F, Sologub, y muchas obras bellisimas de la nueva dra
sia, las que todavia no han encontrado su propio teatre
EL GROTESCO
COMO FORMA ESCENICA ‘
(1913)
Bl mejor cumplido que el escenégrafo, el director de escenat
yeuantos han montado el Doit Juan de Moliére, pedian sofiar,
Jo han recibido de Benois, que definié el especticulo come
‘an clegante barracéns#
El teatro de méscaras ha sido siempre un barracén, y Ia
fea de basar cl arte del actor sobre la veneracion por la més
‘ara, por el gesto y ol movimiento, esté ligada indisoluble-
mente al barracén.
Los reformadores del teatro moderno suefian con llevar
4 a escena los principios del barracén, pero los escépticos
iensan que Ia restauracién de dichos principios puede ser
‘bstaculizada por el cine
Cada ver que se habla del renacimiento del barsacén, hay
alguien que niega resueltamente 1a necesidad de evar sus
todos a Ia escena, y hay algiin otto que saluda 1 llegada
del cine, deseando que el teatro fo tome a su servicio; los par:
tidarios del cinema atribuyen 2 este fdolo de la ciudad mo-
derma una excesiva importancia.
"este texto conesponde cnst In told del atiewlo 11, del par
tad Ii, de O tere, Kudo "2 barracén
4 A.1. Golovin (18524090) fue el escendqrafo; al dlrestor de escena
auton ge este Iibeo (0 det A)
% I tdrmino balagdn se ztiere a la basraca de forla,y, por tanto,
ales teateal practicado en Ios testis de fvin dante ies sal
‘amt ye Merial tion in alsa vbtreciny par tinePy ws xm
[No cabe duda de que la tiene para Ja ciencia, como mate:
rial accesorio de documentacién; es un diario ilustrado Gl
acontecimientos del dias); para alguno (jhorror!) susti
2 Jos viajes. El cine, aun asi, no encuentra lugar en el cam
del arte, ni siquiera alli donde desearia asumir una funcl
accesoria, Si algunas veces se Hlama teatro al cine, es slo poms
gue en el periodo de ferviente entusiasmo por el naturalicmg
(chora el entusiasmo se ha debilitado notablemente) se ponia’
al servicio del teatro todo lo que tenfa algiin elemento de me:
canicidad,
E] barracén es eterno. $i bien sus principios han side
temporalmente rechazados por el teatro, eabemos, sin embare
99, que estin enraizados con solidez en jos manuscritos de los
auténticos escritores teatrales
En nuestros dias, arrojados de la escena los principios del
teatro de feria, han encontrado refugio en los cabarets fran-
ceses, en el Ueberbrett alemén, en el musie-hall inglés, 0 en
tos variétés de todo el mundo.
Lean el manifiesto del ssuperescenat
verin que se trata en el fondo de una apo
dol barracén.
No hay que subestimar la importancia del arte de los
variétés, dice el manifiesto. Sus raices profundizan intimamen-
te en nuestra época. Serd una equivecacién juzgar este arte
‘como suna deformacién transitoriay del gust.
» de Wolzogen’ y
ia a los principios
4 No hablo, naturalmente, de los Varitée que ha dlvigido G. Fuchs
¥ que representan. en si opin, el Simpiicesimus St transportar
Ao al escenario desde las piginas de Ta revista de Ménaco. Debo
Inacer una aelaracion generl: Tat dor tercerat partes de Tos nme:
ros de cualquier teato de este génere no linen mada que ver coe
arte, pesar de elo, hay ms sre en la tercera parte de las sotae™
ones de uno de ests teatilos que en Toe consideradon eatsot
ferios que se apacientan de literatsisno, Ny. dol AD
Desde 1804, Ernst von Wolzogen pretidis en Munich ana unién