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DPD 1

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Serie DPD 5

Tú le importas a Dios Génesis 1:26-28 7

La persona de Jesucristo Colosenses 1:15,19 15

La obra de Cristo Juan 15:15 23

El Espíritu en ti Juan 14:17 31

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Después del Gran Mandamiento, las palabras más
importantes para la Iglesia, son: La Gran Comisión. Pues en
esta encomienda se encuentra resumido todo el quehacer de
la Iglesia.
Sin embargo, la tarea del discipulado no es algo que se dé solo,
sino que requiere nuestra participación obediente, pues al
participar entrenando a otros para que sean discípulos de
Jesús, también nosotros estamos siendo discipulados. De
modo que, en la tarea de hacer discípulos, todos somos
participantes de un mismo proyecto el cual es dirigido por El
Espíritu, quien obra en unos y en otros, haciéndonos a todos
condiscípulos.
El propósito de esta serie Diseño para el Discipulado es
proveer una herramienta para el discipulado general de la
Iglesia. En este caso a través de la predicación. Debido a que
es el culto general de la iglesia, donde podemos alcanzar a la
mayor parte de la congregación. Por lo que, junto con estos
bosquejos para la predicación, se preparan las presentaciones
correspondientes en PPT.
Para el desarrollo de este material, estamos siguiendo el
bosquejo que presentan los Navegantes en Estudios Sobre la
Vida Cristiana (ESLV) https://losnavegantes.net/discipulado/serie-
eslv/

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Reconocemos las limitantes pedagógicas que tiene la
predicación y por ello queremos recomendar el uso de los
recursos que se encuentran en el sitio de los Navegantes.
Donde pueden bajarse Guías individuales en PDF para
estudio en Grupos Pequeños. Que sin duda serán de gran
ayuda para el discipulado de la iglesia.
La serie DPD pretende cubrir los elementos principales del
discipulado cristiano, considerando que las personas que
participan ya tienen han pasado por experiencia de la
conversión a Cristo.
Las áreas que están comprendidas en esta serie son:
1. Tu vida en Cristo
2. Discípulos llenos del Espíritu
3. Caminando con Cristo
4. El carácter del discípulo
5. Fundamentos para la fe
6. Creciendo en el discipulado
7. Nuestra esperanza en Cristo
8. Nuestra comunión
9. Nuestra victoria
10. Creciendo por toda la vida
Esperamos que esta herramienta pueda ser de bendición para
la Iglesia y contamos con que los pastores y discipuladores
siendo guiados por el Espíritu de Dios, podrán enriquecer
este aporte.

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26
Entonces dijo Dios: «¡Hagamos al hombre a nuestra imagen
y semejanza! ¡Que domine en toda la tierra sobre los peces del
mar, sobre las aves de los cielos y las bestias, y sobre todo
animal que repta sobre la tierra!»
27
Y Dios creó al hombre a su imagen. Lo creó a imagen de
Dios. Hombre y mujer los creó.
28
Y los bendijo Dios con estas palabras: «¡Reprodúzcanse,
multiplíquense, y llenen la tierra! ¡Domínenla! ¡Sean los
señores de los peces del mar, de las aves de los cielos, y de
todos los seres que reptan sobre la tierra!» Génesis 1:26-28

U no de los aspectos más sorprendentes del mensaje


Bíblico, lo encontramos al leer el primer libro (El
Génesis). Pues en el haya una descripción de la creación del
mundo donde vivimos. Al ir leyendo poco a poco nos vamos
dando cuenta que la obra creadora de Dios, es también ir
dando orden a todas las cosas, las cuales son llamadas a existir
por el poder de Su Palabra.
En la parte culmen de este proceso creativo es donde
encontramos la narración de la creación del ser humano. Y
podemos encontrar un contraste enorme en cuanto a la
manera en que estos son creados.
Podemos entonces ver 6 aspectos singulares de la creación del
ser humano.

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1. El resto de la creación es producido de forma
genérica. Es decir, todos son creados en un solo acto
creador. Mientras que el ser humano es creado de
forma separad del resto de los seres vivos. Animales
o vegetales, mostrando así su singularidad.
Y Dios hizo animales terrestres según su género, y
ganado según su género, y todo animal que repta
sobre la tierra según su especie. Génesis 1:25
2. Creado de forma única. No hay diferentes géneros
o especies de seres humanos. Todos los seres
humanos somos iguales ante Dios, sin distinción de
razas o géneros. Dios también nos creó sexuados y
nos asignó diferentes capacidades, que son
complementarias entre hombres y mujeres.
Y Dios creó al hombre a su imagen. Lo creó a imagen
de Dios. Hombre y mujer los creó. Génesis 1:27
3. Interviene directamente. A diferencia de los otros
elementos de la creación, el ser humano es una
creación secundaria en el sentido de que procede de
algo ya creado, en este caso el polvo de la tierra. Este
acto si bien nos identifica con toda la naturaleza,
también nos distingue por ser diferentes a toda ella.
Entonces, del polvo de la tierra Dios el Señor formó
al hombre, e infundió en su nariz aliento de vida. Así
el hombre se convirtió en un ser con vida. Génesis 2:7
4. Creado a imagen de Dios. Solo el ser humano es
portador de la imagen de Dios. El ser portador de la
imagen divina implica con ello la posibilidad de
comunicarse con El. Lo cual coloca al ser humano
también en una relación única para con Dios. Y se da
paso así a una concepción específica, el Teísmo.
Entonces no solo es portador de la imagen de Dios,
sino que por causa de esta imagen puede comunicarse
con Su creador.

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5. Dominio sobre el resto de la creación. Dios
encargo al ser humano la administración de la
creación. Ejercer señorío sobre la creación es parte de
los privilegios que recibe el ser humano. Esto también
le coloca como distinto y al mismo tiempo sobre los
otros elementos de la creación. Esta es una
responsabilidad pues el ser humano no es
independiente, sino que está bajo la soberanía de
Dios. Dios será finalmente quien gobierne, pero lo
hará a través del ser humano.
6. Se le asigna una misión. A ningún otro elemento de
la creación se le asigna una tarea, más allá de las que
son características de su propia especie. Pero al ser
humano se le encomienda una misión. La cual
consiste en reproducirse y multiplicarse. Esta misión
es para reproducirse en otros, que también sean
portadores de la Imagen de Dios. De modo que
cuando los hombres y mujeres actúan en
conformidad con la imagen (carácter) de Dios, ellos
se convierten en los medios a través de los cuales Dios
desarrolla Su Misión de tener un mundo de acuerdo a
Sus propósitos.
Como podemos ver en estos 6 aspectos el ser humano no es
producto de la casualidad. Ni nuestra vida es producto de
alguna causalidad cualquiera. Sino que fuimos creados
específicamente como un acto de Dios, y dotados de Su
imagen (carácter), para que a través de nuestra vida El ejerza
Soberanía, y se sujete a la creación bajo Su Nombre.
De modo que con esto podemos ver que nuestra vida es
importante para Dios. Sin embargo, este enfoque es de
carácter general. Y necesitamos ver en un nivel más personal,
como es que somos importantes para Dios. Lo cual lo
haremos más adelante a través de un texto del Libro de Isaías.

