Nacido en Varsovia en el año 1912, hijo de Łukasz y Ewa Kowalski en el Barrios de Muranów, un barrio de clase baja. Hijo menor de una familia de 3 hermanos. Creció en una Polonia un tanto problemática debido a tantos conflictos ocasionados por diferentes guerras, entre las cuales destacaron la Primera Guerra Mundial (en donde Polonia ni siquiera estaba establecida aun como territorio independiente y en las cuales participaron sus hermanos y padre) la propia Revolución de Polonia, en donde se recuperó la soberanía del territorio en la postguerra y por último la Segunda Guerra Mundial, en donde finalmente Stanley emigró a territorio americano. Stanley, dados sus conocimientos de construcción e ingeniera, ingresó al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, en donde desempeñó labores durante un tiempo considerable. Su estancia en el Ejercito lo convirtieron en un hombre recio y enérgico, las circunstancias de guerra lo exigían. En una de las misiones que tuvo, específicamente en Nueva Orleans, conoció a una joven de nombre Stella Dubois. Ella trabajaba en una fábrica como obrera, en la que Stanley fue a topar por cuestiones de trabajo. Vio en ella una joven delicada, pero con carácter y personalidad, alguien con quien podría compartir su vida. Se mostró bastante interesada en formar una vida juntos y a decir verdad… a Stanley también le emocionaba la idea de tener a alguien con quien compartir sus días. En cuanto se presentó la oportunidad y la Guerra por fin cesó, Stanley compró un pequeño departamento en el barrio francés de Nueva Orleans. Era un lugar modesto, pero suficiente para dos personas, tenía todo lo que necesitaban: un armario para guardar ropa, una alacena para guardar licor y una cama en donde pasar las noches. Vivían arriba de ellos una pareja también de migrantes, quienes generalmente peleaban y se reconciliaban. La aparente estabilidad del país, aunado al salario que recibía (mayor al que recibían sus padres y hermanos en Polonia) hizo que Stanley sintiera un sentimiento de pertenencia peculiar al país. Veía a Estados Unidos como una tierra en donde se podía vivir de manera decente: trabajando, tomando y viviendo en pareja. Stanley era fanático del póker y las apuestas. De manera recurrente quedaba con sus compañeros, Steve, Pablo y Mitch para jugar y tomar en las noches después de las pesadas jornadas. Conforme pasó el tiempo y Stanley seguía bebiendo en las reuniones con sus amigos su afición al alcohol fue creciendo y con el pasó el tiempo se transformó en un problema de alcoholismo bastante delicado. Seguido, después de estas reuniones, llegaba a casa tomado y armando un escándalo… mismo que, en más de alguna ocasión, terminaría con violencia hacia Stella. Los problemas no pasaban de esa noche, ya que inmediatamente después de cualquier golpe había una reconciliación bastante reconfortante. Todo parecía normal dentro de la nueva residencia Kowalski. A ojos de Stanley, Stella era una esposa ejemplar, hacendosa, alegre, con un sazón agradable, educada, callada y sobre todo devota a su marido. Llegó el día en que las cosas darían un giro bastante interesante. Stella estaba embarazada y Stanley estaba consciente de que muchas de las cosas cambiarían, estaba nervioso, por lo que optó por mitigar sus preocupaciones y penas en dos de las cosas que más placer le provocaban en la vida: alcohol y apuestas. Le preocupaba brindarle un buen futuro a su próximo primogénito y lo preocupaban sus condiciones actuales. No quería que su hijo se encontrara en una situación similar a la que el tuvo que vivir en Polonia, llena de carencias, y sobre todo un padre ausente.