CONFESION DE FE DE WETSMINSTER

CENA DEL SEÑOR

VII. “… participando exteriormente de los elementos visibles, también participan interiormente

por la fe de una manera real y verdadera aunque no carnal ni corporal sino alimentándose
espiritualmente de Cristo crucificado y recibiendo todos los beneficios de su muerte…”. “…real
pero espiritualmente…”

VIII. “Aunque los ignorantes y malvados reciban los elementos exteriores en este sacramento, con
todo, no reciben lo significado por ellos”.

DISCIPLINA ECLESIASTICA

I. “…ha designado en ella un gobierno dirigido por oficiales de la iglesia diferentes de los
magistrados civiles”

II. “…respectivamente para retener y remitir pecados, para cerrar el reino a los que no se
arrepienten… para abrirlo a los pecadores arrepentidos… por la absolución de la disciplina según lo
requieran las circunstancias”.

III. “… para prevenir la ira de Dios que justamente podría caer sobre la Iglesia si ella consintiera
que su pacto y sus sellos fuesen profanados por ofensores notorios y obstinados”.

IV. “… por la suspensión del sacramento de la santa cena por un tiempo”.

DE LA TRINIDAD

II. “que solamente manifiesta su propia gloria en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas. Él es la
única fuente de todo ser, de quien, por quien y para quien son todas las cosas, teniendo sobre
ellas el más soberano dominio, y, haciendo por ellas, para ellas y sobre ellas toda su voluntad”.

CATECISMO MAYOR DE WESTMINSTER

P. 42. “que desempeñara los oficios de profeta, sacerdote, y rey de su iglesia, tanto en el estado
de humillación como en el de exaltación”

P. 45. Esta respuesta echa por tierra a todo el posmilenialismo.

P.85. “… y aun en la muerte son librados del aguijón y tormento de ella, así que, cuando ellos
mueren, sin embargo, esto dimana del amor de Dios, que así los hace perfectamente libres del
pecado y de la miseria, y aptos para la comunión más íntima con Cristo en gloria, a la cual ellos
entonces entran”.

P. 90. “…serán recibidos en el cielo, donde ellos estarán enteramente para siempre libres de todo
pecado y miseria, llenos de goces inconcebibles, … tanto en el cuerpo como en el alma…”