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L a historia de creación nos muestra que los seres humanos
somos importantes para Dios. Pero entre la historia de la
creación y nuestro presente hay un área de la que es necesario
hablar, pues esta significo una separación entre Dios y el ser
humano. Esto narrado en el capítulo 3 del Génesis.
1 La serpiente era el animal más astuto de todos los que Dios
el Señor había creado. Así que le dijo a la mujer: «¿Así que
Dios les ha dicho a ustedes que no coman de ningún árbol
del huerto?»
2 La mujer le respondió a la serpiente: «Podemos comer del

fruto de los árboles del huerto,


3 pero Dios nos dijo: “No coman del fruto del árbol que está

en medio del huerto, ni lo toquen. De lo contrario,


morirán.”»
4 Entonces la serpiente le dijo a la mujer: «No morirán.
5 Dios bien sabe que el día que ustedes coman de él, se les

abrirán los ojos, y serán como Dios, conocedores del bien y


del mal.»
6 La mujer vio que el árbol era bueno para comer, apetecible

a los ojos, y codiciable para alcanzar la sabiduría. Tomó


entonces uno de sus frutos, y lo comió; y le dio a su marido,
que estaba con ella, y él también comió. Génesis 3:1-6

Podemos ver en este breve texto algunas de las razones del


cómo se genera la ruptura entre Dios y el ser humano.
1. Modifica el contenido del mensaje de Dios. Este
es un problema común desde la antigüedad y aún hoy
en día. El contenido de lo dicho por Dios es
modificado y adecuado a las necesidades y criterios de
cada persona. Pero cuando Dios creó todas las cosas,
El las hizo bien y buenas en gran manera. Así que
modificar los contenidos es como tratar de
enmendarle la plana a Dios y decirle como debió
haberlo dicho El. Al hacerlo en realidad se está
rechazando Su autoridad.

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2. Duda de la veracidad del mensaje de Dios. Esta
actitud también es común hoy en día. Es posible
conocer el mensaje de Dios, saber del poder y
veracidad que tiene y al mismo tiempo dudar. Pues
cuando conocemos, pero no actuamos en
consecuencia del mensaje en realidad estamos
poniendo en duda lo que Dios ha dicho. Como
podemos notar aquí, esta es una actitud que
comúnmente existe en muchas personas. Incluso
entre los que comúnmente asisten a las iglesias, pues
participar de alguna religión, no es idéntico a hacer La
Voluntad de Dios. El hacer la voluntad del Señor
hemos de verlo en conocer y hacer lo correcto, por el
único motivo correcto que es el Que Dios sea
glorificad.
3. Rechaza la soberanía de Dios. El texto que
estamos considerando tiene una expresión concreta
donde el ser humano, no solo rechaza la soberanía de
Dios, sino que, en una franca rebelión contra Su
Creador, quiere ser igual a Él. La idea de ser
autónomo sin tener que dar cuentas a Dios o a alguien
más es justo una forma de rebelión contra Dios. Pues
Él nos creó de tal forma para que estamos bajo Su
soberanía. Así el querer ser como Dios es justo para
ser dios en lugar suyo.
Como podemos observar la ruptura con Dios, no es algo que
surge de la noche a la mañana, sino actos deliberados a través
de los cuales, nos vamos separando de nuestro papel como
creación de Dios, así como de los propósitos por los cuales
hemos sido creados. A esto es a lo que la Biblia denomina
pecado. Donde una forma de explicarlo es cuando fallamos
en el hacer la voluntad de Dios. Comúnmente queriendo con
nuestra voluntad suplantar la de Dios.

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L a solución a esta ruptura con Dios y Su voluntad, no
podía venir de nosotros mismos, por cuanto la
separación entre Dios y el ser humano nos inhabilito para
buscar lo bueno. Y quedamos sujetos a nuestros propios
deseos y no los de Dios.
Sin embargo, nosotros le importamos a Dios. Es por ello que
Él nos mostró Su amor a través de Su Hijo. El cual vino para
restaurar nuestra relación rota con Dios Padre y para que
tengamos así la vida que Él quiere para nosotros (Dentro de
un par de lecciones veremos con mayor detalle la obra de
Cristo a favor nuestro).
9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en
que Dios envió al mundo a su Hijo unigénito, para que
vivamos por él.
10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos

amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a


su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:9-10

Es Dios quien nos ha amado primero y por el amor que nos


ha tenido nosotros hoy recibimos vida eterna.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado
a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree
no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16

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D ios muestra su interés y favor a favor de nosotros, de
una forma integral. De modo que no solo es la salvación
y vida eterna sino también su cuidado a lo largo de toda
nuestra vida.
1 Así dice ahora el Señor, quien te creó y te formó: «No
temas, Jacob, porque yo te redimí; yo te di tu nombre, Israel,
y tú me perteneces.
2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; cuando

cruces los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego,


no te quemarás, ni las llamas arderán en ti.
3 Yo soy el Señor, tu Dios. Yo soy tu salvador, el Santo de

Israel. Ya he pagado por tu rescate a Egipto, Etiopía y Sebá.


