Vera, Morales, Noriega. (2005) llevaron a cabo un estudio con familias en
pobreza extrema de las zonas marginales de Hermosillo, Sonora México. Madres de treinta y dos años en promedio respondieron a una escala de funcionamiento familiar, estrés de la crianza y sus niños fueron medidos en desarrollo cognitivo. El objetivo fue evaluar las diferencias significativas entre los tres tipos de familias en su desarrollo cognitivo, el estrés de la crianza y el clima familiar. Se clasificaron las familias en base a la medida de clima familiar con un análisis de conglomerados clusters. La muestra estuvo constituida por un total de ciento veinte familias peri-urbanas de la ciudad de Hermosillo, Sonora, México. Con niños de primer año de educación primaria entre los seis y ocho años de edad y madres en promedio de treinta y dos años; La Escala de Clima Familiar de Rudolf Moos evaluó la percepción que las madres tienen de su clima familiar con respecto a tres dimensiones, también se utilizó el instrumento de evaluación del Desarrollo Cognoscitivo de Niños Escolares (DECONI) para medir las áreas de desarrollo de niños de cero a seis años y el método que estadístico que utilizo fue descriptivo.
Se concluyó que entre las características de las madres de familia encontraron
que la edad media es de treinta y dos años, siete de cada diez terminaron los seis años de escolaridad y ocho de cada diez son amas de casa y por lo tanto mamas de tiempo completo. Nueve de cada diez padres de las familias entrevistadas trabaja como obrero no calificado o como empleado, lo cual implica un salario menor a los cinco salarios mínimos por lo que los niveles de estrés son altos. Vega, Gómez y Sigoña (2013) llevaron a cabo un análisis de los factores psicosociales que pueden desembocar en estrés laboral y su relación con el desempeño en Centros de Salud Públicos Chilenos. La muestra estuvo conformada por 141 individuos, todos trabajadores de centros de salud urbano y rural. El instrumento utilizado fue el Cuestionario del Contenido del Trabajo (JCQ), los valores del coeficiente de fiabilidad estuvieron entre 0,55 y 0,83 lo que se considera aceptable y define una consistencia interna de las escalas. El diseño de esta investigación es no experimental ya que se realizó sin manipular las variables, observando los fenómenos en estudio tal y como se pueden dar en la vida cotidiana de los trabajadores en la organización, para después analizarlos, además es de tipo transversal, ya que se realizó en un momento de tiempo determinado. Los resultados obtenidos muestran que los trabajadores de ambos centros de salud, urbano y rural, se encontrarían, de acuerdo al modelo de Karasek, en el cuadrante Nº dos denominado "trabajo activo" que se caracteriza por presentar exigencias elevadas, pero la organización de su trabajo le permite a la persona disponer de una elevada capacidad de decisión para hacerle frente, convirtiéndose el resultado en un desafío. Sin embargo, los técnicos profesionales presentaron un menor control laboral relativo respecto a los otros integrantes del equipo de salud, por lo que sería importante focalizar en este grupo programas preventivos.