran vanguardia de los cambios sociales, por considerarla poco
productiva como inversión política, ahora es oro fino buscado con afán por los impulsores del cambio,
pues la consideran factor decisivo para crear nuevos consensos de futuro de las naciones y del planeta.

3. LA TEOLOGIA EN GENERAL

a) Etimología: Tratado o estudio de Dios. Implica objetivación e intento de atrapar a Dios en categorías
de conocimiento. En Occidente conocer es dominar. Inteligir (intus légere) es fiscalizar y controlar (cfr. el
sentido que tiene la expresión “Agencia central de inteligencia”, CIA). La razón es considerada como el
valor máximo de todo.

Pero ¿es posible conocer a Dios? ¿Existen categorías humanas capaces de contenerlo? Si Dios es un
misterio ¿cómo se puede conocer a Dios? Conocerlo es convivir con El, entrar en relación profunda con
El, más allá de la razón y de la lógica humana. Es lanzarse a la aventura de creer en El, de amarlo con
todo el corazón, de colaborar con Él en su proyecto de vida.

b) Origen pagano: La palabra “teología” nació en el mundo helénico para designar los conocimientos
metafísicos opuestos a los físicos que pueden ser verificables. Ahí surgió la caracterización de los mitos
como creaciones fantasiosas de mentes populares, que nada tienen que ver con conocimientos científicos,
cuyo sustento está en la realidad y no únicamente en la mente humana.

c) Incorporación e institucionalización en la Iglesia: En el contacto con el mundo helénico, los


cristianos empezaron a usar la palabra teología para designar al conjunto de su sabiduría sobre Dios.
Poco a poco se fue metiendo la idea de que es posible compaginar la fe cristiana con la razón. Las
herramientas de conocimiento de la filosofía y de las ciencias griegas fueron asumidas para explicar el
Evangelio de Jesucristo. Aristóteles, Platón y demás pensadores griegos fueron incorporados al bagaje
teológico cristiano. Al grado de que, de “no ciencia”, la teología se convirtió en la “ciencia de las
ciencias” (Sto. Tomás de Aquino). Desde entonces la teología oficial de la Iglesia se ha hecho desde la
matriz de la cultura occidental, como si fuera la cultura universal.

d) Teología y Fe: La teología, en cuanto acto segundo, supone el acto primero, que es la fe en Dios. No
se puede hacer teología si no se tiene fe. Sin embargo el teólogo, a menudo, reproduce el mismo esquema

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de la ciencia occidental: desliga la palabra y la teoría teológica de la vida concreta. En ese sentido la
teología se transforma en un discurrir abstracto sobre Dios, desconectado de las realidades concretas.

e) Teología y Pueblo: El primer productor de teología es el pueblo que cree y que hace teología para
consumo interno, es decir, para sus necesidades concretas de comunidad que celebra su fe, comunica esa
fe a los demás y enfrenta con ella los problemas de la vida. La teología no es una producción ociosa. Los
individuos particulares que se dedican a la teología, lo hacen primariamente como portavoces o
servidores del pueblo que da razón de su esperanza. En occidente, dada la primacía del individuo sobre la
comunidad, se dio pié a que hubiera teólogos sin pueblo, fincados únicamente en la fortaleza de sus
razonamientos teóricos. Como si la razón pudiera suplir a la comunidad.

f) Teología y Magisterio: El magisterio es la expresión de la necesidad del orden, de la unidad y de la


pureza, que debe mantenerse en las cuestiones de la fe de un pueblo. Esta función la desempeñan
personas caracterizadas por las mismas comunidades: los más ancianos, los más sabios, los más santos.
En la Iglesia son los obispos y el Papa. El magisterio señala lo mínimo necesario para seguir siendo fieles
al contenido fundamental de la fe (el Dogma). El magisterio no necesariamente implica control o freno de
las nuevas formulaciones o explicaciones teológicas; sino unidad en el caminar. Por eso es difícil la
función del magisterio. A veces hay choques con los teólogos, sobre todo, si estos representan sólo
procesos individuales, no comunitarios.

g) Sentido actual de la búsqueda teológica: A partir del Concilio Vaticano II se han abierto caminos
para hacer posible una nueva actitud en la teología cristiana: Nuevas temáticas, nuevos sujetos
teológicos. Los temas sociales y de la vida moderna han empezado a ser abordados por la teología:
injusticia, pobreza, paz, libertad, ética, liberación. Los negros, las mujeres, los indios, somos nuevos
sujetos teológicos que entramos en la escena de la sociedad y de las iglesias, con exigencias nuevas de
contenido y de método.

4. TEOLOGIA Y PUEBLOS INDIOS

a) Apreciaciones colonialistas

Los colonialistas sostenían que los indios somos pueblos sin Dios, sin religión y, en consecuencia, sin
teología; pueblos engañados por el demonio: satanizados. En consecuencia evangelizar, para ellos, es
sinónimo de enseñar a un Dios, que no está con los indios sino que viene de fuera. Es convencer a los
nativos de la falsedad de las religiones propias para aceptar la ajena. Es adoctrinar. Es conquistar
espiritualmente. Por supuesto apoyados, si era necesario, en la conquista militar: cruz y espada podían ir
perfectamente hermanadas.

b) Apreciaciones indígenas

Nosotros afirmamos que somos pueblos profundamente religiosos, conocedores de Dios desde antiguo.
El Dios cristiano no es distinto del Dios indio. El modo de conocerlo y de nombrarlo es diferente. Dios es
el mismo, la teología es la que cambia.

c) Categorías teológicas indígenas

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Podemos analizar, como ejemplos, las diferentes funciones y categorías de comprensión de Dios en los
pueblos mesoamericanos, antes de la conquista; y la permanencia de tales funciones en la etapa posterior.
La multiforme elaboración teológica de los mesoamericanos estaba estrechamente ligada a la defensa,
procuración, transmisión y trascendencia de la vida, como don de Dios. Nada escapaba a la dilucidación
teológica de los antiguos.

5. TIPOS DE TEOLOGIA INDIA

Los tipos actuales de Teología India reflejan la gran variedad del pasado, pero también son resultado de la
realidad pluriforme vivida posteriormente a la conquista y la colonia.

a) Por el desarrollo histórico: hay teología originaria (antes de la conquista), teología de resistencia
(durante la conquista y la colonia), teología de propuesta y diálogo (en la etapa actual).

b) Por el sujeto: teología del pueblo (identificada con la cultura religiosa popular), teología de
comunidades de fe (que expresa procesos concretos de elaboración teológica ligada a la vida), teología de
parteros o voceros (que transportan o vehiculan la producción teológica de la comunidades para su
comprensión en otros foros).
c) Por su vinculación a la Iglesia: teología india-cristiana (hecha por indios convertidos al cristianismo o
en diálogo con él), teología india-india (hecha por indios al margen de la influencia cristiana)
d) Existen muchas otras modalidades de Teología India por razón de la herramienta teórica, de la
finalidad de la producción teológica o por otros motivos.

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