4 Ante mis ojos tú eres grandemente estimado y digno de

honra. Yo te amo, y por ti y por tu vida daré hombres y


naciones.
5 No temas, que yo estoy contigo. Del oriente traeré a tus

descendientes, y del occidente volveré a juntarte. Isaías 43:1-


5

1. Creación y Redención. Como hemos visto Dios es


nuestro creador, Él nos formó, y nos dio una
identidad una misión y un destino. Y cuando fallando
a su propósito se rompe nuestra relación con Dios, El
mismo es quien nos rescata. Para volver a colocarnos
dentro de Su gracia y así volver a tener comunión con
El. De esta forma somos doblemente posesión de
Dios. Primero por ser El nuestro Creador, y segundo
por ser El que pago por nuestra vida cuando
estábamos perdidos en nuestros propios delitos y
pecados.
2. Protección y cuidado. Ya que Dios nos ha rescatado
y hecho Su posesión, Él cuida de nosotros en cada
momento. Su Presencia esta de continuo sobre
nosotros e incluso cuando estuvimos lejos de El en
realidad Su presencia seguía sobre nosotros, y por Su

13
gracia es que fuimos llamados a para volver a formar
parte de Su Familia. Podríamos decir que al igual que
el hijo, prodigo, nunca dejamos de ser hijos, Y el
como Padre Bueno, siempre estuvo pendiente de
nuestro regreso. Y El cuidará de nuestra vida en
cualquier circunstancia por la que tengamos que
pasar.
3. Nos ve como dignos. El interés que Dios tiene por
nosotros, le hace vernos como dignos aun cuando en
algún momento no lo somos. Esto es porque Dios ve
en nosotros la obra que El completará en nuestra vida,
y no solo lo que hoy somos. De modo que Él nos ve
a través de la presencia de Cristo, y la obra completa
que Su Espíritu aún está haciendo en nuestra vida.

Para Dios somos importantes, y ¿cómo podemos


responder a este amor que nos ha mostrado y que quiere
aún mostrar sobre nosotros?
1. Reconociendo en Jesús a nuestro Señor y
Salvador. Esto es confesando nuestro pecado que
nos ha separado de Dios y pidiendo que Él nos reciba
como sus hijos.
2. Andando en este mundo, como Él nos ve, y no
como nos vemos nosotros mismos o como dicen
otras personas. Sin duda la opinión más importante
acerca de nosotros mismos es la de nuestro Creador y
Redentor.
3. Confiando en Su guía y cuidado. Por lo que
podemos andar en este mundo sin temor, pues
sabemos que Dios es quien cuida de nuestra vida.

14
15
Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la
creación.
16
En él fue creado todo lo que hay en los cielos y en la tierra,
todo lo visible y lo invisible; tronos, poderes, principados, o
autoridades, todo fue creado por medio de él y para él.
17
Él existía antes de todas las cosas, y por él se mantiene todo
en orden.
18
Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio,
el primogénito de entre los muertos, para tener la
preeminencia en todo, 19 porque al Padre le agradó que en él
habitara toda plenitud, 20 y por medio de él reconciliar consigo
todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que
están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su
cruz. Colosenses 1:19-20

E l apóstol Pedro al final de su segunda epístola insta a los


discípulos a crecer en el conocimiento de Cristo.
Más bien, crezcan en la gracia y el conocimiento de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien sea dada la
gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. 2Pedro
3:18
El conocer a Cristo es algo en lo que todos los discípulos
hemos de crecer. Pero también hemos de tener claro que
nosotros solo conocemos, lo que Dios nos ha revelado de Sí

15
mismo. De modo que no debemos nuestro conocimiento de
Dios, con el conocimiento de Dios. Note especialmente las
siguientes diferencias entre los dos:
1. El conocimiento de Dios es original, el nuestro deriva
del suyo.
2. El conocimiento de Dios es exhaustivo; el nuestro es
limitado.
3. El conocimiento de Dios sirve como criterio último
de verdad y justicia; nuestro conocimiento debe
observar esas normas.
4. Dios nunca necesita información o iluminación de
fuera de sí mismo. No podemos saber nada sin la
ayuda de Dios y de nuestra experiencia del mundo
fuera de nosotros mismos.
5. Dios conoce lo que conoce sin proceso, simplemente
por ser lo que es. Su conocimiento a veces se ha
descrito como una intuición eterna. Pero nuestro
conocimiento a menudo requiere grandes esfuerzos
para acumular hechos y averiguar deducciones
lógicas.
6. El conocimiento de Dios de los hechos de la creación
precede a la existencia de estos hechos. Pero los
hechos preceden a nuestro conocimiento de ellos.
7. La interpretación de los hechos de Dios precede a la
existencia de los hechos; nuestra interpretación es una
reinterpretación de la interpretación previa de Dios.
Así que los hechos de nuestra experiencia no son
"bruto" o hechos no interpretados, como si la
interpretación humana fuera el primero. Más bien, los
hechos ya son interpretados antes de llegar a
conocerlos. Y la interpretación de Dios es la
interpretación normativa que debe regir la nuestra.

16
N uestro conocimiento de Cristo, proviene de la Biblia.
Pues a través de la Biblia Cristo se revela así mismo y
nos permite conocer Su voluntad. Y también nos conservar
propagar la verdad del evangelio con fidelidad. Además, Su
Palabra nos sirve de consuelo y guía en la vida. CFW 1.I. En
este breve tato del Apóstol Pablo nos presenta una breve
cristología. Que su intención es responder a la pregunta
¿Quién es el Cristo?
1. La imagen del Dios creador.
15
Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de
toda la creación.
Cristo es la imagen de lo que no se puede ver. Su
presencia entre nosotros (encarnación) nos permite
tener un atisbo de quien es Dios en su plenitud. Él es el
Dios que se hace cercano a nuestra vida, con el que
podemos relacionarnos y tener comunión. Jesucristo es
así la máxima revelación del Padre. El rostro invisible
de Dios se hizo ver a los ojos de los hombres en el
rostro de Jesús. El mismo Jesús dijo a Felipe: El que me
ha visto, ha visto al Padre. Juan 14:9.
El que es. Hay que notar también el uso del tiempo
presente él es, no fue, ni será sino es, hablándonos de
un Cristo preexistente, un Cristo eterno que ahora ha
llegado a la creación.
El primogénito. No el primer creado, sino aquel del
que se deriva toda la creación. Eso le hace a Cristo aquel
del que todo procede. Ciertamente, todas las cosas son
de él, y por él, y para él. Romanos 11:36. De esta forma
Cristo es El origen y el fin de todas las cosas. De Él
proceden y en Él habrán de confluir al final de los
tiempos para que Él sea el Todo. Por ello también es
Señor y sustentador de todo cuanto existe.

17
2. El Creador de todo
16
En él fue creado todo lo que hay en los cielos y en
la tierra, todo lo visible y lo invisible; tronos, poderes,
principados, o autoridades, todo fue creado por
medio de él y para él.

En él (en auto) fueron creadas todas las cosas: significa


que todas las leyes y propósitos que guiaron la creación
residen en Cristo. Él es el punto de reunión de toda la
creación. No hay un solo elemento que escape de su
soberanía. Si hablamos de cosas que están en nuestro
contorno (mundo material), él es el creador; si
hablamos de cosas que están fuera de nuestra realidad
presente (mundo espiritual, él es el creador, de lo que
vemos y de lo que no vemos. Luego pone en la lista de
lo que ha sido creado “en Cristo” a una jerarquía
angélica es decir todo el orden espiritual ha sido creado
por Cristo y está sujeto a Él. Por cuanto es El Creador
también es El Señor de todo así nuestra existencia está
en sus manos, así como nuestro destino. Lo que implica
que fuimos creados para tener comunión con Cristo y
en la gloria futura aún habremos de tener una
comunión más profunda con El. Pues fuimos creados
para que nuestra vida sirva a su propósito.

3. El sustentador
17
Él existía antes de todas las cosas, y por él se
mantiene todo en orden.
Aquí tenemos algo completamente distinto a todos los
conceptos religiosos o filosóficos que existían y existen
al respecto de la deidad. Cristo no solo es Creador, sino
que El sostiene a este mundo con Su poder. El dirige,
dispone, y gobierna a todas las criaturas, acciones y

18
cosas, desde la más grande hasta la más pequeña, por
su sabia y santa providencia, conforme a su presciencia
infalible y al libre e inmutable consejo de su propia
voluntad, para la alabanza de la gloria de su sabiduría,
poder, justicia, bondad y misericordia. CFW 5.I.
Otras expresiones religiosas interpretan a Dios
separado de Su creación (Deísmo). Sin que ese Dios
tenga ningún cuidado de la creación, por supuesto no
hay comunión con El y las personas están en este
mundo finalmente sin Dios y sin esperanza.
Otras religiones más primitivas aún (panteísmo y
animismo), pero en boga nuevamente ni siquiera hacen
una distinción ente Dios y su creación. En esos casos,
Dios no es más que una energía que fluye en la creación,
esto en un claro contraste con Cristo que se relaciona
con su pueblo.

4. La cabeza de la Iglesia.
18
Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia.
Cristo es la cabeza de la Iglesia, por cuanto la iglesia,
fue formada también por El y para El. Él es quien dirige
a Su iglesia a través de Su Espíritu. Porque Solo por
Cristo es que hemos sido Salvados, y la fe solo ha de
estar puesta en El. Toda autoridad ha de estar referida
a Cristo y sujeta a Él. La dirección de la iglesia en todo
caso es la de Cristo, pues Solo Él es absoluto. Por lo
cual todos los participantes de la iglesia, estamos en
sujeción a Él. Del mismo modo todos los ministerios y
dones, proceden también de Él y son para Su gloria.
Esto hace que bajo Cristo todos somos seamos iguales,
sin ninguna distinción. Ya no hay judío ni griego; no
hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, sino que
todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Gálatas 3:28

19
5. El primero en resucitar.
18
Él es el principio, el primogénito de entre los
muertos,
Jesús es el primero en la Resurrección. Pues los otros
casos registrados en la Biblia, se trata de personas que
fueron vueltos a la vida, pero que posteriormente
murieron, como fue el caso de Lázaro y otros. Su
resurrección es también la garantía, primero de nuestra
salvación, pero también señala nuestra propia
resurrección.
20
pero el hecho es que Cristo ha resucitado de entre los
muertos, como primicias de los que murieron;
21
porque, así como la muerte vino por medio de un
solo hombre, también por medio de un solo hombre
vino la resurrección de los muertos.
22
Pues, así como en Adán todos mueren, también en
Cristo todos serán vivificados. 1 Corintios 15:20-22
De modo que, así como Cristo, resucito también
habremos de resucitar todos los que hemos creído en
El. Pues Él es la Resurrección y la vida.

6. La plenitud de todo.
19
porque al Padre le agradó que en él habitara toda
plenitud,
La plenitud de la deidad se encuentra en Cristo. Es
decir, Cristo es totalmente Dios, o como lo expresa el
Credo Niceno: Dios de Dios. Es decir, no es una
emanación de Dios. No es una parte de Dios.
Tampoco es la fuerza o representante de Dios. Él es
Dios mismo. Esto lo podemos ver a lo largo de textos
del Antiguo Testamento donde se habla de Dios, Por
ejemplo: la creación, la redención de Israel en el
Éxodo, la restauración después del cautiverio

20
Babilónico, donde es Dios quien lo hace y después
estos textos son usados en el Nuevo Testamento para
referirse a Jesucristo. Juan 1:1 dice que "El Verbo era
Dios". Juan 1:14 dice que "Aquel Verbo fue hecho
carne". Esto indica claramente que Jesús es Dios en la
carne. Hechos 20:28 nos dice, "… para apacentar la
iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre".
¿Quién compró la iglesia con Su propia sangre?
Jesucristo. Hechos 20:28 declara que Dios compró Su
iglesia con Su propia sangre. ¡Por tanto, Jesús es Dios!

Con respecto a Jesús, Tomás el discípulo declaró,


"Señor mío, y Dios mío" (Juan 20:28). Jesús no lo
corrigió. Tito 2:13 nos anima a esperar la venida de
nuestro Dios y Salvador Jesucristo

7. El reconciliador.
20
y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas,
El Cristo es también el que nos reconcilia con El Padre.
10
Porque, si cuando éramos enemigos de Dios fuimos
reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo,
mucho más ahora, que estamos reconciliados, seremos
salvados por su vida.
11
Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en
Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora
hemos recibido la reconciliación. Romanos 5:9-10
La reconciliación que Cristo hace en nuestra vida es
para colocarnos en una relación sana para con El Padre,
pues antes estaba rota por causa del pecado. Esta
relación sana espiritual, es también la base para
reconciliarnos con nosotros mismos, y con las personas
que están a nuestro derredor. Pero por cuanto El Cristo
es también Creador, la reconciliación que el genera no

21
solo es para el ser humano, sino que incluye a toda la
creación, la cual estaba bajo las consecuencias de
pecado.

8. Santificador.
22
en su cuerpo físico, por medio de la muerte, para
presentárselos a sí mismo santos, sin mancha e
irreprensibles.
La obra de Cristo es completa, de modo que Su presencia
en sus discípulos sigue actuando desde el momento en
que han creído y confesado que Él es su Señor y
Salvador, ahora a través de Su Espíritu su presencia
influye en nuestra vida, conduciéndonos a la
santificación. Es decir, nos está preparando para cuando
finalmente estemos en compañía suya en presencia de Su
Padre. Somos santificados por la Palabra y la obra del
Espíritu de Dios que mora en cada discípulo. De modo
que el dominio del pecado sobre nuestra vida cada día se
va debilitando. Así también somos fortalecidos y
vivificados por la gracia de Dios que fluye sobre Su
pueblo para practicar una verdadera santidad sin la cual
nadie verá al Señor. cf. CFW. 13.I
Como podemos ver, Cristo es mucho más que la expresión
religiosa de la que comúnmente se habla en la cultura e incluso
en las iglesias. Seguramente ahora estamos mejor preparados
para poder contestar la pregunta que Jesús a sus discípulos
Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Mateo 16:15
Pues en la forma en como respondemos a esta pregunta, así
será también nuestra relación con Cristo.

22
Ya no los llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace
su señor; yo los he llamado amigos, porque todas las cosas
que oí de mi Padre, se las he dado a conocer a ustedes. Juan
15:15

L as personas tenemos diferentes tipos de relaciones con


las personas que están a nuestro derredor. En algunas
ocasiones las relaciones son muy estrechas como con nuestra
pareja o hijos. Pueden ser tan cercanas, que incluso hay una
comunicación no verbal con ellos. El conocimiento que
tenemos llega a ser tan estrecho, que podemos saber por lo
que están pasando aún antes de que nos lo digan.
En otros casos la relación es más formal. Son personas con
las que coincidimos de forma frecuente, pero conocemos muy
poco a cerca de ellos. Incluso hay otros casos más en los que
la relación no es más que de nombre. Tenemos información
de ellos, los podemos distinguir entre otros, pero la relación
personal es inexistente.
De forma semejante a nuestras relaciones con las personas,
también pueden darse las relaciones que guardamos para con
Dios.
Hay personas para los que la relación con Dios es tan distante
que solo lo conocen por haberlo oído mencionar.
Yo había oído hablar de ti, Job 42:5

23
Para otros la relación con Dios, es de carácter formal.
Posiblemente cumplen con los aspectos religiosos, pero esta
relación no afecta sus sentimientos ni sus acciones.
A decir verdad, este pueblo se acerca a mí con la boca,
y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de
mí; el temor que de mí tiene no es más que un
mandamiento humano, que le ha sido enseñado. Isaías
29:13
Este tipo de relaciones con Dios, si bien en alguna manera
existen también tienen importantes limitantes.
En la primera de ellas la relación finalmente es con un Dios
que realmente no se conoce, así que esto se traduce en una
relación impersonal y en alguna manera puede ser mecánica.
Doy ofrenda, me bendices. Sin mayor cercanía, más allá de tu
cumples tu parte y yo cumplo la mía.
La segunda presupone cierto ordenamiento religioso, donde
hay que hacer y decir las cosas correctas. El cumplimiento del
creyente aquí, se vuelve cuasi obligatorio. El deber y la
obligatoriedad están detrás de esta relación. En alguna parte
esta relación se vuelve opresiva, al tener que estar cumpliendo
preceptos religiosos y al adquirir esta característica por
supuesto es algo que no se disfruta.
Este tipo de relaciones llegan a generar elementos que incluso
pueden llegar a ser dañinos para la relación. De modo que
algunos reniegan de la fe y otros entran a un cumplimiento
religioso, sin verdaderamente creer en el Dios que se dice
adoran.
La obra que Jesús hace a favor del ser humano es cambiar
esos tipos de relaciones con Dios, para plantear una que se
caracteriza por la comunión y la gracia.

24
L a obra de Cristo a favor nuestro es descrita de forma clara
en la expresión que Juan el Bautista pronuncia al verlo
venir hacia él.
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo. Juan 1:29
Cristo, vino a este mundo a salvar al ser humano, que estaba
separado de Dios, por el pecado heredado de una simiente
corrupta, y confirmado incluso por el pecado personal. El
vino a salvarnos de la condena y culpa del pecado.
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo
que se había perdido. Lucas 19:10
Para realizar esta obra a favor nuestro, Cristo mismo entrega
su vida en la Cruz, para satisfacer así la justicia divina y para
que ahora nosotros experimentemos la justicia que el gano
para nosotros a precio de Su sangre.
Él mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados al
madero, para que nosotros, muertos ya al pecado,
vivamos para la justicia. Por sus heridas fueron ustedes
sanados. 1Pedro 2:24
Por esta acción a favor de los que no teníamos mérito alguno
delante de Dios es que podemos experimentar salvación-
sanidad en nuestra vida. Pues somos salvador por un acto de
la gracia de Dios.
Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la
gloria de Dios; pero son justificados gratuitamente por
su gracia, mediante la redención que proveyó Cristo
Jesús, Romanos 3:23-24
Y este acto de redención, donde Jesús asume la culpa que nos
correspondía a nosotros, hoy nos coloca en buenas relaciones

25
para con Dios. Pues si antes por el pecado merecíamos la
muerte, ahora podemos experimentar vida plena. Que
podemos ver en tres áreas.
Así, pues, justificados por la fe tenemos paz con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien
tenemos también, por la fe, acceso a esta gracia en la
cual estamos firmes, y nos regocijamos en la esperanza
de la gloria de Dios. Romanos 5:1-2
1. Relación sanada. La forma en cómo nos
relacionamos con Dios, ahora experimenta sanidad.
De modo que nuestra relación con Dios ahora es
calidad de siervos y pueblos suyos, bajo su señorío,
protección y guía. Más adelante consideraremos
nuevamente este punto, para ver como Jesús lleva esta
relación a un nivel más profundo.
2. Experimentar la gracia de Dios. Estar bajo la
influencia de Dios (bajo su gracia), no solo es para el
acto de la salvación, sino que esta gracia nos
acompaña a lo largo de la vida, cuando por la
presencia del Espíritu de Dios, seguimos
experimentando de Su Gracia, la que produce en
nuestra vida santificación que nos va haciendo cada
día más semejantes a Cristo.
3. Vivir la vida en esperanza. La obra de Cristo,
también nos anticipa un futuro al lado del Señor, pero
en este caso es un futuro que inicia desde ahora, y que
día a día va creciendo hasta que lleguemos al día de
Jesucristo cuando experimentaremos la plenitud de
las bendiciones que ahora experimentamos de forma
anticipada y parcialmente.
La obra de Cristo a favor nuestro tiene entonces el enfoque
de sanar nuestra relación con Dios. Y llevar esta relación a un

26
nivel cada día más cercano y profundo, que en la Biblia están
expresados en dos formas. Ser familia y ser amigos. Veamos
ambas.

L a sanidad en la relación con Dios, que El gano nos


permite ser integrados a Su Familia.
Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios;
Juan 1:12
Cuando hemos creído en Jesucristo y le reconocemos
(recibimos) como nuestro Señor y Salvador. Dios nos hace
hijos suyos. Esto quiere decir, que dejamos de ser lo que antes
éramos, para ahora recibir una nueva identidad y nueva
relación para con Dios. Dios nos adopta como hijos suyos.
Porque a los que antes conoció, también los predestinó
para que sean hechos conforme a la imagen de su Hijo,
para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Romano 8:29
Se trata de la obra que Dios hace a través de Cristo, mediante
la cual hemos sido elegidos y en su momento recibimos la
Salvación que Cristo logró a favor nuestro y mediante esta
obra Dios, Padre nos reconoce ahora como hijos. Pero el plan
de Dios es más profundo aún como podemos ver, pues Su
propósito es que seamos conformados, es decir hechos
semejantes a Cristo, siendo así Él nuestro hermano mayor.
El plan de Dios, para nuestra vida de que seamos
transformados para ser semejantes a Cristo, nos devuelve al
proyecto original de Dios, el cual cómo podemos observar no
ha cambiado, sino que ahora llega a cumplimiento, el ser
hechos a imagen de Dios. Para que siendo portadores de Su

27
imagen podamos experimentar la comunión que tuvieron
Adán y Eva en la creación y que ahora compartiremos con
Cristo cuando estemos del otro lado de la gloria.
Es debido a esta adopción, que nuestra relación ha cambiado
y ahora podemos llamar a Dios, Padre nuestro.
Pues ustedes no han recibido un espíritu que los
esclavice nuevamente al miedo, sino que han recibido
el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre! Romanos 8:15
Sin experimentar ningún temor, y sin la obligatoriedad que
nos llegaba a imponer la religión. De ser un Dios o conocido
ahora hemos sido hechos cercanos y familia. Podemos ver
esto claramente expresado en la forma en como Jesús enseño
a orar a sus discípulos. Dirigiéndose a Dios como Padre
(Mateo 6:9). Y Él como Padre bueno escucha y atiende a sus
hijos (Mateo 7:11).

P or la obra de Cristo hemos sido puestos en buena relación


para con Dios. Y la otra forma que se utiliza para
ejemplificarla es la der amigos.
Ya no los llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo
que hace su señor; yo los he llamado amigos, porque
todas las cosas que oí de mi Padre, se las he dado a
conocer a ustedes. Juan 15:15
Jesús aquí describe la diferencia entre el siervo y el amigo: el
dueño no comparte sus planes y propósitos con sus siervos,
pero con el amigo sí. Al siervo le corresponde sólo obedecer
las órdenes de su dueño sin entender, cuestionar, discutir, ni
opinar sobre sus propósitos.

28
Ser amigos de Dios y conocer Su propósito lleva la relación a
un nivel de mayor compromiso, pues conocer los designios
de Dios es para que nosotros nos sumemos al Su proyecto
redentor de este mundo. Lo cual es manifestado también en
las palabras de Jesús y que nos muestras tres verdades
fundamentales de esta relación.
Ustedes no me eligieron a mí. Más bien, yo los elegí a
ustedes, y los he puesto para que vayan y lleven fruto, y
su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al
Padre en mi nombre, él se lo conceda. Juan 15:16
1. Jesús tomo la iniciativa. La relación con Cristo,
nunca empieza con nosotros, es El quien vino a este
mundo a salvarnos. Él es quien nos elige, Es también
Él quien nos llama para ser hijos y discípulos suyos.
Nuestro papel es responder al llamado que Dios hace
a nuestra vida.
2. El propósito es dar fruto. La relación de amistad que
ahora tenemos con Dios, tiene como objetivo que dar
frutos para gloria del Padre, del mismo modo que
Jesús lo hizo. Ser portadores de la imagen de Dios, es
el medio a través del que manifestamos la gloria de
Dios en este mundo. Este involucramiento en Su obra
es también en respuesta a la obra que Él ha hecho a
favor nuestro al dar Su vida por nosotros. Nadie tiene
mayor amor que éste, que es el poner su vida por sus
amigos. Juan 15:13
Y donde ahora nosotros ponemos nuestra vida como
ofrenda a Dios.
Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias
de Dios, que se presenten ustedes mismos como un
sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como
se debe adorar a Dios! Romanos 12:1

29
3. Vivir en comunión. Por esta amistad con Dios,
tenemos ahora la oportunidad no solo de ser
partícipes de los planes de Dios, sino también de
gozar de Su presencia a cada paso que damos. Pues
una vida conducida por la presencia de Dios, sin duda
es también la de una fe obediente que busca que Él
sea glorificado y con nuestra obediencia mostramos
que somos verdaderos discípulos.
Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando.
Juan 15:14

D ios nos ha llamado a ser participantes de la obra de


Cristo. Esto ocurre cuando de dos formas.
La primera es para establecer la relación cuando respondiendo
a la predicación del Evangelio y el llamado que el Espíritu de
Dios hace a nuestra vida, confesamos que Jesús es nuestro
Señor y Salvador. Al responder así Dios nos adopta como
hijos y así estamos ya en posición de hijos.
La segunda es cuando crecemos en intimidad con Dios, a
través de la lectura de Su Palabra y la oración y vamos siendo
moldeados así por la presencia de Su Espíritu. Lo cual día a
día nos permite conocer más de Cristo, así como y estando
bajo su influencia desarrollar una vida que cada día está más
comprometida con Cristo y con Su Iglesia. De este modo
crecemos en intimidad con Dios y en compromiso con las
cosas que son de Dios.

30
15
Si me aman, obedezcan mis mandamientos. 16 Y yo rogaré
al Padre, y él les dará otro Consolador, para que esté con
ustedes para siempre: 17 es decir, el Espíritu de verdad, al cual
el mundo no puede recibir porque no lo ve, ni lo conoce; pero
ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes, y estará
en ustedes. Juan 14:16-17

L a presencia del Espíritu de Dios en la vida de los


creyentes es el más grande don que Dios nos ha dado.
Pues por Su presencia:
1. Podemos estar seguros de la salvación que Dios nos
ha dado.
También ustedes, luego de haber oído la palabra de
verdad, que es el evangelio que los lleva a la salvación,
y luego de haber creído en él, fueron sellados con el
Espíritu Santo de la promesa, Efesios 1:13
2. Reproduce en nosotros el carácter de Cristo,
cuando día a día somos transformados.
Por lo tanto, todos nosotros, que miramos la gloria
del Señor a cara descubierta, como en un espejo,
somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios
3:18

31
3. Nos otorga dones y ministerios, a través de los
cuales crecemos en la fe y servimos a otros.
7 Pero la manifestación del Espíritu le es dada a cada
uno para provecho… 11 pero todo esto lo hace uno
y el mismo Espíritu, que reparte a cada uno en
particular, según su voluntad. 1 Corintios 12:7,11
Esto y más es lo que el Espíritu de Dios hace en nuestra vida
por lo que hemos de considerar cómo ocurre esto en
nosotros.

L o primero que destaca en el texto, es una expresión


condicional que Jesús menciona para poder recibir el
Espíritu.
Si me aman, obedezcan mis mandamientos.
Pero esto que dé inicio puede parecer difícil de lograr por la
propia naturaleza de pecado que tenemos y que nos inhabilita
y por otro lado contrasta con el mensaje de la gracia de Dios,
que forma parte del Evangelio.
Pero esto tiene una respuesta cuando recordamos que amar y
obedecer a Dios es obra del Espíritu de Dios actuando en
nuestra vida.
Por tanto, quiero que sepan que nadie que hable por el
Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; y que nadie
puede llamar «Señor» a Jesús, si no es por el Espíritu
Santo. 1Corintios 12:3
Por su presencia en nosotros, es que somos movidos para
hacer su voluntad. No es con esto que nuestra voluntad no
cuente o no sea relevante, sino que El Espíritu de Dios trabaja

32
de modo que voluntariamente nosotros queremos hacer
aquello que le agrada a Dios y es de bendición.
Porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el
querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses
2:13
Así en primera instancia obedecemos a la fe, en respuesta a la
gracia de Dios. Tal y como Pablo lo expreso:
Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por
fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe
vivirá. Romanos 1:17 RV60
Donde la fe tiene dos formas que son complementarias.
1) Recibimos la fe, como don de Dios
2) Ejercemos la fe en Cristo para salvación
En ambos casos nuestra respuesta está mediada por la acción
del Espíritu de Dios. Primero como don y después para
nuestra salvación.
Después de ser creyentes y haber recibido de modo
permanente la presencia del Espíritu en nuestra vida,
podemos observar que será el mismo quien nos lleva al
cumplimiento de la voluntad de Dios. Pues el Espíritu
actuando en nuestra vida confluye con la voluntad del Padre,
revelada en las Escrituras, las cuales también fueron
inspiradas por el Espíritu y preservadas para nuestra
enseñanza, consolación y guía por El Espíritu. De tal modo
que ahora el hacer la voluntad de Dios en lugar de ser algo
oneroso, surge de modo natural desde dentro de nosotros y
se convierte así en una experiencia gozosa. Como lo expreso
David, Su siervo.

33
Hacer tu voluntad, Dios mío, me agrada; tu ley la llevo
dentro de mí. Salmos 40:8

Jesús intercede ante El Padre, para que envié al Consolador.


Que cosa puede dar mayor certidumbre en la vida de un
discípulo que saber que Jesús mismo, quien es su Creador y
Salvador también intercede delante del Padre, para que esté
con nosotros siempre.
Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Consolador, para
que esté con ustedes para siempre:
Jesús como Dios es eterno, omnisciente y omnipresente. Pero
como ser humano estaba limitado. Por ello no podía de estar
en todos los lugares, ni en todos los tiempos. Así Jesús busca
dar certidumbre a los suyos de que al ir Él con El Padre, no
los dejaría huérfanos. Sino que su presencia con ellos sería
para siempre, ahora a través de Su Espíritu. Por el amor y
cuidado de los suyos Jesús intercede ante el Padre y Él
siempre lo escucha (Juan11:42) porque pide de acuerdo con
la voluntad del Padre (Mateo 6:10).
El Espíritu en realidad no es otro o alguien distinto, Jesús
pues la palabra que aquí (alos ἄλλος)se utiliza en realidad
significa otro semejante o del mismo tipo. De modo que El
Espíritu es semejante al Cristo, por cuanto procede de Él y
del Padre.
Pero cuando venga el Consolador, el Espíritu de
verdad, el cual procede del Padre y a quien yo les
enviaré de parte del Padre, él dará testimonio acerca de
mí. Juan 15:26
Y es enviado por el Hijo

34
Pero el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, los consolará y les enseñará todas las cosas, y
les recordará todo lo que yo les he dicho. Juan 14:26
Así el Espíritu procede del Padre y es enviado por el Hijo.
Pero les digo la verdad: les conviene que yo me vaya;
porque si no me voy, el Consolador no vendrá a
ustedes; pero si me voy, yo se lo enviaré. Juan 16:7
Así que, el Espíritu Santo es tanto el Espíritu del Padre como
el Espíritu del Hijo. Esto también está expresado en las
palabras de Jesús:
14
Él me glorificará, porque tomará de lo mío y se lo
hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso
dije que tomará de lo mío, y se lo dará a conocer a
ustedes. Juan 16:14-15
De modo que cuando hablamos del Espíritu, estamos
hablando de que la plena presencia de Dios, es la que nos
acompaña eternalmente. Dios está a nuestro lado a través de
Su Espíritu para conducirnos de acuerdo a Su propósito.

E l ministerio que El Espíritu desarrolla ahora en la vida


de los discípulos es descrita como la del Consolador,
(parakletos, παράκλητος). Aunque hemos de considerar esta
descripción en su sentido más amplio, pues no refiere
solamente a la idea de consuelo en la aflicción.
El Consolador en su sentido más amplio, significa uno que
socorre, que consuela. Cristo fue esto para sus discípulos, y
para nosotros. Alguien que nos ayuda en nuestra necesidad,
Él que vio nuestra carencia y que siendo movido a
misericordia se hace nuestro pastor.

35
Al ver las multitudes, Jesús tuvo compasión de ellas
porque estaban desamparadas y dispersas, como ovejas
que no tienen pastor. Mateo 9:36
El ministerio del Espíritu de Cristo es ser como Cristo lo ha
sido para nosotros. Así El Espíritu, como Cristo nos ayuda en
nuestra debilidad.
De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad, pues no sabemos qué nos conviene pedir,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles. Romanos 8:26
Para hacer esto, El Espíritu se coloca, no a nuestro lado sino
dentro de nosotros.
es decir, el Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir porque no lo ve, ni lo conoce; pero
ustedes lo conocen, porque permanece con ustedes, y
estará en ustedes. Juan 14:17
La expresión: permanece con ustedes, en realidad señala
profundidad. El Espíritu de Dios no es una fuerza que te
acompaña, ni siquiera algo que está al lado tuyo, sino que Él
está en nuestra vida. Como lo podemos ver en los siguientes
textos.
¿No saben que ustedes son templo de Dios, y que el
Espíritu de Dios habita en ustedes? 1Corintios 3:16
Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos. Ya
algunos poetas entre ustedes lo han dicho: “Porque
somos linaje suyo. Hechos 17:28
El ministerio del Espíritu de Dios ejerce, lo hace desde
nuestro interior.

36
Pues, nosotros mismos hemos sido convertidos en la
habitación del Espíritu de Dios, Así entonces Su ministración
es desde implica la forma en como somos influidos por el
Espíritu.
La obra del Espíritu entonces implica 4 grandes áreas. Que
ocurren en la medida en que La Palabra de Dios es
interiorizada en nosotros para ser vivida.
Consejo. Esto refiere a los contenidos, los cuales siempre
estarán en consonancia con lo declarado en la Palabra.
Pues siendo esta Palabra también inspirada por el
mismo Espíritu ambos nos llevan a un mismo destino.
Pero el consejo también implica la iluminación que El
Espíritu de Dios hace sobre la vida de los discípulos a
fin de poder comprender (discernir) la guía que Él está
dando a nuestra vida a fin de que la voluntad del Padre
se cumpla en nosotros.
Sean ustedes plenamente capaces de comprender, con
todos los santos, cuál es la anchura, la longitud, la
profundidad y la altura del amor de Cristo; Efesios 3:18
Intercesión. Al momento de orar, es el Espíritu quien de
continuo intercede por nosotros, de modo que nuestra
oración sea acepta delante del Padre. Así cada vez que
oramos El Espíritu de Dios es quien ora a través de
nuestra vida y nuestros balbuceos, son convertidos en
verdaderas oraciones.
De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad, pues no sabemos qué nos conviene pedir,
pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles. Romanos 8:26
Fortaleza. Esto implica en primer instancia fortaleza
espiritual, para poder llevar a cabo la voluntad de Dios.

37
Pero también hemos de ver en esto la fortaleza que
Dios a través de Su Espíritu nos da en los momentos
de quebranto, para que, sobreponiéndonos a ellos,
sigamos adelante en el Nombre de Cristo.
Para que, por su Espíritu, y conforme a las riquezas de
su gloria, los fortalezca interiormente con poder;
Efesios 3:16
La fortaleza del Espíritu, hoy la podemos ubicar como
resiliencia, que es la capacidad que Dios nos brinda para
poder sobreponernos a la adversidad y que genera
esperanza en los discípulos.
8
Que estamos atribulados en todo, pero no
angustiados; en apuros, pero no desesperados; 9
perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero
no destruidos; 2 Corintios 4:8-9
Transformación. La obra que El Espíritu de Dios hace en
nosotros, formalmente se llama santificación. Lo cual
implica el proceso a través del cual nuestra vida poco a
poco va adquiriendo el carácter de Cristo. También el
Espíritu nos va agregando día a día más vida. Lo cual
consiste en que actuando bajo su influencia actuamos
más guiados por el Espíritu y menos por el mundo.
Por lo tanto, todos nosotros, que miramos la gloria del
Señor a cara descubierta, como en un espejo, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen,
como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18

¿ De qué manera hacemos que el Espíritu de Dios fluya más


en nuestra vida?

38
Obviamente esto se trata de una acción del Espíritu, de la que
no tenemos control, como lo enseño Jesús a un hombre
llamado Nicodemo.
El viento sopla de donde quiere, y lo puedes oír; pero
no sabes de dónde viene, ni a dónde va. Así es todo
aquel que nace del Espíritu. Juan 3:8
Sin embargo, cuando nosotros nos colocamos en las áreas
donde habitualmente Dios bendice, podremos esperar que la
influencia de Su Espíritu se manifieste sobre nosotros.
1. En la Meditación de la Palabra. Leer la Palabra de
Dios devocionalmente es la primera área donde
podemos esperar que la Presencia de Su Espíritu se
manifieste. Allí habremos de aprender Su Consejo,
encontraremos Palabra de Consuelo y Fortaleza, así
como de corrección. Así que dedicar tiempo diario
para meditar en la Palabra es la fuente principal de
como el Espíritu de Dios, presente en la Palabra
influirá a nuestra vida.
2. En la Adoración. Adorar es un asunto que se hace
como acto espiritual. Es más que asistir a un templo.
Se trata de estar preparado para ese encuentro con
Dios, que puede ocurrir en un espacio litúrgico, en un
tiempo a solas, o en un grupo pequeño. Es acercarse
a la presencia de Dios con un corazón lleno de
alabanza y una actitud humilde y enseñable. Para que
sea Dios quien sea honrado.
3. En el Servicio. La fe cristiana es eminentemente
práctica. De hecho, hablar de la fe y no vivirla es en sí
misma una contradicción. La fe se vive y eso nos lleva
al terreno de la práctica de los dones y ministerios que
Dios nos ha dado. Es entrar al terreno de la misión,
es decir dejar nuestro papel de consumidores del

39
evangelio, para convertirnos en hacedores de la
Palabra. Esto por supuesto requiere una fe que es
ejercitada, y una dependencia del Espíritu, sin la cual
no podríamos servir.
En la medida que participamos más y más de estas
experiencias, estaremos siendo influenciados hasta que
seamos llenos del Espíritu. Y nuestra vida se convierta en una
fuente de bendición.
pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed
jamás. Más bien, el agua que yo le daré será en él una
fuente de agua que fluya para vida eterna. Juan 4:14

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